En una pequeña choza a orillas del mar en un pequeño pueblo pesquero, unos gritos de dolor de mujer se oyen en la oscuridad de una noche estrellada. Puja, puja era lo que se oía en esa noche tranquila y serena, al cabo de varias horas de sufrimiento, tres llantos de niños como coro celestial se escuchan muy cerca del nuevo amanecer.
Era Lucila Thompson Jauregui, que había tenido sus tres hijos, dos varones y una hembra, eran unos niños hermosos, de piel muy blanca, ojos azules como el cielo, cabellos amarillos como el sol.
Sola, sin familia solo con la compañía de Natán su nana, está joven madre se enfrentaba a una nueva vida. Les puso por nombres Lucia, Lucio y Luciano.
Tres días después, un lujoso carro llegó a la choza, una elegante mujer llegó con provisiones y a conocer a los niños. Lucila muy asustada, recibió a la visitante, quien muy feliz le brindo su ayuda, apoyo y su protección
De esto hacen 20 años, hoy los jóvenes se gradúan de Médico Lucia, de Abogado Lucio y de Arquitecto Luciano.
Doña Leonora Lombardo viuda de Fayat, muy orgullosa de sus bisnietos los acompaña a su acto de graduación en compañía de su madre Lucila, solo a esas dos mujeres conocían esos muchachos como su familia.
Doña Leonora era la abuela del padre de los trillizos, bisabuela de los muchachos.
Resulta que cuando Lucila tenía 18 años y había entrado a la universidad, conoció a Guillermo Fayat, un joven adinerado de muy buena familia y con el cual tuvo un torrido romance, estaban próximo a casarse por la iglesia ya lo habían hecho por el civil escondidos de sus padres, cuando un viejo amor de Guillermo apareció y el dejo a Lucila plantada y embarazada, su familia la echo a la calle, negando le cualquier apoyo cuando supieron de su embarazo y solo su Nana, se fue con ella llevándola a su humilde pueblo de pescadores.
Cuando Leonora se enteró por lo que pasó la pobre muchacha la busco y nunca la desamparo, le guardo el secreto y protegió a sus bisnietos.
Luego de la graduación, Leonora no quiso que regresarán al pueblo y le propuso a Lucila viajar a Italia a la casa que había Sido de sus padres y estar todos juntos, los muchachos emocionados aceptaron el viaje y se llevaron con ellos a la Nana. Leonora les pidió que se fueran adelante y que ella viajaría después de solucionar unos negocios y todos quedaron de acuerdo.
Leonora, se reunió con su hijo, le habló de su partida y pronto vendría que iba a solucionar unos asuntos y luego regresaba, se comunicó con el notario, con el administrador de la empresa , un hombre muy correcto y gran amigo de ella y de su esposo Alberto por más de cincuenta años, le comunico en silencio lo que ella quería a la que el hombre estuvo de acuerdo y acepto. Todo lo dejo escrito y registrado, puso a la venta su mansión, una noche antes de su viaje visitó la casa de su hijo Alberto, para despedirse, y muy temprano en la mañana partió rumbo a Italia a reunirse con sus niños quienes la llamaban todos los días para saber de ella. Ya había pasado un año, cuando Guillermo le pedía a su padre, que cuando la abuela pasaría sus acciones a su nombre, Alberto le dijo a su hijo que en la noche iría a hablar con su madre, para pedírselo ya que ella era la dueña del 60% de las acciones y dueña de la empresa. Y tenía un año sin saber de ella y como mañana sería su cumpleaños el la invitaría a comer, que esperara que el hablara con ella, y le explicará los motivos de porque tú tenías que ser en gerente general. Cosa que muy dentro de su Alberto no estaba muy convencido de que su hijo estaba preparado para asumir tal cargo.
Alberto, al llegar a la empresa temprano, le pide a su secretaria que le mandé un ramo de flores a su mamá, que está de cumpleaños.
Entra a una reunión de negocios y sale cerca del mediodía, dispuesto a ir a casa de su madre, cuando Susana su secretaria le notifica que la casa está vacía y que allí no vive nadie desde hace un año y que la casa fue vendida y sus nuevos dueños la están remodelando.
Alberto se asusta, y le dice que si se equivocó de dirección, la muchacha le dice que no, que es la dirección de siempre, Alberto llama al administrador de la empresa y le pregunta, que sabe el de la venta de la casa de sus padres, este le responde, que sí que su madre la vendió hace un año. Todo preocupado llama a Graciela su esposa y le cuenta lo sucedido y está le pide que la busque, que él es el culpable por no tenerla en cuenta, es cuando le llega el contador y le recuerda que el poder que le dio su madre ya está vencido y que ella debe renovarlo o hacer acto de presencia en la junta de accionistas.
Nuevamente, Alberto llama al administrador y le comenta lo que está pasando y este le informa que Leonora traspaso hace un año todas las acciones de la empresa, que ella ya no es la accionista mayoritaria y que los nuevos socios vendrán a la nueva reunión de accionistas el día lunes y que Doña Eleonora vendrá con ellos, para presentarlos formalmente.
Alberto se puso pálido, se desesperó llamo a su hijo y le comunico por lo que estaba pasando y lo que había hecho su madre, trato de llamarla y se dio cuenta de que no tenía su número, le pregunto al administrador como hacía para comunicarse con ella y este le informo que ella era la que llamaba, no podía decirle que el sí la llamaba, pero que no quería que su hijo la molestará, ya que él nunca se ocupó de ella después que murió su esposo.
Alberto llamó al notario para pedirle ayuda con lo que había hecho su madre y este le notifico que era todo legal, que no había nada fuera de lo normal que ella hacía con sus bienes lo que ella quería.
En la empresa y en la casa todo era un caos, no sabían que estaba pasando, porque su madre había actuado de esa manera, Alberto no podía dormir, estaba como loco, paso el peor fin de semana de su vida, llegó a la empresa muy temprano más de lo normal, deseoso que se presentará su madre y los nuevos accionistas, quería saber por qué su madre había votado su patrimonio y ellos estaban casi en la calle, no sabían nada de los nuevos accionistas, mientras Guillermo no sabía que hacer lo habían perdido todo y no se dieron cuenta, su esposa se la pasaba viajando y no se ocupaba de él ni de su hogar, si eso se podía llamar así.
Muchas veces se lamentó de haber dejado a Lucila después de que él la abandonó tampoco supo de ella, no supo si su hijo había nacido o fue una mentira de Lucila ya que ni sus padres no supieron nunca más nada de ella, eso y muchas cosas lo tenían pensativo. Cuando de recepción lo llamaron para decirle que Doña Leonora había llegado con los nuevos socios.
Alberto está parado fuera de su oficina, esperando la llegada de su madre, se abren las puertas del ascensor y risas salen del lugar, Leonora muy sonriente con sus bisnietos sale rumbo a la sala de juntas, Alberto no puede creer lo que observan sus ojos, tres jóvenes idénticos a su hijo a su edad, ver a su madre rejuvenecida y muy alegre con esos muchachos, quienes la llaman abuela, fue tanta la impresión de Alberto que se desploma, sale corriendo Lucia y le presta los primeros auxilios y pide que lo trasladen a la clínica.
La abuela se pone muy nerviosa, los muchachos la acompañan a la clínica donde llevaron a Alberto, en el camino llama a Graciela y le avisa lo que está pasando.
Ya en la puerta de la clínica los están esperando, Lucia lo pasa a cuidados intensivos y se hace cargo de su abuelo, pronto Alberto es sacado de su desmayó, pide hablar con el médico y es que le dicen que está con su madre la cual está muy nerviosa, pero que ya le avisan.
Graciela pasa a ver a su esposo y le cuenta que esos muchachos son sus nietos, los hijos de Lucila y Guillermo que Leonora nunca los desamparo y que ya son profesionales y que están aquí, por mandato de su abuela, ya que viven en Italia con Leonora y su mamá, que vinieron solo a acompañar a su abuela y tomar posesión de los bienes que está les dió en vida, pero que luego se irán de nuevo, que ellos no quieren estar aquí donde le hicieron tanto daño a su madre .
Alberto al oír esto se pone a llorar de sentimiento, por no haber sabido ser padre y no haber obligado a su hijo a cumplir con esa muchacha.
Ahora tiene tres bellos nietos y no sabe cómo llegar a ellos, Graciela le cuenta que gracias a su nieta el está con vida, que la muchacha es médico y muy buena que su especialidad es cardiología, que son unos muchachos muy sencillos y adoran a Leonora que es su bella, así la llaman y que ella adora a esos muchachos, ella dice que son su vida.
En el momento que Alberto está hablando con Graciela entra Lucia con dos médicos más, saluda y le indica a los médicos el tratamiento a seguir con Alberto, les pide que la mantengan informada de la evolución del paciente. En eso entra Guillermo, que al ver a la muchacha se queda en silencio observando, no se atreve a pronunciar palabras. Su madre le pregunta si ya hablo con su abuela y el con la cabeza indica que no ha podido hablar con ella.
Luego entra Doña Leonora con sus nietos y cuando llega a la orilla de la cama le dice a su hijo, estos son tus nietos, yo no los podía dejar desamparados, ellos también son mi sangre, vengan muchachos quiero que conozcan a mi hijo su abuelo y está mujer que está aquí es su esposa, su abuela.
Lucia abrazo a Alberto y le dió un beso al igual que a Graciela que no dejaba de llorar, luego Luciano y Lucio hicieron lo mismo, Graciela no quería soltar a los muchachos, Alberto estaba conmovido por la escena, solo le dijo a su madre me saliste tramposa, ellos todos rieron, luego se despidieron y se fueron todos a su casa nueva.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play