NovelToon NovelToon

EL PODER DE LOS OJOS DIVINOS

Capitulo 1 *el comienzo de una nueva historia*

Al despertar, Gabriel observa a su amiga Lisa y mucho de sus amigos en el suelo, sin mostrar signos de respiración. Después de ser alcanzada por un poderoso hechizo, Gabriel se arrastra hacia ella con un solo brazo, ya que el otro había sido cortado. Llora al ver a su amiga sin vida y se lamenta.

Una voz de un sujeto imponente le dice: "Creías que podías vencerme, ¿a mi? La mejor creación de Dios."

El sujeto dispara un ataque poderoso que desintegra el cuerpo de la amiga de Gabriel, mientras él observa con ira. Raíces salen de su ojo izquierdo demoníaco, mientras lágrimas de sangre caen de su ojo izquierdo. Su ojo derecho celeste derrama maná divina. Observa sin reaccionar, reflexionando en su mente y llorando.

"En mi vida pasada sufrí mucho desde niño. Después morí y vine a este mundo pensando que mi nueva vida sería tranquila. Pero aquí también sufro mucho, he perdido a muchos seres queridos injustamente. ¿Entonces cuál es el sentido de una nueva vida si me van a tratar como un perro asqueroso?"

Un poderoso ataque acaba con Gabriel, quien está muriendo lentamente, mirando al cielo. En su último aliento, murmura: "¿Por qué juegan tan cruelmente conmigo?"

Todo se pones en negro.

Luca, despierta sobresaltado y se pregunta qué fue ese sueño ya que se sintió tan real.

El desde Desde pequeño, ha encontrado refugio en sus sueños para escapar de la dura realidad que lo rodea. Abandonado por sus padres desde niño. vive bajo de un puente junto a su hermano mayor, quien ha asumido la responsabilidad de cuidar de luca. A pesar de la pobreza en la que viven, el amor fraternal les da fuerzas para enfrentar cualquier adversidad. Sin embargo, la felicidad no dura para siempre, un día.

Lucas se encuentra ansioso por ver a su hermano, sabiendo que ha obtenido las mejores calificaciones en la escuela.

Finalmente, Olivier llega a la casa improvisada, mostrando signos de cansancio debido a sus largas jornadas de trabajo por poco dinero. A pesar de esto, Lucas valora y admira profundamente a su hermano por todos sus esfuerzos.

Lucas, emocionado, le muestra a su hermano sus excelentes calificaciones diciendo:

- Mira lo que traigo, hermano, mis calificaciones son muy buenas.

Olivier, al ver las notas de Lucas de la secundaria, siente una alegría interna. Con una sonrisa, le responde:

- ¡Muy bien, Lucas, son excelentes calificaciones! Y además, tengo algo 

Lucas, emocionado al escuchar las palabras de su hermano, le pregunta con entusiasmo qué ha traído. Olivier saca dos rebanadas de pizza de su bolsa y Lucas se llena de alegría al no estar acostumbrados a ese tipo de lujos. Olivier observa con una sonrisa a Lucas mientras disfrutan juntos de la pizza, recordando cómo la obtuvo momentos antes, al encontrar una caja abandonada en un banco del parque.

Al pasar los días, Olivier comienza a sentirse mal, con fiebre y aspecto desmejorado, resultando en su despido laboral por faltar tanto. Lucas, preocupado, cuida de su hermano enfermo, limpiándolo y rezando por su recuperación. Sin embargo, la salud de Olivier empeora rápidamente, llegando al punto de vomitar sangre en el suelo. Lucas, angustiado, intenta socorrer a su hermano, pero lamentablemente, es demasiado tarde y Olivier fallece.

Devastado por la pérdida de su único familiar y compañero, Lucas entierra a Olivier junto al árbol donde solían jugar juntos. Sumergido en el dolor, Lucas se aísla del mundo exterior, rechazando cualquier intento de ayuda o consuelo. La situación se vuelve insostenible para él, viéndose obligado a buscar alimentos en la basura para subsistir, sintiendo una profunda tristeza al hacerlo.

Mientras lucha contra la enfermedad que lo consume, Lucas tiene un sueño sereno y calmado donde se siente en paz. Al despertar con fiebre y malestar, comprende que sus días están contados. Consciente de su destino, se dirige hacia el árbol donde descansa su hermano, buscando consuelo en su último momento.

Lucas, con una voz débil y resignada, se despide de su hermano con las palabras "Por fin, hermano, volveremos a estar juntos". En su último aliento, fallece junto al árbol donde descansa su hermano. De repente, se encuentra de nuevo en el lugar sereno, lleno de agua y calma. En ese momento, Lucas reflexiona en su mente: "¿Estoy muerto? No hay duda, pero se siente tan reconfortante, todo es silencioso y tranquilo".

Mientras se sumerge en esa sensación de paz, escucha el llanto doloroso de una mujer y ve una luz acercándose a él. Al abrir los ojos, se encuentra con una persona desconocida que le habla en un idioma ajeno. Esta persona lo mira con un gesto de terror y asombro al notar el peculiar aspecto de Lucas, con un ojo izquierdo completamente negro con pupilas rojas, en contraste con su ojo derecho celeste, igual al de sus padres. En ese momento, su madre lo abraza, transmitiéndole una sensación reconfortante de amor y protección.Lucas, con una voz débil y resignada, se despide de su hermano con las palabras "Por fin, hermano, volveremos a estar juntos". En su último aliento, fallece junto al árbol donde descansa su hermano. De repente, se encuentra de nuevo en el lugar sereno, lleno de agua y calma. En ese momento, Lucas reflexiona en su mente: "¿Estoy muerto? No hay duda, pero se siente tan reconfortante, todo es silencioso y tranquilo".

Mientras se sumerge en esa sensación de paz, escucha el llanto doloroso de una mujer y ve una luz acercándose a él. Al abrir los ojos, se encuentra con una persona desconocida que le habla en un idioma ajeno. Esta persona lo mira con un gesto de terror y asombro al notar el peculiar aspecto de Lucas, con un ojo izquierdo completamente negro con pupilas rojas, en contraste con su ojo derecho celeste, igual al de sus padres. En ese momento, su madre lo abraza, transmitiéndole una sensación reconfortante de amor y protección.

Gabriel se encontraba confundido por su nueva realidad, consciente de que había experimentado la muerte y ahora se hallaba en un mundo distinto. Con el tiempo, logró adaptarse y alcanzó un año de edad con la capacidad de mantenerse en pie y comprender parcialmente el idioma de sus padres. En este nuevo comienzo, adoptó el nombre de Gabriel.

Mientras exploraba la casa en la que se encontraba, descubrió un espejo y al contemplarse, notó sus rasgos faciales, quedando impresionado por su cabello negro. Una sonrisa perversa se dibujó en su rostro, pero desapareció al fijarse en su ojo izquierdo, el cual se vio obligado a cubrir con un parche. Intrigado por este ocultamiento, se cuestionó el motivo detrás de ello.

Continuando su exploración, Gabriel se percató de la ausencia de electricidad y tecnología en esa época en la que estaba viviendo. Aunque inicialmente le preocupó la idea de una vida sin los avances modernos, se reconfortó al saber que al menos no era pobre. Mientras seguía recorriendo la casa, se vio atraído por una misteriosa puerta que logró abrir con ingenio. Al adentrarse, descubrió una biblioteca repleta de libros y tomó uno al azar.

Gabriel reflexionó al abrir el libro: "Al menos voy a distraerme leyendo". Sin embargo, se enfrentó a la realidad de no saber leer, lo que generó angustia al entender que debía aprender. Aunque se sintió aliviado al recordar su habilidad en matemáticas, se cuestionó la existencia de escuelas en ese nuevo mundo.

A los tres años, Gabriel logró comunicarse verbalmente y decidió pedir a su madre que lo enseñara a leer, obteniendo una respuesta positiva por parte de ella. A los cuatro años, aún luchaba por descifrar las letras y aprender el idioma, por lo que se comprometió a esforzarse más en su aprendizaje.

Finalmente, a los cinco años, Gabriel dominaba la lectura y experimentaba un profundo orgullo por su logro. Sus padres se impresionaron por su rápida asimilación del conocimiento, reconociendo que no necesitaba ser enviado a una escuela para seguir avanzando en su aprendizaje.

Pasa un año, Gabriel se encuentra leyendo un libro de historia antigua sobre Dios y los ángeles malvados. Le interesó mucho el libro, que contaba todo lo que pasó hace 400 años. El libro habla de:

Hace 400 años un ángel llamado Orbe era uno de los ángeles más fuertes. Su ambición de volverse más fuerte y gobernar era muy grande.

También odiaba a los humanos, tanto así que él y los 6 ángeles creaban bestias agresivas sedientas de sangre. Los humanos y las bestias peleaban continuamente, la población humana caía drásticamente.

Orbe y los 6 ángeles deciden bajar a la tierra. Todo era caos y destrucción. Dios se dio cuenta de lo que pasaba y mandó a sus mejores ángeles para detener a Orbe, pero era en vano, aquellos ángeles eran muy fuertes y agresivos, matando a otros ángeles sin compasión.

Dios, al ver esto, desciende a la tierra y se da cuenta de que los humanos pronto van a desaparecer. Por lo tanto, hace un pacto con un reino. El pacto consiste en que ese reino ayude a eliminar a las bestias y apoyar la batalla contra los ángeles a cambio de un poco de su poder divino. El reino acepta el pacto.

Dios levanta su mano y otorga a todo el ejército del reino ojos con poder divino. Sin embargo, otros reinos humanos no están de acuerdo y deciden aliarse con los ángeles rebeldes.

En medio de una guerra entre humanos y ángeles contra humanos y Dios, la victoria finalmente se decantó del lado divino. Después de asegurarse el triunfo, Dios maldijo a todos aquellos que apoyaron a los ángeles rebeldes, privándoles de la habilidad de producir maná.

Una vez que la paz reinó en el mundo tras la devastadora batalla, Gabriel, asombrado por la historia, se preguntó si su ojo izquierdo tenía alguna conexión con aquella maldición. Sin embargo, se desconcertó al notar que su padre, Sam, tenía ojos celestes, lo que sugería que poseía la capacidad de canalizar el mana divino.

En ese momento, Sam irrumpió en la habitación, sorprendiendo a Gabriel, quien estaba inmerso en la lectura. Confundido, Sam le preguntó qué era lo que estaba investigando, a lo que Gabriel respondió

- Estoy leyendo un antiguo libro de historia, papá. Es realmente fascinante, pero surgieron muchas preguntas en mi mente.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Sam mientras le animaba a hacer sus preguntas. Intrigado, Gabriel formuló sus interrogantes:

- ¿En qué reino se selló el pacto con Dios? Y, ¿cuál fue el reino que se alió con los ángeles rebeldes?

Con tranquilidad, Sam respondió:

- El reino donde se selló el pacto con Dios es precisamente este en el que nos encontramos. Observa mis ojos celestes; reflejan mi capacidad para canalizar el mana divino.

Gabriel quedó impactado por las revelaciones de Sam.

Sam respondió con solemnidad, "El reino que una vez se alió con Orbe ya no existe, fue aniquilado, y se rumorea que aquellos con un solo ojo celeste están conectados a esa desdichada alianza, maldecida por la mano de Dios."

Preocupado, Gabriel preguntó a su padre si él también estaba afectado por la maldición debido a su ojo izquierdo.

Sam, con voz serena, contestó, "Tú eres especial, Gabriel. Jamás he visto un ojo como el tuyo, ninguna fuente contiene información sobre tu singularidad."

Afligido por la incertidumbre, Gabriel se sumió en la tristeza, pero Sam trató de reconfortarlo. En ese momento, Eva, la madre de Gabriel, anunció que la comida estaba lista. La familia se reunió en torno a la mesa y comenzaron a disfrutar de la cena. Gabriel aprovechó la ocasión para preguntar, "Entonces, papá, ¿cuál es el don que Dios otorgó a los humanos?"

Sam le respondió con calma, "El poder de crear, invocar o conjurar, todo parte del mana que poseemos. Por ejemplo, yo podría invocar..."

Antes de poder continuar, Eva interrumpió a Sam, regañándolo por olvidar la regla de que no se podían hacer conjuros en la casa, argumentando que era peligroso. Sam se disculpó con Eva y le prometió a Gabriel que le enseñaría a hacer conjuros en el patio. Tras terminar la cena, se dirigieron al patio para comenzar la lección.

Curioso, Gabriel le pidió a Sam que le explicara más sobre el mana.

Con paciencia, Sam comenzó a explicar, "El mana es la energía que nace dentro de cada uno de nosotros y que podemos moldear para realizar numerosas proezas, como invocar fuego, agua y otros elementos."

Gabriel se emocionó al darse cuenta de que en ese mundo tenía la capacidad de hacer magia. Y le pregunta

-¿todas las personas pueden moldear la maná?

Sam continuó explicando, "No todas las personas tienen la capacidad de manipular el mana. Aquí en el reino, existen tres tipos de personas. Algunas poseen la bendición de los ojos divinos, como en mi caso, lo que nos permite manipular el mana de manera más efectiva que los demás. La bendición de los ojos celestes nos permite acceder al mana divina que se produce en nuestros ojos."

"Además, existen personas mestizas, aquellas que tienen un ojo celeste y otro normal. Estas personas no pueden manipular el mana por una razón particular. El ojo divino produce mana divina, mientras que el ojo normal produce mana inferior, lo cual provoca una falta de armonía y control, impidiendo su manipulación."

"Por último, están las personas con ojos normales, quienes pueden manipular el mana, pero no la mana divina."

Gabriel le pregunta a Sam, "¿Entonces quién soy yo? ¿Soy la única persona con los ojos así?"

Sam responde, "Es la primera vez que veo algo parecido, pero eso no significa que no puedas llevar una vida normal. Eres único y eso debería hacerte sentir especial."

Gabriel vuelve a preguntar, "¿Seré capaz de manipular el mana? Si mi ojo izquierdo produce un mana diferente al de mi ojo derecho, ¿no podré manipularlo?"

Sam responde, "Todavía no sé qué mana produce tu ojo izquierdo. Tendré que estudiarlo para responder esa pregunta, pero podemos intentar probar si puedes manipularlo."

Gabriel le dice, "Está bien, papá, no perdemos nada intentándolo."

Sam le indica, "Presta atención, hijo. Debes mantenerte tranquilo, sentir el mana que se produce en tu ojo, luego concéntrate en tu pecho y deja que fluya por todo tu cuerpo, visualizando el elemento que quieres utilizar."

Sam eleva su brazo con determinación, apuntando hacia un majestuoso árbol con una expresión de concentración en su rostro.

"Recuerda, Gabriel", le instruye Sam con voz serena. "La clave para manipular la maná está en la conjuración de las palabras adecuadas según el tipo de elemento que deseas evocar. En mi caso, prefiero el viento. Observa atentamente."

Con un tono cargado de energía, Sam pronuncia las palabras con convicción: "Señor de los vientos, otórgame tu poder".

Un látigo de aire poderoso se dispara de la mano de Sam, dejando una marca profunda en el tronco del árbol y demostrando la fuerza de su habilidad con la maná.

Impresionado por la demostración, Gabriel se siente emocionado y nervioso ante la idea de intentarlo por sí mismo. Siguiendo las indicaciones de Sam, cierra los ojos y visualiza la maná fluyendo a través de su ser, antes de levantar el brazo con determinación y dirigir su mirada hacia el mismo árbol.

Con voz serena pero concentrada, Gabriel pronuncia las palabras mágicas: "Señor de los vientos, permíteme acceder a tu poder".

De repente, un poderoso látigo de viento surge de la palma de Gabriel, cortando sin esfuerzo el árbol y el muro de piedra que se encontraba detrás, impresionando a todos los presentes, incluido el papa.

Sam, admirado por la proeza de Gabriel, lo felicita por su habilidad excepcional. "Cortar piedra con el aire requiere un gran manejo de maná, especialmente a tu edad. Eres un prodigio", le expresa con emoción.

Gabriel se siente abrumado por el elogio y la emoción de haber realizado su primer conjuro con éxito. En ese momento, el parche que cubría su otro ojo cae al suelo, simbolizando su nuevo comienzo y el descubrimiento de su verdadero potencial.

Con lágrimas en los ojos, Gabriel rememora su pasado de abandono y soledad, agradeciendo por tener ahora una familia que lo apoya y lo ama incondicionalmente.

Lleno de alegría y esperanza, Sam carga a Gabriel en su espalda y juntos entran emocionados a la casa, compartiendo la noticia con Eva, su esposa. El bello atardecer que se vislumbra en el horizonte parece ser el reflejo de un nuevo comienzo y un futuro prometedor para Gabriel.,

Fin del capítulo 1.

Capitulo 2 *una Amiga medio Elfa*

La historia continúa.

Gabriel ya tiene 9 años. Sam le dice que es hora de que entre a la escuela de conjuro y Gabriel se emociona al escucharlo. Sam le asegura que comenzará a estudiar al día siguiente. A pesar de la emoción en su rostro, Gabriel pregunta preocupado qué sucederá si lo ven sin su parche.

Sam lo tranquiliza y lo invita a la tienda de ropa para comprar su uniforme, intentando calmar sus nervios. Aun así, Gabriel se siente nervioso al salir de su casa, ya que será la primera vez que lo haga.

A pesar de su nerviosismo, Sam lo anima a salir y Gabriel, aunque con dudas, decide acompañarlo. Al ver que la gente no se fija en él, comienza a relajarse. Además, se impresiona al observar las estructuras medievales del mundo que lo rodea, lo cual lo hace sentir más tranquilo y maravillado a la vez.

Al llegar a la tienda, Sam solicita un traje elegante y de alta calidad para Gabriel. La dependienta toma las medidas del niño, quien se siente nervioso al notar la cercanía de una chica en el establecimiento.

Tras finalizar la toma de medidas, la joven indica a Sam que podrán recoger el traje al día siguiente, a lo que ambos agradecen por el servicio recibido. Salen de la tienda y emprenden el camino de regreso a casa. Durante el trayecto, Gabriel le pregunta a Sam acerca del árbol gigante ubicado en el bosque detrás de su hogar, generando su curiosidad.

Sam comparte con Gabriel una fascinante historia acerca del árbol, mencionando que, según la leyenda, hace 400 años Dios derramó una lágrima en aquel lugar al presenciar el sufrimiento humano. La lágrima contenía una gran concentración de maná, lo que propició el crecimiento desmesurado del impresionante árbol.

La historia del árbol impacta a Gabriel, despertando su interés por investigar más sobre este misterioso fenómeno. Finalmente, retornan a su hogar, donde Gabriel se queda reflexionando sobre la leyenda del árbol gigante y las posibles aventuras que le esperan en ese enigmático bosque.

Sam indica a Gabriel que se siente en la silla para examinar su ojo izquierdo. Tras revisarlo, le aconseja acumular un poco de maná en dicho ojo. A pesar de que el ojo izquierdo comienza a brillar, no ocurre nada notable.

Sam comenta con sorpresa:

"No sé qué tipo de maná produce tu ojo izquierdo, pero sé que puede combinarse con el maná divino que proviene de tu ojo derecho, lo cual es bastante inusual".

Gabriel, intrigado, pregunta a Sam:

"¿No habrá algún libro que contenga información sobre lo que está ocurriendo con mi ojo izquierdo?"

Sam responde:

"Durante mi vida he leído numerosos libros, y ninguno menciona algo similar a tu situación".

Tras concluir la revisión, Sam se despide para ir a trabajar, mientras Gabriel se coloca el parche y se dirige al patio. Decidiendo explorar más, se encamina hacia el misterioso árbol gigante en el bosque.,

Camina por una tensa masa de árboles. Después de una larga caminata, pudo llegar a los pies de aquel árbol. Él se siente muy impresionado, ya que el árbol era extremadamente grande.

Gabriel intenta encontrar una forma de subir al árbol, pero se da cuenta de que no hay agarres disponible. Las ramas donde se puede agarrar esta en el medio del árbol, se siente desilusionado y decide regresar a casa.

Al día siguiente, se prepara para ir a la escuela, pero debe esperar a Sam, quien ha salido a buscar el nuevo traje de Gabriel. Mientras tanto, Eva invita a Gabriel a sentarse y tomar algo mientras aguardan a Sam.

Después de un momento de silencio, escuchan golpes en la puerta. Gabriel y Eva se sobresaltan, pero al ver que es Sam, se sienten aliviados. Sam entrega el traje nuevo a Gabriel, quien no puede esperar y se cambia rápidamente. El traje le queda perfectamente. Tanto Sam como Eva lo abrazan y elogian lo bien que luce.

Gabriel se despide y se dirige hacia la escuela. Al llegar al aula y tomar asiento, los demás estudiantes lo observan con asombro, impresionados por su atractivo aspecto.

En medio de los elogió de los niños. un grupo de chicos llamados Alexander, Mac y Damián se acerca a Gabriel, fijando su mirada en su parche y haciendo comentarios despectivos. Damián, sintiéndose superior, intenta quitarle el parche a Gabriel, pero en ese momento una valiente chica se interpone y detiene su mano.

Con determinación, la chica amenaza a Damián con quemarle la ceja junto a su "ridícula cara" mientras conjura una esfera de fuego en su mano. Damián, desafiante, la mira directamente a los ojos, dejando a todos en el salón en un tenso silencio, expectantes ante lo que pueda ocurrir a continuación.

Damián, con desdén, se burla de la chica plebeya, cuestionando su capacidad para enfrentarse a alguien de noble cuna. La mirada entre ellos dos se vuelve aún más intensa, hasta la llegada repentina del profesor al salón, lo que hace que la chica deshaga su conjuro y Damián se suelte de ella, amenazándola veladamente con represalias antes de marcharse con sus amigos.

Curioso por la valentía de la chica, Gabriel le pregunta por qué intervino a su favor, a lo que ella responde con desdén hacia los chicos molestos y revela su nombre como Beatriz Yosei. Gabriel agradece su ayuda y se presenta como Gabriel Isha.

El maestro Luis, interrumpe la interacción recordando a los alumnos que la clase de maná está por comenzar. Les pide que se sienten y presten atención, prometiendo enseñarles todo lo necesario sobre el maná. Así da inicio la clase, con los estudiantes expectantes por lo que aprenderán sobre esta energía mágica.

Después de que el maestro anuncia el final de la clase y la hora de comer, los niños salen al patio de la escuela para disfrutar de su almuerzo. Sin embargo, Gabriel decide quedarse en el salón, centrado en su lectura e intentando aprovechar al máximo su tiempo.

Es entonces cuando Beatriz se acerca a Gabriel y muestra interés por el libro que está leyendo. Gabriel responde que está sumergido en la historia para comprender lo que sucedió hace 400 años. Beatriz comenta de manera perspicaz que los libros en el reino suelen estar sesgados a favor de una versión particular de la historia, lo cual confunde a Gabriel.

Ella le pregunta por qué está tan interesado en conocer con exactitud lo que ocurrió hace cuatro siglos, a lo que Gabriel responde con sinceridad que siente que la historia que se presenta no es del todo verídica. Beatriz, en tono enigmático, le sugiere que si de verdad quiere descubrir la verdad, primero deberá destacar como el mejor alumno de la escuela y luego aspirar a ser sacerdote para acceder a la gran biblioteca y descubrir la verdadera historia.

Gabriel se sorprende ante el desafío planteado por Beatriz. "Eso suena complicado", admite, reflexionando en voz alta, "Supongo que si deseo conocer la verdad detrás de las historias, debo dirigirme a esa gran biblioteca".

Beatriz asiente con seriedad, instando a Gabriel a esforzarse desde ese mismo momento para alcanzar su objetivo.

Antes de continuar la conversación, son interrumpidos por la llegada de una maestra joven de baja estatura, con cabello rubio y ojos celestes. La maestra, identificándose como la señorita Rus, anuncia en voz alta el contenido de sus clases, prometiendo enseñar a sus alumnos a manipular el elemento fuego.

Uno de los estudiantes del grupo que había molestado a Gabriel se levanta entre risas y comenta de forma grosera: "¡Ella es nuestra maestra, qué divertido es enana! ¡Ja, ja, ja!".

La clase estalla en risas cuando la maestra Rus identifica al chico molesto como Damián Gōman. Gabriel, intrigado por la conmoción que causa este apellido, pregunta a Beatriz quién es ese individuo, suponiendo por las reacciones de los demás que se trata de alguien de importancia.

Beatriz explica: "La familia Gōman ha sido reconocida a lo largo de los años por su prestigio. Poseen la legendaria espada de Akina Gōman".

Esta revelación despierta la curiosidad de Gabriel, llevándolo a preguntar más acerca de la persona en cuestión.

Beatriz detalla la historia: "Akina Gomen era una mujer de cabello plateado y ojos celestes que desafió la rebelión de los ángeles. Con su espada, logró vencer a tres de los siete ángeles primordiales en solitario. La sangre de estos ángeles, imbuida de avaricia y rabia, se fusionó con la espada, otorgándole una tremenda fuerza y hambre de poder. Cada vida que la espada arrebataba, absorbía alma y energía del oponente. Solo la familia Gōman tiene el poder de manejarla, nadie más puede hacerlo. Su contacto puede drenar tu esencia mágica, e incluso causar la muerte. Todos los miembros de la familia Gōman son los únicos capaces de empuñarla."

Esta fascinante revelación deja a Gabriel boquiabierto ante la historia.

La maestra se acerca a Damián y comenta: "Interesante, un miembro de la familia Gōman. Eso promete."

Damián responde con arrogancia: "Estoy aquí porque mi padre está ocupado solucionando asuntos en esta ciudad desagradable y pobre. Pronto me trasladaré a la capital, a una escuela con la nobleza, lejos de la plebe y de los mestizos repugnantes."

La maestra rus, con firmeza, le dice: "Eres muy arrogante. Demuéstrame si realmente puedes realizar un conjuro de fuego."

Damián, con autosuficiencia, contesta: "Por supuesto que sí, enana. Es obvio."

Acto seguido, Damián conjura una potente esfera de fuego y sonríe con satisfacción.

La maestra rus se ríe y comenta: "Así es como se conjura, Damián."

Luego de la demostración de la maestra, conjurando una esfera de fuego más poderosa que la de Damián, toda la clase, incluido Gabriel, se queda impresionada.

Damián, sintiéndose humillado, deshace su esfera de fuego con molestia.

La maestra rus se dirige a la clase con seriedad: "No deberían burlarse ni menospreciar a quienes son diferentes a ustedes, pues puede que no vean el poder que esas personas ocultan."

Tras el momento de la demostración, la maestra finaliza la clase y deja a los estudiantes salir.

Gabriel recoge sus cosas y Beatriz se acerca para ayudarlo, saliendo juntos de la escuela. Al salir, ven a Sam esperándolos. Gabriel se despide de Beatriz y se dirige hacia donde está Sam, caminando juntos hacia su casa. Sam le pregunta cómo fue su día, y Gabriel le cuenta todo lo sucedido.

Sam comenta: "Un miembro de la familia Gōman, eso no es algo común."

Gabriel responde: "Damián es muy arrogante, no me cae bien."

Sam le advierte: "La familia Gomen puede ser arrogante, pero te sugiero no molestarlos, tienen mucha influencia en este reino."

Preocupado, Gabriel decide intentar ser amigo de Damián. Al llegar a casa, le cuenta a Eva cómo fue su día mientras comen. Al terminar, se retira a su habitación y se acuesta en la cama.

Gabriel intenta cerrar los ojos y conciliar el sueño cuando, de repente, escucha un suave golpe en la ventana. Intrigado, abre un ojo y distingue a alguien en la ventana. Su primera reacción es pensar que se trata de un fantasma, lo cual le genera miedo y lo hace temblar.

En su mente, Gabriel se pregunta: "¿Los fantasmas existen en este mundo?"

En ese momento, una voz susurra su nombre: "Gabriel, Gabriel".

Al abrir completamente el ojo, Gabriel se alivia al reconocer que se trata de Beatriz. Se levanta, recordando su ojo izquierdo, y cubriéndolo con la mano. Beatriz nota el pequeño brillo celeste en su ojo derecho a través de la ventana. Gabriel busca su parche, se lo coloca, y se acerca a la ventana para abrirla.

Gabriel pregunta con sorpresa: "¿Beatriz? ¿Qué haces aquí a estas horas?"

Beatriz responde: "No podía dormir, así que vine a tu casa."

Preocupado, Gabriel le dice: "Pero es peligroso. Está todo oscuro, podría haberte pasado algo."

Beatriz le tranquiliza: "Cálmate, chico con un ojo. Ven, vamos a tomar aire fresco."

Aunque algo receloso, Gabriel accede y sale por la ventana, siguiendo a Beatriz mientras caminan por el bosque.

Beatriz lo incita: "Vamos a la punta de ese árbol."

Gabriel se sorprende al darse cuenta de que se están refiriendo al gran árbol del bosque.

Con dudas, Gabriel comenta: "Ese árbol es enorme."

Beatriz le asegura: "No temas. Cuando lleguemos arriba, valdrá la pena. Tendremos una vista hermosa. Ven."

Gabriel y Beatriz caminan por el bosque bajo la luz de la luna. Al llegar a los pies del gran árbol, Gabriel se muestra escéptico y pregunta: "¿Cómo vamos a subir? Será imposible, no hay nada para agarrarse."

Beatriz le hace una pregunta inesperada: "¿Sabes cómo conjurar el viento?"

Gabriel responde con incertidumbre: "Sí, algo así."

Entonces, Beatriz le indica: "Presta atención y repite lo que voy a hacer."

Beatriz apunta al suelo con su brazo y conjura las siguientes palabras: "Señor del viento y del aire, permíteme utilizar tu poder."

Acto seguido, Beatriz se eleva hacia arriba con rapidez, alcanzando la mitad del árbol donde logra sostenerse de una rama y comienza a trepar. Desde esa posición, mira hacia abajo y grita: "¡Inténtalo! Solo necesitas llegar a la mitad del árbol, agarrarte de una rama y comenzar a trepar. Te espero arriba."

Gabriel, un poco nervioso, coloca su brazo hacia abajo y repite las palabras de Beatriz: "Señor de los vientos, permíteme utilizar tu poder."

Gabriel sale disparado hacia arriba, superando a Beatriz en el ascenso, lo que sorprende a esta última.

Sin embargo, al repasar el gran árbol, Gabriel siente miedo y cae, golpeándose con las ramas y sujetándose de una de ellas. Beatriz grita preocupada.

"Eso fue sorprendente, ¿cómo puedes tener tanto maná?" pregunta Beatriz mientras Gabriel trepa y llega a la punta del árbol. Una sonrisa se dibuja en su rostro, y con sus ojos brillantes observa la hermosa vista. Al poco tiempo, Beatriz aparece, un tanto cansada, y comenta: "Viste que no te mentía, esta vista hermosa bien vale la pena."

Gabriel asiente, admirando el paisaje. Beatriz, luego de mirar a Gabriel detenidamente y notar su parche en el ojo, le pregunta con curiosidad: "Gabriel, ¿qué te sucedió en tu otro ojo?"

Gabriel responde con sinceridad: "Tuve un accidente cuando era niño y perdí mi ojo izquierdo."

Beatriz mira fijamente a Gabriel y le dice seriamente:

"Siento que me estás mintiendo."

Gabriel se pone nervioso, pero Beatriz estalla en risas y le asegura que solo estaba bromeando.

Ambos se sientan en una rama y Beatriz comparte un secreto con Gabriel:

"Sabes, soy una media Elfa. Mi papá era humano y mi mamá era una Elfa."

Intrigado, Gabriel pregunta:

"¿Y qué les pasó a tus padres?"

Beatriz responde, revelando una historia que le contaba su abuela:

"Mi papá era ayudante del gran sacerdote y un día fueron a explorar unas ruinas en un bosque en busca de los 3 libros prohibidos. Sin embargo, un grupo de elfos atacó, siendo más fuertes. Mi padre huyó y se perdió en el bosque por tres días, hasta llegar a una aldea de elfos. Con hambre, decidió robar comida y se encontró con una mujer enferma en una cabaña. Mi abuela cuenta que mi padre se preocupó por ella y la curó de su enfermedad."

Después de curar a la mujer enferma en la aldea de los elfos, la noticia sobre la habilidad sanadora de mi papá se esparció rápidamente. Los elfos le tenían un cariño especial. se casó con la mujer a la que había curado, dando origen a una hija, Beatriz. La felicidad no duró mucho tiempo, ya que un grupo de humanos invadió la aldea. En medio del caos, el padre de Beatriz y su madre defendieron a la aldea, pero las cosas se complicaron cuando reconocieron al gran sacerdote entre los atacantes.

El gran sacerdote, al descubrir que el padre de Beatriz tenía una hija medio elfa, lo condenó a muerte por considerarlo un pecado. En un acto desesperado, el padre de Beatriz luchó contra el sacerdote para darle tiempo a escapar, sabiendo que no tenía oportunidad de vencerlo. Logró huir y se reunió con su esposa en el bosque, ambos planeaban ir a la aldea donde estaba la abuela de Beatriz. Sin embargo, en su huida se cruzaron nuevamente con el sacerdote, quien acabó con la vida de la madre de Beatriz. Antes de morir, la madre de Beatriz usó sus últimas fuerzas para inmovilizar al sacerdote con raíces y darle la oportunidad a mi papá de escapar.

mi padre estaba devastado por la pérdida de mi mamá, pero aún con eso logró llegar con mi abuela, pero lamentablemente fue capturado por los guardias del reino y ejecutado por sus presuntos crímenes. Mi abuela y yo nos vimos obligadas a huir a otro lugar.

Visiblemente molesto, Gabriel comenta sobre la violenta naturaleza de los humanos y su falta de razón. Beatriz comparte cómo su abuela ha sido su sostén desde entonces, pero lamenta no haber tenido la oportunidad de conocer a sus padres.

Gabriel expresa su pesar por la situación de Beatriz, quien intenta buscar consuelo enfocando su atención en el futuro y evitando caer en la tristeza.

Después de un momento de reflexión, Gabriel cambia el tono de la conversación y pregunta sobre los tres libros prohibidos mencionados anteriormente por Beatriz. Ella explica que contienen conjuros y hechizos nunca antes vistos, y que todos los reinos los buscan para utilizarlos en su propio beneficio.

Gabriel se sumerge en sus pensamientos, imaginando la magia descrita en el libro prohibido.

De pronto, la rama en la que estaban sentados se quiebra y ambos caen al vacío. Gabriel logra sujetarse de otra rama, pero Beatriz no tiene la misma suerte y sigue cayendo sin control.

Alarmado por la situación, Gabriel sabe que debe hacer algo para salvar a Beatriz. Concentrándose, realiza el conjuro del viento y se lanza hacia ella en un intento desesperado por rescatarla. Logra atraparla justo a tiempo, aunque ya están cerca del suelo. Con determinación, Gabriel no dice el conjuro aun así el viento amortigua la caída, permitiéndoles aterrizar con menos impacto.

Ambos se levantan, sintiéndose adoloridos por la experiencia. Beatriz, aún recuperándose, le pregunta a Gabriel con curiosidad.

-¿Cómo lograste hacer el conjuro sin pronunciar ni una palabra?

Gabriel responde sencillamente.

-No lo sé, solo estaba desesperado y lo pensé.

La sorpresa se refleja en el rostro de Beatriz.

-Eso es realmente impresionante. Eres la primera persona humana que conozco que puede hacer hechizos solo con pensarlo. Eres muy interesante. Me divertí mucho esta noche, creo que es mejor que vaya a dormir antes de que mi abuela note mi ausencia.

Beatriz y Gabriel se despiden. Gabriel se adelanta caminando, mientras Beatriz se detiene y lo observa con una mirada de sospecha. Él se da cuenta y le pregunta qué sucede, a lo que Beatriz responde que no es nada. Finalmente, se separan y cada uno sigue su camino.

Al llegar a su habitación, Beatriz intenta realizar un conjuro sin pronunciar palabra alguna, solo pensándolo, pero no logra hacerlo.

Con voz seria, Beatriz reflexiona.

-Gabriel es muy intrigante y curioso, debería prestarle más atención.

Gabriel llega a su habitación, se recuesta en su cama y comienza a reflexionar en silencio.

"Hace 9 años que llegué a este mundo después de morir. Aprendí su idioma, me adapté a su entorno y nací con un ojo extraño que me permite realizar hechizos solo con pensar en el conjuro. ¿Será que soy un prodigio? Jajaja, esos pensamientos me hacen parecer arrogante. Mejor será que me vaya a dormir."

Con estos pensamientos en su mente, Gabriel se deja llevar por el sueño y pronto queda profundamente dormido.

Fin del capítulo

Capitulo 3: Descubrí tu Secreto

La historia continúa.

Han pasado una semana desde el incidente del árbol. Gabriel se despierta y baja a desayunar en compañía de Sam y Eva. Un silencio reina en la mesa hasta que, de repente, Gabriel rompe el silencio.

Gabriel dice: "Quiero tener un hermano."

Las palabras sorprenden a Sam y Eva. Sam, intentando hacer una broma, responde: "¿Otro bebé? Mmm, pero tú ya nos causas muchos problemas."

Eva le da una patada a Sam por debajo de la mesa y interviene: "Eso no será posible. Cuando te tuve, sufrí mucho y es casi imposible que pueda volver a tener otro bebé."

Gabriel se siente triste, pero Sam intenta consolarlo.

"Vamos, no estés triste, puedes hacer muchos amigos, como la chica Beatriz", le dice Sam.

Gabriel responde con un tono resignado, "Supongo que sí."

Decide levantarse de la silla, coger sus cuadernos y dirigirse hacia la escuela. En el camino se encuentra con Beatriz y caminan juntos.

Beatriz comenta, "Hemos entrado en el periodo de exámenes. Nos enseñarán a hacer conjuros, ¡es muy divertido! Además, le conté a mi abuela sobre tu habilidad para hacer hechizos sin conjurar y me dijo que no lo hicieras en público, ya que podría llamar la atención de personas."

Gabriel, confundido, responde,

"Eso es extraño, está bien, tendré cuidado."

Gabriel y Beatriz llegan a la escuela y se dirigen hacia el patio, donde se encuentran con todos los alumnos de su clase. Se sientan a esperar, y luego llega el maestro Mir de la clase de viento.

El maestro Mir anuncia,

"Todos los alumnos en silencio, presten mucha atención niños. Primero empezaremos con los conjuros básicos de viento. Lo primero que haremos es apuntar con nuestra mano y hacer que el aire fluya desde la palma de la mano. ¡Así! ¡Señor del viento y del aire, déjame usar tu poder!"

Una ráfaga de aire sale de la mano del maestro, dejando a todos los alumnos asombrados.

Cada uno de los alumnos practica el conjuro de viento, y luego el profesor realiza un pequeño examen en el que dos niños se lanzan ráfagas de aire entre sí, tratando de hacer retroceder al otro hasta una línea que está en el suelo. Quien sea empujado más allá de esa línea pierde.

Los alumnos realizaron la prueba con éxito.

Ahora llega el turno de Beatriz contra Alexander, uno de los chicos que solían molestar a Gabriel.

Ambos se miran fijamente, esperando la señal del maestro. Cuando la reciben, los dos realizan el conjuro al mismo tiempo y dos ondas de viento chocan entre sí. Beatriz se esfuerza y expulsa más maná, al igual que Alexander. Beatriz grita fuerte mientras libera una gran cantidad de maná, ganando así el duelo.

Gabriel felicita a Beatriz por su victoria, pero el maestro interviene con un comentario despectivo,

"No está mal para una plebeya."

Un gesto de odio entre el maestro y Beatriz se crea en el aire.

El maestro anuncia que es el turno de Gabriel y Damián. Ambos se preparan para el duelo, mientras los demás alumnos comentan que Damián va a superar a Gabriel fácilmente. Algunos incluso insinúan que es una ofensa comparar la fuerza de un miembro de la familia Gōman con alguien considerado inferior.

Beatriz grita en apoyo a Gabriel, quien sonríe ante sus ánimos. Gabriel levanta ambos brazos en preparación, pero Damián solo levanta uno, confiado en su habilidad.

"Con un solo brazo me bastará para hacerte volar, idiota de un solo ojo", dice desafiante.

Gabriel se enoja por el comentario. El maestro da la señal para que comience el duelo. Gabriel, en un intento por ganar tiempo, balbucea el conjuro y dispara una ráfaga de aire antes que Damián.

Damián se sorprende al ver cómo Gabriel pudo pronunciar el conjuro tan rápidamente. Beatriz se da cuenta de la acción de Gabriel y se preocupa por lo que pueda ocurrir. Damián completa su conjuro y lanza una ráfaga de aire que iguala la de Gabriel.

Con una sonrisa de superioridad, Damián se dirige a Gabriel diciendo: "Creíste que al hacer el conjuro más rápido que yo podrías ganar. Te humillaré con una sola mano".

Gabriel, que estaba perdiendo la ventaja, experimenta un repentino cambio en su estado mental, sintiendo una intensa ira. Un destello de luz roja irradia de su ojo izquierdo debajo del parche.

Gabriel siente un poderoso impulso recorrer su cuerpo y lo canaliza, logrando hacer retroceder a Damián unos centímetros con su fuerza.

Al presenciar esto, Damián se queda atónito y enfurecido. Levanta ambos brazos, sus ojos brillan intensamente mientras grita: "¡Idiota, ¿crees que puedes vencerme?!"

Expulsando una gran cantidad de maná, Damián hace volar a Gabriel, impactándolo y atravesando un árbol en el proceso.

Beatriz, preocupada, corre hacia Gabriel cuando este recupera la conciencia. Gabriel, consciente de su entorno, se toca rápidamente la cara para comprobar si sigue llevando el parche. Por suerte, aún lo conserva. Todo los alumnos ríe por la situación.

Beatriz ayuda a Gabriel a ponerse de pie mientras caminan. Molesta, le reprocha: "Fuiste muy imprudente al realizar el conjuro sin decir ni una sola palabra delante de todos."

Gabriel, regañado, admite: "No quería hacerlo, pero él me provocó. Quería humillarlo, pero terminó humillándome a mí".

Tras concluir el examen, Gabriel sale de la escuela sintiéndose deprimido. Al llegar a casa, se sienta a comer junto a su padre, Sam. Gabriel decide confesarle lo sucedido.

Le explica: "Padre, durante el examen me enfrenté a Damián y, de repente, mi mente se nubló con ira. Sentí como si mi odio se transformara en poder, logrando hacer retroceder a Damián. Sin embargo, él finalmente me venció, lanzándome por los aires".

Sam, su padre, le responde: "Gabriel, tú lo humillaste a él al hacerlo retroceder unos centímetros. A pesar de la derrota, lograste igualar a Damián, un miembro de la familia Gōman.

Gabriel pregunta: "Supongo que sí, pero ¿por qué me sucedió eso?"

Sam explica a su hijo: "Las personas con ojos mestizos no pueden mezclar el maná producido por su ojo divino, ya que sería inestable y cortaría el flujo de maná. Es posible que tu ojo genere maná a partir de tu ira".

Gabriel decide poner a prueba esta teoría con su ojo izquierdo. Antes de dormir, despide a sus padres y sube las escaleras. Sam y Eva se abrazan, preocupados por su hijo.

Mientras intenta conciliar el sueño, un ruido en la ventana despierta a Gabriel. Sabiendo que es Beatriz, abre la ventana con el ojo izquierdo cerrado.

Beatriz le dice a Gabriel: "Hoy en el examen te humillaron, pero aún así pudiste casi igualarlo. Tienes mucho poder".

Gabriel responde: "Entrenaré para que eso no vuelva a suceder".

Beatriz, con seriedad, le pregunta a Gabriel: "Gabriel, estoy curiosa sobre tu ojo izquierdo, ¿puedo verlo?"

Gabriel, sintiéndose incómodo, responde: "No puedo mostrarlo, me da vergüenza que alguien vea mis cicatrices".

Con una mirada desafiante, Beatriz propone: "De acuerdo, ¿quieres ir al gran árbol?"

Gabriel acepta y salta por la ventana para ir al bosque. A medida que avanzan, la oscuridad del bosque se hace más intensa debido a una nube que bloquea la luz de la luna.

Mientras caminan, Beatriz disminuye la velocidad de sus pasos y fija una mirada fría en Gabriel. Este se da cuenta de que Beatriz no responde a sus palabras, y al mirar hacia atrás, se da cuenta de que ha desaparecido. Nervioso, Gabriel llama a Beatriz, pero no recibe respuesta. Continúa caminando por el bosque, escuchando ruidos inquietantes a su alrededor. De repente, el suelo debajo de él se deforma y parece intentar atraparlo, como si alguien estuviera realizando un conjuro de tierra.

Utilizando un conjuro de viento, Gabriel logra escapar de la situación y dar un salto alto, descendiendo lentamente en el aire mientras busca desde arriba a la persona que lo atacó.

De repente, una onda de aire cortante corta el parche que Gabriel tenía en su ojo izquierdo. Rápidamente cierra el ojo y aterriza en el suelo, permaneciendo alerta por si hay otro ataque.

Raíces emergen del suelo y atrapan a Gabriel, pero él se concentra y lanza vientos cortantes que cortan las raíces en pequeñas partes. En ese momento, Beatriz sale disparada hacia él desde los arbustos.

Preparado para atacar, Gabriel duda al reconocer a Beatriz y en lugar de contraatacar, se agacha para minimizar el impacto de la fuerte patada que recibe. A pesar de ello, la fuerza de la patada lo hace retroceder hasta quedar con la espalda contra un árbol.

Gabriel levanta la mirada pero no ve a nadie, pronto el árbol se deforma y atrapa a Gabriel en sus ramas retorcidas.

Beatriz emerge de la oscuridad a gran velocidad, y con destreza abre el ojo izquierdo de Gabriel con sus dedos. Al hacerlo, una ráfaga de viento poderosa hace que Beatriz salga disparada hacia arriba, sobrepasando el gran árbol en un instante.

En su mente, Gabriel reflexiona con frustración: "Maldición, solo quería alejarla y terminé liberando tanto maná." Utilizando magia de viento, se lanza hacia Beatriz capturándola en el aire y cayendo bruscamente. Ambos quedan adoloridos, mientras el tiempo parece detenerse en sus mentes.

Mientras Beatriz se encuentra sorprendida, piensa: "¿Qué son esos ojos? Todo lo que me contaron era verdad. Pero él está furioso, ¿me enfrentará? No quiero eso."

Por su parte, en la mente de Gabriel surge la incertidumbre: "¿Qué debo hacer ahora? ¿Le contará a todos? ¿Qué ocurrirá conmigo y con mis padres?"

El tiempo vuelve y Beatriz levanta su mirada, disculpándose temerosa con Gabriel.

Gabriel también levanta la mirada, sus ojos brillan con intensidad: uno rojo y el otro celeste. Su expresión es seria, lo que aumenta el miedo de Beatriz, quien se arrodilla y baja la cabeza, rogando por su perdón. Sin embargo, Gabriel sonríe y le asegura: "No te preocupes, pero por favor, no digas nada a nadie. Sé que puedo confiar en ti."

Beatriz jura guardar el secreto y los dos se quedan mirándose fijamente. Finalmente, Gabriel se levanta y ayuda a Beatriz a hacer lo mismo.

Gabriel, visiblemente agotado, comenta: "Me siento algo mareado por todo esto. Creo que es mejor que me vaya a casa." Los dos parten en direcciones opuestas, cada uno regresando a su hogar.

Al día siguiente, mientras Gabriel está disfrutando de su desayuno, alguien llama a la puerta. Sam la abre y se encuentra con Beatriz y su abuela. Gabriel se levanta cortésmente para saludar a Beatriz y se presenta adecuadamente a su abuela. Sam invita a todos a la mesa, donde se sientan para disfrutar de una comida juntos.

Con una sonrisa amable, la abuela de Beatriz comenta:

- Lamento interrumpir, pero estaba ansiosa por conocer a Gabriel ya que Beatriz siempre me habla tan bien de él.

Beatriz, avergonzada, exclama:

- ¡Abuela, por favor!

Eva interviene y dice con amabilidad:

- No se preocupe, Beatriz es la primera amiga de mi hijo, son más que bienvenidos aquí.

Durante la comida, un incómodo silencio se cierne sobre la mesa. La abuela de Beatriz rompe el silencio con una mirada penetrante y dice:

- Gabriel, no puedo evitar sentir curiosidad sobre tu ojo izquierdo, ¿me permitirías echarle un vistazo más de cerca?

Sam y Eva detienen su comida y observan con atención la situación, esperando la reacción de Gabriel ante la curiosa petición de la abuela de Beatriz.

Gabriel, visiblemente nervioso, se excusa:

- Me siento incómodo mostrando mis cicatrices, fueron resultado de un accidente.

La abuela de Beatriz, con una mirada fría, insiste:

- No me engañes, déjame ver.

Bajo la mesa, Sam agarra firmemente un cuchillo, observando atento a la abuela. Mientras tanto, Eva susurra un conjuro y crea una esfera de fuego en su mano.

La tensión en la habitación se intensifica, cada gesto cargado de hostilidad.

En su mente, Gabriel angustiado reflexiona:

- Si esta mujer sigue adelante, mis padres intervendrán y podría poner a Beatriz en peligro. ¿Qué debo hacer?

La abuela extiende la mano para tocar el rostro de Gabriel, provocando la reacción inmediata de Sam y Eva. Sam se levanta y se dirige hacia Beatriz, mientras que Eva apunta la esfera de fuego hacia la abuela justo cuando esta se prepara para actuar.

La abuela de Beatriz observa con atención y de repente, raíces surgen del suelo atrapando a Sam y Eva en un instante.

Beatriz interviene rápidamente:

- Permítannos explicarle, por favor, mantengámonos tranquilos.

Mientras tanto, Sam, visiblemente molesto, exclama:

- ¡No te atrevas a tocar a mi hijo!

En la mente de Gabriel, se desencadena un torbellino de pensamientos:

- Esta mujer logra hacer conjuros sin siquiera pronunciar palabra alguna, ¿quién será realmente? De repente, la visión de Gabriel se ve envuelta en un intenso color rojo.

El cuerpo de Gabriel se ve envuelto en un fuego negro, dejando a todos atónitos. La abuela de Beatriz, con determinación, introduce su mano en las llamas, retirando el parche que cubría el ojo de Gabriel. Ante la impactante revelación de una grieta negra y roja en su rostro, todos quedan paralizados. La mano de la abuela, emanando una luz blanca, se posa sobre el ojo izquierdo de Gabriel, disipando las llamas y la grieta gradualmente. Finalmente, el ojo vuelve a su estado normal.

Sam pregunta con incertidumbre:

- ¿Qué ha ocurrido? ¿Qué significaba todo eso?

La abuela de Beatriz, con calma, responde:

- Permite que te explique, pero antes, mantén la calma. Gabriel está a salvo, todo ha vuelto a la normalidad.

Las raíces que aprisionaban a Sam y Eva se desvanecen, liberándolos.

Sam insiste:

- Necesitamos una explicación de lo sucedido.

Continuará.

Fin del capítulo no olvide seguirme

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play