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SUEÑOS HÚMEDOS CONTIGO

Capitulo 1- Cuando la conocí

Narra Joaquín

Soy el hijo mayor del doctor Aldo Galarza, mi padre siempre fue muy benevolo con sus pacientes, entregado en cuerpo y alma a su profesión.

Desde chico tuve que saber compartir el cariño de mi padre, saber que no solo yo dependía de él. Que no siempre podía asistir a todos los eventos en la escuela o el colegio.

Mi madre era la única que estaba y siempre lo defendía y me pedía que comprenda que él me quería mucho por ser su hijo, pero su trabajo le exigía ciertos sacrificios a los cuales se ve que mi madre se supo adaptar o resignar.

Pero todo cambio cuando mi madre sufrió ese accidente junto a mi hermano más pequeño, un borracho los arrollo cuando ella lo llevaba al jardín.

Mi padre me envió a un internado y él se quedó siguiendo su trabajo, directamente ya no volvió a la casa, vivió en el hospital.

Su explicación era que no podía hacerse cargo de mi y que lo mejor era que yo pueda formar mi camino para ser un profesional el día de mañana y me pueda sostener con mi trabajo.

Pero yo sabía la verdad, era parecido a mi madre y verme le provocaba un dolor muy profundo en el pecho, le recordaba que ella ya no estaba con nosotros.

Después me escribía que gracias a su amigo Hugo y a su linda familia empezó a disiparse ese dolor que tenía por la perdida de mi madre y comprendió que con alejarme no enmendaba nada, por lo que cuando guste podía volver que me esperaba.

Pero por mi parte no podía perdonar que me alejara así, me sentí abandonado, sentía que no me quería lo suficiente y todo empeoró cuando me enteré que tomo bajo su tutela a la única hija de su amigo Hugo debido a que fallecieron en un accidente y le prometió que la cuidaría como si fuera su hija.

Cuando estuve en casa por las vacaciones la conocí, no era muy agraciada siempre estaba como si deambulara somnolienta, era de contextura delgada, cabellos largos lacios hasta la cintura, ojos grandes redondos marrón claro como dibujo de caricatura, labios finos rosados, rostro fino, sus manos eran delgadas y sus dedos largos, usaba uñas bien cortas y prolijas, lucia siempre un vestido de algodon color claro celeste con flores pequeñas y cuello alto como una niña recatada, zapatos bajos de charol en negro con hebilla, todo un angel ante los demas yo la veia como el mismo demonio en persona por sacarme el cariño de mi padre.

Mis celos crecieron al ver como mi padre le dedicaba todo su tiempo, se preocupaba en asegurarse que este cómoda a la hora de dormir, permanecia casi dos horas leyendo cuentos para ella.

"No es una bebé tiene 14 años", ofuscaba en los rincones, yo solo le llevaba tres años y no recordaba que él me leyera nada jamás.

Siempre cuidaba que no comiera nada dulce antes de dormir, le daba leche tibia y nunca le daba ninguna bebida azucarada.

Un día para hacerle la contra antes de que se vaya a dormir le di un chocolate.

-Ten Cristal. Le dije de paso sin que vea mi padre.

-¿Desde cuándo eres amable?. Me preguntó incrédula, se daba cuenta de que no me agradaba, yo no hacía mucho tampoco para ocultar mi desprecio hacia ella.

-Solo quiero ser amable. Le respondí riendo por dentro, no podía pegarle, ni cortarle su larga cabellera porque el castigo que me proporcionaría mi padre sería terrible.

Estando en mi cuarto durmiendo un fuerte ruido de que algo choco contra la mesa que había en el corredor me despertó. Me levanté apenas calzando las pantuflas y poniéndome una campera al estar fresca la noche.

"Debe ser ese gato que se volvió a meter", pensé al recordar el gato del vecino que siempre husmea en nuestra cocina.

Cuando salgo me quedé parado tieso, creí que ví un fantasma, pero al mirar bien me di cuenta que era Cristal con su piyama blanco caminando descalza en dirección al enorme ventanal que daba a la terraza en construcción, me apresure a seguirla.

-¿Qué haces levantada?. Le pregunté, pero enseguida me percaté que caminaba dormida, al pararse ante mi sin moverse y esquivarme como si siguiera un camino, estaba a punto de dar un paso más por el enorme ventanal que estaba abierto y solo el vacío estaba abajo al estar alejado diez metros del suelo del jardín trasero aún no se terminaba de hacer esa parte de la terraza. La ataje girandola hacia mi, caímos pesadamente al suelo, mis manos tocaron sus senos que los tenía redondos como dos copas pequeñas de vino al quedar sobre ella, mi pene reacciono ante el roce de su figura delgada y cálida, mi corazón latio acelerado al haber rozado sus labios con los míos por accidente, todo mi cuerpo se estremeció.

Ella me miro pestañeo varias veces como reaccionando.

-¿Qué haces?. Me pregunta.

Carraspeo nervioso incorporándome para que no note la reacción de mi cuerpo al haber tocado sus senos y besado sus labios por accidente.

-Te salvó... Te ibas a caer por ahí. Le señaló con el dedo hacia el ventanal.

Ella se tapo la boca nerviosa.

-No de nuevo. Dice entre dientes.

-¿De nuevo?. Le pregunto.

-Suelo caminar dormida cuando algo me perturba o como algo dulce... Esto es tu culpa... Me diste un chocolate. Me señala con las cejas fruncidas.

-Que culpa tengo que seas un fenómeno... Solo quise ser amable. Me escuso rápido.

-Eres un maldito. Ofusca al incorporarse y alejarse molesta.

La miro de atrás y veo su figura a través de su ropa traslúcida que no deja mucho para la imaginación y mi erección crece.

"Esto no puede ser, no me agrada, es una mocosa con cuerpo de mujer, pero no deja de ser una molestia", me digo a mi mismo reprochandome, no podía sentir atracción por alguien así.

Pero cómo podía hacer entender a mi zona baja eso, estaba altivo, firme, debía ir al baño a deshacer eso, mientras estaba parado dandome caricias a mi mismo, la imagen de Cristal y la sensacion en mis manos de la redondes de sus senos no se me iban, sentia como el calor crecia y como fluia todo orgasmo que deje en el inodoro y limpio con papel lo que se salpicó fuera de el, me doy una enjuagada, renegando contra mi mismo.

"Jamás me puede gustar esa mina"

"Es solo piel y huesos", me repetía queriendo buscarle algo malo para no sentir ningún tipo de atracción por ella.

Después de esa noche la evitaba, ya no quería cruzarla en ningún momento, pasaba mi tiempo con mis amigos o saliendo a fiestas.

Ella no salía, siempre estaba en la casa y su lugar era la biblioteca, mi padre le daba tutoría en diferentes áreas o venían otros profesores.

-Hijo. Me llamo mi padre.

-Si. Le respondí sin ganas.

-Entiendo que no te agrade Cristal... Qué sientas celos porque me dedico a ella... Pero debes saber que nunca nadie te reemplazará... Tu eres mi hijo... Te quiero mucho... Pero debes entender que ella perdió a sus padres y desde entonces sufre de trastornos del sueño... Solía tener terrores nocturnos al revivir el accidente que sufrió junto a sus padres... Después se levantaba dormida a caminar... Por eso implemente una dieta especial para ella... Una rutina que la relaja antes de dormir y no tenga esos padecimientos. Me cuenta mi padre.

-¿Por qué me cuentas eso?. Le pregunto desganado

-Para que comprendas que mi cuidado hacia ella no es por favoritismos... Es para curar lo que padece. Me explica.

-Esta bien. Le respondí retirandome a mi cuarto.

Al terminar la semana regrese al internado aliviado de no tener que tratar con Cristal.

Mi padre me escribio contándome que Cristal mejoro y la envío a un internado para que reciba una mejor orientación en la carrera que desee seguir para su futuro.

*CINCO AÑOS MAS TARDE

Pasaron los años, por fin me recibo de mi carrera y mi padre viene a la celebración, eso me alegro, lo único que no me gustaba la idea era que venia acompañado de Cristal.

Mi padre como nunca estuvo en primera fila y fue él el que me dió en mano mi certificado de conclusión de curso, nos tomamos una foto, fue muy conmovedor.

-¿Y Cristal?. Le pregunté, no me agradaba su presencia, pero no podía ser descortés tampoco.

-Ella estará en el banquete... Se atrasó su vuelo. Me explico.

La fiesta se realizó en un salón del campus, mi padre se sentó en la mesa junto a otros padres, por mi parte me acomode con mis compañeros y amigos en la mesa que teníamos asignado.

Se ve que Cristal no quería verme y solo uso de escusa lo del vuelo para no presentarse no la vi en la fiesta.

Cuando todos estaban bailando y mi pareja estaba muy pasada de copas por lo que sus padres se la llevaron me quedé solo en la mesa bebiendo mi trago. Levanté la mirada encontrándome en la entrada con una joven muy hermosa de cabellos castaños rojos recogido,un vestido al cuerpo celeste con un tajo en la pierna. No le ví casi el rostro al estar mirando su celular como buscando a alguien.

Me incorpore como resorte y me le aproxime.

-Bailas. La invite, retiro su celular del rostro y su belleza era incomparable, tenía todo cuerpo y rostro, parecía que los angeles tocaron campanas en ese instante.

-Eso si... No tienes pareja. Le dije enseguida.

-No tengo. Me respondió y extendió su mano hacia mi.

Me sentía el hombre mas dichoso del planeta, mis amigos me hacian con él pulgar hacia arriba por estar bailando con ella.

-¿Qué estudias?. Le pregunté.

-No soy de aquí. Me respondió.

-Eres invitada de algún graduado. Le dije.

-Si. Me respondió, no era de muchas palabras, y eso me fascina, no me agradaban las chicas que hablaban como loro, ni las que se reían peor que hiena.

-¿De qué se recibió?... En una de esas lo conozco. Le consulte.

-Pues ...

-Cristal... Al fin pudiste llegar. Escucho que dice mi padre y senti como si de verdad escuchará que se rompía mi ilusión en ese instante.

La patito feo se convirtió en cisne que ni la reconocí.

-Si... Fue difícil... Y Joa. Le pregunto.

Ella tampoco me conoció.

-Es con el que bailas. Le dijo y se soltó de mi como si tocarme le quemara.

-Ah... Cambiaste... Y adquiriste maza corporal... Ya no pareces un fideo mojado. Me dijo con una voz dulce pero que larga veneno en mi contra.

-Y tu ya no pareces un cachalote. Le respondí.

-Nunca fui gorda. Me dijo.

-Me refiero en época de escasez que quedan delgados con la piel flácida y arrugada. Le aclaró sacándole la lengua.

-Chicos por favor... No inicien... Se supone que ya son grandes... Sentemonos juntos. Nos dice mi padre.

La veo que se prende del brazo de mi padre y al alejarse pude apreciar su trasero, que lo tiene bien redondo como para rebotar en el.

"Qué estoy pensando, es mi nemesis", me cacheteo.

Nos sentamos y mi padre se retiró a atender una llamada.

-¿Cómo estuvo la celebración?. Me pregunta Cristal queriendo sonar amable.

-Muy bien... Hasta que llegaste. Le dije sin poder aguantar las ganas de decirle algo que la lastime.

-Al parecer te aburriás... Corriste a sacarme a bailar. Me respondió.

-Eso porque no te reconocí... Había sido que el maquillaje tapa tu cara de ogro. Le digo.

-Se ve que el traje le hace ver bien a cualquiera... Hasta a ti... Y eso es decir mucho. Me respondió con su voz suave.

-Hablas como niña bien educada pero tienes la lengua venenosa como víbora. Le digo apretando la mandíbula.

-Aprendi del mejor. Me dijo señalando en mi dirección.

-No apuntes hacia mi tus dedos de escarba dientes. Le digo pegándole en la mano.

-Vaya como no puedes retrucar acudes a la violencia física... Algunos se ve que no maduran aunque sean viejos. Me dice cruzando sus piernas ante mi revelando su piel tersa.

-Tu eres una mocosa en pañales. Le digo molesto.

-Eso no opinan tus amigos que se les cae la baba. Me dice señalando en dirección de donde mis amigos miran hacia nosotros.

-Espera que te escuchen hablar... Ese vocabulario de camionero que adquiriste en la escuela de dice que señoritas... Saldrán corriendo. Le digo con los dientes apretados.

-¿Quieres apostar?... Me junto con chicas de más edad en la clase de canto... Y me han instruido... Así que dices... ¿Apuestas?. Me instiga con la mirada cuyos ojos están abanicados por sus pestañas pobladas y no puedo desviar la mirada.

-Sos una cobarde... No lo harás. Le aseguro.

-Ok... Te lo pierdes... Podías pedir lo que quisieras... Pero veo que el cobarde eres tu. Me dice.

-Ok... Si gano... Qué es seguro... No me hablaras en todo el tiempo que estés... Y harás lo que yo diga. Le digo.

-Y si gano... Me darás tu cuarto. Me dice.

-Mi cuarto... ¿Por qué quieres mi cuarto?. Le digo.

-Es el más grande... Tiene una cama amplia y podré jugar con mi novio en ella. Me dice con una sonrisa de lado.

-En primer lugar... Papá no té dejará llevar ningún novio... Y en segundo... No lo tienes. Le digo riendo de manera socarrona.

Ella suspira sonriendo sin quitarme la mirada llevando su dedo en su boca, se que está jugando el juego de la seducción, puedo notar que le echo el ojo a alguien por su manera de mirar y solo disimula al mirarme, jamás me miraría así a mí.

Joaquín Galarza

Capitulo 2- Última reunión familiar

Narra Cristal

Soy Cristal vivía muy feliz en una familia tradicional, era la única hija, solo éramos tres de mis abuelos nunca supe nada, según me dijeron mis padres no los tenía. Un día salimos todos en el auto, nos dirigimos a la cabaña donde pasábamos siempre las vacaciones alejado de toda tecnología como decía mi padre, para conectarnos como familia, ellos por sus respectivos trabajos nunca despegaban sus ojos de las pantallas. Pero respetaban la tradición de pasar momentos cálidos y crear lindos recuerdos en familia.

Nunca imaginé que sería la última reunión familiar que tendría, me fui de mala gana, mis amigas hacían fiestas de quince y me perdería dos de ellas por ese viaje familiar.

Mi padre ponía lo mejor de si tratando de pasarme sus conocimientos en pesca, me acuerdo con tristeza que me pase quejando, que ya no me gustaba eso de llenarme de barro y mojarme.

Mi madre me trató de enseñar a cocinar su famoso pan casero, así para las fiestas yo sería la que le ayudaría hacer el festín.

-¿Para qué?... Compremos hecho. Dije refunfuñando.

Ella sonrió negando y con su voz calma me dijo.

-No hay como hacer algo por uno mismo.

Mi padre cocinó el pescado que saco, lo hizo a la parrilla y lo condimento muy bien. La verdad no le tenía fe, pero le salió muy rico.

Íbamos a estar una semana, pero como yo estaba con la cara por el suelo, y que nada me animaba, decidieron regresar antes así asistía al quince de mi amiga.

Cuando me lo dijeron recuerdo que salte del sillón donde estaba tirada leyendo un libro muy aburrido, grite de jubiló y les di un beso intenso a cada uno.

Solo pasamos un fin de semana en familia.

Cuando mi padre salió a la carretera se veía que el tiempo se empezó a oscurecer.

-¿Crees que va a llover?. Consulto mi madre preocupada.

-No... No está pronosticado. Le aseguro mi padre y aceleró a fondo el vehículo. Él dijo eso solo para que mi madre no se preocupara ella le tenía miedo a la tormenta.

Estando a mitad de camino fue como pasar a otra dimensión. De un lado llovía torrencialmente y del otro no.

-No se ve el camino... Pararemos al costado hasta que pase. Anuncio mi padre al ver la cara de mi madre que se aferraba con las uñas al asiento.

-Si. Respondió ella apenas cerrando los ojos, no se porque le tenía tanto miedo a la lluvia, era solo agua.

No habrá pasado ni cinco minutos cuando sentimos que el auto solo se empezó a deslizar, caía tanta agua que inundó los costados haciendo que la tierra se deslice, se produjo un alud de barro y en ella nos arrastró a nosotros.

El terror se apoderó de todos. Mi padre al no poder manejar el auto ordeno que salgamos y nos tiremos antes de caer por el barranco.

Gritábamos desaforados, salimos del auto, caímos en el barro, vi impotente como mis padres eran arrastrados y yo quede agarrada a un árbol que por milagro no fue llevado.

Lloraba de manera desconsolada sin saber que hacer, cuando todo paro gritaba casi sin voz pidiendo ayuda, llamando a mis padres por si se salvaron como yo. No recibí respuestas, no sabía que hacer, no veía nada por dónde salir, cuando me calme un poco descendí del árbol y subí hasta llegar a la carretera, estaba muy cansada, mojada, llena de barro, paro un auto que pasaba justo. Me hablaron lo que bajaron del mismo, no entiendo nada, estaba en shock. Me desplomé ante ellos.

Cuando desperté según me dijeron había pasado dos semanas, me cure de dos costillas fracturadas, de un hombro esguinzado.

Quedé bajo la tutela del doctor Galarza, él fue muy paciente conmigo. Sufría de terrores nocturnos, me pasaba gritando que me moría, o describiendo la escena del accidente como si estuviera viviendo nuevamente el mismo.

Él me apretaba contra su cuerpo, me cantaba o contaba una historia y escuchar su voz me calmaba. Varias noches dormi en su regazo.

Cuando parecía que estaba bien me dejaba acostada en la cama, pero me levantaba a caminar dormida, siempre me paraba al borde de la ventana a llamar a mis padres. Yo no recuerdo, pero él me contaba, después puso sensores de movimiento en la entrada, para enterarse si salía de la casa.

Cómo casi no dormía, estaba todo el día agotada, el doctor me instaba a comer, me ponía horarios y me daba cosas saludables, según había estudiado para curar mi sonambulismo y los trastornos nocturnos, al crear un ambiente tranquilo de confianza y una alimentación sana, eso se curaba, él acudió a esos métodos para no darme medicamentos siendo tan joven y a la vez no quería llevarme en un centro de salud, sabía que ahí no me curarían dejándome a la suerte. Y sobre todo porque consideraba que se lo debía a mis padres por haberlo ayudado en su momento oscuro, donde él estaba sumergido en el dolor y no encontraba salida.

Con el tiempo mejoré, seguía sus reglas al estar muy agradecida por su ayuda. Estudiaba en casa, me costaba salir, sentía que todo a mi alrededor se encogía asfixiandome.

-Ya verás que con el tiempo vas a volver a estar mejor. Me animaba siempre.

Un día conocí a su hijo del que siempre me hablaba, era muy atractivo, pero su personalidad dejaba mucho que desear.

Siempre me buscaba ofender con alguna frase que despreciaba mi figura, o mi aspecto o mi manera de hablar.

No perdía oportunidad en tirarme agravios.

El señor Galarza me pedía que lo entienda, me decía que Joa estaba celoso de mi.

-¿Por qué?. Le preguntaba incrédula.

-Es que paso mucho tiempo contigo. Me dijo el señor Galarza.

Por lo que decidí esforzarme en mejorar y no depender tanto del señor Galarza para que Joa no sienta que acaparaba a su padre.

Una noche Joa me regaló un chocolate, eso me agrado creí que por fin entendía que no era mi culpa por lo que estaba pasando.

Al señor Galarza le dije que le dé las buenas noches a Joa, que no se preocupe por mi.

-Estas segura Cristal... No me molesta leer para que te duermas... Al menos una historia. Me dijo.

-De acuerdo... Pero no sé olvide de Joa... No quiero que me odie por tenerlo conmigo siempre. Le respondí.

Me hice la que me dormí enseguida para que el señor Galarza vaya a estar con su hijo, cuando salió del cuarto aproveche a comer la pelotita de chocolate y me dormí.

No sé cuánto paso cuando siento que se caen sobre mi y al abrir los ojos, veo a Joa sobre mi pecho con sus manos posadas en mis senos y siento algo duro golpeando mi abdomen.

Al reclamarle que hacía me señaló que me salvó de que me caiga por el gran ventanal.

Había caminado dormida, ahí caí en cuentas lo que había pasado, me enojé con él. Me incorpore escapando de ante él, la verdad me asusto un poco sentir sus partes duras contra mi cuerpo. Eso hizo que me estremezca, no se lo que le grite ofuscada, pero fue mi manera de poner un escudo para que no descubra la atracción que sentía por él.

"No me puede gustar, es un cretino", me decía.

Me costó conciliar el sueño, reviviendo su rostro tan próximo al mío, sus ojos mirándome fijo, sus manos acunando en su palma mis gemelas que se me desarrollaron muy pronto y por lo que los sostenes me apretan y como sentí sobre mi abdomen la dureza de su masculinidad.

Tenía curiosidad de como se veía, jamás ví uno, salvó los que nos mostraban en dibujos en los libros, pero no uno en vivo y en directo.

Con mis amigas habíamos pactado que cuando nos recibamos conoceríamos ese órgano que tanta curiosidad nos provocaba y perderíamos la virginidad ese mismo día de la recepción.

Gla que era la más osada de todas nos enseñaba como deberíamos actuar en pleno acto, nos reímos todas con la zanahoria en la mano imaginando que era un órgano masculino, nos decía como debíamos comerlo como helado, que era lo que le gustaba a los hombres, según ella leyó de una revista de su hermana mayor, como debíamos hacer un juego previo para que no sea tan molesto la primera vez o no era necesario, porque cuando se le hacía el trabajo del helado los chicos largaban su escencia y ya quedaba como fideo mojado y asi no servía mas después.

Recordaba mordiéndome los labios, pero con Joa eso ni pensarlo, era un clavo en el c*l*.

Por suerte después no se me cruzaba en el camino, y podía desarrollar mis actividades tranquila.

Supere mis problemas para dormir y el señor Galarza me inscribió en un internado para señoritas. Me alegro poder salir y relacionarme con mis pares.

Hice amigas, me desarrollé más y mis curvas sacaba más de un suspiro, hasta las chicas querían conmigo, probé un poco, pero me sigue gustando el pepino, aunque aprendí a besar de todas las maneras.

Pasaron cinco años y en mis sueños húmedos estaba Joa, maldición que no me lo sacaba de la cabeza.

Cuando recibí la invitación de la graduación de él en su carrera se me alborotaron las hormonas. Estaba hermosa, desarrollada, ya no era esa niña de hace unos años, ahora era una mujer y tenia la edad para que me tome en serio y no me vea como una niña.

Cuando llegue del aeropuerto me arregle, el cansancio no lo sentí, tenía la energía de verlo nuevamente.

Pero había olvidado lo pedante que era, volvía a tratarme mal como si le hiciera algo malo.

Y no me dejaría pisotear, había aprendido mucho para dejarme intimidar por él.

Por eso cuando dijo que no le provocaría nada a sus amigos y que solo correrían al escucharme hablar, sonreí a mis adentros, no hablaría, le haría algo que hasta a ellos los dejaría callados.

Le aposté a que no sería así y una apuesta es una apuesta.

Estábamos discutiendo los términos cuando apareció el señor Galarza.

-Joa puedes llevar a Cristal a la casa... Surgió una emergencia. Le dijo, nos dió un beso y se fue.

-Esto no puede ser verdad... No tengo tiempo de ser niñero. Ofusco molesto

-No necesito que me cuides. Le aseguré.

-Te dejaré en la casa... Pero tengo otro compromiso. Me dijo serio.

-¿Tienes una colonoscopia?. Le pregunté.

-Ja...Ja ... ¿Qué graciosa?. Me dice cerrando el puño.

-Tienes cara de disfrutar esas exploraciones. Le aseguro.

-Y tú de tomar la sopa. Me dice.

-No te voy a negar que he recibido propuestas... A diferencia de ti... De los dos lados me llaman. Le aseguro.

-Para tu información... Las chicas caen a mis pies. Me dice golpeando la mesa.

-Sera por tu olor a pata. Le respondí.

En eso sonó mi celular y me llegó un audio del chico que está loco por mi. Aunque no le he hecho mucho caso ante Joa a propósito escucho el mensaje.

#Cuentame que ropa interior llevas. Decía el audio.

-Que iluso, no traigo ninguna. Murmuró a propósito solo para ver la cara del otro.

-Con razón el olor a bacalao. Dijo el muy idiota.

-Llevame... Tendré una video llamada con mi novio. Le digo.

-¿A caso es un ciego que no te ve como eres?. Me pregunta como para ofenderme.

-Por eso toca... Y vaya que manos suaves tiene. Le respondo mordiéndome los labios.

Él se para molesto y veo que se le aproximan los amigos.

-¿Dónde vas Joa?. Le preguntan.

-Debo llevar a la nenita a dormir... Antes que se le pase la hora. Le dice.

-He sido una niña mala... Y necesito que me azoten duro. Le digo palmeandome la nalga y le guiño un ojo.

-Yo. Gritaron en coro los tres que estaban ante mi.

-Mantenganse lejos... Les puede contagiar algo feo. Le dice Joa empujándolos.

-A quien le gustaría ser mi doctor... Tendré que sacarme todo para que me revise. Le digo y veo que Joa me fulmina con la mirada.

-Me recibí salto uno... Soy doctor.

-No tienes matrícula. Le dice Joa.

En eso mi celular sonó y atendí era mi amiga.

#Si amor. le respondo como siempre.

#Luis me dejó. Llora del otro lado.

#Oh cariño... No amor... Llegó a casa y hacemos una videollamada. Le aclaró y cortó.

-Llévame. Le digo a Joa que sigue hablando con sus amigos.

-Nos vemos... Nos reunimos ahí. Concluyó Joa.

En el auto no me dirigió la palabra, veía que se mordía las uñas.

Cuando llegamos a la casa me guía a mi viejo cuarto.

-No debes mostrarte desnuda en videollamada... Ni mandar fotos... Hay muchos hackers que pueden usar tu imagen para las páginas pornos. Me dice serio.

-Por eso lo hago en persona. Le respondo y veo que suspira pesado fregando su cabeza.

Se marcho y aproveché a sentarme en la cama para hablar con mi amiga que necesitaba de mi consuelo, de paso puse música, como tenía la casa para mí sola la recorrí bailando, me quite el vestido, quedando solo en pantis, solté mi cabello tapando mis senos, no me gusta usar sostén, me incomodan, busque una remera y me la puse.

En la cocina saque un pepino y se lo enseñe a mi amiga con la que tenía la videollamada y ella reía porque sabía que significaba, me lo metí en la boca de una manera sensual y lo mordí haciendo un sonido de gemidos.

Con mis payasadas logré que ella deje de llorar y se le pase.

*Cristal

Capitulo 3- Trastorno nocturno

Narra Joaquín

Cristal había logrado hacer que mis amigos sufran una erección con sus locos comentarios e insinuaciones que hacía.

-Eres celoso por tu hermanita. Me preguntó Daniel.

-No es mi hermana. Le dije serio.

-Bien... Pero tú padre la crío... Así que viene hacer como tú hermana. Me dijo Roberto.

-Olvídense de ella... Busquen otra para sus fantasías. Les dije serio.

-Ya capte ... Te atrae. Me dice Pablo codeandome.

-No digas tonterías... Es una mocosa insoportable. Le respondí.

-Entonces ¿por qué no podemos probar suerte con ella?. Me pregunta Daniel

-Les hago un favor. Les digo serio.

-Ok... Pero nos vemos está noche. Me dicen cuando ven que se aproxima Cristal.

La lleve a la casa y no podía dejar de pensar que tendría la videollamada con su noviecito que tiene voz de pito, nada masculino, imagino que es uno lleno de hormonas listo para tirarse de cabeza a la primer señal de ella.

Por lo que le aconseje que no se exponga y como siempre no puede dejar de responder insinuando que lo hace en persona. Me molesto, fue como un trago amargo, imaginar que otro la toca.

Estaba con mis amigos bebiendo para festejar nuestra graduación, pero no podía dejar de pensar que hacía Cristal.

Por eso active en mi teléfono el programa de las camaras que instalamos en la casa para seguridad.

La ví bailar, sonreí por los locos movimientos que hacía, hasta que sus movimientos fueron mas sensuales con un pepino en la mano, y me recorrió un escalofrío cuando le ví como lo metió en su boca y como lo mordió haciendo un gemido.

-¿Qué miras?... A caso te llegó esos de broma. Dijo Roberto que estaba próximo a mi y escucho el gemido, tape rápido mi celular.

-Debo irme. Les aviso nervioso.

-No te irás hasta no brindar. Me dijo Pablo pasandome un vaso enorme de un trago.

"FONDO... FONDO... FONDO"

En coro cantan y lo bebo completo.

"uuuuu... Bien"

Gritan golpeando la mesa.

-Nos vemos. Me despido y salgo sintiendo que el mundo giraba a mi alrededor.

Cuando llegue a la casa estaba todo apagado, se ve que Cristal se fue a dormir, por lo que me dirigí a mi cuarto, me quite la corbata que sentía que me ahorcaba, la camisa con la que luche no queria salir y los pantalones que se me atoraron en los pies, me caí contra la cómoda, le hice silencio, como si me escuchará.

"Ssshhh"

"Es un mueble"

"No entiende", Me dije.

Me quite hasta los boxer al gustarme dormir desnudo y me acosté a dormir, suspiré hondo soñando con Cristal que bailaba ante mi. Las luces brillaban a su alrededor, su cabello saltaba sobre su figura.

La tome de la cintura atrayendola hacia mi, su aroma a jazmín inundaba mis sentidos olfativos, la abrazo con fuerza queriendo que ese momento no pase.

-Hey... ¿Qué haces?. Escucho la voz de Cristal y al abrir los ojos la veo ante mi, la estoy abrazando estamos de perfil acostados.

-Duerme. Le digo.

-Tienes algo que me lastimo la pierna. Me dice y manda su mano sosteniendo mi miembro y se retira nerviosa.

-¿No era que ya tuviste?. Le digo parandome ante ella y me tira un almohadazo.

-Cubrete... Desvergonzado. Grita nerviosa.

-¿Por qué?... Estoy en mi cuarto. Le digo.

-ES MI CUARTO. Me señala alrededor.

-Ha... Ok. Le respondo y salgo como si nada de ahi. Me voy riendo a mis adentros, ella jamás estuvo con nadie, su reacción fue muy obvia.

Me acuesto sonriendo, pero después se me pasa, ella me sostuvo de ahí, su mano fina y suave me tocó, suspiré sacudiendo esa sensación.

No sé cuánto paso cuando escucho un ruido afuera.

"No es cierto", ofusco, me visto y salgo adivinando de que se trataba y era ella caminando.

-Ve a dormir. Le digo atajandola del brazo.

-Me duele. Se gira frotándose los senos.

-¿Cómo? Le pregunto sin ganas y me toma las manos guiandome a sus senos.

-Aquí. Me dice al posar mis manos en el costado de su seno derecho y en el interno del izquierdo

-Abras chocado la puerta. Le digo.

-Cúrame. Me pide, trago grueso suspirando y me suelto nervioso.

Ella se pone a sollozar.

-Está bien... No llores... Vamos a tu cuarto. Le digo guiándole, la senté en la cama y me senté ante ella friccionado donde le dolía.

-Así está bien. Le digo incómodo al sentir que mi hombría crecía por ese acto.

La miro a los ojos y los veo cristalizados con el iris expandido y asiente.

-Gracias. Me dice.

-Cuando gustes. Le digo suspirando nervioso y antes de retirarme me estiró besándome de una manera que me hizo corto circuito en mí haciendo que llegue en mis pantalones como un estúpido adolescente.

Me soltó y se acostó.

"¿Qué?", estallo en mi cabeza

Me incorporé saliendo de ahí como tiro, eso no estaba pasando.

Los labios me latían, me acosté cubriéndome hasta la cabeza, esto no estaba bien, estaba jugando con fuego y de seguro mañana no se va a acordar.

De repente escucho como si gritara y salgo a ver qué le pasaba, estaba teniendo un episodio de trastorno de sueño.

Por lo que le llamo a mi padre nervioso.

#Cristal grita entre sueños. Le aviso.

#Alzala entre tus brazos. Me aconseja.

#No puedo hacer eso. Le digo

#No puedo yo... Estás tú... Si no lo haces puede lastimarse. Me dice preocupado.

#Ok. Le digo

#Sostenela entre tus brazos sobre tu regazo... Así se sentirá segura. Me indica por lo que me siento en la cama y con dificultad la alzó, es una gran luchadora.

"VOY A MORIR", grita, pataleando y la aferro a mi cuerpo

-No vas a morir. Le digo atajando sus brazos y sus piernas, nunca pensé que fuera larga, la veo más baja que yo.

"ME DEJO" Solloza.

-¿Quién?, le pregunto y se acurruca en mis brazos. Observo sus labios tan cerca de los míos, que son tentadores, suspiro hondo diciéndome.

"No"

"No lo pienses"

"Podemos culpar al alcohol"

"Ella culpa al sonambulismo"

No termino de pensar en ello que siento que ella me abraza y me deslizó suave en la cama para bajarla de mí, pero su agarre es fuerte, la tengo arriba mío, soñé más una vez que este así sobre mí, pero no de esta manera, sino de otra más lujuriosa.

Nos dormimos juntos, el cansancio me gano y me despierto en automático a las seis que siempre me levanto a esa hora para ir a trabajar, me despegó de ella dejándola bien tapada.

Su aroma lo tengo impregnado, me quedo la curiosidad de saber con que soñaba, porque decía que se iba a morir y quien la dejo.

Ingreso a darme una ducha y escucho que ingresan al baño, no puede ser cierto, espió por la cortina y la veo que está parada atajada por el fregadero, se lava los dientes, se peina, se quita la remera y se mira los senos en el espejo, tiene una marca al costado donde dijo que le dolía, abre el botiquín y se pone una crema. Luego se pone la remera y sale.

"Esta mujer me va a volver loco, no puedo seguir así"

Terminó de bañarme me voy a cambiar al estar listo, salgo viéndola sentada con su computadora en el regazo, por lo visto tiene un examen, marca las respuestas, en una quedo mirando más de treinta segundos torciendo su cabello y luego lo marca, me paro atrás de ella al no aguantar mi curiosidad.

-Es la C. Le digo.

-SSH. Me dice con un gesto con la mano seria.

-Si quieres aprobar marca la C en todo... Es mi regla. Le digo y me lanza un almohadón para que me calle.

-¿Ya te vas?. Me pregunta fastidiada.

-¿Por qué?. Le pregunto.

-Quiero hacer una orgía y tú molestas. Me responde

-Aja... Y ¿Con quién?... Piensas sacar a todos los tubérculos de la heladera. Le pregunto.

Ella no responde esta concentrada en lo que hace, luego suspira y cierra su laptop mirándome sería.

-Me gusta el pepino. Me dice y sonrió al mirarla.

-Anoche te asustaste al verme desnudo... Para mí eres de mucho hablar y poco accionar. Le aseguro burlón.

-Se ve que me asusto no verlo... No tenía una lupa a mano. Me respondió, apreté los dientes a punto de retrucarle cuando llegó mi padre.

-Por lo que veo no se mataron... Y pudiste calmarla. Me dice ni bien nos ve.

-¿De qué habla?. Le pregunta Cristal a mi padre.

-Anoche tuviste un episodio de terror nocturno y Joa te calmo. Le dijo y veo que ella parpadea nerviosa varias veces.

-¿Hay algo que te preocupa?. Le pregunto mi padre.

-Lamento ocasionar ese problema... Gracias Joa... No me di cuenta. Me dice Cristal con pena.

-No hay de que. Le respondo.

-Pues... Tenía un examen hoy... Me aviso mi amiga anoche... No había aprobado y solo podía recuperarlo nuevamente hoy. Cuenta nerviosa apretando sus manos.

-Así que eso te preocupo y te desencadenó eso ... Por las dudas comiste dulces antes de dormir. Le pregunto mi padre.

-No... Solo comí pepino. Le respondió ella tranquila.

"Más bien lo succionó", pensé.

-En frasco o natural. Le consulta.

-Natural. Le respondió.

-Bueno... Voy a ducharme y descansar. Anuncio mi padre despidiéndose.

Quedamos los dos parados y ella se mordió los labios antes de hablarme.

-De verdad gracias... Por tomarte las molestias conmigo. Me dice.

-Esta bien. Le respondo y salgo de ahí antes de tentarme, a querer besarla, al provocarme ver como se muerde los labios.

En la oficina trate de concentrarme a hacer lo que me solicitaban, quiero ganarme el puesto en esta firma, a los nuevos como nosotros nos incentivan a que presentemos nuestras propuestas y el mejor gana. Es una locura, mi padre es doctor pero en cambio me tire para el lado del marketing y publicidad.

En cambio solo ocupa mi cabeza Cristal, con sus movimientos y sus gestos que me están volviendo loco.

-Buenas... Buenas. Aparece Pablo palmeando el escritorio.

-Hey...Sobre viviste. Le digo burlándome.

-Hay una en recepción que está tan buena como chuparse los dedos al comer pollo con las manos (Comenta chupándose los dedos al insinuar que está muy buena)... La invite a salir... Tan solo que tiene una amiga y no quiere ir sola... Así que me haces el aguante. Me dice.

-Estas loco... Ni pensarlo... Al menos conoces a la amiga... No quisiera tener que atender al bacalao mientras tú te la tiras a la bonita. Le respondo.

-No debes hacer nada... Solo está vez... Ustedes siempre salen con chicas... Yo nunca tuve la oportunidad... No soy el más bonitos de los cuatro. Suspira Pablo agachando la cabeza, él es colorado con pecas y ojos claros, delgado alto, rio por dentro las veces que nos burlamos de él y lo tratamos de cabello de zanahoria.

-De acuerdo... Solo un momento... Después finjo que tengo una llamada. Le digo y sonríe ampliamente.

-En el bar de siempre a las siete de la noche. Me indica alejandose.

En una de esas la otra no está tan mal y me pueda sacar a Cristal de la cabeza.

"No es que me vaya a casar ni nada", pienso.

Terminó la jornada y me dirijo al bar donde nos íbamos a ver con mi amigo al ingresar él me hace señas con la mano, está sentado a lado de una chica de cabellos negros ondulados y pecas en su nariz de ojos claros, al verla comprendo porque la eligió, ella tiene marcas como él en la cara, y al frente una chica delgada alta rubia, nada mal al decir verdad, veo que sonríe nerviosa al verme, no me cansa provocar infartos a las chicas por mi apariencia.

-El es mi amigo Joa. (Me presenta Pablo). Ella es Britani de la que hable y ella es su amiga Lety. Me presenta.

-Un gusto. Le digo con una sonrisa de galán de cine.

-Que hermosos dientes.( Suspira la chica)... Quiero decir un gusto y se ríe con una sonrisa chiyona que no me gusta.

Pablo adivina mi expresión y me hace señas con la mano de solo cinco minutos, por lo que me siento a su lado.

Estábamos charlando y bebiendo mientras contaba los minutos para irme de ahí cuando escuchamos que ingresan un grupo de chicas canturreando muy alegres.

"APROBAMOS... FESTEJEMOS... HASTA QUEDAR DADAS VUELTAS COMO MEDIAS"

"UUUUU... LA NOCHE ES JOVEN"

Y al observar entre todas ellas no puedo creerlo está Cristal luciendo un vestido corto en un tono azul que en cada salto revela sus glúteos, sus senos a punto de saltar del vestido al ajustarle en la parte de arriba y su cabello suelto.

Van derecho a la barra ella se acuesta sobre el mostrador a hablarle al barman pidiendo unos tragos.

"No puede bebér es menor", ofusco por dentro.

#Ya no es una niña. Me envía un mensaje Pablo y lo miro, se dió cuenta hacia donde tenía mi atención.

Trataba de mantener una charla amena, pero no podía concentrarme al ver como Cristal bailaba meneando su trasero con su trago en la mano de multicolor y sorbete canturreando.

"APROBE... SI, SI"

Y en una de esas se me cayó la mandíbula una de las chicas le dió un beso de lengua pasándole la aceituna que tenía en la boca y todas las festejaban y ella no mostró incomodidad.

-Susan solo debías pasarme una. Le dijo riendo.

-No me dijiste como. Le respondió la otra riendo.

-Pongale condón a sus consoladores. Le dijeron las otras y todas reían.

-Chiquita... Solo dame cinco minutos y ya no querrás una chica. Apareció ante ellas un musculoso dirigiéndose a Cristal.

Eso ya no pude soportar y me levanté.

-JOA... Me llamo Pablo pero no escuché.

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