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La Cazadora Del Nuevo Mundo

El día que morí

¿Como termine en esta situación?.

Me pregunte al ver que todo habia tomado un rumbo extraño.

Pense que todo estaba bien.

El cielo azul estaba despejado el dia de hoy, no habia signo ni siquiera que hubiera una nube, dejando al sol hacer de las suyas en este dia.

En este momento estaria en mi casa dentro de mi territorio tomando una taza de té con un pastelillo de limon con fresas, el mejor postre que el chef de mi finca hacia.

Tal vez leyendo un libro, el libro que leia sobre los tipos de monstruos de las montañas que tenia bajo mi cuidado.

"..."

Ahora que lo pienso, siempre me dedique a leer para que nada saliera mal, leer, entrenar y despues ir a subyugar a los monstruos para que ellos no pasaran ese rio hacia los pueblos cercanos e hicieran un desastre.

Desde que habia tomado el titulo como la marquesa siempre habia pensado en hacerlo bien para que nadie me reclamara.

Para poder mostrar que soy una persona digna de mi propia casa.

Realmente me esforcé.

Desde los 13 años me empece a hacer cargo del marquesado, no me detuve e intente hacer lo mejor.

¡Juro que lo hice!.

Pero ahora.

Ahora ya no importaba.

No se que salio mal.

No se que me perdi.

Pero todo acaba en este dia tan caluroso.

Camine hacia delante siendo guiada por el caballero real.

Ese caballero que te ve como si fueras la peor escoria del mundo.

Bueno, a los ojos de todos los del reino soy la mala.

Dicen que traicione al reino.

Dicen que conspire contra el reino, que lo traicione pero nunca hice eso.

Todo esta hecho para que yo sea mala.

¿No es injusto?.

No me dejaron ni siquiera defenderme.

Nadie me escucho cuando dije que no era cierto.

Solo dieron por sentado todo lo que habian mostrado.

Y pensar que ni siquiera puedo huir por las esposas de anti-magia que tengo en las muñecas y las esposas que limitan mi movimiento en los pies.

Lamento haberme quedado en shock por un momento y no haber huido.

El bullicio de la gente de la capital en su pleno apogeo, los gritos enojados y molestos estan resonando haciendo eco por ese pasillo que tenia que pasar para llegar a la plataforma de ejecuciones.

Miré el pasillo con algunas macetas de flores a su lado, las flores coloridas brillaban mas linda que nunca las habia visto.

¿Siempre fueron lindas?.

Camine siendo llevada por el capitan caballero, sin vacilar, terminé mirando las flores que se veian mas lindas de lo normal.

Suspire internamente, ya no importaba.

Me he resignado.

Despues de todo, me imagino que no soy una persona muy querida.

Nadie me extrañara.

Tal vez nadie llore por mi.

Nadie es indispensable en la vida, solo alguien mas tomara mi lugar y seguir el ciclo.

Pronto llegamos a la plataforma de las ejecuciones, una gran guillotina estaba en medio de la plataforma de madera, a lado había asientos exclusivos.

En esos asientos estaba la familia real, mas bien el rey y su prometida.

A un lado de ellos se encuentra la familia Barrientos.

El duque Barrientos, y su familia, los responsables de que esté en este lugar.

Solo los mire de reojo, mientras el capitan caballero me señalo las escaleras para que las subiera para dar comienzo a la ejecución.

Subi con calma los escalones y pronto mire el panorama de toda la gente que estaba presente, nobles, caballeros, ciudadanos.

En el momento que subi se hizo un silencio extraño.

Aunque el sol esta a todo lo que da, tenia algo de frio.

"Kari Drac".

La voz del rey se escucho alto aun cuando estaba sentado y hablando tranquilamente.

Gire mi vista hacia él, ¿ahora que quiere?.

Pense como si no entendiera lo que quisiera ahora.

Hoy morire por las malas decisiones de este hombre.

"..."

El me observo fijamente como si fuera algo divertido verme lamentable.

"Hoy le gane a la familia Drac".

Dijo con una especie de aire engreido.

La familia Drac.

Mi familia, una familia que ha vivido incluso antes de que el reino existiera.

Cuando el reino se fundo se le dio el titulo de marques.

En el estado Drac es inmenso que claramente puede ser considerado un ducado u otro reino, en la fundacion del reino, la familia Drac dijo que nadie podria entrar a esas montañas, ni siquiera la misma familia entraba por completo.

No era seguro.

Los monstruos son los que viven en ese lugar y gobiernan ese lugar.

Esa fue mi primera lección que tuve de mi padre antes de que muriera por un 'accidente'.

Me sacudi levemente la cabeza al pensar en mi familia ya fallecida.

Al escuchar familia me habia puesto sentimental, a lo mejor porque es el dia que ya no existire en este mundo, solo desaparece.

'Padre'.

Bueno, te alcanzare pronto.

No te enojaras, ¿verdad?.

Ya no habia podido seguir sus enseñanzas.

No pude evitar hacer una mueca amarga, el rey no perdió la oportunidad al ver mi expresión.

El rey sonreia como si fuera algo divertido.

Hoy le habia ganado a la familia que tenia el estado mas grande aparte de la capital.

"¿Hay algo que te guste decir?".

Pregunto el rey como si fuera considerado por darme unas ultimas palabras.

Miré a mis alrededores y vi a todos, hasta que vi un noble en particular que miraba sin muchas emociones.

"..."

Si hay alguien después de mi que manden a esa montaña obvio que sera a él.

Aunque no lo conoci realmente, ¿por que no?.

"Cuando el reino se fundo, nombraron a los Drac protectores, pero los de mi propia familia se llamaban cazadores".

Miré al rey con una sonrisa.

"Tal vez fuimos cazados, pero ¿que sera con lo que cazamos?".

El rey se quedo en silencio mirándome seriamente mientras yo misma me acerque a la guillotina.

La sonrisa se habia evaporado en el rostro del rey y de mucha gente en la capital.

Mire de nuevo a ese noble.

"Suerte".

El tambien me miro fijamente.

El duque Barrientos fruncio el ceño y susurro algo al rey.

El rey asintio y volvio a mirarme como si lo que hubiera dicho no tenia sentido e hizo un gesto al caballero que estaba detras de mi.

Termine siendo empujada a la guillotina.

"Acaben con esto ahora".

Dijo el rey y solo suspire para cerrar mis ojos.

Un ruido sordo y todo se volvio negro.

El nuevo comienzo

Cuando abrí mis ojos miré un techo blanco.

'¿Eh?'.

No pude evitar mirar fijamente a la mujer que tenia algo envuelto en su cara.

¿Donde estoy?.

Me sorprendi, pero eso no fue lo mas extraño.

Ella me cargaba con facilidad y dijo.

"Doctora".

Termine envuelta en una toalla, la doctora me dio una palmada que de repente me asusto en lo que estaba en shock.

'¡¿Qué alguien me explique?!'.

No pude evitar llorar, no era por el golpe o tal vez si y la palmada había sido lo suficiente para que saliera del trance de lo que estaba pasando.

'¡Ayuda!'.

Me sacudí mientras lloraba, lo entendí.

Ahora soy un bebé.

"Interesante".

Dijo la doctora al ver mis lágrimas estaba haciéndome bolita quejándome de mi desgracia.

"No lloro fuerte, ¿le doy otro?".

La doctora murmuro y eso hizo que me estremeciera y grite.

¡No!.

Quitenme a esta loca.

Ayudenme.

"Señora, le presento a su hija".

Dijo la otra doctora que estaba al lado del doctor quitandome de las manos de la vieja bruja que vestía de blanco.

"Ya paso".

Dijo abrazandome y llevandome a una mujer que estaba sobre una cama algo extraña.

"¿Hija?".

Pregunto la voz femenina y me miro.

Una mirada azul profundo y un cabello rubio que parecia que se hubiera puesto algo para que quedara asi.

"Despues de cuatro hijos, ¿tengo una niña?".

La mujer dijo sorprendida y me dieron a ella para ser abrazada por la mujer.

"Linda".

Dijo mirandome y sonriendo para decir.

"Casey, Casey Freecs".

Con eso lo entendi.

Era una bebe y al parecer esta mujer es mi madre.

Habia nacido en un lugar algo extraño.

....................................

17 años despues.

Mire el techo de mi habitacion despertando.

Suspire.

"Tarde".

Voltee a ver el pequeño reloj digital que decia 6:13 am.

Con algo de pesadez me levante, últimamente habia tenido sueños extraños.

Bueno, ¿es como nostalgia?.

Soñaba con las montañas del estado Drac.

Al principio miraba el paso del rio para cruzarlo pero no lo cruzaba solo me quede mirando.

Pero hoy habia sido diferente.

Habia cruzado por la ruta que siempre seguía con los caballeros del marquesado, pero estaba sola.

Caminaba por esas montañas, sin dudarlo hasta que llegue al limite.

Ese limite donde no avanzaba mas.

Despues de eso se escucharon gruñidos de monstruos que no reconocí y tambien gritos de personas en algun lado.

Eran gritos humanos que estaban en la desesperacion, como si los estuvieran matando.

Al final desperte con un sentimiento extraño.

¿Por qué?.

Crei haber superado mi vida pasada.

Después de 17 años en este nuevo lugar, en este nuevo mundo, es un lugar donde puedo iniciar nuevamente desde el principio y eso es lo que se supone que estoy haciendo.

Pronto me arregle para ir a la escuela.

Mi entrada es a las siete de la mañana y mi trayecto es de media hora asi que tenia que darme prisa.

Al bajar las escaleras me encontre con mi cuarto hermano, Zed.

"Tarde, muy tarde".

Dijo negando con la cabeza y señalo frente a mi donde había un vaso de leche con un sandwich.

"Come rapido o se te hará más tarde".

Dijo mirando la hora de su telefono movil, las 6:24 am.

"Si, gracias hermano".

Dije acercandome a la mesa y tomando el vaso de leche.

"¿No es temprano para que vayas a la universidad?".

Pregunte mirandolo, mis hermanos eran similares en rasgos de cabello y de ojos.

Los ojos azules como el cielo y un cabello negro puro.

"Entro a las 10, solo me levante temprano".

Dijo Zed como si no fuera nada.

"Ya veo, me tengo que ir".

Me tome el vaso de leche y tome el sandwich para comerlo en bocados grandes y sonreir.

"Duerme mas, es temprano para ti".

Dije, el hermano Zed siempre fue dificil de levantar para ir a la escuela asi que era extraño verlo despierto temprano, pero a veces solia hacerlo.

El asintio mirándome de reojo y hablo.

"Ve con cuidado, ten cuidado".

Dijo y con eso sali cerrando la puerta.

"Raro".

Voltee a la puerta de la casa ya cerrada mirando que dijo algo raro.

No le tome importancia, habia tenido un sueño complicado y se me hacia tarde.

"En la tarde le preguntare".

Murmure caminando rapido a la estacion del metro.

Tenia que apurarme ya que la primera clase era complicada.

Subi al metro corriendo y empujando para poder entrar, aunque la escuela no esta lejos de mi hogar aun estaba a 30 minutos de trayecto.

Aun tenia la sensacion extraña de ese sueño.

¿Por que me siento ansiosa de algo que ya no esta en mi control?.

"Casey".

Escuche la voz de un hombre que hablo en algun lugar dentro del lleno vagon del metro.

Voltee a ver por instinto y mire el cabello conocido de mi amigo de la infancia Ernesto.

"Apenas te ves".

Dije, no se veia por los brazos de tres hombres que parecian hacer demasiado gym, esos brazos literalmente tapaban la cabeza del chico de piel blanca con el cabello castaño claro y sus ojos avellana.

Se escucho la leve risa de Ernesto entendiendo lo que pasaba y empezo a pasar como pudo de la ola de gente para llegar a mi lado.

"Bueno, subiste antes que cerraran las puertas y todo se llenara en segundos".

Dijo haciendo referencia que por esa razon termino siendo llevado por todas las personas y mas por los tres hombres que estaban a lado de él.

"Veo".

Respondi, ingresar al metro en la mañana es solo un reto de supervivencia del dia a dia.

"¿Paso algo?".

Pregunto Ernesto despues de verme, frunci levemente el ceño.

"No".

Respondi mirandolo, es como si este hombre percibiera mi estado de animo.

"Ya veo, me alegra que estes bien".

Dijo mientras las puertas de la entrada se abrian y gente intento entrar donde apenas se podia entrar.

Me sujete como pude del tubo de apoyo y casi se sentia que iba a ser llevada por la gente que entraba a la fuerza.

Ernesto me jalo para poder mantenerme en el espacio que habia tomado.

Por suerte pronto llegamos a la estacion donde teniamos que bajar.

"Solo medio año".

Dije recordando que solo faltaba un semestre para acabar con la preparatoria y pronto ser una estudiante universitaria.

Ernesto asintio estando de acuerdo y viendo tambien la hora por el reloj dentro del metro.

"Vamos o no llegaremos".

Dijo Ernesto, vamos en la misma clase.

Desde que lo conoci en el jardin de niños siempre hemos ido en el mismo grado.

Un día casi normal

Desde que nos conocimos en la clase de preescolar siempre hemos sido amigos.

"Si, el de matematicas ya la trae contra mi por alguna razon".

Dije, en la primera hora de 7a 9 am teniamos clases de matematicas 5 lo cual no tenia problemas como tal con la materia pero si con quien la impartia.

Como hermana menor de cuatro hermanos mayores tenia antecedentes previos por como son mis propios hermanos.

Un dia que Zed tomo material de quimica para intentar hacer una bomba en el laboratorio termino haciendo una bomba de humo que termino alejando a todos por un mes del laboratorio para asegurarse que no hubiera problemas, mi hermano termino siendo suspendido una cuarentena esperando que no tuviera reaccion secundaria.

Eso hizo que las clases de quimica conmigo fueran incluso supervisadas y estar frente a un profesor en todo momento.

Fue frustrante el primer año pero pronto lo olvidaron al ver que no era un peligro para los laboratorios.

Camine con Ernesto hacia la escuela mientras el asentia estando de acuerdo con mi conflicto con el profesor de matematicas.

"Es extraño, es como si le cayeras mal por alguna razon pero tu eres tranquila".

Dijo Ernesto sin entender el porque me trataba asi.

Realmente era extraño, pero no habia nada que hacer.

"¿Hiciste su tarea?".

Pregunto Ernesto con preocupacion y me quede congelada.

"¿Tarea?".

Me pregunte en voz baja, no lo habia recordado.

Lo olvide.

Habia olvidado hacer los deberes del tipo que se la trae contra uno.

Ahora estaba en problemas ya que tenia excusas para fastidiarme el dia.

Ernesto miro mi preocupacion y nego con la cabeza.

"¿Que hacemos?".

Pregunto Ernesto, aun si corrieramos al salon no habria forma que terminara con la tarea.

"No lo se".

"Aceptare mi destino".

Murmure con un rostro pesado, en la noche anterior habia trabajado turno completo y habia llegado tarde a casa.

Desde que habia cumplido 16 años, habia empezado a trabajar en una panaderia.

Todos mis hermanos incluyendome empezamos a trabajar en la misma edad, eso era porque a pesar de tener aunque sea nuestra madre, ella jamas ha visto por nosotros.

Cuando naci practicamente el hermano mayor fue quien empezo encargarse de mi y junto con los otros hermanos ssobrevivi, era lo opuesto a como habia vivido en mi vida pasada donde no me habia faltado nada.

Para mis hermanos que son todos chicos, no tuvieron problema para conseguir trabajos, pero en mi caso tuve que buscar un trabajo con mas cuidado y como la señora de la panaderia se llevaba bien con mis hermanos, fue ahi donde consegui mi primer empleo.

Como la chica que la ayudaba renuncio, mi carga habia aumentado y ahora no solo era la cajera, ahora tambien aprendia como hacer panes y demas cosas.

Aun hacia mis cosas para no tener problemas, pero hoy habia olvdado hacer mis deberes.

Ernesto sabia de mi empleo, pero no sabia que mi tiempo parcial se hizo completo.

"Si quieres finjamos que se nos hizo tarde".

Ernesto comento y lo mire sorprendida.

"¿Faltar a la primera clase?".

El asintio.

"Terminas la tarea y le decimos que se nos hizo tarde por alguna excusa que inventemos ahora".

Lo mire aturdida viendo como planeaba que faltaramos a la primera clase.

"¿No sera peor?".

Me pregunte y el nego.

"Daniel, el ha hecho eso con Oscar y el profesor lo dejo pasar una vez".

Dijo Ernesto como diciendo no habra problemas.

Hice una mueca algo incomoda, no me agradaba la idea.

"Pero Daniel y Oscar no tienen problemas con el profesor como yo, sera peor".

Ernesto suspiro y despues dijo.

"Es mejor que lo hagamos, ese tipo hara una rabieta para molestarte asi que ¿por que no lo hacemos hoy?".

"Despues vamos con el tutor y le decimos algo para que intermedie y nos califique la tarea".

Dijo estirando su mano hacia mi brazo y me jalo con el ceño fruncido.

Mire de reojo y vi a Sam.

Sam es como Ernesto, nos conociamos desde el jardin de infantes y desde entonces hemos sido amigos en el mismo salon hasta ahora.

Ernesto vio como se alejo y suspiro.

"Movamonos, hay una cafeteria para que hagas la tarea".

Habiamos salido de la estacion del metro, asi que estabamos en la calle, al final asenti con mi cabeza estando de acuerdo.

"Vamos".

Con eso empezamos a caminar hacia donde señalo.

"Solo espero que no salga malo para ti".

"Es verdad que lo olvide, tengo que administrar mejor mis tiempos".

Dije, me senti mal pero Ernesto lo tomo sin importancia, al contrario se veia algo feliz.

Tenia una sonrisa brillante por alguna razon.

"..."

No dije nada despues de verlo y llegue a la cafeteria donde tomamos una mesa.

Saque mis utiles.

Suspire, este dia tenia que mejorar mas, nunca dejaria que se me olvidara de nuevo las cosas.

"Ahora que lo pienso, nunca te has saltado una clase".

Ernesto lo dijo como si hubiera pasado algo impresionante.

"Bueno, creo que para todo hay una vez".

Dije, desde que vi lo que seria mi mundo solo pense en seguir con lo que son mis deberes.

En mi sabia que siendo la mas joven de los hermanos tenia que poder valerme por mi misma, aunque no puedo decir que no me he divertido, esta nueva oportunidad ha sido grandiosa porque pude relajarme.

Hacer lo que me correspondia no era un problema para mi, solo era natural.

"Es que eres tan tranquila y no se como puedes con todo, se que trabajas y se que das todo por tener buenas calificaciones, siendo yo no podria con todo".

Dijo Ernesto como se quejara haciendo un pequeño puchero.

Sonrei al verlo, se veia lindo.

"Pero eres el mejor en la lucha y creo que incluso ya tienes asegurado la universidad".

Dije, los reclutadores miraban a Ernesto con expectativas, este hombre es el campeon de lucha a nivel preparatoria desde el primer año.

"Tu tambien tienes talento en el kendo, creo que deberias participar para ganar una beca".

Dijo, pero negue.

"Me gusta como pasatiempo, pero mis metas son otras".

Tome clases en el club y si era posible que me fuera bien pero por paz mental no podia hacerlo.

Cuando empece con las clases descubri que no podia hacerlo, lo que pude haber hecho de forma diferente o evitar cualquier situacion venian en mi mente.

Si solo hubiera sido mejor en ese entonces.

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