Corazones Mágicos: Un Viaje De Amistad Y Amor.
Capítulo 1.
Me voy a c**** en todos sus muertos, quiénes habría creído que era para hablarle de esta manera a Pedri. Camine con paso seguro y la sangre ardiendo, ese gilipollas quería menospreciar al canario, cosa que yo no iba a permitir porque el señorito no se sabe defender. Es demasiado buena gente, no lo entiendo, ojalá tener su paciencia.
Cuando llegué a su altura le pegué un puñetazo que hizo que perdiera el equilibrio, lo cogí del cuello de la cabeza y lo levante, puse mi cara cerca de la suya.
Gavi.
Escúchame bien p*** subnormal.
Marc Guiu tenía miedo, nadie se mete con Pedri.
Gavi.
Como vuelvas a menospreciar a este ser tan adorable y bonito.
Gavi.
Te rompe las piernas.
Me miró incrédulo, yo levanté las cejas y él se levantó rápido para hablar con el mayor.
Marc Guiu.
Lo siento Pedri.
Me sacaba de mis casillas,"tranquilo". No le entendía, yo estaba echando humo de las orejas y él tan tranquilo. El catalán se alejó de Pedri y yo me acerque, le apreté el hombro para que me mirara.
Gavi.
No entiendo cómo puedes estar tan tranquilo.
Me regaló una de sus perfectas sonrisas, me besó en la mejilla y me revolvió el pelo.
Pedri.
Yo no soy una bomba de ira. Gracias por defenderme.
Gavi.
Nadie se mete contigo estando yo delante.
Me rodeó los hombros con su brazo y nos dirigimos hacia el entreno, al llegar Pedri me soltó y se colocó al lado de Ferrán, mientras que yo iba con Fermín. Al haberme llegar me rodeo la cadera con su brazo y me besó la mejilla, estaba acostumbrado a sus momentos de cariño.
Fermín.
Gavi, me encanta la manera en que se enfrentaste a Guiu. Tenemos suerte de tenerte en el equipo.
Asentí y noté una mirada encima de nosotros, busque al autor y era Pedri, miraba el brazo que tenía Fermín en mi cadera. Automáticamente hice un movimiento para apartar su brazo de ahí.
Xavi nos encargó unos ejercicios en pareja, estos días me había juntado con el andaluz porque eran sus primeros días. Pero yo quería ir con Pedri, los dos juntos éramos la dupla de España, pero estos días él se ha puesto con Ferrán. Así que tal vez no querrá ponerse conmigo, caminé en dirección al canario.
Al estar a su altura le di pequeños golpes en la espalda, se giró y me miró confundido.
No sé porque me estaba poniendo nervioso, era mi mejor amigo.
Gavi.
¿Nos podemos poner juntos?
Abrió los ojos como platos y miró a Ferrán, él entendió lo que quería el canario.
Fer
Ferran.
Me pongo con Fermín.
El valenciano se alejó y me quedé a solas con él.
Teníamos qué hacer pases y después empezamos con el entreno en pareja, echaba muchos niños compartir pelota con Pedri, todos sonrieron con nuestra manera de jugar. Nos entendíamos con tan solo un par de miradas, la agencia nos decía que juntos hacíamos mucha magia.
Teníamos que hacer un 2vs2, nos tocó contra Araujo y Kounde, me giré para ver a Pedri y le hice una seña con la mano, él lo captó y tomó el balón para empezar a correr, yo iba detrás de él. Cuando vi que estaba lo suficientemente cerca de los defensas lo adelanté y Pedri fingió pasármela, los defensas fueron a por mí dejando todo un espacio al canario. Dónde chutó y entró por toda la escuadra.
Corrí en dirección al mayor y salté encima, me agarró de los muslos para evitar que cayera, estuvimos así unos segundos, le besé la cabeza y bajé.
Xavi.
Madre mía, me encanta como estos dos se entienden. Eso es una ventaja para nuestro mediocentro. Seguíd así chicos.
Asentimos y alguien decidió hablar.
Fermín.
Gavi y yo podemos tener la misma conexión en el campo.
Todos nos giramos para ver a Fermín.
Fermín.
Nos conocemos desde pequeños.
Pedri tenía una cara de enfado.
Pedri.
No creo. Nosotros y llevamos tiempo jugando juntos y nuestra conexión es única.
Fermín se acercó, me cogió del brazo y me arrastró al punto de partida.
Fermín.
Ya verás que no es única vuestra conexión.
Cogió una pelota y los defensas volvieron a su posición, me la paso y corrí adelante con el balón, vi cómo corría por la banda. Aproveche el agujero que había entre Araujo y Kounde para pasar el balón. Pero Fermín se detuvo y corrió a mis espaldas, era un amago. Alguien detuvo la pelota, es decir, esa persona ya estaba ahí antes de que pasara la pelota, Pedri. Él era el único que sabía que iba a pasar por el espacio, el canario se acercó y me palmeó el hombro para después mirar al Andaluz.
Fermín.
¿Cómo sabías que Gavi iba a tirarla ahí?
Preguntó Fermín enfadado.
Pedri.
He visto la mirada de Pablo y también la posición de sus pies. Le conozco también que se a donde dirigía el balón con tan solo mirar sus pies.
Me soltó el hombro y se acercó al andaluz.
Pedri.
Jamás tendrás la conexión que tengo con Pablo. Superalo.
Se giró y ando a beber agua. En el fondo estaba contento, porque Pedri ha defendido nuestro vínculo, encima era la primera vez que lo veía enfadado. Aproveche para beber agua y me senté a su lado.
Gavi.
¿Quién eres y que has hecho con mi canario?
Soltó una carcajada y me tiró la botella.
Pedri.
Ese un niño se pensaba que por haber crecido juntos podía entenderte en el campo en tan solo un par de días.
Pedri.
Nadie podrá igualar nuestra conexión.
Tenía toda la razón, nosotros nos entendíamos muy bien, pero no solo dentro del campo sino también fuera. Nos ayudamos en todo y pasábamos juntos fuera de los entrenos, gracias a eso ahora estamos aquí, me levanté y removí todo su pelo.
Gavi.
No te pongas celoso.
Me volvió a tirar la botella.
Le guiñé el ojo y volví al entreno.
El entreno transcurrió normal, era hora del Mini partido, yo iba en el mismo equipo que Pedri y contra Fermín. En una jugada miré al canario y entendió, corrió por la banda e hice un paso alto y lo recibió con un control perfecto. Me gire para ver la portería y vi al Andaluz corriendo recto hacia Pedri, no miraba la pelota, miraba al canario. Entonces entendí que quería hacerle daño.
Se giró en mi dirección y Fermín aprovechó para hacer una entrada fuerte, el canario se quejó de dolor y cayó al suelo.
Corrí rápido para estar a su lado, caí de rodillas a su lado y le he cogi de la mano.
Me miró con una mueca de dolor e intentó sonreír.
Los médicos se acercaron y decidieron llevar a Pedri a enfermería. Me giré para ver a Fermín, tenía una sonrisa de superioridad, me dolió. No esperaba que mi amigo de la infancia fuera así, no dudé en acercarme y le pegué un puñetazo en la mejilla. Me miró confuso.
Obedecí y corri para ir a enfermería. Cuando llegué le estaban poniendo una venda en el tobillo y él asentía a lo que le decían, el médico salió y entre yo. Levantó la mirada y frunció el ceño.
Pedri.
No me digas que le has metido una ostia a Fermín.
Me rasque la nuca y agaché la cabeza, se levantó e inmediatamente me acerqué para ayudarlo.
Gavi.
Pepi,¿te ha dicho que te puedes levantar?
La rabia volvió a recorrer por mi cuerpo.
Quitó su brazo de mi hombro para acariciar mis mejillas con sus pulgares, automáticamente sujete su cadera por si acaso perdía el equilibrio.
Pedri.
No te bolas a pegar alguien por mí.
Hice un puchero e iba a rechistar pero se adelantó.
Pedri.
Nada fin de protestar,¿acaso quieres ir al banquillo?
Pedri.
Pues basta de ostias, si tienes que pelearte con alguien lo haces verbalmente,¿ha quedado claro?
Asentí y le besé la mejilla.
Volvió a rodear mi hombro y nos dirigimos al vestuario, cuando entramos Fermín venía corriendo, para defenderlo y me puse delante de él.
Fermín.
Perdón Pedri, pero es que todo este tiempo he pasado muchas cosas con Gavi y ver que tiene mucha más conexión con alguien en el campo me ha dolido.
Le falló una lágrima y me sabía mal.
El mayor se deshizo de mi agarre y ando en dirección al Andalus, y le agarró de los hombros.
Fermín.
No pasa nada, lo entiendo.
Le miré incrédulo por tercera vez al día.
Pedri.
No vas a perder tu amistad, seguiréis siendo los mejores amigos que fuisteis siempre.
El andaluz y le abrazó y el canario le devolvió. Se se pararon y le pregunté al mayor como volvía a casa.
Asentí y en la tarde estaría solo en casa, ya que mis padres fueron a Sevilla para celebrar el cumple de un familiar que significa que estaré solo.
Hizo un ruido de afirmación.
Gavi.
Verás... que mis padres se han ido a Sevilla...
Le miré y me sonrío picaramente, sabía lo que diría.
Pedri.
Vaya,¿me has invitado porque quieres follar?
Me niño en el ojo y le pegué en el pecho.
Gavi.
Normalmente cuando tienes la casa sola e imitas a alguien es pa' follar.
Le empujé suave y se sentó.
Gavi.
Eres gilipollas, lo decía por si quieres jugar a la Play en mi casa.
Me quite la camiseta para irme a la ducha.
Pedri.
Ui Pablo, como me provocas.
Que tonto es Dios, no sé como lo soporto. Le miré mal y se levantó para agarrarme de los hombros.
Pedri.
Sabes que es broma,¿no?
Le iba a devolver, así que me acerqué a su oído.
Gavi.
Pero si quieres puede no es broma.
Me gire y ande a la ducha.
Vaya con el pequeño, sabía que me lo había dicho en broma. Me volví a sentar y miré el móvil para esperarlo, la gente se despedía y no quedaba nadie, solo Pablo y yo. Me pareció súper raro que hace media hora no haya salido, decidí esperar unos minutos pero de repente escucho a alguien soltar un grito de dolor,Pablo.
Me levante e intenté correr lo más rápido debido a la lesión, las duchas tenían puertas y llamé a la que estaba cerrada.
Me gire y su toalla estaba afuera.
Me espanté así que intenté abrir pero no se podía.
Pedri.
Pablo, quita el pestillo.
Lo hizo y entre. Se tapaba la cara, pase los ojos por su cuerpo para encontrar algo fuera de lugar. Intenté no mirar a su entrepierna pero soy débil, madre santa, era enorme... Agite la cabeza y le quité las manos de su cara, tenía sangre por la nariz.
Le tiré la cabeza hacia abajo y lo saqué de ahí, cogí la toalla y se la di. La puso alrededor de su cadera y caminamos hacia el vestuario.
Gavi.
Me he resbalado y me he dado la nariz contra la pared.
Este chico es increíble, agarré el papel del baño y le cubrí la nariz, después de unos minutos dejó de sangrar.
Pedri.
Vaya patoso estás hecho.
Sonrió y se vistió, desvié la mirada para no incomodar mirando al móvil. Me salió una notificación de un nuevo seguidor.
Fermín López ha empezado a seguirte.
Hay algo en ese chico que no me gusta, da la sensación de que está pendiente de Pablo y no podía... Pero a mí que me importa, el sevillano y yo solo éramos amigos, nada más. Me tendría que importar una mierda quien le gustaba, pero no, me molestaba que ese chaval estuviera muy encima del pequeño. Le seguí de vuelta, entonces vi muchas fotos en donde salía Pablo, en una de ellas salía el menor sonriendo a la cámara y Fermín mirándolo. Entonces me fijé en esa mirada que tenía de... el corazón se me detuvo cuando lo entendí.
Fermín estaba enamorado de Pablo.
Apagué el celular, no sé por qué motivo estaba enfadado, por lo que se ve, Pablo no sabe nada de los sentimientos del andaluz o se hace el tonto. Salió con una sonrisa, entonces decidí intentar que Pablo no estuviera con Fermín, no sé por qué, pero mi corazón decía que impidiera eso.
Gavi.
¿Vienes a mi casa al final?
Asentí y caminamos hacia mi coche, al llegar al coche, subió de copiloto y puso su movil. Durante todo el viaje el menor cantaba a toda pastilla y yo sonreír porque él solo sacaba esa faceta conmigo. Cuando llegamos a su casa vi a alguien sentado delante de su puerta con una capucha. Salimos y el chico levantó la cabeza... Fermín. Fruncí el ceño,¿que quería?
Dijo mirando al sevillano.
Gavi.
Te llamo cuando se vaya, así pasamos tiempo juntos.
Le sonreí y me despedí de ellos. Pero algo me decía que el menor no me iba a llamar.
Capítulo 2.
Era de noche, Pablo no me había llamado para que me volviera y ni siquiera me envió algún mensaje diciéndome que al final no quedamos. Me estaba preocupando, así que le envié un mensaje.
Pedri.
Tonto, al final no bajo,¿no?
Espere pacientemente a ver si me contestaba pero ya había pasado media hora y nada. Agarré las llaves del coche y conduje dirección a casa del sevillano, durante el viaje mil preguntas había en mi cabeza, posibles escenarios en que el menor estaba mal.
Cuando llegué había luz del comedor encendido, miré por la ventana antes de llamar, para asegurarme de no molestar. Me esperaba de todo menos eso, estaba Fermín sentado en el sofá sin camisa, Pablo estaba de pie y se quitó la camisa. Fermín se levantó y puso sus manos en su cadera, la rabia me invadió el cuerpo, quería entrar y quitar las manos del andaluz de encima de Pablo.
Luego él andaluz le dio la vuelta y pegó su espalda a su pecho, sus manos la pasó por su abdomen para subir por sus pezones y llegar a su cuello donde apretó. El menor entre abrió los labios, no estaba entendiendo nada. Así que cogí la llave que tenía debajo de la planta y entre, el andaluz estaba besando su cuello, cerré fuerte la puerta y los dos se separaron por el susto.
Mi cara demostraba lo enfadado que me sentía y Pablo lo notó porque intentó acercarse, pero no le dejé, puse las manos en su pecho para impedir que viniera. Miré a Fermín y pude ver que tenía una erección, me hirvió más la sangre. Recé porque no le pasará lo mismo a Pablo y comprobé que no le excitaba, me callé y me giré para salir de ahí. No quería estar ahí.
Me gire y chocó contra mi.
Pedri.
Me pudieras haber avisado de que no quedaríamos, me he preocupado por ti.
Fermín llegó a nuestra altura.
Pedri.
Pero se ve que estás ocupado.
Me gire y no pensaba detenerme.
Me zafé de su agarre y me miró confundido.
Pedri.
Cuando este no esté por el medio.
El andaluz se puso delante de Pablo.
Fermín.
Deja de ser un celoso y vete a tranquilizarte.
Asenti y marché de ahi, no soportaba ver ni un minuto mas s Fermín. Llegué a mí coche y conduci con lágrimas en los ojos hasta que llegué a casa.
No sabía que era eso tan importante que me tenía que decir, pero se veía bastante nervioso. Yo solo quería pasar tiempo con Pedri, pero se ha interrumpido nuestro plan.
Entramos dentro de casa y se sentó en mi sofa, fui a la cocina y saqué dos vasos y la botella de agua. Entre y lo dejé encima de la mesa, me senté a su lado y miré, él me estaba mirando muy detalladamente, me puse muy nervioso ya que no sabía que hacer.
La mirada que tenía en mi cuello la subió a mis ojos y alzó las cejas.
Fermín.
Te lo cuento más tarde, no es nada malo.
Se levantó para coger dos mandos de la play.
Asentí, si me quería decir algo no le iba a presionar, todo a su tiempo. Me sabía mal por el canario, así que me levante para enviarle un mensaje. Pero antes de siquiera coger el móvil se interpuso por el medio.
Gavi.
Bro, devuélveme el móvil.
Gavi.
Tengo que avisar a Pedri que no vamos a quedar.
Volvió a negar y guardo el móvil en su bolsillo trasero.
Fermín.
Lo va a entender, no se va a preocupar.
Lo dejé pasar y me senté para jugar, el canario entenderia que Fermín necesitará hablar conmigo.
Empezamos a jugar y como siempre, me picaba a la mínima. Pero igualmente lo ganaba todo, el andaluz reía por como me enfadaba con el árbitro del juego. Había pasado mucho rato y miré la ventana, era de noche y pensé que ya era hora de que me lo dijera.
Gavi.
Fermín, dime,¿a qué has venido?
Se lamió los labios mientras miraba mis labios y me estaba poniendo más nervioso.
Fermín.
He quedado con una chica y necesito tú ayuda para saber si lo hago bien.
Solté un suspiro de alivio y le acaricié la mano.
Fermín.
Necesito hacer una cosa y te quiero pedir ayuda, así que...
Se levantó y quitó su camisa, me puse rojo, ya que no me lo esperaba.
Fermín.
Vamos a recrearla.
No entendía nada, además de que él con el torso desnudo no ayudaba.
Sonrió y me miró mientras se mordía el labio.
Fermín.
Eres mi mejor amigo.
Fermín.
Entonces necesito que me digas si lo hago bien.
Le ayudaría en todo lo que necesitará.
Fermín.
Quítate la camisa.
Gavi.
¿Has perdido la cabeza?
Fermín.
Tengamos sexo y será mi primera vez.
Fermín.
Por favor. Ayúdame.
Me levante y le miré, estuve unos segundos pensando pero al final decidí ayudarle.
A mí me gustaría que me ayudaran, asi que me quité la camisa como me lo había pedido. Su mirada de oscureció y se lamió los labios, me sentía confuso. Se levantó del sofa y cogió mi cadera con sus manos, en ese momento desee no haber aceptado.
Fermín.
Dime si lo hago bien.
Me dio la vuelta y pegó su pecho a mi espalda, sus manos subieron por los abdominales, pecho hasta llegar a mi cuello dónde apretó. Me estaba incomodando, iba a pedirle que se separara cuando escuchamos la puerta principal cerrarse fuerte, me separé por el susto y vi que estaba el canario en la entrada enfadado. Miró a Fermín y se enfadó más, me miró a mí y suspiro, subió la mirada y me miró con ojos decepcionados. Inmediatamente tuve la necesidad de explicarle porque estábamos así, quería hacerle saber que no había nada entre nosotros. Se giró y corrí para detenerlo.
Se giró y choque contra su cuerpo.
Pedri.
Me pudieras haber dicho de que no quedaríamos, me he preocupado por ti.
Se me rompió el corazón por ver la mirada triste.
Pedri.
Pero se ve que estás ocupado.
No podía dejarle ir, no son aclarar las cosas.
Se libro de mi y me confundí, no entendía nada.
Pedri.
Cuando no esté ese por el medio.
Iba a echar a Fermín de ahí, pero se puso delante.
Fermín.
Deja de ser un celoso y vete a tranquilizarte.
No, no, no. Quería que se fuera él, el mayor salió por la puerta y arrancó. Me gire para ver el andaluz, estaba sonriendo y me confundí todavía más.
Antes de que se pudiera acercar, le empuje y cayó al suelo.
Gavi.
Coge tus cosas y vete.
Me vestí la camisa y cogí las llaves.
Gavi.
No tienes derecho a escoger por mi, quería hablar con él.
Abrí la puerta y antes de salir me giré para verlo.
Gavi.
Cuando vuelva no te quiero ver Qui, buena suerte con esa tía.
Cerré la puerta y llamé a un taxi me quedaba poco para sacarme el carnet de conducir.
Durante todo el viaje pensé en que le diría, no quería perder su amistad ya que era la más bonita que he tenido. No sé por qué problema tenía Fermín con Pedri, pero no iba a permitir que volviera a actuar así, no con él. Llegué a su casa y pude ver que estaba la luz de su habitación prendida, ande con paso inseguro hasta su puerta, antes de llamar respiré poco a poco y llamé. Pasaron dos minutos hasta que me abrió la puerta, tenía malas pintas, supongo que de haber llorado.
Me agarró de los hombros.
Negué, me encantaba la manera en que se preocupaba por mí.
Gavi.
Lo siento Pepi, no quería que Fermín que hablara así.
Me acarició la espalda con sus manos.
Asintió y se echó a un lado para dejarme pasar. Entramos y me ofreció agua cosa que agradecí mucho, nos sentamos en el sofá de su comedor. Estaba nervioso pero íbamos a hablar para solucionar las cosas.
Estuve pensando durante unos minutos lo que diría, organicé mi mente y respiré profundamente para hablar.
Hizo un ruido de afirmación.
Gavi.
No tenemos nada, me ha pedido ayuda porque ha quedado con una chica y necesitaba ayuda, por eso nos has visto así. Le quería ayudar.
Se se levantó enfadado y chutó un cojín, me asusté por su actitud pero me acerqué poco a poco para tranquilizarlo. No sé que ha llevado a que se comportara así.
Pedri.
¿Te ha gustado sus manos encima de tu cuerpo?
Se acercó y me miró a los ojos profundamente.
Pedri.
Mira quieres cabezota Pablo.
Se giró para darme la espalda, sigo sin entender.
Gavi.
Es que si preguntas eso...
Se giró y tenía lágrimas en los ojos.
Pedri.
¿Te han gustado las naves de Fermín por tu cuerpo? He visto como te tocaba.
Lo primero que pensé es que estaba celoso, pero no entendía. Le había dicho que el andaluz quería con una tía.
Pareció pensar la respuesta.
Pedri.
Si, porque un gilipollas está tocando lo que es mío.
Me daba miedo ese Pedri, no es el de siempre. Tal vez estaba dolido porque no le he avisado, pero se está pasando.
Se acercó pero me relajé.
Gavi.
¿Te estás escuchando? ¿Estás insinuó en lo que Fermín quiere algo conmigo?
Pedri.
No lo insinuó, lo sé.
Pedri.
No te hagas el sueco, lo de hoy me lo ha confirmado. ¿Lo del entreno no te pareció raro?
Me estaba enfadando su actitud, no entendía ninguno de los dos. No sé que odio tenían.
Gavi.
Estás fatal, ya hablaremos mañana.
Pedri.
He visto como te mira.
Pedri.
No se mira así a un amigo.
Le pegué una bofetada, se tocó la parte dolorida y me miró decepcionado.
Gavi.
Deja de inventarte imbécil, he venido aquí a solucionar las cosas y me dices esto. ¿No quieres que tenga otro mejor amigo?
Pedri.
No es eso, Fermín no siente amistad hacia ti. Está ena...
Le dí otra bofetada, me giré dispuesto a salir de su casa, antes de salir me giré en su dirección.
Gavi.
Madura, ni se te ocurre pasarme a buscar para ir a entrenar.
Gavi.
Que sea la última vez que acusas a Fermín, te odio.
Cerré la puerta y volvió a subir al taxi dirección a mi casa.
La había cagado gorda, que era esa mierda de actitud que he tenido. El menor no tenía la culpa de que sean celoso, no quería perder su amistad y lo peor es que el andaluz se encargaba de eso me dolía que Pablo no me creyera, me dolió que me haya pegado dos veces, pero lo que más me dolió fue el "te odio", le daba igual como me sentía y eso me rompimos el corazón. Me senté en el suelo y rompí a llorar, pegué las rodillas a mi pecho y la respiración se me complicó.
Estaba teniendo un ataque de ansiedad, intentó calmar mi respiración pero no pude. Llevaba varios minutos y seguía sin poder respirar bien, me estaba desesperando pero me desmaye el último que vi fue a mi hermano correr en mi dirección asustado y con lágrimas en los ojos, entonces me calmen. Estaba en los brazos de mi hermano.
Llegué a casa y Fermín se había ido, mejor ya no quería tener que lidiar con el también. Entré, cenizo solo ya que mis padres estaban en Sevilla y fui a la cama ya que mañana habría entreno, llamó a un uber para si me podía pasar a buscar a una hora mañana. Confirmó, no quería comerme la cabeza, esperaba que Pedri recapacitara y mañana pidiera perdón por su mierda de actitud.
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