...En Tierra extraña....

El rugido de los motores del avión perforar mis pensamientos mientras observaba por la ventanilla como el ciudad que deja atrás se desvanecía poco a poco en la oscuridad de la noche.

Era un paisaje que demasiado bien, un escenario familiar de despedidas y nuevos comienzos para esta vez, la sensación de desconcierto era más intensa que nunca. Desde qué era apenas una niña, había estado en un constante vaivén entre países, buscando desesperadamente un lugar al que llamar hogar ; pero sin importar cuántos kilómetros recorriera o cuántos lugares visitará, siempre me encontraba con la misma pregunta sin respuesta.

¿Dónde encajaba yo en este mundo?

En la aterrizaje fue como despertar buscó de un sueño profundo, mientras descendimos hacia la pista, sentí un nudo en el estómago que no desapareció ni siquiera cuando el avión tocó tierra firme. Al salir del avión, el aire denso y cargado de humedad me volvió como una manta sofocante, recordándome que está en un lugar completamente nuevo pero con el mismo sentimiento desorientación de siempre.

Las caras que me rodeaban eran extrañas desconocidas, Pero había algo en su mirada de personas que también había vivido la experiencia de sentirse perdidas en un mundo que parecía moverse demasiado rápido para ello.

Por un momento permití que la emoción de lo desconocido se apodera de mí.

Me dejé llevar por la promesa de un nuevo comienzo de una oportunidad de dejar ir el pasado y empezar de nuevo. Pero esa emoción pronto se desvaneció, dejándome de nuevo con la cruda realidad de mi propia existencia.

Me di cuenta de que no importaba cuántas veces cambia de país o de entorno sigue haciendo las mismas dudas y miedo, no pertenecía a ningún lado ni a ninguna cultura ni a ninguna sociedad ni persona.

Me sentía como un extraño en mi propia vida condenado a vagar por el mundo sin rumbo ni propósito.

La sensación de desesperación amenazada con abrumarme, pero en lugar de dejarme llevar por ella, decidí enfrentarla de frente. Sabía que era la única manera de seguir adelante era aceptar la verdad de mi situación y encontrar una manera de vivir con ella, así que con el corazón lleno de

 desesperación y una determinación feroz, me adentré en la oscuridad una vez más.

Sabiendo que la única manera de encontrar la luz era atraerse a las sombras más profundas de mi propia alma.

...¿Mis profundidades de mi alma, habrá algún sentimiento?...

...¿ Será que puedo brillar yo misma?...

--- ¡Hola! Soy [Daniela ], una estudiante apasionada por la ciencia y la veterinaria. Mi creatividad se manifiesta en cada dibujo que hago y en los regalos únicos que diseño para mis amigos y familiares. Me encanta aprender y explorar nuevas áreas del conocimiento, lo que me ha llevado a completar diversos cursos en diferentes campos. Aunque disfruto de muchos aspectos de la vida estudiantil, hay algo que no me gusta: la rutina monótona. Por eso, siempre busco formas innovadoras de mantener mis días interesantes y llenos de nuevas experiencias. Además, creo firmemente en el poder de la lectura y la escritura, habilidades fundamentales que nutren nuestra imaginación y nos conectan con otros a través de las palabras. Aquí en Wattpad, compartiré mis proyectos, mis descubrimientos en el mundo de la ciencia y la veterinaria, así como algunas de mis obras de arte, manualidades y escritos. Si te gusta la creatividad, la ciencia, la lectura y todo lo relacionado con el cuidado de los animales, ¡te invito a seguirme en esta aventura! ....

...Los susurros...

La ciudad se despegaba ante mí como un enigma de luz y sombras, un intrigado mosaico de callejones representantes y avenidas bulliciosas. Mis pasos resonaban sobre el empedrado, eco de una soledad que quería parecer multiplicarse con cada giro.

La humedad del aire se adhería a mi piel, un constante recordatorio de mi estado de transición una extranjera en una tierra desconocida con la misma carga de incertidumbre. En una pequeña pensión en el corazón palpitante de la ciudad encontré un refugio. La habitación, era modesta y añeja estaba decorada con cuadros desviados que susurrar historias de tiempos mejores. Desde las ventanas observaba, la plaza principal donde la vida continuaba indiferente a mí llegada, un río de gente fluyendo su propia cadencia.

Aquella noche el insomnio fue mi compañero, los murmullos de la ciudad se filtraba a través de las persianas, una sinfonía constante de voces y pasos que narraban historias de conocidos; me di cuenta que no estaba sola en mi desorientación, esta ciudad era una El Sol de armas errantes cada una buscando su propio rumbo en la penumbra

Al amanecer, decidir explorar La ciudad sin un destino, dejando que mis pies travesara tu propio camino.

Descubrir mercados vibrantes llenos de aromas exóticos y lenguas desconocidas. Parques ocultos que ofrecían un respiro de caos urbanos y cafeterías acogedoras donde el aroma del café recién hecho llenaba el aire con promesas de consuelo.

En una de esas cafeterías, me senté sola junto a una ventana, observando el incesante vaivén de la gente.

Cada rostro, una historia; cada mirada, un mundo entero. Mientras sorbía mi café, mis pensamientos vagaban hacia mi propio viaje los innumerables lugares y despedidas que habían marcado mi vida.

Me pregunté si una vez encontraría un lugar el que me pudiera adaptar.

El tiempo parecía diluirse mientras la ciudad se revela lentamente, no solo como un escenario de confusión, sino también como un tapiz posible de posibilidades y descubrimientos. Empecé a entender que, aunque no podía controlar dónde me encontraba, así podía decidir cómo responder a ello.

Una tarde en un parque cercano, observé a un grupo de adolescente de mi edad jugando al básquet. Son risas gritos llenaban el aire un contraste vibrante con mi propia sensación de aislamiento.

Me detuve a observar, sintiendo unas mezclas de envidia y esperanza.

¿Tal vez algún día podría unirme a ellos?

Formar parte de algo más grande que mi propia. Esa noche contemplando las luces titilantes de la ciudad desde la ventana de mi habitación recordé las palabras de mi abuela: "la verdadera fuerza no reside en nunca caer, sino en levantarse sabes que lo haces."

Decir que aunque me sintiera perdida, no me rendiría. Seguiría explorando, seguiré buscando y algún día encontraría mi lugar en el mundo.

Con este pensamiento, me acosté ; una esperanza en el medio de la incertidumbre. Sabía que en camino por delante sería arduo, lleno de desafíos y momento de duda. Pero también repleto de oportunidades para crecer y descubrir quién no era realmente.

¿Quién era yo?

En esta ciudad de sombras, empezaba a vislumbrar la posibilidad de encontrar mi propia luz, un paso a la vez...

...Un pasó a la vez....

...Sintiéndose Desvanecerse...

Al amanecer trajo consigo una bruma ligera que se cernía sobre la ciudad, difuminado los contornos de los edificios y suavizando las aristas de mis pensamientos. La mañana tenía un aire de promesa, un leve susurro de que algo nuevo estaba por comenzar.

Me dirige al instituto con una mezcla de nerviosismo y expectación, consciente de que este lugar podría ser un punto de inflexión en mi viaje.

El instituto era un edificio impotente, con pasillos largos y abarrotados de estudiantes. Sus risas y conversaciones entremezclaban en un bullido constante que por momentos resultaba abrumador. Me sentía como una intrusa en medio de este mar de rostro desconocidos, pero también había una extraña sensación de esperanza latente en el ambiente.

Encontré mi salón de clase y me senté en una de las filas traseras, tratando de pasar desapercibida. La profesora comenzó a hablar sobre los temas del día, Pero mis pensamientos se perdían en las complejidades de mi nueva realidad. Fue entonces cuando la puerta del auda se abrió de una chica entró a apresuradamente.

Su sonrisa era cálida, y su presencia luminosa.

- Perdón por llegar tarde - Dijo con una voz que irradiaba simpatía.

La profesora asintió y señaló un asiento vacío junto a mí. La chica se acercó y se sentó, ofreciéndome una sonrisa amistosa.

 - Hola, Abigail - Dijo extendiéndome la mano.

 - Diana - Respondí, estrechando su mano con timidez.

Durante la clase, Abigail le mostró ser una persona abierta y extrovertida algo que me trajo instantáneamente.

Sus comentarios y preguntas animaban a la clase y pronto me di cuenta de que su presencia tenía un efecto calmante nerviosismo.

Había algo en su actitud despreocupada que me hacía sentir más tranquila, como si el peso de mi soledad empezará a desvanecerse.

Durante el recreo, Abigail me invitó a sentarme junto a ella y sus amigos, aunque al principio me sentí fuera de lugar, pronto descubrí que su grupo era acogedor y lleno de personas interesantes.

Cada conversación era una ventana de nuevas experiencias y perspectivas y por primera vez en mucho tiempo, me sentí parte de algo.

..

Con el tiempo, Abigail y yo nos hicimos inseparables. Su amistad era un bálsamo para mi alma inquieta.

Una luz en la oscuridad de mi incertidumbre, con ella las sombras de la ciudad desconocida se desvanecía un poco más cada día.

Empezamos a explorar la ciudad juntas, de descubriendo rincones ocultos y compartiendo secretos.

Un día mientras caminamos por el parque, Abigail me miró con seriedad.

-¿Te sientes mejor aquí? - Preguntó con una sinceridad que tocó mi corazón.

A sentí, sin saber cómo expresar con palabras lo mucho que su amistad significaba para mí. Ella parecía entenderlo sin necesidad de explicaciones.

- Yo también me he sentido perdida a veces - Confesó.

- Pero he aprendido que las personas que nos encontramos en el camino pueden hacer que todos valga la pena -

Sus palabras resonaron en mi interior. Me di cuenta de que aunque mi viaje aún estaba lleno de incertidumbre, ya no lo enfrentaba sola.

Amiga le había traído una nueva perspectiva a mi vida, una que estaba llena de posibilidades y esperanza.

Esa noche, mientras observaba las luces de la ciudad desde mi ventana, senté una paz que no había experimentado antes.

Las sombras aún están allí, pero ahora parecía menos amenazantes. La ciudad con todos sus misterios comenzar a sentirse un poco más como un hogar.

Sabía que aún tenía mucho por descubrir y mucho desafío por enfrentar, pero con Abigail a mi lado, sentía que podía encontrar mi camino.

La verdadera fuerza, recordé no estaba en nunca caer, sino en levantarse cada vez qué lo hacías y en tener a alguien que te ayudará a levantarte.

En esta ciudad de luces y sombras, empezaba a encontrar mi lugar, paso a paso, día a día con la luz de la amistad iluminando mi camino.

...- ¿iluminar mi camino?...

...- ¿Lo lograré?...