Ambos estaban sentados uno frente al otro.
Él, estaba mirando a su linda esposa con ojos amorosos que no ocultaba para nada.
[¿Deberíamos ir a una cita?, pero ya casi es medio día, es mejor comer juntos, hace meses que no pude verla y comer junto a ella]
«Axel»
Sus pensamientos llenos de añoranza fueron interrumpidos por la voz de su esposa.
Sin quitar aquella encantadora cara que demostraba que tan enamorado estaba, la vio agarrando un sobre grande del cual sacó hojas que puso sobre la mesa con elegancia.
La vio poner una pluma con tinta al mismo tiempo que agregaba.
«El tiempo pasa muy rápido ¿Verdad, querido?»
El tono de voz hizo que se pusiera alerta. Era un tono de voz extraño, no era malo o triste, simplemente se sentía como un mal presentimiento.
El ambiente se tornaba algo lúgubre y pesado cuando él hizo aquel sonido de confusión...
«¿Eh?»
A lo que su esposa mostró una sonrisa ladina que era en parte seca.
«ya ha pasado un año, cariño»
«¡¡¡¡...!!!!»
Con sólo escuchar aquella oración, Axel sintió que todo su feliz mundo se empezó a derrumbar, que la oscuridad empezaba a cubrir toda su existencia.
Él...
Miró con terror la cara de su dulce esposa porque se había olvidado de este trato, de este contrato.
«Sé que no has olvidado nuestra promesa, Marqués Axel Hackett»
Ser llamado de esa manera, formó un nudo en su garganta, quería protestar, pero su cuerpo y su boca no se movían.
Sólo pudo escuchar aquella horrible petición que no quería escuchar...
«Quiero el divorcio mi amor»
.......
.......
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.......
Esto empezó por un dolor de cabeza.
Ella se agarró la cabeza y empezó a parpadear con pesar.
«Dios, señorita Amaya, ¿Está bien?»
«... ¿Quién?, ¿Qué?»
Preguntó muy confundida mientras trataba de sentarse.
«Le avisaré al Duque y a la Duquesa, solo espere señorita Amaya»
«¿...?» [¿Señorita Amaya?]
Se preguntó muy confundida.
El dolor en su cabeza no duró mucho tiempo, tal vez sólo 30 segundos, suficiente para que los Duques hubieran llegado.
La Duquesa exclamó con el corazón en la boca:
«¡Amaya!, oh cariño, que bueno que despertaste»
Tomó las manos de su hija con pequeñas lágrimas en sus ojos bermellón que había heredado a Amaya.
El Duque Dalys, su padre, se arrodilló junto a la cama soltando un gran suspiro de alivio.
«Que bueno que despertaste Amaya, estábamos realmente preocupados desde que el Marqués Axel te trajo, mi niña»
Mientras ambos padres sentían el alivio de ver viva a su hija que había despertado después de dormir por un día, su única hija tenía muchos signos de interrogación sobre su cabeza, preguntándose dentro de su cabeza muy mareada.
[¿Amaya?, ¿Yo?, ¿Yo soy Amaya?, ¿Por qué soy Amaya?, ¡¿Quién es Amaya?!]
En aquel silencio inquietante, sólo pudo preguntar muy confundida.
«¿Dónde estoy?»
«¿Cómo dónde?, estás en casa cariño»
Respondió su madre que la ayudaba a sentarse en la cama, a lo que Amaya reprochó con suavidad...
«Sí, pero...»
Ella miró a la gente en toda la habitación preguntando:
«¿Quiénes son ustedes?»
Las personas ahí se quedaron rígidas ante la pregunta.
El Duque se empezó a sentir mal cuando escuchó a su adorada hija preguntar eso. Casi cerca de desmayarse.
«¡¿Dónde está el doctor?!»
Gritó la Duquesa, a lo que los sirvientes corrieron para traer al médico que seguro estaba llegando a la revisión de su paciente.
***
Al poco tiempo un doctor se quitó su estetoscopio y se aclaró suavemente la garganta para dar su diagnóstico:
«Contusión, la señorita Amaya ha sufrido una contusión leve debido a la caída, tal vez el golpe en la cabeza con el borde de la piscina fue más severo de lo que parecía»
Mientras las personas hablaban de ello, Amaya se preguntó:
[¿Piscina?]
Se agarró la cabeza tratando de encontrar lógica y sentido a todo esto.
[No recuerdo nada sobre caerme en una piscina, por Dios, ¿Qué pasó?, ¿Qué me pasó?]
Intentaba recordar, pero realmente no logró nada. Simplemente se rindió con un suspiro.
«... Me siento cansada, ¿puedo descansar?»
Su madre tomó su mano muy preocupada.
«Sí está bien cariño, nos puedes llamar en cualquier momento para cualquier cosa»
«... Sí, gracias madre»
«¡!»
Todas las personas allí abrieron tan grande sus ojos que Amaya se dió cuenta de inmediato de lo sorprendidos que estaban todos.
Sentía que la veían como un animal de circo.
«¿D-dije algo malo?»
«N-no cariño, no es eso..., es sólo que la última vez que dijiste "gracias" fue cuando tenías 9 años»
«Oh»
«Pero no tienes que preocuparte, no tiene importancia si lo has vuelto a decir. Sólo estoy conforme con que tú estés sana, mi niña»
«... Gracias madre»
Con eso dicho, todos se retiraron y sólo Amaya se quedó sentada en la cama. De alguna forma se sentía cansada y decidió recostarse.
[A ver..., estoy en un lugar extraño, en un cuerpo que claramente no es el mío]
Tocó su frente.
[No recuerdo nada sobre este cuerpo y su vida, pero sí recuerdo que morí porque mi tía me envenenó para quedarse con la herencia de mi padre]
Cruzó sus brazos pensativa.
[De todas formas terminará con más deudas al recibir la herencia de ese señor que decía ser mi padre]
Soltó un suspiro y se acomodó para mirar el techo de su lujosa habitación..
[Creo... que he transmigrado, a una cariñosa familia..., que extraño, ...muy extraño]
—–—–—–—
Yawar-Misi: Holis mis queridos lectores 👻👻, volví con esta historia para que sepan que sigo viva😉👌.
A veces quisiera ya publicar "Eliana y el juego de los poderosos", pero claramente dije que saldría "tal vez" en Octubre, y para eso falta. Pero mientras tanto, disfruten de esta historia.
🤭, Ah, también tengo una nueva promoción.
Escuchen. (digo, lean 😅)
"EL PRIMERO COMENTARIO QUE ME DIGA QUIEN ES (por favor mire abajo 🔻🔻🔻) Será el o la ganadora.
🤓👌 Qué les digo, fue un viaje interesante.
¿EL PREMIO?
😌 El premio es que te voy a dar una copa personalmente en un mini cómic 🤣🤣🤣👌.
🙃 Y SI, voy a usar el perfil del ganador para basarme en como dibujaré su personaje. Lo estaré publicando en el capítulo de agradecimiento 😘, eso es todo mis rayitos de sol.
Qué tengan un lindo día y que hayan desayunado.
...💃...
Amaya era cuidada por su padre y su madre: el Duque Felipe y la Duquesa Dana.
Se sentía un poco extraño el como esa pareja la trataba como su más grande tesoro, con el tiempo simplemente se acostumbró.
Había pasado una semana "recuperándose" y leyendo libros locales, ya que quería saber dónde estaba exactamente.
En toda esa semana trató de poner en orden su nueva vida.
Ella era Amaya Dalys, única hija de los Duques Dalys y heredera del Ducado Dalys.
También era conocida como "la princesa de citrino", fue el título que su tío, el Emperador le concedió a los 16 años, cuando debutó en la alta sociedad aristocrática y el Emperador dijo que sus ojos eran como ver los dos más hermosos citrinos.
Pero todos esos excelentes títulos eran superados por "Amaya, la mujer mimada y megalómana"
Amaya era odiada por su actitud, tanto hombres como mujeres la odiaban, pero sus padres, su tío y sus primos la adoraban y la consentían lo más que podían.
Era una mujer que si quería algo lo tenía.
Se había vuelto tan arrogante que no tenía respeto por nadie excepto sus padres, sus primos y su tío.
Pero dejando de lado toda esa información, ella vivía en el Imperio Meckma, siempre siendo pretendida por muchos jóvenes aristocráticos de otros países, ya que ella era la única mujer soltera en la familia imperial.
Sin embargo, el carácter tan irritante de Amaya hizo que se la pensaran dos veces antes de pedirle matrimonio, y con los que igual continuaron pretendiendola, fueron rechazados.
Ninguno le gustaba a Amaya.
Siempre decía: "si me voy a casar con alguien, sólo me casaré con el Marqués Axel Hackett, él será mi esposo porque yo merezco lo mejor"
Sobra decir que era una acosadora cuando se trataba del Marqués Alex Hackett.
Al pensar en todo eso, Amaya se agarró la cabeza algo estresada.
«bien, en resumen, soy una mujer que todos odian porque suelo ser pomposa y engreída» [no me sorprende que se hayan asustado cuando intente saludarlos amablemente]
Estaba sentada en el jardín de la mansión, sobre su mesa estaba una taza de té en la cual miró su reflejo, agotada.
[Siendo sincera, no me importa quien haya sido Amaya, ella ya no está, solo yo, ahora yo soy Amaya]
Suspiró y levantó su taza de té con elegancia.
[Bueno, al menos no será extraño que actúe raro, ya que todos saben que me golpee la cabeza en la piscina de la casa Verdigram]
Frunció el ceño rendida ante esta situación.
[Me dijeron que el Marqués Axel me trajo a casa, ¿Qué estaba haciendo junto al Marqués Axel?, siendo Amaya..., supongo que lo estaba acosando. Da igual, le enviaré una carta de agradecimiento y ya no lo acosare. Será su pago por salvar el cuerpo de Amaya]
Se puso mucho más animada al pensar en eso.
«ahora solo debo tratar de adaptarme» [y encontrar que hacer con mi vida, mi nueva vida]
«Amaya cariño, aquí estabas»
Dijo la Duquesa, apareciendo en el jardín y acercándose a la mesa de su hija.
«¿Qué pasa madre?»
«oh querida, hace un rato que estábamos esperándote ¿Cómo es que sigues aquí todavía?»
«¿Por qué?, ¿Ocurre algo?»
«¿Cómo haces esa pregunta?, hoy viene la modista a traerte tu vestido de novia para que te lo pruebes y termines de ajustar los bordados»
«... ¿Vestido... de novia?»
La Duquesa Dana se cubrió sus labios sorprendida:
«no me digas cariño»
«¿?»
«¿También olvidaste que te casas en tres días?»
«¿Huh?» [¿Casarme?]
Amaya sonreía por fuera, pero estaba asustada y confundida por dentro.
[¡¿Me voy a casar?!, ¡¿Con quién?!, ¡¿Y como es que alguien aceptó casarse con Amaya?!]
Trató de calmarse ante esta inesperada información que no sabía. Se levantó de su asiento y preguntó lo más calmada que pudo...
«¿Con quién..., me voy a casar... exactamente?»
La cara de su madre se puso peor que antes asustando a Amaya.
«¿Mamá?»
«Dios santo, realmente has olvidado todo. Amaya, te casarás con el Marqués Axel Haquett en tres días»
«...» [¡¿Por qué?!, ¡Si todos saben que me odia!, ¡¿Cómo ocurrió?!]
«insististe tanto en que él sea tú esposo, que suplicaste al Emperador que te ayudara y su majestad ordenó al Marqués casarte contigo con un decreto imperial»
Eso cayó como un rayo sobre su cabeza que la petrifico al instante.
[¡¡Amaya, eras un demonio!!]
Gritó muy sincera, obligar a alguien que te odia sólo porque te gustó suena completamente horrible, ni siquiera era un matrimonio arreglado con antelación que todavía llegaría a comprender debido a la época y el lugar en dónde había transmigrado.
Pero eso no era el caso, simplemente era un matrimonio unilateral por parte de Amaya, usando su posición para quedarse con el hombre que creía era para ella.
Muy nerviosa, agarró los hombros de su madre.
«mamá, yo..., yo ya no quiero casarme con él Marqués, ¿Se puede cancelar todo?»
«imposible»
Aquella única palabra fue como agua fría tirada a su cara. La Duquesa tocó las mejillas de su hija consentida.
«Amaya, escucha, si hubiera sido un trato entre las dos familias tal vez se podría haber cancelado, pero no, metiste a tú tío en esto, el Emperador te quiere y usó su poder para conseguir al Marqués para tí. Si te sigue consintiendo, tu tío se meterá en problemas con los demás aristocráticas ¿Escuchaste?»
«l-lo siento mamá»
«no hay más que hacer, tú decidiste con quién casarte y el Emperador te dió su bendición, así que, recuerdes o no, no puedes hacer quedar mal a tu tío¿Entendiste?»
«si mamá»
«ahora vamos, debes ir a probarte tu vestido de novia, si hay algunos ajustes que quieras hacer, sera mejor que lo hagas ahora»
«si... entiendo»
Dijo sin ganas, mientras lloraba por dentro...
[¿Por qué no transmigré antes de que Amaya hiciera tal cosa malvada?, ¿Qué estoy pagando?, ¿Acaso fui el demonio en mi vida pasada?]
El Marquesado Hackett era rico en muchas cosas, pero su principal producto era la lana de oveja y la seda de gusano.
El territorio era el principal productor de tela en el imperio y tenía fértiles tierras en dónde criaban al ganado que les proveía su cotizado producto.
Este Marquesado también era llamado "el territorio de seda" por sus fabulosos productos.
Aquí, el señor de las tierras era el Marqués Axel Hackett, era un hombre de 24 años que pocos habían conocido ya que se decía que era un tanto... salvaje.
No porque no tenga modales de noble o por ser una persona fría, de hecho, tenía un aura algo cálida, pero de todas formas daba un poco de miedo acercarse.
El porque era llamado así, era porque muchos nobles, cuando fueron a charlar con él sobre negocios, lo vieron medio desnudo cargando consigo una lanza de forma despreocupada.
Cuando le preguntaban "¿Por qué viste así?", la mayoría esperaba que contestara de forma noble y elegante un: "estaba entrenando para algún día defender el Imperio".
Pero Axel con una sonrisa carismática respondía:
«disculpe si lo incómodo con mi presencia tan desaliñada, estoy seguro que el distinguido caballero no tomara mal el asunto de que estaba paseando a mis ovejas en el campo»
Para los aristocráticos, hacer tal cosa era una barbarie, una deshonra, ¿Por qué hacer tal cosa si sólo puedes contratar a plebeyos y listo?, como señor de las tierras, lo único que debes hacer es sentarte en tu sillón esponjado y revisar tus cuentas bancarias.
El Marqués era peculiar y por eso lo llamaron "salvaje".
Pero a él, ese apodo no podría importarle menos.
Toc toc
La señorita secretaria del Marqués tocó la puerta del estudio y el Marqués se sentó en su silla diciendo:
«adelante»
La secretaria entró y se sonrojó ligeramente al ver a su señor bien vestido y peinado, sentado en su silla de terciopelo con una cara relajada.
Era hermoso, y tenía un aura cálida, ¿Qué mujer no deseaba ser su esposa? Ese hombre además de notarse cálido, su cabello marrón y sus ojos verdes esmeralda no pasaban desaparecidos junto al traje elegante que traía puesto.
«con permiso mi señor»
Axel no levantó la cara para ver a su secretaria, simplemente firmó algunos documentos.
«¿Qué sucede?»
«oh, verá, la señorita Amaya ha venido a verlo, ¿Quiere que la saque de aquí?»
Axel dejó de hacer lo que estaba haciendo y con una sutil sonrisa por fin vió a su secretaria. Era una secretaria realmente hermosa y que siempre respondía a cualquier orden de su jefe.
«señorita Loti, por favor, no sugiera tal cosa»
«pero-»
«la señorita Amaya no es cualquier mujer, no puede hablar de esa forma»
Por un segundo, Loti vió unos fríos ojos por parte de su jefe, aunque, ese segundo bastó para causarle miedo.
«l-lo siento»
«espero no volver a escuchar cosas así de mi prometida, quién, será tu señora en un par de días. Más vale que aprendas a comportarte si no quieres que te despida»
«s-si señor, no volverá a ocurrir»
«rétirate y trae a tu futura señora a mi estudio, que no me entere que hiciste algo que no debes»
«si señor»
Cuando Loti se fué la sutil sonrisa de Axel se borró y de forma descuidada puso sus pies sobre su escritorio y sus manos se relajaron debajo de su nuca.
«¿Qué cosa vendrá a buscar está vez?, pensé que estaría en cama quejándose por ese pequeño golpe» [aunque fue un poco divertido ver cómo se ahogaba en la piscina, ya quería tirarla, pero ella solita se tropezó y cayó]
Sacó sus pies de la mesa y abrazó sus rodillas en la misma silla, uso una mano para agarrar la mesa y empujó con fuerza. Debido a eso terminó dando vueltas en la silla muy pensativo.
[Ahora que pienso en su caída, según me informaron, Amaya parece haber tenido una contusión bastante grave ya que perdió la memoria. Pero aún así, voy a tener que casarme con ella por orden del Emperador]
La silla dejó de girar lentamente, se sentó recto y elegante en su silla sosteniendo una pluma con tinta.
[Maldita sea el Emperador, ¿Cómo se atreve a usar su poder para entregarme a su consentida sobrina como si fuera un regalo cualquiera?]
Toc, toc.
Volvió a escucharse.
«adelante»
Entonces Loti entró y sostuvo la puerta para que Amaya entrara.
«mi señor, la he traído»
«bien hecho Loti, ahora retirate y cierra la puerta. A menos que mi querida prometida desee algo» [seguro pedirá un montón de comida que ni siquiera va a terminar]
«no gracias, estoy bien así. El asunto que vine a tratar con usted será breve»
Sus palabras petrificaron a Axel, estaba en blanco, pues, su prometida jamás diría eso, mucho menos sería tan cortés como lo estaba siendo ahora.
«ejem..., cierra la puerta Loti» [por un momento sentí escalofríos]
«¡Si!»
Loti se fué y; sólo Axel y Amaya se quedaron. Axel se levantó de su silla con una cortés sonrisa.
«por favor, póngase cómoda mi leidi»
«muchas gracias»
Amaya se sentó tranquila y elegante en el sofá mientras Axel sentía que se desintegraba como polvo de estrellas.
«¿Di-disculpe?, ¿Qué dijo?»
«¡!, oh, ¿Usted también está sorprendido?»
Axel trató de mantener la compostura ante esta extraña situación, desde que supo de la existencia de Amaya, nunca, jamás, la había oído pronunciar "muchas gracias".
Amaya se dió cuenta de inmediato y miró a otro lado nerviosa.
«cada vez que saludo a alguien o doy las gracias ponen cara de que se van a desmayar, ¿Realmente nunca lo decía en el pasado?»
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