La leyenda de los animales sagrados.
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo el Dios Kaayo, harto de solo ver oscuridad decidió crear la vida en el mundo, creando frondosos bosques, extensas llanuras, grandes desiertos y vastos océanos, construyendo así un mundo hermoso, tan hermoso que para él era un desperdicio que solo él pudiera admirarlo, por lo que tomo los 4 elementos primarios (tierra, aire, agua y fuego) y creo a partir de ellos 4 grandes tribus que habitaron en paz y armonía el mundo creado por aquel dios.
Pero donde hay bondad, hay maldad y ese era el Dios Daotan, quien totalmente asqueado por la creación del dios Kaayo, decidió destruirla, pero sin importar lo que hiciera, Kaayo lo detenía, por lo que harto decidió ir de tras de sus creaciones, Daotan sabía que Kaayo nunca actuaría en contra de sus propias creaciones, por lo que dándose cuenta de lo volubles que estas eran, empezó a manipularlos para que se destruyeran entre sí, y con ellos, el hermoso mundo que Kaayo había creado.
Rápidamente, Daotan destruyo la armonía entre las cuatro grandes tribus y causo la guerra entre ellas, lo que poco a poco fue deteriorando la naturaleza, ya que para que esta subsistiera se necesitaba de los 4 elementos primarios, y debido a las contantes peleas entre las tribus el planeta no podía recuperarse, Kaayo uso su magia para mantener el equilibrio, pero las tribus destruían más rápido de lo que él podía arreglarlo, por lo que harto busco la montaña más alta y decidió invernar allí, con la esperanza que su ausencia hiciera entrar en razón a las tribus y estas pararan las guerras, pero esto no paso, y cada vez Daotan tenía más y más poder y ya sin nadie que lo detuviera comenzó a atacar activamente al mundo sembrando el caos y el sufrimiento a todos los seres que lo habitaban.
Dándose cuenta de que la única manera de detener a Daotan era ir en busca de Kaayo, las 4 tribus comenzaron su búsqueda, pero sin importar cuanto lo intentaran no podían llegar a él, la montaña donde se encontraba era azotada por fuertes corrientes de viento que le hacía imposible a cualquier ave volar a la cima, solo unas pocas criaturas de tierra podían llegar a la cima, pero allí había un barranco que era imposible cruzar, a menos que sea volando, lo que les impedía avanzar, y estaban seguros de que más adelante había más pruebas que les impedirían llegar al dios, pero a pesar de las dificultades, ninguna de las tribus estaba interesada en ayudar o cooperar con alguna otra.
- Nosotros podemos revolverlos solos, no les daremos la satisfacción de sentirse superiores si les pedimos ayuda – decían los 4 líderes
Pero no todos pensaban así, dentro de la tribu del agua, había una pez Koi, quien desde siempre fue un dolor de cabeza para sus compañeros, puesto que cada vez que tenía la oportunidad insistía en que debían de unirse a las demás tribus para buscar al dios Kaayo, pero solo recibía malas miradas, y uno que otro insulto, por lo que harta de las negativas ella misma decido ir en busca de la ayuda que tanto necesitaban.
Aquella pez Koi, se dirigió a la montaña con la esperanza de encontrar en sus alrededores más seres que pensaran lo mismo que ella, y así formar un grupo que lograra llegar hasta donde dormía el dios, afortunadamente para la pez, no tuvo que buscar demasiado, puesto que a los pies de la montaña había tres animales más, miembros de las otras tribus que tenían la misma idea de aquella pez; un carnero, una águila y un lagarto cornudo, junto con la pez koi, los 4 formaron un equipo que tenía como objetivo lograr lo que nadie más había logrado.
Como ya se sabía el primer obstáculo era subir la montaña, la cual el Carnero subió sin ningún problema con los demás a cuestas, demostrando así su gran destreza, dicha hazaña subió la confianza de la pez, quien ahora estaba más segura de que lograrían realizar la misión que ellos mismos se habían impuesto.
El siguiente obstáculo, era un enorme acantilado, tan ancho que era imposible saltarlo, o hacer un puente para cruzarlo, así que fue turno de la águila ayudar a sus compañeros, la águila los paso uno a uno, hasta que todos estuvieron a salvo del otro lado, ante esto, la pez se sintió inspirada, puesto que sus compañeros habían logrado superar sus pruebas de manera eficiente, y ella no sería diferente.
Después los cuatro animales siguieron su camino, pero este fue abruptamente detenido por un río, muy ancho y caudaloso, el cual era imposible pasar volando debido a la densa neblina que había sobre él por lo que ahora fue turno de la pez ayudarlos, emocionada porque había llegado su turno, la pez entro en el río, para sentir el poder de la corriente, esta, efectivamente era muy fuerte, pero soportable para la pez, quien buscó un trozo de madera, y como si se tratara de una balsa, sus compañeros se subieron a esta y fueron remolcados por la pez hasta la otra orilla, logrando así superar el tercer obstáculo, algo que lleno de alegría a la pez, quien se sentía satisfecha consigo misma, por no haberles fallado a sus compañeros.
El último obstáculo era un pequeño valle calcinante, donde quien lo pisara recibía quemaduras graves, y el aire era tan caliente y sofocante que era imposible atravesarlo volando, por lo que ahora el joven lagarto quien debía ayudarlos.
Los cuatro animales atravesaron aquel calcinante lugar y al otro lado se encontraba un hermoso bosque lleno de vida y allí estaba el dios Kaayo, quien los había estado observando todo este tiempo y al ver como en el camino, los cuatro animales, hicieron a un lado sus diferencias, uniéndose como siempre tuvo que haber sido, él los bendijo para que llevaran esa unión a sus tribus y así acabar con el dios Daotan, para que todo volviera a ser como él alguna vez lo concibió.
- Esta es la leyenda de los animales sagrados, que es en realidad el origen de los cuatro grandes magos, quienes arriesgaron su vida para encontrar al dios Kaayo, para así salvar al mundo, y los cuales por su valor recibieron del dios la bendición de los animales sagrados, el Carnero borrego cimarrón de la tierra, la Águila harpía del aire, el Pez Koi del agua y el Lagarto cornudo del fuego, y fue gracias a esta bendición que sus poderes aumentaron aún punto inimaginable y así acabaron con el malvado dios Daotan, y fundaron los cuatro reinos de los elementos, coronándose así como los primeros reyes y acabando los conflictos entre ellos, trayendo así la paz y la prosperidad a este mundo, pero donde hay luz, hay oscuridad y el dios Dotan volverá muy pronto a este mundo, es por eso, que como lo dice la profecía, los cuatro animales sagrados elegirán a otros portadores y renacerán en este mundo para detener al dios Daotan, es por eso que los he llamado el día de hoy para comunicarles en que familia renacerá la gran Pez Koi – le dice el oráculo al rey Beck Aquetzalli, monarca del reino del Agua y a sus 3 duques.
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Hola a tod@s 👋👋👋.
Tal y como les había comunicado, aquí está la nueva historia, la cual es la tercera parte de la tetralogía, “Los 4 Guerreros de los Elementos” cuyas dos primeras partes ya están en disponibles, las cuales son, “El Guerrero de la Tierra” 🐏 y “La Guerrera del Aire” 🦅.
Espero que les guste y que disfruten de esta nueva historia.
NARRADOR
En el palacio del Agua se encontraba el rey Beck, quien estaba encerrado en su oficina realizando su trabajo, cuando unos golpes en la puerta lo interrumpieron.
- Su majestad, ha llegado un mensaje para usted – hablo uno de los guardias que custodiaban el estudio del monarca, desde el otro lado de la puerta.
- Adelante, pasa y dime ¿de qué se trata? – dijo el rey, a lo que el guardia entro, entregándole una carta, pero lo que en realidad llamo la atención del monarca fue el sello en dicho documento, puesto que era el símbolo del oráculo, por lo que sin perder tiempo leyó el contenido de la carta – el momento ha llegado, manda un mensaje a los tres duques, avísales que el oráculo ha solicitado de nuestra presencia – le dice el rey al guardia, quien abre los ojos con sorpresa y se apresura a realizar lo que el rey le ha pedido.
Una vez a solas, e incapaz de seguir trabajando, el rey se dirigió a la residencia de su concubina, donde está sé encontraba almorzado con su hijo.
- Su majestad – saludo la concubina con modales exquisitos, y su hijo hizo lo mismo.
- Ambos saben que tanta formalidad no es necesaria, son mi familia – les dice el rey, mientras toma asiento con ellos – Jordan, hijo mío, ve a tu habitación un momento, debo de hablar con tu madre.
El joven príncipe asintió ante las palabras de su padre y se fue de allí dejando a la pareja sola.
- ¿Qué pasa cariño? – le pregunto la concubina, cuando su hijo se había ido.
- Tengo que irme, el oráculo ha solicitado mi presencia, pero temo al dejarte sola aquí con nuestro hijo, es por eso que te pido que empaques tus cosas y partas rumbo a nuestro refugio y te quedes allí hasta que vuelva – le dijo el rey a su amada.
- Si eso te hace sentir más tranquilo, así será, partiremos hoy por la noche – le dijo la concubina, a lo que el rey asintió y salió de allí para preparar todo para su partida.
A la mañana siguiente, el rey, junto con sus duques, ya se encontraban listos para partir rumbo a la torre del oráculo, dicha torre se encontraba en un punto específico, donde los 4 reinos convergían, siendo este un lugar único.
El viaje era largo, por lo que durante el trayecto el rey y sus duques discutieron varios aspectos con relación al reino, había tantas cosas que discutir, que el viaje paso en un abrir y cerrar de ojos y cuando menos se lo esperaron, habían llegado a la torre, donde uno de los habitantes del lugar los recibió, y los guio hasta una pequeña sala de espera, donde se encontraban los monarcas y duques de los otros reinos.
- Así que todos fuimos convocados al mismo tiempo – le dice el rey a sus hombres.
- Así parce, su majestad.
El rey Beck, junto a sus duques, tomaron asiento en uno de los lugares disponibles, y esperaron el momento en que el oráculo llamara por ellos.
No paso mucho tiempo, cuando uno de los servidores del oráculo llamo al rey de la Tierra y a sus duques, puesto que fue el primero en pasar, al salir estos no se veían muy contentos, algo que preocupo un poco al rey Beck. Después, fue la reina del aire quien fue convocada, junto con su séquito, el rey Beck, la verdad no puso mucha atención cuando estos salieron, y no porque le parecieran poco importantes, sino por el hecho de que era muy conocido que la realeza del aire nunca mostrada lo que sentía en público, por lo que era una pérdida de tiempo intentar descifrar si habían recibido buenas o malas noticias.
- Su majestad, rey Beck Aquetzalli, la oráculo lo recibirá a usted y a sus duques – hablo una joven, quien sin esperarlos se dio la vuelta y salió de la habitación, por lo que Beck y su gente no dudaron en ir tras ella.
Aquella joven los guio por la torre hasta llegar a una habitación, y al entrar se dieron cuenta de que se trataban de los aposentos de la oráculo.
- Es un placer para mí recibirlos – les hablo la oráculo, y al verla los presentes se quedaron mudos, puesto que frente a ellos se encontraba la mujer más singular que jamás habían visto, pero a la vez la más hermosa, a pesar de su avanzada edad, puesto que aparentaba tener 60 años, esto no opacaba ni un poco su belleza, con una piel de tono marrón terroso, un cabello rojo como el fuego y unos ojos tan azules como el cielo y el mar, la oráculo tenía una belleza sobre natural, que dejaba sin palabras a quien sea que la viera.
- El placer es todo nuestro – habla el duque Niza, quien es el primero en salir de su ensoñación.
- Sus palabras son muy amables, como ya sospecharan, el dios Daotan ha ganado mucha fuerza y muy pronto estará listo para atacar a los cuatro reinos y la paz que ha perdurado por tantos años, pero como en antaño, 4 personas serán elegidas por los animales sagrados y juntos lucharon contra el mal, y solo ellos podrán vencerlo.
Les hablo la oráculo, quien sin dudarlo un poco, se acercó a la duquesa Itsi, quien al ver que la oráculo se dirigía hacia ella, se dejó caer de rodillas, esperando a que la imponente mujer llegara hasta ella.
- Duquesa Cary Itsi, tu descendencia han sido elegida para llevar tan grande honor, el segundo de tus hijos, será el padre de la gran pez Koi, su primogénita será bendecida por el dios Kaayo, con los poderes del agua – le dijo la oráculo, mientras colocaba su mano sobre la cabeza de la duquesa.
- Para mí y mi familia es un honor y nos aseguraremos de criar a la gran pez Koi, para que cumpla su misión correctamente – le dice la duquesa, quien aún sigue de rodillas frente a la oráculo, y solo se levanta cuando esta se aleja.
- Por mucho que su magia sea fuerte, la elegida no podrá hacerlo sola, es por eso que su majestad Rey Beck, su hijo será el padre, de la pareja de la gran Pez Koi, será su compañero y su mejor aliado – les dijo la Oráculo.
- Criaré a mi hijo para que mi nieto sea una persona digan de tal honor – habla el rey.
Entonces, ante la mirada atónita de todos los presentes, la oráculo, comienza envejecer frente a ellos, 20 años de golpe, causando el temor en los presentes.
- Ahora pueden irse, regresen a su hogar, pero recuerden, a veces los más frágiles, son los más fuertes – le dice la oráculo, y con esas últimas palabras los 4 abandonan la habitación y son guiados hasta la salida.
Por la mente de la duquesa Cary pasaban muchas cosas, puesto que desde hacía un tiempo, ella había empezado a tener problemas con sus dos hijos, aunque ciertamente era el menor el que menos problemas causaba, por lo que al llegar a casa tendría que hablar con su esposo, había decisiones que tomar.
Otro que estaba muy pensativo era el rey, quien no podría estar más contento con lo ocurrido, él siempre había deseado que si hijo menor ascendiera al trono, y la profecía del oráculo le daba la oportunidad perfecta para lograrlo, al fin su hijo amado ocuparía el lugar que se merecía.
NARRADOR
Tras las palabras de la oráculo, había cosas que debían de cambiar, sobre todo para la familia Itsi y la familia real.
Al llegar a casa la duquesa le informo a su esposo lo ocurrido con la oráculo, puesto que ambos debían de tomar una decisión con respecto a quien sería el futuro heredero del ducado.
El ducado Itsi era el único de los ducados que tenía una duquesa y no un duque, puesto que a pesar de haberse casado, era ella quien tenía el título y no su esposo, algo que hizo historia en el reino del Agua, donde desde hacía muy poco, se les había permitido a las mujeres heredar un título.
La antigua reina del Agua, desde que había ascendido al trono, lucho por la igualdad entre hombres y mujeres, logrando, después de mucho tiempo, que las mujeres pudieron heredar el título de sus padres, pero a pesar de eso, eran muy pocos los nobles que heredaban su título a sus hijas, aun cuando estas eran sus primogénitas, en este caso preferían heredárselo al hijo varón de mayor edad, y en los casos donde eran hijas únicas, mejor buscaban un hombre de buena facial para casarlas, dándole al esposo el título y no a su hija, el antiguo duque Itsi, fue el primer noble de gran posición que le paso el título a su hija, algo que no fue muy bien visto al principio, por lo que Cary había luchado con uñas y dientes para demostrar ser digna del título de su padre, y con el tiempo sus esfuerzos fueron “recompensados” de una manera un tanto extraña.
Cary se casó con un el segundo hijo de un conde, del cual estaba enamorada, y al poco tiempo dio a luz a gemelos, pero lo que llamo la atención de todos, es que ambos habían nacido con la bendición de la gran Koi, y no solo el primogénito como suele ser, debido a este acontecimiento, Cary fue aceptada por completo como la nueva duquesa Itsi, a pesar de llevar varios años más desempeñado ese papel, y la duquesa sabía que el hecho de que su familia fuera la elegida para traer a la gran Koi, solo elevaría más su estatus.
- Malek ha demostrado ser alguien un tanto perezoso, y se nota que no desea heredar el título de duque, mientras que Maxwell ha demostrado ser muy diligente en sus estudios, si bien es un tanto problemático, ambos gemelos los son, así que no veo ningún problema en que nombres a Maxwell como tu heredero, como el padre de la gran Koi, siento que él debe de ser el próximo duque, más adelante podremos buscarles a Malek un matrimonio ventajoso, así nos aseguraremos de que tenga una buena vida – le dijo su esposo a Cary.
Cary reflexionaba las palabras de su esposo, y debía de admitir que su razonamiento era correcto, seguramente todos esperarían que Maxwell sea el siguiente duque, debido a las palabras de la oráculo, por lo que lo mejor sería nombrarlo a él el heredero y no a Malek, afortunadamente ambos habían nacido con la bendición de la gran Koi, por lo que no causaría problema alguno quien heredara el título, solo esperaba que esta decisión no generara conflicto alguno entre los hermanos.
Ese mismo día ambos padres se reunieron con sus hijos adolescentes y les comunicaron su decisión, decisión que aparentemente ambos chicos tomaron de buena manera, lo que causo gran alivio en la duquesa, quien sentía que se quitaba un peso de encima.
Mientras que en la mansión Itsi todo parecía estar bien, en el palacio real todo era muy distinto.
- Eres una completa inútil – gritaba la reina, quien golpeaba con una vara las manos de su hija.
La joven tenía la mejilla inflamada, debía a la cachetada que su madre le había dado nada más entrar, Jenna apretaba los labios para no lanzar ni un solo quejido de dolor, sabía que de hacerlo, su madre se enojaría aún más con ella.
- Te lo dije una y otra vez, debes de ser mejor que el estúpido de tu hermano, debes de superarlo en todo, solo así serás reina, pero al parecer no me escuchas, porque de haberme hecho caso, la oráculo te hubiera considerado a ti y no a ese bastardo – gritada la mujer sumamente molesta – vete, no quiero verte – le digo la reina a su hija, quien a pesar del dolor que sentía en sus manos, tomo su vestido y haciendo una perfecta reverencia, salió de aquella horrible habitación.
El matrimonio entre los monarcas del agua, había sido por todo, menos por amor, la actual reina, era la segunda hija del duque Atemoc, Amaya, siempre deseo hacerse con el ducado, puesto que se considera mejor que todos sus hermanos, pero no fue así, a pesar de todo su esfuerzo, su padre nunca la considero, algo que molesto mucho a Amaya, a quien poco lo importaba no ser la primogénita, ella se creía superior, y nada podía hacerla cambiar de opinión.
Usando las influencias de su apellido, Amaya, se colocó como la mejor candidata a reina, tenía el apoyo de los nobles más influyentes del reino, y de los propios reyes, su ascenso era inevitable, pero entonces ella apareció, Kendra Nandá, hija de un simple Vizconde, quien con tan solo unos pocos encuentros logro enamorar a Beck, quien quedo encanto con la belleza y amabilidad de la joven, todo lo contrario a su prometida, por lo que decidió romper el compromiso para casarse con Kendra y esto era algo que Amaya no permitiría.
Amaya una vez más uso todas sus influencias para que se le presionara a Beck para casarse con ella, cosa que funciono la perfección, puesto que por mucho que Beck amara a Kendra, no tenía la fuerza ni la determinación suficiente para pelear por ella.
Pero las cosas hechas mal, nunca terminan bien, el tiempo paso, y el matrimonio no había sido consumado, algo que presionaba constantemente a Amaya, quien sabía que su puesto estaba en riesgo sin la llegada de un heredero.
Por su parte el rey aún no olvidaba a su amada, y un día, sin siquiera esperárselo se reencontró con Kendra, quien aún no se había casado, por lo que no dudo en ningún segundo en pedirle ser su concubina, algo que la joven acepto sin dudar, puesto que ella amaba al rey y se conformaba con solo estar a su lado
A pesar de su plan para convertir a Kendra en su concubina, Beck no podía hacerlo sin la aprobación de Amaya, debido a las leyes para fomentar la igualdad de la antigua reina, un hombre no podía tener concubinas, a menos que su esposa las aceptara, esta fue la manera que encontró la anterior reina para evitar que las esposas legales sean maltratadas por las concubinas de su esposo, que muchas veces eran más favorecidas, al principio quería abolir el sistema de concubinas, pero al no poder lograrlo, opto por esta opción.
Con total descaro, Beck busco a Amaya para que esta diera su autorización, puesto que en su cerrada mente, la mujer aceptaría sin rechistar, obviamente Amaya se negó por varios días, pero la reina al ver la desesperación de su esposo por traer a esa mujer al palacio, decidió usarlo a su favor, a Amaya no le hacía mucha gracia tener a esa mujer cerca, pero sabía que Beck era un estúpido sentimental, y cumpliría con lo que sea que ella le pidiera, con tal de estar junto a la mujer que decía amar, así que a cambio de dar su permiso, Amara le pidió al rey consumar el matrimonio, para así asegurar su lugar como la reina.
Así Beck visitó a Amaya todas las noches por varias semanas, hasta que la reina queda embaraza, y una vez con el futuro heredero en el vientre, Amaya le dio luz verde a Beck, quien no dudo en ir por su amada para casarse.
El día de la boda, Amaya, para asegurarse que su hijo fuera el único heredero, le dio a Kendra un veneno para dejarla estéril, pero las cosas no salieron como ella lo había planeado.
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