Está historia se remonta a la época, 20 años después de la revolución en México.

Marta es una niña de 7 años, que vive con su mamá Angélica, y su papá Emeterio.

Tiene 4 hermanos Anselmo, Renato, Ana y Rosa. Ella es la hermana de en medio, entre Renato y Ana.

Todos viven a las orillas del pueblo, conocido como San Juan del lago.

Ahí tienen cerca un río de agua clara, que tiene peces.

Cerca de ahí a unos 200 metros hay una finca, que cuenta la leyenda está maldita, Pertenece a Don Martin Rodríguez, un hombre muy rico, el más rico del pueblo.

Se dicen muchas cosas del lugar, pero muy pocos saben lo que realmente sucede.

El inicio

Todo comenzó, con un Martin muy pobre. Al ser campesino no había muchas oportunidades y las cosechas no habían estado muy bien que digamos, vivía con su esposa Margarita y sus 5 hijos, Adrián, Josefa, Luis, Lucia y Ramón.

La pobreza los estaba acabando, así que fue a las 12 de la noche, a una cueva cercana al monte. Se decía que cada noche a las 12 pm, aparecía un ser de obscuridad.

Esperó allí hasta esa hora y de pronto un hombre vestido de charro entro y le dijo:

Charro: Buenas noches mi amigo, que lo trae por acá.

Martin: Señor, buenas noches, mire yo tengo un gran problema, no tengo dinero y mi familia se muere de hambre, le he pedido mucho a dios y él no me ha hecho caso.

Charro: Mire, que mala suerte tiene, y yo que tengo que ver con eso?

Martin: Mi buen señor, yo quisiera ofrecer lo que usted me pida, con tal de tener oro para comer y darle a mi familia.

Charro: Lo que sea? ¿Estás dispuesto a todo?

Martin: Estoy desesperado, por favor, lo que sea pida y se lo daré.

Charro: Sé que tu esposa está embarazada de tu sexto hijo. ¿Me regalarías ese hijo?

Martín: Pero aún no nace, cómo le haríamos?

Charro: Tú solo dime si o no, y yo me encargo de todo.

Martin: Señor el niño es suyo.

Charro: No se diga más, ahora firma aquí.

De pronto el charro saco un pergamino y lo extendió y le dijo.

Charro: firma ahora no quiero que te arrepientas.

Martin: No sé escribir ni leer, como le hacemos, mi señor.

De pronto el charro saco una daga muy filosa y le cortó la mano a Martin, este comenzó a sangrar y la sangre cayó en el pergamino.

Charro: Listo, ahora mira detrás tuyo y llévate ese costal de monedas.

Martin volteo y al ver el costal de dinero casi se vuelve loco, al querer agradecer, el charro ya no estaba. Saco el costal y lo coloco en su burro y se lo llevó a su casa.

Al llegar a su casa, entro y vio a su esposa llorando, tenía trozos de tela llenos de sangre, ella muy dolida le dice.

Margarita: Hay señor Martin, mi hijo, mi niño, lo perdí.

Martin: No llores mujer, dios así lo quiso, hay que ser fuertes y seguir adelante.

Martin ya era un enfermo de ambición, ni la muerte de su hijo le había tocado el corazón.

Al día siguiente fue a contratar

Hombres para construir una gran hacienda, con caballos, burros, ovejas, gallinas, patos, cerdos, vacas.

El lugar estuvo construido en poco tiempo, así que en menos de 1 mes la finca ya estaba terminada.

Martin era un hombre rico y poderoso cegado por la ambición, comenzó a hacer fiestas cada fin de semana, venía gente de otras partes del estado, incluso del país a sus eventos, eran muy espectaculares llenos de lujo e inmensas mesas de comida, el exceso sé veía en todo.

Así fue pasando el tiempo y se dejó de ver a la esposa y los hijos de Don Martin, Él decía que su esposa se había ido con otro hombre y se llevó a los niños con ella, solo él sabía lo que pasaba.

El contrataba a muchas mujeres para el servicio de la finca, así que tenía mucho personal, poco a poco fue disfrutando de aquel tesoro que el charro le habia dado.

Así inicia la historia y el origen de LA FINCA.

Así inicia, una serie de sucesos, fuera de lo común.

Está historia comienza desde la perspectiva de la pequeña Marta, que a su corta edad y poco casi nulo aprendizaje, vivió está tétrica historia.

Marta plática la historia a su pequeña nieta Isabel, ya a la edad de 60 años, es así como nos enteramos de esta.

Recuerdo que cuando tenía 7 años ocurrió en el pueblo algo muy macabro, Don Martin era un buen hombre, con el tiempo de la nada se hizo rico, tenía mucho dinero y se hizo una enorme finca en poco tiempo, está misma tenía unas puertas de madera enormes, las cuales impedían tanto el paso, como poder ver hacia adentro, sus bardas estaban tan altas que no se podía ver mucho.

Siendo tan joven quién querría asomarse allí?. Al menos yo no, estaba en mis ocupaciones diarias, en esos tiempos era una educación distinta y otro tipo de crianza.

Se rumoraba ya que Don Martin había vendido su alma al maligno, así que no sabíamos de dónde había sacado tanto dinero, era curioso pero cierto, y así fueron los años, entre bailes y comidas, este señor despilfarraba dinero a diestra y siniestra, siempre con el afán de demostrar sus riquezas.

Un día de la nada solo desapareció y no se volvió a saber de él o bueno al menos mi familia y yo no supimos más.

Quizá también sea que mis padres al saberse el horror de esa finca decidieron irse a otro estado.

Poco a poco iremos descubriendo lo que nos depara en la FINCA.

El terror inicia

Don Martin al verse rodeado de riqueza, se le nubló el juicio y la mente solo disfrutaba de sus grandes banquetes y su oro.

Poco le duró el gusto, al mes de haber obtenido ese dinero de pronto se quedó sin un solo centenario, (los centenarios estaban hechos de oro puro), Así que fue nuevamente a ver al charro.

Este ser apareció nuevamente a las 12 pm.

Charro: Bueno, y que te trae de nuevo, no me digas, te quedaste sin dinero?

Martín: Mi buen señor, ya no tengo más dinero, lo he gastado todo y necesito más.

Charro: Y luego? Yo que tengo que ver con eso, ya te di tu dinero y me entregaste a tu hijo, ya no tienes nada más que darme.

Martin: Eso quiere, otro niño? Cuál de mis otros hijos le gusta el mayor, el menor o el de en medio.

Charro: Por quien me tomas?, es obvio que ninguno de ellos, tienes que entregarme un hijo no nacido ya mismo, digo si quieres más dinero.

Martin: Mi señor, pero como si mi mujer, quedo muy mal de la perdida de nuestro hijo, de dónde saco otro niño?

Charro: Hay Marín, Martín, Martín, no esperes que yo te diga todo, es obvio buscar otra mujer y ya sabes qué hacer.

Martin: Habla de cometer un pecado? No sé si podría hacerlo señor, yo quiero mucho a mi esposa.

Charro: No seas hipócrita Martin, me entregaste a tu hijo e ibas a entregarme los demás, de que me hablas cínico. Mejor ve a buscar a quien preñar y cuando esté listo regresa.

Martin salió de la cueva y se fue a su casa, una vez ahí su mente dio vueltas, no sabía de dónde sacaría un hijo.

De pronto una idea espeluznante llegó a su cabeza, una de las mujeres del servicio se le insinuaba mucho, decidió ir por esa mujer.

Fue a buscarla y la llevo hasta el sótano, una vez ahí la hizo suya, hasta el cansancio, sabía que la tenía que preñar.

Para estar seguro trajo a otra joven igual del servicio e hizo lo mismo.

Sabía que alguna de las 2 tenía que estar embarazada.

A partir de ahí una macabra idea cruzo por su mente, embarazar a varias mujeres para tener así seguro el dinero que el charro le daría.

Paso exactamente 1 mes y ya había traído a varias mujeres de otros pueblos, de las cuales al menos de varias abuso, las tomo a diario durante todo ese mes esperando que todas estuvieran preñadas.

Contrato a una partera para saber cuándo estuvieran embarazadas y para fortuna de él y lamentablemente para ellas varias si salieron embarazadas.

A partir de ahí la locura se desataría y lo peor estaría por venir.

Y es así como Don Martin, fue a la cueva nuevamente y volvió a hablar con el charro.

Charro: Pero no pierdes el tiempo, Martin, dime si estás listo para entregar a uno de tus hijos?

Martin: De hecho tengo a 6 mujeres preñadas, dime a cuál prefieres.

Charro: Esta vez no será tan fácil, me entregaras al niño y aparte me entregaras la sangre de la madre, te diré que ritual debes hacer.

Martin: Si lo que sea, solo dame el oro, he estado viviendo de préstamos y apariencias.

Charro: Y así será siempre pero en fin, lo que harás será seguir las instrucciones de este pergamino, que te entregaré,si haces todo correctamente, el costal de oro aparecerá bajo el árbol de pino que está en la orilla de la finca.

Martín: Pero señor, no sé leer ni escribir, cómo sabré cómo hacer lo que está escrito ahí?

Charro: Hay Martin es lógico que no lo leerás, trae ilustraciones osea pinturas y podrás descifrarlo con claridad.

Y es así que Don Martin, comenzó a hacer sus atrocidades todo estaba listo, esa misma noche llevo a su primera víctima, la joven que se le insinuaba.

Don Martin: Ahora usted, acuéstese en el piso, ahí donde está la pintura de la Estrella.

Lo que la joven no sabía era que era un pentagrama pintado con un pedazo de carbón.

María: Oiga mi señor, pero no le hará daño al niño?

Martin: No le dije que hable o si?, acuéstese y cállese.

La mujer se quedó quieta y en silencio, él le puso un pañuelo en los ojos y la amarro de manos y pies. De pronto Martin saco una daga y la clavo en el pecho de la mujer que no murió al momento, agonizaba, pero no moría, en automático comenzó a sangrar de su parte baja y así perdió al niño.

Una vez que perdió al niño, ella falleció, el siguiente paso fue colgarla de los pies hacia una tinaja hecha de barro, hizo un corte en la yugular y así drenó la sangre del cuerpo.

Todo ese sadismo tenía un fin, que don Martin tuviera dinero ese dinero que estaría sucio y manchado con sangre de inocentes.

Martin ya era un monstruo sádico y sin escrúpulos, un asesino serial en toda regla y su único objetivo eran las riquezas.

Con todas las embarazadas hizo lo mismo, la sangre la guardo en aquellas tinajas las cuales tenía que enterrar cerca al cerro donde estaba la cueva del charro, él sabía que sería bien recompensado por ello y así fue.

Al llegar a su finca una vez que estuvo todo realizado al pie de la letra. Recibió su oro, estaba enterrado bajo el árbol eran 6 costales de oro.

Martin estaba enloquecido por tanto oro, ahora no era suficiente, quería poder.

Poco a poco la gente del pueblo comenzó a murmurar sobre lo que el hacía.

Las jóvenes desaparecían y todos sospechaban de don Martin, para evitar eso, comenzó a ir por mujeres de otros pueblos.

Llegaba a casas de campesinos y les ofrecía oro, por sus hijas. Estos al ser personas de bajos recursos, no podían negarse.

Su ambición era ya sin límites y sus atrocidades apenas comenzaban.

Todo era por dinero y poder eso lo había enloquecido totalmente.

Don Martin comenzó a realizar fiestas y comidas, dónde invitaba a ricos y poderosos, cada noche se dedicaba a sus fiestas llenas de lujo y ostentosidad, siempre comenzaban a la 12 pm y terminan a las 4 AM. Y eso solo era una parte de todo lo que ese monstruo haría.

Aún falta lo peor y su ambición y soberbia lo llevaría a cometer actos abominables.