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¿Ahora Quién Es El Perdedor?

Capítulo I Siempre vas a ser un perdedor parte 1

Era el día 15 de julio del año 2002 y Fermín Salido del Pozo de 18 años estaba por recibir su certificado de graduación de la secundaria, y aunque fue un año muy difícil debido a que tuvo que cambiar su apellido de Mier de Cilla a Salido del Pozo por exigencia de su madre, se sentía muy emocionado porque era un momento de mucha satisfacción porque fue el estudiante con el mayor promedio de su promoción, así que tenía mucha expectativa cuando llegó el momento de leer su emotivo discurso

-No sé por qué esperaba un resultado diferente – Murmuró Fermín

Fermín observó en dirección al lugar que estaba reservado para sus padres y sintió un nudo en la garganta cuando se dio cuenta de que solo se encontraban sus hermanas Danna de 20 años y Ana María de 14 años, así que cuando terminó el acto se encontró con ellas y les dio un fuerte abrazo a cada una

-Felicitaciones hermano – Dijo Ana María

Dana bajó la cabeza porque estaba muy avergonzada debido a las acciones de sus padres, Dade Mier de Cilla y Brenda Víbora de Mier de Cilla porque esta no era la primera vez que sus padres le hacían un acto de desprecio a Fermín en un momento muy especial de su vida

-Lo siento Fermín, pero nuestros padres no pudieron venir – Dijo Dana con pesar

-¿Y esta vez cuál es la razón? – Preguntó Fermín con frustración

-No pueden dejar solo a Benjamín y él no quiso asistir a la ceremonia porque era muy aburrido – Respondió Ana María resoplando de ira

Benjamín Mier de Cilla, de 16 años, era el hermano menor de Fermín y también el hijo Dorado de sus padres, era tanto el favoritismo hacia este que su madre no se esforzaba en disimularlo

-No sé por qué, supuse que esta vez vendrían – Dijo Fermín con amargura

-Porque es lo menos que esperas de tus padres – Respondió Dana con molestia

Dade y Brenda no compartían mucho tiempo con Dana, Ana María o Fermín como unos padres normales con sus hijos a menos que esto fuera realmente necesario, sin embargo, con frecuencia pasaban tiempo con Benjamín tanto como les fuera posible y a menudo salían de compras con él,  dejando a Fermín y a sus hermanas con una niñera, le compraban ropa y juguetes costosos, así como sus comidas favoritas,  por lo general Benjamín recibía mejores cosas en comparación con Dana, Fermín y Ana María, los cuales usaban ropa de segunda mano y compartían sus juguetes

-Esto ya no importa porque pronto va a terminar esta situación – Dijo Fermín con alivio

-Dichoso ustedes dos porque a mí aún me esperan 04 años de esta locura – Protestó Ana María

Dana estaba cursando su segundo año de contaduría pública en una universidad ubicada a cuatro horas de su ciudad natal, así que desde hace dos años vivía en una residencia estudiantil.

-¿Qué te parece si te invito a comer a ese restaurante que tanto te gusta para celebrar tu graduación? – Preguntó Dana

Fermín sonrió con emoción y abrazó a su hermana porque sabía que esto era un gran esfuerzo para ella, dado que ella solo tenía un trabajo a tiempo parcial.

-¿En serio podemos ir? – Preguntó Fermín

Dana asintió con una enorme sonrisa, y estaba feliz de poder complacerlo luego de lo que había pasado con Fermín durante los últimos meses, primero se vio obligado a traspasar la propiedad del auto que compró con tanto esfuerzo trabajando a tiempo parcial y cortando césped a su hermano Benjamín cuando su madre amenazó con correrlo de casa si no lo hacía, segundo el día de su cumpleaños número 18 sus padres cancelaron a última hora la cena para celebrarlo y no le avisaron dejándolo esperar solo por más de dos horas en un restaurante porque a Benjamín no le gustaba la comida y ahora no asistieron a su acto de graduación de la secundaria

-He estado ahorrando para esta ocasión – Dijo Dana

-Yo también traje mis ahorros – Dijo Ana María con orgullo

Todos subieron al auto de Dana y llegaron al lugar y se trataba de un bistró nada lujoso, pero con un menú de comida de estilo mediterráneo, con un ambiente muy acogedor

-Cuando hice la reserva les advertí que eres alérgico a los camarones – Dijo Dana

Al grupo se les unió Ángel Santamaría, un chico desgarbado de 18 años, el cual era un vecino de los hermanos y el mejor amigo de Fermín y a diferencia de ellos era hijo único y muy amado por sus padres

-¿Por qué estás aquí si no fuiste invitado?  – Preguntó Dana con molestia

Ángel y Dana desde niños solían discutir mucho y era muy singular porque Ángel era un hombre de aspecto desgarbado y Dana, por el contrario, era muy voluptuosa, y aunque no tenían una relación amorosa era muy

evidente la química que existía entre ambos

-Ana María me invitó – Respondió Ángel con descaro

Ana María observó a Ángel con una expresión de asombro porque ella no lo había invitado, solo le dijo que llevarían a Fermín a ese restaurante, sin embargo, el ambiente durante la cena era muy agradable y por ese breve instante los hermanos olvidaron la situación en casa con sus padres y hermano menor, por desgracia el teléfono celular de Dana comenzó a sonar y al darse cuenta de que se trataba de su madre ignoró la llamada, luego fue su padre y finalmente Benjamín, así que decidió apagarlo

-¿Quién te está llamando? – Preguntó Ángel con molestia

-Nadie que te importe – Respondió Dana con impaciencia

Brenda estaba muy enojada con su hija porque se dio cuenta de que ella apagó su teléfono para evitar hablar con ella

-Dana como siempre siendo tan insolente – Dijo Brenda

-¿Mamá, cuando van a venir mis hermanos porque tengo mucha hambre? – Preguntó Benjamín con molestia

-Pronto van a llegar cariño – Respondió Brenda

Brenda le sonrió con amabilidad a Benjamín y despeinó su cabello de forma amorosa y luego frunció el ceño cuando marcó el número de Fermín

-¿Fermín cuando demonios vas a regresar a la casa? – Preguntó Brenda con irritación

Fermín se sentía tan decepcionado con su madre en ese momento porque Brenda no intentó poner ninguna excusa a su forma de actuar, sino que, por el contrario, se mostraba de forma muy hostil con él de inmediato

-Disculpe, señora, pero marcó un número equivocado – Respondió Fermín antes de colgar

Fermín hizo lo mismo que Dana y apagó su teléfono, y cuando comenzó a sonar el de Ana María, ella sin pensarlo hizo lo mismo lo cual les dio otros minutos de paz hasta que sonó el teléfono de Ángel y se trataba de su madre, la cual estaba muy enojada porque Dade y Brenda estaban haciendo un escándalo en la puerta de su casa preguntando en donde estaban sus hijos

-Siento ser un aguafiestas, pero debemos regresar a casa – Dijo Ángel

Ángel les explicó lo que estaba ocurriendo en su casa  y Dana estuvo de acuerdo con él en que era momento de partir, así que pidió la cuenta y cuando iba a pagarla descubrió que Ángel se le había adelantado y lo había hecho, lo cual la avergonzó mucho

-¿Por qué pagaste la cuenta? – Preguntó Dana con molestia

-Lo hice porque quise – Respondió Ángel con indiferencia

-¿Acaso crees que no puedo pagarla?– Preguntó Dana

Ángel la observaba con molestia porque nunca fue su intención ofenderla, solo quería tener un gesto con su mejor amigo porque se había alistado en el ejército y se iría de la ciudad en dos días y sabía que pasaría mucho tiempo antes de que pudieran reunirse de nuevo

-Dana, sé que puedes pagar la cuenta, pero este es un regalo de despedida de mi parte para Fermín - Dijo Ángel

-¿Despedida? – Preguntó Dana con curiosidad

Ángel observó a Dana con simpatía porque la noticia que estaba por darle sabía que la tomaría por sorpresa

-Me alisté en el ejército y me voy de la ciudad en dos días – Respondió Ángel

La noticia sorprendió a Dana porque no esperaba que este chico desgarbado con aspecto de intelectual decidiera unirse al ejército y a pesar de que continuamente discutían, sintió un gran peso en su corazón debido a su partida

-Así que tú también te vas lejos – Dijo Ana María con pesar

-Cariño, eso es parte de convertirse en adultos – Respondió Danna

Todos consolaban a Ana María, la cual a sus 14 años   debía enfrentar una situación muy complicada porque debía quedarse en la casa de su narcisista madre y su facilitador padre durante los próximos 4 años debido a que Fermín se marcharía al otro extremo del país en un par de días porque obtuvo una beca completa en una prestigiosa universidad.

-Bajen ustedes primero porque tengo que estacionar mi auto – Dijo Dana

Cuando estaban cerca de la entrada de la casa de sus padres, Fermín y Ana María decidieron bajarse del auto dejando a Ángel y Dana solos en el vehículo

-¿Qué esperas para bajarte de mi auto Ángel? – Preguntó Dana

Capítulo II: Siempre vas a ser un perdedor parte 2

Ángel la observaba expectante porque siempre le había gustado Dana, el problema es que sus intentos por acercarse a ella eran tomados como una forma de hacerla enojar

-¿Dana puedo llamarte? – Preguntó Ángel muy ansioso

-No – Respondió Dana con molestia

Dana le respondió con frialdad, pero luego observó la expresión suplicante en el rostro de Ángel y parecía como un cachorro al cual le robaron su hueso, así que le sonrió con amabilidad y decidió decirle que sí podía llamarla

-Está bien Ángel puedes llamarme – Respondió Dana

Dana quedó fascinada con la sonrisa que Ángel le mostró en ese momento y años después ella recordaría con nostalgia esta expresión tan genuina en su rostro porque rara vez la mostraría en el futuro

-Finalmente, regresas a casa porque te estamos esperando y tu pobre hermano tiene hambre – Dijo Brenda

Fermín y Ana María entraron en la casa familiar donde fueron recibidos en un ambiente muy hostil a pesar de que se suponía que era un momento de celebración

-¿Dónde está Dana? – Preguntó Dade

-Dana está estacionando su auto – Respondió Ana María

A pesar de que estaban satisfechos porque ya habían comido, sabían que no podían rechazar la cena preparada por su madre o de lo contrario Brenda reaccionaría de forma dramática e incluso podía ponerse violenta

-¿Mamá, estás segura de que esta comida es para celebrar la graduación de Fermín? – Preguntó Ana María

Ana María observó la comida que estaba sobre la mesa y aunque la decoración mostraba mucho cuidado por los detalles, no podía creer que su madre pudiera ser tan inconsciente hacia Fermín y que su padre permitiera este tipo de conducta

-Por supuesto, Ana María esta es la comida favorita de Fermín – Respondió Brenda con convicción

Fermín, al igual que Ana María, observaba la comida que estaba sobre la mesa y no podía estar más decepcionado con sus padres porque esta era la comida favorita de Benjamín y no tenía problemas con eso de no ser que se trataba de una paella y él era alérgico a los mariscos lo cual Brenda lo sabía muy bien

-Mamá, esta es la comida favorita de Benjamín – Respondió Fermín

Brenda puso una expresión de molestia e ignoró el comentario de Fermín y les hizo una señal para que todos se sentaran a la mesa porque Dana finalmente había llegado, Brenda observaba a sus hijos con desaprobación, Dana tenía sobrepeso, Fermín y Ana María tenían ese aspecto de Frikis y ambos usaban gafas, y solo Benjamín era chico tan hermoso y sin defectos además de que se parecía tanto a ella

-No veo cuál es el problema si después de todo la comida está deliciosa – Dijo Brenda restándole importancia

Ana María y Dana se llevaban la comida a la boca a pesar de que no tenían hambre para evitar ser víctimas de un arranque de ira de parte de Brenda, Benjamín comía a gusto la comida y le sonreía a su madre mientras Fermín observaba toda la escena y negaba con la cabeza porque a pesar de que era su graduación de la secundaria todo se trataba de su hermano como siempre

-¿Fermín, por qué no estás comiendo? – Preguntó Dade

Dade comía con mucho gusto la paella porque estaba realmente deliciosa, y se notaba que Brenda estuvo por horas cocinando, lástima que no era algo que Fermín pudiera comer

-Fermín hice un gran esfuerzo para preparar la comida, así que deja el drama y come de una vez – Se quejó Brenda

-Mamá, te recuerdo que soy alérgico a los camarones – Respondió Fermín

Brenda se detuvo de comer y levantó la vista para observar a Fermín de forma muy intimidante y como siempre hizo a un lado sus necesidades, a pesar de que si Fermín comía de su plato necesitaría usar la epinefrina

-Solo tienes que quitar los camarones de tu plato y comerte el resto – Respondió Brenda con impaciencia

Para Brenda la alergia de Fermín solo eran ganas de su hijo para llamar la atención, así que por lo general lo ignoraba y le colocaba camarones sin importarle lo peligroso que era esto para su hijo.

-No tienes derecho a comportarte de forma tan grosera con tu madre luego de que se tomó la molestia de cocinar todo esto en tu honor – Dijo Dade

-Es increíble que digas eso, papá, cuando sabes lo que va a pasar si como esa comida – Respondió Fermín con frustración

Fermín no pudo soportarlo más y se levantó de forma abrupta de la mesa, sentía ganas de llorar porque siempre sus eventos importantes, sus padres los minimizaban

-Si te levantas de la mesa no puedes tocar nada de lo que hay en el refrigerador – Le advirtió Dade

Fermín se encogió de hombros porque esta no era la primera vez que eso ocurriría, por eso desde muy joven tuvo que trabajar para poder tener dinero y comprar sus propios alimentos y eran muchas las veces que tuvo que ir a la casa de Ángel para comer luego de estar hambriento por mucho tiempo

-Con esa actitud siempre vas a ser un perdedor – Dijo Brenda con desdén

Aunque se trataban de palabras muy duras, esta no era la primera vez que Fermín las escuchaba de su madre, así que ya no le afectaban, negó con la cabeza y le dio un último vistazo a su familia y caminó en dirección a su habitación, no fue una sorpresa darse cuenta de que Benjamín estuvo en el lugar y revisó sus cosas, por suerte ya había aprendido tras años de tener que entregarle sus cosas a su caprichoso hermano y no había nada de valor que pudiera tomar, revisó bajo su cama para ver si aún estaba su maleta allí, porque la dejó lista desde hace un tiempo,  la revisó una vez más para estar seguro de que no dejaba atrás nada luego  salió de su habitación arrastrando su maleta

-¿A dónde vas Fermín? – Preguntó Benjamín con curiosidad

-Me voy de la casa – Respondió Fermín

Benjamín puso una expresión de tristeza aunque rápidamente cambio a una sonrisa, Dana y Ana María por su parte continuaron comiendo porque ellas sabían que esto ocurriría luego de lo que hicieron sus padres, sin embargo, Brenda y Dade no lo tomaron bien porque no comprendían la razón por la cual su hijo se comportaba de esa manera y estaban muy enojados porque Fermín era cada vez más incontrolable

-Te lo repito Fermín con esa actitud siempre vas a ser un perdedor – Dijo Brenda con frialdad

Todos los presentes se sorprendieron de la malicia en el tono de esas palabras, incluso para Benjamín fue reprochable que su madre le decía eso a su hermano mayor

 -Supongo que esa es tu opinión mamá y la verdad es que no me importa – Respondió Fermín

Dade estaba muy molesto debido a la actitud tan insolente  de Fermín y se levantó de la mesa para confrontarlo y darle una lección, así que caminó en su dirección hasta detenerse a unos pocos pasos, y levantó su mano para darle una bofetada

-Fermín discúlpate con tu madre de inmediato – Ordenó Dade

Fermín observó a Dade de forma desafiante porque ya no podía obligarlo a someterse a su abuso, además esta noche dejaría este lugar

-No lo voy a hacer – Respondió Fermín con insolencia

Dade estaba sorprendido por su actitud tan altiva porque siempre fue muy obediente y jamás levantaba su voz para defenderse y aunque tenía intenciones de abofetearlo estaba tan confundido que no pudo hacerlo

-Si te atreves a salir por esa puerta no cuentes nunca más con mi apoyo – Dijo Dade

Fermín negaba con la cabeza mientras se reía de las palabras de su padre, porque no sabía de cuál apoyo hablaba si desde los 14 años trabajaba para poder ahorrar y asistir a la universidad, incluso le quitaron su auto y no le dieron una compensación

-Puedo vivir con eso, papá – Respondió Fermín con decisión

Benjamín, a diferencia de sus padres, sabía que Fermín no estaba bromeando esta vez y que se iba en ese momento no regresaría, porque revisando su habitación se dio cuenta de que sus cosas de valor ya no estaban y que se preparaba para irse muy lejos, aunque no encontró pistas de a donde se marcharía

-Fermín deja de ser tan dramático, porque mamá solo está bromeado contigo – Respondió Benjamín

Dana y Ana María estaban sorprendidas de que Benjamín intentara servir de mediador, pero sus esfuerzos fueron escasos y muy tarde porque Fermín pronto se marcharía y nada de lo que pudieran decir o hacer lo evitaría

-Mamá, algún día te voy a demostrar que no soy un perdedor – Respondió Fermín

-Te aseguro que vas a regresar con el rabo entre las patas – Se burló Brenda

Aunque Fermín no quería ser una molestia para su mejor amigo, decidió que aceptaría su propuesta de irse a su casa durante los días que faltaban para su viaje al otro lado del país

-Espero no ser una molestia – Dijo Fermín muy avergonzado

-Siempre eres bienvenido Fermín – Respondió Clotilde con amabilidad

Capítulo III ¿Dónde está el perdedor? Parte 1

Ángel y sus padres José y Clotilde le permitieron a Fermín que se quedara en su casa a pesar de que esto podía convertirse en un gran problema debido a la necesidad de hacer drama de parte de Brenda, sin embargo, ella permaneció en silencio durante todo este tiempo, lo cual fue una verdadera sorpresa

-Ese mocoso malcriado va a regresar cuando se dé cuenta de que necesita ayuda financiera para ir a la universidad – Dijo Dade con prepotencia

La razón para el silencio de Brenda era porque ella suponía que se trataba de una rabieta de parte de su hijo y que este pronto regresaría a la casa familiar sintiéndose muy humillado, Brenda y Dade habían descuidado tanto a Fermín que ignoraban que obtuvo una beca completa y que se mudaba al otro extremo del país

-Mejor que esperen sentados porque les van a salir raíces – Murmuró, Ana María

Ana María no sabía si reír o llorar al darse cuenta de lo alejado de la realidad que estaban sus padres, porque a Dana en lo único que la ayudaron fue en ser cofirmante de su préstamo estudiantil, y dado todo lo ocurrido con Fermín era una suerte que obtuviera una beca porque estaba segura de que ni siquiera harían eso por él

Dos días después….

Era el día miércoles 17 de julio de 2002 cuando Dana, Fermín, Ana María, José y Clotilde estaban frente al autobús de ejército para despedirse de Ángel, el cual debía irse ese día para comenzar su entrenamiento en las fuerzas armadas

-Cuídate Ángel – Dijo Dana

Aunque Ángel deseaba darle un fuerte abrazo a Dana, sabía que a ella no le gustaría, así que se dieron un incómodo apretón de manos

-Recuerda que dijiste que me llamarías – Dijo Dana

Ángel le sonrió con emoción y sentía que tenía mucho que decirle, sin embargo, sabía que ella solo lo veía como el molesto amigo de su hermano

-Por favor no Intentes hacerte el héroe y regresa a casa – Dijo Fermín

Fermín le dio un abrazo a su mejor amigo, y era un momento triste porque se conocían desde la primaria y siempre fueron muy unidos y ahora debían separarse para que cada quien pudiera perseguir su sueño

-Estaremos en contacto Fermín – Prometió Ángel

Ángel observó a Ana María y sintió como ella se abalanzaba y le daba un abrazo, sentía un nudo en la garganta porque siempre la consideró como su hermana menor y lamentaba irse porque quedaría a merced de sus excéntricos padres

-Te voy a extrañar mucho – Respondió Ana María

-Yo también te voy a extrañar mucho

-Ángel sigue el consejo de Fermín y regresa a casa – Suplicó Ana María

-Avísame si Benjamín se porta mal contigo porque cuando regrese voy a patearle su trasero – Respondió Ángel

Ángel luego abrazó a su madre, la cual no dejaba de llorar, y a su padre, el cual apenas podía contener sus lágrimas, fue un momento agridulce para los tres hermanos porque se dieron cuenta de que esto es lo que se espera de unos buenos padres

-Debemos ir al aeropuerto o perderás tu vuelo – Dijo Dana secando sus lágrimas

Fermín, por temor a lo que pudieran hacer sus padres, decidió adelantar su viaje de manera de que sus padres no sabotearan sus planes

-Te vamos a extrañar mucho hermano – Dijo Dana

-Recuerden lo mucho que las amo – Dijo Fermín

Dana y Ana María observaron como Fermín hacía el check in para su vuelo y ambas se consolaban porque no sabían cuando se volverían a ver.

-Esto es lo mejor para Fermín – Dijo Dana

Dana abrazaba a Ana María mientras observaba como se alejaba la figura de su hermano y se perdía de su vista

 -Sé que es lo mejor para Fermín, pero no dejo de sentirme muy triste – Respondió Ana María

Ana María asintió en señal de acuerdo, sin embargo, fue un día muy duro para ella porque tanto Ángel como Fermín se marcharon el mismo día y Dana debía regresar a su universidad en un par de días

-¿Cómo que Fermín no está en tu casa? – Preguntó Brenda

Clotilde observaba a Brenda con asombro porque había transcurrido 15 días desde que su hijo se fue de su casa y ella no mostró ningún interés por saber nada acerca de su paradero

-Fermín dejó la ciudad la semana pasada - Respondió Clotilde

Brenda estaba muy enojada porque recibió muchas llamadas de su familia extendida y colegas para felicitarla por la graduación de Fermín y su emotivo discurso y le preguntaban sobre sus planes a futuro y ella no sabía qué decirles, así que cansada de esperar a que Fermín regresara decidió ir a buscarlo para darle una lección, sin embargo, se encontró con la sorpresa de que se había marchado de la ciudad y nadie conocía su paradero

-Es su perdida porque sin nuestra ayuda solo va a ser un perdedor y nunca va a hacer algo útil con su vida – Dijo Brenda

Fermín para bajar el costo de su boleto viajó con escalas y debido a esto tardó casi un día en llegar a su destino y aunque estaba agotado, sabía que debía ser valiente y afrontar el reto que tenía en frente

-Finalmente, estoy aquí – Se dijo a sí mismo para darse ánimos

Fermín sabía que había cruzado un punto sin retorno y que las cosas nunca serían iguales, sin embargo, en este punto no tenía nada que perder, y que su determinación era muy fuerte, los días que siguieron a su llegada a la nueva ciudad se sintieron interminables, porque era el momento de formalizar su inscripción en la universidad y sin el apoyo de sus padres sabía que solo podía contar consigo mismo, encontró un pequeño departamento en la zona aledaña al campus universitario

-¿Esto es lo menos en lo que puede dejar el alquiler? – Preguntó Fermín

La arrendadora, era una amable anciana, la cual lo observó con pesar porque había escuchado tantas veces esa pregunta que por lo general terminaba cediendo, por desgracia, esto era lo menos que podía cobrar por el alquiler

-Lo siento, pero no puedo cobrarte menos por la renta, además está por debajo del valor del mercado

Fermín sabía que la anciana decía la verdad, el problema es que era más de lo que tenía estimado, así que no tuvo otra opción que aceptarlo

-Está bien, lo voy a tomar – Respondió Fermín

Fermín comenzó a buscar un trabajo que lo ayudara a cubrir sus gastos, porque su beca solo cubría los costos de matrículas y sus libros, por suerte la cafetería cercana a su hogar tenía una vacante y consiguió un empleo como camarero, sus días se llenaron de horarios agotadores, clases por la mañana, trabajo por la tarde, y largas jornadas de estudios hasta altas horas de la noche y aunque era una vida dura, a la vez resultaba satisfactoria al

no tener a su madre llamándolo perdedor todo el tiempo, a su padre apoyando todo lo que Brenda decía y a su caprichoso hermano quitándole lo poco que tenía

-Me duelen mucho mis pies – Se quejó Fermín

Ser camarero no era un trabajo fácil, debido a que por muchas horas Fermín permanecía de pie, porque tenía que soportar las constantes demandas de los clientes y la presión de siempre mostrarse amable y cumplir con todo, lo cual lo hacía volver exhausto a casa, y no se quejaba porque sabía que era necesario porque cada dólar que ganaba era importante para lograr su objetivo, en las noches cuando se iba a la cama pensaba en el momento en el cual obtuviera su grado

-Fermín deberías venir con nosotros – Sugirió uno de sus compañeros

Fermín rechazó la invitación y no es porque no quisiera socializar, el problema, es que en la universidad Fermín se enfrentaba a un gran reto porque el rigor académico era mayor de lo que esperaba, las clases de cálculos numéricos eran intensas y requerían de un tiempo de estudio que a veces le parecía imposible de encontrar, era frustrante porque mientras que sus compañeros de clases podían dedicarse exclusivamente a estudiar, él, por el contrario, debía dividir su tiempo entre estudiar y trabajar, sin embargo, a pesar del cansancio Fermín se destacaba en clases y por eso sus profesores notaron su dedicación y aunque no lo decían abiertamente siempre lo animaban porque no era un estudiante con notas mínimas para aprobar sus materias sino que era excepcional

24 de diciembre de 2002…

Las semanas se convirtieron en meses y las largas jornadas comenzaban a pasarle factura a Fermín, por suerte al final del semestre se encontraba entre los primeros de su clase y cuando llegó el momento de las vacaciones observó cómo sus compañeros de clases se iban a visitar a sus familiares mientras que él trabajaría el día de Navidad debido a la bonificación que recibiría

-¿Estás seguro de que no te importa ir a visitar a tu familia  el día de Navidad? – Preguntó el gerente de la cafetería con asombro

Fermín negó con la cabeza porque recordaba como siempre las Navidades en las casas de sus padres era un evento para celebrar a Benjamín

-Estoy muy seguro gerente – Respondió Fermín

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