María era una niña con muchos defectos y, aunque sufrió mucho por eso, ella era feliz.
Vivía con su abuela, ya que su padre y su madre no podían estar con ella debido a que trabajaban mucho. A María le gustaba estar con su abuela. La abuelita siempre la llevaba a su trabajo, y allí conoció a su primera amiga, que se llamaba Sol. Sol era una niña cinco años menor que María, pero a María le gustaba estar con ella aunque fueran diferentes.
Un día, María y Sol estaban jugando a las atrapadas, y Sol corrió hacia la carretera. Un auto venía a alta velocidad, y María, sin pensarlo, corrió, la empujó y la salvó. Sol, llorando, le pedía disculpas a María mientras ella estaba muy grave. Después, Sol corrió a pedir ayuda. La abuela de María salió corriendo y la encontró desangrándose, llorando, y llamó a la ambulancia. Al llegar, se la llevaron rápido, pero lamentablemente no pudieron salvarla.
María despertó, pero no en el hospital. Cuando empezó a ver mejor, había un hombre frente a ella. Era alto, con ojos color carmesí, cabello rojo con las puntas naranjas, y su ropa parecía hecha de ramas. María se quedó mirándolo, y después de un incómodo silencio, él habló y dijo:
Monran: "¡Hola! Soy el dios del fuego, Monran, y te he escogido a ti como mi representante."
María se sorprendió y dijo: "¿Candidata de qué? ¿Y dónde estoy? Esto es un sueño, ¿cierto? Ya debo despertar."
Monran: "Claro que no es un sueño. Moriste al salvar a tu amiga, así que te daré una nueva vida."
María: "¡No puede ser! Esto no es cierto," dijo mientras empezaba a desesperarse.
Monran: "Oye, cálmate, todo estará bien."
María: "¿Pero qué pasará con mi familia?"
Monran: "Tu familia estará bien, pero no puedes regresar. Te daré una nueva vida en otro mundo, un mundo de fantasía."
María: "¿De fantasía?"
Monran: "Sí, te lo explicaré mejor. Yo soy el dios más joven de todos, el sexto dios, así que soy algo así como el consentido del dios supremo. Mis hermanos y yo estábamos aburridos, así que hicimos una apuesta. La apuesta consiste en que el dios que traiga al mejor héroe y derrote al Rey Demonio ganará el respeto de todos, y los demás dioses serán sus sirvientes por mil años. Por eso te escogí a ti como mi representante."
María: "¿Pero por qué yo? No soy fuerte ni nada parecido."
Monran: "No creo en tu fuerza, creo en tu corazón. Así que, ¿aceptas esta nueva vida o prefieres ir al Reino de los Cielos?"
María lo pensó y, finalmente, tomó una decisión. Miró a Monran y le dijo:
María: "Acepto. ¡Quiero la nueva vida!" dijo emocionada.
Monran sonrió y dijo: "Bueno, es hora de que mis hermanos te conozcan."
Monran abrió un portal y entraron. Después, María se encontró en un cuarto elegante, con una mesa redonda frente a ella, y vio a otras personas sentadas.
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Información adicional de la protagonista:
Ella se llama María, tiene 16 años, es muy delgada y tiene muchas manchas en su cuerpo. En el colegio siempre la llamaban "vaca" o "palo", cosas así. Aunque era muy inteligente, siempre la molestaban.
María se dio cuenta de que había dos sillas desocupadas. Luego, Monran se sentó en una de ellas y dijo: "María, estos son mis hermanos, los dioses de los seis elementos de la naturaleza." Todos se levantaron y se presentaron uno por uno. Primero comenzó el hermano mayor, el dios del aire, quien dijo que se llamaba Felom. Luego se levantó una mujer y se presentó como Marith, la diosa del agua. La siguiente fue Lorme, la diosa de la tierra, y finalmente Leot, el dios del hielo.
Después de eso, María notó que había un puesto vacío y preguntó de quién era. Felom le respondió:
Felom: "Ese es de nuestro segundo hermano menor, Gideon, el dios del rayo, pero en estos momentos está en la Tierra haciendo unas investigaciones."
María lo escuchó, pero no dijo nada.
Luego, Leot comentó que ya era hora, y le preguntó a Monran si el cuerpo estaba listo. María, sorprendida, preguntó de qué cuerpo hablaba, y Monran le explicó que no podía tener el cuerpo que tenía antes, así que le darían el cuerpo de una persona que ya había muerto. Le mostró un cuerpo hermoso y le dijo que la persona a la que pertenecía no tenía familia ni recuerdos de su pasado. María miró el cuerpo, asombrada por su belleza. Monran le dijo que ya no sería María, sino que se llamaría Shiner.
María se sorprendió, pero también se emocionó. Estaba muy feliz. Monran le dijo primero:
Monran: "Ahora serás Shiner, mi candidata. Y antes de irte, te daremos nuestras bendiciones."
"Es cierto", dijeron todos. Marith añadió: "Se me había olvidado, perdón Shiner." Después, todos le tocaron la cabeza, y ella comenzó a brillar. Luego, Monran le mostró una tabla que aparecía al tocarse el pecho. Le mostró que ahora podía usar todos los poderes de los elementos de la naturaleza, aunque no al 100%. Tenía un 85% de control sobre los elementos, excepto el fuego, que podía controlar completamente al ser la candidata del dios del fuego.
María (ahora Shiner) se emocionó aún más. Monran le dijo que era hora de comenzar su nueva vida en su nuevo cuerpo. Todo se volvió blanco, y cuando despertó, no estaba en la habitación, sino en un bosque con árboles cuyas hojas eran púrpuras. Al verse a sí misma, se asustó, ya que era Shiner.
Fascinada con su nuevo cuerpo, notó una marca en su abdomen. De repente, escuchó una voz y vio una luz brillante. Era Monran, quien le dijo:
Monran: "Shiner, perdón... por favor, perdóname."
Extrañada, ella le preguntó por qué, y él respondió:
Monran: "Es que tu nuevo cuerpo es muy poderoso. La antigua dueña era extremadamente fuerte, pero también tenía una maldición. Si ves la marca en tu abdomen, esa es la señal de la maldición. Ahora entiendo por qué los demás no la escogieron. La maldición solo se activará cuando sufras el mayor de los dolores."
Shiner, impactada, no sabía qué decir no sabía cómo actuar o que contestar ,si se quedaba con ese cuerpo le irá mal en el futuro
Monran: "Pero tranquila, nos pusimos de acuerdo todos y decidimos darte un HP de 200 mil."
Shiner: "¿Un HP? ¿Qué es eso?"
Monran: "HP es tu vida, así que con eso tu maldición no te afectará."
Shiner se tranquilizó y le sonrió. Luego, Monran le dijo:
Monran: "Como soy tu padrino, toma esto," y le entregó un artefacto.
Ella lo miró fascinada, aunque en realidad no sabía qué era, así que le preguntó a Monran.
Monran le explicó que ese era su arma, y que un aventurero solo podía tener una. Estaba destinada a usar esa porque él era su padrino.
Shiner: "¿Y qué haré con esto?"
Monran se rió y le explicó: "Si lo tomas con ambas manos y piensas en un arma, a los dos segundos aparecerá la que imagines. Puedes pensar en cualquier arma."
Ella lo intentó y pensó en un arco. Cuando le apareció, era hermoso, con detalles divinos.
Monran le dijo que, al ser un arma divina, las flechas nunca se acabarían, así que no tendría que preocuparse por eso.
Shiner: "¿Un arma divina?"
Monran sonrió y dijo: "Como yo te la he dado y soy un dios, es un arma especial, y solo personas especiales pueden poseerla."
Shiner se sorprendió. Después, Monran le dijo que ya era hora de irse, y que, de aquí en adelante, tendría que seguir sola. Le dio algunas monedas, le mostró la tabla de valores, y le dijo que para empezar tendría que subir de nivel, ya que estaba en el nivel Z, el más bajo de todos. Luego, le entregó un poco de comida y se despidió.
Shiner, aunque asustada al principio, decidió explorar un poco el bosque y probar su nueva arma. Se emocionó pensando en qué otros tipos de armas podría utilizar y se divirtió mucho entrenando con ellas.
Sin embargo, notó algo extraño: intentó usar una espada, pero no podía. Siguió intentándolo, pero no lo logró. Al revisar la tabla de valores, descubrió que no podía usarla porque requería ser profesional. Monran le había dejado un pequeño manual de lo básico que una persona necesita saber, donde explicaba que para usar una espada debías tener un alto nivel de habilidad. Decidió no darle más importancia, ya que tenía otras armas que sí podía usar, y continuó su camino.
Mientras paseaba por el bosque, notó que un zorrito estaba siendo atacado por un gran oso rojo. Llovía, y el zorrito estaba muy herido, así que decidió ayudarlo. La batalla fue dura, pero logró vencer al oso y curó al zorro. El zorrito, asustado, salió huyendo. Shiner no se enojó, simplemente lo dejó ir y siguió su camino.
Después de caminar un rato, llegó a un pequeño pueblo. Había un desfile, y ella quedó sorprendida al verlo. Pensó que esta nueva vida sería muy buena para ella. Mientras caminaba, vio a una mujer que parecía tener ropa muy fina, lo que la hizo pensar que era rica, así que decidió alejarse. Pero la mujer, molesta, le gritó:
Mujer: "¡¿Qué te pasa?! ¿Acaso no miras por dónde caminas? ¡Fíjate mejor!" Y se fue.
Shiner no le dio importancia y siguió su camino.
Más adelante, llegó a una pradera y notó que allí estaba el zorrito que había rescatado. Cuando la vio, en vez de huir como antes, corrió hacia ella. Shiner pensó que iba a atacarla, pero en vez de eso, el zorro le habló...
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