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Cambio De Vida

CAPÍTULO 1: MI VIDA

"No sabría como empezar a contar mi propia vida, pero justo en este momento estoy haciendo un gran esfuerzo. Yo, Alexandra Flynn, desde luego tirada en el piso de mi habitación, me pregunto el porqué de tantas cosas. Estoy cansada de tener una vida normal, no sé, quizá quiero algo anormal, como que llegue un chico muy guapo y me diga que se enamoró de mí a primera vista y quiere que me case con él porque no puede dejar de pensar en mí... ¿por qué no puede pasarme algo así?."

—Mujer, ¿otra vez escribiendo? —dice Payton, quien sostenía una caja de cartón y encima muchos libros.

—Solo escribo lo que pienso, o lo que quiero realmente para mi vida. —respondi con un poco de autenticidad, para luego levantarme rápidamente del suelo.

—Vamos sal de este encierro y ven a mi fiesta de graduación —dijo mientras colocaba la caja en mi escritorio—, son libros de ciencia. También hay libros novelescos. Sé que te gusta leer. —me mira con una sonrisa de esas que dan calma.

—Sí iré —digo mirando todos los libros de arriba a bajo—. Gracias por los libros.

—Será en tres horas, así que no faltes de acuerdo.

—Sí, sí, de acuerdo, me arreglaré un poco —digo con una sonrisa leve, mientras Payton va hacía la puerta—. Hoy es un día importante para ti y es bueno que estemos toda la familia.

—Arreglate lo suficientemente bonita —dice alzando un poco la voz, ya que estaba fuera de la habitación—, adiós.

Mi vida es un asco, tengo mis razones para creer eso ya que nunca salgo de casa y por más que lo pienso no sé que quiero para mi vida, no sé cual es el futuro que quiero para mi. Ya son las seis de la tarde y sigo encerrada.

Encerrada como siempre. Payton, siempre me lo dice. Ella es mi hermana mayor, se graduará de una gran universidad. Estudio para ser abogada, ella será una gran defensora si voy a la cárcel, ¿quién dice que iré a la cárcel? Ni siquiera soy capaz de matar una mosca, francamente mi vida es aburrida, no sé que hacer con ella, si solo sueño despierta ¿cuál es la ventaja?.

—Alexandra —, dijo una voz femenina que me saco de mi cabeza— ¿aun no eliges el vestido que te pondras?

—Mamá —digo exaltada—, me asustaste.

—¿Por qué no te has arreglado? Sí iras a la graduación de tu hermana ¿verdad? —dijo sentándose en mi cama.

—Sí madre, no me lo perdería, es importante para ella que este toda su familia —respondi para calmarla, ya que se notaba desesperada.

—Asi es... —dice llevando su mirada a mi diario—. Oye hija, dime ¿que es realmente lo que escribes en ese diario?

—Cosas personales, mamá —digo mientras cierro el diario—, cosas de adolescentes, que no entenderias.

—Yo también fui adolescente —dice ella mirandome a los ojos—. Yo sí entendería lo que escondes, asi que no le cuentes solo a tu diario, también estoy yo y tu hermana —dice para luego levantarse de la cama.

—Lo sé, pero sería un poco vergonzoso —dije con una voz que apenas se podía escuchar.

—No te averguences de tus pensamientos a menos que sean malos —me abraza y me da un pequeño beso en la frente—. Voy a terminar de arreglar mi cabello, tu haz lo mismo. Te veo abajo y por favor, no te tardes.

—Sí, mamá.

...****************...

Después de dos horas, llegamos a la capilla para la celebración de graduación de mi hermana, todos estaban con su traje de graduados, era como de ensueño, mi hermana se veía hermosa, aunque su vestido estaba cubierto con la toga, sabía que en ese escenario resaltaba más que los demás, lo digo por los ojos aguados de mi madre a punto de llorar, sintiendose tan orgullosa de su hija graduandose con honores de la universidad. Me pregunto si cuando sea mi turno de estar alla arriba ¿ella se sentiría igual?.

Pero no entiendo por qué me sentía tan nostálgica, como si no encajara en ese lugar y al mismo tiempo tan feliz, preguntándome a mi misma ¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿La estoy arruinando por guardar el secreto de que es realmente lo que quiero?.

—Alexandra, ¿sal de tu mente un rato? —me dijo, una voz masculina y a quien voltee a ver de inmediato—, ¿podemos hablar afuera? —pregunto.

Le sonreí a mi madre, quién me miro y luego al chico de reojo.

—No tardes —dijo, mientras arreglaba un lugar en una mesa, decorada con colores pastel, esos colores que dejaron de gustarme cuando empecé mi adolescencia, ya no me gustaba el azul, el rosa, ni el morado lila. Ahora, solo me gustaban los colores opacos como el negro, el azul oscuro y el vinotinto, por asi decir.

—¿Quieres una copa de vino? —me dijo un mesero quien pasaba en ese momento por el lugar.

—No, no tomo, gracias —respondí de inmediato.

—¿Vas a venir o no? —dijo aquel chico.

Su nombre era Joseph, él era un chico agradable, y también el exnovio de mi ex mejor amiga, siempre andábamos los tres juntos, éramos inseparables, pero de un momento a otro nos separamos y con el tiempo dejamos de hablarnos sin razón, al menos eso creo. Entonces lo seguí hasta la salida del salón. Sentí frio apenas se abrió una de las puertas, ya que llevaba un vestido largo, estraple y abierto de una pierna. El clima no me favorecía.

—¿Oye Joseph, adonde vamos? Ya estamos fuera del salón —dije apenas nos alejamos un poco de la doble puerta del amplio salón.

—Rosa, ha desaparecido —dijo Joseph, mientras me daba la espalda, con un tono sereno.

—¿De que estás hablando? —pregunte mientras fruncia el seño.

—Desaparecio anoche cuando iba de vuelta a casa, eso me dijo su hermano, mientras me gritaba maldiciones por el teléfono —dijo en el mismo tono de hace un momento.

—Pero... ¿no se supone que ya no andaban juntos? ¿y porqué vienes a buscarme para decirme esto? —pregunte mientras lo rodeaba para que me diera la cara— yo no tengo nada que ver.

—Solo quería que lo supieras, ya que fuimos cercanos antes —dice en un tono entrecortado a lo que me fijo en su rostro por el cual una lágrima caía por su mejilla— ella y yo volvimos después de que te alejaramos a tí, ella no quería involucrar a más personas con su problemática familia.

—Espera... no estoy entendiendo nada ¿porqué después de tanto tiempo? —dije en un tono fuerte.

—Su família tiene vínculos con la mafia.

—¿Qué?

Continuará...

CAPÍTULO 2: LA NOCHE SE HIZO LARGA

¿Mafia?

Imposible.

Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar la última palabra de Joseph, es sorprendentemente increíble que la familia de Rosa sea mafiosa. Es imposible, no lo podía creer.

—Eso es ridículo —le grité.

—Entiendo que te parezca mentira, pero es verdad —Joseph me mira fijamente a los ojos—, ahora que ya sabes esto, necesito que me ayudes a encontrarla, por favor.

—No —dije aun sorprendida por la inesperada noticia de Joseph—. Es imposible que Rosa y su família estén vinculados con la mafia. Estuve muchas veces en su casa y todo allí era normal.

—Si era normal —dijo llevando una de sus manos a la parte trasera de su cuello—, era porque su padre aun seguía con vida haciendo sus trámites de negocios sucios en Suramérica.

—No puedo procesar esto —dije mirando hacia otro lado, más para mi misma—. Hablemos cuando este lista para responderte, ya que estoy tan conmocionada que te diría cualquier cosa y no lo que quiero o quieres escuchar.

Me di la vuelta enseguida, abrí la puerta y entre al salón un poco pensativa, en un momento me detuve en el camino y fue entonces cuando oí pasos acercándose rápidamente a mí, de pronto una mano se posó en mi hombro, miré con rapidez y me sorprendí con la mirada sería de Joseph.

—¿Qué pasa? ¿olvidaste decirme algo peor? —le dije esquivando su gélida mirada.

—No —suspira—. No te tardes, dame una respuesta lo antes posible —hizo un gesto con su mano para que continuara, ya que mi madre nos estaba observando—. Quiero que sepas que si no te volvimos a hablar fue para protegerte y por favor, no se lo digas a nadie más —dijo para luego salir nuevamente del salón.

Me senté en una de las sillas que mi madre había apartado para mí, suponiendo que todo estaba bien, pero es imposible engañar a mi madre quien me observó con un gesto de interrogación.

—¿Qué sucede?... ¿Ese chico te dijo algo que no te agradó? —dijo, su mirada seria.

—No, madre —sonreí— todo está bien, solo es un viejo compañero de clases, ¿te acuerdas? Él, Rosa y yo solíamos andar juntos —dije un poco nerviosa.

—Rosa —dijo mi madre frunciendo el ceño ¿no es la amiga que te abandonó?.

—No, ella... —pausé— ella no me abandonó —continué con una voz muy baja.

—No te ves bien, hablaré…

—Hola familia ¿de qué están hablando? —la voz suave de Payton la interrumpió— no estarán discutiendo en un dia como hoy ¿verdad?.

Noté que ya se había quitado la toga, dejando relucir ese vestido rojo que eligió con ayuda de mamá en el almacén. Solo se había dejado el birreté, el cual ella había personalizado.

—No es nada importante —dije.

—Por fin voy a hacer lo que más he querido —dice Payton con una voz eufórica, abrazando a mi madre y a mí— Madre, hermana, estoy tan feliz.

—Felicitaciones Payton —dije—. Sé mi abogada si voy a la carcel.

—Espero que no sea así —replicó.

—Felicidades cariño, sabes que te lo mereces. Te haz esforzado tanto —dijo mamá.

Después de un rato, la fiesta se puso intensa, el ruido de las bocinas ya eran un martirio para mis oidos de hecho prefería más el silencio. Por ese motivo no asistía ni a las discotecas, ni a las fiestas de cumpleaños o cualquier celebración de mis compañeros de clase.

—¿Puedo irme a casa? —pregunte directamente a mi madre—. Tengo un poco de dolor de cabeza —excusé.

—¿Te sientes enferma? —pregunto Payton.

—Sí, un poco. Sabes que el ruido me molesta y aquí no me calmara nunca.

—Sí tienes razón —dijo Payton— ve a casa, yo iré luego con mamá.

—De acuerdo —me levante de la silla y agarre mi bolso— las veré en casa, no se tarden.

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Mi habitación se sintió como si fuera la calma que estaba esperando, odiaba salir de ella, pero a la vez odiaba quedarme en ella, pero hoy me doy cuenta de que no quiero que nada cambie. Me gusta estar encerrada en estas cuatro paredes. Pero después de lo que me dijo Joseph, estoy un poco inquieta. ¿Cómo quiere qué le ayudé a buscar a Rosa? ¿Qué su família pertenece a la mafia? Que absurdo, aun no me lo creo. Es posible que sea una broma de parte de Joseph, siempre hacía bromas pesadas cuando andábamos juntos, pero después de tanto tiempo ¿porque viene a buscarme a mí? Debería buscar mejor a la policía. Exacto, la policía lo hará, le diré a Joseph que reportemos el caso de Rosa a la policía, ellos se encargarán en caso de que sea cierto.

No me di cuenta cuando se hizo tarde, mi madre y mi hermana no habían llegado aun, así que después de observar la hora en la pantalla de mi celular decidí acostarme. Tire los cojines al suelo, incluso un pequeño oso que usaba como decoración, y luego me tiré a la cama como si estuviera muerta del cansancio, me cobije y apagué la lámpara encima del nochero.

"Un hombre de figura esbelta, vestido con un traje oscuro como la noche me daba la espalda, escuchaba que murmuraba con una voz tan baja que no alcanzaba a entender, yo me acercaba a él, notando la presencia de alguien más, pero a este tampoco lo reconocía su rostro era borroso, pero era alto y tenía cabello largo casi por los hombros, parecía que discutían, parecían empujarse el uno al otro, parecía que discutían por culpa de alguien. Señalaban a alguien, pero ¿quién era ese alguien? ¿Qué hacía yo ahí? ¿Porqué nadie se percataba de mi presencia?. Seguí escuchándolos, esta vez parecía que se gritaban, pero yo no entendía nada, no sabía el motivo de su discusión. Hasta el punto en que el hombre esbelto de traje negro volvió su mirada a mí, pero tampoco veía quién era, su rostro también estaba borroso. Este me señalo y corrió hacia mi y me asusté tanto que corrí. Salí de allí"

Abrí los ojos de par en par ¿fue un sueño? Me pregunté y me sentí aliviada de que haya sido solo un sueño, ese hombre parecía furioso como si quisiera matarme.

Salí de mi habitación para ir por un vaso de agua y como estaba oscuro baje las amplias escaleras con mucha delicadeza. Cuando llegue a la cocina pille el reloj, eran las dos de la madrugada. Aún estaba oscuro, y parecía que mi hermana y mi madre aun no habían llegado, igual no me era extraño porque ellas son muy fiesteras, ellas son todo lo contrario a mí, y me gustaba mucho estar en la paz del silencio. Cogí mi vaso de agua y me di vuelta para regresar a mi habitación.

De pronto, escuché risas afuera cerca de la puerta, sé que podrían ser de mi madre y mi hermana, y no sé por qué lo hice, pero corrí como nunca de vuelta a mi habitación, cuando entre, cerré la puerta, deje el vaso de agua encima del nochero, me subí a la cama, apagué la lámpara y me arrope de pie a cabeza con el edredón. Luego, escuché la voz de mi hermana y mi madre, las cuales hablaban despacio como si no me quisieran despertar. Escuché que susurraban sobre alguien, pero no le presté demasiada atención hasta que dijeron el nombre de Joseph.

¿porqué mencionarian el nombre de Joseph?

Continuará...

CAPÍTULO 3: LA DECISIÓN QUE NO TOME

La luz del día entró por la ventana.

Me desperté sin recordar en que momento me quede dormida, aunque luche por mantenerme alerta a la conversación de Payton y mi madre sobre Joseph. Sé que a ella no le caía muy bien antes y al parecer continúa siendo así, pero al menos no era tan estricta, ella sabe que sé comportarme. Aunque luchaba en este momento por no ser tan obvia con mi problema, ella, de cualquier manera se daría cuenta de que algo no está bien.

Un golpe suave resonó en la puerta.

—Cariño, ven a desayunar —dijo mi madre en voz alta—. Ya despertaste.

—Sí, mamá —grité a lo que ella abrió la puerta—, ya voy a bajar —terminé la frase.

—¿Cómo amaneciste hoy? —pregunto mientras se sentaba en la silla de mi escritorio.

—Muy bien madre. De hecho, tengo mucha energía y creo que saldré a correr antes de desayunar —dije mientras me estiraba en la cama.

—¿Saldrás a correr? Entonces ve con tu hermana, ella también lo hará —dijo.

—¿Y tu como amaneciste? Se te ve bien —dije, para calmar un poco la tensión.

Sabía claramente que ella no dejaría la conversación inconclusa de la noche anterior, sabía que quería terminarla, pero no me atreví a decir nada sobre eso. Entonces me levanté de la cama y fui directo al armario por ropa deportiva.

—Yo desperté ansiosa —dijo.

—¿Por qué? —pregunte.

—Necesito que hablemos sobre tu futuro —se levanta de la silla—. Lo hablaremos después del desayuno. Puedes ir a correr primero.

Mi madre salió de la habitación luego de darme un beso en la frente, dejándome más nerviosa, más ansiosa, como si llevará una carga pesada que no podía soltar.

\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*

El viento helado de la mañana toco mi piel al abrir la puerta. Mi hermana me miro con una gran sonrisa en su rostro, ella se veía bien, siempre tenía un brillo natural que la hacía ver hermosa sin ningún tipo de maquillaje. Por mi parte pienso que tengo un estilo único.

—¿Qué pasa, Ale? —dijo Payton.

—Nada, ¿por qué?

—Es que te notas un poco... como lo digo... ¿Preocupada? —declaró.

—No es cierto —dije mientras empezaba a trotar y que Payton me siguiera.

—Vamos ¿por qué no le cuentas a tu hermana? —dijo Payton, mirándome con un gesto de interrogación—, sé que hablaste con Joseph, ayer. Mi madre me lo contó después de que te vinieras a casa, y tú sabes muy bien que ese muchacho nunca le dio buena espina.

Dejé de trotar en ese momento. Estaba tratando de no soltar la verdad de ninguna forma después de que Joseph me lo advirtiera, pero no era tan fácil, los únicos secretos que podría guardar eran los míos, pero no los de alguien más.

—Payton —dije, para después quedarme callada.

—¿Sí? —dijo ella con insistencia.

—Rosa esta desaparecida —solte—. Eso me dijo Joseph, ayer.

—¿Qué más te dijo? —pregunto.

—Me dijo que lo ayudará a encontrarla —dije un poco nerviosa —. Y que su família pertenece a la mafia.

—No te meterás en los asuntos de otros —me dijo en un tono que implicaba seriedad, pero no entendía el porque no se había sorprendido.

—¿Ya lo sabías? —la miré fijamente—, ¿por qué no te sorprende? —insistí.

—Sí, ya lo sabía, pero quería confirmar si él te lo había dicho —pronunció serena.

—Espera... no estoy entendiendo nada ahora, ¿cómo es que tu lo sabes? ¿Él... te lo dijo también? —dije.

—Hablaremos con mamá cuando volvamos a casa —Payton continúo trotando a lo que yo le seguí.

—¿Cómo lo supiste? —insistí.

—Lo busqué para que me lo dijera —respondió con una voz agitada—, mamá me lo pidió —continúo.

\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*

Cuando volvimos a casa, mi madre estaba sirviendo el desayuno mientras que Payton, le colaboraba colocando los vasos de vidrio sobre el comedor y yo con las servilletas.

—Mamá —dije.

—¿Qué sucede, cariño? —dijo muy calmada.

—¿Estás enojada conmigo? —pregunte con lentitud.

—¿Por qué estaría enojada contigo? —respondió en un tono más calmado.

—Ella, ya sabé que hablamos con Joseph, anoche madre —intervino Payton.

—Ah, entonces le contaste —le respondio mi madre a Payton, luego hizo una breve pausa para después continuar—, excelente.

—Madre... —dije.

—Bien, Alexandra —ella me interrumpió—, ¿dime como le ayudarás a Joseph a buscar a su amiga desaparecida? —dijo mi madre y el tono de su voz era fuerte, ahora sí estaba enojada —, dime como ¿repartiras panpletos, para ver si alguien la ha visto a caso o irás preguntándole a cualquiera sabiendo que su família no está en buenas relaciones? —dijo mi madre sarcásticamente.

—No iba a hacer eso —replique—. Seguro Joseph, tiene algún plan. Algo se puede hacer. Ademas ¿quien sospecharia de mí? No tengo nada que perder, ni que ver.

—Un plan que tal vez pueda llevarte a la muerte, eso quieres decir, sabes que todo lo que tenga que ver con personas como ellos termina mal, lo sabes ¿no? —dijo mi madre en un tono más alto—, tú no haras nada, que se encargué la policía.

—Esta bien —hice una pequeña pausa, mientras mi madre me veía con unos ojos fulminantes—, le dire que no puedo hacerlo.

—Olvidalo —dijo Payton—, ya hicimos eso por tí, no te preocupes —termino la oración.

—Desayunen —dijo mi madre, esta vez ya calmada—, y Alexandra, necesito hablar contigo de algo más importante, es la conversación sobre tu futuro.

¿Una conversación sobre mi futuro? ¿qué tendra mi madre en mente? ¿será porqué en dos meses cumpliré los 19? Pero aun no sé que hacer con mi vida... ¿será que piensa mandarme a trabajar? Pues si es así no hay problema, pero lo importante es que no me pregunté que quiero, porque si es así por presión puedo mentirle.

—Ale, ¿estás escuchando? —dijo Payton.

—¿Eh? —exclame confundida—, sí claro.

—De acuerdo.

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Cuando terminamos el desayuno, mi madre me llevo a la sala de estar, se notaba que estaba un poco inquieta como si hubiera algo que no quería que supiera, como si ocultara algo.

—Madre ¿estás bien? —le pregunté.

Ella sentada en un mueble, que parecía justo a su medida, solo tomo una carpeta azul que tenia cerca y me la entrego.

—Abrela —me dijo.

Observé que la carpeta tenía un nombre sobre ella y miré a mi madre para preguntarle.

—¿Es... estos son los papeles de extranjería? ¿de que se trata esto mama? —dije.

—Sí, así es —dijo mi madre—. Quiero que viajes y vivas con tu tia Martha, será lo mejor para ti.

—Madre ¿de qué hablas? —dije con sorpresa mientras leía los papeles—, ni siquiera la recuerdo. Ha pasado mucho tiempo desde que no la veo.

—Hablare con ella para que vaya por ti al aeropuerto.

—Pero ¿porqué? —dije exaltada.

—Sé muy bien como eres —dijo seriamente— eres el tipo de persona que es fácil de persuadir y manipular. No quiero que por culpa de alguien más tú vayas por mal camino —dijo con un tono sereno— ¿por qué crees que aleje a esos amiguitos de tu vida?.

Continuará...

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