En el año 2004, el Grupo Murphy vivía la cúspide de su gloria. Era la empresa número uno del país, con innumerables subsidiarias esparcidas por todos los rincones de la ciudad, actuando en los más diversos ramos.

No era de extrañar que Diego Murphy, el heredero del imperio, fuera completamente mimado por su padre. El Sr. Abidzar Murphy haría cualquier cosa para ver a su único hijo feliz, proporcionándole todo tipo de lujo y satisfaciendo todos sus deseos.

Diego, a los 8 años de edad, era como un pequeño príncipe que un día, con certeza, ocuparía el trono. La mansión de la familia Murphy recordaba a un palacio, con su arquitectura clásica y opulenta, donde innumerables empleados trabajaban.

Aunque Diego ya no tenía madre, pues ella había fallecido cuando él tenía apenas 3 años, no se sentía carente de afecto. El Sr. Abidzar era padre y madre para él, tratándolo con inmensa ternura y cariño. Nunca quiso casarse de nuevo, temiendo que eso pudiera herir a su hijo. Casi todos los días, el Sr. Abidzar reservaba un tiempo para jugar con Diego, y todas las noches le leía cuentos infantiles hasta que se quedaba dormido.

Sin embargo, esa felicidad se transformó en una terrible pesadilla, que Diego jamás olvidaría. El Sr. Abidzar había llevado a Diego a pasar algunos días en una casa de campo.

¡Bang!

¡Bang!

¡Bang!

El sonido de disparos en el exterior de la casa interrumpió la atmósfera de paz, transformando lo que debería ser un día alegre en una noche de terror.

"Papá, ¿qué fue eso?", preguntó Diego, visiblemente asustado.

Estaban cenando cuando comenzaron los disparos.

El Sr. Abidzar sintió el peligro. Su primera reacción fue proteger a su hijo. Llevó a Diego a la habitación y lo escondió dentro del armario. "Tienes que esconderte aquí, Diego. Pase lo que pase, no salgas de aquí. Papá te ama mucho, hijo mío", dijo.

"Pero, papá..."

Sin querer escuchar ninguna objeción, el Sr. Abidzar corrió fuera de la habitación, con la intención de llamar a la policía. Temía que sus guardaespaldas, que estaban fuera, hubieran sido asesinados. Pero, para su horror, vio a un hombre vestido de negro forzando la puerta.

¡Crash!

"¿Quién eres? ¡No te atrevas a hacer nada! ¡Voy a llamar a la policía!", gritó el Sr. Abidzar.

Desde dentro del armario, Diego escuchaba la voz de su padre, aunque no entendía lo que decía. Estaba aterrorizado, queriendo salir de su escondite, pero el sonido de la puerta de la habitación abriéndose lo hizo retroceder.

¡Crash!

Por la rendija de la puerta del armario, Diego vio a su padre ser brutalmente pateado, su cuerpo chocando contra la puerta, que se hizo añicos. El Sr. Abidzar cayó al suelo, inconsciente.

"¡Papá!", gritó Diego en su corazón.

Intentó abrir la puerta, pero vio a su padre mirando hacia el armario y moviendo la cabeza negativamente, rogándole que permaneciera escondido.

Lágrimas rodaron por el rostro de Diego mientras veía a un hombre acercarse a su padre. El hombre, llamado Pram, agarró al Sr. Abidzar por la camisa y apuñaló su vientre varias veces.

¡Puñalada!

¡Puñalada!

¡Puñalada!

Diego quería gritar por su padre. El niño lloraba, ahogando sus propios sollozos con las manos para no ser oído. Se sentía impotente y tomado de furia al ver a su padre siendo asesinado de esa manera.

"¡Aaaarrrghh!", el Sr. Abidzar gimió de dolor, su cuerpo cayendo al suelo, ahora sin vida, cubierto de sangre.

En sus últimos momentos de consciencia, el Sr. Abidzar miró hacia el armario, esperando que Diego no saliera.

Pero Pram pareció sospechar de la presencia del hijo del Sr. Abidzar, pues no lo veía por ningún lado. Pisó el estómago herido del Sr. Abidzar, preguntando: "¿Dónde escondiste a tu hijo?".

"¡Aaaarrrgghhh!", gritó el Sr. Abidzar de agonía. Estaba demasiado débil para luchar.

Diego, aún escondido, apretó los puños con fuerza, su corazón clamando por su padre. Rezaba para que alguien viniera a salvarlos.

Pram, entonces, volvió su atención hacia el armario.

Con la poca fuerza que le quedaba, el Sr. Abidzar agarró la pierna de Pram. No permitiría que su hijo fuera herido.

"¡Diego, corre!", gritó.

"¡Diego, corre!"

Con el resto de sus fuerzas, el Sr. Abidzar intentó sujetar las piernas de Pram. No le importaba el dolor que sentía. Tal vez esta noche sería la última vez que el Sr. Abidzar protegería a su hijo.

Pram estaba furioso. Pisoteó el pecho del Sr. Abidzar con mucha fuerza. Su trato fue verdaderamente salvaje.

¡Bugh!

¡Bugh!

¡Bugh!

"¡Muere de una vez, maldito!"

Diego ya estaba harto. No soportaba ver a su padre siendo torturado de esa manera, así que se armó de valor para salir del armario.

Diego mordió la pierna de Pram, que estaba pisoteando el pecho del Sr. Abidzar.

"¡Aarrrghh! ¡Maldito mocoso!" Pram gritó de dolor mientras golpeaba la cara de Diego con la mano.

El golpe que Pram le dio en la cabeza a Diego fue muy fuerte, haciendo que la nariz de Diego sangrara y que su cabeza diera vueltas.

Pero el niño todavía luchaba por proteger a su padre, corrió de nuevo tratando de quitar los pies de Pram que todavía pisaban el pecho de su padre. Hasta que su padre vomitó mucha sangre.

"¡No lastimes a mi papá!"

"¡No lastimes a mi papá!"

Pram se sintió desafiado. Levantó el cuerpo de Diego y arrojó al niño con mucha fuerza.

¡Buuukkk!

"¡Shhh!" Diego gimió. El niño sintió como si su cuerpo se estuviera partiendo. Incluso su cabeza estaba sangrando por haber golpeado el borde de la cama.

Diego todavía era pequeño, solo tenía 8 años, pero ese hombre no tenía absolutamente ninguna conciencia.

Diego había perdido el conocimiento, mientras que el Sr. Abidzar finalmente tuvo que respirar por última vez, mientras miraba a Diego con lágrimas en los ojos. Tal vez sintió mucho dolor en sus últimos momentos de vida, no podía proteger a su hijo.

Pram rio satisfecho al ver a Diego y al Sr. Abidzar que habían cerrado los ojos. Se aseguró de que ambos estuvieran muertos.

"Jajaja... finalmente están muertos. Los convertiré en cenizas".

Después de decir eso, Pram inmediatamente salió de la villa. Arrastró los cuerpos de los cuatro guardaespaldas que había matado dentro de la villa. Luego tomó el galón que había preparado y vertió gasolina alrededor y dentro de la villa.

Después de eso, Pram arrojó el fósforo encendido al suelo que había sido rociado con gasolina. Haciendo que el fuego prendiera y se extendiera por todos los rincones de la villa.

Pram inmediatamente se alejó de la villa. Desde lejos, rio satisfecho mientras miraba el fuego arder tan rápidamente. Tragándose todo dentro de la villa.

Para Pram, cometer asesinatos como este era algo muy común para él. Porque eso era lo que hacía. Era un asesino muy profesional.

¡Drrrrt!

¡Drrrrt!

¡Drrrrt!

El celular de Pram sonó, aparentemente estaba recibiendo una llamada de alguien.

Pram respondió la llamada de inmediato.

"¿Ya los mataste?", Preguntó alguien del otro lado de la línea.

"Sí, señor. Los maté e incendié la villa. De acuerdo con sus órdenes", respondió Pram.

El hombre rio satisfecho. "Jajaja... nunca me decepcionas, Pram".

...****************...

Resulta que el hombre era el Sr. Arthur. Era el mejor amigo del Sr. Abidzar y el segundo mayor accionista de la empresa. Después de escuchar de Pram que sus hombres lograron matar al Sr. Abidzar y a su hijo, el Sr. Arthur rio de alegría.

"Jajaja..."

Resulta que el Sr. Arthur estaba con su hija Vanessa. El hombre estaba enseñando a su hija a dibujar.

"¿Por qué te ríes, papá?", Preguntó la niña de cinco años mientras coloreaba el dibujo con crayones.

"Está todo bien, querida. Papá está feliz porque pronto el sueño de papá se hará realidad", respondió el Sr. Arthur con una sonrisa.

El Sr. Arthur sin querer vio lo que su hija estaba dibujando. Vio a Vanessa dibujando a un niño y una niña tomados de la mano. Aunque el dibujo no estaba muy ordenado y un poco desordenado.

"¿Qué estás dibujando, querida?", El Sr. Arthur le preguntó a su hija.

Vanessa respondió a la pregunta de su padre con tanta inocencia, incluso la niña sonrió alegremente. "Este es un dibujo mío y de Diego".

El Sr. Arthur frunció el ceño, "¿Por qué estás dibujando a ese chico?"

"Diego es como Superman. Siempre ayuda a Vanessa. Si algún amigo de Vanessa es malo, Diego siempre pelea con ellos. Vanessa también tiene un sueño como tú, papá, cuando sea grande, Vanessa quiere casarse con Diego".

El Sr. Arthur se sorprendió al escuchar las palabras de su hija. Sabía que Vanessa era muy inocente, era pequeña, no entendía cómo era el matrimonio. Una cosa era segura, su sueño nunca se haría realidad. Porque ahora Diego estaba muerto.

El Sr. Arthur inmediatamente rasgó el dibujo de su hija, haciendo que Vanessa se asustara.

"¿Por qué rompiste mi dibujo, papá?", Preguntó Vanessa mientras lloraba.

"¡Dibuja otra cosa! A papá no le gusta ver eso".

...****************...

Mientras tanto en la villa, el fuego se extendió muy rápidamente, entrando en la villa, engullendo todo lo que había dentro. Y creciendo cada vez más alto.

"Uhukkk... uhukkk..."

Se escuchó el sonido de un niño tosiendo. Resulta que Diego había recuperado la conciencia.

El niño se sorprendió mucho al ver el fuego alto entrando en la habitación. Incluso la habitación estaba llena de humo negro.

"Uhukkk... uhukkk..."

Se oía el sonido de un niño tosiendo. Aparentemente, Diego había recuperado la conciencia.

El niño se asustó mucho al ver las altas llamas entrando en la habitación. La habitación estaba llena de humo negro y denso.

Diego se levantó inmediatamente y sacudió el cuerpo del Sr. Abidzar para intentar despertarlo. "¡Papá! ¡Despierta!"

Sin embargo, el cuerpo del Sr. Abidzar no se movió ni un centímetro. Su padre había muerto, haciendo que Diego llorara copiosamente.

"¡Papá, despierta! ¡No dejes a Diego!"

"¡Papá!"

Diego tuvo que aceptar la realidad de que su padre se había ido. Quería sacar el cuerpo de su padre de la aldea para que no fuera consumido por las llamas. Pero, desafortunadamente, el fuego se extendió rápidamente, alcanzando el cuerpo de su padre.

El niño de 8 años no tenía fuerzas para levantar el cuerpo de su padre. Ahora, el cuerpo de su padre estaba siendo consumido por las implacables llamas.

"¡No, papá!"

"¡Paaaá!"

Diego lloró histéricamente. No podía hacer nada para salvar el cuerpo de su padre.

Diego se vio obligado a salir por la ventana de la habitación. Un poco más tarde, y su cuerpo habría sido quemado.

Diego se tiró al suelo. Sus rodillas se lastimaron al golpear las piedras. El niño solo podía llorar al ver la aldea destruida, el fuego aún ardía intensamente.

De repente, Diego escuchó el sonido de alguien caminando hacia la parte trasera de la aldea. Se levantó inmediatamente, a pesar del intenso dolor en sus piernas.

Diego corrió cojeando hacia el bosque que rodeaba la aldea.

La persona que caminaba hacia la parte trasera de la aldea era Pram. Puede que haya escuchado el llanto de un niño y decidió comprobar el lugar.

Pram resopló despreocupadamente después de asegurarse de que no había nadie en la parte trasera de la aldea. Incluso se rio al ver el estado en ruinas de la aldea.

Mientras tanto, Diego seguía corriendo lejos de la aldea, llorando y llamando a su padre.

"¡Papá!"

"¡Aarrhhh... Papá!"

De repente, tropezó y cayó por un barranco. Su cuerpo rodó hasta el fondo.

¡Buuukkk!

Su cabeza golpeó una pequeña piedra. Diego quedó herido e inconsciente.

...****************...

Diego recuperó la conciencia. Se sorprendió mucho al darse cuenta de que estaba en un lugar completamente desconocido.

El niño abrió los ojos al escuchar el sonido de un telediario. La voz parecía distante.

...Televidentes, ya ha pasado una semana desde que el Sr. Abidzar y su hijo murieron en el incendio. Es evidente que esta trágica noticia ha causado una gran tristeza a todos los que los conocían. Desafortunadamente, el Sr. Murphy no tenía otros parientes cercanos. ¿Quién sustituirá al Sr. Abidzar en la Empresa Murphy?...

Diego se quedó en shock. Había estado inconsciente durante una semana. La gente pensaba que estaba muerto. Los cuerpos quemados en la aldea se redujeron a cenizas, irreconocibles. Nadie sabía que Diego todavía estaba vivo.

De repente, Diego comenzó a llorar al recordar a su padre.

"¡Papá!"

"Aarrrghh...."

Después de llorar mucho, el niño pareció pensativo. Se dio cuenta de que estaba en un lugar extraño. Sentía curiosidad por saber quién lo había ayudado.