Eran las 10:06 de la mañana.
Los pasillos del campus se encontraban vacíos en esos momentos por la hora de clases, sin embargo, un repentino sonido ensordecedor empezaba a hacerse eco a medida que se acercaba a los salones.
Poco a poco, el sonido cobraba más lucidez.
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Se escuchaban los zapatos corriendo cada vez más cerca. Y el causante de esas pisadas no era nada menos que Aiden, quién llegaba tarde a su segunda clase.
Había estado corriendo desde la entrada del campus sin parar ni un segundo, lo que hacía evidente su cansando por el sudor y su respiración agitada en el momento.
Aun así, no paro de correr a pesar del dolor que estaba experimentando poco a poco.
No obstante, cuando estaba a punto de llegar a la puerta de su aula, sus libros se cayeron al suelo de manera improvista, provocando así que el sonido fuera lo suficientemente fuerte para llamar la atención de algunas personas que pasaban por los pasillos.
Avergonzado por eso, Aiden se agachó para tomar sus cosas sin mirar a las personas a su alrededor por la pena que sentía en esos momentos. Tomo sus cosas lo más rápido que pudo sin mediar razón y las metió a la misma velocidad que su mano podía hacer, sin importarle que se rompieran o que no entrarán del todo bien.
Cerró su mochila y volvió a emprender una carrera contra reloj por los pasillos, pero se detuvo sin remedio al cabo de unos instantes.
Era más que obvia la razón, su cuerpo ya le estaba pasando factura y el dolor interminable comenzaba a ser insoportable, sin embargo, no se detuvo hay, las arcadas empezaron a aparecer y era casi imposible detenerlas.
Duró así durante todo su trayecto hacia la puerta de su aula; hasta que por fin llegó y con miedo, abrió la puerta lentamente.
Al abrirla, el silencio se hizo presente en el aula.
El maestro, dirigió su atención hacia Aiden, observándolo con una clara expresión de disgusto y enfado; se trataba del profesor Jons, conocido por su horrible carácter y personalidad; era temidos por todos los estudiantes ya que no solía ser del todo amable con ninguno bajo ninguna circunstancia, y como cereza del pastel, estaba rodeado de varios rumores como la infidelidad, delitos menores y problemas de alcohol, no obstante, jamás se llegó a comprobar dos de ellos.
Mirando fijamente a Aiden por unos momentos, se digno a hablar con mucha frialdad.
— Llegas tarde joven Sanders.
Comento con un semblante frío y sin cambiar la expresión de disgusto.
— Lo lamento..., me levante un poco tarde.
Respondió con pánico en su rostro y sudando frío en su cara. Pareciera como si estuviera a punto de llorar, pero no; se quedó quieto en la puerta, sin mover ni un dedo, esperando la señal del profesor para que pudiera entrar.
—Como sea, entra de una vez, no quiero que sigas interrumpiendo la clase, así que cuando termine, quédate en el aula para que hablemos.
Sacudió la mano sin darle más vuelvas al asunto.
—Gracias..., disculpe las molestias...
Hizo una reverencia antes de caminar a pasos agigantados hacia su puesto favorito. Ese asiento era el más lejano que había elegido para que no le perturbará el bullicio de sus compañeros, y, aunque estuviera a una distancia muy arriba donde no se escuchaba del todo bien al profesor, no le generaba un gran problema para Aiden, puesto que heredó el sentido agudo para oír a grandes distancias como su padre, lo que le permitía oír sin mayor problemas.
Al llegar por fin a su asiento, se tomó la sorpresa de que su compañera lo esperaba con una sonrisa de oreja a oreja.
Literalmente...
—¿Qué haces aquí arriba?.
Preguntó incrédulo por la presencia de su compañera.
—Note que venías tarde, así que me senté aquí para burlarme de ti cuando vinieras.
—Muy graciosa Adeline, ahora apartate de mi asiento antes de que te arranque esas lindas orejas tuyas de un tirón.
Amenazo entrecerrando los ojos de manera desafiante, esperando alguna reacción de su compañera.
—esta bien, está bien~, no me mires así, sabes que solo bromeó, amo demasiado mis orejas para que me las quites así.
Levantó ambas manos a la altura de la cabeza en señal de rendición y levantándose de su asiento para cambiar al que tenía al lado.
— Se que bromeas; perdón si me moleste demasiado, me estrece..., no te decía en serio lo de las orejas...
—Nah, no tienes que disculparte, se que no estabas del mejor humor, así que por eso te moleste; fuera de bromas, por qué llegaste tarde?, por lo general llegas mucho antes.
Apoyo su mano derecha en su mejilla y relajo su mirada como si estuviera por escuchar algo divertido.
—Me desperté tarde..., al parecer ignore la alarma sin darme cuenta; será mejor que aumente el volumen para que no pase de nuevo...
—Ja, ja, ja, ja, en serio?, quien lo iba a imaginar, el Gran Aiden cometió tal error y estropeó su 《horario perfecto》, ja, ja, ja.
—Para de una vez..., como como soy con mi horario...
Agarro la cola de Adeline y la apretó con fuerza, demostrando que estaba hablando en serio.
Ante eso, Adeline no pudo evitar retorcerse por la repentina sobrecarga de dolor y al mismo tiempo que hacía eso, su pie derecho se golpeó accidentalmente con la mesa al intentar cambiar de posición para quitar su cola de las manos de Aiden, por lo que triplicaba el dolor.
—Ayyyyy!, ok, ok!, suelta mi cola, ya lo entiendo.
Exclamó en voz baja, suplicando piedad para que le soltara la cola y soltando una pequeña lágrima por el ojo izquierdo.
—Eso te pasa por no ser un buen perro.
Respondió soltando su cola.
—Ya te dije que por nacer con la raza de un perro, no significa que tenga que acatar órdenes.
—Ja!, ahora ves como se siente?, sabes que lo dije para molestarte, no?.
—Ya lo sé..., pero cambiando de tema, escuchaste el rumor?.
Se inclinó para susurrarle al oído.
—Rumor?, cuál rumor?.
Se inclinó también para escuchar mejor el chisme.
— Escuche de unas amigas, que hace una semana, ingresaron dos extranjeros a nuestra universidad, y que en su presentación al grupo, ambos afirmaron ser Deltas.
—Ambos Deltas?.
Pregunto sorprendido.
—Si~, así mismo reaccione yo, pero dicen que son muy reacios a integrarse con las personas y que debes en cuando son hostiles.
—Supongo que era lo esperado, aunque tal vez las personas a su alrededor sean muy insistentes y por eso son así, quién sabe, no debemos juzgar un libro por su portada.
— cierto, tienes razón, quizás y sean buenas personas.
—esperemos que sí...
Luego de haber terminado sus clases, Aiden se encontraba acabando de organizar los papeles que le había asignado el profesor como castigo hace horas atrás.
《maldito profesor de mierda》
Maldijo para sí mismo, mientras caminaba por los pasillos en dirección a la salida.
— ya es demasiado tarde..., Eiki debe de estar hambriento; correré más rápido para llegar a tiempo...
Comenzó a acelerar el paso hacia la salida.
Sin parar ni un segundo y acortando cada vez más la distancia conforme iba corriendo.
Sin embargo, al pasar cerca del parque del campus, se cansó mucho más rápido de lo que lo había hecho esta mañana.
—Rayos..., necesito estar más en forma..., aunque sé que realmente no lo haré.
Decía entre jadeos, caminando por el parque.
El parque en el que se encontraba, era muy conocido en la universidad por diversas cosas; una de ellas era por sus hermosos árboles y flores cuidadas en buen estado, con un hermoso aroma que rodeaba todo el campus en primavera e invierno, pero la otra...
Era más por fines románticos; muchas personas se le declaraban a las personas que les gustaba, y, en muchos casos, siempre era efectivo.
—Hoy está tan tranquilo, será porque ya es tarde?, no veo ni un al-
Sin terminar de decir sus palabras, presenció como una persona corría a pasos veloces, intentando escapar de una chica que la perseguía por detrás.
Impactado por eso, Aiden no hizo más que mirar a lo lejos, hasta que la chica lo vio a la distancia, y corría hacia él de forma desesperada. Sin poder hacer mucho a demás de retroceder unos cuantos pasos, Aiden ya se encontraba con la chica en frente.
— Querido~, aquí estas~, te estaba buscando por mucho tiempo.
Comentaba con una sonrisa forzada, y con un rostro lleno de sudor. Sosteniendo las manos de Aiden con mucha fuerza.
La chica que sostenía sus manos con tanta insistencia, era un Auman de tipo Leopardo de las nieves, una especie que, por lo general no solía vivir en grandes ciudades.
Su piel, era blanca como la porcelana; tenía un pelo largo pero rulado de un color blanco como la escarcha; y unos ojos azules como el cielo.
Vestía una camisa blanca larga de manga corta, encima de ella, una chaqueta roja de manga larga con capucha; en su cuello, un collar negro; una falda que le llagaba hasta las rodillas de un color rojo casi llegando al negro; con unos zapatos deportivos que no cuadraban con todo lo anterior; y unas medias largas negras.
—Am..., que?, quien eres?
Pregunto incómodo por la repentina conversación de la chica y, tratando de zafarse de su agarre.
Sin éxito.
— Por favor, ayúdame..., esa chica no para de acosarme, e estado intentando alejarla de todas las maneras pero no e tenido éxito..., sí me ayudas te lo pagaré, así que por favor AYUDAME.
Se acercó a él, susurrándole al oído y hablándole en voz baja.
—De acuerdo..., está bien, así que suéltame...
Apartó su cara de ella para intentar tener más espacio personal y al instante, se zafó de su agarre.
En ese preciso momento, la chica que la perseguía, llegó por fin ante ambos. Al estar frente a ambos, primero miró con desdén a Aiden por unos segundos, pero luego volvió a dirigir su atención a la chica.
—¿Por qué saliste corriendo así, Leonor?.
Pregunto con una expresión de dolor y angustia.
—Este~..., mi novio me estaba buscando así que me apresuré a ir; ahora mismo me tengo que ir con el, así que aprecio tu amabilidad de acompañarme.
Tomó el brazo de Aiden y lo entrelazo con el suyo; pegándose más a el para mostrar cercanía.
En la mente de Aiden, esta acción le parecía muy incómoda, así que al instante se crispo, sin embargo, rápidamente cambió su expresión a una de cariño.
La chica, en cambio, no parecía del todo convencida.
—Tú novio?, y que tipo es?.
Frunció el ceño sin oculta su disgusto.
—Si, es mi querido novio..., llevamos dos meses y el es...
Aiden mirando la expresión de súplica de Leonor, decidió ayudarle.
—Soy un Beta...
Respondió con una expresión de indiferencia ante la cara se sorpresa de la ACOSADORA.
—¿¡ Un Beta?!.
Exclamó sin poder creerse tal cosa.
—Algún problema de que sea Beta?.
Pregunto sin cambiar expresión.
—Claro que si!, como un Beta puede estar con un Delta?!.
En ese preciso instante, la mente de Aiden hizo 《clic》y recordó aquella conversación que tuvo con Adeline en la mañana sobre dos Deltas en el campus. No podía creerse que se había encontrado con uno,¡¿y en el mismos día!?.
Eso debía ser alguna broma de los Dioses.
Pero cuando escucho eso, no pudo evitar cambiar de expresión a una de asombro, provocando que se sobresaltara, y Leonor había notado esa cara; rápidamente tomó riendas en el asunto para que no fuera descubierta.
—Por qué insultas a mi novio?.
Pregunto con un semblante serio y frío, pero al mismo tiempo, el tono de voz que había hecho, sonaba con tanta calma y serenidad, que a cualquier persona le haría creer que se lo estaba tomando con calma, no obstante, su rostro mostraba lo contrario; con una mirada fría y sin mostrar ninguna emoción de compasión.
El rostro de la chica cambió abruptamente a una de terror y pánico, cuando sintió como las feromonas de Leonor se esparcían a su alrededor con una seria señal de advertencia.
—Erg..., yo..., pe-, perdón..., yo creo que... y- ya me voy...
Explicaba retrocediendo unos cuanto pasos, para después salir corriendo sin mirar atrás.
Aiden, inconsciente de lo que estaba pasando ante sus ojos, miraba pasmado, como la chica huía de la escena aterrada.
Y después de que la perdiera de vista, miro hacia arriba para centrar su atención en Leonor, confundido y esperando una explicación.
Ella, notó su mirada penetrante y sube rápidamente que quería una explicación.
—Solo la amenacé con un poco de feromonas...
Explico avergonzada.
— Feromonas?; entiendo..., entonces me voy yendo, ya te ayude así que no tengo nada más que hacer aquí.
Respondo mientras caminaba despacio hacia la salida del parque.
Pero, 'inesperadamente', Leonor lo tomó del brazo deteniéndolo.
Rápidamente, se soltó de su agarre y se giró para verla con una expresión de cansancio e irritación.
—Que quieres ahora?.
Pregunto claramente ya enojado por la situación.
《Wow》
Pensó sorprendida por la reacción del chico.
— Solo quería saber tu nombre y pedirte tu número para poder acordar el día y saldar mi deuda contigo...
《 Es una de las pocas personas que e visto que se muestran hostiles ante un Delta aterrador》
Respondió con una sonrisa encantadora, como si la expresión hostil del chico no le afectara en lo absoluto.
Y esté, al ver que no reaccionaba, aligero su expresión y suspiro en señal de rendición.
— De acuerdo, mi nombre es Aiden, soy de la facultad de diseño y escritura.
Bajo la cabeza y busco en el bolsillo derecho de su pantalón, el teléfono.
Tomándolo y desbloqueando la contraseña.
— De la facultad de diseño y escritura?.
Pregunto atónita.
—Si, por qué?.
La miro de reojo y siguió buscando algo en su teléfono.
—Creí que eras de la facultad de actuación, perdón por confundirme..
Levantó su mano y tocó su cuello apenada.
—No te preocupes, suele pasar. Ahora a lo importante, anota aquí tu número de teléfono, yo te llamaré para acordar la deuda.
Extendió su brazo derecho con el teléfono en la mano hacia las manos de Leonor.
—Claro, Ya lo anoto.
Sonrió alegremente.
Pero cuando estaba a punto de tomar el teléfono.
Se podía escuchar a lo lejos como poco a poco las pisadas de alguien corriendo se acercaban con una rapidez sobrenatural.
Y justo cuando Aiden estaba a punto de mirar hacia la dirección del sonido, un fuerte golpe asestó en su cara sin dejarlo reaccionar a tiempo.
Tras recibir aquel golpe de manera abrupta, Aiden es lanzado varias pasos hacías atrás y luego cae fuertemente al suelo.
Sorprendido e incrédulo por lo que acababa de pasar; se quedó en shock por unos instantes, hasta que reaccionó al sentir como un líquido salia por su nariz.
Extendió su brazo derecho, tocó su nariz y descubrió que sin duda alguna, era sangre.
Sus ojos se abriendo de par en par cuando vio su mano cubierta de sangre, incrédulo.
Era su primera vez sangrando en toda su vida y sin duda, era algo totalmente nuevo para el.
Leonor, en cambio, al ver la escena que sucedió ante sus ojos, se quedó atónita, sin poder decir nada, y solo teniendo su boca bien abierta y su cola totalmente quieta y crispada por la impresión.
Al levantar la vista para conocer a su agresor, se quedó aún más sorprendido y sus ojos se quedaron en blanco tras ver, que la persona que lo había golpeado, era totalmente parecido a Leonor.
《Otro Leopardo de las nieves》
Dijo para sus adentros.
Su pelo era corto y de un blanco neboso; sus ojos de un hermoso color violeta claro que los hacía parecer como cristales; su piel blanca, tanto que parecía como si fuera transparente; vestía una camisa de manga corta de un color azul claro, junto con dos collares negros en su cuello; su pantalón era largo y de color azul oscuro, lo que hacía una buena combinación con su camisa; en cuanto a sus zapatos, eran deportivos y de color negro.
Miraba a Aiden con una expresión de furia inconfundible, pero al mismo tiempo, reflejaban angustia y temor.
—Quién?...
Fue interrumpido repentinamente por Leonor que le gritaba al chico.
— Que rayos te pasa?!.
Exclamó ella con su rostro totalmente rojo por la furia. Su enojo era tal, que hizo sobresaltar a ambos por unos instantes y la expresión del chico cambio a una de pánico e ira.
—O que você quer dizer?!, é obvio que estou ajudando você!
[Qué quieres decir?!, es obvio que te estoy ayudando!]
Exclamó el enojado.
—Como se supone que me estas ayudando?!, y habla en Español !
Le respondió devuelta y se acercó más a el.
Aiden no sabía que hacer exactamente con la discusión; pero lo primero que hizo fue evitar el sangrado con su manga de ropa y luego tratar de levantarse del suelo, no obstante, justo en ese momento recibió la llamada de su hermana.
Tomó el teléfono que tenia la pantalla rota tras haber caído también por el impacto del golpe, y atendió la llamada con su mano izquierda.
—Diga...?
Dijo con una voz ronca.
—Dónde estás?, te estoy esperando afuera de la universidad, y que le pasa a tu voz?.
Pregunto su hermana atravez del teléfono.
—Voy enseguida..., tuve una pequeña complicación...
Explico levantándose del suelo y tomando sus cosas de apoco.
— De acuerdo, hablamos cuando llegues.
Colgó el teléfono sin esperar respuesta alguna.
Leonor al ver como el chico se iba en silencio, se apresuró a detenerlo.
—Espera!, creo que hubo un malentendido!.
Exclamó tratando de explicarse y tomando su brazo para retenerlo.
En consecuencia, Aiden nuevamente se zafo de su agarre, dirigiéndole una mirada fría.
— Realmente no me importa una mierda si es un malentendido o no, así que por favor dejame ir de una vez.
—Oye!, no le hablas así a mi hermana!.
Grito el chico.
—Es tu hermano?, vaya que es un imbecil, deberías decirle que no golpee a la gente sin más.
Se giró y siguió caminando mientras ambos leopardos lo seguían desde atrás.
— Perdona su comportamiento, no se acostumbra al nuevo ambiente..., él te confundió con uno de esos acosadores...
Seguía tratando de explicarse.
—Espera..., no es un acosador?.
Pregunto sorprendido.
—Por supuesto que no, por qué lo sería?, ni siquiera me importan los malditos Delta y mucho menos los imbéciles.
Le refuto sin parar de caminar y solo mirándolos brevemente hacia atrás.
— Es lo que te quería decir Idiota, Aiden solo me ayudo a escapar de una de ellas, y quería pedirle su número para recompensarlo como se debe.
Le explico a su hermano, mirándolo con desprecio como si fuera un Idiota y luego volvió a hablar.
— Así que por favor, perdónanos...
— Te perdono a ti, pero no al imbécil de tu hermano.
Dijo finalmente llegando a la puerta de salida de la universidad.
—Genial!.
Exclamó alegre.
—Déjame pagarte por el teléfono roto.
Comento ella.
—No hace falta...
Antes de terminar, escucho como su hermana llegaba hacia él.
《joder, por qué siempre me interrumpen?!》
Grito para sus adentros.
— Por fin llegas, que te tomo tanto tiem…
Se quedó en shock al ver la cara ensangrentada de su hermano y como tenía manchas de sangre en una de sus mangas.
Rápidamente, corrió hacia él y le pregunto de forma histérica.
—Quién te hizo esto?!.
Exclamó enojada y tomándole de los hombros.
— Amm... este...
Miro inconscientemente hacia los chicos y luego la miro a ella.
Al notar esa breve acción, su hermana entendió al instante lo que sucedió.
Ambos chicos se encontraron sorprendidos por la aparición de la chica.
Se trataba de nada menos que Liliam, una genio conocida por todos, por ser dueña de más de 8 millones de empresas en todo el mundo. Además de eso, ser una hermosa coyote con una apariencia sobresaliente en todo el país, junto con el rasgo de Omega dominante que le hacía lucir aún más irresistible para cualquiera.
Pero lo increíble era que se encontraba en ese momento ante sus ojos.
— Fueron ustedes lo que le hicieron eso a mi hermano?.
Pregunto furiosa.
—Hermana..., ya basta, solo me ayudaron a llegar aquí a salvo..., me caí por las escaleras por el apuro, eso es todo...
Trato de explicarse y la tomó del brazo para detenerla.
Era obvio que estaba mintiendo, entonces porque lo hacía?.
Fácil.
No le gustaba el conflicto sin sentido, y no quería llegar más tarde de lo que ya era, así que mintió improvisadamente.
A pesar de haber nacido como un humano, Aiden había heredado características de los coyotes, y una de ellas era mentir tan perfectamente, que era imposible distinguirlo si no sabías la verdad.
—Lo dices en serio?, no estás mintiendo?.
Pregunto con desconfianza. Mirando a su hermano de arriba a abajo, con inseguridad en sus palabras.
—No te estoy mintiendo, cierto chicos?...
Volteo a mirar a Leonor con una expresión que reflejaba ansiedad, y que le indicaban claramente que le siguiera la corriente.
Y cuando ella notó esa mirada, rápidamente captó la indirecta y se apresuró a responder.
—Si sí..., se cayó por las escaleras y quisimos ayudarlo, pero se negaba rotundamente a hacerlo...
Sonrió con un claro pánico y nerviosismo.
—Ja~..., como podría creerles?, no son más que unos sucios Deltas que tienen un orgullo soso. Tienen más que suerte, que sean protegidos por el estado, si no, estuvieran bajo una gran demanda. Deltas como ustedes deberían estar agradecidos de ser considerados humanos con derechos.
Su sonrisa era claramente burlona, con una mirada que reflejaba hostilidad hacia ambos por igual; sus orejas estaban totalmente rectas a la espera de algún sonido que hiciera saltar las alarmas. Pero al mismo tiempo, miraba de reojo a su hermano que tenía al lado, con cierta preocupación y lástima, como si estuviera mirando a una pobre cría abandonada en el barro bajo la lluvia.
—Serás!.
Exclamó el chico que caminaba rápidamente hacia Liliam con los ojos llenos de odio, pero rápidamente Leonor le tapó la boca y lo sujeto del brazo.
Y Aiden también hizo lo mismo al notar como su hermana estaba a punto de actuar.
— Hermana..., podemos irnos ya?, no me estoy sintiendo bien en estos momentos...
Comento con una cara triste y dolida, al igual que con un tono moribundo.
《 Vaya, como puede actuar lamentable si hace unos momentos lanzaba llamas de odio por los ojos?》
Pensó el chico sorprendido y con los ojos en blanco al ver como Aiden actuaba lamentable ante sus hermana.
—De acuerdo, nos iremos ya..., pero no crean que me quedaría de brazos cruzados.
Puso su brazo en el hombro de Aiden y lo guio al auto, sin dirigirle la palabra a los chicos de nuevo pero con los sentidos bien agudizados por si pasaba algo.
Aiden, en cambio, giro su cabeza para ver a ambos y comprobar que estuvieran bien.
Miro a Leonor; dirigiéndole una sonrisa agradable, y está, le devolvió la sonrisa totalmente agradecida por haberlos ayudado en el apuro, a pesar de haber tenido conflictos anteriormente.
En cambio, al mirar al chico, lo miro con frialdad y rencor, insultándolo con la mano que tenía desocupada y burlándose de él.
Volvió a girar su cabeza, esta vez, mirando al frente y sin querer saber como reaccionó el chico.
Sonrió ampliamente como si hubiera ganado una pelea por fin.
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