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AMOR AMENAZADO, Obsesiones Que Matan

1. Un atolondrado encuentro

...❤️❤️❤️ *MENSAJE A MIS LECTORES**❤️❤️❤️*...

...Saludos cordiales a todos, empiezo una nueva historia....

...Es la primera vez que me animo a incorporar una que sea de la categoría Suspenso, espero que les guste....

...Es importante para mí que dejen sus comentarios y darle "Me gusta"👍👍👍 en cada capítulo. Siempre estaré agradecida por sus regalitos 🎁🎁🎁 y votos 🗳️🗳️🗳️....

...Y si es de su agrado la historia de calificarla con cinco 🌟🌟🌟🌟🌟....

...Les hago una amable invitación para agregarse a mi grupo:...

...Rosas 🌹🌹🌹, amor ❤️❤️❤️, sueños 🌠 ...

...y lecturas 📖...

...y tengan noticias sobre las historias y su desarrollo....

...Recuerda que tu apoyo es mi mayor motivación para seguir narrando historias....

...🌹❤️🌠📖🌹❤️🌠📖🌹❤️🌠📖...

Hace frío, el viento recorre presuroso aquellas calles, en un remolino que parece congelar el alma, no hay gente en la calle como otros días, los curiosos, los periodistas, y todo aquel que quiere enterarse de la última novedad que está sucediendo en aquella ciudad están en la iglesia principal o la andan rondando; una boda se debía realizar.

Pero la novia no llega, el novio está impaciente, los invitados no comprenden; una llamada del servicio de emergencia alerta a la madre de la novia, un evento extraño envuelve a la familia, lo que le informan la congela, resulta que el padre de la novia se debate entre la vida y la muerte; la señora de nariz respingada pregunta por su hija, pero no hay respuesta.

Beatriz Salinas, la mayoría la llama Bea, se casaba esa noche, y ha desaparecido, se teme lo peor, tal vez la amenaza que cernía sobre ella la ha alcanzado, tal vez esa persona obsesionada tiene por fin a la presa que ha buscado alcanzar durante tanto tiempo, el miedo cierne y la búsqueda empieza.

...Beatriz Salinas...

Bea corre descalza en medio de la oscura noche, entre calles que parecen confundirla, lo que le hayan dado para dormirla no ha funcionado completamente, porque despertó y mientras quien la secuestró hablaba con alguien por el móvil, ella bajó del auto.

Es difícil desplazarse con el vestido de novia puesto, pero fue así como se la llevaron, aún confundida y agobiada, lo único que hace es correr, sus ojos miel parecen cansados de mantenerse abiertos, pero no los deja cerrarse; su cabello castaño claro tiene tierra, cuando escapó se cayó dos veces sobre el suelo mojado al pie del camino; y el vestido blanco, es ahora una tela rasgada con matices de colores.

Bea jamás imaginó que al momento de cumplir veintidos años su vida cambiaría tanto y que un año después estaría huyendo con todas sus fuerzas para preservar su vida; quiere volver a ver a su familia, y en su confusión también piensa en besar con intensidad al único hombre que realmente ama con todo su ser.

...✒️ Un año atrás ✒️...

Bea y su amiga Ara Park, una pelinegra de rasgos orientales bastante marcados, caminan por el centro comercial buscando que se compraran para celebrar el cumpleaños número veintidos de Bea.

Bea es una abogada recién graduada, fue una estudiante destacada, y hace unos meses ha empezado a trabajar en un importante estudio de abogados. Ara tiene veintiun años también se acaba de graduar, pero como enfermera y pronto ingresará a trabajar en un hospital universitario.

...Ara Park...

Mientras Bea es alegre, dinámica, bastante extrovertida, Ara es algo más moderada, pensativa e introvertida. Pese a la gran diferencia de personalidad, ambas se llevan muy bien.

- "Hay muchas opciones, y aún no eliges una", dijo Ara.

- "No estoy segura, si verme extremadamente bonita o llevar algo cómodo para bailar sin problema", manifestó Bea.

Ara solo sonrió, su amiga siempre parecía tener el rostro iluminado, a cualquier lugar donde iba, en cambio, ella solo guardaba silencio para tratar de que no se den cuenta del terror que siente al llegar a su casa, solo espera tener un poco más de dinero para poder llevar a su madre y hermanos lejos de aquel lugar; disfruta los momentos en que trabaja o los pocos momentos cuando sale con Bea porque se olvida de su realidad.

Bea corre para ver la vitrina de una tienda; le encanta el top elegante con cuello halter de lentejuelas sin mangas que tiene el maniquí que lo expone a todo ojo que pueda resultar cautivado por el brillo y el diseño, ha encontrado la prenda perfecta y no dudó en ingresar rápidamente a comprarlo.

Cuando Bea está saliendo emocionada, haciendo bailar la bolsa de cartón donde lleva el top recién comprado, el tacón de su zapato se queda incrustado en una grieta en el piso, la bolsa sale volando y golpea por accidente a una pareja que estaba transitando por el mismo lugar.

Edward Safra es un joven médico de veinticinco años que se ha mudado de su ciudad natal, para olvidar los problemas que tiene con su familia; no ha comentado con nadie en aquel nuevo lugar sobre su pasado, en el hospital donde labora tanto el personal como los pacientes consideran que es una maravillosa persona, y que el único problema que tiene es su antipática novia.

...Edward Safra...

Edward ha ayudado a Bea a reincorporarse, puesto que al romperse el tacón, perdió el equilibrio; ella se pierde embobada por un momento en aquellos ojos azul cielo del hombre que tiene en frente.

- "Niña estúpida, ten cuidado", increpó la novia de Edward, sacándola de aquel momento que podría describirse casi mágico, para luego recriminarse interiormente por hacerlo, después de todo tiene novio, con quién se verá esa noche.

Ara había ido a recoger la bolsa que quedó en el piso, y luego tomó del brazo a Bea.

- "Linda, fue solo un accidente", expresó Edward tratando de calmar las cosas.

- "Lo siento, en verdad fue un accidente. Lo bueno es que pareces estar bien", manifestó Bea tratando de ser cortés.

- "Tengo raspado el brazo por una niña tonta como tú", agregó Linda.

- "Ya me disculpé, si quieres una reparación por un rasguño que no veo dime cuánto es", dijo Bea incómoda, podía notar que esa mujer solo quería llamar la atención.

- "Vamos, Linda, solo fue un accidente", dijo Edward y tomó a su novia de la mano, alejándola del lugar, mientras Linda hacía una mueca de disgusto hacia Bea.

- "No hagas nada, ya pasó, no dejes que esto arruine el festejo de esta noche", se apresuró a decir Ara para calmar a su amiga.

- "Tienes razón, amiga, mejor vámonos, igual con el zapato roto, no puedo hacer nada más", dijo Bea tomando sus zapatos en la mano.

En la noche, mientras ingresaban al club con sus respectivos acompañantes, Bea y Edward se volvieron a encontrar, ambos se quedaron mirando por la sorpresa, o tal vez por algo más fuerte que ellos mismos puedan reconocer en ese momento.

2. Un asesino serial

...⚠️ Advertencia: El capítulo podría tener contenido sensible....

Bea estaba de la mano de su novio, Bruno Alcázar, corredor de autos, tiene veinticinco años. Ambos se conocieron hace casi dos años, salen desde un año atrás; Bruno es famoso en el mundo nocturno, y un mujeriego empedernido, posee un encanto peculiar que hace ceder ante él; sin embargo, esa natural inocencia de Bea siempre le atrajo, se preparó para conquistarla, lo que fue algo difícil de conseguir, ya que la joven tuvo su reserva ante alguien que parece peligroso, pero que después la terminó atrayendo.

...Bruno Alcázar...

Después de un año de relación ha logrado convencerla de hacer el amor esa noche. Bea aún tiene algunas dudas, pero algunas amigas y compañeras le han comentado sobre lo maravilloso que es experimentar el placer sexual y cree que con el tiempo que ya lleva con Bruno, podría dar el siguiente paso.

Detrás de ellos estaban Ara y Katherine amigas de Bea; así como, Kevin y Harold, amigos de Bruno.

- "Pase, señor Alcázar, bienvenido", dijo uno de los vigilantes haciendo pasar a Bruno y sus acompañantes; quienes rápidamente fueron guiados a una zona vip.

Para Bea y Ara eso era algo nuevo, no solían venir a ese tipo de lugares, habían pasado tanto tiempo estudiando que habían olvidado divertirse. Sus salidas eran a los centros comerciales, paseos a la playa, idas al cine o algún parque de diversiones.

- "Dejen de mirar así, parecen quinceañeras sin vida", susurró Katherine. "No me gustaría que se burlaran de ustedes", agregó, tanto de disimular que aquella inocencia le molestaba, pero debería seguir con su papel de amiga sincera.

Katherine Luca, tiene veinticuatro años, trabaja como modelo para eventos, conoció a Bea y Ara cuando participaron de un evento de turismo sostenible, fue ella quien le presentó a Bruno, la joven abogada es el tipo de mujer que Bruno desea, aunque a Katherine le resulte molesta, ha querido que Bea incursione en el mundo del modelaje, pero es una entusiasmada de las leyes.

...Katherine Luca...

Bruno invita a sentarse a Bea, aprovechando para acariciar ligeramente la piel del hombro de su novia, y luego se sienta a su costado, Ara está en un sillón que le ha proporcionado Kevin Taylor, un viejo amigo de Bruno.

Kevin Taylor es un enigma, es un hombre guapo de veinticinco años, mirada de seductor y aspecto de galán de telenovela, parece salir con todas y a la vez no estar relacionado con ninguna, es vecino de Bruno y sobrino de Adrián Valdez, el dueño del bufete de abogados donde ha empezado a trabajar Bea y realizó su pasantía. Conoce a Bruno desde el jardín y últimamente es inseparable de su conquistador amigo, después de un largo periodo de ausencia.

...Kevin Taylor...

Ara le sonríe a Kevin, y toma asiento tímidamente embobada por aquellos ojos, él le sonríe, pero luego le da la espalda, reconoce que le gusta a la joven, pero aunque pueda simular un interés, de reojo mira hacia la dirección donde están sentados Bea y Bruno, para luego mostrarse con la indiferencia de siempre.

- "¿Qué te gustaría tomar, osita?", preguntó Bruno, acariciando el rostro de su novia.

A Bea no le gustaba mucho ese apodo, y aunque se lo había dicho a Bruno, él por algún tiempo lo dejaba de hacer y luego volvía a lo mismo; así que ella se había rendido; no hay novio perfecto le decía Katherine cuando se quejaba de él, aunque Ara siempre le decía, que talvez no había alguien perfecto, pero si debería salir con quien se sintiera cómoda.

- "Me gustaría una piña colada", respondió Bea con una sonrisa. "Ara, ¿quieres algo?", preguntó, sabía que su amiga, era bastante tímida, había ido solo por acompañarla un momento, y poder contemplar por un instante a Kevin, le gustaba un poco, aunque Bea no lo sabe, pero luego partiría; el amigo del novio de su amiga, podría lucir amable a veces, pero la mayoría de veces resultaba inexpresivo.

- "Solo quiero una soda", respondió Ara algo nerviosa.

Bea iba a preguntar a Katherine, pero su amiga ya estaba en una sesión de besos con Harold, amigos con derecho era la definición que Kat le había dado a esa relación, un concepto que para Bea y Ara eran algo difícil de comprender, pero que ahora sentían menos extraño.

Bruno pidió tragos para todos, mientras seguía abrazando a Bea, besándola algunas veces, estaba pensando en que esa noche sería el momento de tenerla y no la iba a desaprovechar; al final, él siempre consigue lo que quiere o asume la consecuencia.

Por otro lado, en un automóvil blanco abandonado, la policía ha encontrado una mujer, tiene el cabello castaño claro, los ojos miel con la mirada vacía, el cuerpo inerte y el frío de la muerte es la vestimenta de su piel.

- "La muerte ocurrió aproximadamente hace veinticuatro horas", dijo la forense que está examinando el cuerpo; "después de los análisis correspondientes podré darle mayor detalle, pero todo indica que sufrió de inanición y finalmente asfixia", agregó.

- ¿Alguna huella?", preguntó un detective.

- "Tengo que hacer más pruebas, pero temo que si es el mismo patrón, no las encontraré; cada siguiente víctima perfecciona su ataque", expresó el forense.

- "Ya han sido cuatro mujeres antes, estamos ante un asesino serial, debemos encontrar al criminal que está haciendo todo esto", dijo el detective a cargo de la investigación.

La policía está preocupada, hay un asesino serial en la ciudad, asesina mujeres jóvenes, primero las secuestra, las mantiene ocultas sin darles nada para alimentarse, cuando son incapaces de moverse, las termina ahorcando y abandonando en el camino, pero parece no dejar ninguna huella que los lleve hacia la persona culpable de los asesinatos.

3. Cambio de opinión

Después de un par de horas, Bea se está despidiendo de su amiga Ara, el taxi ya llegó por su joven amiga, quien pareciera no querer dejarla sola; sin embargo, sabe que su amiga irá con su novio a otro lugar.

- "¿Estás realmente segura, Bea?", preguntó Ara.

- "Él es muy lindo conmigo, ya llevamos un año, acabo de cumplir veintidós, y quisiera saber cómo se siente lo que sigue", respondió Bea.

- "¿Te estás dando cuenta de lo que me respondes? No te escucho decir que estás completamente enamorada y quieres disfrutar todo el amor que puedan sentir. No te juzgo Bea, pero siempre pensamos que nuestra primera vez debería ser por amor, y no solo por deseo, temo que te estés apresurando y luego te arrepientas. Pero si ya lo decidiste está bien, no olvides protegerte. Lo lamento, yo, ya debo irme", dijo Ara antes de salir presurosa y dejando a su amiga muy pensativa.

De otro lado, en el salón VIP, Bruno está tomando otro trago, mientras ve a algunas mujeres bailar en la pista, si no estuviera con Bea ya hubiese abordado a algunas de ellas.

- "Bea no es el tipo de mujer que realmente te guste, es muy linda sí, pero no es... Digamos que no es de aventuras fuertes, no podrá seguirte el paso", dijo Kevin.

- "Y no quiero que lo haga. Amigo, esa niña tiene material para convertirse en la señora Alcázar que mi familia preferiría, solo quiero comprobar si sirve en la cama; si pasa la prueba pondré un anillo en su dedo y fecha de matrimonio, que la abuela tanto quiere", respondió Bruno con media sonrisa.

- "Tú nunca te conformas con una, ¿será ella la elegida?, nunca te había visto esforzarte tanto por una mujercita", preguntó Kevin, algo incómodo.

- "Kevin, no seas idiota, podrá llegar a convertirse en mi esposa, pero jamás la única, es lista en muchas cosas, pero demasiado inocente en otras, tengo su confianza ganada, jamás sabrá lo que ocurre; además no voy a desperdiciar estar con una virgen, nunca he tenido una y la voy a disfrutar", expresó Bruno bebiendo otro sorbo de su trago; aunque pensaba que no había tenido una virgen gratis, aunque eso no le iba a decir a su amigo; Kevin puede ser despreocupado en muchas cosas, pero Bruno sabe que el código moral de su amigo, está más arriba que el suyo.

- "Y si no te gusta esta noche, si no hay material para...", dijo Kevin.

- "Shhh, ahí viene, si no hay material, habrá que terminar con ella", manifestó Bruno, mientras se ponía de pie, y extendía los brazos para abrazar a Bea.

- "Voy a buscar con quien bailar, los dejo solos. Ten cuidado, Bea... me voy, me voy", manifestó Kevin, con aquella mirada de molestia que tiene desde que Bruno sale con Bea.

Bea se sentó al lado de Bruno, quien la empieza a besar, aumentando la intensidad y la pasión, mientras recorre despacio el cuerpo de su novia. Aquellos besos en el cuello la empiezan a estremecer, pero cuando siente las manos de Bruno introducirse debajo de su ropa, y acariciar directamente su piel, ella se preguntó si es el momento correcto para dar el siguiente paso.

- "Creo que no es el momento", dijo Bea nerviosa, frenando el avance de Bruno.

- "Claro, osita. Tengo el lugar preparado para nosotros, lo vamos a pasar muy bien, te lo aseguro", manifestó Bruno susurrando en el oído de Bea.

Luego se pone de pie y toma la mano de Bea para salir del lugar y llevarla al hotel que había reservado. Ella iba caminando tras él, de pronto dejó de avanzar; Bruno volteó a verla, suspiró ahora que se le había ocurrido, pensó.

- "Bruno quiero ir a casa, en verdad lo siento, pero aún no estoy lista", dijo Bea, mirando a Bruno y tratando de mostrar una sonrisa.

- "Bea ya lo habíamos hablado, no puedes hacerme esto", expresó Bruno, con mirada fiera.

Ambos se quedaron mirando, Bea miró fijamente a Bruno, se dijo a sí misma que no podía actuar como una niña asustada, tal vez había aceptado, pero tenía derecho a cambiar de opinión. Bruno apretó fuerte la mano de la joven que tenía en frente, le molestaba ese cambio de actitud, y se decía que no se lo iba a permitir, no aceptaría un no por respuesta.

Por otro lado, William Salinas tiene veintisiete años, es el hermano mayor de Bea, y es un detective muy acucioso; en la estación de policías, ve que su comandante está muy tenso y se acerca a verlo.

...William Salinas...

- "Salinas, tu turno acabó hace rato, ya deberías haberte ido", comentó su comandante.

- "Tenía que terminar mi informe, tomaré mis vacaciones la siguiente semana y no quería dejar nada pendiente. Lo veo muy preocupado, señor", manifestó William.

- "Ninguna huella, tres chicas muertas, mismo modus operantis, las secuestra y ninguna pista, debemos encontrar algo y pronto, las retiene por dos meses, alguien debe saber algo", expresó con preocupación el comandante.

- "No estoy en el caso, pero escuché algo, recomendaría ver la conexión entre las víctimas, tal vez con ello se pueda dar un mejor bosquejo de quien es el asesino", manifestó William.

- "Por ahora lo único que tenemos es que todas tenían cabello castaño y ojos miel, de entre 20 a 25 años, ninguna actividad en común; igual se va a ampliar el perfil, ya vete, debes descansar, tienes que declarar en una audiencia mañana y debes estar despejado. Encontraremos al asesino", afirmó el comandante.

- "Claro que sí", dijo William y fue a guardar sus cosas.

Cuando el hermano de Bea iba a subir a su moto, sintió un fuerte dolor de cabeza, no era la primera vez que ocurría, pensaba que era por la gran cantidad de trabajo, pero está última vez lo ha dejado muy preocupado, porque tuvo que llamar un taxi para ir a su departamento, en ese estado le era imposible manejar.

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