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Omega Sí, Débil Jamás.

inicio

Hola a todos de nuevo, por aquí les traigo otra historia; esta es de fantasía y la tomaré como un escape, un descanso a tanta presión, ya que como es de fantasía me permite explotar libremente mi imaginación sin que tenga que ser apegado tal cual a la realidad.

Esta historia, sus paisajes, lugares, costumbres, ideales y creencias salen directos de mi imaginación.

Esta novela será un poco diferente por el hecho de que intentaré una idea que tengo desde hace mucho y no sé si ya se ha usado, pero igual la voy a plasmar aquí. Tal vez vean cosas distintas, y les repito: voy a escribir lo que se me vaya ocurriendo para que no comparen con otras historias de fantasía porque no son iguales.

En esta historia la ambientación es mixta; habrá cosas tanto modernas como antiguas y, a pesar de que la protagonista es una loba, no solo tendremos esa especie.

En este libro puede haber otros tipos de criaturas, como vampiros, hadas, elfos, brujas, demonios, ángeles y también dragones, entre otros. Será una mezcla de mundos que me permitirán jugar con la historia, gracias y bienvenidos.

En un alejado reino, se encuentra la manada Big Silver Moon. Está en un lugar rodeado de montañas altas a las afueras; hay flores y plantas de diferentes especies; el lugar está lleno de casas, algunas mansiones y uno que otro apartamento.

Este sitio bien podría pasar por una ciudad normal; hay autos, edificios hacia el centro del reino, centros comerciales, grandes cines; la única diferencia son las criaturas que se encuentran aquí.

Gianna Garza tiene diecisiete años; desde que tiene uso de razón es rechazada por su padre; ella mató a su madre, según dice el señor Mariano Garza, padre de Gianna.

La madre de la joven se llamaba Giannella y era una Gamma.

Mariano se enfrentó a todos por ella a pesar de que no la querían como su esposa por ser tan débil.

La manada Big Silver Moon es una de las más poderosas manadas; de hecho, el alfa Jackson es el nuevo rey de los licántropos. La madre de Gianna era hermosa y muy parecida a ella; esa es otra razón por la cual su padre la detesta.

La hermosa Gianella era dulce, amable y cariñosa; también era víctima de burlas por ser Gamma. Generalmente en las manadas están los alfas, los más poderosos, quienes lideran la manada. Conocidos por ser más grandes y fuertes, tienen enormes colmillos, voz de mando y un carácter dominante que hace doblegarse a cualquiera.

Luego vienen los betas; ellos se encargan de supervisar a los demás lobos. Son los segundos al mando cuando los líderes no están.

Son la mano derecha de los alfa. Normalmente, se escoge entre los betas más capacitados, y así es como el alfa escoge al mejor.

Luego están los guerreros y lobos relativamente fuertes; entre ellos hay otros alfas, betas y deltas que suelen tener fuerza similar a los alfas, pero su olor es fétido, entre otras especies formadas de la liga de alfas con betas o betas con deltas y así.

Al final de la cadena de mando vienen los omegas; en la pirámide jerárquica es considerada la clase inferior, conocida principalmente por sus largos períodos de celo, su carácter sumiso y su físico delicado. Es de las jerarquías que más abusos sufren por parte de todos los demás.

También tenemos a los Gammas.

Una jerarquía más bien conocida por el término "omega defectuoso". Sí, se trata de la jerarquía más débil conocida; son realmente enfermizos y deben tener ciertos cuidados específicos, además, si son preñados, corren bastante riesgo de morir en el parto.

No son muchos los gamas que nacen, es una muy poca cantidad de ellos y la madre de Gianna era uno, por eso su hija salió omega, aunque eso no la define a ella.

El padre de Gianna se casó con otra beta luego de la muerte de su esposa, que fue dando a luz a su hija, y lo hizo como requisito para postularse a beta del en aquel entonces alfa de la manada… Ella es Lucrecia Serpa; un año después tuvieron a Mariana y años más tarde a Mario.

Desde muy niña Nuestra protagonista ha sufrido abusos, burlas, golpizas, entre otras cosas, por ser una débil.

Marianna y su grupo, a pesar de ser menor por un año, molestaban mucho a su hermana y hablaba mal de ella con todos, diciendo que ella la intimidaba y mentía sobre ella, siendo al revés.

Gianna en la escuela y el colegio era motivo de burla y acoso; no fue hasta que cumplió diez años de edad que, luego de llegar bañada en sangre y llena de golpes, sus abuelos le enseñaron a defenderse usando arcos, flechas y espadas. También la enseñaron a pelear. Fue así que cada vez que querían dañarla, ella lograba salir de esos ataques, aunque siempre era un poco difícil, ya que ellos eran más fuertes.

La mansión del Beta quedaba muy cerca de la del Alfa por ser su mano derecha, y esto le permitía a Gianna ver mucho al hombre de sus sueños, Jackson. Este hombre es alto, guapo y con un carácter fuerte que desde siempre le ha gustado, pero él no la tolera por ser un ser inferior, débil y por el supuesto daño que le causa a su hermana menor.

Actualmente, ella va a una secundaria en la manada. Esta se encarga de prepararlos para la universidad, aparte de ser enseñados a defender su manada.

Mariana, la hermana menor de Gianna, es hermosa, pero cruel. Ella y su grupo de amigas viven para molestar a Gianna, se ríen de ella y siempre tratan de ocultarle las cosas para verla y reírse.

Gianna es bonita, delicada y su belleza es única, pero para evitar ser tomada en cuenta se oculta detrás de un moño recogido y ropa un poco masculina, y sin querer esto solo ha hecho que la molesten más.

Normalmente, cuando las personas son molestadas, tienen una amiga que las apoye, pero esto no ocurre con nuestra pequeña Gianna, ya que todos la miran por encima del hombro como a una apestada.

Solo tiene a sus abuelos que la quieren y le dan amor; ellos saben lo mal que es tratada, pero esa es la vida de un Omega.

Últimamente, se ha desatado una guerra, hay un grupo de criaturas unidas que quieren apoderarse de manadas, clanes de vampiros, o de los reinos de distintas especies y de hecho ya han acabado con la mayoría de los reinos de las hadas y de algunos elfos dándoles más poder hay grupos de salvajes que van desde lobos exiliados, vampiros antiguos, híbridos y gigantes que atemorizan a muchas especies.

Debido a esa situación, los entrenamientos en cada secundaria o universidad se han vuelto más intensos.

Hoy en la secundaria de la manada está de visita el nuevo alfa para supervisar a su manada.

Todos los estudiantes están formados y entre ellos también está Gianna. A ella se le acelera el corazón al ver al alfa, en cambio, a él su presencia le molesta.

—Todos divídanse en grupos de diez, para que mis hombres los evalúen —dice y todos enseguida se mueven, pero al ver a la joven acercarse a un grupo interviene.

—Hey, tú, salte de las filas, está más que claro que no puedes defender a la manada, solo puedes servir de sebo para que los demás huyan, y para eso no se necesita entrenamiento ni loba, tienes —dice y todos se burlan de la joven.

Gianna siente sus ojos picar, pero solo suspira y se aleja; no entiende su odio hacia ella.

La joven ve el entrenamiento desde lejos mientras se pone a pensar en la posibilidad de que ella tuviese poderes escondidos, pero no hay nada de eso, no es una extraña diosa, ni tendrá poderes para vencer a nadie; solo es ella y su decisión de no ser una débil.

Borrador

La joven observa al hombre desde lejos, preguntándose el porqué de su odio. Ella no le ha hecho nada, se cansa y se levanta corriendo para ir al viejo campo de tiro que ha estado usando mientras está en la secundaria y la sacan de algún lugar por ser una Omega.

Gianna toma su arco y comienza a dispararle a cada diana sin dejar ningún centro sin una flecha.

Luego toma los cuchillos y los lanza, obteniendo el mismo resultado. Su entrenamiento ha sido fuerte y está preparada para cualquier guerra, quizá no como una loba más, pero sí como una guerrera.

Su abuela le ha enseñado todo lo que sabe en cuanto a plantas medicinales, plantas y hechizos que sirven como distractores en una pelea; sus abuelos siempre le dicen que no hay que tener poderes para ser valientes y vencer enemigos y ella lo cree.

Es cierto que hay vampiros poderosos, también hay brujos, hechiceros, lobos y muchos reinos de criaturas fuertes, pero también está el reino del rey Marcus; ellos son humanos que pelean con espadas, armas y cuchillos, aunque bueno, tienen algo de su parte y son los inmensos dragones, pero sin ellos también han ganado muchas batallas.

Gianna se prepara porque sabe que en el momento de una guerra no podrán hacerla a un lado y ella podrá demostrar su valentía y darle a entender a todos que ser Omega no define a nadie.

Gianna, a sus casi 18 años, aún no conoce a su loba; sus abuelos creen que es por ser hija de una gamma, pero ella lo agradece, ya que los demás lobos usan la debilidad de las omegas en su contra para tomar su cuerpo cuando entran en celo o no más por una orden; en cambio, como ella no tiene loba, aun sus encantos no funcionan con ella.

Muchas Omegas han sufrido abusos y terminan casadas con otras Omegas. Algunas nunca se casan y solo sirven para satisfacer las necesidades de otros lobos.

La joven no siente ninguna emoción por convertirse en una loba; tal vez conozca a un mate que no le importe su rango como su padre, que se casó con su madre siendo gamma, aunque es más probable que termine rechazada y con un enorme dolor en su pecho.

Gianna sigue esta vez saltando y golpeando su muñeco de práctica con la espada. La joven solo tiene ese poder, su perseverancia y coraje.

Al terminar, la chica va hacia la salida, pues ya los demás han terminado y otros aún están peleando en su forma lobuna.

—Hola, pequeña basura, pensé que te habías ido a casa. Dice sonriendo Mariana.

—No comiences, Mariana —dice y se da la vuelta, encontrándose con otras de las amigas de su hermana.

—¿Qué dicen si metemos a la pequeña basura en el lugar que va? Gianna piensa en agarrar su daga, pero lo piensa mejor al ver aún al rey en el lugar; este de seguro le mandaría a cortar la cabeza.

Gianna no hace nada y la toman entre varias mientras ella lucha para soltarse; una vez están en los basureros y no hay nadie, deja caer una de las bombas de color y todas comienzan a gritar, así que aprovecha y se escapa dejándolas con sus gritos.

La joven camina a su casa ya cansada de tanto maltrato, aunque no puede hacer nada.

Mientras recorre el camino de vuelta, observa a lo lejos lo que divide a su manada de las demás y se pregunta si más allá habrá un lugar para ella.

—Hola, padre, ya llegué, ¿cómo estás? Le pregunta a su papá y este la mira con desdén.

—Me enteré por tu hermana que te sacaron de las filas, porque vas a los entrenamientos, ni siquiera te transformas. El gruñido que sale de él la asusta un poco.

—No sé qué más calamidad me quieres causar; tu hermana me contó llorando que le lanzaste algo asqueroso. ¿Por qué eres tan mala, solo naciste para dañar? El corazón de la joven se encoge; la punzada le aprieta el corazón; es una verdadera lástima que su propio padre la trate de ese modo.

—Papá, pero ella… —Trata de defenderse.

—Pero nada, eres una insolente que solo envidia a su hermana; largo de aquí. La joven corre a su habitación mientras lágrimas bajan de sus ojos.

La pobre llora y mira por la ventana, preguntándole a la diosa Luna si alguna vez esto acabará.

—Diosa Luna, por qué tanto sufrimiento, por qué no me hiciste fuerte o me diste poderes como a las omegas de las historias que leí; no, a mí no me tocó esa felicidad. Sigue llorando mientras el corazón se le estruja y llora en silencio, pero no hay respuesta.

—Pequeña, voy a entrar de acuerdo. Su abuela entra y la mira con pesar.

—Mi niña, ven a mis brazos. La joven no duda y llora sin barreras. Ella suelta lo que oprime su pecho.

—Él me odia, abuela, lo hace; yo no mate a mamá, yo no soy merecedora de tanto dolor. Dice mientras su abuela pasea su mano por su cabeza.

—Shh, pequeña… Claro que no es tu culpa, pero su dolor aún lo ciega. — La consuela mientras ella llora.

—Abu, hay alguna posibilidad de que yo no sea hija de mi padre, o que tenga algún poder oculto —Su abuela niega con pesar, mirándola.

—No, mi niña, tu madre era una simple gamma que no soportó el parto, tu padre es nuestro hijo y nosotros no tenemos nada mágico, bueno, mi poder curativo que te he enseñado y la habilidad de crear pócimas —dijo su abuela.

—Abuela, me estás diciendo que no seré como esa Omega, que resultó tener poder y ser reina. Su abuela niega con una dulce sonrisa.

—No, mi niña, pero tú no necesitas de poderes; tu corazón y temple son más valiosos, o estás diciendo que alguien sin poder no vale nada. Su abuela pregunta levantando una ceja y ella niega.

—No, Abu, claro que no, pero odio ser la Omega a la que señalan y de la que se burlan. Su abuela la miró.

—Lo mejor de la vida es que los días son uno tras de otro y todo puede pasar; tienes mucho camino para demostrar tu valor. Ella asiente feliz mientras abraza a su abuela.

—Tranquila, cariño, ahora cálmate y jamás pierdas la esperanza.

Xena

Los días seguían pasando y como era costumbre el acoso era parte de la vida de Gianna, más encuentros con su amor platónico se habían propiciado, ya que iba muy frecuentemente a ver los entrenamientos.

Gianna al verlo se salía de la fila y decidía caminar hacia el otro campo, al menos hasta que el alfa se fuera.

La joven comenzó a caminar y miró al cielo; a lo lejos varios dragones surcaron el cielo. Era seguro que algún enfrentamiento estaba ocurriendo de nuevo; ahora entendía la constante presencia del alfa.

La joven observaba impactada el espectáculo en el cielo, eran bestias peligrosas y eran propiedad del reino de fuego; el gobernante de allí era muy respetado y temido, sus dragones eran entrenados y obedecían a sus regentes muy bien; algunas veces los veía con jinetes, otras veces estaban solos.

Gianna se imaginaba cuánto carácter tenían ese rey y sus guerreros para ser capaces de domar tan enormes bestias.

Mientras la joven estaba ida mirando el espectáculo, una voz la interrumpió.

—Vaya, ahora te dedicas a holgazanear. Dijo con desprecio que Jackson, el alfa de la manada, era guapo: cabello negro, ojos verdes, mirada intensa, labios delgados, una leve barba y un cuerpo fuerte digno de un alfa.

La sola presencia de él hacía temblar a Gianna. Era imponente y dominante.

—Alfa… Es un lugar lejos de los entrenamientos donde usted me prohibió estar. Dice y se gana una mirada de desprecio.

—Por qué vienes a la secundaria, luego viene la universidad y allí es algo más fuerte; tú eres una Omega, solo quédate en tu casa y espera a quien satisfacer. Dijo rompiendo el corazón de la joven.

—Con todo respeto, Alfa que sea Omega no me impide aprender, a menos que sea una nueva ley y no lo sepa. El rey negó con su cabeza.

—Si no te saco de aquí es por respeto a mi beta, que es tu padre y amigo del mío, pero no te pases de lista. Dice y ella mira hacia otro lado.

—Los de tu clase deberían no salir de su casa o bueno, creo que voy a considerar crear escuelas solo para ustedes para que no molesten a los demás. — La rabia en su mirada era grande.

—Si usted lo cree así debe estar bien; ahora me retiro para no molestarlo, alteza. Dijo saliendo de la presencia del rey alfa solo para ir a llorar; el resto de los entrenamientos los pasó en el antiguo salón de tiro; allí se quitó la rabia entrenando.

Cuando salió de allí era hora de salida, así que luego de recoger sus cosas se fue a casa. La vida de Gianna era igual diariamente, aunque ahora se había sumado un nuevo acosador, el hombre que amaba. Gianna llegó a su casa y vio a todo el mundo en movimiento. Solo saludó rápidamente a su padre y se quitó de su vista.

Mariana y Lucrecia estaban emocionadas y veían vestidos; ella solo se fue a su habitación y sus abuelos fueron un poco más tarde con ella.

—Mi pequeñita, cómo estás. —Preguntó su abuelo.

—Triste abuelo, cada vez soporto menos los insultos. Su abuelo la abrazó y le acarició la cabeza.

—Tranquila, pequeño brillo, algún día cesará. Le dijo y ella suspiró resignada; eso jamás pasaría. Su abuela le entregó un pastel y le dijo.

—Mira, pensabas que nadie se acordaría, nosotros sí. Dijo sonriente.

—Gracias, Abu… Pensé que nadie se había acordado, aunque mi padre de seguro sí lo hace y hoy me odia más, por eso lo saludé rápido. Dijo triste.

—No dejes que te salga tu día, hoy es un día genial, hace 18 años nació la bebé más hermosa del mundo entero —habló sonriente su abuelo.

—Felicidades, brillitos, hoy te convertirás en una hermosa loba, lo sé, lo presiento. Habló su abuela.

—Es cierto; es por eso que hay tanto alboroto en la casa, una fiesta para mí. Dijo y su abuela negó riendo.

—No, cariño, mañana hay fiesta en casa del Alfa y todos en esta casa debemos ir. Dijo y ella negó.

—Él me detesta, yo no iré. Dijo, pero su abuelo la mordió con dulzura. —Debes hacerlo, pequeña, es algo importante para la manada y la familia del beta debe estar presente.

Ella asintió y sopló las velas con sus abuelos. —Pide un deseo, hermosa. Dijo su abuela y ella cerró sus ojos. *Deseo alguna vez poder ser feliz* Pensó y sopló las velas.

El pastel estuvo delicioso; ellos pasaron una tarde muy tranquila; por fin sonreí cálidamente en mucho tiempo. La joven se despidió de sus abuelos y se acostó.

Observó el bolso con ropa que le preparó su abuela para cambiarse y suspiró. Hoy conocería a su loba, pero le daba miedo; ahora otros tendrían poder sobre ella y eso le daba miedo. La noche fría soplaba viento y este se colaba por su ventana.

Ella miraba el cielo y allí estaba la luna brillando como siempre. Miró su reloj y eran las 11 y 30; en media hora más sucedería el cambio. Otros lobos tenían grandes fiestas que terminaban con la desaparición del cumpleañero a media noche, pero ella no tendría eso.

La fiesta de su hermana fue majestuosa; aún la recuerda. La loba de su hermana es café y sus ojos son color miel; es hermosa. Su padre y su madrastra esperaron a Mariana con un cambio de ropa y la abrazaron en plena transformación; le daban palabras de aliento, pero no habría nada de eso para ella.

Nació diferente al resto y eso a menudo es un problema; las diferencias hacen que los demás te critiquen, señalen y hasta te alejen; ellos te discriminan por cosas que no dependen de ti. Gianna tomó su bolso y salió al bosque.

Se fue adentrando cada vez más y miró luna; estaba hermosa. Cerró sus ojos e imaginó a su madre mirándola, con una sonrisa de orgullo y con grandes ganas de abrazarla y de que le diera que todo estaría bien.

Un dolor intenso recorrió su cuerpo; sintió cada hueso en su piel romperse; el dolor era muy intenso; cayó al suelo pegando un grito de dolor. Su cuerpo ardía y temblaba e intentó gritar de nuevo, pero en vez de un grito salió un aullido.

Miró hacia abajo y tenía patas cubiertas de pelo blanco. Cuando pensó en hablar, una voz inundó su mente; se extrañó y emocionó a la vez; era su loba. —Hola Gianna, soy tu loba, mi nombre es Xena y somos hermosas. Dijo que corrió hacia donde había un lago y se acercó al agua y después de beber se vio en el reflejo.

Hermosa no era precisamente lo que era; la loba en el reflejo era majestuosa: un pelaje blanco inmaculado y sus ojos dorados parecían fuego.

Xena.

La loba corrió mucho esa noche y habló sobre muchas cosas con su humana. Ya no estaría sola; ahora se tenían la una a la otra.

Al terminar el recorrido volvió a su forma humana, tomó la mochila con la ropa y luego de cambiarse regresó a su habitación, pero alguien la vió volver y sabía por qué.

Mariana, mañana inventaría algo más de ella, porque era seguro que conocería a su mate y no quería verla tranquila y enamorada antes que ella.

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