Valeria miraba su reflejo en el espejo, ajustando el último detalle de su vestido de gala. La seda azul caía elegantemente, realzando su figura esbelta y su cabello oscuro estaba recogido en un moño sofisticado. Esta noche era especial; asistiría a un evento de caridad organizado por la fundación más prestigiosa de Buenos Aires. No era solo una oportunidad para mostrar sus diseños, sino también una ocasión para apoyar una causa en la que creía profundamente.

Al llegar al elegante salón de eventos, Valeria se sintió inmediatamente rodeada por el brillo de las luces y el murmullo de conversaciones animadas. Mientras se movía entre la multitud, saludando a conocidos y admiradores de su trabajo, no pudo evitar sentirse un poco fuera de lugar. A pesar de su éxito profesional, las reuniones sociales siempre le habían resultado un tanto incómodas.

Fue entonces cuando, mientras observaba una impresionante obra de arte en una de las paredes, sintió una presencia a su lado. Al girarse, se encontró con los ojos cálidos y curiosos de un hombre que parecía tan fuera de lugar como ella.

—Hermosa pieza, ¿verdad? —dijo él, rompiendo el hielo.

Valeria asintió, sintiendo una extraña familiaridad en su voz.

—Sí, es realmente impresionante. ¿Eres un amante del arte?

El hombre sonrió, y Valeria notó cómo sus ojos brillaban con un destello de humor.

—Podría decirse que sí. Pero esta noche, estoy aquí más por obligación que por placer. Mi nombre es Marcos, por cierto.

—Valeria —respondió ella, estrechando su mano.

La conversación fluyó sorprendentemente fácil entre ellos. Valeria descubrió que Marcos era un arquitecto talentoso con una pasión por los diseños innovadores y sostenibles. Mientras hablaban, se dieron cuenta de que compartían muchas ideas sobre la importancia del diseño y su impacto en la sociedad.

—Nunca había disfrutado tanto de un evento de caridad —dijo Marcos en un momento, riendo suavemente—. Creo que me has convertido en un fan de estas reuniones.

Valeria sonrió, sintiendo una cálida sensación de camaradería y algo más, algo que no había sentido en mucho tiempo.

—Tal vez podamos hacer una excepción esta noche —dijo ella—. Después de todo, no todos los días se encuentra a alguien que comparte tus pasiones.

Marcos la miró con una intensidad que hizo que su corazón se acelerara.

—Tal vez no sea tan inesperado después de todo —respondió él suavemente—. A veces, las mejores cosas en la vida llegan cuando menos las esperas.

La noche continuó, pero para Valeria y Marcos, todo lo demás se desvaneció en el fondo. En ese encuentro inesperado, encontraron una conexión que prometía ser el comienzo de algo mucho más grande y significativo.

Hola a todos espero que estén bien. está es mi primera novela espero que la disfruten tanto como yo disfrute escribiendola. Al principio no tenia planeado subirla ya que inicialmente estaba planeado como iba a quedar todo. Pero una amiga me dijo que ya que estaba escribiendola por qué no compartirla con otras personas en una aplicación de novelas. aunque al principio no quise lo pensé y hasta que por fin me decí hacerlo. aún así espero y les guste.

La música suave de un cuarteto de cuerdas llenaba el aire mientras los invitados se movían entre las mesas elegantemente decoradas. Valeria y Marcos continuaron su conversación, inmersos en un mundo propio. Cada risa y mirada compartida hacía que la conexión entre ellos se fortaleciera aún más.

Mientras caminaban por la sala, Valeria se encontró con varios colegas y amigos del mundo de la moda. Presentó a Marcos con orgullo, sorprendida por lo natural que se sentía tenerlo a su lado. Sus amigos no dejaron de notar la chispa en sus ojos y el brillo de felicidad que irradiaba.

—Valeria, querida, ¿quién es este apuesto acompañante? —preguntó Susana, una de sus mejores amigas y también diseñadora, con una sonrisa traviesa.

—Este es Marcos, un arquitecto increíble que acabo de conocer esta noche —respondió Valeria, sintiendo un ligero rubor en sus mejillas.

—Un placer conocerte, Susana —dijo Marcos, estrechando su mano con una sonrisa encantadora—. Valeria me ha hablado maravillas de ti y tus diseños.

—Oh, ¿en serio? —respondió Susana, arqueando una ceja—. Bueno, debo decir que es un placer conocer a alguien que hace brillar a nuestra Valeria de esta manera.

Valeria y Marcos rieron, y después de algunos minutos de conversación amena, se alejaron para seguir explorando la gala. Marcos, demostrando su carácter atento, le ofreció su brazo a Valeria mientras caminaban.

—Pareces muy popular aquí —dijo él, notando cómo muchas miradas se dirigían hacia ellos.

—Supongo que ser diseñadora tiene sus ventajas —respondió Valeria con una sonrisa—. Pero debo admitir que esta es una de las primeras veces que realmente disfruto de estos eventos.

—¿Y eso por qué? —preguntó Marcos, deteniéndose para mirarla a los ojos.

Valeria sintió un escalofrío recorrer su espalda ante la intensidad de su mirada.

—Porque esta vez tengo a alguien con quien compartirlo —respondió ella con sinceridad.

Antes de que Marcos pudiera responder, las luces de la sala se atenuaron y una voz anunció el comienzo de la subasta benéfica. Los invitados tomaron asiento mientras un subastador comenzó a presentar los objetos, entre los cuales se encontraban obras de arte, experiencias únicas y piezas exclusivas de moda.

Valeria y Marcos encontraron un lugar cerca del frente. Valeria no pudo evitar notar cómo Marcos seguía atento a cada detalle, como si cada objeto le revelara algo nuevo sobre el mundo.

—¿Hay algo que te interese? —preguntó Valeria en un susurro.

Marcos sonrió y señaló un cuadro impresionista que acababa de ser presentado.

—Ese cuadro. Me recuerda a un lugar donde solía ir de niño. Es increíble cómo el arte puede capturar un momento de la vida tan perfectamente.

Valeria asintió, comprendiendo exactamente lo que quería decir. Cuando el cuadro salió a subasta, Marcos levantó la mano sin dudarlo, comenzando una emocionante guerra de ofertas con otro postor. Valeria observaba con el corazón acelerado, sorprendida por la determinación de Marcos.

Finalmente, el martillo del subastador golpeó y el cuadro fue adjudicado a Marcos. La sala estalló en aplausos y Marcos sonrió, victorioso. Valeria no pudo evitar sentirse conmovida por su pasión.

—Felicidades —dijo ella cuando se sentaron de nuevo—. Realmente querías ese cuadro.

—Sí, significa mucho para mí —respondió Marcos—. Y también significa que esta noche será inolvidable.

A medida que la subasta continuaba, Valeria y Marcos se sintieron más cerca que nunca. Las chispas en la gala no eran solo por la brillante decoración y las valiosas piezas en subasta; eran también por la conexión que estaba floreciendo entre ellos, prometiendo algo profundo y duradero.

El sol de la mañana iluminaba suavemente el estudio de diseño de Valeria, un espacio amplio y lleno de luz con paredes cubiertas de bocetos y telas de colores vibrantes. Valeria se sentía especialmente inspirada esa mañana, su mente aún llena de los recuerdos de la noche anterior. Mientras trabajaba en su última colección, sus pensamientos se desviaban continuamente hacia Marcos y la conexión inesperada que habían compartido.

Un golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos. Al abrirla, se encontró con Laura, su asistente, que sostenía un enorme ramo de rosas blancas.

—Estas son para ti, Valeria —dijo Laura con una sonrisa—. No hay tarjeta, pero creo que sé quién las envió.

Valeria tomó el ramo con asombro y un leve rubor en sus mejillas. Colocó las flores en un jarrón y se sentó, permitiéndose unos momentos para disfrutar de su belleza y el aroma dulce que llenaba la habitación. Decidió que, si bien no había tarjeta, las flores debían ser de Marcos. Su corazón latía con una mezcla de emoción y curiosidad.

Más tarde esa mañana, mientras Valeria organizaba una reunión con su equipo, su teléfono vibró con un mensaje. Era de Marcos.

—Espero que las flores hayan llegado bien. Me encantaría verte otra vez. ¿Almuerzo hoy? —decía el mensaje.

Valeria sonrió y rápidamente respondió que sí. No podía esperar a ver a Marcos de nuevo y continuar la conversación que había comenzado la noche anterior.

Se encontraron en un pequeño café cerca del estudio de Valeria, un lugar acogedor con mesas de madera y una atmósfera relajada. Marcos ya estaba esperando cuando Valeria llegó, levantándose para saludarla con una sonrisa que iluminó su rostro.

—Me alegra que hayas podido venir —dijo Marcos, señalando la mesa—. ¿Cómo fue tu mañana?

—Llena de trabajo, pero las flores fueron una maravillosa distracción —respondió Valeria, sintiéndose más cómoda de lo que había esperado.

Se sentaron y comenzaron a hablar, descubriendo aún más sobre el otro. Valeria le contó a Marcos sobre su pasión por la moda y cómo había empezado su propio negocio desde cero. Marcos, a su vez, compartió historias sobre sus proyectos arquitectónicos y su amor por la creación de espacios que no solo fueran funcionales, sino también hermosos.

—Tu trabajo suena fascinante —dijo Valeria—. Siempre he pensado que la arquitectura y la moda tienen mucho en común. Ambas se tratan de crear algo que impacte y que haga sentir a las personas de una manera especial.

Marcos asintió, encantado por la perspectiva de Valeria.

—Nunca lo había pensado de esa manera, pero tienes razón. Creo que por eso me siento tan atraído por lo que haces. Es arte en su forma más pura.

El almuerzo pasó rápidamente, y antes de que se dieran cuenta, era hora de volver al trabajo. Sin embargo, ninguno de los dos quería que el momento terminara.

—Me encantaría verte de nuevo, Valeria —dijo Marcos mientras la acompañaba de regreso a su estudio—. Hay mucho más que quiero conocer de ti.

Valeria sonrió, sintiendo la sinceridad en sus palabras.

—A mí también me gustaría eso, Marcos. Me has impresionado mucho en tan poco tiempo.

Se despidieron con una promesa de reunirse pronto, y mientras Valeria entraba a su estudio, no pudo evitar sentirse emocionada por lo que el futuro podría traer. Las primeras impresiones eran importantes, y las que había tenido de Marcos eran más que positivas.

Mientras regresaba a su escritorio, Valeria no pudo evitar pensar en cómo una noche de gala había transformado su vida, presentándole a alguien que ya parecía tener un lugar especial en su corazón.