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La Guerrera Del Aire

Capítulo 1

La leyenda de los animales sagrados.

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo el Dios Kaayo, harto de solo ver oscuridad decidió crear la vida en el mundo, creando frondosos bosques, extensas llanuras, grandes desiertos y vastos océanos, originando un mundo hermoso, tan hermoso que para él era un desperdicio que solo él pudiera admirarlo, por lo que tomo los 4 elementos primarios (tierra, aire, agua y fuego) y creo a partir de ellos 4 grandes tribus que habitaron en paz y armonía el mundo generado por aquel dios.

Pero como donde hay bondad, hay maldad y ese era el Dios Daotan, quien totalmente asqueado por la creación del dios Kaayo, decidió destruirla, pero sin importar que hiciera, Kaayo lo detenía, por lo que harto decidió ir de tras de sus creaciones, Daotan sabía que Kaayo nunca actuaría en contra de sus propias creaciones, por lo que dándose cuenta de lo volubles que estas eran empezó a manipularlos para que se destruyeran entre sí, y con ellos, el hermoso mundo que Kaayo había creado.

Rápidamente, Daotan destruyo la armonía entre las cuatro grandes tribus y causo la guerra entre ellas, lo que poco a poco fue deteriorando la naturaleza, ya que para que esta subsistiera se necesitaba de los 4 elementos primarios, y debido a las contantes peleas entre las tribus el planeta no podía recuperarse, Kaayo uso su magia para mantener el equilibrio, pero las tribus destruían más rápido de lo que él podía arreglarlo, por lo que harto busco la montaña más alta y decidió invernar allí, con la esperanza que su ausencia hiciera entrar en razón a las tribus y estas pararan las guerras, pero esto no paso, y cada vez Daotan tenía más poder y ya sin nadie que lo detuviera comenzó a atacar activamente el mundo sembrando el caos y el sufrimiento a todos los seres que lo habitaban.

Dándose cuenta de que la única manera de detener a Daotan era ir en busca de Kaayo, las 4 tribus comenzaron su búsqueda, pero sin importar cuanto lo intentaran no podían llegar a él, la montaña donde se encontraba era azotada por fuertes corrientes de viento que le hacía imposible a cualquier ave volar a la cima, solo unas pocas criaturas de tierra podían llegar a la cima, pero allí había un barranco que era imposible cruzar, a menos que sea volando, lo que les impedía avanzar, y estaban seguros de que más adelante había más pruebas que les impedirían llegar al dios, pero a pesar de las dificultades, ninguna de las tribus estaba interesada en ayudar o cooperar con alguna otra.

- Nosotros podemos revolverlos solos, no les daremos la satisfacción de sentirse superiores si les pedimos ayuda – decían los 4 líderes.

Pero no todos pensaban así, y uno de ellos era una joven águila harpía, siendo la más pequeña de su familia, la pequeña ave sabia la importancia de trabajar en equipo, y creía que si las 4 tribus se unían podían llegar al dios sin problema, por lo que fue a la montaña donde el dios dormía y allí comenzó a vagar, fortaleciéndose con las corrientes que rodeaban la montaña, esperando a que algún miembro de las otras tribus apareciera para contarle su loca idea.

Afortunadamente, la joven no tuvo que esperar demasiado, puesto que a los pies de la montaña se encontró a un Carnero cimarrón, un pez Koi y a un Lagarto cornudo, quienes al parecer tenían la misma idea que ella. Así, los cuatro comenzaron su travesía para despertar al dios Kaayo.

Como ya se sabía, el primer obstáculo era subir la montaña, la cual el Carnero subió sin ningún problema con los demás a cuestas, demostrando así su gran destreza, algo que dejó admirada a la joven águila.

El siguiente obstáculo era un acantilado tan ancho que era imposible de saltar, y los alrededores estaban desolados, por lo que no había nada que los ayudara a construir un puente, por lo que la única manera de cruzar era volando, siendo ahora responsabilidad del águila hacer cruzar a sus compañeros, así la águila cruzo el acantilado con cada uno de sus compañeros, empezando por el carnero, el cual era el más pesado y terminando con el pez koi, quien era el más liviano, para la águila la travesía no fue fácil, puesto que las corrientes en el acantilado eran fuertes, y si bien no eran imposibles de volar, si eran complicadas, más aún porque ella llevaba un peso extra, pero la fe de sus compañeros en ella no le permitió rendirse y así los cuatro cruzaron con bien.

Después, los cuatro animales siguieron su camino, pero este fue abruptamente detenido por un río, muy ancho y caudaloso, el cual era imposible pasar volando debido a la densa neblina que había sobre él, por lo que ahora fue turno de la pez ayudarlos.

El último obstáculo era un pequeño valle calcinante, donde quien lo pisara recibía quemaduras graves, y el aire era tan caliente y sofocante que era imposible atravesarlo volando, por lo que ahora el joven lagarto quien debía ayudarlos.

Los cuatro animales atravesaron aquel calcinante lugar y al otro lado se encontraba un hermoso bosque lleno de vida y allí estaba el dios Kaayo, quien los había estado observando todo este tiempo y al ver como en el camino se hicieron a un lado sus diferencias, uniéndose como siempre tuvo que haber sido, él los bendijo para que llevaran esa unión a sus tribus y así acabar con el dios Daotan, para que todo volviera a ser como él alguna vez lo concibió

- Esta es la leyenda de los animales sagrados, que es en realidad el origen de los cuatro grandes magos, quienes arriesgaron su vida para encontrar al dios Kaayo para así salvar al mundo, y los cuales por su valor recibieron del dios la bendición de los animales sagrados, el Carnero borrego cimarrón de la tierra, la Águila harpía del aire, el Pez Koi del agua y el Lagarto cornudo del fuego, y fue gracias a esta bendición que sus poderes aumentaron aún punto inimaginable y así acabaron con el malvado dios Daotan, y fundaron los cuatro reinos de los elementos, coronándose así como los primeros reyes y acabando los conflictos entre ellos, trayendo así la paz y la prosperidad a este mundo, pero donde hay luz, hay oscuridad y el dios Dotan volverá muy pronto a este mundo, es por eso, que como lo dice la profecía, los cuatro animales sagrados elegirán a otros portadores y renacerán en este mundo para detener al dios Daotan, es por eso que los he llamado el día de hoy para comunicarles en que familia renacerá la gran Águila harpía – le dice el oráculo a la reina Samira Hangin, reina del reino del aire y a sus 3 duques

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Lo prometido es deuda. Hola a tod@s 👋👋👋.

Aquí está la nueva historia, la cual es la continuación de mi historia anterior “El Guerrero de la Tierra” 🐏, espero que les guste y que disfruten de esta nueva historia.

Gracias por leer mis historias, son los mejores 😘😘😘😘💕.

Capítulo 2

NARRADOR

En el palacio del reino de Aire se encontraba una hermosa mujer, la cual veía con gran intensidad la carta en su mano, carta que había llegado hace solo unos instantes, pero que para aquella mujer parecía una eternidad.

Sin perder más el tiempo, aquella mujer salió de su oficina y fue al encuentro de su esposo, al cual puso al tanto de la situación y lo dejó a cargo de preparar todo para el viaje mientras ella se ponía en contacto con los demás involucrados.

Esta mujer es la reina Samira, quien quedó realmente sorprendida por la carta del oráculo, puesto que si bien sabía que este momento llegaría tarde o temprano, nunca creyó que ella sería parte de tan importante acontecimiento, pero no podía hacer nada, los designios del dios Kaayo eran claros y su deber era seguirlos, por lo que rápidamente se puso en contacto con sus duques, para que así estos se preparan para partir lo más pronto posible hacia la torre del oráculo.

El reino del aire contaba con tres grandes ducados, siendo los duques o duquesas, los descendientes de los que hace mucho fueron los compañeros de la primer gran Águila, las personas a las que esta bendijo y que pasaron dicha bendición a sus primogénitos.

Eficiente cono siempre, el rey consorte tuvo todos los preparativos listos en menos del tiempo que la reina le había brindado, y así la pareja partió con un pequeño número de guardias, junto con sus duques rumbo a la torre del oráculo, dejando a cargo del reino a su hija, una joven de carácter frío como sus padres, pero igual de eficiente que ellos, por lo que el reino estaba en buenas manos.

El trayecto fue algo largo, puesto que la torre se encontraba en un punto donde los 4 reinos convergían, siendo este sitio único en su tipo y se encontraba alejado de la capital del reino del Aire.

El camino transcurrió sin ningún incidente, llegando la reina Samira junto con sus 3 duques, el duque Rivotra, la Duquesa Airea y la Duquesa Hava, a la torre del Oráculo, donde son recibidos por uno de los habitantes del templo, quien los guía hasta una enorme sala de espera, donde también se encuentran los reyes y reinas de los otros reinos.

- Así que no fuimos los únicos convocados – dice la reina Samira, quien toma asiento elegantemente a lado de su esposo.

- No, su majestad, no fuimos los únicos – le contesta la duquesa Airea.

- Es algo lógico, es imposible que solo despierte uno de los grandes magos, deben de ser los cuatro o nada – dice la reina, quien espera pacientemente su turno.

Los primeros en ser llamados son los nobles del reino de la Tierra, los cuales no se ven muy contentos al salir, algo que no paso desapercibido por la reina Samira, quien tacha de inaceptable la actitud del monarca y los suyos, puesto que demostrar tus emociones, a los ojos de la mujer era algo vulgar, sin importar cuál fuera tu estatus era importante saber controlarse, ya sea en el habiente público o en privado, a ella le habían inculcado que debía de ser alguien fría si quería ser una buena monarca.

- Su majestad, Reina Samira, la oráculo solicita su presencia – dice aquel mismo joven que los guio hasta allí, por lo que la reina, junto con su comitiva, siguen al joven hasta los aposentos del oráculo.

Al entrar a la habitación, lo primero que notaron fue a la hermosa mujer en medio de la habitación, de aproximadamente 40 años, la mujer frente a ellos era más que preciosa, de ojos azules como el cielo o el mar, cabellos rojos como el fuego y una piel de un tono marrón terroso, le daban a la mujer frete a ellos una belleza sobrenatural, que dejaba mudo a cualquiera que la viera.

- Es un placer para mí y para los míos estar ante su presencia – dice la reina, haciéndole una reverencia al oráculo.

- El placer es todo mío, como explique en la carta que hizo llegar hasta su reino, el dios Daotan ya ha despertado, y con él, el caos en el mundo, es por eso que dios Kaayo ha elegido la familia en la que reencarnará la nueva gran Águila, como se había predicho desde la época de la primera gran Águila, esta renacerá en una de las tres familias que fueran bendecidas, y que ahora ostentan el cargo de duques es su reino – comienza a hablar la mujer.

Entonces esta se acerca lentamente hacia sus invitados, y se coloca frente al duque Rivotra, quien se queda inmóvil ante la impotente presencia de la mujer frente a él, entonces como si una fuerza desconocida controlara su cuerpo, el duque se arrodilla frente al oráculo, y esta pone su mano sobre la cabeza del hombre.

- Duque Rivotra, en tu linaje reencarnará la gran Águila, tu familia es la elegida para concebir a tan importante ser, tu primogénito será el padre de una joven, una joven valiente, amable y justa, una joven con la fortaleza suficiente para convertirse en nuestra guardiana, pero no lo hará sola, la princesa del Aire dará a luz a su compañero de vida, quien será su guardián – dice la Oráculo y se aleja lentamente del duque.

- Mi familia está honrada por ser bendecidos con tal honor – dice el duque mientras se levanta.

Entonces algo increíble pasó, puesto que frente a ellos, la oráculo envejece 20 años de golpe, dejando mudos a los presentes y algo asustados.

- Ahora deben de retirarse, sé que tienen obligaciones que atender, así que no les haré perder más tiempo – les dice la oráculo a lo que todos hacen una reverencia en modo de despedida y se van de allí – una cosa más, recuerden que las cosas sueles ser más de lo que se ve a primera vista – les dice el oráculo justo antes de que salgan.

- Duque Rivotra, tengo muy altas expectativas en su primogénito y la hija que este tendrá, de igual manera mi hija será estrictamente preparada para criar a un guerrero digno de esa niña, así que no decepcione al reino – le dice la reina al duque, quien solo puede asentir ante las palabras de la reina, pero en el fondo está muy preocupado, puesto que la actitud de su hijo deja mucho que desear, y pensaba hablar con la reina para pensar en una manera para que fuera si hija quien heredara el ducado y no su hijo, quien no tenía las aptitudes de un buen duque, y mucho menos de un hombre capaz de preparar al alguien para llevar sobre sus hombros una responsabilidad tan grande, como lo sería la gran Águila.

- En definitiva, estoy acabado – dice el duque, quien no sabe qué hacer.

Capítulo 3

NARRADOR

En una noche tranquila, el interior de la mansión Rivotra había todo menos tranquilidad, puesto que la duquesa estaba dando a luz a su hija, su primogénita, pero ella no era la única, puesto que en otra habitación, la más lujosa de la mansión, la concubina del duque también estaba dando a luz.

La diferencia entre las condiciones de ambas mujeres no podía ser más grande, mientras que la concubina se encontraba rodeada de lujos y siendo atendida por todos las sirvientas de la casa, así como por varios médicos, la duquesa se encontraba en una modesta habitación, siendo atendida solo por su doncella, quién estaba muy preocupada por las condiciones en las que su señora estaba dando a luz.

A diferencia del reino de la Tierra, en el reino del Aire sí estaba permitido tener concubinas, pero solo se podía tener una concubina, y para que una concubina entrara a una casa, se deben de cubrir una serie de requisitos, los cuales de no cumplirse, no se podía tener una concubina.

Hace muchos años, una de las monarcas del aire, noto que el hecho de tener concubinas, o concubinos, no era tan práctico como se creía, puesto que muchas veces, sobre todo en el caso de las concubinas, estas solían tener amoríos fuera de su matrimonio, lo que causaba que muchos de los hijos de los nobles y personas importantes, no fueran legítimos, sino fruto de esas aventuras, pero la monarca era consciente de que una concubina o concubino era necesario para mantener el linaje en caso de que el esposo o la esposa no pudieran concebir, es por eso que reestructuro la ley, a solo una concubina o concubino, y este solo podía entrar si después de 3 años de matrimonio aún no había un heredero, si después de que esta entrara en la familia se concebía un hijo, ya no se permitía tener más concubinas, en caso de no pasara, significaba que el problema no era el esposo o esposa, sino que el problema era el noble, por lo que se daba la opción de meter un segundo concubino o concubina, pero este era para la pareja, y si se negaba a esto, se debía de instruir al hijo de algún pariente para que fuera el heredero del título.

Esto se aplicaba para todos, incluido los reyes, por lo que el actual duque Rivotra era la primera excepción que se hacía desde que la ley había entrado en rigor, pero debido a la profecía que había sobre su descendencia, se tuvo que hacer la excepción.

Tal y como los sospechó el anterior duque Rivotra, su hijo fue una decepción tras otra, siendo su hija quien destacaba en todo, aun en la magia, ya que, aun con la bendición, sus habilidades eran menores que las de su hermana.

Pero poco podían hacer, si antes era difícil hacer el cambio de heredero, ahora era imposible, incluso la reina era consciente de esto, la soberana estaba más que descontenta con el joven Rivotra, pero poco podía hacer ahora, incluso la anterior duquesa, arrepentida con su actuar, fue ante la reina para disculparse y aceptar su castigo, puesto que la actitud de su hijo era en parte culpa suya, ya que ella conocía las exigencias que tenía el puesto de duque, por lo que muchas veces fue permisiva con su hijo, para que este disfrutara su niñez y juventud, antes de sumergirse por completo en sus deberes, pero solo causo que el joven Torm, se volviera alguien perezoso y despreocupado, quien nunca tomo su cargo en serio, puesto que él pensaba que todo en su vida estaba asegurado y no tenía trabajar o esforzarse para nada, y la profecía solo vino a aferrar aún más esa idea en él.

Es por eso que, en modo de amortiguar el desastre, la reina ordeno el compromiso del joven Torm con la hija de un marques, la señorita Nasima, una joven hermosa, pero sobre todo sobresaliente, educada para convertirse en la siguiente marquesa, aun sin ser la heredera, ella era la mejor opción, puesto que suplía con creces las deficiencias de su futuro esposo, el joven Torm al principio se negó a la unión, pero su padre le dejo muy en claro que él no le daría el puesto de duque, a menos que se casara con la señorita Nasima, así fue como ambos se casaron.

Todo había estado bien, incluso, solo año y medio después, la joven duquesa quedo embarazada de su primer hijo, el cual todos sabían que sería una niña, puesto que era eso lo que decía la profecía, pero solo unas pocas semanas después del que el embarazo de la duquesa se diera a conocer, el duque Torm trajo a su casa a quién sería su concubina, una joven de nombre Kapheira, quién también estaba embarazada.

Kapheira había sido la amante del duque por al menos 6 meses, cuando la conoció Torm, quedó embelesado con su carisma y con los halagos que esta le brindaba, algo que su esposa nunca hacía, puesto que ella no solía hablar mucho con él debido a que era ella quién realizaba el trabajo en el ducado y no tenía mucho tiempo libre, pero eso Torm no lo veía.

Cuando Kapheira le confesó su embarazo, él no dudó en llevarla a su casa, cosa que indignó mucho a Nasima, pero el daño ya estaba hecho. Debido a que ambas mujeres tenían un estado de gestación similar, era imposible predecir quién sería la mayor, y para evitar que la gran Águila naciera fuera de la familia, Kapheira entro como concubina, a pesar de que la duquesa esperaba un hijo, desde ese momento Torm hizo una clara distinción entre ellas, lo que llevo a la servidumbre a ponerse del lado de la concubina, puesto que para ellos la autoridad era el duque, a ellos poco les importaba que fuera la duquesa Nasima quien manejara los asuntos del ducado, era Torm quién poseía el título y quién tenía la última palabra, por lo que no dudaron en hacer de lado a Nasima y centrar su atención en Kapheira.

- ¿Eres un tonto?, ¿Cómo demonios permitiste que esto pasara? – le gritó su padre a Torm, muy molesto por lo ocurrido.

- Ustedes fueron los que me obligaron a casarme con Nasima, yo no la amo, amo a Kapheira – le dijo Torm a su padre.

- Eres un estúpido, y un día te arrepentirás de lo que has hecho – le dijo el antiguo duque, mientras dejaba solo a su hijo.

Así el embarazo de ambas mujeres continuo avanzando, hasta que llegó el momento del parto, en donde Kapheira al enterarse de que Nasima había entrado en labor, tomo unas hierbas para inducir el suyo y así hacer que su hija naciera primero, a la mujer le costó mucho trabajo llegar hasta donde estaba y no pensaba perderlo y sabía que si su hijo nacía después o no era una niña lo perdería todo.

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