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Enamorar A Un Vampiro

El trabajo de un cazador

Rhett no es más que un novato, un granjero que aspiró a algo más que sembrar tomates y criar vacas. No es que no se sienta orgulloso de sus raíces, todo lo contrario, eso le ha impulsado a querer mejorar la situación pobre de su pequeña familia.

Ha reunido el coraje suficiente para alistarse en el cuerpo de cazadores de demonios, es peligroso y puede que no sea muy bueno en esto, pero siempre ha pensado que si le pone empeño a algo, entonces resultará bien.

Recuerda las palabras de Sophie, su madre, pidiéndole que se quede en casa y evite los problemas. Dijo "Allá afuera es muy peligroso, los cazadores de criaturas de la noche están siempre expuestos" y también "Nunca has usado un arma, puede ser difícil para ti".

Aún así, aquí está. Es extraño ver muchas personas de alrededor de su edad reunidas en el mismo espacio. Hay murmullos, también platicas en voz alta, él solo está de pie buscando qué hacer con su cuerpo. ¿Debería acercarse a alguien?

Cuándo le dijeron que fue aceptado debido a su joven edad, lo próximo que supo fue que los entrenamientos empezaban hoy mismo. Sin embargo, no encuentra cómo algo así se puede considerar un entrenamiento.

La chica a su lado se veía demasiado débil e indefensa, como si buscara un lugar donde esconder su pequeño cuerpo. Rhett la encontró adorable, su apariencia puede ser así y en realidad ser una gran peleadora, es algo que aprendió de las calles.

Le costó un poco, mucho, valor para hablarle. En casa no socializaba más que con los gatos de su madre, que no eran exactamente los más cariñosos con él, con facilidad podría describir su relación como de amor-odio.

Con los nervios al tope se acercó a la jovencita, pensando qué le diría para iniciar una conversación cómoda.

"Hola" dijo Rhett rascando su cuello por acto de nervios, "Luces de mi edad".

Ella lo miró con sus grandes ojos azules, feliz de que alguien intentará acercarse a ella después de un buen rato. Su voz era dulce y suave como una rosa cuando respondió "Solo los más jóvenes pasamos la prueba, es el principal requisito para entrar al cuerpo de cazadores", explicó.

Rhett lo encontró lógico, los jóvenes aprenden más rápido, se mueven mejor y tiene más resistencia, sin contar que casi no suelen enfermarse. No lo había pensado de esa forma hasta que lo mencionó ella, con un vistazo a su alrededor vió que todos eran jóvenes, no lo había notado por su creciente ansiedad de estar en un lugar desconocido para él.

"Tienes razón" Rhett hizo una pausa, no sabía su nombre. "Soy Rhett, ¿tú cómo te llamas?" preguntó esperando que ella respondiera.

"Sophie", ella entrelazó sus propias manos frente a ella.

Es un bonito nombre, pensó Rhett. Después de todo, era la primera persona que conocía desde que llegó.

En ese momento sintió algo subir por su espina dorsal, como un escalofrío repentino. Sentía una mirada trás de él, inspeccionó a todos girando la cabeza de un lugar hacia otro, no encontró a nadie.

"¿Estás bien? ¿pasa algo?" Sophie preguntó con preocupación al notar su repentino cambio de comportamiento, volteando también para buscar lo que Rhett quería atrapar.

"No, no, yo-", una voz apareció entonces, fuerte y autoritaria proveniente de algún lugar del gran espacio forrado de piedra que interrumpió su explicación "¡Así que aquí están los nuevos novatos! Es un placer darles la bienvenida al cuerpo de cazadores".

Era un hombre demasiado fuerte, sus músculos se marcaban en el uniforme, Rhett inmediatamente lo catalogó como su próximo entrenador.

Los gritos se hicieron escuchar, haciendo que el entrenador arrugara las cejas por el recibimiento.

"Paren, no están aquí para reír y festejar", tomó varios segundos para que todos guardarán silencio, Sophie seguía encogida en su lugar esperando las palabras del gran hombre.

"Han tomado una gran decisión, no pueden retractarse aunque así lo quieran. Los desertores son considerados como basura" el entrenador se paseó entre la multitud, inspeccionando de pies a cabeza con lo que tendría que trabajar los próximos años mientras hablaba, "Serán parte de la división junior. Lindo, ¿cierto?", varios asentimos cuando preguntó, temerosos de un regaño.

"Pueden ascender con el tiempo, ¿quién sabe? Con el tiempo tal vez puedan llegar a ser cazadores de primera categoría". Los cazadores de primera categoría son lo mejor de lo mejor, son prácticamente personas que han visto demasiadas criaturas de la noche de las que cualquiera querría tener en frente.

Rhett no aspiraba a ser de primera categoría, con llegar a la segunda estaba bien, incluso en la más baja, la tercera, se sentía cómodo. Su aspiración de cazador ya involucraba mucho peligro, claro que no se expondría más de lo debido.

No pudo decir lo mismo de Sophie, con un gesto emocionado al escuchar que podría llegar a ser una cazadora de primera categoría, le dijo a Rhett "Lo lograremos antes que nadie".

Selló sus labios sin darle una respuesta, no creía que fuera posible que él, un chico que toda la vida estuvo en una granja sin entrenamiento además de cuidar pollos, pudiera llegar tan lejos en poco tiempo. Tendrían que pasar demasiados años, cazar demasiadas criaturas de la noche y ser exitoso lo mayor posible.

Cuando los pusieron a elegir el arma a dominar, Rhett no dudó en elegir la lanza, le era más cómodo que cargar con una espada o apuntar con un arco.

El entrenador se acercó a él y dijo "Es un arma poderosa si la usas correctamente, la práctica es tu mejor amiga", ese hombre estuvo vigilando a sus aprendientes entre los cuales Rhett parecía al más extraviado, es por eso que su deber es guiarlo entre lo que quiere y lo que debe hacer

Rhett sostuvo el arma entre sus manos, levantándola y girando para intentar familiarizarse con ella. Tanteo con la yema de sus dedos la punta, cuidando la presión para no hacer un corte.

Y de nuevo lo sintió, la sensación de ser observado apareciendo de la nada para molestarle.

"¿Qué te parece? Una buena espada es el arma que tenía planeada desde que llegué" Sophie le mostró la hoja, la sujetaba con fuerza porque pesaba más de lo que ella estaba acostumbrada a sostener.

"Es perfecta para ti" le dijo Rhett, de alguna forma el plateado del arma de Sophie combinaba con su cabello rubio casi cenizo.

Volviendo a su mente, la sensación despareció de nuevo, como si nunca hubiera estado allí desde el principio.

Daemon es un bicho raro

Rhett tardó meses en poder aprender los movimientos con la lanza, su espalda estaba fortaleciéndose y volviéndose más gruesa, sus brazos estaban cada vez más fornidos la igual que su torso. Los cambios eran buenos, con la excepción de que todo el tiempo tenía hambre.

La calma no tardó en irse cuando algo extraño sucedió, el entrenador apareció después de unos días sin dejar instrucciones claras fuera de entrenar la defensa.

Lucía enfadado, más bien siempre lo hacía. Subió a una de las grandes rocas del área de entrenamiento en un movimiento veloz y certero, "Deben trabajar el combate real, defensa y ataque. ¿Saben cuál es la mejor forma de hacerlo?", nadie contestó, no hubo ni un murmullo como al inicio de todo.

"Ir a misiones, pero ustedes llevan apenas un año dentro de la división junior, son bebés con cuerpos de adulto". Rhett le dio la razón, se sentía más fuerte, claro, pero todavía no tenía idea de cómo usar esa fuerza a su favor.

Raksa le rodeó los hombros con su brazo, era uno de los muchos pretendientes de Sophie que terminó haciéndose cercano a ambos, ahora eran inseparables y entrenaban todo el tiempo juntos. Se había sentido celoso cuando Sophie empezó a pasar más tiempo con Raksa que con él, pero el sentimiento ha ido bajando mientras lo conoce cada vez más. Ahora no queda otra cosa más que un sentimiento de amistad y comodidad.

"Sophie me ha dicho que la división se reunirá dentro de diez días después del entrenamiento para beber algo" Raksa susurró cuidando el tono para que el entrenador no escuchará ni una solo palabra. A Rhett no le parecía demasiado divertida la idea, aunque perderse de una reunión así suponía que no volvería a haber otra en meses.

"¿Tú irás?", le preguntó a Raksa, él asintió en respuesta al ver que el entrenador se acercaba a ellos con paso firme. Rhett casi puede jurar que vio a su amigo temblar en su lugar.

"¿Dónde está la señorita Sophie?", Rhett se sorprendió por la pregunta del entrenador, ni él mismo se había dado cuenta de que Sophie se fue de su lado. Hace un momento estaba allí y al siguiente ya no.

"En el baño, señor", lo rescató Raksa. Probablemente, él sabía dónde estaba su compañera junior. Esa respuesta pareció no agradarle al gran hombre porque frunció sus cejas más de lo común.

"Cómo sea", chasqueó la lengua el entrenador, "Tomen a una pareja para entrenar".

Rhett estaba seguro de que Raksa sería su pareja, incluso se imaginó blandiendo su lanza contra él y ganando frente a la suya. Eso hubiera pasado si un extraño no lo hubiera tomado por el brazo y llevado a rastras hasta el otro lado de la zona, casi al límite de dónde podían entrenar.

Rhett parpadeó con fuerza, ¿qué pasó? ¿Sophie desapareció de la misma forma? Un loco la arrastró fuera de todos con una fuerza increíble que apenas pudo poner resistencia.

Levantó la vista buscando al culpable, se lamentó de no reconocer al sujeto. Eran demasiadas personas las que estaban dentro de la división junior y su memoria no era muy buena. Lo que sí podía decir es que era demasiado apuesto para ser real, pálido también, como un muerto viviente.

"¿Qué crees que haces?", casi grita Rhett, su sorpresa queriendo tomar las riendas de sus acciones.

"Entrena conmigo", pidió el joven desconocido, Rhett tenía que alzar la vista porque le ganaba por unos cuantos centímetros.

"No te conozco siquiera", trato de oponerse Rhett, esta situación era muy extraña para él. Quería volver con Raksa y Sophie, que probablemente ya había vuelto y estaba siendo regañada por el entrenador.

"Soy Daemon, y tú eres Rhett. Entrenemos juntos", repitió como si fuera lo más obvio del mundo y él fuera un idiota.

"¿Y si no quiero hacerlo?", Rhett no iba a dejar que este tipo se saliera con la suya tan rápido. Le pondría la situación difícil y lo haría rendirse, estos bichos raros están por todas partes.

"Puedo ayudarte con la lanza, te he estado observando, tus movimientos son muy malos", la honestidad con la que lo dijo hizo que Rhett diera dos pasos hacia atrás, ofendido. "No es cierto", respondió rápidamente Rhett.

"La lanza se sujeta así para tener mayor fuerza", Daemon se acercó, invadiendo su espacio personal, tal como lo había hecho antes, para tomar sus manos y corregir la altura en la que sujetaba su propia arma.

Su tacto era frío, helado, y provocó que un camino de electricidad subiera desde sus manos, hasta su pecho. La situación se volvía cada vez más extraña para él.

Rhett se rindió, tal vez sí necesitaba la ayuda de alguien más experto que él, alguien que pudiera darle lecciones personales, de esa forma mejoraría mucho. Resignado, se volvió hacia Daemon con la clara intención de empezar el entrenamiento.

Cada golpe que intentaba clavar en Daemon, este lo esquivaba con rapidez o lo frenaba con su propia lanza, después de cada fallo él le diría qué es lo que tenía que mejorar para asestar el ataque. Fue una tarde pesada y el cuerpo le dolía, mientras tanto, Daemon no permitió que descansará y en su lugar le dijo que debía esforzarse más.

Rhett estaba harto de fallar una y otra vez, con voz agotada soltó "¿Irás a beber con la división en la reunión que planearon?", Daemon lucía como alguien popular, atractivo, fuerte e incluso muy inteligente. Tenía curiosidad por conocerlo un poco más.

"Si tú vas, entonces tendré que ir también", la respuesta confundió a Rhett y lo expresó "¿Por qué tendrías que ir conmigo necesariamente?".

Daemon quitó su postura de pelea y se relajó en su lugar, limpiando una fina gota de sudor que caía de su frente. No se comparaba al estado de Rhett, empapado de pies a cabeza.

"No puedo decirlo porque te asustarías", su voz sonó como una advertencia diciendo: No me preguntes más o podría golpearte.

Rhett tragó duro "Tengo que irme, Sophie y Raksa están esperando por mí".

"Ah, tus amigos" Daemon soltó, no supo cómo interpretar el tono que usó.

Con un asentimiento Rhett se fue, palmeó el hombro de Daemon y se dirigió con sus compañeros. Podía sentir la mirada de Daemon seguirlo con cada paso y lo entendió. Siempre había sido él, el dueño de aquel sentimiento extraño.

Las mentiras son fuertes

La mayoría de los cazadores júniors estaban allí, con la excepción de unos cuantos que prefirieron descansar después de un día de trabajo duro.

Rhett estaba sentado entre Sophie y Raksa, moviendo sus dedos bajo la mesa recordando los movimientos para hacer girar la lanza sobre su eje. Casi lo hacía inconscientemente, le fascinó lo rápido que ha mejorado desde que entrena con Daemon, ya sea en los entrenamientos oficiales o en su tiempo libre.

No lo conoce como quisiera, pero ha hecho lo posible por tratar de sacarle algún dato de su vida. Logró que confesará que fue su padre quien lo obligó a enlistarse en la división, su relación no era muy buena y ha ido empeorando con el tiempo.

"Rhett, Rhett, escucha eso" llamó Sophie, su cola de caballo casi golpea su rostro cuando ella volteó con rapidez hacia el otro lado de la mesa.

"Daemon me lo dijo de su propia boca" decía una chica desde la lejanía, la mesa era demasiado larga para no poder escuchar correctamente. Rhett no alcanzo a entender a qué se refería.

Raksa, leyendo su mente, se reclinó para susurrarle al oído "Dijo que Daemon estaba interesado en ti". Eso lo sabía él, no entendía qué era lo sorprendente, solo eran dos personas que buscaban aprender uno del otro, de eso se trataba el estar aquí.

"¿Eso qué tiene de malo?" preguntó Rhett inocente, sin importarle las miradas de sorpresa que recibió. Incluso Daemon, que estaba a unos lugares de distancia sin defenderse de lo que hablaban, puso su mirada sobre él. Tal vez debió decirlo en voz baja.

Sophie intervino "No tiene nada de malo, el romance entre dos hombres también es...", ella hizo una pausa buscando la palabra que definiera lo que quería decir y no cometer equivocaciones "Lindo", eligió finalmente. La mesa se quedó en completo silencio.

¿Romance? ¿De qué hablan? La mente de Rhett estaba tan confundida que casi cae desmayado sobre la madera. Aksa sonrió divertido ante la cara en blanco que mostraba su amigo, él no entendía los asuntos románticos, a excepción de lo que sentía por Sophie.

"Creo que lo han confundido", intentó aclarar Rhett con firmeza, en algún punto todo se mal entendió. Imágenes de Daemon frustrado en los entrenamientos, haciéndolo sufrir más por el estrés de los rumores llegaron a su mente. "Daemon no siente ese tipo de interés por mí, solo somos compañeros de entrenamiento. ¿Cierto, Daemon?", buscó el apoyo de su compañero junior para refutar lo que decía.

Y pasó algo completamente diferente.

Con un ruido ahogado, Daemon se aclaró la garganta antes de decir palabras alguna, intentando hacer algo de tiempo. "Bueno, Rhett, en realidad sí me interesas de esa forma".

Sus compañeros entraron en vítores, después de todo, no se habían equivocado y tampoco eran chismes sin sentido. La chica que sacó el tema se levantó de su asiento, levantó su bebida y les deseó una linda relación.

A Rhett le faltó el aire de nuevo, miró a Daemon sin poder decir palabra alguna. No creía que de verdad esto estuviera pasando, sus pies casi se movieron por voluntad propia después de decidir qué hacer.

"Hablemos afuera", le dijo a Daemon aún anonadado.

Sophie lo sujetó del brazo cuando estaba por salir del lugar, con lentitud bajo su mirada para prestarle atención. Perdería el poco afecto que había alcanzado a tener de Sophie, sus oportunidades con ella estaban perdidas oficialmente. Ella le dijo con su cotidiana voz dulce "No importa lo que digan los demás, no dejes que influyan en su relación", quiso decir que la relación entre Daemon y él era de amigos, pero se quedó callado y asintió con la cabeza.

Aunque lo negará, se vería como el chico tímido que prefiere guardar sus sentimientos bajo tierra.

Daemon lo seguía por detrás con la cabeza levantada, como si fuera algo cotidiano y Rhett solo estaba exagerando. Rhett envidia su capacidad para pasar las cosas por alto.

"¿Es una broma?", le preguntó a Daemon, parados en la entrada lodosa del lugar. Como es común en el distrito de Phelios, una criatura de tercer nivel descansaba sobre el suelo frío, mirando hacia las estrellas, ajeno a ellos y sus problemas de juventud.

Para Rhett fue fácil aprender las categorías de los seres mágicos, ya que eran prácticamente las mismas que la de los cazadores.

"No es una broma ni nada parecido", Daemon lo trajo de nuevo a la tierra. No lucía enfadado por la terquedad de Rhett, sabe que es difícil para él entender sentimientos de ese tipo, a él le sucede lo mismo.

"Casi me da un infarto, no debes soltar ese tipo de cosas de la nada", regañó Rhett, tomó una de las manos de Daemon entre la suya y la hizo colocar sobre su pecho, "Mi corazón está acelerado".

Daemon abrió mucho los ojos, sorprendido de ver qué era cierto. "Late con locura", describió. Su cara lucía más rosa de lo normal, la posibilidad de que se hubiera sonrojado era muy alta y Rhett lo soltó.

"Apenas nos conocemos", murmuró Rhett, buscaba el momento en qué Daemon pudo haber desarrollado sentimientos de ese tipo.

"Sí", dijo simplemente Daemon, no encontrando el punto de decirlo.

Rhett se consideraba atractivo, cabello negro largo y ojos celestes, ¿fue eso suficiente para gustarle a un macho? Su madre sabría qué hacer y decir. A él le gustaba Sophie y salir con alguien más no estaba en sus planes, lo mejor sería evitar que esto continúe avanzando.

"Déjemos esto así, Daemon. Podemos seguir entrenando juntos y con suerte ser compañeros en el campo", ofreció Rhett como si fuera una solución de oro.

Pero Daemon no parecía convencido de ello, lo vio hacer una mueca con los labios y bajar la mirada, incómodo. "Compañeros en el campo", repitió las palabras de Rhett.

"¡Chicos!", Raksa se asomó por la puerta siendo empujado por otros más, "Vuelvan, habrá una pelea pronto para ver quién gana una cita con Sophie".

Los ojos de Raksa brillaban, era uno de los más fuertes de la división y era obvio que él ganaría la cita. Las manos de Rhett se volvieron puños ante su propia impotencia. Daemon lo notó, ya tenía sospechas del enamoramiento de Rhett con su amiga, pero creyó que no era tan importante, ahora se dio cuenta que sí.

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