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El Rey Y La Duquesa

Capitulo 1

-Mientras miro a mi alrededor, apoyo mis manos en mis rodillas. Siento el sudor que empieza a picar en mi frente, todo mi cuerpo está acalorado y mi garganta se siente seca. Trago saliva en un intento de aliviar la sensación. Sigo la pelota con los ojos, y cuando pasa por mi lado, mi pie la golpea y avanzo hacia adelante. Esquivo al equipo contrario cuando intentan quitármela, pasándola de un pie a otro y girando sobre mi eje.

A medida que me acerco al arco, aumento la velocidad. Vuelvo a esquivar a otra persona y golpeó fuertemente la pelota. La arquera no logra detener el balón y sonrió, dando un pequeño salto. Mis compañeras de equipo aplauden y las más competitivas gritan con la intención de que el equipo contrario las escuche. Se acercan a mí para felicitarme y yo les sonrío. Cuando el profesor hace sonar el silbato, nos dispersamos. Me acerco a Rachel, quien está mirando su teléfono mientras se arregla el labial.

Hey, anotaste - sonríe hacia mí e intenta palmear mi hombro, pero se da cuenta de que estoy sudado. Sonríe aún más - ¡bien por ti!

Niego con la cabeza, aún sonriendo.

Tienes mucha suerte, Rachel. Nunca sudas - comenzamos a caminar hacia las duchas junto con las otras chicas.

Es un talento - encoge los hombros. Sobornar al profesor para que siempre apruebe y no mueva un dedo. Sí, es realmente un talento.

¿Puedes creer que la próxima semana es nuestra graduación? -niego con la cabeza–Bruce ya invitó a toda la escuela a su fiesta de despedida el sábado —me mira emocionada, mantengo mi mirada hacia adelante.

Tengo que organizarme aquí, pero dudo que tenga tiempo para hacerlo. Si me quieres, lo tendrás –me miró seriamente– Vamos, Bayolett. Bruce tiene amigos de otros lugares, mayores. A la mayoría los convenció diciéndoles que la Duquesa estaría aquí –empuja levemente mi hombro, suspiro.

Rachel, ¿por qué te entusiasmas tanto en ir a fiestas donde siempre hacen lo mismo? –me dirijo a mi casillero.

¿Qué pasa si te digo que esta fiesta es diferente? –se apoya en el casillero de al lado. Desató mi cabello y lo sacudió, me apuró a quitarme mis zapatos. La miro mientras lo hago, tiene esa mirada de niña que acaba de descubrir algo.

¿Ira un payaso? -fingo entusiasmo.

No -rueda los ojos y luego se inclina más- Bruce tiene amigos que pueden conseguir todo tipo de drogas que queramos -frunzo el ceño- se le subió el labial al cerebro.

No vas a esa fiesta. Abro el casillero y tomo mi uniforme.

No seas tan dramática, solo me divertiré un poco. Además, si estás tú puedes cuidarme –suspiro mientras cierro el casillero.

Desde esa vez que la salve de que un tipo disfrazado de payaso se la llevara, ahora soy su heroína.

-Vas a venir el sábado en la noche a mi casa y haremos una

pijamada. Nada de fiestas -hablo, mientras la miro fijamente,

Baja un poco la cabeza camino hacia las duchas y me meto a una, empiezo a quitarme la ropa.

-Maldita sea, Bayo. Antes asistías a todas las fiestas, ¿qué te

sucedió?

-Podemos ir a un bar si quieres -enciendo el agua aprieto mis labios al sentirla fría, haciendo que de un respingo. La mantengo unos segundos así y luego la regularizo.

-Ya me canse de eso. Anda, por favor, acompáñame en esta

y te juro que es la ultima vez que te pido algo -me enjuago

Rápidamente, escuchando sus continuas súplicas no parará de insistir. Saco el jabón de mi cuerpo, llevándose el sudor y la suciedad con él. Cierro el agua y enrollo la toalla a mi cuerpo. Salgo y la miro, coloca un puchero.

-Si me aburro, me iré. –sonríe y me abraza, suspiro. Me arrepentiré de esto.

-Mi padre me llevara a Brasil de vacaciones -saca la mirada de

su teléfono y me mira sonriendo -¿Vienes?

-Sabes que me encanta pasar vacaciones contigo, Rach. Pero

tengo el curso de verano -hago una mueca y la miro unos

segundos, vuelvo a mirar la pizarra

-Oh Dios, es verdad. ¿Princeton, verdad? -asiento, la escucho

Suspirar Yo aún no me decido.

-Estoy segura de que podrás entrar a la que quieres. Lo digo con clara referencia a la cantidad de dinero que tienen sus padres.

-Tu también, Bayo -la miro -. Todavía no entiendo porque haces

Este curso. Suspiro, es como si me preguntara siempre lo mismo pero con distintas palabras.

-Respeto esa forma de entrar a una universidad levemente, demostrándole que no la juzgo-. Pero me gusta la tradicional -me encojo de hombros Suspira y asiente, torciendo sus labios.

-Ojalá yo tuviera esas ganas -rio levemente

-Aún puedes.

-Shh- desliza un dedo por mi rostro, ruedo los ojos-. Dije, ojala

Tuviera esas ganas. Alejo su dedo.

-Ya, haz la tarea -sonríe y no me hace caso, toma su teléfono

La ayudaría con gusto, pero ni en eso quiere mi ayuda. Aun así,

respeto y la acompaño en las decisiones que toma. A pesar de

Actuar superficial y lo sea en algunos aspectos, conmigo siempre actuó sincera. Es por eso que es mi única amiga.

Sacudo mis manos y salgo del baño, me sobresalto cuando

siento unas manos en mi cintura. Me jalan y me colocan en la

Pared, levanto la mirada hacia Daniel.

-Para, pueden vernos -miro hacia mis costados

Junta nuestros labios y siento esa sonrisa picarona en ellos, me separo.

-Te dije que para -vuelvo a mirar a mis alrededores-. No quiero

Que piensen que volvimos.

-Sigo sin entender eso -apoya su antebrazo por encima de mi

Cabeza, mientras me sonríe-, tú y yo éramos perfectos, nena.

-Perfectos para tus fotos, Dan -me cruzo de brazos, mira hacia

Otro lado y mantiene su sonrisa -La relación era aburrida.

-¿Entonces porque sigues queriendo acostarte conmigo?

inclina su cabeza hacía a mí, lo copio

-Porque parece que en eso si eres bueno -susurro, muerde su

labio

-¿Tu casa? -susurra de vuelta

-Mensaje -me limito a decir, acaricio su barbilla y me alejo,

meneando mis caderas y sabiendo que el mirara sonrío de lado mientras sigo caminando, la transformo en una amable en cuanto una compañera pasa por mi lado.

Coloca la venda en mis ojos.

-Recuerden, sin ayuda del espejo y a sacar sus reflejos.

Suspiro y coloco mis pies de puntitas, mientras me empiezo a

mover. Levanto lentamente una pierna, al igual que mi brazo,

cuando ya creo que estoy en la correcta posición, espero a la

Profesora.

- Muy bien, fuera telas -ordena, luego de unos segundos

Quito la tela con mi otra mano y miro hacia el espejo, evaluando mi posición, mientras la profesora mira a cada una.

Creo que lo hice bien, más que nada mantener la postura.

-Perfecta como siempre, Bayo -se detiene en mi, le sonrío

Agradecida y se aleja, bajo mi pierna suspiro y me acerco a mi bolso, buscando mi teléfono. Sonrío al ver el mensaje de Daniel, le confirmo la hora en la que puede venir y lo apago, volviendo a la clase.

-Entonces -me iro cuando alguien se acerca a mi, le sonrío

amablemente a Margaret, una de mis compañeras pequeña

Duquesa, escuche que iras a la fiesta de Bruce suspiro y me

Acerco al espejo

-Sí, iré.

Coloco mi pierna en la baranda y empiezo a estirarla.

-Eso es genial, ¿iras por la misma razón que todas?-la miro,

Frunzo levemente el ceño-. Las sustancias -levanta una ceja

¿Por qué todos ahora parecen ser fans de eso?

-Técnicamente. Me tengo que asegurar que mi amiga no las

Consuma -sonríe y junta sus cejas

-Vamos, no seas aburrida. Todos las consumen ahora -se encoje de hombros, me coloco frente a ella-. Todos

Necesitamos un momento de felicidad

-No es necesario la defensiva –le sonrió–te aconsejo

gentilmente que no consumas algo solo por moda. Pero parece que vivimos en una época en la que ciertas cosas innecesarias son nuestras únicas necesidades -parpadea unos segundos, bajo la pierna y miro el reloj, notando la hora

Bajo mi mano hacia mi bolso y lo tomo, le vuelvo a sonreír.

-Buen día.

Me giro y borro mi sonrisa, mientras suspiro. No puedo esperar a empezar la universidad y alejarme de estas personas. Espero entrar, tengo que esforzarme en ese curso.

Sonrío mientras besa mi cuello, al mismo tiempo que acaricia mi cintura por debajo de mi sudadera. Siempre empieza con ese movimiento, pero ya me acostumbré.

Acaricio su pecho, adentrándome un poco por debajo de su

Camiseta. Detiene mi mano cuando la nota bajar.

-¿Ansiosa? -sonrío, cuando creo que dará otro movimiento,

Vuelve a besarme –Suspiro.

Tal vez debería buscar a otro. Me separo rápidamente, al escuchar el sonido de la puerta. Nos miramos al mismo tiempo.

-Dijiste que tus padres volvían en la noche -murmura

-Lo se. No se porque están aquí -me alejo y salgo de la cama

Nunca están aquí tan temprano, tal vez sea una señal de que si debería buscarme a otro.

–Vete por la ventana -lo miro mientras me arreglo, frunce

el ceño-. ¿Quieres salir por la puerta principal y de paso

los saludas?, sal de aquí -le apunto la ventana, suspira

Pesadamente

-Bien. Luego hablamos -besa rápidamente mi mejilla y corre

Hacia la ventana espero a que salga, giro mi cabeza hacia la puerta al escuchar pasos. Corro rápidamente hacia la cama y finjo estar con el teléfono.

-¿Hija? -mi madre abre la puerta-. ¿Cómo estás, cariño?

-Bien -aprieto mis labios

-Tu padre y yo tenemos que hablarte, baja -cierra la puerta,

suspiro.

¿Y ahora qué?, hace meses que no Comparten mas de cinco

Palabras conmigo. Me levanto y salgo de la habitación, bajo las escaleras mientras los veo en el sofá, frunzo levemente el ceño. Ya están preocupándome. Termino de bajar y me siento en el sofá del frente, coloco mis manos en mi regazo y levanto las cejas hacia ellos.

-Escucho -murmuro, comparten una mirada y luego mi padre

Se inclina hacía a mí

-Sabes que hace unos meses nuestro negocio estaba algo mal

-asiento levemente –a principios de julio, pero cuando terminó el mes volvimos a la normalidad.

-Bien. Todo fue porque el señor Wild nos ayudó -frunzo el ceño

- ¿Recuerdas al señor Wild, verdad?-miro hacia otro lado

Me suena. Me quedo unos segundos con la mirada en el suelo y luego levanto las cejas, recordando.

- Oh, si. El de la cena.

Ese día estaba un poco fuera de mi. Mis padres querían

utilizarme como objeto, como muchas veces. Ya estaba

Cansada, por alguna razón, pararon de hacerlo desde ahí.

-Si -suspira-. Pues, el nos lo dejo a un precio. Y ese precio, es

Un contrato, en el que te ves involucrada- frunzo el ceño

-¿Por qué me vería involucrada? -pestañeo

Mi madre frota su cuello, mientras mira hacia otro lado. Me

Remuevo incómoda, por un demonio.

-El señor Wild tiene una famosa reputación, tal vez quiera

cambiarla, tal vez tenga que ver con el negocio, no lo se. Pero

Quiere contraer matrimonio.

Mi mandíbula cae lentamente, espero a que me digan alguna otra cosa que indique que no seré yo la que se case, pero no lo hacen.

¿Pero qué mierda?

-¿Perdón?-me levanto lentamente del sofá, y hacen lo mismo

-Su padre me conocía, esta haciéndonos un gran favor -rio

Seco

-¿Un favor?, estás haciendo un canje con tu hija.

-Bayolett -habla mi madre-. No hagas tanto drama, no es para

Tanto. No habrá ninguna boda, solo tienes que firmar, quedarte en su casa para que los medios lo vean y listo.

-Es fácil decirlo cuando estas seca de empatía!-abre sus ojos

de par en par-. ¿Qué es esto?, no voy casarme con alguien que

apenas conozco. Apenas tengo dieciocho.

-Es la edad justa y legal. ¿Por qué te alteras, Bayolett?, estarás en una casa mas grande que esta, tendrás tus lujos, ¿qué es lo que te molesta?

Froto mi rostro y empiezo a caminar de lado a lado. Ignorantes, petulantes y cínicos.

-Tenia planes -los miro-. Dinero ahorrado, el mes que viene

empiezo el maldito curso de verano. No retrasare todo eso por

Un capricho.

-Tu estas actuando como una caprichosa -me detengo en mi

Padre-. ¿Y qué curso de verano?, sabes que no lo necesitas

.

-Te equivocas, lo necesito. Aprobar ese curso de verano es mi

entrada para desconectarme de ustedes -gruño lo ultimo -Y no

Actúen como si me conocieran, porque no lo hacen. Ni siquiera saben a qué universidad quiero ir.

Vuelven a compartir una mirada, mi padre suspira y abre su saco, saca un papel de el.

-Firmaras esto. Ayudaras al negocio familiar, porque eso es lo

mas importante lo coloca en la mesa, lo miro unos segundos y

luego a ellos

-No firmare nada -digo lentamente--. No me interesa si me

quitan el dinero, no me interesa si me echan. No firmare eso

niego con la cabeza me mantengo firme y mi madre mira a mi padre, como siempre, esperando que el hable. Mientras que el se limita a observarme.

-Lo harás. Si quieres seguir con tus estudios -frunzo el ceño

-. Somos tus tutores legales, podemos eliminarte de ese curso

Como podemos cancelar tu entrada a cualquier universidad que quieras -me mira serio. Miro a mi madre, pero enseguida aparta la mirada resoplo y me siento en la silla al sentir mis piernas temblar, coloco mi frente en mi mano.

-Solo fimalo, Bayolett. Es lo mas fácil -aprieto mis labios, al

Sentir las lágrimas nunca necesite su dinero, siempre lo odie porque lo obtienen de manera sucia. E incluso ahora ese dinero está en mi contra. Soy consciente de que puede llamar a la universidad y con unas palabras y un fajo de billetes yo estoy fuera. Acerca más los papeles hacía a mí, al mismo tiempo que me tiende un bolígrafo. Se la arrebato y lo miro mal. Miro unos segundos la firma del hombre, la miro con rencor como si pudiera mirarlo a él. Con el corazón en la garganta, firmo temblorosamente al lado. No presto atención a las demás letras, ni en nada, ahora lo único que quiero hacer es gritar.

-Muy bien, hija -retrocede los papeles, dejo lentamente el

Bolígrafo a un lado-. Verás que todo terminara bien.

Me levanto de la silla y los miro a ambos unos segundos,

mientras hago algo que debí hacer hace mucho tiempo,

desconocerlos.

-Cuando todo termine. No me van a ver nunca en sus vidas -

Mi madre me mira al decir eso, mientras que mi padre se limita a mirarme retrocedo y me giro, caminando hacia la salida, al mismo tiempo que mi respiración se agita.

Salgo de la casa y empiezo a correr, calmándome un poco al

sentir el aire fresco. Sigo haciéndolo hasta terminar en la calle,

Camino a pasos rápidos y me siento cuando vuelvo a sentir mis piernas temblar. Me apoyo en la pared, mientras trato de regularizar mi respiración. Aguante toda mi adolescencia, y un poco de mi niñez, aguante ser una llave que él utilizaba para tener contactos. Que solo me hablara para que seduzca al hijo de algún contacto o incluso a alguien mayor, todo con la excusa de levantar el negocio y cuando al fin me animo a negarme, me amenazan. No quiero hacerlo, estoy a un paso de mi libertad, no quiero. Y lo peor, estoy sola.

Advertencia e Información importante

El contenido incluye referencias a drogas, lenguaje grosero y escenas explícitas de sexo. Si eres sensible o fácilmente incomodado, simplemente no lo leas.

Capitulo 2

Parpadeo lento, mientras lucho violentamente para prestar atención, pero mi mirada sigue apartándose.

Esta mierda me esta sacando estrés, y no hay peor distracción que el estrés. Mi mente solo trabaja en paranoias nada positivas, no puedo pensar en otra cosa que no sea la secuencia de ayer.

-Bayolett -miro a Rachel-. ¿Qué te sucede?, pareces una

muerta.

-No dormí bien -murmuro

-Ya note eso -murmura de vuelta, se gira a tomar su bolso y levanta su mano, el profesor la señala -.Necesitamos ir al baño.

No espera a que conteste y levanta mi brazo, dejo que me arrastre sin protestar.

-¿Las dos? -frunce el ceño hacia nosotras

-Si -Rachel le sonríe falsamente, cruza todo el pasillo hasta terminar en el baño, que por suerte esta vacío -.Dios, menos mal que siempre traigo maquillaje.

-No quiero maquillaje, Rachel -murmuro de vuelta-. Solo

volvamos a clase.

Vamos, sabes que puedes contarme -toma mi mano, la

miro. A pesar de su sincera preocupación, mi boca se mantiene cerrada -Bien, entonces no discutirás y te pondrás maquillaje.

Suspiro mientras saca su bolso, mantengo mi mirada en el suelo.

-De paso te cuento sobre ese chico que seguí en Tinder...Empieza a hablar, mientras se acerca levanta mi cabeza y esta vez mantengo mi mirada en el techo.

Tengo la situación todavía en el pecho, la garganta cerrada y las lagrimas que me faltó soltar. Las paranoia dominan mi mente, mas que nada, recuerdos. Creí que siempre soportaría, pero soy mas débil de lo que pensé.

Y es demasiado, pase situaciones en las que me calle, pero esto no puedo callarlo.

-Me voy a casar -murmuro

Para de hablar, al mismo tiempo que detiene sus manos. Suspiro y la miro, encontrándome con su mirada desconcertada.

-¿Qué? susurra, frunciendo levemente el ceño

-Mi padre me hizo firmar un matrimonio arreglado -murmuro, haciendo fuerza para que mi voz no tiemble se mantiene con la boca entreabierta y parpadea, se gira y se coloca ami lado. Posiblemente lo esta asimilando, se mantiene callada unos segundos.

-Y, umh, -la escucho tragar saliva-, ¿con quién?

-El señor Wild, ni siquiera recuerdo su nombre.

-¿El señor Wild? -la miro-, ¿el Rey?-frunzo el ceño

-¿Qué?

-Eros Wild, le dicen el Rey -murmura, vuelve a mirar hacia adelante.

¿EI Rey?, nunca oi hablar de el, ahora mas que nunca no me interesa. Ni cuando lo vi por primera vez.

-Tal vez, estaba buscando una reina -rio seco y froto mi frente

-No quiero ser su maldita reina.

La peor parte, los medios enloquecerán, porque si el es famoso, inevitablemente lo seré si poso a su lado. Por Dios, será un infierno.

-No -toma mi barbilla, me mira seria -No lo eres -niega

levemente con la cabeza y me suelta, toma su teléfono –Mira.

Frunzo el ceño con confusión, más que nada porque luce enojada.

-¿Recuerdas cuando rompí con mi ex?, estuve pegada a la cama como una semana. Tu me acompañaste cada día -me mira unos segundos-. Me motivaste con frases que sacabas de quien sabe donde. Y no lo demostré, pero me ayudaron mucho -levanta su cabeza

Sonrío levemente al verla decidida, y comprendo que su enojo es por verme así. Yo nunca luzco así frente a nadie.

-Bien -para de teclear-. Cuando estaba con los mocos afuera y llorando porque creí que no lo merecía, me dijiste "Una mujer segura es la inseguridad más grande de un hombre" levanta una ceja hacia a mi -Me ayudó para muchas situaciones, también, "'Siempre sigue adelante, incluso con lágrimas", bueno, esa me ayudo cuando mi padre no queria darme dinero. ¿Pero sabes que?, no hui a mi habitación como siempre, y conseguí el dinero. Rio levemente.

También recuerdas cuando no saliste como mejor de la clase en quinto grado? -junto mis cejas y sigue buscando

-Rachel, eso fue...

-Shh -me calla-, Recuerdo perfectamente la situación,

miraste tu nota con enojo, a pesar de haberme pasado por tres puntos, no eras la mejor. Y te enojaste aun mas cuando trate de reconfortante, me dijiste, "Puede que me caiga, pero en el suelo no me quedo". En ese momento quise pegarte en el rostro, pero cada año me demostrabas cuan en serio hablabas. Baja su teléfono y cambia su gesto, a uno mas triste.

-Siempre detecte cada momento en el que estabas mal,

esos días actué mas insoportable porque quería hacerte reír, y funcionaba. Sabía que no querías una mano de lastima y también sabia que saldrías adelante pero esta vez, pondré mi mano y no me detendrás.

Aprieto mis labios al verla afligida, incluso decepcionada.

-Tu no eres la reina de nadie, Bayo -se acerca, me gira suavemente hacia el espejo, levanta mi barbilla -Tu eres la Duquesa -suspiro-.Y no ganaste ese nombre por tu dinero, ni tu vestimenta, sino por tu esencia. Siempre muestras ser una mujer vigorosa, fuerte y un poco misteriosa. Y atraes hasta al mas gay con eso -sonrío levemente-. Inspiras a muchas personas. ¿Y sabes porque lo se? -la miro- porque me inspiras a mi. Me demostraste que los obstáculos solo los pone uno mismo, que nadie me rebajaría sin mi permiso, y como lo dijiste en quinto grado, aunque caiga, no me quedo en el suelo. Giro mi cabeza hacia ella. Esta sacándome una sonrisa, colocando emoción en mi pecho. Porque a pesar de que no pueda entenderme, esta apoyándome, dándome fuerzas, y dejare que lo haga. Sostiene mi cabeza entre sus manos.

-Todo el mundo aquí sabe que siempre tienes el control, y yo mejor que nadie, conozco esa mente maquiavélica.

Tu mayor talento es ese, poder actuar como realmente eres y sorprender a cualquiera. Y Bayo, desde que tengo memoria siempre sales ganando en todo. Y no solo en los deportes. Ahora, ¿qué es lo que te detiene ganar en esto?

-No se como -Susurro

-Perdón? -frunce el ceño-. ¿Acabas de decir que no sabes?

¿Cuando en tu puta vida no has sabido algo?, vamos Bayo no dejes que vean a alguien vulnerable. Levántate, y pelea -sacude mi cabeza algo enojada repito sus palabras en mi mente.

¿Realmente están logrando eso?, ¿quebrarme?

–Vas a poner a trabajar esa mente, y al final, serás la que salga beneficiada. Lo se, yo creo en ti -sonrío-. Y mientras tanto. Se separa y levanta su maquillaje.

-Sonreirás como siempre lo haces y engatusarás al que te mire. Porqué chica tu arma es esa –mira mi cuerpo.

La miro unos segundos mas, recordando todo lo que conseguí, no solo haciendo los gestos correctos y mostrando mi cuerpo, sino con las palabras y los planes que mi mente creó, todo mejorando con cada año. Y ella tiene razón, lo que me sacó adelante era la seguridad en mi misma, y no teniéndolo ahora esta hundiéndome.

-Gracias, Rachel -murmuro, me ha salvado. Saldré beneficiada, es un hecho. Hare el curso de verano, le hare la vida un infierno a ese hombre.Y cuando todo termine, me asegurare de dejar atrás a mis padres. Y al final, ellos serán los últimos en beneficiarse.

-Pásame el rímel

-El gimnasio es ideal para la fiesta de graduación, director

-camino por el lugar-. Podemos poner la palabra en globos gigantes, dorados -señalo la pared en donde imagino todo-.Estaba pensando en colores que resalten. Y también conseguí un fotógrafo a buen precio -o miro, asiente-. Un pequeño escenario negro, las sillas enfrente, tal vez una frase en cada una para que se lleven de recuerdo. Me detengo y me giro hacia el.

-Me alivia la organización que le pones, Bayo. Dejo todo en tus manos, se que lo harás bien -sonrío y asiento

Por supuesto que lo hare bien, soy la mejor en organizar los eventos de la escuela y eso se ve porque el director siempre acude a mi. Me mira unos segundos mas, levanto una ceja al notarlo algo dudoso.

-¿Puedo preguntarle algo? -asiento-. Tal vez solo sea un rumor, pero, escuche que tiene relación con el gran empresario

Wild- trabo mi sonrisa

¿Cómo demonios.?

Suspiro y relajo mi sonrisa.

-Vaya, como corren las noticias -levanto las cejas

-Entonces es verdad-afirma.

No, no lo es.

-Si, lo es -hablo suavemente-, fue todo muy intimo. Pero veo que eso ya se acabo.

-Lo siento si la incomode, es que era algo que tenia que

confirmar -asiento, fingiendo comprensión-. Me sorprende un poco, tu aún eres muy joven.

Lo se, maldición –Me limito a asentir.

-¿El vendrá a la graduación?, seria un gran espectáculo -sonríe,quiere tener cámaras apuntando a su escuela. Y no quiero eso, no quiero que me apunten a mi

-El es alguien muy ocupado, dudo que venga -niego

amablemente –De todos modos le comentare.

Nop. No lo hare.

-Bueno, si es importante para ti, estoy seguro que vendrá -asiento

-Si, bueno -carraspeo-, tengo que ayudar a los de decoración.Le aviso cuando consiga todas las cosas, y comenzamos -asiente

-Eres una mujer muy comprometedora, Bayo. Junto a el serán una pareja poderosa -le sonrío mas. Pasa por mi lado y borro mi sonrisa haciendo una mueca.

Ridículo.

Mantengo mi mirada en la ventana.

-No tienes porque preocuparte, de verdad Bayo. Además, el siempre viaja, no estará nunca en la casa.

O tal vez me quiera Ilevar con el. No me interesa donde esta, nada me distraerá de mis estudios.No le contesto.

-Hija, sabes que si tuviéramos otra opción la usaríamos -frunzo el ceño y aprieto mis labios siempre con el papel de la victima.Se estaciona, levanto la mirada y suspiro al ver la gran casa.Parece que estoy acercándome a la Casa Blanca y lo odio, odio el vecindario de ricos. Odio lo pulcro y la extravagancia. O tal vez porque cada vez que piso una de estas casas ocurren mis pesadillas.

Mi sueño es algún día tener mi propio departamento, con un gran ventanal y que este yo sola.

-Te dijimos que era gigante -abro la puerta y me apresuro a salir, pero detiene mi brazo. Ruedo los ojos y la miro-. Hija...

presto mas atención al ver su rostro afligido. Abre la boca pero la cierra, parpadea –Recuerda ser amable. Y también recuerda,que te queremos.

No se como alguien puede retenerse a decir y hacer cosas, solo por una persona.

La dependencia me da mucha lastima, y mucho rechazo.

La miro unos segundos más, me suelta.

-Deseo genuinamente, que algún día te tengas amor propio,madre -Murmuro

Salgo lentamente y abro la puerta de atrás, sacando la maleta. Me apresuro a cerrar la puerta y camino hacia la casa.

-Siento mi teléfono vibrar en mi teléfono, lo tomo y lo coloco en mi oreja.

-Rachel.

-¿Ya estas ahí?

-Si. Estoy entrando -me acerco, mientras noto lo grande que es el jardín- Es enorme.

-Por supuesto que es enorme, es uno de los hombres mas ricos del país -suspiro y hago una mueca-. Pero recuerda, que eso no te intimide -sonrío levemente.

-Ese hombre es lo ultimo de mis problemas, Rach. Además,tengo un humilde plan para deshacerme de el.

Un hombre nunca me hizo estresar, siempre justifique sus acciones por una razón, son hombres. Incluso las de mi padre, el es la clara definición de alguien ambicioso, mentiroso, cobarde y machista. Y todos los hombres con lo que me relacione en la vida, son igual a el. Ahí entendí la frase, todos los hombres son iguales.

-No dudo de eso. Ahora, suerte.

-Gracias, te veo en la escuela -cuelgo y sigo caminando

Cuando llego a la puerta levanto la cabeza, esta puerta es muy larga, ni siquiera llego al timbre. Suspiro y la golpeo varias veces.Miro unos segundos las grandes baldosas blancas detrás mío.Recién le doy importancia a que es inmensa, y eso me hace arrugar los labios.Giro mi cabeza al escuchar la puerta, mi sonrisa aparece al ver a una señora.

-Oh, usted debe ser la señorita Anderson -sonríe igual de amable, asiento una vez

-Así es, señora.

-Pase, pase -se hace paso, me adentro y miro hacia todos lados que rico olor, de seguro pronto lo odiare.

Es un hermoso y muy cuidado blanco, dos grandes umbrales de cada lado y una gran escalera de frente.

-Permítame -se acerca y toma suavemente mi maleta -.El señor me informó que vendrá dentro de dos o tres dias, la atenderá tan pronto venga. Si quiere atenderme, que nunca venga. Al menos tendré una pacifica soledad durante su ausencia, espero.

-Llevare esto a su habitación -se dirige a las escaleras, me giro aun observando todo-. Oh, señorita -la miro -disculpe pero, ¿cómo se llama?-le sonrío.

-Bayolett.

-Oh, que hermoso nombre. ¿Le molesta si le digo señora

Bayolett? -borro un poco mi sonrisa

Ni siquiera tengo dos décadas.

-Solo Bayolett -respondo-. Pero si quiere un apodo cariñoso, puedes decirme Duquesa -frunce levemente el ceño, larga historia.

Ríe levemente.

-De acuerdo -asiente una vez

-Y usted? -ladeo la cabeza

-Me llamo Christina, soy la ama de llaves -asiento- . La veo.

luego -le sonrío una ultima vez y se gira, subiendo las escaleras. Me giro y comienzo a caminar, me adentro a un umbral, este es el comedor. Un gran comedor.

Miro hacia todos lados, esta lleno de pinturas y decoraciones, nada de fotos. Apoyo mis manos en la mesa. Aunque me cueste, no le daré mucha importancia a esto. No se las intenciones de ese hombre y la verdad no me interesan, puedo controlarlas.

Mientras tanto, tratare de actuar de manera, insoportable. De seguro por mi familia y mi aspecto, una parte de el me vera como una niña rica.

Nadie soporta a una niña rica, así que actuare como una. Hasta que simplemente no lo soporte. Además lo estuve investigando un poco, se nota un hombre serio, así que será mas fácil exasperarlo. No se porque razón me trajo aquí, pero hare que se arrepienta

Capitulo 3

-Estaba pensando en colgarlos en esta pared, los cuadros

plateados rosas aqui, los plateados normales allí, y los dorados allá –señalo cada pared

Asienten y se acercan cada una, con los cuadros en sus

Manos. Me acerco a la lista y coloco una tilde, miro hacia todos lados. Sonrío levemente. Si en mi imaginación se ven bien.

-Bayolett

Giro mi cabeza hacia atrás, observo a Dan acercarse a mí.

-Hola... -frunzo el ceño, cuando toma mi brazo –¿Qué haces?

Me arrastra, tiro la lista hacia la mesa y procuro que nadie nos

vea. Abre el cuarto de limpieza y me deja ahí, mi confusión crece mientras cierra la puerta.

-¿Qué es esa estupidez de que te vas a casar? –me enfrenta

suspiro y me relajo, miro hacia otro lado unos segundos.

-En cualquier momento alguien me lo preguntará.

Hoy desayune dos mensajes de compañeras mandándome un

Enlace en que aparecía el rumor de ese tipo y yo.

-¿Es verdad? -frunce el ceño

-Es algo arreglado, apenas vi al tipo una vez. Todo lo arreglaron mis padres me encojo de hombros –frota su rostro, mientras retrocede un par de pasos.

-¿Acaso estás enojado? –levanto una ceja

-Si, Bayolett. Estoy enojado –me mira –¿como crees que reaccionaria a esto?, ¿feliz?, te vas a casar con otro hombre

cuando nosotros estábamos en algo.

Me estoy cansando de vivir con víctimas

-Daniel froto mi frente –No te alteres, es algo temporal y

apenas lo veré. Se trata de imagen y de arreglar el negocio

familiar.

Espero que se terminen hundiendo. Una parte por la que siguen en pie es por mí, no solo por aceptar este maldito contrato sino también por todos esos años que actué como una prostituta para facilitar los acuerdos de mi padre a otros empresarios.

-¿Y qué?, ¿te veré al menos?, ¿te pondrás un anillo? –se acerca

–¿Aceptaste solo por eso?, ¿o por que querías? -frunzo el

ceño –ya lei todo esos comentarios de mujeres, deseando

Ser tú. ¿Lo hiciste por eso?, ¿por fama? –aprieto mi mandíbula –Me dices a mí de ser superficial, cuando tú lo eres.

Enrollo mis manos a su camisa y lo giro, colocándolo

sobre la pared. Coloco mi antebrazo en su cuello, me mira

Desconcertado.

-Solo tú tendrías ese asqueroso pensamiento de que acepto ser el objeto de alguien solo por fama. Y lo tuviste en toda nuestra relación, cuando solo me utilizabas para tus fotos –parpadea

-Tu no tienes voz en mis asuntos ni en nada que tenga que

Ver conmigo. La próxima vez que me hagas enojar así –levanto más mi cabeza –me encargaré de que hasta tengas miedo de mirarme –traga saliva –¿Me escuchaste bien?

Suspiro y lo suelto lentamente, sacudo su ropa.

Me hace perder la paciencia, no me gusta enojarme y menos con Alguien que me importa. Pero estar con Daniel es como cuidar a un niño.

-Bien. Ahora, regresemos, que esos globos no se inflan solos

Le sonrío levemente y luego doy un casto beso a sus labios

Me doy vuelta y salgo de la habitación, borrando mi sonrisa.

Maldito niñito.

Me adentro y camino hacia la cocina. Tengo demasiada hambre.

-Pequeña Duquesa, ¿como estuvo su dia? –camino hacia la

nevera

-Monótono, Chris. ¿Qué tal el tuyo? –me inclino y tomo el

helado que compre ayer

Esta casa no tenia nada delicioso, así que me asegure de

comprar algunas cosas, y esconderlas, por las dudas.

-Tenía pensado preparar una lasaña a la noche -sonrío

-Que gran idea, la comeré con gusto -sonríe y me mira unos

segundos-. Bien, me robo el helado, iré a mi cuarto.

-De acuerdo, le avisaré cuando este la comida.

-¡Bien!

Camino hacia las escaleras y las subo a paso rápido, mientras

sigo concentrada en el helado. Me adentro a la habitación.

Me colocó una habitación bastante parecida a la mía, creí que

Colocaría algo rosa o muchos peluches. Pero es discreta, blanca y con azul en algunas partes. Tengo que admitir que me agrada. Coloco el helado en el escritorio al igual que mi bolso. Me acerco al armario, mientras comienzo a quitarme el uniforme. Escucho sonar mi teléfono, lo saco de mi bolsillo y atiendo, lo dejo en el escritorio en alta voz.

¿Sigues viva? –sonrío y niego con la cabeza.

-Si, Rach.

-Bien –desabrocho la camisa y me la quito –estuve pensando, ¿cómo podría distraer a Bayo?

Y inmediatamente, el bar de la esquina se me vino a la mente.

Sonrío, mientras me coloco una camiseta blanca.

-Rach, será mediodía.

-¡Una cerveza es para cualquier hora!, anda, de paso te cuento él enrollo que tuve con uno de la clase.

Me coloco un jean, mientras lo pienso. La verdad, una cerveza

Fría no me vendría mal.

-Está bien.

Alejo los cabellos de mi cara y sigo caminando, ignoro cualquier mirada hacía a mí. Me giro y me adentro al bar.

Miro hacia las sillas de la barra y me acerco al notar a Rachel.

Gira su cabeza al notarme, sonríe.

-Que bombón, ¿te invito una cerveza? –acerca una cerveza a

Mi, rio entre dientes

-Gracias –doy un sorbo y apoyo mis antebrazos en la barra

-Entonces, ¿problemas de niñitos? –rueda los ojos, aún

Sonriendo

-No es problema de niñitos –observo unos segundos su rostro

Tan inocente, su rostro encaja perfecto con la palabra, parece

sacada de una película de Disney. Aun así, es demasiado para los tipos con lo que esta.

-Pero, el problema es que está con otra chica. Es decir, nos abríamos besado, pero yo no tenía ni idea de qué tenía algo con ella –suspira –y ahora ella me está lanzando miradas asesinas. ¿Crees qué debo confrontarla? –arrugo mis cejas.

-Rach, lo peor que puedes hacer es pelear por la atención

de un hombre, y ni siquiera un hombre, un niñato. Tienes que

Confrontarlo a él, no a ella. Él es el único que tiene la culpa

-Miro hacia el jarrito con maní y tomo un puñado-. Te diría que estés con chicos de nuestra edad solo para besitos tiernos, no sirven para otra cosa –coloco el puñado en mi boca y mastico, ríe levemente

-iAh si?, entonces te debe encantar los besitos tiernos que te

Das con Daniel –arquea las cejas, miro hacia otro lado

-Es lo que hay –me encojo de hombros –Quiero a Daniel, pero

Su actitud inmadura me llevó a terminar con él.

-Ahora que lo dices, nunca te vi con alguien que no sea Daniel.

No viste todos los que mi padre me empujó a seducir, pero es

Mejor así. Me encojo de hombros y le sonrío.

-Estás acostumbrada a ver a chicos de la escuela, pero deberías explorar más allá –levanta sus cejas.

-¿Estás loca?, yo no tengo dieciocho como tú.

-Cuando todavía no los tenía, no fue obstáculo para mí -me mira sorprendida

-¿Estuviste con otros hombres? -murmura, lamo mis labios y

Tomo otro sorbo. Si le cuento más estará asustada, mejor me detengo ahí.

-¿Sabes la diferencia entre un hombre y un chico? -niega,

Probablemente hay bastantes. Pero el hombre es un poquito más maduro -sonríe-. No digo que todos los de nuestra edad sean unos mocosos inmaduros. Conocí a bastantes educados. Pero nunca llamó mi atención.

-Sabes, yo creo que la ausencia de tu padre te llevo a que te

gusten mayores –suelto una carcajada –¡Es en serio!, es algo

Psicológico –niego con la cabeza.

Que hable mucho de mayores no significa que sean mis

favoritos. Pero pasar tiempo con ellos me llevó a saber una

Perfecta definición.

-Es verdad. Pero las personas que tienen ese problema son

gente que les gusta ser sometidas. ¿Alguna vez me viste ser

Sumisa?

-Tienes razón, siempre fuiste de ser líder -asiento-. Pero no se

como serás en la cama -susurra

-Ya, ya –ríe levemente y sonrío –La cerveza ya te esta

Afectando.

No me gusta hablar de mi intimidad. Pero sé diferenciar mucho esas dos cosas, el sexo está sobrevalorado y usualmente cuando una demuestra ser sumisa enseguida tienen esa perspectiva de ella también en otros aspectos.

Cuando asumen eso de mi, intento no reírme.

-Señoritas -una voz masculina se escucha y giramos nuestra

Cabeza. Levanto mis cejas al ver a dos hombres, sonriéndonos.

-¿Podemos invitar la siguiente ronda? –miro de reojo la

Inseguridad de Rach antes de que abra la boca para negar, les sonrío amablemente.

-Claro.

-Genial, pediremos las cervezas –sonríen una ultima vez y

Luego se alejan, Rach me mira preocupada.

-¿Qué haces?, yo no quiero nada con esos hombres –sonrío y

Me inclino hacia ella.

-Ahora, te enseñare como hacer amigos –frunce el ceño –no

todo es sexo con el genero opuesto, se puede tener una buena

Conversación -suspira pesadamente.

Es hora de crecer, Rach.

Abro la puerta y me adentro, rio levemente cuando mis pies se

Traban, casi haciéndome caer.

Hace mucho no me reía de esa manera, esos dos hombres

terminaron siendo una agradable compañía. Rachel se

sorprendió demasiado al no ver nada pervertido en ellos, se

Acostumbró a niños hormonales.

Y eso pareció gustarle más, tanto que le robo un pequeño beso a uno. Si, demasiada cerveza. Terminamos intercambiando números.

-¡Duquesa! –me incorporo, sonrío al ver a Chris –¿esta usted

Ebria?

-Oh, Chris –me acerco a ella y la abrazo –Eres tan buena,

¿quieres ser mi madre? –la miro, sonríe y niega con la cabeza.

-Tiene suerte de que el señor aún no este aquí –me sujeta y me ayuda a caminar hacia las escaleras.

-Y que va a hacer?, ¿darme con el cinturón? –rio a carcajadas y se mantiene en silencio.

-Le dare un baño frio –habla luego de unos segundos –¿Le

Parece un té?

-¿Qué tal un boleto de avión? –murmuro, se gira hacia la

habitación. Llegamos a ella y me suelta. Mientras camina hacia el baño, yo lo hago hacia la cama.

-No te duermas, niña. ¿Porqué quiere un boleto de avión?

escucho como se mueve, y me acomoda

-¿Me llevas a Nueva Jersey? –murmuro.

Cierro los ojos y imagino subirme a un avión, feliz y con una

copa de champagne, con el pensamiento que pronto estaré

estudiando, sola, y con un buen trabajo. Y con ese sueño, me duermo.

Parpadeo mientras abro los ojos, hago una mueca al sentir el

botón del pantalón molestarme. Me estiro unos segundos y

Luego me levanto de la cama.

Aún es de noche, Chris se habrá dado por vencida al ver que no desperté.

Camino hacia el baño y me quito el sostén, suspiro de alivio

y lo dejo en el cajón. Tomo el bóxer que tengo guardado y

me lo coloco, menos mal que Daniel no me lo pidió cuando

Terminamos.

Me hago un moño en el cabello, mientras salgo de la habitación.

¿Chris habrá hecho la lasaña?

Salgo de la habitación y me dirijo a las escaleras. Espero que si, me muero de hambre.

Me vuelvo a estirar, mi mirada se va hacia una puerta azul. La

miro de arriba abajo, es muy larga. ¿Sera donde ese hombre

duerme?. Viene mañana, creo. Puedo echar un vistazo.

Me acerco y sin apuros la abro. Busco la luz en el costado y

lentamente se enciende. Si que se da lujos, todo esta impecable. Huele mas varonil, a comparación con toda la casa. Miro hacia todos lados, esa cama esta genial para moverse hacia todos lados, es gigante. Me acerco a una puerta, pensando que es el baño, pero es el armario. Frunzo el ceño, ¿duerme también con trajes?, tiene millones. Salgo de ahí y me dirijo a la otra puerta, esta vez es el baño. Dios mío, tiene una tina. Ahí podría tener un relajante baño de espumas, tal vez lo haga, de todos modos no esta.

Miro hacia el espejo, es largo, podría sacarme fotos. Suspiro y

sacudo la cabeza. Tengo que dejar de hacer planes, me iré de aquí apenas pueda. Hago una mueca y me dirijo afuera, detengo mis pasos al ver un cuerpo interponerse en la puerta. Mi mirada se detiene justo en sus pies, lentamente voy subiendo. Santo cielo. Me detengo en su mirada, mientras recuerdo como respirar. Me repasa brevemente y luego clava sus ojos en los míos.

-¿Perdida, pequeña?

Su voz retumba el baño. Maldición, así no es como planee.

Primero, tenia que haberme preparado y saber que era un adonis. Porque en las fotos no se veía tan así, lo subestime.

La primera vez que lo vi no tuve tiempo para detallarlo, estaba

más ocupada pensando en las mil y un maneras de asesinar a

mis padres. Segundo, mi vestimenta no es la adecuada, estoy acostumbrada a siempre estar sola, por eso nunca me preocupe por la vestimenta en casa. Suspiro, de igual manera, esto no me detiene. Y para nada me intimida.

-No -respondo, me cruzo de brazos –vendría mañana.

Christina me dijo que con el no actuare con confianza, así que ni pienso tutearlo.

-Solo volví un día antes, no hay mucha diferencia se mantiene

con las manos en sus bolsillos, y mirándome neutro –¿Como

estas?

Lo miro unos segundos más –Pregunta estúpida, solo tengo ganas de tomar un auto, una maleta y viajar lejos mientras les saco la lengua.

-Excelente sonrío-. Esta casa es inmensa, incluso sentí

vergüenza por la mía. Actuar como una idiota sin cerebro, activado. –me mira unos segundos más, no puedo deducir como reacciona porque se mantiene inexpresivo.

-No hay porque comparar. Espero que te sientas cómoda.

-Estaría mas cómoda con una habitación como esta

levanto mi cabeza, colocando el gesto que hacen las chicas

de mi colegio, cuando algo no les agrada –Pero tu puedes

cumplirlo, ¿verdad? –parpadeo varias veces.

-Todo lo que tu desees –habla, apenas levantando una de sus

comisuras esa no es la respuesta que esperaba. Demonios, de seguro esta acostumbrado a cumplir caprichos para fines sexuales. Lo miro en silencio, su mirada es demasiada profunda. No aparto la mía, pero si parpadeo.

-Iré a la cocina –camino saliendo del baño, pero no se corre.

Levanto mi cabeza hacia el. ¿Permiso?

Me mira unos segundos más, me tenso cuando se inclina,

doblando su cabeza. Siento su respiración en mi mejilla y luego un casto beso. Aspiro suavemente cuando su olor se intensifica.

-Olvide saludarte –susurra, volviéndose a alejar, mantengo mi

mirada en su pecho no me afectara, no me afectara, no me afectara. Trago saliva y asiento, lo miro unos segundos.

-Buenas noches también para ti -espero que se corra y lo hace

luego de unos segundos, camino rápidamente fuera de ahí. Salgo de la habitación y camino por el pasillo.

Cuando me cruzó con una persona, siempre soy yo la que tiene el efecto en la otra, tomando control. Lo intenté con el, pero no note nada de desestabilidad. Lo peor, fue al revés. Tendré que esforzarme más.

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