Alianza Y Sangre

Capítulo 1: La Propuesta Inesperada

Luca De Santis caminaba por su despacho, observando desde lo alto el paisaje de Nápoles. La ciudad que había conquistado poco a poco, paso a paso, hasta convertirse en uno de los capos más poderosos de la mafia italiana. Sin embargo, esa mañana, no podía sacarse de la cabeza la llamada que había recibido de su viejo amigo Dimitri Ivanov, el líder de la mafia rusa.

"Tenemos que hablar. Cara a cara," había dicho Dimitri, y Luca no podía evitar sentir que algo grande estaba por venir.

Cuando la puerta de su despacho se abrió, Luca vio entrar a Dimitri con su habitual aire despreocupado, seguido de una joven que reconoció de inmediato. Anya Ivanova, la hermana menor de Dimitri, quien desde hacía años se había convertido en una sombra en los encuentros entre los dos mafiosos. Pero Luca la veía igual que siempre: una niña mimada, rebelde y caprichosa, con demasiadas ilusiones sobre la vida en el submundo.

Anya le dedicó una mirada intensa, cargada de un deseo que Luca había aprendido a ignorar con el tiempo. Aunque la muchacha había crecido, en su mente seguía siendo aquella chiquilla que lo seguía por todos lados, enamorada de un hombre que no tenía tiempo para juegos infantiles.

Dimitri tomó asiento frente a Luca, cruzando las piernas con naturalidad. "Luca, la situación se ha vuelto peligrosa. Hay una nueva facción en Moscú que está intentando apoderarse de nuestro territorio. Y aquí, en Italia, las cosas tampoco están tranquilas para ti."

Luca asintió, sabiendo que las palabras de su amigo eran ciertas. Los enemigos crecen donde el poder se acumula, y ambos lo sabían demasiado bien.

Dimitri inclinó su cuerpo hacia adelante, su rostro adquiriendo una seriedad que rara vez mostraba. "Tenemos que unirnos. Más allá de los negocios, más allá de la lealtad que nos tenemos. Hablo de un lazo de sangre."

Luca frunció el ceño, ya imaginando hacia dónde se dirigía la conversación. "¿Qué estás diciendo, Dimitri?"

Dimitri se aclaró la garganta y señaló a Anya. "Quiero que te cases con mi hermana."

El silencio cayó pesado en el despacho. Luca miró a Dimitri como si hubiera perdido la razón. "Non ci pensare nemmeno" (Ni lo pienses), dijo Luca con frialdad, dirigiendo una mirada rápida hacia Anya, que seguía clavando sus ojos en él, con una expresión desafiante.

Anya, en lugar de sentirse intimidada, levantó la barbilla, desafiándolo a seguir con esa actitud. "No soy la niña que recuerdas, Luca. Sé lo que está en juego aquí."

Luca se volvió hacia Dimitri, ignorando por completo la intervención de la muchacha. "Dimitri, esto no es necesario. Hay otras formas de sellar nuestra alianza."

Dimitri lo miró con dureza. "Ты должен жениться на моей сестре" (Debes casarte con mi hermana). "Es la única manera de garantizar la paz entre nuestras familias. Los otros lo verán como una señal de que nuestras mafias están unidas. Si no lo hacemos, estaremos vulnerables."

Luca apretó los dientes. La idea de casarse con Anya, esa niña malcriada, le resultaba insoportable. Pero la verdad que Dimitri exponía era difícil de ignorar. Sabía que la unión de sus familias fortalecería su posición, y aunque odiaba la idea de un matrimonio forzado, las circunstancias lo empujaban en una dirección peligrosa.

"Non sono interessato a questo matrimonio," (No estoy interesado en este matrimonio) murmuró Luca, mirando a Dimitri. "Pero si es la única forma de salvar lo que hemos construido, lo consideraré."

Anya sonrió, pero no era una sonrisa de victoria. Había algo más, algo oscuro en su expresión. Luca se preguntó si realmente sabía en qué se estaba metiendo. Porque una cosa era cierta: el mundo de la mafia no tenía espacio para los sueños juveniles ni los caprichos de una niña enamorada.

Así comienza una historia donde las lealtades se entrelazan con la traición, y el amor, si llega a surgir, será un campo de batalla tan peligroso como las guerras entre familias rivales.

Capítulo 2: La Boda del Siglo

La iglesia estaba decorada con un lujo que Luca consideraba innecesario, pero era lo que Dimitri había insistido que se necesitaba. Para la mafia rusa, las apariencias lo eran todo, y esta boda debía ser vista como un espectáculo, un recordatorio para todos los presentes de que las familias Ivanov y De Santis ahora estaban unidas. Luca observó cómo las luces de los candelabros se reflejaban en los costosos mármoles del altar, mientras los invitados entraban con discreción, mafiosos y aliados de ambos bandos.

Aún no podía creer que estaba a punto de casarse con Anya Ivanova. Su mirada se dirigió hacia el final de la nave de la iglesia, donde Dimitri, vestido con un elegante traje negro, charlaba con algunos de los hombres más peligrosos de Europa. Luca sabía que aquella ceremonia era más política que emocional. Y eso le recordaba exactamente por qué lo estaba haciendo.

Anya aún no había aparecido, y el silencio en la iglesia parecía espeso, como una presión constante sobre sus hombros. Luca ajustó su corbata con nerviosismo, aunque no era su estilo mostrar ninguna clase de incomodidad. Su madre había intentado convencerlo de que una boda con amor verdadero era lo más importante, pero en este mundo, el amor era un lujo que pocos podían permitirse.

Finalmente, la música cambió, y las puertas se abrieron. Anya apareció, caminando con paso firme. No había en su rostro ninguna señal de nerviosismo. Al contrario, lucía segura de sí misma, como si esta fuera la culminación de un sueño largamente acariciado. Su vestido blanco, adornado con perlas y encajes, contrastaba con la ferocidad en sus ojos azules.

Luca se obligó a mantener la compostura mientras Anya avanzaba hacia él. No podía dejar de notar que, aunque aún veía rastros de la niña malcriada que solía seguirlo a todas partes, ahora había algo diferente. Algo que no había visto antes. Una determinación en su expresión, una especie de madurez que quizás había subestimado. Sin embargo, eso no cambiaba nada. Para él, esto era solo un contrato más, otro trato para proteger su territorio.

Dimitri la entregó en el altar con un gesto solemne, y Luca extendió su mano, uniendo la suya a la de Anya. La ceremonia comenzó, pero Luca apenas podía escuchar las palabras del sacerdote. Todo lo que oía era el eco de la advertencia de Dimitri en su mente: "Esto no es solo un matrimonio, Luca. Es una alianza. Fallar en esto sería nuestra perdición."

Cuando el sacerdote dijo: "Puedes besar a la novia", Luca dudó por un segundo. Anya lo miró, esperando. Sabía que para los invitados, este beso sellaría la alianza que habían venido a presenciar. No era el momento de dudar. Luca se inclinó hacia ella, tocando apenas sus labios con los suyos, un beso frío, mecánico, como si fuera parte de una transacción.

Pero en ese instante, algo cambió. Anya lo besó con una intensidad que Luca no esperaba. No era solo una formalidad para ella. Era un desafío. Un recordatorio de que ella no era la niña que él había ignorado todos estos años. Al separarse, sus miradas se encontraron, y Luca sintió una punzada de incomodidad. Anya estaba jugando un juego que él aún no comprendía del todo.

Capítulo 3 : Enemigos Silenciosos

La recepción se llevó a cabo en una lujosa villa en la costa napolitana, con vistas al mar. Las luces brillaban sobre las aguas tranquilas, mientras los invitados celebraban con vino caro y conversaciones discretas. Luca observaba a Anya desde la distancia mientras ella conversaba con algunos de los hombres de su hermano. Aunque acababan de casarse, no había hablado mucho con ella. Todo había sido formalidades.

De repente, sintió una mano en su hombro. Dimitri. "Me alegra ver que todo fue bien," dijo el ruso, levantando su copa. "Nuestra alianza es más fuerte que nunca, Luca."

Luca alzó su propia copa, chocando suavemente con la de Dimitri. "Espero que tengas razón."

Dimitri sonrió, pero su expresión era más sombría de lo habitual. "Tengo un mal presentimiento sobre los franceses. Están demasiado tranquilos últimamente. Y cuando los franceses están tranquilos, es porque están tramando algo."

Luca asintió, compartiendo esa misma preocupación. Los franceses habían estado intentando invadir el territorio italiano desde hacía tiempo, pero siempre encontraban una manera de quedarse en las sombras, esperando su momento. Ahora, con la unión de las mafias rusa e italiana, podrían verse más amenazados que nunca.

"Les haremos saber que no toleraremos ninguna interferencia," dijo Luca con determinación.

Dimitri le dio una palmada en la espalda, pero su mirada se desvió hacia Anya. "Mi hermana está lista para ser tu esposa, Luca. No la subestimes."

Luca dejó escapar un suspiro. "Ella sigue siendo una niña malcriada, Dimitri. Puedes vestirla como una reina, pero sigue siendo la misma niña que solía seguirme."

Dimitri lo miró con dureza. "Ты ошибаешься, мой друг" (Te equivocas, amigo mío). "Anya ha crecido. Es más fuerte de lo que crees."

Luca no respondió, pero la advertencia de Dimitri se quedó con él. Mientras la noche avanzaba, y las celebraciones continuaban, Luca no podía evitar sentir que algo en esa unión estaba fuera de su control. Anya no era simplemente la niña que recordaba, y la política entre las mafias era más traicionera que nunca.

Las tensiones crecían, y el verdadero peligro aún estaba por revelarse.

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