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UN AMOR MAS ALLA DEL DESTINO

LA MUERTE DE UNA FRAGIL MUJER Y SU HIJO

—AMARANTA ROING, esposa de uno de los hombres más ricos de Europa, se encontraba en su mansión con la mirada perdida, ¿aún sin poder creer lo que acababa de suceder porque pasó eso, como sucedió todo porque murió su amado hijo y cómo terminaron culpándola a ella?

Ella ve una revista amarillista en la escuela; la muestran en varias fotografías, saliendo de un restaurante de cinco estrellas tomado de la mano de un hombre. Ella lleva un vestido muy sensual, por lo cual la llaman una mujer fatal. En varias fotografías se nota que son una pareja muy enamorada, pues se besan y se abrazan, pero así mismo dice que ella dejó que su hijo muriese de una forma muy inteligente y cruel, pues mientras se encontraba con su amante, el niño murió asfixiado dentro de su automóvil.

—Pero en realidad, Amaranta Roing nunca se dio cuenta de que su hijo se encontraba dentro del automóvil, eso sin contar que ella se encontraba realmente en una reunión de negocios y no en una cita amorosa, pero hasta el momento no ha podido encontrar a ese hombre con el que sí se citó para los negocios para poder comprobar su inocencia y ahora mismo nadie le cree, pues todas las pruebas acusan que realmente ella fue una madre muy negligente. Cuando ella llegó al auto, su hijo ya se encontraba muerto. Fue un golpe muy fuerte para ella.

—“¿Esa es la señora Roing?"¡Ella causó la muerte de su hijo. ¡Cómo se atreve a venir ahora mismo a este lugar!

—"¡No, no tiene nada de vergüenza al presentarse aquí al funeral del pobre niño siendo la causante de su muerte"!

—Literalmente, ese pobre niño murió por su culpa mientras ella se encontraba con su amante. ¡Lo dejó encerrado asfixiándose de calor en el auto y no le importó cuánto sufrió hasta que el pobre niño murió!

—"Deberían de llevarla a los tribunales y condenarla por haber matado a su propio hijo". ¡Es una mujer desalmada!

—"¡Es de verdad su madre biológica, no puedo considerar todo lo que ha hecho esa mujer para que su hijo muriera de esa forma tan cruel y dolorosa"!

—Si ese era su hijo, su pequeño y adorado Álvaro, quién más iba a poder decir y a reconocer que era el amor de su corazón que ella misma, que era su madre quien lo llevó en su vientre, quien lo dio a luz. Solo apenas hacía unos días que habían estado planeando irse de vacaciones, pero qué fue lo que pasó, aún no lograba comprender nada.

—Solo su hijo, se adora y hermoso hijo era un frío cadáver, sobre un lecho de flores blancas.

—Amaranta Roing únicamente escuchaba con desconsuelo todas las falsas acusaciones. Mientras observaba con mucho dolor la fotografía de su hijo, que se encontraba sobre las flores blancas donde descansaba el cuerpecito de su bebé, solamente se podían observar sus ojos como unas piscinas oscuras y vacías que no representaban más que un dolor inmenso, ese que únicamente una madre puede sentir al perder a un hijo.

Óscar Roing se encontraba en el lugar con su expresión fría. Sin expresión ni emoción alguna se acercó a Amaranta y se paró frente a ella.

Pareciendo una bestia salvaje, agarró la delgada muñeca de Amaranta y reprimiendo su furia exige en voz baja "¿Amaranta Roing no nos has estado causando ya suficiente humillación pública?"

—A lo cual responde: "¡Esa mujer que te han estado mostrando no soy yo"! Los ojos de Amaranta Roing estaban totalmente secos, ni una lágrima, mientras respondía de una manera sin emoción y mecánica: "¡la mujer de esa foto no soy yo!"

Óscar Roing se rió fríamente; sus delgados labios estaban apretados en una fina línea recta y sus ojos ardían de rabia.

Hasta este momento, por los medios de comunicación, todo el mundo sabía que su esposa le era infiel, que lo había convertido en el cornudo del siglo.

¡Todos en todo el mundo sabían que su esposa, que había estado en camino a una cita con un amante, había dejado a su hijo asfixiándose hasta la muerte en un calor de 60° dentro de un automóvil!,

¡Y aquí estaba, mujer promiscua que no conocía la vergüenza e incluso tuvo la audacia y desvergüenza de mostrar su rostro en el funeral de su pequeño llamado Álvaro!

—“¡Amaranta Roing, ¿crees que soy ciego?", pregunto!

Los pequeños y delicados dedos de Amaranta temblaron, cuando apartó su larga cabellera rubia, para poder bajar la delicada cremallera de su vestido de seda negra, mostrando la parte superior de su cuerpo, sin ningún pudor, pues era más apremiante demostrar su inocencia.

—Por lo cual allí mismo, frente a todos los presentes, familiares, amigos y personas que los acompañaban al funeral, ella bajo su elegante vestido negro más allá de sus hombros, mostrando de manera inapropiada (para el lugar y momento), un tatuaje de mariposa en uno de sus pechos, con el nombre de Óscar escrito entre sus alas…

—Amaranta le gritó a Óscar, "¡Mira, esa de las fotos no muestra este tatuaje, que tú me hiciste ponerme con tu nombre"!".

—Los ojos fríos y congelados de Óscar Roing brillaron con disgusto, sin emoción; se giró buscando a sus guardaespaldas, para instruirlos y darles órdenes de sacar de inmediato a Amaranta Roing.

—“¡Llévenla lejos de aquí, no quiero verla nunca más, sácala de este lugar de inmediato!”

—Los guardaespaldas no se atrevían a tocarla, pues aún se encontraba solo con la delicada lencería; no se habían cubierto los pechos. A lo cual uno de ellos solamente le dijo "señora, por favor cúbrase", mientras miraba a su jefe…

—Qué ingenua fue Amaranta al pensar que le creería ese hombre que durante 6 años fue su esposo únicamente de nombre, pues fue un amor unilateral y ahora mismo eso dolía más que nunca, porque no le creía que ella no mató a su hijo.

—De repente Óscar Roing se acercó a ella e ingenuamente creyó que era para protegerla, pero sin aviso alguno sintió un dolor desgarrador en su pecho. Izquierdo, al darse cuenta, Óscar estaba mordiendo el tatuaje de la mariposa danzarina, tratando de arrancarlo con todo y la piel; ella lo empujó con las fuerzas que le quedaban y vio cómo sangraba su pecho y Óscar tenía la boca llena de sangre.

—Fue un espectáculo macabro; dependiente del hombre que un día estúpidamente amó, ahora la quería muerta.

—Óscar mostró una sonrisa casi demoníaca, sin que afectara a esa belleza varonil impecable que lo caracterizaba; solo recibió de manos de mi hermana un pañuelo blanco para limpiar las comisuras de su boca, como si estuviera satisfecho con borrar lo único que podía salvarme para demostrar mi inocencia.

—“Alguien venga aquí, ya esta mujer suela, no la quiero ver nunca más, tira en la saquenla, es una basura", esas fueron sus palabras crueles después de casi mutilarme.

—Ana Santamarina, "Óscar, déjame ayudarla, después de todo ella es mi hermana”. Sé hacerlo hasta Amaranta Roing, que al pasar por detrás de ella levantó la cremallera del vestido… Después de ese despliegue de piedad de hermana pequeña y amorosa, tomó la mano de una desorientada Amaranta y le dijo al oído: "hermanita, ven conmigo".

—Amaranta no se movió ni un milímetro; únicamente observaba a Álvaro, que estaba acostado en la cama de flores blancas prístinas. No hacía otra cosa que posar su mirada sobre aquel tierno cuerpecito, llena de renuencia a dejarlo. Cuánto no daría por ver de nuevo sus bellos ojos castaños dorados, abiertos de nuevo, escuchar esa tierna voz llamarla mamá, pero ahora mismo solo suplicaba por un poco de tiempo para permanecer hasta el último instante junto a su bebé.

—Ana Santamarina. Se puso de puntillas para poder decirle al oído a Amaranta: —¿Hermanita, no quieres saber cómo murió Álvaro? ¡Si quieres saberlo, sé una buena chica y ven conmigo, compórtate y salgamos!Yo te lo puedo decir ahora mismo; "sonriendo de una manera hipócrita". -

—Siempre ha sido así; la compostura silenciosa, educada, cariñosa y bien portada de Ana Santamarina le ha hecho ganar las alabanzas de todos los que la conocen; creen que es una gran dama piadosa, mujer con gracia y elegancia, presta para apoyar en los momentos dolorosos y a los más necesitados.

—Ana Santamarina, comienza a decirle a Amaranta: "Mi querida hermanita, ¿sabes por qué murió Álvaro?" Sabes, lo vi poco antes de que te fueras y le dije que le tenías un gran regalo, que se lo darías si te sorprendía cuando terminaras tu trabajo, pero la condición era que no debería salir del auto ni hacer ruido mientras estuvieras tú dentro, pobre niño estúpido e ingenuo.

Por supuesto, la mujer de las fotos tampoco eres tú; yo la contraté y le pagué para que se hiciera ciertos retoques y se pareciera más a ti, y al hombre que se hizo pasar por tu cliente le di una gran suma. Ese ya no está en país. Supongo que ya te habrás dado cuenta de cuánto te odio; tú me robaste al hombre que amo; aún tengo que aparentar ser buena niña por ser una Santamarina, pero eso no me impide mostrarte un video de los momentos de cómo murió tu hijo. ¿Quieres verlo HER-MA-NI-TA?

—Dime, hermanita, después de todo lo que te he dicho, no me odias hasta la médula, no tienes ganas de matarme, porque yo sí deseé matarte. ¿Sabías que desde que me enteré de tu existencia siempre te he maldecido y deseado tu muerte?¿Sabes que he intentado muchas veces que te maten, pero nunca he logrado que mueras? Pero esta vez el destino no te va a salvar, no va a estar de tu lado, porque ahora mismo nadie, absolutamente nadie, cree en ti, lo has perdido todo, no tienes nada, no eres nadie, solamente eres una cosa lamentable, eres una basura desechable.

—Amaranta la vio a los ojos, observó fijamente su mirada, y se quedó con los ojos muy abiertos mientras la voz de Ana Santa Marina zumbaba en sus oídos sin lograr asimilar tanta maldad. Aunque escuchó cada palabra que dijo Ana, todavía le resultaba difícil entender lo que le había dicho, cómo podría hacerle eso a su propio sobrino, a un pequeño niño indefenso, al hijo del hombre que proclamaba amar.

—Mientras tanto, Ana Santa Marina vio cómo un auto venía hacia ellas a una velocidad muy alta y echando un vistazo rápido a su reloj de pulsera notó que el momento era perfecto. Hermanita, no quieres mirar el vídeo de cómo murió Alvarito". Ana sacó su teléfono móvil y abrió el vídeo en la pantalla donde se ve como el pequeño trataba de salir del auto tocando y golpeando cada cristal, tratando de llamar la atención de alguien para que lo sacaran de ahí. Se veía cómo estaba sufriendo, cómo se estaba creando, cómo es que hizo hasta el último esfuerzo, hasta el último grito con todas las fuerzas que tenía, cómo estaba su cabello negro pegado a su frente mientras estaba transpirando, cómo caían gotas de sudor continuamente por su rostro, por su pequeño rostro y cómo lentamente Alvarito se debilitó cada vez más a medida que se asfixiaba… No sin antes llamar por última vez a su mamá.

Poco a poco por las condiciones de tipo sauna en el auto fue perdiendo fuerzas el pobre niño, hasta que perdió el conocimiento y ahí quedó sin moverse, sin respirar… -"

—"Ana, te voy a matar"—Amaranta se lanza sobre Ana y trata de asfixiarla apretando su cuello, pero solo calló en su trampa, pues Ana vio como Óscar Roing corría para salvarla, así se compelería su plan, por lo cual la provocó de nuevo Ana. —"Hermanita, matarme no traerá de la muerte a tu Álvaro”, eso hizo enfurecer más a Amaranta sin reflexionar que era una vil y sucia provocación.

Por el rabillo del ojo, Ana vio el vehículo aproximarse y a Óscar tirar de ella para liberarla de Amaranta, por lo cual en cuestión de segundos Amaranta fue lanzada por Óscar y a su vez por el auto que se acercaba. Únicamente hubo un fuerte estruendo al chocar el cuerpo de Amaranta con el auto y caerse al piso estrellándose cual cristal.

—Amaranta giró la cabeza lentamente solo para ver cómo Oscar protegía a Ana entre sus brazos y su pecho; miró al cielo y pensó que pronto estaría al lado de su hijo.

Escucho voces, cómo murmullos diciendo que llamarán una ambulancia —“hermanita no me dejes"… —cuanta hipocresía.

—Como escenas de una película, pasó su vida ante sus ojos; solo fue entonces que se dio cuenta de cuantas mentiras vivió como hija de los Santamarina, la hipocresía de Ana y lo estúpida que fue al casarse con el gran magnate Oscar Roing, un hombre al que amo desde que lo vio. Solo vivió dándolo todo, sin recibir nada, ni una pisca de cariño, mucho menos amor.

Lo que más le duele es que su pobre Alvaro, su bebe indefenso, fuera el cordero utilizado como sacrificio para este estúpido triángulo amoroso.

Alvarito, mamá se descuidó y te perdió; pero en poco tiempo estaremos juntos y ya no estarás solo.

Por otra parte, todavía se sentía demasiado agraviada, ofendida y dolida por la traición de la cual estaba siendo testigo en sus últimos momentos de vida. Si los cielos pudieran darle una segunda oportunidad, su vida definitivamente la elegiría como un camino diferente, totalmente con más sabiduría e inteligencia, uno donde no perdería su hijo si fuera posible llegar a tenerlo de nuevo entre sus brazos.

Si le fuera posible renacer, definitivamente querría que pagaran ojo por ojo. Si pudiera renacer, se aseguraría de que la basura se mantuviera en donde debería estar lejos de ella, que esa basura humana pasara sus días en un infierno, sufriendo 10 veces más de lo que ella lo ha hecho hasta este último aliento de vida, dejando su último suspiro.

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UN DESPERTAR A EXTRAÑO

—Amaranta fue abriendo los ojos algo desorientada, sin dar crédito a donde se encontraba en ese momento; solo podía registrar con su mirada el lugar, ver donde se encontraba y tratar de que su atribulada mente registrara lo que estaba pasando. “¿Qué está pasando, no es posible que esta sea la habitación de la casa de mi abuela?" Mi abuela murió hace muchos años, después de que la abandoné y me fui del pueblo. Realmente estoy viva, no, esto no puede ser verdad; quizás solamente, he muerto; únicamente estoy en un sitio antes de llegar al infierno y es similar al infierno de mi infancia.

—Amaranta solo estaba observando toda la habitación con atención, pero notó que estaba igual que cuando tenía 17 años. Apenas estaba por cumplir 17 años, nada había cambiado, era igual que cuando pasó todo aquello. Cuando conoció a Javier Santamarina, levantó sus manos para ver que eran reales; se reincorporó de la cama donde se encontraba tumbada y observó su cuerpo delante del espejo viejo y roto que tenía en la desvencijada habitación en la cual se encontraba. Comenzó a recordar la época en la que quizás se encontraba.-

¿Realmente se le había concedido su deseo y se le había enviado de vuelta a ese tiempo cuando no se le permitió realizar los exámenes de ingreso a la universidad? Siempre se había arrepentido de no realizar el examen de ingreso a la Universidad, porque la humillaron tanto cuando se casó, que se dedicó al autoestudio muchos años hasta convertirse en la mejor en el campo de empresariales e incluso en una muy buena alista en el mercado de la bolsa de valores, aún cuando nunca fue reconocida por ese estúpido marido que tenía, solo usada por el beneficio de su familia.

¿Significaba esto que se le había dado el derecho de comenzar de nuevo y elegir su camino en la vida?

—Algo de lo cual nunca tuvo la capacidad de hacer en su otra vida- “Tenía que aprovechar al máximo esté preciado regalo que se le estaba presentando, no podía dejar pasar la oportunidad de dar un giro total a todas las cosas que dañaron su vida, las malas decisiones tomas y las personas que nunca debió encontrar en su camino o creer en ellas.”

—Lo primero que debería hacer es reparar todo lo necesario para regresar a la escuela, lograr el ingreso a la universidad y lo más importante no dejar que su abuela muera sola como lo hizo en su vida pasada, fue una mala persona cuando la dejo sola en esta casa y se fue con ese hombre, en esta vida no la dejara— “¿¡Abuela, abuela! Donde estás?”— Grito ansiosamente Amaranta esperaba que su abuela estuviera bien en ese momento no soportaría saber que no estaba ahi su adorada abuelita

—salió corriendo por todo la casa y buscando por el patio a su abuela quería estar segura de que aún estaba viva, pues fue quien la crio cuando su madre se fue dejándola sola, siendo aun una niña muy pequeña, por lo que su abuela decía, qué un día su madre regresaría a casa, Amaranta solo recuerda que su abuela le dijo que un día recibió una carta y se marchó diciendo que tenía que ir a encontrar a su marido, que tenía que ir a buscarlo al pueblo donde Vivían antes, pero de eso ya han pasado casi 15 años y no regreso, aún siguen esperándola y Amaranta no sabe quién es su padre, pues nunca la ha buscado durante todos esos años y su madre jamás quiso decir el nombre del hombre que fue su padre-

Pero en su vida pasada llego un hombre  diciendo qué el era padre de Ana Santamarina, quien dijo ser su padre biológico también, fue quien la alejo de su abuela y la caso con Óscar Roing, ahora que a regresado al pasado está segura de que todo estaba planeado y se vengara de todas las mentiras que le dijeron, en esta vida hará hasta lo imposible por encontrar a su madre, no importa a cuantas personas tenga que pisotear en el camino, pero lograra encontrar a su madre y no se dejara engañar de nuevo por esas familias de nuevo.

—“Amaranta niña, porque gritas tanto, ¿te ha pasado algo?”—Pregunta la abuela de Amaranta—“No abuelita, únicamente que no sabía donde estabas y tenía ganas de darte un gran beso y decirte que eres la mejor mujer del mundo, una madre para mí y que te prometo que me portaré mucho mejor, ya no tendrás quejas de mi comportamiento en la escuela y ya verás entraré a la Universidad, a la mejor universidad de todo el país y serás la más orgullosa abuela de este pueblo”.

—“Amaranta Cid sabes que ya estoy orgullosa de ser tu abuela, eres un sol que ilumina mi vida, la vida de esta vieja, no sé que haría sin ti, mi vida llena de soledad me llevaría a la tumba rápidamente, desde que nos dejó tu madre nos hemos hecho compañía solo las dos hijas mías, así hemos podido estar un poco mejor y afrontar ese fuerte dolor, sabes que yo te amo y te apoyaré en lo que decidas hacer"—

—Así Amaranta y su abuela quedaron charlando de su futuro y pasado en aquel soleado patio...

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EL REGRESO A LA ESCUELA DE UNA NIÑA CON ESPERANZAS

—Amaranta regresó a la escuela, a su pasado; entró en el aula de clases tratando de recordar a todos los que se encontraban en aquel lugar. Veía esos rostros juveniles, que en su momento la atormentaron con burlas o como solo fueron pasivos, pero que no la defendieron…

Buscó entre su recuerdo cuál era el lugar que usaba cuando estaba en esa clase, se encaminó hasta su butaca y tomó asiento; simplemente dejó que el tiempo transcurriera hasta que llegó el profesor. Al iniciar la clase, miró seriamente los ejercicios en la pizarra y se centró intensamente en ellos hasta que sonó la campana, señalando el final de la lección.

—"¡AMARANTA!, El maestro nos pidió que pensáramos en qué universidad queremos ir. ¿A qué universidad vas a aspirar? —

—Simplemente, iré a la única a la que se adaptará a mis necesidades, a la "¡Universidad Capital!" Rebosante de confianza, Amaranta soltó el nombre de la universidad más importante, y toda la clase de repente se quedó en silencio. Excepto por el suave silbido de la brisa que crujía a través de las páginas de los libros, no había un solo sonido que se escuchara dentro del aula.

Pero en menos de un minuto, toda la clase pronto estallo en risas estridentes, burlas provocadoras y silbidos, que hacían un eco estruendoso en todo el salón de clases.

Cada año, los resultados académicos de Amaranta Cid siempre fueron terribles, la colocación colocada en las últimas diez posiciones de su cohorte, lo cual implicaba que sería una total decepción el simple hecho de pensar en únicamente graduarse del último curso de la escuela media superior, por lo cual sabían toda la clase que eso de ir a la universidad, con lo difíciles que eran los exámenes de ingreso, para Amaranta sería todo un reto el simple hecho de únicamente obtener el pase para presentarse a realizarlo.

—"¿Con sus resultados tan malos quiere ir a una universidad así?"—

—“Qué descaro, cómo se atreve a solo mencionarlo, la de más baja calificación en toda la clase”.

—“No tiene vergüenza, es una chica muy atrevida”.

—¿Cómo es posible, Amaranta, que tu descaro sea tan grande y que digas esas palabras frente a toda clase de querer inscribirte en la Universidad Capital?¡Qué meta astronómicamente imposible! Estás delirando, acaso, estás loca… jajajaja —

—Frunciendo el ceño levemente, Amaranta Cid se dio cuenta de que a los ojos de los demás, con su desempeño actual, estaba soñando despierta, buscando lo imposible, si intentaba aspirar a la aceptación en la Universidad Capital.

Pero lo que estos pequeñajos no sabían de ella es que había renacido y, a partir de este momento, decidiría cómo resultaba su vida.

Cuando dijo que estaba apuntando a la admisión en la Universidad Capital, lo dijo en serio. Se esforzaría hasta lograr ingresar con la máxima calificación posible a la universidad, para forjarse un gran camino hacia el futuro que lograría su objetivo.

—"¿Ustedes no me creen?"—Preguntó.

Una niña muy simple, con un vestido con motivos florales y luciendo dos largas trenzas, se puso de pie. Miró burlonamente a Amaranta Cid y comenzó a decirle de una manera muy prepotente: —"Amaranta, ¿por qué te estás usando la boca sin usar la cabeza?"—

Sin mostrarle ninguna cortesía, Amaranta replicó: "Mariana Cid, ¿tienes un desafío intelectual?" Un adorno o está hueca ..."—

Durante los tres años de la high school, su prima Mariana sacaba las mejores calificaciones. Como una de las mejores estudiantes en el tercer año en la escuela media rural, Mariana Cid siempre había obtenido el primer o segundo lugar en su cohorte durante los exámenes anuales.

Todos en la escuela, maestros y estudiantes por igual, esperaban que Mariana fuera la admitida en una universidad acreditada, no su prima Amaranta Cid, quien nunca sobresalía en sus estudios.

Pero Amaranta Cid era el único que sabía lo que sucedió. Por lo que recordaba, Mariana Cid se había desempeñado inusualmente mal en los exámenes de ingreso a la Universidad.

Lo que resultó en que su familia tuviera que pagar para que fuera admitida en una universidad poco conocida y que no estaba muy bien posicionada como para que al graduarse encontrara un buen empleo o fuera una gran base para ser recomendada en una gran empresa.

Amaranta también recordó que en su búsqueda por obtener más dinero para comprarle a su hija un sitio en una universidad, la familia de Mariana vendió la casa de la abuela de Amaranta después de su muerte.

Amaranta observó el horario de lecciones en la pizarra y notó que la siguiente lección era inglés.

—"Los exámenes de ingreso a la universidad están demasiado lejos ahora". ¿Qué tal si competimos en este próximo examen de inglés? —

Riendo burlonamente, Mariana miró su libro de texto en inglés y sus labios se curvaron en una sonrisa de victoria segura.

—"Está bien. Si gano, ¿qué harás? —

Tomando un lápiz y girándolo entre sus dedos, Amaranta comentó: "Si ganas, yo, Amaranta Cid, seré, con efecto inmediato, tu seguidora. Mientras no tenga que cometer asesinatos, mutilaciones o intimidar a los débiles, haré cualquier cosa que me pidas. Y ahora, ¿y si gano yo, qué me darás? —

—"¡No ganarás!"—Mariana Cid replicó con confianza. ¿Cómo podría ganar Amaranta Cid? Un pequeño perdedor basura. Que solo es una huérfana que no tenía padres que la apoyaran con nada, mal vestida y, como siempre dice su mamá, una muerta de hambre que solo está esperando quedarse con la casa de la abuela.

—Extendiendo las manos con indiferencia, Amaranta respondió: "Nunca digas nunca. Siempre hay excepciones. ¡¿Qué pasa si, contra todo pronóstico, gano?!"—

—La bonita cara de Mariana Cid se oscureció. Amaranta Cid era realmente tan molesta. ¿Por qué estaba armando tanto alboroto cuando estaba claro como el día que perdería la apuesta? — "Dime. ¿Qué debería qué hacer si ganas?"—

Amaranta reflexionó por un momento y luego murmuró: "Si los resultados de mi prueba de inglés resultan ser mejores que los tuyos, incluso si por un único punto, con efecto inmediato, llamarás hermana mayor y me mostrarás el debido respeto como tal". —

—"¡¿Cómo te atreves a sugerir eso?!"—

Mariana Cid realmente no estaba dispuesta a aceptar la apuesta. -—"¿Cómo podría reconocer a una hija ilegítima cuyo padre es desconocido como mi hermana mayor?"—

En su vida pasada, Amaranta Cid definitivamente habría elegido una pelea con Mariana Cid por lo que acaba de decir. Tenía que reflexionar con calma y tratar a esas personas que la insultaban como personas que no sabían nada.

Por lo cual respondió con toda calma Amaranta a dicho insulto por arte de Mariana: —"¿No crees que deberías dirigirte a mí como Hermana Mayor porque mi abuelo materno y tu abuelo son hermanos biológicos, y porque soy un mes mayor que tú?"—

Más de una manera prepotente y obstinada, Mariana continúo expresando su malestar delante de todos sus compañeros sin importarle lo que aquellos pensarán de Amaranta—"¡No eres mi hermana, así que ni siquiera sueñes con que te llame hermana mayor! "— Mariana replicó, su rostro enrojecido por la ira, casi distorsionada por tanta rabia contenida.

¡Y esa fue la primera vez que toda la clase descubrió que Amaranta Cid y Mariana Cid eran de hecho primas!, Pues siempre Mariana le había prohibido a Amaranta decir una sola palabra sobre su parentesco.

Mirando un poco pensativa, Amaranta respondió, su voz mezclada con sarcasmo.—Mariana Cid, ¿estás preocupada por perder la apuesta y tener que aceptarme a mí como tu Hermana Mayor si pierdes? Si tienes miedo, no es gran cosa si cancelamos esta competencia, ¿de acuerdo? En cualquier caso, has sido como un pequeño ratón asustadizo desde que éramos niñas… —

—"Amaranta, Mariana Cid siempre ha estado entre los tres primeros en los exámenes anuales, ¡así que no hay forma de que pierda!" Sabe perfectamente que ganará esta apuesta".

—"Exactamente. Amaranta Cid, según cómo sueles clasificarte en la parte más baja de la lista de calificaciones, ¡Mariana Cid podría vencerte fácilmente cien veces!

Mariana y la chica que estaba a su lado frecuentemente pasaban el rato juntos. Entonces, cuando notó que Amaranta se estaba metiendo con ella, naturalmente también se burló de Amaranta.

—"Está bien, yo no veo ningún problema aquí. Ya que todos ustedes están tan seguros de que ganará Mariana, ¿por qué tienen miedo de que compita contra mí? Después de toda esta charla, todavía está en el aire la pregunta si Mariana tiene miedo de perder y tener que llamarme Prima hermana".—

Amaranta se paró con los brazos cruzados. Estaba vestida con su camisa blanca de cuello naval y una falda plisada azul marino con el dobladillo cosido a propósito un poco demasiado alto para mostrar sus largas y delgadas piernas. Su rostro bonito, blanco como la leche, fresco y firme, con una tez suave, irradiaba vitalidad de la juventud juvenil…

—¿Quién dijo que perdería? Yo, Mariana Cid, nunca perderé. Claro, a competir. Pero, ¿no es esta pequeña competencia lo suficientemente desafiante? Ya que estamos compitiendo, hagamos que sea memorable, ¿de acuerdo? —Mariana era un poco más baja que Amaranta y tenía una tez más oscura. Fue por eso que, desde que eran niñas, todos los parientes de la familia Cid constantemente hacían comparaciones entre los dos.

¡Tienes en mente para esta mega competencia, y seguiré jugando!

Amaranta Cid fue una vez una chica ingenua y de naturaleza dulce, felizmente inconsciente de que su prima Mariana Cid era una intrigante fulana de tal, y, por lo tanto, había sido jugada por una tonta en numerosas ocasiones. Esta vez, sin embargo, estaba decidida a reafirmar su dignidad.

—"¿Qué tal esto? Además de la apuesta entre nosotros, hagamos un libro para que todos hagan sus propias apuestas. El ganador usará el dinero para comprar a todos una comida. ¿Cómo suena eso? —

—"No hay problema".—

Amaranta Cid respondió rápidamente sin dudarlo un segundo. Si la apuesta hubiera sido por otro tema, podría encontrarse enfrentado a la posibilidad de perder.

Sin embargo, dado que estaban compitiendo en un examen de inglés, ¿cómo podría perder?

Ella utilizaría su puntaje para darle a Mariana Cid una buena lección de humildad; aparte de una bofetada en toda la cara, al verla, ganará en el examen de inglés. Se podía mofar siempre que quisiera o tratar de engañarla como lo hizo en el pasado.

Tiene que aprender respeto a Mariana Cid, y ella se lo enseñará, así sea por las malas.

—"Está bien. ¡¡Ahora hagan sus apuestas!!"—

Todos los estudiantes tenían su propio dinero, ya fuera poco o mucho; se irguieron a realizar una apuesta, pues les pareció divertido e interesante. Sin embargo, la mayoría de las apuestas efectuadas fueron para que Mariana Cid ganara.

A excepción de un chico un tanto tímido con gafas que compartió un escritorio con Amaranta, apostó por Amaranta Cid para que ella ganara.

Cuando Amaranta vio que apostaría 100 euros, inmediatamente lo golpeó levemente en el hombro.—" Hermano. Hermano, gracias por el apoyo".—

—Cuando justo terminaban, sonó la campana para que comenzara la lección. Llevando los exámenes, el profesor de inglés, un hombre joven y muy guapo, entró en el aula.

El monitor de servicio ordenó: —"Todos pónganse de pie".

Todos los estudiantes se pusieron de pie y saludaron de forma ordenada al profesor de inglés que estaba en el podio."Buen día, señor".

—"Por favor, siéntense, todos. En la última lección, les informé de la prueba de hoy, ¡así que espero que hayan hecho sus deberes en casa y estén debidamente preparados para esta evaluación! Conocen las reglas, ¡así que no es necesario repetirlas!¡Están listos! ¿Pueden los estudiantes al frente de cada fila pasar los exámenes a sus compañeros hacia atrás? Por favor, no hagan trampa. Podrán obtener buenos resultados, si estudiaron como es debido.

-Así dio inicio al examen ...

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