^^^Dedicado a:^^^

^^^Mis queridos amigos de bachillerato. Esta historia es sobre ustedes, para ustedes. A pesar de nuestras diferencias y peleas, fuimos un grupo extraordinario.^^^

^^^Espero verlos pronto, algún día...^^^

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...𝑈𝑛𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑒 𝑝𝑎𝑧... 𝑛𝑜 𝑙𝑎 𝑏𝑢𝑠𝑐𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑎𝑐𝑡𝑜𝑠 𝑣𝑖𝑜𝑙𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠....

Cuenta la leyenda de que más allá de las nubes y cuando el cielo es pintado por los tonos cálidos del atardecer, se puede mostrar la existencia de una ciudad ancestral llamada Megapolis.

En esta tierra carecía cualquier pensamiento maligno, avaricioso y corrupto que comúnmente doblegaba al ser humano en el mundo real. ¿Pero por qué esto era así? Pues por el simple hecho de que sus vidas giraban alrededor de la naturaleza.

No había una religión o ideología que fueran superiores a otras, o personas que por su género, raza o color de piel fuesen inferiores. La única religión en sus vidas era la armonía con la naturaleza, el vivir el hoy, la paz...

La Megapolis era una tierra enorme que se dividía en tres regiones, cada una de ellas protegidas por las Tres Deidades de la naturaleza: Phoebe, la Deidad del Fuego. Fallon, la Deidad del Agua. Y Kramer, la Deidad de la Tierra.

Los habitantes creían y le servían fielmente a estos guardianes para que sus proyectos pudiesen dar frutos de manera prospera.

Pero sobre todas estas cosas asombrosas, la Megapolis destacaba por una y era porque esta tierra estaba llena de magia en cada rincón, en cada árbol, en cada río y en cada estrella. Todo poseía magia.

Tanto de la buena... como la de la mala.

Sin embargo, por usar la magia maligna había que pagar un precio muy grande, por eso nadie la usaba o creían que no valía la pena ganar un beneficio que después pagarías con tu vida. Y no había necesidad de usarla, todo era tranquilo.

Como toda gran y poderosa ciudad, también existía un gobernante que se encargaba de prevalecer la paz, el orden y la justicia; este era Phobos, el representante de lo que sería un Dios en la tierra. El reinaba junto a su esposa la reina Rhaenix, y con su hijo y futuro heredero el príncipe Castian.

Aunque de seguro te preguntarás... ¿Qué pasó con este lugar que se escucha increíble?

Mucha gente lo pregunta. O al menos, los pocos que llegaron a conocerla... y que aún siguen con vida.

Pues la verdad todo es temporal en la vida, y desgraciadamente la paz de la ciudad en los cielos también lo fue. Un día inesperado el rey Phobos fue murió al igual que su esposa Rhaenix, y el príncipe Castian desapareció repentinamenre sin dejar rastro. Los rumores afirman que él sufrió el mismo destino que sus padres.

Las responsables de aquella tragedia fueron tres demonios que controlaban la magia oscura y que querían destruir la Megapolis para imponer su control.

La líder era Mistral, una temible mujer demonio acompañada de sus secuaces: Felia y Calisto. Su objetivo era acabar con la paz, la naturaleza y que los seres de la oscuridad dominaran el mundo.

Los habitantes quisieron evitar que la Megapolis cayera en la oscuridad, pero el enemigo fue más fuerte. La triada del mal terminó asesinando a cada traidor y se les arrebató hasta la más mínima gota de magia que poseían.

La ciudad mágica quedó devastada, tenían que adaptarse a nuevos gobernantes que les quitaron la felicidad y les otorgaron la tragedia.

Algunos no tuvieron otra opción que aceptar a sus nuevos líderes. Otros en cambio, lograron escapar al mundo real con la raza humana, donde les fue peor al no saber que las cosas eran diferentes.

Han pasado 15 años desde este suceso, y la ciudad en los cielos sigue siendo una leyenda para el mundo real, pero un misterio para el mundo de la fantasía.

Entre los pocos supervivientes de la ciudad se encontraba un grupo de gente que aseguraba que la Triada del Mal seria derrotada por las reencarnaciones de los Ángeles Guerreros de la Paz. Quienes se dice fueron las personas en traerle la paz a la Megapolis en primer lugar hace años.

Pero las reencarnaciones no podían luchar solos, necesitaban la ayuda de una persona que haya nacido en estas tierras para así poder llegar a la ciudad de los cielos, salvarla y restaurar la paz.

—Yo nací en la Megapolis. Yo soy a quien ustedes buscan. —Dijo...

...BEATRIZ "BEA" LIBBELL....

Su padre, el doctor Andrew Libbelle, es pastor de una iglesia cristiana protestante, la cual es su casa. Su padre además de párroco, también tiene una especialidad en psicología hipnoterapeutica, y suele hacer sesiones al público.

No tiene muchos recuerdos de su madre, quien la abandonó con su padre cuando era pequeña.

Tiene tres hermanos menores, sus hermanos, Matt y Lionel, y la menor Rosie, que es una consentida empedernida. Tiene un perro de mascota llamado Chispita.

No le gusta el ejercicio y dibuja horrible. Realmente no tiene ningún pasatiempo además de cuidar a sus hermanos cuando su padre se ausenta.

...DENIS BACHELET...

Su padre, Jean Bachelet, es un militar retirado y su madre Marlene de Bachelet es una empresaria exitosa de cosméticos.

Su hermana Karla, la cual estudia danza en la universidad, tiene una relación distante con Denis, a pesar de que eran muy apegados en la infancia.

Sus padres, aunque son personas pudientes en cuanto al dinero, enfrentan problemas matrimoniales desde hace años, y la razón por la que no se separan es por sus hijos.

Es el único en la familia que le gustan los animales, y suele trabajar como paseador de perros en secreto.

...FANYA GARCÍA....

Hija de Eduardo García, gerente de un frigorífico industrial que queda a las afueras de la ciudad, y de María García, oficinista de una empresa.

No tiene hermanos, por lo que es el centro de atención de sus padres, al igual que la más sobreprotegida.

Desde pequeña toma clases de ballet y violín, y aunque dejó el ballet para enfocarse en el violín, la presión de sacar buenas notas la presionan para convertirse en la hija prodigio.

...ALEJANDRO "ALEC" CAMBRIA....

Sus padres son Carlos y Patricia Cambria, los cuales tuvieron que emigrar a otro país debido a la dificil situación económica, o al menos esa es la excusa que dicen para viajar por el mundo sin sus hijos. Actualmente están en Estados Unidos.

Debido a la ausencia de sus padres, Alec y su hermano mayor Joseph están bajo la custodia de su abuela Florinda, quien no está muy bien de la cabeza que se diga.

Sus padres no suelen demostrarle afecto con amor, sino con dinero, por lo que Alec creció siendo consentido con todo lo que quería incluyendo su moto, la cual recibió cuando ni siquiera estaba listo para conducirla. Al no tener control parental se ha sumergido en el mundo de las fiestas y el alcohol.

Su hermano Joseph también fue popular en el Instituto, aunque a diferencia de Alec no fue por tener fama de chico malo. Joseph ha querido mejorar la relación con su hermano, pero Alec siempre lo ignora.

...DAMARIS MINAT....

Hija de Joselyn Minat, una costurera y ama de casa que tuvo a Damaris cuando era una adolescente.

Su padre biológico las abandonó a ella y a su mamá, y cuando tenía cinco años su madre se casó con otro hombre llamado Guillermo, el cual no es muy simpático con Damaris.

No tiene hermanos, su padrastro no quiso tener más hijos, diciendo seguido que la mera presencia de Damaris era un "Estorbo".

Nunca ha tenido un lugar al cual llamarle hogar, ya que por el trabajo de su padrastro se mudan constantemente de ciudad. Esto ha impedido que Damaris tenga muchos amigos, pero su meta ha sido graduarse con buenas notas y seguir su propio camino, lejos de sus padres.

...MIRIAM SIREIRA....

Hija de Felicia Blanco, maestra, y de Luis Sireira, ingeniero jubilado. Sus padres se llevan 35 años de diferencia. Nunca se casaron.

Miriam es la segunda hija de sus padres, tiene una hermana que se llama Minerva. No se lleva bien con ella. Desde que sus padres se separaron Minerva le suele echar la culpa a su hermana.

Es amiga de Bea desde la primaria. Se han cambiado de escuela constantemente debido a los problemas económicos de sus padres, aunque no han querido inscribirla en una escuela pública para no bajar de "élite", a pesar de que esa decisión los lleva a varias noches sin comer...

Pero siempre es bueno mantener las apariencias, ¿Verdad?

...KRISTIAN "KIT" SALAZAR. ...

Es hijo único de una familia de alta clase. Conformada por su madre Tatiana, dueña de una agencia de viajes, y por su madre Kristian, médico cirujano de origen campesino.

Es un aficionado del deporte, y prefiere mil veces jugar que estudiar. Cuando sus padres se enojan con él lo mandan como castigo al campo de su abuelo para que conozca el trabajo duro de un agricultor, pero más que un castigo Kit lo disfruta.

Su abuelo le enseñó a tocar la flauta y a vivir en contacto con la naturaleza.

Es muy amigo de Denis desde la primaria, sus familias se llevan bien debido a la posición social. Es un mujeriego en potencia, aunque a lo largo de su vida solo ha tenido dos novias oficiales, las dos menores que él. Actualmente está soltero.

...HAIDEN MARIN...

Hijo de Gabriel Marin, distribuidor de alimentos y Melissa de Marin, "licenciada" en el arte del chisme con su amiga la vecina y especialista en ama de casa. Tiene una media hermana mayor por parte de su padre, Zarah, y una que también es mayor pero de su misma madre, Rebeca.

El apellido de soltera de su madre es Rippoll, los Rippoll son dueños de una fábrica de alimentos cotidianos y el padre de Haiden se encarga de distribuirlo por todo el país, razón por la que casi nunca está en casa.

Haiden es el típico chico nerd que le gusta ver anime y jugar videojuegos, a la vez es buen estudiante. Su hermana Rebeca le enseñó el mundo friki, hasta que un día simplemente dejó de tratar con su hermano.

Con el tiempo, Haiden no se dejó consumir por la soledad y se adentró al mundo de los videojuegos, creando su canal de gameplays "The Player Pro".

...ELENA "LENA" RIPPOLL...

Hija adoptiva de Marta de Ripoll, abogada, y de Ronan Ripoll, dueño de una poderosa fábrica de alimentos. Fue adoptada por sus padres cuando era pequeña, no tiene muchos recuerdos de sus padres biológicos, solo de su abuela quien la cuidaba antes de fallecer.

A pesar de ser adoptada, Lena no suele recibir muestras de afecto por sus padres, lo que la hizo crecer como una chica solitaria. El único amigo que tenía era su primo, Haiden.

Es una chica creativa, le encanta pintar y leer. En la secundaria comenzó a socializar más, y respecto a su vida amorosa solo tuvo un ex en ña infancia el cual terminó con ella a la semana por ser 'muy fría'.

Aunque eso no la detuvo, y ahora tiene una relación con Alec, ya que su objetivo es motivarlo a salir de la mala vida. Necesita pastillas para poder dormir.

El sonido del timbre avisó el final de las clases y todos los estudiantes del Instituto Educativo se Saublette salieron en estampida hacia sus casas, excepto un grupo de nueve estudiantes.

Ellos decidieron esconderse en un salón de clases ya que querían quedarse a hacer una pijamada hasta el día siguiente.

¿Pero de dónde se les ocurrió hacer tal locura? Pues ya se descubrirá, primero vamos a enfocarnos en los momentos de crisis que tuvo una chica rubia de familia estricta al esconderse de los conserjes y los profesores.

—¡Esto es una locura, podrían expulsarnos! —Exclamó atemorizada la chica de cabello claro y ojos azules llamada Fanya.

—Vamos Fanya, no tengas miedo. Los conserjes son tan flojos que cierran la escuela sin revisarla antes. —Le dijo un muchacho rubio, Denis, con la intención de calmar a su novia.

—¡¿Pe-Pero y si revisan la escuela en la mañana?! ¡Si nos quedamos dormidos no nos daremos cuenta! ¡Y nos atraparan! ¡Y nos expulsarn! ¡Y mis padres me mataran! —Fanya se alteró.

Detrás de ambos se escuchó un inesperado ruido que asustó aún más a Fanya, quien estuvo a punto de pegar el grito al cielo de no ser porque Denis le cubrió la boca.

Lo peor fue que el ruido era de bolsas de snacks que traía su amiga Bea. Al igual que ella, la morena estaba nerviosa, pero en lugar de hacer un escándalo se tranquilizaba comiendo.

—¿Qué? Tengo hambre. —Mencionó la morena, incómoda por las miradas despectivas de Denis y Fanya.

Los amigos se instalaron en un salón de clases aleatorio, donde colocaron sus cosas como bolsos, sacos de dormir, comida, ropa para cambiarse su uniforme escolar por uno más cómodo y equipo tecnológico para sobrevivir la noche dentro de la escuela.

—Fanya, si no querías estar aquí te hubieras ido cuando podías. —Comentó un poco irritada una chica rubia; Elena, a quien llamaban Lena. —Nadie te obligó.

—Calma Lenita, no te amargues que te arrugas. —Sugirió despreocupado un chico de chaqueta de cuero. Ese era Alejandro, al cual apodaban Alec.

—No es eso, es que si sigue con su crisis nos atraparan de verdad. —Objetó Lena mientras se cruzaba de brazos.

—¡Muy bien muchachos! ¿Estamos listos para grabar el vídeo? —Preguntó un muchacho de cabello negro y lentes: Haiden, cargando una cámara.

—Ya verán que tendrá un montón de vistas, valdrá la pena chicos. —Aseguró Alec emocionado de empezar a grabar.

—¡Bea, deja de comer! —Se quejó una muchacha de baja estatura y cabello castaño, su amiga Miriam.

—Déjame en paz. —Bea se encogió en su asiento mientras seguía comiendo como loca de su bolsita de doritos para calmar la ansiedad.

—Si sigues tragando quedarás igual de gorda que una vaca, Bea. —Se burló Alec entre risas.

—¡Cállate cara de mosca! —Le contestó la morena a la defensiva.

La puerta del salón se abrió, aunque no había nada de que preocuparse, pues entraron una pelirroja y un chico de piel morena. Ambos cargaban varios snacks y bebidas.

—Ya tenemos las cosas de la cafetería. —Informó la pelirroja que acababa de llegar: Damaris.

—Las pagaron... ¿Verdad? —Preguntó Fanya, mirando desconfiada a los recién llegados.

—¡Ay, por favor! Ni que llevaran la contabilidad de la mercancía, ni lo notaran... —Expresó sin importancia el chico: Kristian, al que apodaban Kit, antes de recibir un codazo de Damaris para que se callara.

—Si, las pagamos, tranquila. —Aclaró la pelirroja, consciente de los ataques de moral que le daban a Fanya. —Dejamos el dinero en la caja de zapatos donde lo guardan.

—Que bien que trajeron más... —Mencionó Denis para luego susurrar... —Porque de aquí a mañana capaz que Bea no deja nada.

A pesar de que fue un susurro todos en el salón lo escucharon y empezaron a reír, menos Bea por obvias razones. Harta de las burlas decidió tirar su bolsa de doritos a la mitad para demostrar que podía calmar sus ansías sin comer desenfrenadamente.

—¡Déjenme tranquila, por Dios! —Exclamó Bea.

—Ya bestie, solo decimos la verdad. —Agregó Miriam acariciando el cabello de su "mejor amiga".

—Bueno, ¿Van a grabar o no? —Interrumpió Lena llamando la atención de todos, cansada del bullying hacia la pobre Bea.

—Tienes razón, vamos a comenzar. —Convidó Alec.

—¿Cómo llamaremos el vídeo? —Preguntó Damaris curiosa.

—Se llamará "24 horas en la escuela con el Team Lasagna" —Respondió Haiden, inspirado.

—Sigo en contra del nombre del team... —Comentó neutral Denis.

—Yo creo que es fantástico. —Afirmó Alec.

La mayoría de los chicos eran influencers en redes sociales, no eran tan renombrados pero si tenían su comunidad que los apoyaba, y la intención de colaborar entre ellos era la de atraer más audiencia.

Los que tenían cuenta en redes eran Haiden con su canal de gaming "The Player Pro", Alec con su cuenta de vlogs, Damaris que tenía un canal de tutoriales escolares, Miriam con una cuenta de maquillaje y Denis con su canal de retos "DeniStar". Bea y Kit también tenían redes sociales, pero no eran tan seguidos como los anteriores, de igual manera aceptaron unirse al team con tal de que se animaran.

—Ven Fanya, quiero que aparezcas en el vídeo. —Invitó Denis a su novia.

—Mmm... —Dudó Fanya insegura. —E-Está bien. —Accedió posicionándose al lado de su novio.

—Lena, ¿No quieres aparecer también? —Alec invitó a su novia también.

—No gracias, estoy bien de camarógrafa. —Rechazó la rubia que se encargaría de grabar. —Okey, inicia la grabación en tres, dos, uno... ¡Acción!

—¡¡Hola chicos, estamos otra vez en un nuevo vídeo con el Team Lasagna!! —Exclamó Damaris con una emoción que le contagió a sus amigos.

—Como muchos sabrán, están muy de moda los vídeos de "24 horas", y nosotros no nos quedaremos atrás... —Continuó Haiden.

—Ahora mismo, como el título lo dice, pasaremos 24 horas en la escuela. —Añadió Alec en tono de suspenso. —Ahora la escuela acaba de cerrar y logramos escondernos de los conserjes y los profesores como super ninjas.

—Así que haremos lo posible... 

De repente un ruido escandaloso desde afuera interrumpiendo a Bea, fue como el sonido de varios vidrios romperse, por lo que los muchachos se alarmaron.

Aun así tratarían se mantenerse en calma... algunos.

—¡Lo sabía! ¡Nos atraparon! ¡Estamos perdidos! ¡Llamaran a la policía y nos llevaran a prisión! ¡Y mis padres me mataran! —Empezó Fanya a gritar desesperada.

—Hermano calma a tu chica por favor. —Pidió Kit con hartazgo.

Denis corrió a abrazar a Fanya para intentar tranquilizar su crisis.

—Tranquila, todo estará bien. No iremos a prisión y tus padres no te mataran, sobre mi cadáver dejaré que pase eso. Yo te protejo. —Murmuró Denis para luego otorgarle un pequeño beso en los labios.

—¿Qué rayos fue eso? —Preguntó Hayden, volviendo al tema principal.

—Pudo haber sido el viento. —Asumió Lena al buscar una solución lógica.

—Chicos... ¿Y si la escuela está embrujada? —Supusó Miriam con escalofríos.

—¿Embrujada? ¿En serio? —Expresó Kit incrédulo.

—¿Qué? Es una suposición. —Dijo Miriam mientras se cruzaba de brazos.

—A lo mejor Lena tenga razón, y solo fue el viento que tiró algo... —Comentó Bea con la cabeza gacha.

—¿Y si uno de nosotros va a revisar? —Propusó Miriam. —Levante la mano el que quiera ir a revisar.

Nadie levantó la mano, ni locos. Solo se miraron las caras en las que reflejaban su miedo de salir.

—Como Miriam fue la que propuso la idea que revise ella. —Aconsejó Kit al instante.

—¡¿Qué?! ¡No, no, no! ¿Por qué no vas tú? Es tu momento de demostrar que eres suuuper valiente y fuerte. —Contrarrestó Miriam a la defensiva.

—¡Yo no puedo salir! ¿¡Acaso no sabes que en las peliculas de terror siempre matan al negro primero!? —Exclamó Kit iniciando un enfrentamiento con la chaparrita.

—¡Dejen de pelear los dos! —Los regañó Damaris.

—¡Levante la mano el que se quiera quedar! —Impuso Haiden.

Y todos sin dudar levantaron la mano. O bueno, eso pensaron al notar a Lena, que era la única que tenía ambas manos abajo.

—Iré yo. —Determinó Lena caminando hacia la puerta con firmeza.

—¿E-Estás se-segura? —Tartamudeó Alec preocupado.

—Por supuesto... ¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Qué aparezca Pennywise a bailarme el himno nacional? —Bromeó la rubia riendo. —Ya vuelvo. —Finalizó saliendo del salón.

—Vaya, mi prima tiene más huevos que tú Alec. —Se burló Haiden.

—Cállate, que tú ni novia tienes. —Gruñó el de chaqueta de cuero.

—¿Eso que tiene que ver? —Contestó el de lentes.

—¿Quién es Pennywise? —Cuestionó Damaris, ocasionando que la pelea de Haiden y Alec quedará en segundo plano.

—¿Qué? ¿En serio no lo sabes? —Dudó Miriam esperando que no fuese verdad.

Al ver que si, la castaña iba a empezar a burlarse de Damaris, pero Bea la interrumpió.

—Es el payaso de IT. —Respondió la morena.

—Oh, entiendo... Es que no vi la película. —Comentó Damaris con una risilla.

...🌟...

Lena caminaba por los extensos pasillos de la escuela, alumbrando su alrededor con la linterna de su celular. Bajó las escaleras hacia el primer piso, ya que el salón en el que se ocultaban los chicos se ubicaba en el segundo. Podría decirse que hasta ahora todo estaba normal.

No había rastro de ninguna ventana rota o de alguna persona, solo sombras y oscuridad que rodeaban el instituto haciéndolo parecer de terror. Y eso era buen augurio para Lena.

Fue cuando pasó por el laboratorio de química que pudo ver trozos de vidrio rotos tirados en el suelo, cerca de la puerta.

—Mmm... esto causó el ruido. —Lena se agachó hacia a los trozos y los tocó con cuidado de no cortarse. —¿Pero cómo llegó hasta aquí si la vitrina de los frascos siempre está cerrado? —Dudó para si misma.

La chica entró al salón y observó la vitrina con los frascos de vidrio, tubos de ensayo y demás instrumentos para el manejo de elementos químicos.

Intentó abrir la puerta de la vitrina para comprobar si estaba abierta. Sin embargo, como era habitual, la puerta estaba cerrada con llave.

Lena pensó que alguien dejó el frasco de vidrio afuera por accidente y que el viento lo había tirado. No quiso agrandar más el misterio, a veces la respuesta más simple era la correcta.

Salió del laboratorio y caminó nuevamente hacía las escaleras en dirección al salón para reunirse con sus amigos. En ese momento, Lena se percató de que una pequeña puerta ubicada debajo de las escaleras estaba abierta.

Esto le extrañó a Lena, pues era la primera vez que veía esa puertecilla abierta con tanto tiempo estudiando ahí. Todo el tiempo se mantenía cerrada, y los profesores siempre se encargaban de que nadie entrara.

Como la curiosidad mató al gato, pero murió sabiendo, Lena se tuvo que agachar para entrar en el minúsculo cuarto y con luz de su celular solo veía productos de limpieza como detergentes, trapeadores, esponjas y demás...

Era un simple almacén, por lo que Lena frunció el ceño decepcionada, pensaba que los profesores escondían algo más interesante en aquel cuarto. Al parecer se equivocaba.

No obstante, sin esperarlo sintió como una mano fría la tomó del hombro.

Lena se sobresaltó del miedo y por impulso golpeó a la persona que la tocó.

—¡Auch! ¡Lena...! —Chilló una voz masculina.

Lena se reconfortó al ver que se trataba de Alec, quien ahora andaba quejándose del golpe que recibió en la nariz. Aunque Lena se disculpó, bien merecido se lo tenía por darle ese susto.

—¿Qué haces aquí, Lena? ¿Encontraste la causa del ruido? —Preguntó Alec mientras se sobaba su nariz.

—Si, en el laboratorio de química había un frasco roto... debió ser eso. —Informó Lena indiferente. —¿Y tú qué haces aquí? Ya iba a subir al salón.

—Emm... bu-bueno note q-que tardabas mucho, y decidí venir a ver que te había pasado. —Se explicó el de chaqueta de cuero con nerviosismo.

—¿Te obligaron a venir, no? —Lena alzó una ceja.

—¿Qué? Pfff... ¡Para nada! —Evadió Alec.

Lena rodó los ojos para después negar con la cabeza. De seguro los chicos le estaban haciendo bullying a Alec por dejarla revisar sola y él vino a demostrar que podía defenderla como el "hombre" que era.

—No hay nada de que preocuparse, Alec. —Suspiró Lena, aunque dijera lo que dijera no iba a convencer a su pareja. —Ven, vámonos.

Lena quiso empujar a Alec para salir del pequeño cuarto, de no ser porque el chico se quedó inmóvil en su lugar. Ella estuvo a punto de reclamarle hasta que notó como la cara de Alec se tornó pálida, comenzó a temblar y a sudar frío de una forma que la preocupó.

—¡Alec! ¡¿Qué tienes?! —Cuestionó Lena angustiada.

Alec se mantenía tieso del miedo, solo pudo señalar con su mano temblorosa lo que estaba viendo, y Lena al girar en esa dirección no pudo evitar abrir sus ojos de la impresión, de inmediato sus manos cubrieron su boca ahogando un grito.

...¿Qué diablos era lo que había debajo de la escuela? ...