Crecí en una casa acogedora rodeada de amor, con mi mamá quien cuidaba de mí, hasta que tuve edad para acompañar a papá a su taller mecánico el cual me fascinaba visitar.
Tenía 10 años cuando el cáncer me arranco a mi madre, y solo quedé con papá, él debía trabajar en el taller para poder alimentarnos así que constantemente iba con él cuando me retiraba del colegio. Cumplía mis 16 años cuando papá empezó a sentirse mal y a los 6 meses él también me dejó.
Dicen que fue por tanto estrés, pero yo sé que él extrañaba a mamá y partió a su encuentro. Se hizo cargo de mí, su mejor amiga Susan, era como mi segunda madre. Ambas debíamos seguir adelante y aprender a sobrevivir manteniendo las puertas abiertas de" Mecánica, Ángel" ese era el legado de mi padre.
Mantener las puertas abiertas del taller fue lo más difícil, hasta que poco a poco las personas comenzaron a confiar en mí y ver que podía arreglar sus motores como cualquier otro mecánico.
Fueron pasando los años y a mis 20 años puedo decir que estoy orgullosa de no solo lograr mantener abierto el taller sino que logre llevarlo a la cima, logrando que su nombre resuene entre los mejores del país.
Mi nombre es Elena Petrovich y esta es mi historia; donde debí aprender a sobrevivir en un mundo de tiburones, entre maldad, traiciones y un gran amor.
El es responsable, serio, buen hombre; mucho tiempo se puso al hombro toda su familia cuando su padre falleció. Trabajo a la par de su madre para sacar adelante a sus 2 hermanos, poco logro disfrutar sus primeros años de juventud.
Mecánico de oficio, no tuvo muchas oportunidades para estudiar, todo lo que sabe sobre motores se lo debe a su tío, quien lo instruyó y preparo en su pequeño taller. Con una mamá que padece dolencias y dos hermanos que poco responsables resultaron, muchas veces las deudas recaen sobre él. Trabaja muchas horas por un sueldo mal pago hasta que escucha por un vecino de su barrio que el prestigioso taller "Mecánica Ángel" busca un nuevo mecánico para su equipo de trabajo, confiando plenamente es sus capacidades decide enviar un curriculum para obtener una entrevista, dando inicio así a este encuentro que los llevará a conocerse desafiarse constantemente para demostrar quien es el mejor desatando una gran historia de amor.
"Mecánica Angel " un lugar al que pocos lograron acceder, varias historias de vida que luchan por un mismo objetivo; salir adelante.
Alexander Coplo, Decepcionado del amor debido a una mala mujer y Elena Petrovich solitaria y fría, cruzarán sus caminos marcados por el destino, las diferencias de clases sociales, los malos entendidos mucha envidia y maldad darán lugar a un suceso que marcará sus vidas y deberán luchar por su felicidad. Ambos comparten un mismo sueño, construir una gran familia. Unidos por la adrenalina que se les inyecta al corazón cada vez que logran poner en marcha un nuevo motor, ella con su pasión por las motos y él por el amor a los autos.
A los 16 años quede huérfana al cuidado de Susan, mejor amiga de mis padres. Mis padres tenían familia, pero cuando se juntaron en contra de su voluntad ellos les dieron la espalda, si ellos no quisieron participar en nuestra vida en su momento yo no los buscaría ahora.
Al comienzo la tuvimos difícil no creían que era capas de arreglar un motor recibimos muchas burlas hasta que una mañana de domingo una mujer desesperada golpeo nuestra puerta requiriendo ayuda porque su auto se le había quedado varado y necesitaba seguir su camino, pero obviamente nadie quería ayudarla en ese mismo momento, esa fue la primera oportunidad que tuve de mostrar que podía lograrlo. Cuando abrí la puerta y me presente ofreciendo mi servicio ella me miró escéptica, pero no tenía más opciones y acepto que mirara su auto.
No daba crédito a la rapidez con la que di solución a su pequeño problema, no arrancaba por una falla eléctrica, uno de sus cables se había desconectado impidiendo el arranque del motor por falta corriente.
Se fue muy agradecida por la pequeña ayuda, cuando quiso pagar mis onorarios le dije que era suficiente dando a conocer mi pequeño taller, con gusto dijo que lo haría incluso en sus redes sociales.
El tiempo fue transcurriendo teníamos días buenos y días no tanto, pero al par de meses teníamos un cliente casi a diario, así fuimos siendo conocidas en nuestro barrio y poco a poco la palabra se corría los clientes eran muchos más y no daba abasto, debiendo contratar nuestro primer empleado Julio, un hombre mayor que por su edad no era contratado y le dimos una oportunidad. Era respetuoso y muy agradecido, con su amplia experiencia sumamos más clientes aún. Se volvió mi mano derecha, me brindaba consejos los cuales agradecía enormemente. El tiempo siguió su curso y pronto debimos mudarnos a un espacio más amplio dando inicio a una nueva construcción de nuestra casa y un nuevo taller que llevo por nombre "Mecánica Angel". En honor al legado de mi padre.
Finalmente, era mayor de edad, se me abrió un mundo de nuevas oportunidades accedí a los bancos como dueña de mi pequeña empresa la cual iba en crecimiento logrando así acceder a herramientas más sofisticadas para los nuevos autos. Constantemente nos capacitamos en nuevos cursos tecnológicos para arreglos de autos computarizados, ya que era lo que muchas veces nos requerían.
Fuimos creciendo más y más obteniendo prestigio más clientes y, por lo tanto, nuestro equipo de trabajo se multiplicó. Para mejorar nuestras habilidades no solo trabajamos en equipo, sino que constantemente nos desafiábamos para ver quien era mejor y esa era una manera de competir y mejorar aún más.
Celebrábamos un año más de crecimiento y el final de la obra completa de nuestra casa y taller. Susan fue la encargada del cuidado y abastecimiento de nuestra gran casa o como ella le decía la casa de nuestros sueños.
Amigos que se iban otros que llegaban promesas rotas y jornadas largas de trabajo donde no faltaba quien quería aprovecharse, así transcurrió el tiempo y " Mecánica Ángel "obtuvo el mayor de los prestigios siendo reconocida en todo el país.
No solo eran reconocidos por poseer los mejores mecánicos sino por su cordialidad amabilidad y responsabilidad, era un orgullo poder pertenecer a ese equipo de trabajo que fue conformándose con el pasar de los años.
Julio estaba cansado y necesitábamos un nuevo mecánico que estuviera a la altura, así comenzó nuevamente la travesía la búsqueda del nuevo mecánico.
Mi nombre es Alexander Coplo, nací en una casa humilde donde pronto fuimos tres hermanos, siendo el mayor, mamá trabajaba limpiando casas y papá era pintor de obra, cumplía mis 18 años cuando mi padre partió de este mundo producto de un accidente vial dejándonos solos y demasiado afectados por su precipitada partida. Pasaban los años y mamá comenzó a quejarse por dolor en sus huesos al punto de consultar con un médico, dándonos así un diagnóstico para el cual no estábamos preparados; había desarrollado osteoartritis por haber trabajado excesivamente. Sus dolencias eran tal que a los tres años del diagnóstico se movilizaba mayormente en silla de ruedas y con el apoyo de un bastón para caminar dentro de casa.
Mis hermanos debían seguir estudiando y puse sobre mis hombros la economía de nuestra casa trabajando largas jornadas las cuales por no tener los estudios requeridos me pagaban menos.
Gracias a mi tío que me dio mi primer empleo y me fue enseñando su oficio transmitiéndome el amor por la mecánica logré encontrar un trabajo que me sirvió para solventar el total de los gastos de casa.
Mis primeros años de juventud no lo disfrute como lo hicieron amigos del barrio o como lo hacen mis hermanos ahora porque debía esforzarme por ayudar a mamá, por un pequeño trabajo de mecánica que realice conocí a una chica que me mostró momentos lindos de la vida pero también duros provocándome una gran desilusión.
Días enteros trabajaba en un pequeño taller donde la paga era muy poca, escuchaba frecuentemente como varios de mis compañeros de trabajo se postulaba para el nuevo taller que había crecido de manera extraordinaria, sin tener suerte de pasar la única prueba que ofrecían, es imposible decían así fueron varios los que fracasaron desalentándome a postularme.
La enfermedad de mi madre avanzaba y sus dolencias se incrementaban por lo cual requería nuevos medicamentos más costosos. Eso me llevó finalmente a presentar mi curriculum el cual no era muy extenso, pero ellos por suerte no lo tenían muy en cuenta para eso era la prueba donde debías demostrar tu habilidad y conocimiento.
Mi jefe muy molesto por haber pedido el día para poder presentarme a la prueba me amenazó con despedirme, eso hizo que desistiera, necesitaba mucho el empleo y la prueba no me garantizaba el puesto en "Mecánica, Ángel".
El mes paso volando y un sábado a las ocho de la noche golpean la puerta, la novia de mi hermano es quien abre y unos minutos después me llama, a mi era a quien solicitaban, expectante e intrigado me acerque una joven muy bonita solicitaba mi presencia y no lograba comprender, ya que no la conocía.
Alexander Coplo? Me pregunta mirando una serie de papeles en su mano, a lo cual respondo que era yo.
Se presenta como Elena de "Mecánica Ángel" me quede petrificado por un momento hasta que le dije como podía ayudarla; ella me dice que recibieron mi curriculum, pero no me había presentado a la prueba. Muy apenado le conté el motivo por lo cual no pude hacerlo, su cara mostró su seño fruncido y rápidamente cambió su expresion a inexpresiva.
Esto no suele ocurrir, pero vamos a ofrecer una segunda oportunidad, mañana a las 5 a.m en el taller para la prueba y se despidió de manera cortes. No podía creerlo estaba demasiado feliz y se lo hice saber a mi madre quien presenció todo de manera expectante, abrazándola y llenándola de besos a lo cual reía sin parar por mi efusividad.
Llegada la noche no logré conciliar el sueño estaba demasiado nervioso, era mi oportunidad de ofrecer a mi madre un mejor porvenir y no iba a desaprovecharlo.
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