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MI BEBÉ, MI AMOR

CAPITULO: DESPUES DE LA SEPARACIÓN.

Era tanto el silencio qué abundaba en la habitación, que el simple sonido de la puerta abriéndose y las pisadas suaves al caminar se escuchaban nítidamente. Sentada en el sillón; con la mente perdida en lo más profundo de mis pensamientos y con la mirada fija hacia el suelo me pregunté:

¿Cómo es que este lugar que solía ser tan bullicioso, alegre y sobre todo cálido?

Se convirtió en un lugar tan silencioso y sombrío.

¿Qué pasó?¿ Cómo sucedió ?¿cómo es que terminó así?

Escuche unos pasos acercándose desde el final del pasillo y se detuvieron justo al lado mío.

_ Ya terminé de sacar todas mis cosas. -Aquella voz resonaba como miles de Ecos en mi cabeza y aunque me moría de ganas por voltear a verlo aunque sea una última vez...

Mi orgullo ;mi dolor; mi rencon ;mi tristeza, fueron mucho más grandes que mi amor por él y solo me mantuve en silencio.

Al ver que no obtendría respuesta por parte mía tomó la última maleta que quedaba y se dispuso a salir del apartamento que hasta hace poco era nuestro hogar, se detuvo justo en la entrada y volteó a verme. Hasta ese momento no pude resistirme más y con los ojos llorosos al borde de las lágrimas levanté la mirada y se encontraron con las suyas.

El mismo sufrimiento; la misma tristeza el mismo dolor que yo sentía pude verlo reflejado en su mirada, al cruzar nuestras miradas era como verse en un espejo. No pude resistirme más y mis lágrimas estallaron, no quería que él me viera en ese estado y oculté mi rostro con mis manos, pero incluso así no paraba de llorar pude ver las gotas de mis lágrimas cayendo y mojando la alfombra.

_ Perdóname. Nunca quise lastimarte, pero aun así fue lo único que hice. En verdad lo siento.- -sin decir más él finalmente se marchó salió de casa así como de mi vida pero de mi corazón todavía no.

No recuerdo qué más pasó después de que él se marchara. Aunque a decir verdad no hay mucho que recordar solo lágrimas y más lágrimas, arrepentimiento, dolor, suspiros y un Inevitable silencio y vacío.

A la mañana siguiente desperté por el sonido de la alarma del celular; con los ojos rojos e hinchados y algo adoloridos y con un leve dolor de cabeza.

Me levanté suavemente del sofa caminé hacia mi cuarto ya que la noche anterior había dormido en el sofá de la sala, empujé la puerta que se encontraba semi abierta. Tan silenciosa, tan vacía es como se encontraba aquel cuarto donde solo había risas y calidez.

Me tumbé en la cama y estaba fria, miré al techo y solté un gran suspiro, luego volteé mi mirada hacia la habitación y era claro que hacía falta algo este lugar; no estaba completo. Había algo que faltaba o mejor dicho alguien faltaba. Mi mirada se detuvo en aquel armario de peluches cada uno contaba una historia ,cada uno era especial; cada uno más conservado que el otro ,pero aún así todos eran valiosos y preciosos.

Especialmente el que era el más viejito de todos, no pude evitar llorar nuevamente, mi mente se lleno de muchos bellos recuerdos, esos peluches representaban mi felicidad momentos en la que él estaba a mi lado y éramos felices.

Mis lágrimas salieron sin parar al recordar cada momento a su lado, las cosas que hacíamos no eran grandiosas ni extraordinarias eran cosas simples; pero eran cosas que hacíamos los dos y eso lo volví especial, cada pequeño detalle era significativo y muy valioso.

Me recosté en la cama y de tanto llorar perdí la noción del tiempo y me quedé dormida. No fue hasta horas más tarde cuando recibí la llamada de una compañera del trabajo que volví a mis sentidos al menos por unos momentos. Alisté todo lo necesario para ir al trabajo por la mañana.

Al día siguiente traté de prepararme algo para comer pero mientras estaba en la cocina no puedo evitar volver a pensar en él; de hecho cada rincón de este lugar me lo recordaba ni siquiera pasó mucho tiempo pero el vacío que dejó es insoportable.

En los siguientes días traté de continuar con mi vida diaria y seguí mi rutina habitual, de casa al trabajo del trabajo a casa, normalmente aveces iba casa de mis padres pero por un tiempo evité llegar allí; ya que hasta el momento nadie sabía de mi separación y quería evitar las típicas preguntas que suelen hacer y sobre todo quería evitar desmoronarme frente a ellos.

Ya que ante sus ojos yo era una mujer de un carácter fuerte y un corazón duro e inquebrantable y a decir verdad hubo un tiempo que solía ser así. Ojalá y no me hubiera enamorado de él y hubiera evitado todo el dolor que siento ahora.

Los días fueron pasando y se convirtieron en semanas, me enfoqué a pleno en mi trabajo no quería darle tiempo a mi mente de pensar en él; sonreía a pesar de que por dentro estaba destrosada, triste. Trataba de ocultar mi dolor y mi sufrimiento de los demás. Pero cuando llegaba a mi habitación donde nadie observaba dejaba salir todo de mi interior.

Pero por más que tratara de ocultar ocultarlo de una u otra manera el inmenso dolor que sentía se veía reflejado en mi cuerpo; perdí algo de peso en poco tiempo, mi rostro se notaba demacrado y decaído con ojeras negras y con una tez palida a menudo sufría mareos y sentía cansancio en exceso, tanto que una vez perdi el conocimiento en el trabajo.

A raíz de esto mí jefe me dio unos días de descanso y me pidió que fuera a verme con el médico; le comenté que últimamente no estaba pasando por un buen momento y no había podido dormir bien y que tenía falta de apetito y que probablemente esa sea la causa de mí bajo rendimiento en el trabajo los últimos días, pero él insistió y con mucha más razón y para corroborar que fui a atenderme me pidió que trajera los resultados del doctor o alguna receta que me diera.

Ese día saliendo del trabajo llamé a mí médico de confianza y agendé una cita para el día siguiente, era una clínica privada al cual solía ir si tenía alguna dolencia o malestar, mi cita se programó a las 9 de la mañana del día siguiente. Pero como de costumbre llegué 15 minutos antes y me senté a esperar hasta que mi médico me recibiese.

Mientras estaba en la sala de espera una enfermera se acercó a mí Informándome que el médico estaba listo para recibir tomé mi bolso y la seguí mientras caminaba accidentalmente choque con alguien al tratar de disculparme lo miré a la cara y grande fue mi sorpresa de qué se tratara de él.

En un instante mi cuerpo se congeló había pasado buen tiempo desde la última vez que lo vi quise saludarlo y romper el incómodo ambiente que se había formado. Pero antes de que saliera alguna palabra de mi boca escuché una suave y delicada voz detrás él.

_ Joshua.

Esa suave y delicada voz rompió el silencio que se había formado entre los dos; ambos volteamos y para sorpresa mía se trataba de ella, no sé qué cara puse al verla, pero no debía ser una muy buena. Lo miré a él y se veía algo nervioso e incómodo y al verla a ella tuve sentimientos encontrados; en cuestión de segundos en mi mente estallo una bomba de recuerdos tanto bueno como malos pero los malos prevalecían más.

Estaba paralizada no podía mover ni un centímetro de mi cuerpo, no sabía qué decir o qué hacer, al verlos conversar a unos pocos metros de mí se veían también juntos y solo pensar que hace poco era yo quien estaba a su lado me hacia sentir de lo peor.

Por otra parte estaba furiosa le cuestionaba a él en mi mente del por qué estaba con ella si hasta hace poco habíamos terminado nuestra relación:¿ Cómo pudo olvidarme tan rápido?¿es que acaso no me quería? Esa y mil preguntas más rondaban en mi cabeza pero no pude decirle ninguna.

Es más no tendría por qué reclamarle nada después de todo ya habíamos terminado y él podía hacer con su vida lo que a él mejor le parecía y al ver que no tenía lugar ahí opté por irme. Salí corriendo del hospital y mientras corría pude escuchar su voz a lo lejos llamando, pero no miré atrás y seguí para adelante.

En pocas palabras hui.

CAPITULO: PUEDO SALIR ADELANTE

Al llegar a casa entré a mi habitación y cerré la puerta con mucha fuerza; estaba muy exaltada me senté al borde de la cama tratando de tranquilizarme; sostuve mi cabeza con fuerza sentía tanta impotencia, tan solo al recordarlos juntos la me llenaba de colera eh ira y sin darme cuenta había hecho un desastre en mi habitación.

La cama estaba desordenada las cosas sobre mi mostrador estaban tiradas y los peluches del armario, todos estaban tirados en el suelo; desquite mi ira con mi habitación y después de todo como una niña después de hacer un berrinche me puse a llorar.

En esos momentos me cuestioné a mí misma del ¿Por qué no hice nada?¿ porque no me moleste?¿ porque no reaccione? me molesté conmigo misma por no hacer nada y huir.

Al día siguiente me comunique con mi doctor y me disculpe por no haber asistido a la cita y le pedí que reagendara mi cita para el día siguiente.

Con la cita reagendada me presente a la clinica al dia siguiente.

_ ¿Hay algun malestar que sientas?

_ pues se me fue el apetito y baje un poco de peso, también he estado teniendo mareos y debilidad.

_ Mmm....

_ No tengo nada grave solo no me he estado alimentando bien y tampoco he dormido bien estos dias probablemente sea eso...-le comente al doctor minimisando mi estado.

_¿ Desde hace cuanto te sientes asi?.

_ ... bueno... desde hace unas semanas. -respondí algo apenada.

_ ah-suspiro. Pues que as estado asiendo todo este tiempo Liliana, me sorprende que joshua no te haya traido antes con lo sobreprotector que es contigo.

Cuando el doctor menciono a joshua me senti extrana, mi rostro se torno algo sombrio y para evitar que el doctor lo note solo sonrei forsadamente. Pero era demasiado obvia y el me atrapo, me miro a los ojos, trate de evitar su mirada pero fue algo inutil.

_ Por cierto, ¿por qué no vino hoy acompañandote?-pregunto casualmente.

_ El esta ocupado.--respondí nerviosa.

_ Mmm.-respondio con un tono misterioso, era obvio que sabia que estaba mintiendo.

_ Asi que esta ocupado para venir a acompañarte...

_ Si.

_ ¿Y por que no viniste ayer con él, parece que tenia el dia libre ya que lo vi con una señorita aqui en la clinica?.

Esa fue la bomba que derrumbo mi falsa tranquilidad, ademas era algo predecible que el doctor lo descubriera ya que aparte de ser mi medico tambien era mi psicologo.

_ Parece que usted es la segunda persona a la que no le puedo mentir aparte de mi mamá.

_ Un simple medico no se hubiera dado cuenta, pero yo soy tu psicologo y llevo años trabajando contigo asi que me atrevo a decir que te conosco, quisas no en su totalidad pero si lo necesario.

_ No podia esperar menos de usted. La verdad es que TERMINAMOS.

_¡Terminaron!.-dijo algo sorprendido. Ya me imaginaba algo asi, entonces la chica con la que vino ayer...

_ si.-lo interrumpí.

_ Entiendo. Supongo que por eso no as estado comiendo y durmiendo bien.

_ Si.

_ La debilidad, los mareos y tu perdida de peso sean probablemente por la falta de alimento y sueño. Tienes que cuidarte, tu salud es importante los hombres van y vienen ya llegara el indicado.

Pero para evitar cualquier otra cosa te voy a mandar hacer unas pruevas para descartar cualquier otra cosa como anemia, y te voy a recetar unas vitaminas, hierro tambien te voy a dar una lista de alimentos que debes consumir y sobre todo tienes que descansar a tus horas en caso de que no puedas te voy a recetar unas pastillas para dormir ok.

_ Esta bien doctor.

Despues de realisarme las pruevas necesarias sali de la clinica, fui a casa, tome un baño y me recoste sobre la cama.

-suspire profundamente. El doctor tiene razon mi salud es la mas importante.-con una sonrisa ironica recorde que esa frase siempre me lo decia joshua.

Todo esta situacion me destroso por dentro y por fuera, pero no podia seguir de esta manera, no podia seguir lamentandome y sufriendo por siempre; tenia que seguir adelante y superar esta dificil y dolorosa situación.

_ Yo puedo, no soy alguien que se da por vencida facilmente.-me dije a mi misma tratando de ser positiva.

Comense por arreglar el desastre que hice en mi habitación, luego pase por la sala, la cocina el baño y el balcon; deje deslumbrante cada rincon de esta casa.

Regrese al trabajo y empese a alimentarme adecuadamente tomaba las vitaminas que me receto el doctor y cuando no podia dormir me tomaba las pastillas que me recetaron.

Tambien me comuniquen con mi madre, ella estaba muy preocuapada por mi y me alegra averla llamada ya que si me tardaba un dia mas ella misma iba a venir a mi casa. Pero apesar de todo cuando ella pregunto por joshua, no pude decirle la verdad.

En ese momento invente cualquier excusa y termine la llamada, estaba evitando lo obvio algun dia tendria que decirles la verdad.

_ joshua idiota, por que me pones en esta situación.-lo maldicí, pero a la ves lo extrañaba.

En los dias siguientes segui con mi rutina, mi semblante y mis animos fueron mejorando. Una ves por semana iba al consultorio privado del doctor el me recomendo terapia para poder superar mi reciente separación ya que fueron muchos años de relación y no era algo facil. Realmente queria superar esta barrera asi que accedi y una nueva rutina se habia creado, un nuevo camino se mostro ante mi uno en el que tenia que caminar sola.

CAPITULO: COINCIDENCIA

Mis días transcurrían con normalidad, una tarde después del trabajo se me antojo comer un rico postre y conocía el lugar perfecto; aunque quedaba un poco lejos de donde estaba, pero el esfuerzo valía la pena porque en aquel lugar los postres eran realmente deliciosos.

Mientras iba de camino el clima empezó a nublarse daba indicios de que pronto llovería eso me emociono un poco más ya que lo acompañaría con un rico cafecito caliente, era el plan perfecto.

Pero como me arrepiento de haber ido a ese lugar.

Cuando llegue ya estaban cayendo la lluvia, me baje del carro e ingrese rápidamente a la pastelería justo detrás de una pareja; me sacudí como los perritos y mi cuerpo se erizo por el aire frío que entraba por la puerta. El lugar olía delicioso y se sentía muy cálido cuando me acerque al mostrador para hacer mi pedido escuche una voz muy familiar llamandome.

_ Lia.

Solo había una persona en el mundo entero que me llamaba así y era Joshua. Voltea a verlo y efectivamente se trataba de él.

_ Que coincidencia encontrarte aquí.-dijo mostrándome una mirada resplandeciente acompañada de una hermosa sonrisa. Todavía no podía creer que me lo había encontrado aquí, pero a decir verdad este lugar no era solo mi favorito también lo era para él.

A pesar de ya no estar juntos todavía quería mantener una buena relación con él aunque sea de amistad.

_ Si, se me antogo comer un postre por eso vine. -respondi con un tono de voz algo baja.

_ -el sonrio. Un pai de manzana supongo.

_ Tan obvia soy.-dijo apenada.

_ -el volvió a sonreír, pero esta vez dejo escapar pequeñas carcajadas. Eso es lo que siempre pedidas cuando veníamos y a juzgar por el clima lo vas a acompañar con un café con leche.

Él me conocía a la perfección, sabía que me gustaba y que no, me consentía en todo lo que pudiera y siempre cedía a mis berrinches no se cansaba de decirme y expresarme cuanto me amaba, me lo hacía saber de todas las maneras posibles.

Él me daba toda su atención, yo era siempre su prioridad, su consentida... y aun así nosotros...

_ Amor. Conseguiste el lugar para...-esa suave y delicada voz me devolvió en un instante a la realidad.

Todo lo que Joshua hacia por mí solo quedara en el recuerdo, ya que ahora hay alguien más a su lado.

_ yo ya me tengo que ir.-dije mientras me alejaba de ellos.

_ Espera.-dijo Joshua sosteniéndome de la muñeca.

Esto claro que no le gusto para nada a su ahora pareja quien frunció el ceño en señal de molestia mientras me miraba.

Lo miré un poco confundida, él insistió en que me quedara y que necesitábamos hablar o lo que ella respondió.

_ ¿qué cosa necesitas hablar con tu ex?-pregunto en un tono muy pasivo agresivo mientras me clavaba una mirada de disgusto.

_ Eso a ti no te incumbe. -le respondio Joshua.

_ Joshua no quiero problemas por favor.

_ Solo quiero conversar contigo por favor Lia.

_ ... Yo.

_ ¿qué más necesitas hablar con ella?-volvió a preguntar mucho más molesta esta vez.

_ Te dije que no te metas.-respondió Joshua enojado sin soltarme de la muñeca.

_ Esto es el colmo Joshua, asta cuando piensas seguir con esto, cuanto más vas a humillarme soy la madre de tu hijo por lo menos respétame.-dijo Cecilia muy enojada.

_ Hijo! ¡Estás... embarazada!?.- pregunté anonadada mirandola.

_ Así es. Respondió Cecilia. -Esta confesión fue una bomba explotando en mi mente.

_ Asi es, estoy esperando un hijo de Joshua. Asi que te pido por favor que lo dejes en paz.

_ ya basta.-interrumpió Joshua. Lo miré muy desconcertada y él solo agacho la cabeza.

Trate de actuar lo más tranquila posible.

_ En primer lugar yo nunca moleste o persegui a Joshua desde que nos separamos tu petición es más que infundada, por otro lado... Felicidades.-con un dolor inmenso en el corazón los felicité; quería llorar,, pero hice todo lo posible para contenerme.

_ Infundada dices, es que acaso no lo estás siguiendo.

_ por supuesto que no.

_ Que descarada y mentirosa eres, primero fue en la clínica y ahora te encontramos aquí que coincidencia no crees.-reclamo.

_ Como tú lo as dicho fue una coincidencia.

_ Pues eso no me trago mamita. Conozco a las tipas como tú.

_ cecilia ya basta, tranquilizate.-interrumpió joshua.

_ No me callo, tienes que entender que ustedes ya terminaron y hagas lo que hagas él no va a volver contigo entiendes. Yo fui su primer amor y el primer amor nunca se olvida incluso le voy a dar un hijo algo que tú no as podido hacer durante el tiempo que estuviste con él.

Mientras ella hablaba sin parar, solo me digne a escucharla. Me reclamaba como si yo fuera la amante y ella la esposa traicionada; me daba risa su descaro porque la situación era todo lo contrario, y por más que ella quisiera herirme con sus palabras no lo hacía.

Yo siempre lo supe... desde un principio sabia que era ella el primer amor de Joshua; que el no amo a nadie mas como la amo a ella... ni siquiera ami; eso ya lo sabia.

Lo único que ella dijo y me hirió muy en el alma y volvió a abrir una herida que pensé que ya había cicatrizado.

_ Asi es...-mire a Joshua. Lo único que no pude darte son hijos, lo siento pero tu sabes el motivo.

Un año después de que Joshua y yo empezáramos a salir quede embarazada. La sola idea de embarazarme y ser mamá no era algo que me emocionara siempre vi a la maternidad como algo doloroso y peligroso.

Esta idea la tengo porque en una ocasión vi a mi madre al borde de la muerte por un aborto espontáneo, fueron momentos espeluznantes para mí la escena sangrienta y mi madre inconsciente me traumaron de por vida.

Durante 2 meses no me llego mi menstruación yo estaba tranquila; ya que creí que se trataba de un retraso, ya que siempre fui irregular en mi periodo. Pero, por otro lado, Joshua estaba preocupado y decía que probablemente estaba embarazada, pero yo lo tranquilizaba diciéndole que solo era un retraso.

Pero a decir verdad yo también tenía dudas; la idea de embarazarme era algo irreal para mí me decía a mi misma que no podía embarazarme. Aun así una noche empece a sangrar yo estaba feliz, ya que pensaba que se trataba de mi periodo, pero Joshua seguía preocupado, ya que creia que se trataba de un aborto.

Los días pasaban y el sangrado no me dejaba; eso si me preocupo, pero a un así no quería ir a la posta creía que al pasar los días me pasaría; fui muy imprudente.

Al llegar al centro médico me hicieron varias preguntas; me midieron la presión; vieron si tenía fiebre o algún tipo de dolor y finalmente me hicieron una ecografía.

Y o sorpresa lo que jhosua tanto me decía resulto ser cierto estaba embarazada de 8 semanas; había tenido un aborto y dentro de mi útero quedaban residuos.

En ese momento la noticia me tomo helada; asta ese instante no creía que estaba embarazada. Debido a eso quede hospitalizada para un legrado y al cabo de unos días después del legrado me dieron de alta.

Joshua me cuido todo ese tiempo; después del trabajo venía directo a casa a hacerme compañía no quería que hiciera nada, quería que me recuperara lo más pronto posible.

Al pasar de los días me fui recuperando ya podía hacer poco a poco algunas cosas en la casa; pero 3 semanas después empece a sangrar nuevamente. La sangre era de un tono oscuro y tenía un olor algo desagradable no le quise decir a Joshua porque el sangrado no era abundante, pero un día domingo él se encontraba en casa y de la nada empece a tener un frío inexplicable.

Mi cuerpo se debilitó en un instante y sudaba frio, mi corazon latia como loco y mi rostro empaliempalidecio; me recoste ven la cama y me cobije para calentarme, pero seguía sintiendo frío.

Al verme en ese estado joshua se asusto y llamo a mi madre quien no dudo en venir lo más rápido que pudo a mi casa.

Fue un alboroto total; en algún momento perdí el conocimiento y cuando volví a despertar me encontraba en una camilla, conectada a varios aparatos esperando a ser operada. Esta era la segunda vez que pisaba un hospital, ya que yo nunca me enferme de gravedad tanto como para ser hospitalizada.

Mientras me encontraba inconsciente me realizaron varios estudios, los doctores y enfermeras que venían a verme me decían que mi pulso era inestable y que tenía arritmia cardiaca. (Ocurre cuando los impulsos eléctricos del corazón no funcionan correctamente; son latidos anormales del corazón, ya sea, demasiado rápidos o demasiado lentos).

No podía creer que estaba pasando por eso; los doctores me dijeron que en una de esas entre en un estado de coma por un unas horas; lo cual alerto a mi familia no sabían cuando podría volver a despertarme, pero gracias a Dios desperté a las horas.

Sentía mi cuerpo muy débil, ambos brazos los sentía adoloridos. Tenía el estómago hinchado y no podía levantar; al mínimo movimiento que hacia sentía un dolor horrible, tenía miedo quería ver a mis padres y a Joshua.

Aquel lugar donde me encontraba era muy frío, podía escuchar el lamento, desesperación, gemidos y dolor de los demás pacientes a mi alrededor; y por un momento había perdido la noción del tiempo.

Unas enfermeras me ayudaron a cambiar de camilla, ya que me llevarían a hacerme una ecografía, debido a mi historial médico los doctores temían que no me hubieran realizado un legrado adecuado.

Mientras me realizaban la ecografía una de las enfermeras localizo el problema; en el lado derecho de la trompa de Falopio de mi útero se encontraba un pequeño embrión de tan solo 11 semanas.

Esa pequeña cosita era el causante de mi estado actual; al parecer no estaba embarazada de un solo bebé sino de dos. Cuando supe que estaba embarazada y lo perdí realmente no me sentí triste estaba más sorprendida por la noticia, así que paso como algo casual que simplemente no se podía hacer nada. Pero cuando supe que llevaba dos vidas dentro de mí, sentí un dolor punzante en el corazón y sin darme cuenta las lágrimas empezaron a salir sin parar.

Rápidamente me programaron una cirugía de emergencia tenía que extirparme una trompa y limpiar el sangrado que estaba provocando el embrión. Asta ese momento no había visto a mis padres ni a Joshua, pero por lo que sabía de las enfermeras ellos se encontraban al pendiente de mí y de lo que pidieran los doctores.

Entre a la sala de operación, me acomodaron en la camilla donde realizarían la operación; pero antes de eso me inyectaron un sedante por la parte baja de la espalda. Nunca en mi vida había sentido una inyección tan dolorosa como esa; recuerdo que agarre con fuerza a la enfermera, me mordí los labios asta que sangro y derrame pequeñas lágrimas.

Me recostaron nuevamente en la camilla, acomodaron mis brazos mientras todos en la sala se preparaban; había alrededor de 6 a 7 personas entre doctores y enfermeros.

Yo ya quería salir de ese doloroso infierno, pero para mi mala suerte no había cuando que el sedante hiciera su efecto y me noqueara. Me sentía muy cansada quería que esto terminara; no recuerdo en que momento fue que me quede dormida, pero cuando abrí los ojos escuchaba a los doctores hablar entre ellos, diciendo que era un milagro que yo todavía siguiera viva; Ya que la hemorragia que tenía por dentro era demasiada.

No quería seguir escuchando quería cerrar mis ojos y dormir nuevamente, pero para mi mala suerte no podía; cuando el doctor presionaba las gasas en mí limpiando la sangre podía sentirlo con tanta claridad es como sí el sedante no hubiera funcionado o tal vez solo me lo estaba imaginando, pero lo sentía tan real; miré el gran faro de luz que había delante de mí su metal estaba tan limpio que parecía un espejo.

La sangre en abundancia que vi me asusto; cerré mis ojos deseando que esto terminara de una vez. Cuando volví a abrir mis ojos me encontraba en una habitación a oscuras, luego entro una enfermera y encendió las luces se acercó a mí y me realizo una trasfusión de sangre, comentó que durante la operación había perdido mucha y la necesitaba. Después de eso volví a dormir y por la mañana me cambiaron de habitación para mi recuperación.

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