Es el primer día de clases en la universidad y mi segundo año en está última. Justo en este momento corro por los pasillos como si me estuvieran persiguiendo para asesinarme, y es que estoy 20 minutos atrasado.
Como lo suponía, ya el profesor está en el aula de clases. Esperen... No es el profesor Oliver, es una... ¿Profesora?. Al parecer los rumores que estuvieron rondando el último mes sobre que llegaría una nueva profesora son cierto, pero estoy seguro que nuestras dos primeras horas de clase eran de Español con el profesor Oliver.
Me quedo parado en la puerta y no solo tengo la mirada de la profe fija en mí, sino también de mis compañeros.
- ¿Cree que tengo todo el día para esperar? ~me pregunto si fue muy estúpido mirar hacia atrás, es obvio que me habla a mí~ ¿Ya decidió si se va a quedar ahí parado o va a entrar?.
Escucho algunas risas y me apresuro hasta llegar al espació que Morgan y Aarón han guardado para mí, estos dos son mis mejores y únicos amigos que tengo aquí.
- ¿Estás bien?, tú eres el puntual de nosotros ~me susurra Morgan~
- El despertado no sonó, es todo ~digo después de acomodarme~
- ¿Acaso no es sexy? ~dice Aarón, con su típica mirada morbosa~
- Controlarte, ¿quieres?. Es nuestra profesora ~digo con fastidio~
- Eso lo sé perfectamente y eso no le quita lo buena... Una linda escocesa ~ruedo los ojos~
- ¿Cómo sabes que es de escocia? ~le pregunta Morgan~
- Lo escuché por ahí ~se alza de hombros~ También que el profesor Oliver tubo un inconveniente, así que la nueva profesora adelanto su clase.
- Bueno, espero que todo el alcohol que tragaron anoche no les haya quemado tantas neuronas y puedan grabarse todo lo que les enseñaré hoy, que es: el orígen, el léxico, la etimología, la sintaxis, la ortografía, la gramática y la fonética de este idioma ~dice muy seria~
Supongo que ayer todos estuvieron de fiesta, así que entiendo su comentario, pero... Que crudo. Por un momento nuestras miradas se cruzan, ella me mira fijamente y luego desvía su mirada a los demás compañeros. Vaya... Parece algo brava, pero... Su acento es tan...
Ningún saludo, ninguna presentación y al parecer tampoco le interesa saber el nombre de sus estudiantes, simplemente empezó su clase así.
- ¿Se presentó antes de yo llegar? ~le susurro a Morgan~
- No, ni siquiera dijo 'Buenos días' o algo por el estilo ~se alza de brazos~
Efectivamente, no le interesa nada más que dar su clase y ya. Incluso mientras habla y comienza con sus explicaciones, ella mantiene una expresión fría y una voz firme.
Y ni hablar de la bienvenida que me dió. Algo me dice que no me llevaré nada bien con ella, aunque vamos, yo soy un excelente estudiante, soy aplicado; ¿qué profesor me odiaría?. Bueno, creo que ella. Es la segunda vez que me mira fijamente.
¡Dios!, ahora ella ni siquiera se molesta en apartar su vista de la mía. Sus perfectos, pero fríos ojos verdes me miran de forma que me congelan. Que ni crea que voy a perder si esto se ha convertido en una guerrera de mierdas.
También me mantengo firme hasta que ella alza una de sus perfectas cejas y yo ya flaqueo, desvío mi mirada y la llevo directamente hacia mi libreta de apuntes. Que nervios, hasta siento que...
- ¿Por qué estás tan rojo?, ¿estás enfermo? ~me susurra Aarón~
- No... O quizás me enfermaré, no lo sé ~digo sin alzar mi vista~
Para cuándo lo hago, ella sigue dictando la clase señalando la pizarra. Estudio lenguas extranjeras en la universidad de Londres, aunque soy originario de Liverpool. Al parecer ella será nuestra nueva docente de la lengua Italiana. ¿Cómo es que una escocesa enseña italiano?, en fin.
Después de dos horas, suena la campana anunciando el cambió de clases, supongo que las dos últimas horas serían las suyas, pero como la ha adelantado, creo que hoy saldremos temprano.
Ahora todos actúan como si la profesora no estuviera sentada en el escritorio. Las voces se escuchan como si estuviéramos el mercado, pero a ella parece no incomodarle, mantiene su vista en lo que parece un listado.
- Benedict, saldremos un momento antes de que entre el profesor Benzon, ¿vienes? ~me pregunta Aarón y yo niego con la cabeza haciendo que ambos se alcen de hombros~
Comienzo a salir de mi lugar para acercarme hasta ella, ¿quién se cree para pasar que puede hacer sus come fríos respecto a cualquier estudiante?. Bueno, no soy ningún machito, ahora frente a su escritorio, no sé que decirle exactamente.
- ¿Se le ofrece algo, Templenton? ~dice sin separar su vista de lo que sea que lee~
¡Santo cielo!... Mi apellido en su voz. Me doy cachetadas mentalmente para desvíar mis pensamientos, ¿cómo sabe que ese apellido me corresponde a mí?. Soy tan patético, aún cuando ella ha dicho la primera palabra, no me sale nada de la boca.
- No voy a disculparme si eso es lo que espera ~se diga a mirar y definitivamente, fue una mala idea acercarme~
- ¿No le enseñaron modales en su casa? ~por fin abro la boca y es para decir semejante atreviendo~
- Ciertamente, sí ~dejada efectivamente un listado en el escritorio y me dedica una rara, pero sexy sonrisa ladina. ¡¿Las mujeres también pueden sonreír así?!, esa es la típica sonrisa de Aarón cuando coquetea~ Pero simplemente no me da la gana de hacerlo, ¿algún problema?.
Voy a objetar algo, pero mis labios vuelven a unirse porque francamente, no sé que responderle. Puedo simplemente soltar un comentario mordaz, pero sigue siendo mi profesora.
Suspiro y ruedo los ojos, decido simplemente alejarme e ir en busca de los chicos porque sé que el profe Benzon no tarda en llegar.
- Que pesada ~suelto refiriéndome a ella~
O sea... ¿Qué hay con su respuesta?, ella simplemente no le interesa ser educada, es una pesada.
Después de unos segundos y traer arrastras a mis amigos, ella ya no está. No pasó literal, ni un segundo cuando nosotros nos sentamos y entro el profesor Benzon de Alemán.
Estoy tan agotado ~se queja Aarón~
- No entiendo como alguien que sabe que tiene clases a primera hora, se trasnocha y bebe como si no hubiera un mañana ~dice Morgan~
- ¿Y tú por qué estás tan callado? ~le pregunta al pelirrojo~
- Cloé y yo tuvimos una discusión... Otra vez ~todos nos quejamos rodeando los ojos~
Hoy estamos aquí, esperando que la primera hora de clases comience. Estamos con Harry en su puesto de trabajo como el que organiza los horarios de todos los docentes, a demás, también se encarga de algunos archivos estudiantiles.
Qué pena, yo hablando de los modales de la nueva profesora, y ni siquiera nos he presentado. Primero esta Morgan Calloway, este chico de 23 años, tan serio y recto, con un buen físico y unos centímetros más alto que yo, le encanta usar una barba de días y suele a veces tener un humor de perros; aunque eso no hace que las chicas babeen por él.
En segundo tenemos al famoso Aarón Bellerose, el chico parrandero, sexy, coqueto y al que definitivamente no le gustan los compromisos, si es algo de una o un par de noches, para él esta bien. Es de mi altura, cabello negro y unos profundos ojos oscuros que en definitiva, logran atrapar a cualquiera chica. Toda la universidad lo conoce, es amigo de todos (excluyendo a los profesores) y al menos se ha acostado con 20 chicas de esta universidad, sí, a sus tan solo 23 años.
Bueno, está Harry Walsh. No puedo decir que es mi mejor amigo, pero si nos llevamos bien, cuando es de salir salimos, nos contamos cosas, pero la razón por la que no está con nosotros todo el tiempo, es porque siempre está con la intensa y tóxica de la novia o ex-novia, ya ni sé. En estos cuando años que tienen de noviazgo, son más los momentos tensos que los lindos (no tengo pruebas, pero tampoco dudas). El pelirrojo de 24 años, nos cuenta por lo menos tres veces a la semana una nueva discusión, y han terminado como cinco veces.
Y por último, estoy yo; Benedict Jay Templenton, lo sé joder, tras de que soy el único de mis amigos con dos nombres, también lo acompaña ese horrible apellido de papá. Bueno, tampoco me puedo quejar, al menos es un apellido de prestigio, todos conocen a mi padre y la farmacéutica Templenton (cosa que viene de generación en generación, por suerte está mi hermana mayor para encargarse de eso). Yo... Bueno, a voces de mis queridos amigos, que siempre dicen que mis ojos logran llamar la atención y que soy bastante atractivo, pero no es fácil de creer cuando he tenido una sola novia que incluso ahora que ya no estamos, me trae babeando por ella y con la esperanza de que volveremos. Lo sé, soy más estúpido de lo que me veo.
- ¿Qué no habían terminado? ~le pregunto~
- Sí, hace una semana ~responde Harry~
- ¿Entonces por qué carajos siguen discutiendo si ya no están? ~Aarón frunce el ceño~
- Es complicado... ~bueno, ahora me pregunto cuál de los dos es más estúpido, sí él o yo~
- Todo el tiempo ~Morgan rueda los ojos~
Justo la mirada de todos se desvía sobre mí haciendo que obviamente, yo me gire para ver que ha llamado la atención. Bien, no me habría interesado voltear, la profesora nueva-pelirroja-escocesa que no me le sé el nombre acaba de llegar. Supongo que sí o sí tengo que aceptar lo hermosa que se ve.
Claramente, camina como si fuese superior a todos y su gesto siempre serio y sin ninguna expresión, ni siquiera se molesta a mirar hacia los lados aunque hay mucho chicos que la miran. Pasa justo frente a nosotros y ni siquiera saluda, ¡qué carajos le cuesta saludar!, no es para nada cortés. Incluso cuando se cruza al profe Oliver quien sí la saluda, ella solo le responde con un asentimiento de cabeza.
- Esa mujer... Que aura ~habla Aarón~
- A mí me cae bien ~Morgan se alza de hombros~
- ¿Y te cae bien por qué?, si es su segundo día aquí y ni siquiera habla con nadie. No veo en que pueda caer bien si ni siquiera los buenos días es capaz de dar o responder ~digo con fastidio~
- Jazmín ~habla Harry y todos lo miramos~ La nueva profesora de lengua Italiana, francesa e alemana Jazmín Abernathy, es una linda escocesa, pero bastante antipática. Ni siquiera va a la sala de docentes, cuando no está dando clases, está en su oficina, aunque creo que tiene una buena relación con el director.
- Pues me gusta su actitud fría y distante, aquí imparten clases más hombres que mujeres y sí todos la observan como el profe Oliver, es justo y necesario que transmita que es una mujer fuerte y con un carácter ~Morgan vuelve a alzarse de hombros~
- ¿Qué tiene que ver eso con lo descortés?, estoy muy seguro que ni siquiera al mismo director le responde un saludo ~ruedo los ojos~
- Cómo sea, descortés o no, yo le doy ~dice Aarón haciéndome reír levemente~
- Tú le das a todo lo que se mueva ~responde Harry haciéndome reír~
De la nada llega la intensa novia de Harry y del viaje nos cambia la expresión a todos, ella sabe que no nos cae bien. Nos despedimos del pelirrojo y nos vamos al aula de clases, el profe Oliver entra y nosotros atrás de él.
Mi celular en mi bolsillo timbra anunciando la llegada de un nuevo mensaje, lo saco y una sonrisa tonta aparece en mis labios al ver de quién se trata.
- Está noche mis padres harán una reunión, todos tenemos que tener un invitado y definitivamente tú serás el mío ~me pone con una carita sonriente~
- Claro ~me limito a responder eso y ya~
- Bien, a las 7:00 PM te quiero aquí, ponte guapo como siempre ~ahora es un corazón~
No respondo pero le dejó saber que ví el mensaje. No quiero que piense que correré a ella cono su perro faldero cada que quiera, pero definitivamente iré. Quiero pensar que sí me sigue invitando a cosas que tengan que ver con su familia o a cualquier lugar, es porque no sale con nadie y si me tiene presente a mí... ¿Es obvio, no?.
Bien, ahora estoy pensando que ponerme, no quiero ir muy elegante porque puede ser algo relajado, pero tampoco quiero ir casual porque esa gente desprende dinero y nunca nada es tan relajado para ir tan casual.
Son las 6:35 PM y me encuentro solo en bóxer, Ava Haloddy es una obsesionada con la puntualidad así que lo más seguro es que si llegó incluso cinco minutos tarde, me va a regañar. En fin, ella sabe que nuestros papeles siempre fueron invertidos, mientras ella tiene la capacidad de arreglar y quedar perfecto en 15 minutos (cosa que no pasa con ninguna chica), yo puedo tomarme mi bello y preciosísimo tiempo para escoger que me pondré (cosa que no pasa con los chicos).
Después de tener las prendas seleccionadas, procedo a cambiarme. Como siempre, nunca me puede faltar un buen y lindo reloj, tampoco los dos anillos que nunca me faltan y la pulsera que alguna vez mi hermana compró para mí (tampoco me la quito), peino un poco mi cabello que he decidido dejar humedo con mis dedos, y por último la colonia que aunque tengo otras sin usar, esta es la que siempre uso.
- Que guapo, hombre ~me dice Aarón en el umbral de la puerta de mi habitación~
No se en qué momento me dió por aceptar que Aarón se quedará conmigo en mi depa. No, solo bromeo, con el cabrón si se puede convivir, aunque es más lo que amanece afuera que lo que permanece aquí.
- Gracias, cariño ~le lanzo un beso y este ríe~
- Bien, creo que debemos salir ya ~dice mirando su reloj~
Resulta que al salir de la universidad, unos lindo mocosos decidieron jugar lanzándose piedras, mala mía por pasar justo en el momento en que uno lanzó una y le dió a mi parabrisas agrietándolo de una forma horrorosa, así que justo ahora mi bebé aún permanece en el taller, aunque para mañana estará listo.
Bueno, pues mi lindo promiscuo se ofreció a llevarme a casa de mi ex así que justo ahora está dirigiéndonos hacía allá.
- ¿Saldrás hoy? ~le pregunto~
- No, hoy definitivamente quiro ir estar en casa ~me dice con la vista en el camino~
Después de quince minutos, ya estoy frente a la hermosa casa de Ava, está casa siempre me gustó. Su jardín delantero y toda la fachada es tan... Todo grita, "¡Hola, aquí viven personas con mucho dinero!".
- De acuerdo, solo enviame un mensaje o llamé si quieres que pase por ti ~me dice mi amigo~
- Vale ~digo saliendo del auto~
Suspiro un par de veces y tocó la puerta solo en una ocasión antes de que mi hermosa Ava me reciba. Joder... Es tan bella, su pelo rubio y sus ojos azules le hacen justicia a toda ella y su sonrisa... Me encanta.
- Pensé que habías desisto ~me abraza~
- Sabés que siempre es una odisea elegir un outfit ~correspondo su abrazo y me permito embriagarme de su perfume~
- Claro, luego recordé eso ~dice mientras ríe levemente~
Ella enreda sus dedos en mi cabello, la parte de tras de mi nuca y nos quedamos por lo menos tres minutos abrazados antes de separarnos y entrelazar nuestros dedos.
Ava me lleva al salón de la casa en dónde se encuentran todos. Hace un año no venía a esta casa, es lo mismo que llevamos separados ella y yo, pero no ha cambiado mucho, todo sigue gritando que aquí viven personas con mucho dinero.
Primero saludo a mis ex-suegros, quienes me saludan con alegría y amor como si aún estuviera con su hija, luego está su hermana mayor; Victoria, esta mujer es todo una dama y una excelente persona, nada que ver con el humor de perros que de por sí se carga su padre; el señor Elton o como la necesidad de Ava de lanzar comentarios despectivos a cualquiera. Ella es más bien como su madre; la señora Margaret, es dulce y educada.
Luego Victoria, me presenta con mucho orgullo a su novio; Luis, un chico agradable, parece la versión masculina de ella.
Están los primos y tíos, algunos los conozco y a los que no, Ava me los presenta. Siento que tiran de mi brazo y mi ex-suegra, me lleva hasta un extremo de la mesa.
¡Dios santo, ella qué hace aquí!. Ni siempre la había visto y... Luce hermosa.
...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...
Jazmín.
Ayer fue mi primer día impartiendo clases en la universidad. Estuvo... Interesante.
Flashback:
Me reprendo mentalmente por estresarme cuando ni siquiera ha comenzado las clases, todos hablan a la vez y ni siquiera han reparado en mi presencia. Me estresa el desorden y más la bulla.
Entro directamente hacia el escritorio y después de ubicar mi bolso y mis implementos de trabajo, me quedo observando todo el aula, parece una perdería con tanda bulla. Mira mi reloj y resulta que también he llegado un poco tarde.
A mi defensa, se supone que debería estar en el aula de al lado dando clases de francés, pero uno de los docentes tuvo un problema por lo que me tocó adelantarla las dos últimas horas de Italiano que tenía aquí, ya que ningún otro docente quiso cambiar su horario.
Ahora mis dos horas de francés con el otro aula quedarán para las últimas horas. Todo esto lo supe minutos nates de salir de la casa.
- Ustedes me dirán cuanto tiempo más debo esperar para que se callen y tomen asiento ~digo que alzar un poco la voz~
Todos desvían su atención hacia a mí, por un momento nadie se mueve.
- ¿Entonces? ~alzo mis brazos y todos se organizan en sus lugares~
Antes de comenzar a hablar, una figura masculino parada en el umbral de la puerta llama mi atención, se ve algo agita y sorprendido. Me quedo viendo fijamente y me desespero más cuando se quesa ahí sin hacer nada, lo que me hace preguntarle si se va a quedar ahí.
Él mira hacia atrás como si se preguntará si es con él, eso me causa gracia porque se ve nervioso, pero no cambia mi expresión. Entra rápidamente y se comoda justo a dos chicos.
Es lindo, bastante, demasiado lindo... Tanto que se me hace imposible no verlo de vez en cuando durante toda la clase, y mi curiosidad aumenta cuando tono desde aquí que mi mirada lo pone tensó.
Desvío nuevamente mi mirada restándole importancia y continuando con la clase. Al final de las dos horas, tomo el listo de todos mis estudiantes de esta clase cuando logro escuchar que uno de sus amigos lo llama por su nombre. No se muy bien por qué, pero me tomo la tarea de buscar su nombre en el listado.
Mis labios se curvan ligeramente al leer su nombre, lo raro es que si tiene cara de Cole. Segundos después siento su presencia frente a mi escrito, sé que es él, por lo que ni me molestó en alzar mi vista.
Vale, es más gracioso de lo que parece. Su eterno mutismo y su leve sonrojo cuando lo llame por su apellido, su entrecejo levemente fruncido cuando le dije que simplemente no me daba la gana de disculparme y su mirada...
¿Pesada?, crees que no lo escuche. Me quedo viéndolo hasta que desaparece por la puerta. Vamos Jazmín, es un niño para ti, a demás, eres su profesora y la política de la universidad te prohíbe involucrarte íntimamente con tus estudiantes. Eso sin mencionar que dirán si me ven saliendo con un chico que se ve y seguramente es menor que mi como por diez años.
Fin del flashback.
- ¿En serio tengo que ir?, que desagradable verle la cara a todos esos estúpidos de los Haloddy ~dice mi hermana con fastidio~
- Charlotte... Nos hicieron una invitación y no debemos ser descortés ~le digo con advertencia~
- Me caen mal todos, todos los miembros de esa familia, en especial la malcriada de la Ava. Aunque bueno, Victor se salva, es el único por quién metería las manos al fuego ~mi hermano no soporto a nadie que no sea yo~
Charlotte es la persona más pedante que conozco, odio a las personas y odia al mundo en sí, nadie que no sea yo está exento de recibir un comentario mordaz de su parte. ¿Por qué es así?, no lo sé, ella simplemente decidió odiar al mundo cuando nos quedamos completamente solas.
¿Qué es lo único que ama aparte de mí?, la música. Ella toca el piano, la guitarra, el violín y el chelo, es su pasión y es muy buena en ello, ya que esta en una orquesta sinfónicas muy reconocido y también ha sido contracta por cantantes para participar en la composición de algunos de sus temas musicales.
El último proyecto que tuvo fue componer y tocar en el piano una melodía para una sección de un videojuego. Genial. Por eso no hay que sorprenderse del piano en la casa, las dos guitarras, el violín y el chelo que también hay.
- De una vez te digo que no quiero que andes destilando tu veneno hacia nadie ~se alza de hombros y sale sé mi habitación~
Suspiro y me echo un último vistazo en el espejo. Francamente, tampoco quiero ir, pero Margaret fue una gran amiga de mis tíos y siempre fueron muy lindos con nosotras, aún cuando mis tíos fallecieron. Estoy segura que siempre no tiene presente porque cree que nos sentimos solas, es un lindo gesto de cierta forma.
A demás, soy su contadora privada. Sí, a demás de estudiar Francés e Italiano, también estudié contaduría, ¿por qué?, porque soy buenísima con los números, aunque me inclino más por el estudio de lenguas. Por eso decía después de hacer una maestría, dar clases en la universidad.
***
Nos encontramos en la casa de los Haloddy, está casa es exageradamente hermosa. Toco la puerta y esperamos unos segundos antes de que Margaret nos abra.
- ¡Jazmín! ~ella siempre me saluda tan efusiva, me hace reír~ Oh querida, luces fenomenal como siempre ~besa mi mejilla~
- Gracias, Margaret ~le sonrío~
- Tú no te quedas atrás, Charlotte ~la saluda~
- Por supuesto, la belleza resalta en las mujeres mientras permanezcamos jóvenes ~la fulmino con la mirada y ella alza las manos en señal de rendición~
Margaret ríe y hasta me da un poco de pesar su inocencia para los comentarios despectivos que tiende a lanzar mi hermana. La jalo del brazo y le susurro al oído.
- Más vale que te comportes ~digo fríamente~
- Ya, está bien ~se libera de mi agarre y suspira~
Después de saludar a los presentes, no sin antes pasar por la mirada de asco que siempre nos dedica la menor de los Haloddy. Yo siempre le sonrió con burla, es una mocosa mimada, y aunque no me comparo con ella, me encanta hacerle saber que lo único que me provoca es gracia.
Pasa algunos minutos en los que escucho las quejas de mi hermana por estar aquí y el murmullo constante de "ya quiero largarme de aquí", cuando Margaret se acerca a nosotras.
- Querido, te presento a la señorita Jazmín, es nuestra contadora privada y a demás, supe que está de docente en la universidad. ¿Es bellísima, cierto? ~vaya... Pero miren nomás quién es~
- Templenton ~recibo su mano cuando me la extiende~
- Profe ~se limito a decir~
Pero que chico tan guapo... Y ese atuendo que lleva le hace justicia a todo él.
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