NOTA: RECUERDEN QUE ESTA ES LA PARTE DOS DE LA NOVELA DEL MISMO NOMBRE. Está realizada en un mundo alternativo, de fantasía.
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Amaranta estaba preparando sus cosas para salir rumbo al lugar donde se llevará a cabo la filmación de la película; estaba preocupada por dejar sola a su abuela, aun cuando ya estaba recuperada de la cirugía a la que había sido sometida hace un tiempo. Se preocupaba por dejarla sola, ya que Leonora sería la encarga de llevarla a la locación, y después ella regresaría al pueblo a cuidar de nuevo a la abuela de Amaranta.
Ya había comenzado las reparaciones de la caza de su abuela y estaba avanzando a pasos agigantados, así que muy pronto estaría de nuevo en su patio; y con todo nuevo, no tenía de que preocuparse sobre la comodidad de ella, mientras estuviera fuera.
Izan se había encargado de todo lo necesario para las comodidades de la caza de su abuela; era un hombre muy previsor.
Además, Amaranta se dio cuenta de que su compañero Alberto estaba realizando un trabajo por su cuenta y fue a verlo, y charló con él. Recordó que en su vida pasada Alberto pudo llegar a ser un gran arquitecto de no ser culpa de esa familia política que le buscó su madre, así que decidió que ella podría ayudar a que eso no le suceda en esta vida.
Quizás su madre sea una persona horrorosa con ella, pero su hijo siempre se portó bien con ella. Llego a donde Leonora le había dicho que vivía y tocó a la puerta. Alberto salió vestido con su ropa de trabajo; ya no se veía como un chico de 18 años. Ahora parecía como si hubiera madurado de golpe en un mes.
—Hola, Alberto. ¿Cómo estás?
—Hola, Amaranta, ¿Qué te trae por aquí?
—No te presentaste al examen de ingreso a la universidad y sé que eres un excelente estudiante, por eso vine a proponerte algo.
—¿Qué es lo que quieres de mí? Alberto estaba cansado mental y físicamente ya en ese punto de su vida. No tenía ganas de discutir con Amaranta sobre la universidad; ya lo había hecho con su padre hasta el cansancio y no quería saber nada sobre el tema. Preferiría dejar que Amaranta dijera lo que tenía que decir y se marchara.
—Tú puedes llegar a ser el mejor arquitecto que pueda llegar a conocer, por lo cual deseo invertir en ti. Aquí tienes 100 mil euros para que inicies tu negocio; están en esta tarjeta que no tiene pin, por lo cual puedes tomarlos cuando quieras, y no es necesario que me los devuelvas, hasta que puedas tener firme tu empresa.
¿Solo viniste a burlarte de mí?
—NO, vine porque, como te dije, creo en ti, y estoy segura de que llegarás a ser un gran arquitecto, y tendrás un gran estudio, por eso quiero invertir en ti. Ahora me tengo que ir, cuídate.
—Amaranta no sabía si algún día sus caminos se cruzarían de nuevo, pero solo quería estar segura que había hecho lo posible para que él no padeciera una muerte temprana igual que ella en su pasado. Ninguno de los dos se lo merecía.
***********
—Amaranta llegó al set de filmación y fue recibido por Johanna Sáenz. "¡Pequeño Amaranta, has crecido aún más!" Johanna comentó.
—"Mamá, he terminado con los exámenes de ingreso a la universidad, estoy tan feliz, he aprobado, ahora solo tengo que esperar para recibir la invitación de la universidad que quiero.
—"Ni siquiera tienes mucho tiempo para relajarte un poco después de los exámenes de ingreso a la universidad, oh, cierto, déjame presentarte a Rocío Andrade. Ella es una instructora de actuación de la Academia Cinematográfica. La contraté para ti".
Rocío Andrade miró a Johanna Sáez y se sorprendió. —"Johanna, me has ocultado esto bien". Rocío era examinador cuando Amaranta tuvo su audición en la Academia de Cine de la ciudad capital.
—"Amaranta, ¿por qué no viniste para la segunda proyección?"
Rocío Andrade sintió que era una oportunidad perdida para Amaranta. Pues tenía un gran potencial. Su actuación en las audiciones preliminares había sido impresionante.
—"Señorita Andrade, me perdí la segunda prueba porque mi abuela estaba enferma", explicó Amaranta.
—"Está bien. Rocío; incluso si Amaranta hubiera ido a la segunda proyección, la Academia de Cine no podrá retenerla. Su primera opción es "Universidad capital".
Rocío Andrade estaba atónito por lo que Johanna había dicho.
—"¿Universidad Capital?". Ella continuó: "Eso es increíble. Pero aun así te animaré a ir a mi escuela. Amaranta, ¿quieres considerar unirte a la Academia de Cine Capital?
Amaranta negó con la cabeza. —Gracias por pensar tan bien de mí, señorita Andrade. Pero no trabajaré en la industria del cine en el futuro". —No lo haría, no ahora que sabía que podría encontrar su verdadero futuro y felicidad si asistiera a la Universidad de la Capital.
Rocío Andrade negó con la cabeza. —Es una pena. Tienes mucho potencial. ¿Por qué estás ..."? —Johanna colocó una mano sobre el hombro de Rocío, para que no continuara.
—"Buscadores, guardianes, profesores, todos están advertidos", bromeó Johanna. —Conocí a Amaranta primero.
El cabello de Rocío Andrade estaba ligeramente rizado y se veía muy elegante. Llevaba un vestido vintage y un par de zapatos de piel. Su maquillaje era ligero y sus rasgos especialmente bonitos. Ella hizo que uno se sintiera a gusto. —"No presumas más después de ganarme una buena actriz o me voy a enojar".
Johanna Sáenz se detuvo, sonriendo de inmediato. —Rocío, lleva a Amaranta a estudiar su personaje. Si no cuidaba de cerca a Rocío, podía crear problemas.
—"Realmente eres un conductor de esclavos", se rió Rocío Andrade.—Amaranta acaba de llegar.
Johanna fingió parecer mala. —Amaranta no tiene mucho tiempo. Solo tiene menos de tres meses. Tenemos que terminar de filmar las partes en ese corto período".
Amaranta Cid y Rocío Andrade fueron al vestuario. A pesar de que Amaranta era una novata, ella era la protagonista femenina. Como tal, tenía un vestidor privado. La ropa que Amaranta tenía que usar en la película estaba toda en el vestuario.
—Amaranta, ¿has estudiado el guion?
Amaranta sacó el guion. Ella había tratado el estudio del guion como una forma de desestresarse mientras se preparaba para los exámenes de ingreso a la universidad.
—"Señorita Andrade, he leído el guion, pero me preocupa no tener ninguna experiencia en actuación".
Rocío Andrade tomó el guion de Amaranta. Lo hojeó y vio que había utilizado diferentes marcadores para resaltar las líneas. Podía ver que había estudiado el guion seriamente.
—No hay problema sobre eso, Amaranta; todos saben actuar de una forma u otra. Probablemente también hayas fingido estar enfermo para engañar a los adultos cuando eras más joven. En cierto sentido, eso también se considera actuar. Amaranta, no estoy preocupado. Mientras puedas ponerte en los zapatos del personaje, definitivamente podrás actuar".
—Entonces, señorita Andrade, ¿qué debo hacer ahora?
Rocío, Llevó a Amaranta al set de filmación. —Amaranta, tienes que ver cómo actúan los demás ahora y pensar en dónde debes pararte, que es tu mejor ángulo: por ejemplo, "cuál es tu lado más digno en una foto".
El director Daniel Exxo vio Amaranta y asintió antes de volver a mirar la pantalla frente a él.
Estaban filmando una escena en la que el protagonista masculino le decía a su familia que estaba enamorado de la protagonista femenina. El nombre del personaje principal se llamaba Martin Yaregui, y el actor que lo interpretaba también era un novato que el director Daniel había encontrado en los círculos de entretenimiento.
Los padres del personaje principal fueron interpretados por actores famosos y experimentados en la industria. Se habían unido al set sin cobrar ningún pago porque eran amigos del director y también porque no tenían un papel importante en la película.
"Papá, mamá, realmente me gusta Dulce. Quiero estar con ella. No me casaré con nadie más que con ella".
—Amaranta observó la cara del protagonista masculino. De repente lo reconoció. Había interpretado a un personaje insignificante en la película que ella e Izan Marsans habían visto juntos en el cine del pequeño centro comercial.
Se convertiría en un actor galardonado en el futuro. Se haría famoso en la industria del entretenimiento.
-"¡Corte!"-
-El director Daniel Exxo caminó hacia el medio del set con una expresión preocupada. "Héctor, tus emociones están mal", criticó. "Estás tratando de retratar lo decidido que estás. Las personas sentadas frente a ti son tus padres.
Héctor del Campo se paró a un lado y escuchó humildemente las críticas.
—"Tómese 10 minutos y continuaremos después de eso. Héctor del Campo, ven conmigo".
Héctor del Campo y el director Daniel se acercaron a Amaranta. "Héctor del Campo, esta es la protagonista femenina de nuestra película, Dulce Akotegi", el director Daniel presentó a Amaranta. "Ella acaba de llegar al set hoy. Eres mayor que ella, así que estudien el guion juntos cuidadosamente. Ustedes dos están actuando como pareja, así que al menos denme la sensación de que ustedes dos son uno. Quiero que tu actuación sea creíble, que realmente estén enamorados.
En ese momento Héctor del Campo pensó que eso no sería difícil.
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El director Daniel Exxo, como renombrado directo cinematográfico, sabía mejor que nadie que se requería suficiente coraje para elegir a un novato en un papel principal. Afortunadamente, esto era lo que Johanna quería. Este era su deseo. Como tal, incluso si perdía todo lo que tenía, estaba dispuesto a cumplir su deseo.
Esta era su película, su guion, su obra maestra, así que ella era quien decidiría quién serían los protagonistas. Era un deseo muy personal el que ella tenía con respecto a esto; solo Johanna sabía el porqué de esa decisión tan compleja y por qué no tan egoísta.
Comencé la filmación de una de las escenas. Es donde Dulce conoce al protagonista.
—Hola, soy Martin y ¿cuál es tu nombre?
—Mi nombre es Dulce.
—Podríamos charlar un poco y quizá hablarme más sobre ti —dijo Martin de una manera coqueta.
En esta escena Martin estaba con un uniforme militar de la época; lo portaba con elegancia y gallardía el actor. Amaranta quedó un poco impresionada; de hecho, creyó que de verdad estaba en esa época cuando se usaron esos uniformes.
Ella llevaba un lindo vestido floral, que la hacía ver tan angelical que la luz del sol dejaba ver su rostro brillante ante la cama que era imposible dejar de verla. Un flequillo que bailaba al compás del viento enmarcaba sus bellos ojos color violeta, dando una magia de hada a su rostro. Eran una pareja perfecta para la pantalla.
Una belleza en imagen, de fondo un bello lugar donde los transeúntes pasaban con rapidez por la lluvia que comenzaba a caer, era una escena romántica a más no poder.
—Pero está comenzando a llover y no creo que sea el momento.
—Mira, ahí está una cafetería; podríamos tomar un helado o un café para el frío.
—Bueno, si no tardamos mucho, podría ser perfecto.
El hombre alto, fuerte y de pelo rubio le marca el camino hacia el restaurante Café y ella le sigue como si la lluvia no importara para ellos.
Solo las miradas furtivas entre una pareja que se atrae a primera vista.
¡Corte!
—Bien, vamos a la siguiente toma dentro del café; cámbiense de ropa para que no estén mojados. Les ordenó el director, quien rápidamente se cambió de lugar al que tomaría la siguiente escena.
—Amaranta, te pondrás un vestido idéntico, pero ahora te retocare el maquillaje y peinare el flequillo del otro lado para que luzca tu rostro en las nuevas tomas, así que no olvides que estarás del otro lado ahora, cuando estés actuando, ¿comprendes?
—Comprendo perfectamente;
Respondía Amaranta al maquillador; estaba muy agradecida con todo el equipo, quienes no perdían momento para ayudarla a que se fijara en cómo moverse, cómo posar o cómo sería su mejor ángulo ante la cámara. Eran tan encantadores todos ellos con ella, que sentía que la veían como la pequeña del grupo, bueno, aunque en realidad lo era, por fuera.
Así fueron pasando las escenas más complicadas y la primera semana de filmación y ella aprendiendo cada vez más de todo el equipo.
También comenzó a charlar más con el actor principal. Hector era su nombre, y era muy atento con ella. Se dio cuenta que pertenecía a su compañía, es decir a la de Philip, así que se integró muy bien a su conversación. No vio ningún problema cuando charlaban. Llegó el fin de semana y les dieron medio día de descanso. Amaranta se fue al hotel para leer un poco y hablar con su abuela por teléfono. Esperaba también poder charlar con Izan, pero era muy complicado hablar con él en estos días; solo se mandaban mensajes escritos.
Pues Izan estaba en una misión, y era casi imposible que respondiera el teléfono. Era más fácil que respondiera un mensaje.
Mientras tanto, Hector estaba hablando con Philip, que resultó ser su primo.—Primo, porque no me dijiste que la actriz que interpretaría el papel principal de esta película era una chica tan hermosa, me hubiera preparado mucho mejor para venir.
—Hector, ¿no me digas que le has echado el ojo a esa niña?
—¿Porque no? Es bella, yo soy guapo, podemos ser una pareja perfecta.
—¿Ya estás cansado de vivir?
—¿Por qué me dices eso?
—Porque es aniña es la protegida del malvado...
—¿Me estás jugando una broma verdad?
—¡NOP!
—¿Cómo es eso posible? ¿Es demasiado linda como para que conozca a ese monstruo?
—No conozco los detalles con Clarida, solo sé que ella le salvó la vida.
—Cielos, entonces sí que la va a proteger. Yo que la quería invitar a salir.
—Ni se te ocurra o perderás las pelotas.
—Nunca lo haría, aún recuerdo cuando me colgó de un árbol.
—Eres un rencoroso, si apenas tenías 7 años cuando eso sucedió y nosotros no teníamos más de 12 años. Ya madura.
—Tú no fuiste el que colgaba del árbol hasta que se hizo pipi.
—Bueno, tampoco seré el que se quede sin pelotas si tocas a esa niña.
Y así continuaron la charla esos dos primos...
Entre bromas y advertencias, para que Héctor no se acercara a Amaranta fuera del set de grabaciones.
Aunque Héctor pensaba para sí mismo, porque ella no se podría fijar en un hombre como él. Era guapo, un chico de 1,83 de estatura, ojos verdes, buen cuerpo. Era médico de profesión, pertenecía a una de las mejores familias del país, y además su familia era dueña de una cadena de hospitales. Era un chico modelo, todo un dechado de virtudes. Un verdadero cofre de deseos; todas las chicas de la alta sociedad se peleaban por él, ¿por qué no sería un buen partido para Amaranta? Solo porque el malvado de Izan Marsan se lo podía impedir, vaya que tipo tan agarrado.
Ya no eran niños; ahora eran adultos; ya podía pelear por la mujer que le gustara. Así que invitaría a Amaranta a salir.
Amaranta se encontraba en el camerino, algo nerviosa, pues a continuación se grabaría la escena donde se veían por primera vez los actores principales; era el momento donde ellos cruzan sus miras y ella solo lo ve por unos segundos antes de que él se vaya huyendo del tren.
Esa parte se le hace tan emocionante y romántica que casi le parece imposible de creer que sucediera de verdad, que le pasara a una mujer en su vida real; eso sería magnífico si le hubiera pasado alguien.
Tenía ganas de escuchar la voz de Izan…
Sacó su teléfono y lo pensó dos veces antes de marcarle; dejó que soran dos tonos y estaba por colgar cuando respondió Izan.
—Hola, soy yo.
—Lo se
—Como estás, yo estoy en el set; apunto de filmar una escena.
—Bien
—Si estás muy ocupado, no te molestaré más; colgaré ya.
—No, no estoy ocupado, espera.
—Pero solo contestas con monosílabos.
—¿Qué quieres que te diga?
—No lo sé, estoy nerviosa y tu voz me calma.
—Niña tonta, solo tienes que pedirme que te hable sobre algo y lo haré. Sin importar nada, todo te saldrá bien.
Ellos continuaron con su charla, mientras tanto no se dieron cuenta de que alguien entraba en el camerino y escucho la manera en que hablaban tan cariñosamente.
Hector sintió una punzada de celos, sin saber quién era el que respondía a las palabras dulces de Amaranta del otro lado de la línea telefónica. Ella no solo era la protegida del monstruo, sino que también seguro tenía un novio.
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Amaranta se paró junto a Héctor, sosteniendo su guion en sus manos. Cuando el director Exxo los vio, rápidamente preguntó: —¿Cómo se sienten ustedes dos después de la toma de ayer?
— Director Exxo, tuve un sueño anoche—. Respondió Héctor con una voz soñadora, mientras recordaba lo que había soñado. Después de que Amaranta y Eleonora se fueron anoche, después de ensayar varias partes del guion con él, Héctor leyó el guion. Lo sorprendente es que había soñado con lo que sucedía en el guion. Era como si todo el guion se hubiera desarrollado en su sueño. Cuando se despertó por la mañana, miró su almohada que había sido empapada en sus lágrimas. No podía decir una palabra. Fue una sensación terrible. Sentía una ansiedad tremenda, grande, como si hubiera perdido algo o alguien.
—"No te cubriste bien el trasero. Por eso tuviste un sueño. Pasaste frío. Ja, ja, ja". El director Daniel Exxo le dio unas palmaditas en el hombro a Héctor del Campo, después de hacerle este cometario jocoso.
Héctor se limitó a sonreír, avergonzado.
—"Amaranta, ven también. Probemos la escena". En el guion, Martin era un joven más apuesto. Tenía la dureza de un soldado, pero también un rasgo romántico, un rasgo único entre los jóvenes nacidos en familias educadas. Uno podía ver esto de él trayendo flores de Dulce.
—"Este es un accesorio". El director Exxo hizo un gesto a los accesorios preparados de antemano.
—Este es un ramo de rosas que Martin preparó para Dulce en el día 100 desde que se conocieron. En el guion, esto también fue cuando Martin decidió pasar el resto de su vida con Dulce. Amaranta vio las rosas en la mano de Héctor. Un sentimiento extraño en su corazón comenzó a crecer. En el día 100 desde que se conocieron…
**Rosas...
**Sacrificio...
Todo esto parecía haber sucedido en lo que su madre escribió en su diario.
*¿Fue esto una coincidencia?
*¿O la madrina Johanna realmente conocía a la madre de Amaranta?
*¿Era eso posible?
—Dulce, comencemos—, dijo Héctor. Luego, Amaranta se sentó frente al escritorio y apoyó la barbilla con la palma de la mano. Una canción sonó en la radio. Una suave brisa soplaba en su largo cabello, revelando su exquisito rostro.
—Dulce, ¿tienes tiempo hoy? —
—Héctor, como Martin, asomó la cabeza por detrás de la ventana. El sol estaba detrás de él. Solo se podía ver una vaga silueta de sus hermosos rasgos. Sus ojos eran brillantes y llenos de amor.
"No".
Héctor se apoyó contra el alféizar de la ventana, sacó un ramo de rosas y lo puso frente a la cara de Amaranta en silencio.
—Feliz aniversario de los 100 días—
El director Exxo observó el monitor frente a él. Tanto Amaranta como Héctor habían actuado muy bien. La escena era muy romántica. Héctor se paró frente a Amaranta y miró sus labios rojos brillantes. Sus labios parecían acercarlo, y no pudo evitar querer besarlos; esto fue como si un imán lo estuviera atrayendo hacia un vació.
—"Tienen que oler las rosas ambos".— indicó el director.
Héctor y Amaranta olieron las rosas rojas juntas.
—Son muy fragantes (comento, dulce).
Héctor se movió al lado de Amaranta y sostuvo la mano de ella entre las suyas.
—Vamos—
El joven tiró de la mano de la niña, y caminaron entre la multitud, subiéndose a una motocicleta estacionada en un espacio vacío frente al albergue.
Martin ayudó a Dulce a ponerse el casco. Dulce envolvió sus brazos alrededor de su cintura.
El viento pasó por las orejas de Dulce.
Llegaron a una sala de práctica con un piano.
Martin le enseñó a Dulce a tocar el piano.
—Johanna sostuvo el guion y se acercó al lado del director Exxo. Las lágrimas brotaban en sus ojos. Luego cayeron antes de que ella pudiera alcanzar a disimular la emoción que estaba embargando su corazón al recordar todo lo que su amiga le había contado respecto a su enamorado.
—Mi querida amiga, ¿dónde estás ahora?— Johanna Sáenz se preguntó.—Espero que puedas ver esta película cuando salga
El sol de la tarde brilló sobre Martín y Dulce.
Martín de repente no pudo evitar querer besar a Dulce.
Sus labios se acercaron lentamente a los de Dulce. Sus ojos eran tan profundos como el mar azul.
—Amaranta, olvidó por un momento que estaba actuando, que el beso no sería real; aun así, vio a Héctor del Campo acercarse y estaba tan asustada que se movió.
Sabía que estaban actuando.
Sabía que, por lo general, cuando los actores actuaban, lo hacían solo sobre los labios; nada era más allá de eso.
—Quizás, en tal situación, Martin y Dulce podrían besarse con éxito.
Pero en este momento, ella retrocedió y lo rechazó. Ella quería guardar su precioso primer beso en esta vida para él. Para la persona que más le gustaba. No quería que la besaran en este momento, quizás estaba pensando de más y nunca besaría a esa persona, pero quería guardar esa esperanza.
—Tienes un poco de suciedad aquí—murmuró Martin.
—Martin extendió la mano por la cara de Dulce justo cuando se retorció con inquietud. Usó su dedo para frotar la suciedad en su cara suavemente.
Esa sensación nebulosa se hizo aún más clara.
—Ya he informado a mis superiores que quiero casarme contigo…
—Continuaron con la grabación. Pero Amaranta tardó algún tiempo en separar con éxito los sentimientos de Dulce, como personaje de una película en que estaba actuando, de los suyos después de filmar esa escena.
Amaranta tomó un sorbo de agua antes de preguntarle a Eleonora sobre su actuación. —"Fue muy bueno". Respondió con toda sinceridad su ayudante/guardaespaldas.
Rocío Andrade le dio unas palmaditas en los hombros a Amaranta en señal de felicitación por la actuación. Hacia un momento, con voz ligera le dijo: —Amaranta, tu actuación es tan buena que quiero secuestrarte y llevarte de regreso a la Academia de Cine—
Johanna se secó las lágrimas de las comisuras de los ojos y se acercó hasta donde se encontraban Rocío Andrade y Amaranta Cid. —Cariño, actuaste muy bien, —elogió Amaranta. —Hubo un momento en que casi sentí que eras ella. Esa mirada y esos ojos, todos eran tan familiares—.
—Mamá, ¿cómo se llama tu mejor amiga? —Amaranta preguntó de repente.
Johanna Sáenz aún no había respondido a la pregunta cuando un miembro del equipo de filmación le llamó: —Señorita Johanna, la segunda protagonista femenina, está aquí—
¿Segunda protagonista femenina?
—Amaranta recordó que había un segundo personaje principal femenino escrito en el guion.
La segunda protagonista femenina creció con el protagonista masculino, con Hector.
Tuvo algunas escenas con el protagonista masculino.
La segunda protagonista femenina estaba en la casa de Martín cuando regresó y estaba a punto de decirles a sus padres que se había enamorado y quería casarse con Dulce. Sin embargo, a diferencia de la habitual segunda protagonista femenina viciosa en las películas, la segunda protagonista femenina en esta película fue muy generosa. Cuando supo que había alguien más que le gustaba a Martin, lo dejó ir sin problemas e incluso le dio sus bendiciones.
—"Debe ser Sandra". —Rocío Andrade sostuvo la mano de Amaranta y murmuró: —"Sandra es una estudiante de la Academia de Cine. Pensé que no tenía tiempo para actuar en esta película".
"Sandra".
Sandra llevaba un vestido de moda. A su lado, un asistente levantó un paraguas para darle sombra. Era hermoso. Hizo honor a su nombre y fama. Era tan hermosa que Amaranta se preguntó cómo era posible que una mujer como ella existiera en este mundo.
—Dado que esta es la película de la gran escritora Johanna Sáenz, tengo que venir sin importar lo ocupada que esté. Rocío Andrade tomó de la mano a Amaranta y la condujo frente a Sandra.
—Sandra, esta es la protagonista femenina de la película, Amaranta Cid. Este es Sandra —Extendió su mano para sacudir la de Amaranta, de una forma un poco petulante.
—Hace tiempo que escuché que Johanna te eligió como la protagonista femenina específicamente. Parece que realmente tienes una cara nacida para las películas".
—"Hola, maestra Sandra", la saludó Amaranta.
—"No soy maestro", Sandra corrigió a Amaranta, con una de esas sonrisas que se aprenden con el tiempo, el esfuerzo y trabajo en el mundo del espectáculo, típica sonrisa perpetua. —"Solo llámame Sandra".
Amaranta no tenía objeciones a eso. Quería ver cómo actuaría una actriz galardonada y aprender de ella.
—¿Qué me estabas preguntando antes? —Johanna le preguntó a Amaranta después de organizar las escenas de Sandra.
—No es nada importante, no te preocupes, mamá" —respondió Amaranta.
—Pero realmente no era nada relevante, conforme pasaba la filmación, más se preguntaba Amaranta. Si en algún momento de su vida Johanna Sáenz y Mónica Cid se conocieron…
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