Adrian se encontraba en su estudio de arte, rodeado de lienzos en diferentes etapas de finalización. La luz tenue iluminaba la habitación, creando un ambiente tranquilo y sereno. Mientras revisaba una de sus obras en progreso, su mente se desvió hacia la idea que había estado considerando durante días.
Necesitaba ayuda en su galería de arte en la pintoresca ciudad de Ravenwood. La administración estaba consumiendo demasiado tiempo que preferiría dedicar a su propia creación artística. Había escuchado rumores sobre un hombre respetado en el mundo del arte, y se le ocurrió una idea. ¿Por qué no ofrecerle un trabajo en su galería?
Decidido, Adrian tomó su teléfono y buscó el número que había anotado previamente. Después de unos momentos de marcación, escuchó el tono de llamada antes de que una voz masculina respondiera al otro lado.
"¿Hola?", dijo la voz, con un tono de sorpresa.
"¿Hablo con el señor García?" preguntó Adrian, asegurándose de tener el número correcto.
"Sí, soy yo", respondió el hombre. "¿Quién es usted?"
"Soy Adrian, el propietario de la galería de arte en Ravenwood", explicó Adrian, ajustando su tono para reflejar su profesionalismo. "He escuchado mucho sobre usted y me preguntaba si estaría interesado en una oportunidad de trabajo".
Hubo un momento de silencio al otro lado de la línea antes de que el señor García respondiera, su voz llena de curiosidad. "¿Trabajo en su galería? ¿Qué tipo de trabajo?"
Adrian sonrió, satisfecho de haber captado su interés. "Estoy buscando a alguien con experiencia en crítica de arte y gestión administrativa para unirse a mi equipo en Ravenwood. Creo que sus habilidades serían un gran activo para nosotros".
Hubo otro breve silencio mientras el señor García consideraba la oferta. "Eso suena interesante, pero Ravenwood está bastante lejos de donde vivimos. No estoy seguro de si sería factible".
Adrian entendió su preocupación y se apresuró a tranquilizarlo. "Entiendo, pero creo que encontraría a Ravenwood encantadora. Es una ciudad hermosa, llena de historia y cultura. Además, sería un cambio de ritmo emocionante".
El señor García parecía estar considerando la idea. "¿Podría darme más detalles sobre el trabajo y la ciudad en sí?"
Adrian procedió a explicar en detalle las responsabilidades del trabajo y las oportunidades que Ravenwood ofrecía. Describió la arquitectura gótica, las prestigiosas instituciones educativas y la rica historia artística que la ciudad albergaba. Mencionó también el bosque misterioso en las afueras de la ciudad, añadiendo un toque de intriga a su descripción.
El señor García escuchó atentamente, haciendo preguntas ocasionales para aclarar ciertos puntos. Después de un rato, parecía estar más convencido.
"Suena como una oportunidad emocionante", admitió. "Me gustaría discutirlo con mi familia y ver si es factible para nosotros".
Adrian asintió, aunque el señor García no podía verlo a través del teléfono. "Por supuesto. Tómese su tiempo para pensarlo. Si está interesado, estaré encantado de organizar una visita a Ravenwood para que pueda ver la ciudad y discutir más detalles en persona".
El señor García expresó su agradecimiento y prometió ponerse en contacto con Adrian después de hablarlo con su familia. Con eso, la llamada llegó a su fin, dejando a Adrian con una sensación de esperanza. Había lanzado la idea, ahora solo quedaba esperar y ver si el señor García y su familia aceptaban la oferta.
Elena estaba recostada en su cama, absorta en la lectura de su libro favorito cuando su padre entró en la habitación con una expresión inusualmente seria en el rostro. Levantó la mirada, sorprendida por la seriedad en los ojos de su padre.
"Papá, ¿todo está bien?", preguntó, preocupada por la expresión de su padre.
Su padre le ofreció una sonrisa tranquilizadora antes de sentarse en el borde de la cama. "Sí, cariño, todo está bien", comenzó, su voz tranquila pero cargada de emoción contenida. "Tengo algo emocionante que contarte".
La curiosidad de Elena se agudizó mientras observaba a su padre. "¿Qué pasa, papá? ¿Ha sucedido algo?"
Su padre tomó una profunda bocanada de aire antes de continuar. "Recibí una llamada hoy, Elena. Fue de un hombre llamado Adrian, el propietario de una galería de arte en una ciudad llamada Ravenwood".
Elena se enderezó en la cama, sorprendida por la noticia. "¿Una galería de arte en Ravenwood? Nunca he oído hablar de ese lugar", dijo, intrigada por la misteriosa ciudad.
Su padre asintió, su rostro iluminado por la emoción. "Es una ciudad fascinante, llena de historia y belleza", explicó. "Adrian está buscando a alguien para unirse a su equipo y me ofreció un puesto de trabajo".
Los ojos de Elena se abrieron de par en par ante la noticia. "¿Un puesto de trabajo en una galería de arte? Eso suena increíble, papá", dijo, sintiendo una oleada de emoción. "¿Qué vas a hacer?"
Su padre le dedicó una sonrisa radiante. "He decidido aceptar la oferta, Elena. Creo que es una oportunidad única en la vida para explorar una nueva ciudad y sumergirnos en el mundo del arte".
La emoción de su padre era contagiosa y Elena no pudo evitar sonreír ante la idea de una nueva aventura en Ravenwood. "Eso suena maravilloso, papá. ¿Cuándo nos mudamos?"
Su padre le lanzó una mirada significativa. "Bueno, eso es lo emocionante", comenzó. "Adrian sugirió que viajemos a Ravenwood para conocer la ciudad y la galería antes de tomar una decisión final".
La idea de viajar a una nueva ciudad emocionó a Elena. "¿De verdad? ¡Eso suena genial!", exclamó, incapaz de contener su entusiasmo. "¿Cuándo nos vamos?"
Su padre rió suavemente ante la reacción de Elena. "Adrian sugirió que viajemos la próxima semana. Nos dará tiempo suficiente para hacer los arreglos necesarios antes de partir".
Elena asintió con entusiasmo, su mente ya llena de planes y anticipación. "Estoy tan emocionada, papá. Será una aventura increíble", dijo, sus ojos brillando con emoción.
Su padre le ofreció una sonrisa cálida y la abrazó con ternura. "Estoy emocionado de compartir esta experiencia contigo, Elena. Será un nuevo comienzo para ambos".
Los dos se sentaron juntos en la cama, hablando animadamente sobre sus expectativas para el viaje y las emocionantes posibilidades que les esperaban en Ravenwood. A medida que la noche avanzaba, la emoción de Elena creció, ansiosa por comenzar esta nueva aventura junto a su padre. juntos."Es una oferta increíble, papá", continuó Elena, tratando de animarlo. "Podría ser una nueva aventura para nosotros, una oportunidad de explorar una ciudad completamente nueva y sumergirnos en una nueva cultura".Su padre la miró con una mezcla de sorpresa y preocupación. "Lo sé, cariño. Y aprecio que estés emocionada por la idea", dijo con suavidad. "Pero mudarnos a una nueva ciudad es una gran decisión, especialmente considerando que hemos vivido aquí toda nuestra vida".Elena asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. "Lo sé, papá. Y no quiero tomar esta decisión a la ligera. Pero creo que también deberíamos considerar las posibilidades que Ravenwood podría ofrecernos".
La luz del amanecer se filtraba a través de las cortinas de la habitación de Elena, anunciando el comienzo de un nuevo día. Pero este no era un día cualquiera; era el día en que ella y su padre comenzarían a preparar su viaje a Ravenwood. Una mezcla de nervios y emoción llenaba el aire mientras ambos se disponían a empacar y organizar todo lo necesario.
"Elena, ¿puedes venir a la sala?", llamó su padre desde abajo.
"¡Ya voy, papá!", respondió ella mientras terminaba de doblar una camiseta y la colocaba en su maleta. Bajó las escaleras rápidamente, encontrando a su padre rodeado de mapas y guías de viaje esparcidos por la mesa del comedor.
"Quiero asegurarme de que no olvidemos nada importante", dijo él, sosteniendo una lista de verificación. "¿Tienes tus cosas listas?"
"Sí, casi todo está empacado", respondió Elena, acercándose para revisar la lista con su padre. "Solo me falta mi cámara y algunos artículos de tocador."
Su padre asintió, marcando los ítems en la lista. "Bien, asegúrate de llevar suficiente ropa abrigada. He leído que Ravenwood puede ser bastante fría, incluso en esta época del año."
Elena sonrió. "No te preocupes, ya tengo mis suéteres y bufandas listos." Luego miró hacia la mesa y vio un pequeño libro de bolsillo. "¿Qué es esto?"
"Es una guía sobre la historia y los puntos turísticos de Ravenwood", explicó su padre. "Pensé que sería útil conocer más sobre la ciudad antes de llegar allí."
Elena tomó el libro y comenzó a hojearlo. Las imágenes de la arquitectura gótica, los callejones oscuros y las imponentes bibliotecas la fascinaron de inmediato. "Este lugar parece sacado de un cuento de hadas", murmuró.
"Lo sé", dijo su padre, compartiendo su entusiasmo. "Creo que va a ser una experiencia increíble para ambos."
Mientras continuaban empacando, Elena no pudo evitar sentirse un poco nostálgica. "Voy a extrañar este lugar", confesó mientras guardaba un álbum de fotos en su mochila.
"Yo también, Elena", dijo su padre con una sonrisa comprensiva. "Pero piensa en todas las nuevas experiencias y recuerdos que vamos a crear en Ravenwood."
Con las maletas casi listas, Elena se dirigió a su habitación para terminar de empacar sus artículos de tocador y su cámara. Cada objeto que colocaba en su maleta la hacía sentir un paso más cerca de la aventura que estaba por comenzar. Tomó su cámara y la revisó, asegurándose de que estuviera en perfecto estado y lista para capturar cada momento especial.
Después de un rato, volvió a bajar y encontró a su padre revisando los documentos de viaje. "Todo parece estar en orden", dijo él, levantando la vista. "Nuestros boletos están confirmados y el hotel ya ha sido reservado."
Elena asintió, sintiéndose un poco más tranquila al saber que todo estaba bajo control. "Gracias por encargarte de todo, papá. Estoy muy emocionada por este viaje."
"De nada, cariño. Lo importante es que estemos listos y nos divirtamos", respondió él, guardando los documentos en una carpeta.
Con todo empacado y organizado, padre e hija se sentaron en el sofá para tomar un merecido descanso. Elena se acurrucó junto a su padre, sintiéndose reconfortada por su presencia.
"¿Qué es lo que más esperas de Ravenwood?", preguntó su padre, mirando a Elena con curiosidad.
"Creo que lo que más me emociona es explorar la galería de arte y conocer a las personas que trabajan allí", respondió ella, sonriendo. "Y también estoy intrigada por el bosque misterioso que rodea la ciudad. Parece el lugar perfecto para tomar fotografías increíbles."
Su padre asintió, compartiendo su entusiasmo. "Estoy seguro de que encontrarás muchas cosas interesantes para fotografiar. Y quién sabe, tal vez descubramos algunos secretos de la ciudad juntos."
Elena rió suavemente. "Sí, eso suena emocionante. Estoy lista para esta nueva aventura."
"Yo también", dijo su padre, dándole un suave apretón en el hombro. "Vamos a hacer de este viaje algo inolvidable."
Con el atardecer acercándose, Elena y su padre se sintieron satisfechos con los preparativos realizados. La emoción por el viaje a Ravenwood llenaba sus corazones, y ambos sabían que estaban a punto de embarcarse en una experiencia única que cambiaría sus vidas para siempre.
El día se desvanecía lentamente, y con él, la tranquilidad de saber que estaban listos para la aventura que les esperaba en la misteriosa y encantadora ciudad de Ravenwood.
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