ALONDRA.
Ando a todo galope por el campo, deje atrás a mi guardia y solo escucho los gritos
de mi nana Cecil, estoy cansada de los protocolos las fiestas de salón y todas
mis responsabilidades, solo quiero un momento para mí.
Insto a mí caballo a ir a toda velocidad sin rubo fijo, la brisa en mi rostro meda la
tranquilidad y la calma que tanto necesitaba., Después de un tiempo me detengo
en un riachuelo que encontré, le doy agua al caballo y bebo un poco, me
refresco la cara y me encanta la sensación de frescura que eso me provoca, el
día está bastante caluroso y mi vestimenta no ayuda, por fortuna traigo algunas
manzanas para comer.
Miro a mi alrededor y sé que este es el lugar indicado, estoy lejos del castillo y
me encanta lo silencioso del lugar, amarro al caballo y me trepo en un árbol frondoso
cerca al riachuelo, si mi madre me viera me regañaría severamente, con solo
recordarla mi corazón duele.
Parece mentira que está muerta, solo un año ha pasado desde su partida y mi padre ya
planea casarse, mi podre madre murió en un parto al igual que el niño, su
muerte me dejo un vacío inmenso en el corazón, ella era la única que me
entendía y ayudaba con mi padre.
Como la princesa heredera debo aprender todo lo que se necesita para gobernar, pero
me lleno de muchas responsabilidades y a veces solo quiero escapar como hoy que
logre hacerlo, montada en una rama de este árbol poder leer mi novela favorita sin
interrupciones ni reclamos.
Me distraje tanto que el tiempo paso volando y la tarde empezó a caer, mientras estaba
entretenida leyendo, sentí un ruido y luego vi a un caballero en la orilla del
riachuelo, este se quitó la ropa y entro al agua desnudo, me sonrojo hasta las
orejas y mis ojos se abrieron de par en par, era la primera vez que veía a un
hombre desnudo.
Un rubio alto, tenía muy lindas pompas, sonrió de mi propio pensamiento, pero no
lo puedo negar el hombre es muy bello, diría que es el hombre más bello que mis
ojos pudieron ver, sigo deleitándome con la hermosa vista que tengo desde aquí
arriba.
- Señorita\, si sigue miradme de esa forma va a tener que responder por mi honor.
Sus palabras me toman por sorpresa y del susto me caigo del árbol, dando me un
golpe terrible. El caballero sale del agua corriendo al verme caer e intenta levantarme.
- Estas bien, mi intención no era asustarte, pero es de mala educación mirar a un
hombre desnudo.
- Lo siento caballero\, (agacho la cabeza)\, la mentó mi falta\, pero me tomo por
sorpresa su presencia.
- Pensé que no había nadie en este lugar tan apartado y la verdad moría de calor\, me
permite ayudarla. dijo dandome la mano.
Hasta ese momento me percate que seguía en el suelo, tome su mano para levantarme,
pero volvía a caer, tenía un dolor agudo en el tobillo, lo veo alejarse, bajo
la cabeza al notar que seguía desnudo, si sigue así pescara una peste. De una bolsa que traía saco unas cosas y se vistió, cosa que le agradezco me
siento menos incomoda viéndolo vestido.
- Déjeme vendar su tobillo señorita.
- No hace falta\, solo ayúdeme a subir a mi caballo ya debo volver a casa\, creo que
mi padre me matara al llegar.
No, déjeme vendarlo, sino lo hace no podrá montar.
No me quedo de otra más que aceptar, vendo mi tobillo con cuidado parece experto, luego
me ayudo a levantar y él tenía razón al intentar caminar sentí un dolor
terrible, no podría montar así, pero debo volver o tendré serios problemas y ni
hablar de mis guardias que deben estar buscándome como locos.
- Si me dice en qué dirección esta su casa puedo llevarla en mi caballo.
- Gracias, le debo una disculpa por mi impertinencia.
- No se preocupe vamos le ayudo.
Me cargo y subió a su caballo, me puse roja hasta las orejas, nunca había estado
tan cerca de un hombre, sentí mi corazón acelerado y traté de respirar un poco,
parezco una damisela en apuros, como las de mis novelas favoritas y es que apesar que entreno con los guardias nunca experimente algo semejante.
Ato mi caballo al suyo y empezamos andar, ninguno de los dos decía nada, me percate
de que no sé dónde estoy cuando me pregunto en qué dirección estaba mi casa, soy
tan impulsiva que no mire en qué dirección cabalgaba y ahora estoy perdida.
- Sabe la señorita en qué dirección ir.
- La verdad no\, solo monte al caballo sin rumbo por un tiempo.
- A unas horas de aquí está un pueblo y cruzando el bosque esta un castillo.
- Puede llevarme cerca al castillo\, parece que conoce muy bien la zona.
- Digamos que sí\, estoy de casería\, pero llegar al castillo nos tomara mucho más tiempo y
anochecerá pronto.
- Le agradecería mucho si puede acercarme lo más posible.
Andamos por un buen rato y aun no reconocía el lugar, no pensé que estaba tan lejos, la
noche callo y con ella una tremenda tormenta, encontramos una choza abandonada
y nos sirvió de refugio, el parecía estar familiarizado con el lugar y pronto prendió
el fuego y hasta preparo algo de comer.
Sentía mucha curiosidad de este hombre, era demasiado guapo para ser un simple cazador
y sus ropas, aunque eran muy sencillas parecían de muy buena calidad, la comida
que me dio sabía muy bien, yo jamás podría hacer algo como esto, no soy una
mujer débil, pero jamás entro a la cocina, desde niña me educaron para ser
reina, lo miro comer y sus modales son perfectos, mi teoría que no es alguien
común se afianza.
- Si tiene algo que preguntar es el momento, deje de mirarme de esa forma.
Su comentario me tomo por sorpresa, pero no puedo dejar de mirarlo, estoy
avergonzada por mi comportamiento, a partir de ese momento dejé mi cabeza abajo
y me dediqué a comer en silencio, poco a poco deja de llover y el frio en la
pequeña choza aumenta, mi cuerpo tiembla y trato de darme calor con las manos.
- Señorita por ahora nos toca pasar la noche en este lugar\, mañana la dejo cerca a su
casa, conozco bien este bosque.
- Gracias caballero\, si no fuera por usted estaría perdida.
- No fue nada\, puede recostarse en la paja del rincón\, no es una cama de plumas\,
pero será más cómoda que el suelo frio iré por leña.
Lo veo salir de la choza y me siento más cómoda, su presencia me pone nerviosa, la
choza no es muy grande, pero hay una pila de paja., Una vieja mesa y unos cuantos
utensilios, camino con dificultad hasta la paja y me recuesto, no es muy
cómoda, pero por hoy servirá, tengo una ligera molestia en el tobillo, pero
poco a poco mis ojos se empiezan a cerrar.
Despierto en medido de la noche, había dejado de llover, me incorporo y noto aquel
caballero en el suelo cerca al fuego tapado con una capa negra y es cuando
me percato que yo estaba cubierta con una cobija de lana muy cálida, no sé en
qué momento me cobijo ni de donde la saco, pero tendré que agradecerle por
tanta amabilidad, sigue oscuro a fuera y sin más que hacer decido volver a
dormir.
HIJOS.
Muy temprano me desperté, me seguía doliendo el tobillo y sentía mucha hambre,
estaba sola en la choza, el caballero que hasta el momento seguía sin saber su
nombre no estaba, pero me dejo una tasa con agua, limpie mi rostro y lave mis
manos.
Con mucho cuidado revise mi tobillo que seguía inflamado, pero me dolía menos que
ayer, con ayuda de un palo de leña camine a fuera de la choza, pero no había
rastro del caballero, solo estaban los caballos y eso me tranquilizo un poco, no
estaba lejos o no dejaría también su caballo.
Entre a la choza para esperarlo y tardo una hora en llegar, traía consigo ballas y un
conejo muerto en los hombros, tal parece que sintió hambre al igual que yo.
- Señorita coma estas ballas mientras preparo este conejo, necesitara energía para el
camino.
- Gracias\, puedo saber su nombre amable caballero.
- Arturo\, ese es mi nombre.
- Tiene nombre de príncipe\, mi nombre es Alondra.
- Pues su nombre es igual al de la princesa de este reino.
Sus palabras me pusieron nerviosa, no es qué me avergonzará de lo que soy, pero era
un extraño y no sabía sus intenciones por eso decidí mentir.
- Eso me han dicho, pero soy hija de un sastre, mi padre vive en el pueblo.
- Ya veo\, no se preocupe después de comer la llevare a la entrada del castillo y de
ahí podrá irse al pueblo.
- Le agradezco caballero\, no tengo como pagarle\, pero si alguna vez lo vuelvo a ver y
necesita algo no dude en pedírmelo.
- Ya veremos señorita Alondra.
Después de esa charla comimos el conejo asado y nos preparamos para partir, me ayudo a
subir a mi caballo y él monto el suyo, los caminos estaban llenos de charcos
por la fuerte lluvia y eso nos retrasó un poco, ninguno de los dos dijo nada y
tanto silencio me tenía incomoda, pero después de unos minutos pude reconocer
el camino.
Ya estábamos cerca al castillo, cubrí mi rosto con aquella cobija de lana, no te
soldados y no sería bueno que me reconocieran, menos en compañía de un
caballero, Arturo les dijo que íbamos al pueblo y estos no dijeron más, parecía
que me seguían buscando y eso me alerto, mi padre me va a matar apenas llegue.
Después de salir del bosque lo primero que vi fue el imponente castillo, mi padre se
vanagloriaba al ser uno de los más hermosos del mundo y era cierto, el lugar no
solo era enorme y hermoso, era prácticamente impenetrable por sus altos muros,
pero yo conocía un par de lugares por donde podía entrar sin ser vista.
Así que estando a pocos metros me despedí de aquel amable caballero, este estaba
algo reacio a dejarme sola, pero le asegure que conocía el camino, le dé volví
aquella cobija de lana que me calentó toda la noche, sus ojos me miraron
intensamente por un buen rato, podía sentir su mirada en mi espalada.
Me encamine al castillo, lo rodee y entre por una puerta que muy pocos conocen,
pero la uso para escapar al bosque desde niña, lo primero que veo al entrar
es a la pobre Cecil esperando, me miro enojada.
- Por dios princesa\, como es de imprudente\, su padre mando a castigar a toda su
guardia y si no fuera yo una mujer vieja también hubiera sido azotada.
- Ya estoy aquí nana\, no te enojes no sabes todo lo que me paso.
- Vayamos a su habitación para que me cuente\, su doncella también fue azotada y tendré que ayudarle a vestirse por los días que ella no pueda.
- No sé qué haría sin ti nana.
Baje del caballo con cuidado y nana puso el grito en el cielo al ver mi tobillo
vendado, fue toda una odisea subir los escalones hasta mi habitación, donde mi
padre esperaba sentado y con una cara que si las miradas mataran hubiera caído
muerta al instante.
- Hasta que te dignas aparecer, se puede saber dónde diablos pásate la noche Alondra.
- Con la cabeza agachada le contesté\, me perdí en el bosque padre\, me caí del caballo
y por eso no pude llegar.
- Maldición\, que traigan al doctor para que la revise y tu vieja Cecil no la dejes salir de
esta habitación hasta que estemos seguros que no le paso nada.
Mi padre me reviso con la mirada antes de salir el mismo por el doctor, aunque no
lo dijera sabía que se preocupaba por mí, solté un suspiro y con ayuda de nana
Cecil me bañe y vestí, el doctor me reviso el tobillo y dijo que debía quedarme
en cama al menos una semana.
Mi padre se volvió a enojar y maldijo un par de veses, su boda era al día
siguiente y yo debía estar presente para conocer a mi nueva madre, que según me
dijo nana estaba en el castillo desde la noche anterior, el doctor me unto una
pomada y volvió a vendar mi tobillo.
- Vez lo que provocas Alondra, esto es culpa de tu madre, en vida te mimo tanto que
eres una joven impulsiva, casi te matas por andar como loca en ese caballo y
para colmo dejaste a los guardias sabiendo lo peligroso que es ese bosque de
noche, un día de estos me vas a matar de un coraje.
- Me dolieron sus palabras, pero sabía que tenía razón, desde que mama murió, todo
cambio en el castillo, mis responsabilidades crecieron y me sentía tan abrumada
que lo único que se me ocurrió fue escapar.
- Lo siento padre\, no volverá a pasar.
Yo me voy asegurar de eso, tendrás dos doncellas más, eres la princesa heredera y te
comportaras como tal, más tarde vendré para que conozcas a la que será mi
esposa, en esas condiciones no podrás bajar al banquete que sedara esta noche,
espero seas respetuosa con ella y sus hijos.
Tiene hijos, porque yo no lo sabía.
No tengo porque darte explicaciones de mis actos Alondra, no se te olvide que soy
el rey de este país, ya lo sabrás todo más tarde.
Mi padre sale de la habitación y me quedo preocupada, no sé nada de esa mujer y
ahora resulta que tiene hijos, mi padre solo me había dicho que se casaría con una
princesa del norte, pero jamás pensé que fuera una viuda con hijos.
Aunque pensándolo bien, sería lo mejor siendo ella una mujer con experiencia se
ocuparía de las obligaciones de mi madre y podrá quitarme carga, eso me hace
sentir mejor, tendré de nuevo tiempo y no estaré ahogada de responsabilidades.
Nana Cecil, ya están las dos doncellas que me asistirán quiero estar presentable
para conocer a la nueva esposa de mi padre.
Si, voy por ellas.
Veo salir a mi nana, me quedo pensando en todo lo que ha pasado desde que mamá
murió, mi padre se volvió frio y solitario y yo igual, ella era la única que le
daba luz a este oscuro castillo, era una mujer tan hermosa, tenía una larga
cabellera roja que yo herede, sus ojos verdes y piel pecosa la hacían lucir
encantadora, yo no tengo sus ojos pues los míos son azules como los de mi
padre, él es un rubio muy atractivo a pesar de sus años.
Mientras estoy perdida en mis recuerdos y tocan a la puerta, dos jóvenes que ya había
visto entran con la cabeza agachada y haciendo reverencias, una tenía una larga
trenza de color negro y la otra un poco más corta, pero de cabello rubio.
Cuáles son sus nombres.
Soy María princesa. Dijo la rubia.
Yo Mariana su alteza. Dijo la peli negra.
Muy bien, busquen un vestido elegante que tendré visita y como verán no puedo
levantarme sola.
Las dos se colocan a buscar y después de escoger me traen un vestido azul, me
ayudan a colocarlo y Mariana me hace un peinado muy lindo, son muy
eficientes en su trabajo, charle con ellas un rato y me entere que son
hermanas, pero una saco los rasgos de su padre y la otra de su madre por eso el
cambio en el color de cabello, están en el castillo para ayudarlos con los
gastos pues son una familia de 12, su padre no perdió el tiempo y eran muchas
bocas que alimentar.
ALONDRA.
Espere un buen rato y hasta me quede dormida esperando que mi padre llegara, un poco
antes del anochecer tocaron a mi puerta, permití el acceso y mi padre entro de
la mano de una mujer tan alta como él y mi padre mide 1.90, con un peinado
elegante y llena de joyas, demasiadas para mi gusto, pero eso es el gusto de
cada quien, era rubia de ojos azules y se vía bastante joven para tener hijos.
- Hija te presento a SONIA princesa del reino Navarra en el este y ahora futura reina de
Zaragoza en el sur.
- Mucho gusto su majestad soy Alondra princesa heredera de Zaragoza\, me disculpo\, pero
por mi lección no puedo levantarme.
La mujer me hace una reverencia y sonríe de una forma algo forzada, me pareció.
Un gusto conocerla princesa, su padre me ha hablado mucho de usted.
No puedo decir lo mismo, pero estoy encantada de al fin conocerla.
Gracias por su amabilidad, le presento a mis hijos, pasen por favor hijos.
Una mujer y un hombre entraron, eran mayores que yo y muy parecidos podría jurar
que son gemelos, mismo color de pelo, ojos y rasgos iguales, rubios como la
madre, pero con ojos negros, me hicieron una reverencia al entrar.
Un gusto conocerla princesa, soy MANUELA.
Y yo MANUEL, estamos encantados de ser recibidos en tan majestuoso castillo.
Sean ustedes bienvenidos.
Gracias dijeron los dos al unisonó y se ubicaron al lado de su madre.
Hija como no podrás estar en la boda Manuela tomara tu lugar como madrina.
No importa su majestad, yo estoy feliz por usted y lo acompañare de todo corazón. Dije eso con una sonrisa, que fingí a la perfección sé que mi padre no duda de mi apoyo, pero estas personas no me gustan ni un poco y estaré prevenida.
Maravilloso, lo vez Manuela no tienes de que preocuparte, dijo Sonia.
No estaba preocupada madre, solo que no quería desplazar a la princesa, dijo esta ultima sin dejar de verme de forma desafieante.
Salgamos todos y dejemos a mi hija para que descanse nos esperan en el banquete.
Después de las palabras de mi padre todos dejaron mi habitación, cosa que agradeci no poda seguir fingiendo sonrisas, toque la campana junto a mi cama y las dos doncellas entraron corriendo.
Llamo usted princesa, dijo María.
Si, necesito que le lleven esta nota a mi amigo el capitán, sobra decir que lo
hagan de forma discreta, podre confiar en ustedes.
Claro princesa, estamos para servirle.
Escribí una corta nota para el capitán de la guardia, lo conozco desde niña y siempre fue
leal a mi madre, sé que le dolió mucho su muerte pues eran amigos desde la
infancia y ella me dijo que era el único en el que podía confiar, esa mujer y
sus hijos no me dan buena espina, mi madre siempre decía que a la madrasta el
diablo la arrastra y si quería sobrevivir tenía que estar alerta.
Ella siempre me enseño todo lo que debía saber de la corte y como cuidarme de
matrimonios arreglados y nobles doble cara, como ella los llamaba, que siempre
buscaban el favor del rey o la reina solo para su propio veneficio, tengo
presente el peligro que corro con su muerte y me duele recordar sus últimas
palabras fueron que si ella moría tenía que estar lista para la guerra que me
esperaría y creo que esa guerra llego.
AL DIA SIGUIENTE.
El castillo es un caos, el banquete de anoche duro hasta el amanecer y casi no dormí
por el escándalo, ahora desde muy temprano se escuchan los gritos del ama de
llaves y los pobres sirvientes corren para organizar todo, es una pesadilla,
agradezco al cielo no tener que salir de aquí, cuando todos se vayan a la
catedral podré dormir tranquila, sé que las bodas son una ceremonia muy larga
que lleva horas.
El castillo quedo en silencio y supe que todos se habían ido a la catedral del
pueblo, es el doble de grande de la que tenemos en el castillo y es el lugar
donde se casan los reyes, es tradición según me dijo mi padre, un sirviente me
trajo comida y entre estas venían unos postres que según eran parte del
banquete de la boda, los comí sin problemas me encanta el dulce.
Después de comer sentí mucho sueño y poco a poco me quedé dormida, sin imaginar lo que
en realidad pasaba.
Desperté temblando y con mucho dolor, sudaba, pero sentía frio, con dificultad toque la
campana y no tardo en entrar mi nana que al verme corrió a mi ayuda, un doctor
grito fuerte al sentir mi temperatura y corrió al baño por compresas de agua
tibia.
Las dos doncellas entraron y al ver mi estado salieron corriendo por el doctor del
castillo, pero no lo pudieron encontrar porque este estaba en la boda, solo su
ayudante llego y era poco lo que sabia, me aplico unos ungüentos en la frente y
pidió a nana Cecil que siguiera poniendo compresas en lo que iba por el doctor
del pueblo.
Fueron las horas más largas y dolorosas de mi vida, todo mi cuerpo dolía y sentía que
moriría en cualquier momento, cuando el doctor llego yo había perdido el
conocimiento varias veces debido al dolor.
Nana le explico mis síntomas y que todo paso de repente, el viejo me reviso y dijo
que yo había sido envenenada, yo lo considere imposible ya que mi madre me
volvió inmune a venenos desde muy niña, era una regla fundamental para aspirar
al trono, pero él viejo doctor dijo que este veneno era muy potente y poco
común, que solo se veía en los reinos del este y que los conocía porque vivió
allá.
Mi cuerpo no fue inmunizado para este veneno y estaba luchando por eliminarlo, por eso el dolor extremo, que era un milagro que siguiera viva, saco de su maletín unas plantas y las envió a preparar, saco algo más de su maleta y
con ayuda de nana Cecil me lo dio a oler, era tan fuerte el olor que me produjo vomito.
Uno minutos después trajeron el brebaje, su olor era insoportable, pero me
obligaron a tomar una buena porción y es lo último que recuerdo, cuando
desperté era media noche y mi padre dormía en un sillón dentro de la habitación.
Agua, dije con la poca fuerza que me quedaba.
Hija al fin despiertas, vine a verte apenas me informaron de tu estado.
Mi padre me acerca un vaso con agua y lo bebo con dificultad, me duele la garganta.
El doctor dijo que el peligro paso, no sabes el susto que me lleve al enterarme
que estabas en peligro de muerte.
Sabes quién me ha envenenado.
No todavía, pero puse al capitán a investigar, tenemos un traidor entre nosotros y
pude a ver sido yo.
Creo que no es buena idea que hagas la tradicional casería por tu boda, sería
peligroso y podrían matarte, no sabes con que intenciones me envenenaron.
Ya lo pensé y no se hará, recupérate volveré mañana hay un par de cosas que quiero
contarte.
Mi padre sale y nana entra con un caldo de pollo que me obliga a tomar, según para
que retome fuerzas, todo era tan confuso para mí, no entiendo en qué momento me
dieron el veneno, pero seré más cuidadosa con mis comidas no volverán a tomarme
desprevenida.
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