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El Destino De Dos Corazones

El Comienzo de todo

Lee Da-Hye una chica de 16 años que le gustaba leer y nunca se había interesado por nada más que sus estudios.

Da-Hye era una chica muy aplicada vivía con sus padres, pero no pasaban mucho en casa la mayoría del tiempo pasaba sola, ya que sus padres pasaban en viajes.

El primer día de clases Da-Hye creía que sería aburrido igual que cada año según ella ver las mismas caras siempre no tendría que esforzarse tanto, ya que era a la única que le importaba obtener el primer lugar de la clase después de todo era el último año escolar pues aun así tenía que esforzarse para poder entrar a la universidad de sus sueños la Universidad Nacional de Seúl.

Como siempre era la primera en llegar solía leer hasta que llegara el profesor fue un momento muy extraño cuando todos los estudiantes especialmente las señoritas estaban muy emocionadas por la llegada de un nuevo estudiante pues aquel chico era muy apuesto Da-Hye no presto mucha atención pensó que por ser guapo podría estar al final de la clase y lo único que le interesaría sería ser famoso entre las chicas.

OK es momento de empezar dijo el profesor como todos ustedes ya me conocen soy el profesor Park y en su último año estaré con ustedes, tenemos un alumno nuevo pase y presentese por favor.

Hola mi nombre es Kim Seo-Joon dijo el apuesto chico y no dudo en mirar a Da-Hye.

Da-Hye un poco nerviosa evito la mirada, pero después pensó porque estaba nerviosa es solo un chico guapo no es como que este interesado en el primer lugar de la clase

Puedes sentarte al lado de Da-Hye dijo el profesor Park una vez que me vaya pueden empezar sus clases Seo-Joon agacho su cabeza como que si iría a dormir Da-Hye un poco aturdida lo miro y se dijo a sí misma no hay porque sentirse así con solo mirarlo parece que no le interesa nada no hay que preocuparse.

Seo-Joon le dijo podrías dejar de mirarme o nunca habías visto a un chico tan guapo como yo Da-Hye Da-Hye se quedó sin palabras ante la respuesta de Seo-Joon. Nunca había conocido a alguien tan arrogante y seguro de sí mismo. Decidió ignorarlo y volvió a concentrarse en su libro. Sin embargo, algo dentro de ella no dejaba de pensar en las palabras del chico nuevo. Aunque intentaba convencerse de que él no le importaba, no podía evitar sentirse intrigada por su actitud despreocupada.

A lo largo del día, Da-Hye notó que Seo-Joon no era como los demás chicos de la clase. Aunque parecía desinteresado, había algo en él que le hacía destacar. Tal vez no era solo su apariencia, sino también esa confianza que irradiaba. Da-Hye, confundida, se prometió no dejar que él distrajera su enfoque en los estudios y se dijo a sí misma que ella iba a seguir siendo la primera de la clase .

Un Desafío Inesperado

Da-Hye había logrado lo que muchos estudiantes consideraban imposible: mantener el primer lugar en su clase durante todos los años de su vida escolar. Era su orgullo y lo que le daba sentido a sus días solitarios. Con unos padres que apenas estaban en casa, sus estudios eran su refugio y la clave para su futuro. La Universidad Nacional de Seúl no era solo un sueño para ella, era una meta inamovible, y nada ni nadie le impediría alcanzarla. Por eso, cuando Seo-Joon apareció, no pudo evitar sentir que todo su mundo se tambaleaba.

Los primeros días del nuevo curso transcurrieron sin sobresaltos, salvo por la constante presencia de Seo-Joon a su lado. Aunque intentaba ignorarlo, siempre había algo en él que captaba su atención. Su aspecto despreocupado, como si todo en la vida fuera fácil para él, la irritaba. Pero lo que más la molestaba era cómo él parecía no esforzarse en lo absoluto, y aun así, obtenía resultados casi perfectos.

Cuando los resultados del primer examen del semestre fueron entregados, Da-Hye los revisó con la confianza habitual. Sabía que había hecho bien su trabajo, pero al ver la calificación de Seo-Joon, sintió un nudo en el estómago. Él había obtenido exactamente la misma calificación que ella, empatando en el primer lugar. Era algo que nunca antes había sucedido. Inmediatamente después de la clase, se dirigió a la biblioteca, intentando despejar su mente. Pero antes de que pudiera concentrarse en su lectura, Seo-Joon se sentó a su lado con una sonrisa burlona.

"Parece que tienes competencia," dijo él, con ese tono casual que comenzaba a irritarla profundamente.

Da-Hye lo miró sin disimular su enojo. "No sé de qué hablas. Esto no es un juego para mí, y no necesito competencia."

Seo-Joon se encogió de hombros, como si su comentario no lo afectara. "No lo veo como un juego tampoco, Da-Hye. Pero, ¿no crees que es mejor cuando tienes a alguien que te empuja a ser mejor?"

Da-Hye no pudo evitar reflexionar sobre esas palabras. Había pasado tantos años siendo la mejor que había olvidado lo que significaba esforzarse contra algo más que sus propias expectativas. Sin embargo, no iba a dejar que Seo-Joon la superara. Si él pensaba que podía competir con ella, estaba dispuesto a demostrarle que estaba equivocado.

Los días siguientes se convirtieron en una especie de duelo silencioso. Aunque nunca lo discutían abiertamente, ambos sabían que estaban en una competencia no declarada. Cada tarea, cada examen, cada discusión en clase era una oportunidad para superarse mutuamente. Da-Hye estudiaba más que nunca, a menudo hasta altas horas de la noche, asegurándose de que ningún detalle se le escapara. Pero por más que se esforzaba, Seo-Joon siempre parecía estar un paso adelante o, al menos, al mismo nivel que ella.

Para su sorpresa, este constante desafío no la agotaba como temía, sino que la motivaba aún más. Aunque no quería admitirlo, la presencia de Seo-Joon había inyectado una nueva energía en su vida. Ya no estaba sola en su lucha por ser la mejor, y eso, aunque inquietante, también era emocionante. Al final de la primera semana, después de otro largo día de clases y estudio, Da-Hye se dio cuenta de algo: Seo-Joon no solo era un competidor, sino alguien que la entendía en un nivel que otros no lo hacían. A pesar de sus personalidades opuestas, compartían la misma determinación, y eso, de alguna manera, los conectaba.

Sin embargo, esa conexión también la asustaba. Durante tanto tiempo, Da-Hye había construido una barrera alrededor de su vida, protegiéndose de distracciones que pudieran desviar su atención de su meta. Pero Seo-Joon, con su sonrisa fácil y su actitud relajada, estaba rompiendo esas barreras de maneras que ella no había anticipado. A medida que los días se convertían en semanas, Da-Hye se encontró enfrentando no solo a Seo-Joon, sino a sí misma, y a la posibilidad de que, tal vez, su mundo podía ser más grande de lo que había imaginado.

Una Amistad que comienza

El tiempo seguía su curso en la escuela, y con él, la relación entre Da-Hye y Seo-Joon comenzó a transformarse de maneras inesperadas. Lo que inicialmente había sido una relación de rivalidad silenciosa, se iba convirtiendo en algo más complejo. Da-Hye, que se había propuesto ignorar a Seo-Joon y concentrarse exclusivamente en sus estudios, comenzó a notar que su presencia era cada vez más constante en su vida. Al principio, fue en la sala de clases y luego en la biblioteca, donde él solía sentarse cerca de ella, fingiendo que no estaba prestando atención, pero siempre atento a sus movimientos.

Un día, después de una larga jornada de clases, Da-Hye decidió quedarse en la biblioteca para avanzar en sus estudios. Como de costumbre, Seo-Joon apareció y se sentó a su lado sin previo aviso. Al principio, ella pensó en cambiar de lugar, pero algo la detuvo. Quizás era la curiosidad de saber qué intentaba lograr él, o tal vez era la incómoda pero creciente sensación de que, a pesar de su actitud despreocupada, Seo-Joon tenía un propósito detrás de sus acciones.

"¿Siempre estudias tanto?" preguntó Seo-Joon de repente, rompiendo el silencio.

Da-Hye levantó la vista de su libro, ligeramente irritada por la interrupción. "No es estudiar mucho, es estudiar lo suficiente. Además, es mi último año, quiero asegurarme de entrar a la Universidad Nacional de Seúl."

Seo-Joon sonrió, como si supiera algo que ella no. "Entiendo, pero a veces me pregunto si es necesario sacrificarse tanto. ¿No crees que también deberías disfrutar de estos momentos?"

Esa pregunta sorprendió a Da-Hye. Durante tanto tiempo había estado enfocada en sus metas que nunca se había detenido a pensar en disfrutar el presente. Para ella, el disfrute vendría después, cuando lograra lo que se había propuesto. Sin embargo, algo en la voz de Seo-Joon la hizo reconsiderar, aunque solo por un instante.

"No estoy aquí para disfrutar," respondió ella con firmeza. "Estoy aquí para estudiar y asegurarme de que mi futuro sea como lo he planeado."

Seo-Joon la observó por un momento antes de responder. "Eres muy determinada, Da-Hye. Es una cualidad admirable, pero creo que podrías estar dejando pasar cosas importantes en el camino."

Da-Hye frunció el ceño, sin saber cómo interpretar esas palabras. No estaba acostumbrada a que alguien cuestionara su enfoque de vida. Durante años, sus padres habían estado ausentes, y ella había aprendido a depender únicamente de sí misma y de su disciplina para lograr lo que quería. Sin embargo, las palabras de Seo-Joon resonaban en su mente.

"¿Y tú qué sabes sobre lo importante?" replicó ella, sin poder evitar sonar a la defensiva.

Seo-Joon no se inmutó. "No mucho, lo admito. Pero lo que sí sé es que la vida no es solo cumplir metas, sino también vivirla. Y creo que, tal vez, te estás perdiendo de vivirla."

Esa conversación marcó un punto de inflexión en la relación entre ellos. Aunque seguían siendo rivales en el ámbito académico, una nueva dinámica comenzó a surgir. Seo-Joon, lejos de ser solo un competidor, se convirtió en alguien con quien Da-Hye podía hablar, aunque las conversaciones fueran breves y a menudo en desacuerdo. Poco a poco, se encontraron compartiendo más que solo palabras, sino también momentos de estudio, ideas y, sin darse cuenta, una incipiente amistad.

Un día, mientras estudiaban juntos en la biblioteca, Seo-Joon le propuso algo inesperado. "¿Qué te parece si dejamos los libros por un rato y salimos a caminar? Solo para despejar la mente."

Da-Hye estuvo a punto de rechazar la idea, pero algo dentro de ella la hizo dudar. Finalmente, asintió. Caminando juntos por los jardines de la escuela, Da-Hye sintió una paz que no había experimentado en mucho tiempo. La charla ligera con Seo-Joon, sus bromas y su manera de ver el mundo, diferente a la suya, le ofrecían una nueva perspectiva. No podía evitar sonreír ante sus ocurrencias, y aunque no lo admitiría en voz alta, disfrutaba de su compañía.

Esa tarde, mientras el sol comenzaba a descender, Da-Hye se dio cuenta de que por primera vez en mucho tiempo, había dejado de pensar en el futuro, en los exámenes y en las calificaciones. Solo estaba allí, viviendo el momento. Seo-Joon había logrado lo que nadie más había podido: hacerla desconectar, aunque solo fuera por un rato, de su implacable enfoque en el éxito. Y en ese momento, Da-Hye comprendió que tal vez había más en la vida que solo ser la mejor. Tal vez, solo tal vez, había espacio para algo más, algo que hasta ahora no había considerado.

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