¡No!, ¡esto no puede ser cierto!. Esa mujer no pudo destruir mi vida aún más de lo que ya lo ha hecho. ¿Qué más quiere de mí?, ¿acaso planea mi muerte?. No, si me quisiera muerto lo estaría. Quiere que pase mi vida postrado, arrastrándome como un gusano.
Esos pensamientos pasaban una y otra vez por la mente de ese joven. Sentía tanta impotencia, desamparo, rabia y tristeza que no podía precisar con claridad la magnitud de sus sentimientos. Mientras escuchaba la falsedad de las voces a su alrededor. Había tenido un accidente no tan accidental. Por lo que escuchaba debía estar en un hospital, pero por alguna razón no podía moverse, ni siquiera abrir los ojos. Luchaba por mostrar una señal de que estaba despierto, de que podía escucharlos. Pero su cuerpo no respondía, no se movía ni un centímetro. El miedo se apoderó de él a media que avanzaba el tiempo. No sabía cuánto había transcurrido, solo que estaba atrapado en su propia mente. Había silencio, oscuridad, pero a la vez sus sentidos se agudizaban y esto lo asustaba. Se sentía prisionero, solo en compañía de esos pensamientos y arrepentimientos que no lo dejaban en paz. Era sofocante estar atrapado en un lugar sin forma, sin luz, sin color, del cuál no sabías su comienzo ni final y no podías escapar. Intentaba hacer reaccionar su cuerpo con desesperación, pero nada ocurría. Podía escuchar la voz chillona y falsa de su madrastra pidiéndole que despertara, que su familia lo esperaba, que las cosas cambiarían, que todo sería mejor. Su padre sin dudas estaba cerca, solo ante él ella mostraba esa faceta de madre devota. ¿Que todo estaría bien?, ja, que hipócrita. ¿Cómo eso podría ser verdad?, si él estaba allí, en esa condición era solo por ella, por su ambición y por la idiotez de su padre, que no sabía con la serpiente que dormía todas las noches. Su medio hermano también lo visitaba, tan falso como su madre. Un oportunista, aprovechado, celoso de lo poco que le daban en esa familia o lo que se había ganado con esfuerzo.
No se podían contar las veces que fue hecho a un lado por su propia familia. Su cumpleaños una época de amargura por la pérdida de su madre, pero era en la fecha que más sentía el desprecio de su padre. Proyectos escolares interactivos con las familias, día de los padres. La presencia de su progenitor le fue negada, ni siquiera tuvo su atención las veces que había enfermado. Solo lo dejaban al cuidado de algún empleado de esa gran mansión en la que vivían. Pero hasta el afecto de personas ajenas a el marco familiar le fue negado. Su madrastra ponía especial atención a cualquier persona de la servidumbre que fuese cercano a él, y si había alguien no duraba mucho tiempo, por cualquier excusa se deshacía de esa persona. Así que era evitado incluso por los sirvientes, nadie se acercaba a menos que fuera necesario. Y decirle a su padre algo al respecto era imposible. Nada que tuviera que ver con él parecía interesarle a ese hombre. Pero no era así con su hermano, siembre tuvo el cariño que a él le negaron. Y detrás de esa fachada que mostraban ante su padre estaba la realidad de cómo lo trataban cuando nadie miraba. ¿Lujos?, por ser un hijo de familia adinerada debería tenerlos, pero no era así solo tenía lo necesario. Vivía completamente aislado ya fuera en su propia casa o en la escuela, solo veía a su padre cuando este decidía regañarlo por cosas que ni siquiera había hecho. Cansado por las injusticias decidió decirlo todo, lo que ocurría, como lo trataban y reclamar lo que le correspondía y nunca le habían dado. Pero era inútil solo obtuvo la furia de aquel que lo engendró, todavía su cuerpo recuerda la reprimenda de su padre cuando dijo lo que sentía, como era su vida y el trato que le daban. Por qué ese hombre no le creería nada de lo que le dijera. Solo escuchaba las mentiras de esa mujer, mentiras que eran tan fácil de descubrir. Solo debía ver de cerca su vida o tan siquiera entrar una sola ves a su habitación, pero no. No le dio ni el beneficio de la duda. Así que dejo de hablar, de defenderse, sabía que era inútil. Pero ya era hora de parar, si lograba despertar no esperaría el cariño de alguien que nunca lo valoró.
Una noche ella llegó, Rosalin la mujer que decía quererlo como una madre. Se sentó junto a él y le contó una historia. Como si fuese un cuento de dormir. Pero lo menos que ella esperaba es que ese chico inconsciente estuviera escuchando sus palabras.
Rosalin: sabes Dorian hoy quiero contarte la historia de nuestra familia, esa que nadie sabe. Tu madre y yo fuimos amigas desde la infancia, nunca me agradó, siempre tan amable, sacrificada, bondadosa. Todos la querían, me daba asco ese carácter tan blando, pero era manipulable. Yo no tenía nada, mi familia siempre vivió en la pobreza. Alina no era rica, pero tenía mejores condiciones que yo y nunca dudó en ayudarme. Intencionalmente siempre le mostré mi lado más necesitado y gracias a ella puede subsistir. La muy perra tenía mucha suerte sin ni siquiera buscarla. Así conoció a Alberto Lombardi era el típico play boy, apuesto, siempre rodeado de mujeres. Ella no cayó en sus garras, sabía de sobras quién era, pero lo cautivó, se enamoró de verdad de ella. Le dio trabajo, pero la conquistó, se casaron y vivían felices, y por su puesto ella nunca olvidó a su buena amiga. Gracias a ella conseguí el trabajo de secretaria de su esposo y cuando no podían ser más felices llegaste tú, estaban emocionados por la noticia.
Pero era un embarazo riesgoso y vi mi oportunidad. Busqué un veneno casi indetectable y le administraba pequeñas dosis cada vez que podía. Poco a poco se fue debilitando y nadie sabía por qué. Los médicos no encontraban la cusa de su condición. Y tú desde su vientre tomabas las pocas fuerzas que le quedaban. Pero la muy maldita resistió lo suficiente para traerte al mundo. Cuando naciste tu padre me pidió que cuidara de ella por una noche y lo hice llevaba días sin dormir, no se despegaba de su lado, pues su salud era tan frágil como el cristal. Pero era un ser humano como cualquier otro, necesitaba descansar...
...Esa noche le lleve un pastel como el que tanto le gustaba y llevaba un relleno muy especial. Ya sabrás que ¿verdad?, mientras comía a gusto, su cuerpo dejo de funcionar, cayó postrada en la cama, así como tú. Su voz no era más que un susurro. Cuando estaba completamente indefensa le conté lo que siempre pensé de ella y me guardé para seguirla utilizando. También le dije mis planes para el futuro, en los que ella sería la pieza fundamental. Alberto estaría vulnerable y tendría la oportunidad de seducirlo. Necesitaría una madre para ese niño que sin dudas odiaría por quitarle al amor de su vida. ¿Lo sabes verdad Alina?, el no podrá querer a ese niño. Podía ver sus ojos como se llenaban de lágrimas y su respiración débil se entrecortaba por el llanto. No te preocupes querida amiga a ese pequeño bastardo lo enviaré contigo tarde o temprano. Mi querido Dorian deberías haber visto la desesperación en el rostro de tu madre, como sufrió en silencio, como el veneno la quemaba por dentro y puedo asegurarte que tu estuviste en sus últimos pensamientos. Cuando estaba a punto de morir di una actuación digna de un óscar. ¡Enfermera!, ¡enfermera!, alguien, ayuda, por favor mi amiga no está bien, algo le pasa. Los médicos entraron a toda prisa, lo intentaron, sin duda lo intentaron. Pero era imposible salvarla, ella moriría, aún entre los médicos que la rodeaban no dejaba de mirarme. Intentaba con todas sus fuerzas advertirle a alguien sobre mí, mis intenciones, mis planes. Que yo sería la causa de su muerte, pero fue en vano de ella no salían más que gimoteos inentendibles. Yo solo cubría mi rostro, fingía llorar para que nadie viera mi risa. Los últimos momentos de esa mujer fueron lamentables. Y tu padre cuando supo la noticia quedó devastado. Te odió, no sabes cuánto te odió, la única razón por la que no te abandonó fue porque yo le recordé que eras el hijo de esa mujer que tanto amó y ella no le perdonaría si algo te pasaba. Pero fue solo una excusa, tú debías existir, eras mi boleto de lotería. Tú me convertirías en su esposa y así fue, el pequeño necesitaba a una madre y quién mejor que yo, la mejor amiga de Alina, el siempre pedía mi ayuda, no fue difícil acercarme, era un desastre, el dolor lo cegaba. Pero fui paciente, lo ayudé a reconstruir su vida, no mostré ni mis intenciones, ni mi interés. Con el tiempo bajo la guardia conmigo, lo hice depender de mi hasta el día que bebió de más y en medio de su tristeza cruzamos esa línea. El la veía en mi pero no me importó .Sin dudas fue la mejor noche de mi vida, aunque fuera su nombre el que saliera de sus labios. Alberto era un amante cálido pero apasionado, dulce pero tenaz, delicado pero impetuoso. Hasta ahora ese privilegio que era solo de ella había sido tomado por mí. ¿Y sabes qué? hacía mucho tiempo que quería a ese hombre para mí, así que guardé mi pureza deliberadamente para ese momento. Cuando recobro el sentido y se dio cuenta de lo que había hecho, lo significativo que es para una mujer esa primera experiencia, tuve la certeza de conseguir lo que tanto había añorado, pero por supuesto no lo presioné, ni le reclamé, le dije que solo fue un error, pero en ese entonces no estaba en condiciones de que yo también me alejara. ¿Qué iba a hacer con su trabajo en la compañía?, ¿con un bebé de meses?, que requería atención y ¿con su luto?. Además el peso de las palabras de su propia esposa jugó a mi favor, si Alina supiera lo que esas palabras de buena fe lograrían nunca las hubiera dicho. ¿Sabes que le pidió?, le hizo prometer cuando me contrató que siempre cuidaría de mí, que éramos como hermanas. Así que deberás de imaginarte el caos en que estaban sus pensamientos. Los frutos de mi trabajo estaban Listos para recogerse, estaba embarazada. No se lo dije, le dejé indicios para que lo descubriera por sí mismo y cuándo lo hizo si tenía alguna duda desapareció. Se hizo responsable y sabes que fue lo más divertido que ese hijo ni siquiera es suyo. Lamentablemente esa noche no quedé en estado y tuve que improvisar, pero mírame aquí estoy, lo logré. Mientras crecías me encargué de alejarlos aún más, él no podía quererte, en mis planes no estaba que te quisiera como un hijo, siempre te culpé de todos los accidentes, de las pequeñas maldades de mi hijo, tú pagaste todas las culpas, el no confía en ti. Siempre te ha creído un parásito, un ser inservible. Todos tus logros te los he arrebatado, a los ojos de tu padre no vales nada. Así que era hora de deshacerme de tí, debiste morir en ese accidente, pero no, sobreviviste como la cucaracha que eres. Pero esto también es bueno, te quedarás postrado en una cama. Aún si algún día despiertas no volverás a caminar nunca, tendrás que arrastrarte por las migajas que se te den, porque tú padre también enfrentará a la muerte yo me encargaré de ello en cada té antes de dormir. Si tan solo hubiera llegado a amarme las cosas serían diferentes, pero aún después de tanto tiempo sigue llamándola a ella en vez de a mí y ya me cansé de fingir que no me importa. Beso su frente, que duermas bien hijo, ten dulces sueños y si no quieres sufrir más en esta vida, no despiertes nunca.
Dorian pudo escuchar sus pasos alejarse y aquello que reprimía simplemente explotó.
Dorian: siento las lágrimas mojar mi rostro. Desde que tengo uso de razón he vivido con el desprecio de mi padre, las humillaciones de mi madrastra y la impotencia de que tomen todo lo que debería ser mío. Pero hoy esa mujer ha sobrepasado los límites. No tenía idea del destino que tuvo mi madre. Nunca me había sentido tan miserable como ahora.
¿?: ¿Por qué lloras?, eres muy guapo para estar tan triste.
Dorian: ¿hay alguien conmigo?, ¿quién es?, siento que secan mis mejillas.
¿?: Así está mejor, espero que despiertes pronto. Tienes una larga vida por delante, no te rindas todavía.
Dorian: no sé de quién se trata. Pero solo cuando está conmigo mi mente encuentra paz y deja de revivir cada palabra llena de veneno que salía de esa mujer y que siguen atormentándome. Lo dulce de su voz tranquiliza mi mente. Su toque cálido me consuela y me pone en apuros cada vez que la siento limpiar mi cuerpo, es la única vez que he agradecido por estar inconsciente, me moriría de la vergüenza si tuviera que mirar su rostro en una situación como esta. No sé cuánto ha pasado pero esa chica sigue visitandome, debe ser una enfermera. Su compañía es mi único momento de tranquilidad. Creo que es la primera vez que siento el cuidado de alguien.
¿?: Hoy es el último día que estaré aquí, no podré seguir viniendo.
Dorian: no, ¿por qué?. No te vayas, no me dejes solo tú también. Si te vas enloqueceré.
¿?: Sabes, espero verte algún día, pero despierto. Talvez como extraños en la calle, pero no en una cama de hospital. Eres muy joven para dormir tanto, despierta y vive una vida emocionante por los dos. Adiós extraño.
Dorian: se va, la siento alejarse. No escucharé más su voz, no sentiré su presencia, ni siquiera el olor de ese perfume que usa. No, no puedo perderla también. No sé quién es, pero ha sido lo único que me ha mantenido cuerdo. Logro abrir un poco los ojos, no puedo ver con claridad, la luz me molesta. Solo veo la figura de espalada de una mujer con un cabello negro tan largo que llega a su cintura. Poco a poco mi vista se va aclarando al fin he despertado, pero no he podido ver bien quien era esa chica. Miro mis piernas, las veo, están ahí, pero no las siento. Intento moverlas, pero nada no se mueven. Luego de un rato de intentarlo solo me quedo viendo hacia la nada, ¿qué será de mi vida ahora?.
Enfermera: ¡despertó! !doctor rápido!, el paciente a ha despertado.
Dorian: el medico revisó mi estado, me dijo las consecuencias que había tenido ese accidente sobre mi cuerpo y aviso a mis familiares. Pero nada de eso me importa. Ahora estoy más solo e indefenso que nunca, ¿cómo podré seguir adelante?.
Alberto: al fin despertaste ¿cómo se te ocurre manejar ebrio? ¿tienes idea de los problemas que causaste?. No, claro que no, tu nunca mides las consecuencias.
Rosalin: cariño no es el momento, aún no se recupera.
Alberto: ¿qué le pasa?, ¿por qué no dice nada?.
Médico: por favor no se exalten, deben entender que en estos casos los pacientes pueden sufrir de depresión. La lesión en su columna es grave, no volverá a caminar.
Alberto: !¿que?!, solo esto me faltaba, espero que estés feliz. Este es el costo de tu imprudencia.
Dorian: puedo escuchar sus quejas y sus regaños. Aún en ésta situación no se compadece ni un poco de mí. Si me conocieras, si te hubieras tomado el tiempo de conocerme un poco, de saber cómo soy. Sabrías que yo no debo, pero nunca le importe. ¿Podemos hablar a solas?
Alberto: así que al fin te dignas a decir algo.
Dorian: ¿puedes darme cinco minutos de tu tiempo?.
Alberto: está bien, espéreme afuera.
Rosalin: como desees.
Alberto: ¿qué quieres?.
Dorian: ¿tanto me odias?.
Alberto: no te odio Dorian, pero me es difícil tratar contigo. Verte me recuerda todos los días lo que perdí y como si fuera poco tú no has hecho más que decepcionarme.
Dorian: ¿acaso fuiste el único que perdió algo?, yo también lo hice.
Alberto: no es lo mismo, tú nunca la conociste.
Dorian: pero me has hecho pagar por ello toda mi vida.
Alberto: …
Dorian: ¿en qué te decepcione?.
Alberto: ¿hablas en serio Dorian?, ni siquiera terminaste tus estudios. ¿Cuántas veces fuiste transferido por ocasionar problemas?.
Dorian: está será la segunda y última vez que conversemos. Así que aunque te incomode, lo único que pido es que me escuches hasta el final y que por favor esta vez te abstengas de golpearme. Como puedes ver no estoy en condiciones de recibir otra golpiza como aquella. Yo si me gradué, terminé mis estudios en línea ya que tu esposa se encargaba de comprar a mis profesores y compañeros de clase para hacer de mi vida un infierno. Por eso estudié sin que lo supiera.
Alberto: ¿acaso te golpeaste la cabeza y solo dices idioteces?.
Dorian: ese proyecto que tanto te enorgullece alabar, que hizo a la empresa obtener ganancias inesperadas y que fue presentado por Adrián, es mío. Lo tomaron de mi estudio cuando quise abrirme paso por mí mismo.
Alberto: ¿hasta cuándo planeas mentir?.
Dorian: ¿en serio crees que tuve un accidente?, claro que lo crees. Nunca te tomaste el tiempo de conocerme. Alguien cercano a mí no lo creería con facilidad. Rosalin al fin decidió deshacerse de mi pero no lo consiguió. Hace varias noches estuvo aquí, pensó que no la escucharía. Confesó como envenenó a mi madre, cómo fueron sus últimos momentos, como la hizo sufrir, como murió desesperada por saber que su familia estaba en peligro.
Alberto: ¡te estás pasando Dorian!, Rosalin te ha criado como un hijo.
Dorian: que ganaría con mentirte, tú nunca me has dado nada. Pero eso no importa ya te lo he contado todo. Este es mi pago por haberme dado un techo donde dormir y un plato de comida. ¡ahora! ¡largo!, ¡toma a tu preciada familia y lárguense!. A partir de hoy los lazos que nos unen se han roto, no existen. He permitido por bastante tiempo que destrocen mi vida, he aguantado en silencio con tal de tener tu aprobación. Qué me miraras con cariño, aunque fuera una sola vez y mírame ahora ¿de que me ha servido?.
Alberto: no estás bien Dorian, deja ya de inventar mentiras o ¿es que estas enloqueciendo?.
Dorian: sí, estoy loco, no escuches mis desvaríos. Elige a ese par por encima de mí como siempre lo has hecho. A esa mujer que no es mi madre y a ese bastardo que no lleva tu sangre
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