A lo lejos, a través del horizonte, se distinguían siluetas entrelazadas en un feroz combate, dejando tras de sí un rastro de muerte y desolación."

A través del horizonte se podía vislumbrar figuras que luchaban entre sí, dejando muerte y destrucción a su paso.

Una figura sobresalía de todas ellas, era una persona de estatura promedio pero su rostro era el más hermoso de todos.

"¡Padre, no podemos aguantar más tiempo!" le dijo a un hombre de aspecto tosco.

"Lo sé, ¡huye rápido!" con su espada cortó al enemigo que se acercó por la espalda. "Yo los detendré todo el tiempo que pueda." trató de sonreír, pero sus labios no obedecieron.

"No, ¡moriremos juntos!"

"Grace, cariño, no seas terca " acarició su mejilla con ternura "Eres mi hija mayor, confío en ti para proteger a tu madre" sentía una punzada de culpa por haber permitido que su hija usara ropa de hombre en esta situación tan peligrosa. Sin embargo, sabía que la valentía y el coraje de Grace eran fundamentales para la seguridad de su familia.

En ese instante, un hombre vestido de negro se abalanzó hacia el hombre. La mujer reaccionó con rapidez, interponiéndose entre su padre y el asesino. La hoja de la espada atravesó su pecho, alcanzando su corazón de lleno.

Grace yacía en el suelo, rodeada de ruidos ensordecedores que resonaban a su alrededor. Incapaz de mantener los ojos abiertos por más tiempo, pensó con resignación: "Este es mi fin".

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En la bulliciosa sala de partos resonaban los angustiosos gritos de una mujer de semblante delicado.

"Señora, falta poco, ¡puje un poco más fuerte!"

La mujer miró a su marido " ¡ya no puedo más!"

El hombre nervioso intentó buscar algo dentro de su ropa "Todo va a estar bien, mira" le mostró una foto de su actor favorito. Aunque no le gusta que su esposa mire a otro hombre que no sea él, en estos momentos está dispuesto a sacrificarse.

La mujer al ver la foto no pudo evitar reír, su esposo odiaba a ese actor. " gracias cariño, ¡te amo mucho! " él dolor en su estomago se hizo más fuerte todavía "¡auch! ¡Esto duele demasiado!"

"Cariño aguanta, aguanta por favor" el hombre sudaba nerviosamente.

Este niño era lo más deseado por ambos. Le había costado mucho a su esposa quedar embarazada, probaron de todo y no funcionaba hasta que se dieron por vencidos. Fue una completa sorpresa su embarazo, en ese momento era el hombre más feliz de la tierra pero ahora solo deseaba que su esposa estuviera bien

Unos segundos después el médico a cargo gritó "¡Es una hermosa niña!"

La mujer sonrió aliviada al escuchar el llanto de su pequeña. Intentó decir algo, pero sus palabras se quedaron atrapadas en su garganta, y finalmente se desmayó.

"Esposa, ¿te encuentras bien?" asustado tocó a su esposa.

"Ella se encuentra bien, sólo necesita descansar" dijo una enfermera regordeta.

"Por un momento pensé...... " estaba super traumado con los videos que vio antes de entrar a la sala de partos "mi bebé, ¿donde está mi bebé?" giró su cuerpo por toda la sala como pollo sin cabeza.

"¡Aquí está!" exclamó una enfermera joven y educada, entregándole a la niña ya limpia.

"Gracias" sostuvo con mucha destreza a la niña. "Hola, cariño, ¡soy tu padre!"

Grace se sintió atrapada en un lugar oscuro y pegajoso, envuelta en un olor penetrante a hierro. Voces resonaban a su alrededor, pero no lograba distinguir las palabras que se decían.

Quería salir rápidamente de ahí, así que siguió su instinto y logró salir.

Podía sentir que alguien secaba su cuerpo de ese líquido pegajoso. Después escuchó a alguien decir que era su padre.

Abrió los ojos con dificultad, el hombre que la sostenía no dejaba de sonreír.

¿QUE RAYOS FUE LO QUE PASO? estaba segura de haber muerto, ¿que hace aquí, como una recién nacida?

"¿Quién eres" le preguntó al hombre

Sin embargo lo que salió de su boca no fueron las palabras si no balbuceos sin sentido.

"Eres la buena hija de papá" su hijita abrió sus pequeños ojos apenas lo vio. Se sintió tan orgulloso.

"Señor, disculpe pero......" la enfermera extendió los brazos

"¿Para que quieres a mi hija?" se alejó rápidamente

"Tranquilo", le tranquilizó el doctor, "es para hacerle un chequeo médico completo a la bebé".

"ah... ¡lo siento!" se disculpó un poco avergonzado

"No hay nada de que avergonzarse, ¡felicidades!" le dijo el doctor, saliendo de la sala de partos.

Mientras tanto, el hombre observaba con atención mientras trasladaban a su esposa a otra camilla, y vio cómo la enfermera salía cuidadosamente con su hija en brazos.

Al salir por la otra puerta se encontró con el resto de su familia.

"¿Es niña o niño?", preguntó con ansiedad una mujer de aspecto elegante y sereno, sus ojos llenos de expectación mientras aguardaba la respuesta.

En su familia las niñas eran muy raras, tenía dos hermanos y una hermana pero en la tercera generación solo habían varones. _ ¡es una niña! _ ser padre de la única niña lo hacía el hombre más feliz.

La mujer al escuchar esto casi se desmayó. "¡mamá, mamá! ¡No me asustes!"

Todos corrieron a su lado, preocupados por su salud.

"¡Ya! no hagan tanto alboroto" se sentó en una silla de espera. "Viejo" Observó a un señor de aspecto severo "¡Tenemos una nieta!, ¡por fin la tenemos!"

"En.... pero cálmate un poco" aunque dijo esto también en su cara se notaba la excitacion.

"¡Tienes suerte!" dijo su segundo hermano con envidia.

Era un hombre de complexión robusta y una altura imponente de metro noventa, con ojos negros que transmitían determinación, y cabello corto que enmarcaba su semblante serio.

"Soy el hombre con más suerte en la familia" dijo sin pensar.

Los dos hermanos y la hermana se miraron mutuamente, con la determinación de borrar la sonrisa de suficiencia que adornaba el rostro de su hermano mayor, quizás con un fuerte golpe.

Se formó un ambiente un tanto incómodo pero el feliz papá ni se dio cuenta.

"Estoy dispuesta a mudarme a tu casa para ayudar a la cuñada a cuidar a mi querida sobrina", le dijo la mujer vestida con traje profesional a su perdido hermano mayor.

Tenía una complexión delgada y una estatura promedio, con ojos color miel que irradiaban calidez, y cabello negro recogido en un elegante moño alto.

"Ah..." salió de su hermosa imaginación al escuchar esto. "¡No! Mi esposa y yo somos completamente capaces de cuidar a nuestro tesoro" y no estaba bromeando, tomó muchos cursos del cuidado de un bebé recién nacido.

"¡eres tacaño!" exclamó la mujer con indignación.

El segundo hermano lo miro con seriedad y dijo "¡mal hermano!"

"¡Insensible!" Esto último lo dijo el tercer hermano.

La pareja de ancianos observó cómo sus hijos discutían. En circunstancias normales, su comportamiento les habría molestado, pero esta vez decidieron pasar por alto la pelea.

Se tomaron de las manos y se sonrieron mutuamente.

Habían transcurrido varios días desde que Grace salió del hospital y aún no podía asimilar lo que había ocurrido: primero murió y luego volvió a la vida.

Luego se dio cuenta de que estaba viviendo dentro de una novela, la misma que su hermana menor le había leído, al reconocer el nombre de sus padres en la trama.

'Mi feroz y tierna esposa' es una historia basada en Marcus Sol, un hombre arrogante e indiferente perteneciente a una familia poderosa. Como tercer hijo de la tercera familia, no tenía derecho a ser el heredero, por lo que decidió ser policía. Es allí donde conoce a la protagonista, Miriam, quien era su asistente. La vida de Miriam era completamente opuesta a la suya: vivía sola con su madre, no tenía hermanos y nunca conoció a su padre. Aunque su situación económica no era pobre, no podía compararse con la familia Sol.

Como en toda novela cliché, la familia de Marcus se opuso a esta relación. Sin embargo, él desafió a su familia para estar con Miriam. Al final de la historia, todos en la familia Sol murieron, excepto el protagonista.

En cuanto a su personaje, nunca hizo acto de presencia, pero su nombre resonaba repetidamente a lo largo de la novela. La niña había nacido sin vida, un acontecimiento que sumió a su madre en una profunda depresión, llevándola finalmente a la muerte.

Sus padres en este mundo se llaman George Sol y Sarah Iris quienes son los tíos del protagonista original, ellos no estuvieron involucrados en la pelea de la familia. Ya que ambos habían muerto antes que iniciará la novela.

"¡que pena!" Se lamentó en su pequeña cabeza, tras recordar la causa de la muerte de ambos progenitores.

"Cariño, mira, nuestra bebe esta despierta" Sarah se acercó con cuidado y delicadeza a la cuna de su bebé. "¡Es tan preciosa!" su mayor deseo se hizo realidad, ella quería ser madre, pero tenía un problema en su útero y por eso el médico le dijo que era difícil tener un hijo, consulto con muchos médicos, algunos de ellos incluso dijeron que nunca iba a tener un bebé.

"Tiene el mismo color de tus ojos", susurró, George, mientras acariciaba la frágil mejilla de su hija.

Sarah sonrió con mucho orgullo y dijo "ella heredó tu mismo color de cabello" consoló un poco a su marido, quien ya había puesto cara de perrito regañado.

"¡Cuidaré mucho a mi hija para que nada ni nadie le haga daño!" exclamó con voz firme y decidida, mientras se golpeaba el pecho como gesto de compromiso absoluto.

"Te creó, ambos cuidaremos de ella"

"Papá ya escogió el nombre para nuestra princesa" eso lo dejo muy insatisfecho, el quería escogerlo pero ni siquiera lo dejaron opinar.

¡Ja,Ja,Ja! Se escucharon risas dentro del cuarto.

"¡No te rías!" George bufo indignado

"ya... esta bien... no te enojes" dijo entrecortadamente "Si los ancianos la nombraron significa que la quieren mucho. ¿Con cuál nombre se quedaron?" Había visto la larga lista de posibles nombres que tenía su suegra.

"El nombre de nuestra hija es ¡Grace Sol!", exclamó con alegría mientras la sacaba de la cuna con mucho cuidado. Sus ojos brillaban al sostener a la pequeña en brazos, sintiendo una profunda conexión con ella desde el momento en que nació.

Grace, al escuchar su antiguo nombre, se sobresaltó. Se llamaba igual que en su vida anterior. Era hija de un famoso y poderoso general. A causa de esto, el emperador le tenía desconfianza, hasta el punto de insertar asesinos dentro del ejército. El emperador había mandado a su padre a vigilar la frontera con la excusa de constantes ataques del país vecino, lo cual resultó ser una completa mentira. Contrató asesinos que fingieron ser del ejército contrario. Estaban rodeados tanto por dentro como por fuera, y no había salida.

En ese momento, su principal objetivo era rescatar a su padre de ese lugar, consciente de que su madre no podría soportar vivir sin él.

Por salvar a su padre, murió; sin embargo, tenía serias dudas al respecto. Sentía que podría haber interceptado la espada del asesino, pero algo la paralizó.

Frunció el ceño preocupada.

"¡Con cuidado!" Sarah intentó recuperar a su hija de su esposo.

"¡no te preocupes!" Yo puedo cargarla..... "

"No lo creó, ¡mira, pareces que la estas lastimando!" señaló su pequeño ceño fruncido.

Grace rápidamente dejó de fruncir el ceño; sabía que debía dejar de hacer esas cosas. Ahora era solo una bebé y no podía permitirse mostrar signos de ser diferente o anormal. Se esforzaba por adaptarse y pasar desapercibida en su nueva vida.

Al escuchar lo que dijo su esposa, George se puso nervioso de inmediato, aflojó un poco su agarre y vio cómo su ceño volvía a la normalidad. Suspiró con gran alivio: "¡Ella está bien!"

"¿Quién está bien?" una voz potente resonó desde la puerta. "¡Déjame ver a mi preciosa nieta!", exclamó mientras se acercaba con una mezcla de ansiedad y alegría en su rostro.

"Mamá, ¿que haces aquí?" sus padres desde el momento en que dejaron el hospital no se han separado de ellos, hasta hace unos quince minutos. Pensó que habían vuelto a la casa principal, pero... no, están de vuelta.

"A ti que te importa" le dio un pequeño golpe en la cabeza a su hijo mayor. "Acaso.... ¿no quieres que este aquí?" intentó darle otro golpe pero su nuera la detuvo.

"Suegra, no le hagas caso. Estamos muy felices de que estés aquí", dijo con cariño. Tenía la mejor suegra que podía pedir. Cuando se enteraron de que posiblemente no podría tener hijos, Kattia nunca obligó a su hijo, George, a divorciarse de ella e incluso le recomendó que prestara atención a su salud y la cuidara.

Su marido pasó a regañadientes a la bebé para que su madre la cargara; la anciana la recibió con gran felicidad y habilidad. "Grace, mi querida nietecita, yo soy tu única abuela", dijo olvidándose de la anciana Iris, la madre de su nuera.

Grace observó a la elegante mujer que la estaba cargando. En la novela, aparecía un personaje difícil de olvidar para el protagonista: su abuela paterna, Kattia Belt. Era una mujer fuerte, inteligente e intrigante. Sin embargo, su historia no tuvo un final feliz. Su esposo sufrió un derrame cerebral causado por el protagonista y ella murió a causa de esto. Kattia, llena de resentimiento, había planeado vengarse de Marcus, y habría tenido éxito de no ser por la protagonista femenina, quien intervino a tiempo. Al final, Kattia quedó recluida en un asilo de ancianos, enferma y demente.

Grace le dio una gran sonrisa, con mucha dificultad.

"Mi bebé", Kattia acarició con mucho cariño la pequeña cabeza. Con nueve nietos, siempre había esperado una nieta. "¿Cómo te sientes?", le preguntó a su nuera.

Sarah le contestó con mucho entusiasmo: "¡Muy bien! No he sentido casi ninguna molestia y estoy emocionada por cómo va todo."

Ambas se miraron y sonrieron con complicidad.

George las vio sonreír, y él también se contagió, mostrando una gran sonrisa. "Ya es hora de su comida", caminó hacia su madre con la intención de tomar al bebé en sus brazos.

Kattia lo vio venir, pero en lugar de dársela a él, se la entregó a su nuera. No confiaba mucho en su hijo mayor. "Tu hermana tiene planeado organizar una fiesta para celebrar su primer mes. ¿Qué opinas?"

"No creo que sea seguro sacarla aún. Un mes es demasiado riesgo, ¿qué tal si se enferma? O..." hizo una mirada para recordarle lo ocurrido en el hospital. Se enteró de ese incidente después del parto "Será mejor celebrar la fiesta cuando cumpla cinco meses. Estaría más tranquilo." George sabía que su hermana tenía buenas intenciones, pero necesitaba poner los intereses de Grace en primer lugar.

Kattia recordó con angustia la persona que encontraron en el hospital, intentando hacerle daño a su nieta. Las pistas se rompieron y no pudieron encontrar al sospechoso, dejando a todos preocupados por la seguridad de Grace.

"Bueno... tienes razón, nada es más importante que la salud de mi pequeña nieta", le dio un beso de despedida a la pequeña. En su opinión, no se separaría de su nieta por nada del mundo. Sin embargo, sabía que debía darles su espacio a la pareja y no podía quedarse aunque quisiera. "Cuídenla mucho, si necesitan algo me avisan. Estaré pendiente de cualquier cosa."

Sarah una vez más sentía que tenía la mejor suegra del mundo. "Gracias, suegra", hizo un gesto con la mano en señal de despedida.

George acompaño a su madre hasta la puerta. "Namá......" no pudo terminar de hablar porque su madre lo interrumpió.

"Si algo le llegará a pasar a mi nieta... por tu culpa" lo señaló con un dedo "No vivirás para contarlo"

"Entiendo... eso no pasará", dijo con miedo evidente en su voz temblorosa. Todos en su familia conocían bien la furia de su madre cuando se enfurecía, y las consecuencias podían ser devastadoras.

Dentro de la habitación, Grace no tenía conciencia de que alguien amenazaba su vida, mientras su abuela, fuera de sí, amenazaba a su padre. La pequeña estaba ocupada alimentándose con tranquilidad y explorando curiosa su entorno.

"Esta habitación es totalmente diferente a la de su vida anterior", pensó mientras sorbía unos pequeños tragos de leche.

Era un espacio muy acogedor y cálido, las paredes estaban pintadas de un color rosa pálido, en el centro del cuarto, se encontraba, una cuna blanca con sábanas de algodón suave, adornada con móviles de pequeños animales de peluche que giran al ritmo de una suave melodía. Junto a la cuna, hay una cómoda con juguetes y pañales ordenadamente guardados. En una de la paredes, se colocaron pequeños estantes que exhiben libros de cuentos infantiles y pequeños peluches tiernos. La habitación estaba iluminada por una lámpara de luz tenue y cálida.

Se nota el amor que pusieron al decorar y ordenar este cuarto. Lástima que en la novela nunca se usó.

Trató de recordar un pequeño texto en la novela donde mencionaban otras causas de la depresión de Sarah, aparte de la perder a su hija, pero al parecer no lo recordaba.

"¡Uf!" Suspiró con frustración y, después de eso, comenzó a sentir mucho sueño. Intentó mantener los ojos abiertos, pero le resultaba una tarea difícil. Sus párpados pesaban como si estuvieran hechos de plomo.

Sarah observó con atención cómo cambiaba la expresión en el rostro de su hija, notando signos de cansancio. Mientras caminaba hacia la cuna, pensó que quizás era hora de dormir para la pequeña.

Le dio unos pequeños masajes en toda su espalda y luego colocó a Grace suavemente en la cuna. Encendió el móvil que colgaba sobre la cuna y, una vez confirmó que estuviera cómoda, salió lentamente de la habitación, asegurándose de encender la cámara.

George después de despedir a su madre, casi corrió a ver a la bebé.

Al llegar frente al cuarto de su hija, encontró a su esposa de pie en la puerta. Curioso, le preguntó: "¿Qué estás haciendo?"

"Nada, solo me aseguraba que ella estuviera bien. Mira, que tierna se ve dormida"

El bebé descansaba plácidamente, respiraba con suavidad. Sus pequeñas manos se cerraban con delicadeza. Su rostro revelaba una expresión de paz.

Ambos se quedaron unos minutos observándola, hasta que una voz los sobresaltó.

"¿Se van a quedar ahí, parados como estatuas?" Una mujer de aspecto formal y profesional intentó abrirse paso entre la pareja. "¡Quiero ver a mi sobrina! He ido al centro comercial a comprarle un poco de ropa y juguetes."

George observó a cuatro hombres cargando cinco bolsas cada uno.

"Ericka, no deberías haber comprado tanto", comentó con una pausa, su expresión ligeramente engreída. "Para eso estoy yo", añadió con orgullo mientras se señalaba a sí mismo.

Dio unas pequeñas palmadas y cinco mujeres vestidas de sirvienta salieron del pasillo derecho, cada una cargando seis bolsas.

"Lo ves, conmigo basta y sobra", afirmó con confianza.

Ericka quería mucho a su hermano mayor, pero en ese momento lo odiaba.

"No te preocupes, este es sólo el comienzo. Abajo hay más bolsas. ¿Pensabas que con este puñado de paquetes sería suficiente para mi sobrina?" ondeó su larga cabellera mientras entraba en la habitación diciendo "Por supuesto que no."

George intentó detenerla, apartando el cabello de su hermana de su cara."

"Espera... ¡déjala!" Sarah arrastró a su esposo hacia la sala de estar. "No pasará nada, tú hermana sabe como tratar a un bebé"

"Tienes razón, es solo que... El culpable de intentar hacerle daño a nuestra bebé aún no ha sido atrapado, y eso me preocupa profundamente", dijo mientras caminaban hacia la sala.

Al llegar a la sala, se acomodaron juntos en el sofá. "Lo sé, hemos luchado mucho por ella, pero ellos son parte de nuestra familia. Nada malo le va a pasar, ellos la quieren tanto como nosotros", dijo mientras le daba un beso en la mejilla para tranquilizarlo.

George sonrió mientras se reprendía a sí mismo. 'Deja de ser paranoico', se repetía en su mente.

En la habitación de Grace, Ericka se sentía perdida, sin saber dónde colocar las manos. Observaba a su sobrina con amor y preocupación, pensando en cómo asegurarse de que todo estuviera perfecto para ella.

Su sobrina era tan tierna, bonita y suavecita, esto último lo acaba de comprobar tocando su pequeña cara.

Escudriñó la habitación con la intención de aprender qué se puede poner en la habitación de una bebé, pensando en recrear una igual para su sobrina en su propia casa.

Aunque será difícil sacarla de esta casa, dado que la familia está en alerta por su seguridad, ella estaba dispuesta a intentarlo.

Sacó unos pequeños aretes de su bolsa. "Cuando seas un poco más grande, yo misma te los pondré", los había visto en un escaparate de una tienda y de inmediato pensó en su sobrina."