Un Nuevo Comienzo En La Familia Flegurion
capitulo 1
"Entre Sombras y Leyendas: El Nuevo Comienzo"
Abrí los ojos lentamente, vislumbrando un techo blanco. Me incorporé en la cama, frotándome los ojos, y miré a mi alrededor, confundida. Me levanté de una cama con mantas hechas para la nobleza, de un blanco tan puro como las nubes y tan suaves como la seda. Caminé hacia el espejo, sorprendida por lo que vi en mi reflejo, y toqué mi rostro, incrédula.
Sofía
¿Q-qué está pasando? Esto... esto no es mi rostro...
Asustada, di un paso hacia atrás. Tropecé con algo en el piso y caí de espaldas, sintiendo un dolor intenso por el golpe. Con el rostro torcido de dolor, me froté la espalda y entonces vi lo que me había hecho tropezar. Me quedé sorprendida.
—¿Un bastón? —me pregunté, mirando el objeto con curiosidad. Me parecía familiar, como si lo hubiera visto en alguna parte antes.
El bastón era de un color brillante, con una esfera azul intensa en la parte superior, como un fragmento de la noche estrellada. El mango dorado resplandecía, evocando la imagen de los bastones mágicos de las películas. Aún en el suelo, me acerqué a él, cautivada por su deslumbrante luminosidad.
Un estruendoso *boom* resonó en la puerta, haciéndome estremecer de asombro. Justo cuando volví la mirada, aún en el suelo, una figura luminosa apareció en el umbral de la puerta.
Al principio, la chica en la puerta estaba sorprendida al verme, pero luego su rostro se iluminó con una brillante sonrisa. Dejó caer el libro que tenía en la mano y corrió hacia mí, con lágrimas en los ojos. Al verla acercarse, todo en mi mente se aclaró de repente, y me puse pálida al darme cuenta de dónde me encontraba.
En mi mente solo resonaba una pregunta, horrorizada: *—¿¡Estoy en un cuento de fantasía!?* Atónita, no me di cuenta de inmediato cuando la chica que decía ser mi hermana me abrazó, mojando mi hombro derecho con las lágrimas que derramaba y sus sollozos.
"El Abrazo del Destino y la Resistencia"
Antes de mi muerte, cuando era niña, descubrí un libro antiguo y polvoriento en la biblioteca cerca de mi casa.
Cuando abrí el libro y comencé a leer, pasé horas en la biblioteca hojeándolo, completamente absorbida. El título era *"La Familia Flegurion"*. La historia giraba en torno a una joven noble llamada Mérida, quien, con su gran sentido del humor, era venerada como una deidad. Mérida era amada por todos, y por eso era la protagonista principal del cuento.
En contraste, su hermana Sofía, aunque también noble y hermosa, era amargada y constantemente maltrataba a Mérida. A pesar de los abusos, Mérida soportaba a Sofía con paciencia, motivada por su amor fraternal. La situación empeoró cuando el príncipe heredero se enamoró de la bondadosa Mérida. Se conocieron en un baile celebrado tras el regreso de la guerra.
Sofía, consumida por la envidia, intensificó sus maltratos hacia su hermana. Mérida, sin embargo, continuó ganando el afecto de nobles y caballeros por su naturaleza benevolente. El odio de Sofía llegó a tal punto que uno de los pretendientes de Mérida, incapaz de soportar más los abusos de Sofía, decidió actuar. Como resultado, Sofía fue asesinada de manera miserable, sin nadie que pudiera apoyarla en su caída.
Nunca imaginé que sería Sofía, la hermana malvada que maltrataba a la protagonista principal... -¿Por qué yo?- Pensaba mientras aún sostenía a Mérida, llorando entre mis brazos.
Salí de mis pensamientos, desorientada y deseando morir en ese instante. Mérida se separó de mí con una expresión de profunda tristeza y ternura, como un ángel resplandeciente, mientras acariciaba mis mejillas.
mérida
¿Estás bien, Sofía? ¿Te duele algo? ¿Debería llamar a un doctor?
La miré fijamente, analizando cada parte de ella con ojos inquisitivos. Pensé: -¿Cómo puede parecerse un ángel? Quizás sea esa expresión angelical la que hizo que todos la apoyaran en el cuento-.
La miré tan intensamente que la expresión de Mérida se volvió temerosa. Se apartó rápidamente, alejándose varios metros de mí, y me sorprendió con su repentina distancia.
mérida
L-lo siento, Sofía... No quise tocarte. Por favor, no te enojes.
Después de decir esas palabras, cada parte del cuerpo de Mérida comenzó a temblar. La observé atentamente mientras me levantaba del suelo y me acercaba a ella con pasos decididos.
Cuanto más me acercaba, más miedo parecía sentir Mérida. Cerró los ojos cuando levanté mi mano hacia ella, y justo después, la acaricié suavemente en la cabeza.
Mérida abrió los ojos de golpe, sorprendida, cuando dejé de acariciarle la cabeza. Levantó el rostro que había mantenido agachado por miedo y me miró con asombro.
Sofía
...Gracias por preocuparte por mí, Mérida.
La miré atentamente y le sonreí con calidez. Mérida abrió los ojos desorbitados y, de inmediato, comenzó a llorar. Con un movimiento brusco pero delicado, me abrazó fuertemente, impidiéndome respirar.
Aún abrazándome con fuerza, pensé con decisión y determinación: -Viviré. Si la única manera de salir viva de este cuento es ganarme el favor de la protagonista, lo haré. Cueste lo que cueste, viviré y encontraré la manera de escapar de este maldito cuento-.
"Adaptándose al Destino"
Después de que Mérida me dejara sin respirar con su abrazo, me preparó un vestido que nunca había imaginado ver en mi vida. Me vestí con él y, al mirarme en el espejo, me sorprendí al ver cómo el atuendo resaltaba mi nueva apariencia. El vestido, de un diseño elegante y noble, combinaba perfectamente con mis ojos azules y mi cabello rubio, realzando la imagen de nobleza que ahora debía asumir.
Justo después de mirarme sorprendida en el espejo, Mérida entró corriendo de nuevo con un estruendoso golpe en la puerta. Al verme vestida con el atuendo que ella había preparado, gritó de alegría, asustándome con su entusiasmo.
mérida
¡Sofía, te ves hermosa! ¡Eres la más hermosa de todo el reino!
Al escuchar las palabras de Mérida, me miré en el espejo y mi mirada se posó en la tiara sobre mi cabeza. Pensé: -En el cuento, se mencionaba que todos los nobles de alto rango llevaban un símbolo. El símbolo de la familia Flegurion es la tiara. Acabo de recordarlo-.
Miré la tiara fijamente cuando, de repente, Mérida entrelazó su brazo con el mío y entusiasmada ampliamente, mostrando una sonrisa radiante.
mérida
Sofía, ha cambiado mucho, pero... ¡me gusta! Antes no me dejabas abrazarte ni estar contigo. Me alegra que hayas cambiado de opinión.
Mérida parecía feliz, con una sonrisa radiante en los labios mientras mantenía nuestros brazos entrelazados. Al ver su alegría, levanté mi mano y acaricié suavemente su cabeza, sonriendo a su vez.
Mientras acariciaba la cabeza de Mérida, pensé: -Mérida es adorable y hermosa. Ahora entiendo cómo logro enamorar y ganarse el apoyo de todo el reino-.
Sofía
...Mérida, ¿te enviaron una invitación a la gala del reino?
“La gala” es un baile para todas las familias del alto rango de la nobleza. También es el día en que Mérida conquista el corazón del príncipe heredero gracias a su bondad hacia una criada que fue humillada por Sofía en el cuento.
Mérida nego con la cabeza, con una sonrisa brillante en los labios. Puse mis dedos en mi barbilla, pensativa, y con una expresión seria pensé: -Entonces, el día aún no ha llegado. Significa que aún puedo salvar mi vida antes de la gala. Si sigo acercándome más a Mérida, podré sobrevivir a esos locos enamorados de ella-.
Sonreí al pensar en eso. Aún con Mérida entrelazada a mi brazo, tomé pasos decididos y salí de la habitación, dirigiéndome hacia la sala. Mientras caminábamos, sentía miradas de curiosidad y asombro a nuestro alrededor, acompañadas de susurros que se volvían cada vez más fuertes.
Sirvienta: -¿No es esa la señorita Mérida?-
Ama de llaves: -...¿No me digas que otra vez la señorita Sofía está molestando a Mérida? - dijo la ama de llaves, mirando a Sofía con indignación.
Miré a la ama de llaves y, aterrorizada, desvió la mirada y volvió a sus tareas. Pensé: -Es normal que piense así. Después de todo, Sofía tenía una mala reputación por su mal genio y sus maltratos a todos, especialmente a Mérida, a quien todos apoyaban y amaban-.
Dejé mis pensamientos para después y, justo cuando salí de ellos, ya estábamos en la puerta de la sala. Suspiré profundamente mientras cerraba los ojos y luego los abrí con una mirada decidida, abriendo lentamente la puerta.
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