NovelToon NovelToon

R & M... Sueños Compartidos.

Capítulo N°1

Unos minutos antes de que toque el timbre para dar comienzo al día escolar, Ezequiel iba bajando por las escaleras de la entrada principal junto a su nuevo mejor amigo, Arturo. Ambos reían y hablaban de cosas sin sentido, cuando ven que Martín llega a la escuela y baja de su moto. Con pasos lentos y sin mirar a nadie, el joven sube cada uno de los peldaños de la gran escalinata.

⎯ Perdón.⎯ Martín se disculpa con unos chicos por golpear sin querer su mochila.

 ⎯ Descuida.

Luego se abre paso entre los dos amigos que lo bloquean y sigue caminando, pero al pasar junto a Ezequiel, éste le pide a su compañero que lo empuje con fuerzas por las escaleras y Arturo obedece. Martín ve rodar a su compañero de clases por las escaleras; entonces corre a auxiliarlo, al llegar al último escalón, donde se encuentra tirado se da cuenta que se dobló el brazo y que le duele.

⎯Déjame ayudarte.⎯ Martín ofrece su mano.

⎯ ¡No necesito tu ayuda!

⎯ Como digas.

Ezequiel se incorpora y con una falsa sonrisa y sin que nadie lo escuche murmura:

⎯ Vamos a ver que tan rebelde eres pedazo de infeliz. Te acusaré de arrojarme por las escaleras.

⎯ Mejor ve a la enfermería que te curen el brazo.⎯ comenta Martín y trata de alejarse.⎯ Déjame tranquilo, yo no te empuje y solo quiero ayudarte.

⎯ Mi brazo no tiene nada.⎯ mintió el joven, pero era obvio que algo andaba mal.⎯ Claro que me empujaste, Arturo te vio.

⎯ ¡Eso es mentira!

Martín intentó alejarse una vez más; pero Ezequiel lo detiene del brazo y con voz firme le reclama.

⎯ Te besaste con mi novia, eso no se va a quedar así.⎯ aprieta con odio su agarre.⎯ Todos te vieron y hoy cobraré mi venganza.

⎯ No lo recuerdo.⎯ era cierto, el sábado había ido a su fiesta y luego de probar una bebida todo pareció borrarse.⎯ Ni siquiera vi a Glenda en la fiesta.

⎯ ¡Mentira!

⎯ Yo no miento y tu novia no me interesa.

⎯ Eres un aprovechado, siempre quieres lo que es mío.⎯ grita el muchacho e intenta golpear a Martín.⎯ ¡Te voy a matar!

⎯ ¡Basta, te vas a lastimar! Estás herido.⎯ detiene un golpe con su mano.⎯ No quiero pelear contigo.

Martín intenta acercarse para calmar a un desquiciado Ezequiel, pero apenas toca su brazo, este aprovecha la oportunidad de comenzar a gritar con todas sus fuerzas para llamar la atención de los demás alumnos.

⎯ ¡Ahhh, me rompiste el brazo eres una bestia! ¡Me duele, me lo rompiste!

⎯ ¡Estás loco, deja de gritar!⎯ mira para todos lados y ve que los chicos se acercan.⎯ ¡Yo no hice nada!

⎯ Eres un salvaje, lastimaste a mi novio.⎯  Glenda aparece de la nada y se acerca a Ezequiel.⎯ Director, Martín golpeó a Ezequiel. Mire como lo dejo.

Martín se da vuelta y a sus espaldas estaba el director Roberts, que al escuchar el alboroto salió de su oficina y fue directo a la entrada principal.

⎯ Pero ¿qué has hecho muchacho? ¡ Eres todo un salvaje!.⎯ examina el brazo torcido de Ezequiel y le habla con calma.⎯ Tranquilo muchacho, todo estará bien. Niña lleva a tu novio a la enfermería.⎯ luego con desprecio se dirige a Martín.⎯ Y tú, ven conmigo al despacho, debemos hablar.

⎯ Director, le juro que no hice nada.⎯ se defiende, pero es en vano.

Ezequiel se abraza a la joven, entre risas y besos esperan fuera de la enfermería a ser atendido y festejan que al fin el tonto de Martín tendrá su merecido.

Martín está esperando en la oficina del director, comienza a revisar las fotos enmarcadas de la pared y ve un cuadro donde el ganó el primer puesto en un torneo nacional de tecnología, otra con el equipo de fútbol y así ve varias con su rostro y sonríe.

⎯ Lastima que de ese chico no queda nada.⎯ menciona el director al entrar y toma asiento.

⎯  Director, le juro que no hice nada. Ezequiel se lastimó solo.

⎯  ¡Basta!

El hombre está muy enojado y le recrimina lo sucedido sin siquiera dejar que se defienda, hasta que llama a su madre y Rita llega de inmediato. Martín sabe que su comportamiento no es el mejor, que ha bajado sus notas y está distraído; pero nunca lastimara a nadie, y no tiene forma de demostrar lo que realmente sucedió. Lo peor de todo es que no entiende porque esos chicos no lo dejan en paz. Desde que su padre murió es el blanco de sus travesuras y a él lo culpan por todo. El director ya tenía una decisión tomada, así que Martín dejó de defenderse y salió de esa oficina lleno de ira y dando un portazo.

Su madre, una mujer muy humilde y de buenos modales se sentía apenada frente al señor Roberts. Era la tercera vez que la citaba, en lo que va del año y ya no soportaba más el comportamiento de su hijo. Solo podía mirar resignada al hombre que la observaba de brazos cruzados y que se encontraba sentada frente a ella con aire de superioridad.

⎯ Señora, ¿ve a lo que me refiero?⎯ el director señala la puerta.⎯ Nuestro establecimiento es un lugar respetable, su hijo no puede seguir así.

⎯ Lo sé y lo entiendo; pero desde que murió su padre todo ha sido muy difícil en casa.

⎯ Lo siento, esta fue su última oportunidad y la desperdicio.

⎯ Pero solo falta un semestre para que finalice el año. ¡No puede echarlo! Se lo suplico.⎯ dice con lágrimas en los ojos.⎯ Nadie lo va a aceptar a esta altura del año.

⎯ Mire, por el cariño que le tenemos a Alan, su otro hijo, le daré una carta de recomendación para que presente en otro colegio. Pero a Martín no lo podemos admitir nuevamente, queda expulsado del instituto para siempre.

⎯ Está bien.⎯ se resigna y acepta derrotada, la voluntad de ese hombre, Rita no podía luchar más por su hijo y lo sabía.⎯ Lo entiendo.

El director enciende su computadora y comienza a escribir una nota, ante la atenta mirada de Rita. Luego de unos minutos imprime una hoja, la firma y se la entrega, ella lee con cuidado el contenido, luego guarda el sobre en su cartera y se levanta de su asiento dispuesta a retirarse, pero antes de salir escucha.

⎯ Señora, lamento muchísimo que pases por todo esto.

⎯  No se preocupe. Usted hizo todo lo posible. Gracias por esto.⎯ toca su cartera donde atesora la carta.⎯ Sé muy bien que nada de lo escrito es cierto, mi hijo está rebelde e incorregible.

⎯ Señora, es cuestión de tiempo para que el muchacho madure y recapacite.

⎯ Lo sé. Mi hijo en el fondo de su corazón, es una buena persona.

⎯ Le deseo suerte.

⎯ Adiós.

Mientras tanto… afuera del establecimiento Martín esta muy enojado con Ezequiel, porque le tendió una trampa y como tonto cayó en ella. Comienza a recordar cómo sucedieron los hechos y es tan ridículo que hasta le causa gracia y lamenta haber asistido el sábado al cumpleaños de Glenda, sabe que ahí fue el comienzo de su fin.

Luego de caminar por un rato en círculo, se sienta sobre su moto y mira el colegio con nostalgia, la tristeza lo invade, no desea abandonar el lugar que por tantos años fue su segundo hogar.  Apoyado sobre el manubrio, mira la entrada principal que siempre le pareció fascinante por sus escalinatas y las enormes columnas que sostienen el segundo piso; entonces busca con tristeza la ventana de su aula y ahí están sus antiguos compañeros burlándose de él.

⎯ Maldito, lo que hiciste hoy fue el colmo. ¡Me la vas a pagar! ⎯ gritó mirando la ventana de su antiguo curso.⎯ ¡Te odio Ezequiel, eres una basura!

Rita sale del establecimiento con lágrimas en sus ojos, no puede creer que su muchacho fue expulsado por pelear con un joven mucho más pequeño que él de estatura y que antes era su mejor amigo.

⎯ Mamá.⎯ le dice Martín acercándose a ella.⎯ Te juro que yo no hice nada. Ese mocoso lo hizo a propósito. Él y su novia me odian.

⎯ Eso ya no importa. Te expulsaron.

⎯ ¡No es justo!⎯ patea el tacho de basura.⎯  Yo no hice nada y nadie me cree.

⎯ Pero continuaste con la pelea y le rompiste un brazo.

⎯ Mamá, yo no fui,  te lo juro, ni siquiera lo toque.

⎯ ¡Basta, debes controlar tu carácter! Mira ese cesto y dime ¿qué te hizo para que lo arruines de esa manera?

⎯ ¿Qué?

⎯ A eso me refiero, no te das cuentas y lastimas a las personas.

⎯ Mamá es que tú no entiendes, tengo tanta bronca cuando pasan estas injusticias que no lo controlo.

⎯ Lo sé cariño.⎯ abraza a su hijo.⎯ Todo estará bien, vamos a casa. Mañana te conseguiré otro colegio.

⎯ Voy a dar un paseo, te veo más tarde.

⎯ Está bien, ten cuidado y usa el casco.

⎯ Mamá, lo siento y debes creerme, yo no hice nada.

Rita se separa, mira a su hijo con una media sonrisa en su rostro le toca su mejilla y se despide.

⎯ Nos vemos en casa.

La mujer comienza a caminar aferrada a su bolso y trata de entender porque todo su mundo se está desvaneciendo, porque su esposo ya no está a su lado y porque su hijo actúa de esa manera.

Martín observa con tristeza cómo su madre camina encorvada y suspira para luego subir a su moto, luego de dar varias vueltas y sentir como el sudor de su frente cae y comienza a mojar su casco al fin se detiene. Baja de su moto, se saca el casco y se recuesta en el prado necesita aclarar su mente y tratar de pensar en cómo puede ayudar en su hogar. Está seguro que no será aceptado en ningún establecimiento y es hora de que actúe como el hombre de la casa.

Capítulo N°2

Después de dos días de búsqueda interminable, Rita al fin consigue una entrevista en una escuela pública, queda bastante lejos de su hogar; pero eso ya no es un problema, solo desea una oportunidad para que su hijo termine la secundaria.

⎯  Señora, la directora ya se desocupo y la puede recibir en su oficina.⎯ anuncia la secretaria.⎯ Pase por aquí.

⎯  Gracias.

Rita sigue a la joven y se va arreglando el pelo, se siente nerviosa y algo afiebrada; pero esto es más importante que su salud. Al abrir la puerta su rostro se ilumina, una vieja compañera a quien aprecia mucho la recibe con un cálido abrazo.

⎯  ¡Rita que gusto verte!

⎯  ¡Verónica, no puedo creer que seas tú! El verte me da esperanza.⎯ se separan y la alogia.⎯ ¡Mira estás muy elegante y bella! Luces tan sofisticada, que apenas puedo reconocerte.

⎯  Gracias; pero dime ¿qué te trae por aquí?

⎯  Estoy buscando una vacante para mi hijo. Está en el último año y lo expulsaron de su colegio.⎯ la tristeza la invade y sus ojos se cristalizan; entonces con desesperación y un nudo en la garganta le habla.⎯ A ti no te puedo mentir desde que su padre murió, Martín cambió su forma de ser por completo, está sombrío, ya no sonríe y su comportamiento es algo rebelde.⎯ saca un pañuelo para limpiar su nariz.⎯ Nadie lo quiere aceptar en ningún colegio y te juro que antes era un excelente alumno. Siempre estuvo en el cuadro de honor y ganaba premios en cada competencia que se presentaba.

⎯  Ya veo y entiendo perfectamente por lo que estás pasando.⎯ toma su mano y la tranquiliza.⎯ Hace dos años mi suegra falleció, tuvo una enfermedad silenciosa y agresiva, que afectó a toda la familia; pero a más que nadie a mi hija, ellas dos eran muy unidas.

⎯ Lo siento.

⎯ Descuida. Hace dos años que mi hija no es la misma chica y su rebeldía agotó mi paciencia. Te escucho hablar de Martín y es como si me hablaras de Rebeca.

⎯  Martín se culpa por el accidente. Sí tienes tiempo te puedo contar lo que sucedió.

⎯  Sí, eso me servirá de mucho.

Rita comienza a relatar cómo sucedieron los hechos y Verónica comprende cómo se debe sentir el muchacho. No solo él ha estado mal en esa casa, al parecer todo es un caos. Luego de escuchar muy atentamente a su ex compañera, la directora toma una decisión y espera no equivocarse.

⎯ Rita, le daré una oportunidad a tu hijo. Dile que comienza esta misma tarde, lamentablemente no tengo cupo en el turno de la mañana, como él estaba acostumbrado.

⎯ Se adaptará, sé que él no tendrá problemas.

⎯ Lo siento, pero es todo lo que te puedo ofrecer.

⎯ Gracias Verónica.⎯ sonríe y se pone de pie.⎯ Con tal que estudie no importa el horario, ni la distancia.

⎯  De nada; pero al primer error, se marcha.

⎯ Me parece justo.

Las amigas se despiden en un cálido abrazo y cuando Rita llega a su hogar tiene los minutos contados, así que comienza a gritar buscando a su hijo por todos lados. Tiene una enorme sonrisa en su rostro y con el semblante relajado.

⎯ Martín…Martín. ¿Dónde estás?

⎯ Mamá, estoy en la cocina lavando los platos.

⎯ ¡Deja eso! Ve a bañarte, conseguí un cupo en la escuela de Verónica.⎯ lo abraza por la espalda.⎯  ¡Hoy mismo comienzas las clases!

⎯ Mamá ¿Y si dejo de estudiar y consigo un empleo?

⎯ Nada de eso, te falta seis meses para recibirte.

⎯ Mamá escucha, ahora necesitamos conseguir dinero.⎯ dice mientras se seca las manos.⎯ Hoy hablé con Fausto el dueño del taller, él me puede dar trabajo. Seré su aprendiz.

⎯ Hijo, ve a bañarte que del dinero me ocupo yo.

⎯ Mamá, tú ya trabajas en varias casas.

⎯ Martín, tu padre no estaría de acuerdo en una cosa así y yo tampoco.

⎯ ¡Papá ya no está! Él no toma las decisiones en está casa.

⎯Tienes razón, yo soy el sostén de esta familia y hasta que no termines el secundario no te dejaré trabajar. Así que deja de discutir.

⎯ De acuerdo. Voy a estudiar, solo si me dejas ir por las mañanas al taller para aprender el oficio.

⎯  Me parece bien, solo iras una hora por la mañana al taller, nada más.

⎯  Ok. Ahora dime ¿ A qué colegio me inscribiste?

⎯ Al público de San Miguel.

⎯ Ok.

⎯ La directora resultó ser una vieja conocida de la primaria, así que nos pusimos al día y sin dudarlo te dio un lugar.⎯ le comenta mientras se prepara un sandwich.⎯ Hijo, esta es tu última oportunidad, por favor no la desperdicies.⎯ lo mira con pena.⎯  Hoy tuvimos suerte de encontrar a Verónica en ese lugar y que entendiera nuestra situación.

⎯ Esta bien, me graduaré y no te daré más dolores de cabeza.

Martín entra a su habitación la cual comparte con su hermano Alan y busca algo que ponerse, hace un tiempo que su guardarropas es oscuro, usa toda ropa negra, así que  hoy no es la excepción y elige un jean negro, un suéter de cuello ancho color negro y unas botas con tachas.

⎯ Hijo, ¿por qué no usas algo más divertido?⎯ sugiere Rita cuando lo ve entrar al comedor.

⎯ Mamá, ya te lo dije es mi nuevo estilo. Lo siento, sí no te agrada.

⎯ Ten.⎯ le entrega unos papeles.⎯ Le debes entregar esos papeles a la directora.

⎯ Está bien.⎯ él le da un beso en la frente a su madre, agarra su mochila de cuero negro y se despide.⎯ Adiós mamá. Te amo.

⎯ Adiós corazón. Suerte.

Martín sube a su moto y a gran velocidad llega hasta el establecimiento escolar, entonces se dirige a recepción, pregunta por la directora y Verónica lo recibe con gusto.

⎯ Hola ¿tú debes ser Martín? Eres igual a tu madre.⎯ dice sonriendo.⎯  Mi nombre es Verónica.

⎯ Buenos días y mucho gusto.⎯ responde con educación.⎯ Mi madre me pidió que le entregue esta documentación.⎯ él saca una carpeta y se la entrega.⎯ Creo que es todo lo que usted solicitó.

⎯ Perfecto.⎯ la mujer recibe la carpeta, mira los papeles y luego al cerrarla apoya sus manos en el escritorio y le dice al joven.⎯ Martín, debo ser sincera contigo. Solo te acepte por el cariño que le tengo a tu madre; pero no tendré piedad en expulsarte, si cometes un solo error, te largas. En esta escuela lo primordial es el respeto entre los pares y al personal educativo. No toleramos la agresión física de ningún tipo. ¿Entiendes?

⎯ Sí, lo entiendo y no se preocupe, no pienso cometer ni un solo error. Se lo debo a mi madre.

⎯ Bien, una vez aclarado este asunto. ¡Eres bienvenido!⎯ dice y se levanta de su asiento.⎯ Vamos te acompañaré al que será tu salón.

⎯ Gracias.

La directora sale de su oficina junto al joven y a medida que pasan por distintas puertas le informa.⎯ Este es el salón de música y arte; aquí es la biblioteca; este es el salón de los castigos, que espero nunca te envíen ahí o te verás en serios problemas conmigo.⎯ le guiña un ojo.⎯ La sala de profesores ….⎯  así fue describiendo cada uno de los lugares en común hasta llegar a las aulas.⎯  Bueno llegamos. Sexto año B.

Capítulo N°3

Verónica golpea la puerta del curso asignado, mientras con una media sonrisa observa al joven que tiene a su lado, es un chico muy apuesto y aunque quiere aparentar ser un chico rudo, se nota a lo lejos que es un buen muchacho. En cambio Martín, está distraído observando por el pequeño ventanal de la puerta, a una chica que está dando una lección, él se puede dar cuenta por las láminas que están pegadas en el pizarrón que están en clase de historia. La joven se ve nerviosa a cada rato acomoda sus lentes y tiene el pelo recogido en un gran moño de colores ridículos, usa una falda larga y una camisa con bolados que parece sacada del baúl de los recuerdos y sus medias de color marrón con flores azules, no combina para nada con su atuendo. Es muy graciosa y Martín no puede evitar reír. El profesor escucha la carcajadas del joven que contagia a la directora y suspende por un momento la lección.

⎯ Rebeca, disculpa un momento.⎯ el profesor la interrumpe.

⎯ Sí profesor, no hay problema.⎯ mira en dirección a la puerta y ve a la directora que ríe con ganas; entonces desvía la mirada y se concentra en sus apuntes.

⎯ Gracias, solo será un minuto.⎯ le advierte y luego hace señas para que pasen sus visitantes.⎯ Adelante.

La directora ingresa junto a Martín al salón y varias chicas suspiran, su aspecto de chico malo y rebelde enamora a cualquiera. Él es consciente de eso y sonríe a varias que con soltura lo saludan desde sus asientos y le hacen corazones con sus manos; pero al girar su rostro y saludar a la joven que está de pie a su lados, es completamente ignorado. La chica delgada que está al frente solo relee sus hojas y no levanta la vista para nada, al parecer es inmune a sus encantos.

⎯ Buenos días profesor, buenos días queridos alumnos.⎯ la directora saluda a todos de una manera cálida y  luego mira a la alumna parada a su lado y le guiña un ojo.⎯ Hola Rebeca.

⎯ Hola.⎯ contesta sin ganas.

⎯ Buenos días.⎯ gritan todos a la vez y comienzan a murmurar.

⎯ Se calman.⎯ protesta el profesor.⎯ Hay un invitado, deben comportarse.

⎯ Ricardo, él no es un invitado; sino que es un estudiante nuevo, su nombre es Martín.⎯ aclara y las chicas suspiran.⎯ Así que espero que le den la bienvenida y sean amables con él.

⎯ ¡Buenos días Martín!⎯ dicen todos al unísono.

⎯ Hola, mucho gusto de conocerlos a todos.⎯ contestó ganándose la admiración de todas las chicas, salvo por la delgada joven que está a su lado y no lo saluda.

⎯ El gusto va a ser mío cuando te conozca a fondo.⎯ murmura una de las chicas y sus amigas se ríe a carcajadas.

⎯ Señoritas por favor, ¿que clase de modales tienen?⎯ regaña el profesor.

⎯  Bueno profesor, él es su nuevo alumno, así que a partir de ahora es su responsabilidad. Yo tengo cosas que hacer por lo tanto me despido.

⎯ De acuerdo Verónica, yo me ocupo del muchacho.

⎯ Martín, te dejo en muy buenas manos y te deseo mucha suerte.

⎯ Gracias señora directora.

⎯ Confío en ti, no me defraudes.⎯ Verónica le sonríe y camina hasta la puerta y antes de salir le habla al profesor.⎯ Pueden continuar con la clase y por favor Ricardo, dale unos días para que se adapte y se ponga al corriente con las actividades, ha tenido unos días difíciles.

⎯ Por supuesto.⎯ la directora se retira y el profesor de historia continúa al mando de la clase.⎯ Pasa Martín y toma asiento donde quieras. Hay varios lugares libres.

⎯ Con permiso.⎯ Martín se disculpa y va hasta un asiento que está cerca de la ventana al final del pasillo, en el banco hay un portafolios gastado de color marrón, si sus cálculos no le fallan es de la chica vestida a la antigua. Él se sienta y mira como la chica frunce su ceño.

⎯ Rebeca puedes continuar hablando sobre Los Egipcios. Por cierto Martín estamos en clases de historia. Espero que no estés tan atrasado.

⎯ No señor.⎯ contesta.⎯ Esa civilización la estudie el mes pasado, ahora estaba estudiando a Los Fenicios.

⎯ De acuerdo.⎯ luego de pensar un momento sugiere.⎯ Igualmente te daré una semana para que te adaptes y prepares el tema. Sí ya lo estudiaste en tu antigua escuela, no será un inconveniente repasar un poco y preparar la lección.

⎯ No señor, no hay problema.⎯ entonces sin temor habla.⎯ Sí quiere le comento lo que recuerdo.

⎯ No, no es necesario. Por favor Rebeca puedes continuar.

⎯ Muy bien, espero no tener, más interrupciones.⎯ mira su reloj de pulsera.⎯ Ya he perdido mucho tiempo.

⎯ Nadie te va a interrumpir, continua.

La muchacha termina lo que parece un monólogo de toda la historia Egipcia y el profesor está más que satisfecho.

⎯ Muy bien, tienes un diez como siempre. Puedes sentarte.

⎯ Gracias profesor.

⎯ Bueno Teodoro, es tu turno.

⎯ ¿No puede pasar otro?⎯ protesta el joven.

⎯ No, adelante.

Rebeca recoge sus láminas, sus apuntes y esquiva varias mesas hasta llegar a su banco que está siendo usurpado por el alumno nuevo.

⎯ Disculpa, pero este es mi banco.

⎯ Lo siento, pero me gusta la vista.

⎯ Lo sé, por eso elegí este lugar, la vista es magnífica.

El profesor ve que los jóvenes están discutiendo por el lugar e interfiere.

⎯ Rebeca, deja que el chico nuevo ocupe ese lugar, aunque sea solo por hoy.

⎯ ¡Está bien, profesor! ⎯ acepta de mala manera.

⎯ Muy bien continuemos, Teodoro ¿qué decías?

⎯ ¡Ya me olvide!

⎯ Comienza de nuevo.⎯ sugiere el profesor.

La joven pasa su cuerpo por encima de Martín para recoger sus pertenencias que mágicamente están dispersa por toda la mesa y lo fulmina con la mirada, no solo le robo el banco, sino que le sacó todas sus cosas del portafolio.

⎯ ¡Maldito, me la vas a pagar!

⎯ ¿No sé de qué hablas?⎯ murmura y sus ojos por primera vez se conectan.

Él está disfrutando de incomodar a su chica a la antigua, hasta que siente un aroma a fresas muy dulce que lo invita a pecar, no sabe en qué momento, ni porque; pero como poseído se acerca lentamente a ella y cuando solo está a unos centímetros de distancia le deja un beso suave y fugaz sobre su cuello.

En el salón retumbó el sonido de una cachetada, Martín se sorprende por la reacción y lleva su mano a su mejilla que arde con intensidad. El resto del grupo comienza a murmurar y ella tiene ganas de matarlo. Odia con todas las fuerzas del universo al chico nuevo, es un atrevido, maleducado y para colmo tiene los ojos más lindos que ella haya visto antes.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play