Mi nombre es Cristian. Soy un demonio que cada cierto tiempo escapa de las tinieblas y sube a la tierra de los mortales en busca de un poco de diversión.
Al comienzo, era solo curiosidad por saber como era este mundo. Los antiguos, diablos que eran los encargados de subir a la tierra para hacer caer a los humanos en la tentación decían que era el lugar perfecto de la perdición.
Yo llevaba cientos de años viviendo en las tinieblas. Trabajaba incansablemente por tener una oportunidad y poder subir a la tierra.
Sin embargo, todas mis peticiones eran negadas.
Todavía era muy joven para no caer en la tentación de los humanos. Además, al ser hijo de un demonio del consejo, mi obligación era quedarme en el infierno por el resto de mi vida.
Siempre he sido un demonio rebelde que va en contra de las reglas. Un día mientras algunos ancianos subieron a la tierra, yo los seguí y me quedé algunos días.
Me pareció el mundo más espectacular de todos. Las mujeres mortales son hermosas, su piel es suave como la seda y el algodón.
No todas son iguales, todas son tan diferentes al mismo tiempo. La pasión con la que algunas se entregan son inolvidables.
Hay otras mujeres que son más tímidas e inocentes. Lo más interesante de ellas, es que no te conocen y aun así tienen se sexo contigo.
De pie junto a la ventana de la habitación de un hotel de mala muerte.
Observo como un cazador a la hermosa mujer de cabello negro que corre a cubrirse de la lluvia.
No sé como se llama, sin embargo, su belleza es como la de un ángel combinada con la de un demonio.
Es estatura media, 1.58 o 1.60, piel morena clara, ojos grandes y brillantes, de color miel, labios delgados y rosados.
Está lejos de tener un cuerpo como el que a mí me gustan, con grandes y notorias curvas, sin embargo; a pesar de su cuerpo plano, tiene algo que me llama la atención.
Ella sonríe iluminando todo a su alrededor. Es tan distinta a cualquier otra mujer que he visto antes.
Una mujer mayor se acerca a ella, sin pensarlo le cede su paraguas. Corre a un sitio donde logra cubrirse de la lluvia.
Aun así, es tan hermosa. Qué importa que el agua moje su cuerpo, ella no borra esa sonrisa coqueta de sus labios, continua sonriendo sin importar la tempestad.
De pronto siento como unas manos suaves y blancas acarician mi torso. Esas uñas de color rojo que a noche dejaron marcas en toda mi espalda, pasan seductoramente por mi pecho.
La mujer con la que me acosté hace un rato era hermosa, piel blanca, cabello largo rubio, como el color del Oro. El color de sus ojos eran azules, y sus labios rojos.
Tenía un cuerpo perfecto, cuevas grandes y notorias. Al quedar desnuda se ve tan bella y sensual.
Sabrina, creo que se llama la chica con la que me acosté hace un rato, recarga cálidamente su cabeza en mi espalda.
___ Volvamos a la cama. Necesito hacer el amor de nuevo contigo. ___ Susurra con una voz sexy.
¿El amor? A caso esta mujer se ha vuelto loca, solo nos hemos acostado un rato, y no volverá a pasar jamás.
Nunca me acosté con mujeres dos veces, a un demonio como yo se le tenía prohibido tener relaciones con humanas en dos ocasiones. Bueno, se le tiene prohibido tener relaciones con mortales en cualquier circunstancia.
Se dice que corremos el riesgo de enamorarnos de ellas. Eso solamente nos va a traer problemas, ya que ellas son mortales y sus cuerpos como sus almas terminarán por desaparecer de esta tierra.
Sabrina gira su cuerpo, quedando cara a cara conmigo, sus manos se colocan detrás de mi cabeza, sus labios se acercan a los míos, ella trata de besarme de nuevo, pero la esquivo con facilidad.
_____ ¿No te parezco lo suficientemente hermosa? ____ Murmura con sensualidad cerca de mi oído.
La cargó entre mis brazos y la llevó a la cama, ella trata de desabrochar el botón de mi pantalón y meter sus manos dentro.
Sostengo sus manos y las pongo encima de su cabeza. Con una sola mano sostengo las dos manos de Sabrina.
Ninguna, demonia, en el infierno se puede comparar con las mortales. Ellas tienen algo que hasta ahora no he podido encontrar en otras diablas, no sé que es, y no me gustaría perderlo.
____ Se termino, debo irme.
Alejó sin ninguna piedad las manos de Sabrina, me alejó de ella y recogí mi camisa negra que se encontraba tirada en el piso.
Me la pongo cubriendo mis alas que ahora se esconden en forma de tatuaje detrás de mi espalda.
____ ¡¿No, te gusto?! ___ Escuché la pregunta de la mujer antes de salir de la habitación.
Me detuve voltiando a ver a la mujer acostada en la cama. Sabrina hace su último intento para que me quede con ella. Se quita la ropa que lleva puesta quedando completamente desnuda.
A decir verdad, ya no me interesaba, su cuerpo ya lo memoricé de arroba abajo.
___ A decir verdad, me he acostado con mujeres mil veces mejores que tú. Solo eres una más en mi lista.
Se enfurece al escuchar mi respuesta, toma el objeto a lado de la cama y me lo arroja. Tengo unos reflejos muy buenos, por algo fue y soy el mejor guerrero del infierno.
Levanté mi mano y sostuvo el objeto de cristal, ejercí fuerza en él, hasta que se rompió en mil pedazos.
La cara que la mujer pone es inolvidable, de pronto, mis alas salen de atrás de mi espalda dejando atónita a la chica.
Después de demostrarle lo que soy, guardó mis alas, salgo de la habitación y bajó a la salida por las escaleras.
Odiaba subir a los ascensores, mil veces prefiero bajar escaleras que esperar a una máquina de esas.
Al salir a la calle, me dirigí al otro extremo, donde vi a la hermosa mujer de cabello negro.
__ Señorita Quío, le prometo pagarle la renta en los próximos días.
____ ¡Niña, alejarte de mí! ¡No has pagado, fuera!
____ ¡Terminen de sacar los muebles, mañana por la mañana se va a mudar la otra chica y su pareja!
La mujer les ordena a los demás hombres que continúen sacando todos los muebles de la hermosa chica.
Ella toma del brazo a la anciana malvada y dobla sus piernas con la intención de arrodillarse delante de ella para que no le quite su hogar.
____ Por favor, señora Quío, no sea malvada conmigo, deme unos días más para pagar la renta. Le juro que no tengo a donde ir.
____ Arrodíllate delante de mí y lo pensaré. ___ La mujer no muestra ninguna piedad por la chica.
Ella se pone de rodillas delante de la malvada anciana, la cual, pronto me llevaré al infierno y la mantendré encerrada en un calabozo, hasta que su alma se podra y luego se la dare de comer a las bestias.
____ Lisa, no tienes a donde ir, ve al fongo, ahí es donde perteneces.
La malvada mujer empuja a la chica y ella cae al lodo, su cuerpo queda cubierto de tierra mojada y eso me hace arder.
Nadie se atreve a tocar lo que es mío, y se va como si nada. Esa bruja malvada arderá en las llamas del infierno.
Cruzo la calle y llegó hasta ella. Extiendo mi mano, y Lisa la sostiene, le ayudó a ponerse de pie, ella trata de limpiarse con sus manos un poco de la tierra que hay en toda su ropa y su cuerpo.
_____ ¡Vamos, niña, sal de mi vista!
____ Ella se queda. ____ Ordené con voz frío.
La anciana sonriente recorre mi cuerpo, ella con burla dice.
_____ Quién eres tú para darme órdenes a mí. ¡Yo, soy la señora de este edificio y no quiero a esta basura pobretona viviendo en mi edificio! ¿Queda claro?
Metí mi mano en mi bolsa del pantalón, saqué unas cuantas monedas de Oro, y se las arrojé en la cara.
____ Con una sola de esas queda pagado el alquiler del departamento de ella, además, con la otra se adelanta el pago de la renta por los próximos 9 meses y la tercera moneda de Oro, se la puede quedar como Obsequio.
La ambiciosa mujer baja la mirada, observando las tres monedas de Oro en sus pies. Corriendo se inclina y las recoge, la avaricia es uno de los pecados principales y por el cual muchas personas van al infierno.
____ Es muy poco monedas, necesito más o ella se irá. Por mí puede dormir en la calle. ____ Me señala con su dedo.
____ Señora Quío, este edificio le perteneció a mi padre, usted se quedó con él cuando él murió, nunca me aclaró como fue que mi padre le firmó esos documentos.
La mujer se enfada y le da una bofetada a Lisa, cuando estaba por darle la otra, sostuvo su mano.
____ Le daré todas las monedas de Oro que deseé. ___ Terminé por decir.
A mí no me importaba el Oro, en el infierno no vale nada.
____ De acuerdo, ha hecho muy buen negocio.
____ ¡Muchachos; suban de nuevo los muebles a su departamento! Les pagaré un extra.
La mujer extiende la mano en espera del resto de las monedas, vuelvo a meter mi mano a mi bolsa del pantalón y sacó otras 10 monedas de Oro.
Feliz las sostiene y las esconde en su bolso, voltea para todas partes sin darse cuenta de que esta noche será su ultima.
____ Lisa, por fin has encontrado un buen patrocinador. Ve esto, ningún hombre dará Oro por ti.
Lisa baja la cabeza, y luego sólo me dice.
___ Te agradezco lo ha has hecho por mí.
Sostengo su mandíbula y la obligó a levantar la mirada. Por un segundo, me pierdo en su belleza, en sus ojos tan claros, puedo ver más adentro que solo su físico.
Inclinó mi cabeza, la primera intención que tuve era besar sus labios rosados, sin embargo, no quería perderla y solamente le dio un beso en la frente.
____ Le invitó una taza de café, aquí afuera hace mucho frío.
No me pude negar, sin embargo, sintí el medallón que usó cada noche cuando subo a la tierra quedarme, eso quiere decir que Marcia, me llama.
Marcia es mi nana, la mujer que me ha criado desde que nací. Al nacer fui abandonado por mi madre y criado por el demonio más letal de todo el infierno.
Ella es lo más cercano a una madre, sin embargo, jamás dejará de ser una sirvienta en nuestra mansión.
____ Debo irme. ___ Me disculpó con Lisa.
Sin que ella se lo espere, le robe un beso. Sus labios eran tan ricos, tienen un sabor delicioso, es casi imposible dejar de besarlos.
Al sentirme satisfecho, me doy media vuelta me alejó cada vez más de ella. Aún siento su mirada caer sobre mi espalda. Lentamente, me voy alejando más de ella; hasta que desaparezco por completo.
En poco tiempo me encuentro en mi habitación al interior del palacio de mi padre. De pie junto a la ventana, miró a todos los esclavos arreglar el jardín del palacio.
____ Joven, su padre lo ha llamado por horas.
Escuchó la voz suave y gentil de Marcia. Dejó de ver por la ventana y toda mi atención caer sobre ella.
Con la mirada inclinada al piso, Marcia no se atreve a verme a los ojos. Doy unos cuantos pasos al frente y pongo mi mano en su barbilla.
_____ ¿De qué quiere hablar mi padre?
____ [... ]
Marcia se queda por unos segundos, la obligó a verme a los ojos y a través de ellos, puedo ver lo que mi padre planea.
Ha traído a la hija de un demonio para que comience nuestra Unión. No puedo creerlo, sin embargo, no me puedo negar a unirme con ella.
Ya estoy en edad de buscar mi pareja y unir mi vida a la de ella.
_____ Avisale a mi padre que en un momento bajo. ___ Era consiente de que ha llegado la hora de unir mi vida al de una especie como la mía.
Antes de salir, Marcia se detiene justo en medio la de puerta. Baja la cabeza y en voz baja, susurra.
___ Joven, no puede negarse a contraer Unión con ella. Es hija de un demonio muy poderoso, su descendencia ahora es lo primordial.
Pasé mis manos por mi cuello. Sé que es mi deber como hijo único de Efraín unir mi vida a una criatura similar a mí.
No iré en contra de las reglas, uniré mi vida al de ella y esperaré a que mi descendiente nazca, ella muera y yo me haré cargo de educarlo, tal y como lo dicen las costumbres...
Desde muy chico fui educado para esto. Conozco bien cuales son mis deberes y nunca pensaría en revelarme a mis obligaciones.
Lentamente, bajé las escaleras de fuego hasta llegar a la sala de estar. Afuera como a dentro hay miles de esclavos al servicio de mi padre, soy almas que nunca se arrepintieron del daño que causaron en la tierra y ahora nos sirven a nosotros.
Uno de ellos abre la puerta de la sala de estar. Es tan pesada que se necesita más de dos esclavos para abrirla.
Como el descendiente directo de un demonio como Efraín entró al salón. Espalda recta, cabeza bien levantada; Orgulloso.
Sentado en un sillón de piel, de color negro, con las piernas crizadas y una copa entre sus manos, se encuentra mi padre.
Al entrar, todos notan mi presencia, sin embargo, el primero en hablar debo ser yo. Según las costumbres, quien debe ser amigable con los invitados soy yo.
____ Padre. ____ Incliné la cabeza con respeto.
Enseguida, salude al otro demonio a lado de mi padre.
____ Señor.
____ Ven a ver esta hermosura... ___ Mi padre señala a Quita...
Mis ojos se clavaron sobre ella. No puedo negar que es hermosa, similar a las mortales. Su belleza es comparada con la de una rosa negra.
La diferencia, es que ella no ama, no siente y, aunque pude complacer a su deminio, jamás se podrá comparar con una mujer mortal.
Quita se queda de pie junto a su padre, esperando órdenes de él.
____ Porque no van a su habitación, y consumen su Unión. ____ Comenta el padre de Quita.
Quita camina lentamente hasta mí, se acerca y toma mi mano, era momento de dejarnos llevar por la lujuria, así vamos a unir nuestras vida hasta que nazca mi futuro hijo.
Mi mano se coloca detrás de cabeza de Quita, acercó mis labios a los de ella, y los uní en un apasionado beso.
No la suelto hasta sentir ese sabor a sangre. Al separarnos, mi padre como su padre nos miran con orgullo.
____ Vayan a su habitación, unan no solo sus cuerpos.
Quita se inclina hacia delante con mucho respecto. Yo también lo hago, llamó a la puerta, la abren y al poner un pie fuera, cargo a Quita entre mis brazos.
Mis alas salen de mi espalda y evitó subir las escaleras de fuego. Abre la puerta, al entrar, dejé a Quita encima de la cama.
Mis labios volvieron a unirse a los de ella; mis manos recorren su cuerpo con deseo. Deslizó su vestido por su cuerpo hasta que cae al piso de mi habitación.
____ Hazme tuya.
Por unos segundos, cerré los ojos, mi mente no deja de pensar en la chica humana que conocí. Sus labios suaves y ese sabor dulce aún permanecen en mi boca.
Me levantó de encima de Quita, no puedo acostarme con ella. Mi mente, me traiciona, no puedo olvidarme de Lisa.
____ ¿He hecho algo mal? ____ Quita se cubre el cuerpo con sus alas.
____ No... ____ Dije en un tono frío y cortante.
____ Entonces, porque no continuamos. ____ Aleja sus alas de su cuerpo.
Mi mirada se clava en su perfecto cuerpo. Aun así, el deseo que hace un momento sentía por ella desaparece.
____ Vete, ahora no quiero tener sexo contigo. ___ Señalé la salida de mi recámara.
____ Esto es una broma... Tú y yo, debemos unir nuestros cuerpos. ___ Me dice exigiendo sus derechos.
____ Dije que te vayas, ¿eres sorda?
Siento una bofetada caer sobre mi rostro. Quita era ágil, podía moverse de un lado a otro sin ningún problema.
____ Pagarás por eso. ___ Me advierte.
Trata de darme otra bofetada, mi mano sostiene la suya en el aire.
____ Aquí quién esta por encima de ti, soy yo. ¿Cómo te atreves a amenazarme?
____ Idiota, le pediré a mi padre tu cabeza y la pondré como trofeo en la vitrina del mi castillo. Los perros como los esclavos la escupirán cada vez que la vean.
Solté la mano de Quita y la colocó sin ninguna piedad en su cuello. Las fuerzas de Quita no eran nada comparadas con las mías. Sin ninguna piedad la arrojo por el aire.
Su espalda golpea con la pared, todavía así cae de pie, sus alas negras, logran abrirse y evitar que ella caiga de rodillas.
Quita recoge el vestido y en cuestión de segundos se viste. Sin decir nada sale de mi habitación.
Pasaron solo unos segundos y escuche a mi furioso padre. Tuve que mentir, para no levantar sospechas.
______ ¡¿Cómo te atreves a rechazar a una criatura tan hermosa como Quita?!
____ Ella no es lo que aparenta. Su sangre no es digna para un descendiente mío. Ella es una criatura del pantano...
El rostro de mi padre cambia completamente. Se da la vuelta y baja. Detrás de él voy yo.
Sin decir nada, saca su espada y se la clava a Quita en el vientre. Gotas de sangre blanca mancha de inmediato el piso del castillo.
Mi padre molesto levanta la mirada. Esta vez tuve suerte, y Quita es una descendiente de las criatura del pantano, consideradas como sangre sucia.
Aún en el infierno, hay clases. Un demonio como yo, tiene prohibido manchar su sangre con criaturas como ellas.
_____ ¡Salgan de mi palacio!
Mi padre señaló la salida, Quita y su padre tuvieron que retirarse. Me alegra haber recordado a Lisa antes de acostarme con Quita.
____ Cristian, necesito hablar, seriamente.
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