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El Alfa Enamoró Al Amigo Del Protagonista

Encuentro inesperado

POV Jacob

La música suave y los murmullos de conversaciones felices llenaban el aire mientras la fiesta de la boda de Ethan y Alexander seguía en pleno apogeo. Luces colgantes y flores adornaban el lugar, creando un ambiente mágico y festivo. Yo, sin embargo, me encontraba apartado de la multitud, con una copa de vino en la mano y una expresión pensativa en el rostro. Desde mi rincón, observaba a la feliz pareja compartir risas y abrazos con sus invitados.

Sumido en mis pensamientos, no noté al hombre que se acercaba hasta que este se sentó a mi lado.

-Bonita fiesta, ¿verdad?- Dijo el recién llegado, rompiendo mi ensimismamiento.

Levanté la vista, encontrándome con un hombre alto, de cabello claro, que podría parecer blanco, y ojos grises brillantes. Vestía un traje impecable y su presencia irradiaba confianza.

-Sí, lo es. Respondí con una sonrisa educada. -¿Nos conocemos?-

-Todavía no, pero tengo la sensación de que nos llevaremos bien. Soy Edric Wright.- Se presentó, extendiendo la mano.- Futuro heredero de una de las compañías automotrices más prestigiosas del país y, modestamente, uno de los mejores amigos de Alexander.-

Estreché la mano de Edric, sorprendido por la franqueza y el carisma del hombre.-

-Jacob.- Respondí. -Soy amigo de Ethan.-

Edric asintió, tomando un sorbo de su trago antes de hablar.

-He oído hablar de ti. Alexander me ha mencionado sobre ti, dice que eres un buen amigo, alguien en quien Ethan confía mucho.

Asentí un poco incómodo bajo la intensa mirada de Edric, pero también halagado por las palabras.

-Solo intento estar ahí para él, especialmente después de todo lo que ha pasado.

Edric sonrió, parecía feliz mirando a la feliz pareja que ahora bailaba en medio de la pista.

-Sí, eso parece, ¿no?.- Dijo Edric.

Miré a Edric con una mezcla de curiosidad y recelo. No estaba acostumbrado a que alguien se interesara en mí de manera tan repentina.

-Bueno, Ethan es como un hermano para mí.- Dije finalmente, encogiéndome de hombros. Siempre hemos sido cercanos, pero no estoy celoso de Alexander, si eso es lo que insinúas.-

Edric levantó una ceja, pareciendo intrigado.

-¿No lo estás?- Preguntó, su tono amistoso pero incisivo. -Es decir, es comprensible si lo estuvieras, Alexander es… bueno, Alexander.-

Suspiré, sabiendo que la conversación era inevitable.

-Mucha gente me ha preguntado eso, pero la verdad es que nunca he visto a Ethan de esa manera. Lo quiero mucho, pero como a un hermano. Estoy feliz por él, realmente lo estoy, pero no puedo evitar desconfiar un poco de Alexander.-

Edric tomó un sorbo e su trajo, sus ojos grises brillando con sinceridad mientras me miraba.

Mira, Jacon, entiendo tu preocupación, pero quiero que sepas algo…- Dijo, inclinándose ligeramente hacia adelante. -Alexander es el hombre más correcto que he conocido, a pesar de todo lo que ha vivido. Es un buen hombre, y la verdad sabía que siempre terminaría enamorándose de un omega, a pesar de que siempre decía odiarlos.-

Levanté una ceja, intrigado por esa revelación.

-¿De verdad- Pregunté, tratando de ocultar mi sorpresa. -¿Siempre supiste que se enamoraría de un omega?-

Edric asintió con una sonrisa.

-Sí, lo supe, Alexander siempre ha tenido esa fachada dura, esa actitud de desprecio hacia los omegas, pero siempre he visto a través de eso. Sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que encontrara a alguien que rompiera esas barreras.-

Me recosté en mi silla., pensando en las palabras de Edric. Había algo tranquilizador en la confianza con la que hablaba.

-Ethan es realmente especial.- Dije, más para mi mismo que para Edric. -Siempre ha tenido una manera de hacer que la gente se sienta querida y apreciada. Si alguien puede romper esas barreras, es él.-

Edric sonrió, asintiendo de acuerdo, soltando una risa suave, una mezcla de resignación y diversión en sus ojos.

-Es un poco deprimente, ¿sabes? Todos se están empezando a casar y aquí estoy yo, siendo un alma libre.- Dijo con una media sonrisa.

Asentí, comprendiendo perfectamente ese sentimiento.

-Te entiendo. Mis hermanos también se han comenzado a casar, y aquí estoy, todavía soltero.- Respondí, dándole un trago a mi bebida.

Edric me miró con curiosidad.

-¿Tienes muchos hermanos?-

Asentí, esbozando una sonrisa nostálgica.

-Sí, tengo dos hermano mayores. Ambos ya están casados y con hijos. A veces siento que estoy quedándome atrás.-

Edric rió, sacudiendo la cabeza.

-Me pasa lo mismo. Cada vez que asisto a una boda o una fiesta familiar, me bombardean con preguntas sobre cuándo voy a sentar cabeza, pero, sinceramente, me gusta mi libertad, aunque, a veces, es difícil no sentirse un poco… desplazado.

Asentí nuevamente, sintiendo una conexión creciente con Edric. Había algo reconfortante en saber que no era el único que se sentía así.

-Es verdad, la presión de la familia y la sociedad puede ser bastante abrumadora, pero creo que es importante esperar a la persona correcta. No se trata de casarse porque todos lo están haciendo.- Dije, mis palabras reflejando mis propias convicciones.

Edric sonrió, levantando su vaso en un gesto de brindis nuevamente.

-Me agradas, Jacob, me gustaría seguir charlando contigo, ¿te gustaría ir al hotel done mee estoy quedando para conversar más cómodos? La noche es joven.-

Titubeé por un momento, evaluando la propuesta de Edric. Aunque normalmente no aceptaría una invitación de un completo extraño, la conversación que habíamos tenido y la sensación y la sensación de conexión entre nosotros me dieron una sensación de confianza, además, el alcohol me había desinhibido, haciéndome más propenso a tomar decisiones impulsivas. Finalmente, asentí con una sonrisa, dejándome llevar.

-Por supuesto, ¿por qué no? La noche es joven, ¿verdad?- Respondí, dejándome llevar por la emoción del momento.

Edric sonrió, parecía encantado con mi respuesta.

-Exactamente. Vamos, tengo un buen vino esperándonos en mi habitación. Será una noche para recordar.- Dijo, levantándose de su asiento y dándome la mano.

Acepté la mano de Edric y me levanté, sintiéndome emocionado por la perspectiva de continuar la conversación en un ambiente más íntimo, se podría decir. Había algo liberador en dejar de lado las preocupaciones y simplemente dejarse llevar por la corriente de la vida.

Encuentros no planeados

POV Jacob

En la habitación del hotel, me dejé caer en una cómoda silla mientras Edric abría una botella de vino tinto. La habitación era lujosa, con una vista impresionante de la ciudad iluminada. Edric sirvió el vino en dos copas y se sentó frente a mí, sus ojos chispeando con una mezcla de interés y diversión.

-¿Sabes? Yo creo que mi situación es similar a la de Alexander.- Comenzó Edric, girando suavemente su copa. -Pero también es muy diferente a la vez.-

Arqueé una ceja, curioso

 -¿En qué sentido?-

Edric sonrió, un gesto que irradiaba confianza.

-Alexander siempre ha preferido a las mujeres beta. No es porque las ame más, sino porque rechaza a los omegas debido a sus traumas y prejuicios, pero yo… yo prefiero a los hombres beta.-

Me incliné un poco hacia adelante, intrigado.

-¿Y por qué es eso?-

Edric tomó un sorbo de su vino antes de responder.

-Para mí, el sexo con hombres beta es más placentero. No es que rechace a los omegas, pero encuentro una conexión más intensa y satisfactoria con los betas. Es una preferencia persona, supongo.-

Lo miré, pensativo.

-Creo que nunca he pensado sobre un tema así…-

Edric sirvió más vino, pasándomelo antes de sentarse a mi lado, esta vez más cerca.

-¿Sbes, Jacob? Hay algo en ti que me intriga, tienes una especie de… vulnerabilidad, pero también una fuerza que es difícil de ignorar.-

Sentí un ligero rubor en mis mejillas.

-No sé que decir. Solo soy… yo.-

Edric sonrió, y sus ojos brillaron con una mezcla de diversión y algo más.

-Eso es lo que lo hace interesante.-

No sabía hacia dónde llevaría eso, pero por primera vez en mucho tiempo, me sentía abierto a las posibilidades. De repente, me si cuenta que estábamos sentado, haciéndome sonrojar aun más, comenzando a ponerme nervioso, confundido con las intenciones de Edric. Pareció que Edric notó mi incomodidad, así que se acercó y me habló con suavidad.

-No temas, Jacob.- Dijo Edric, con una sonrisa tranquilizadora. -Después de todo, no puedo usar mis feromonas para someterte. Todo lo que pase será completamente porque ambos queremos-

Me puse nervioso al sentir la proximidad de Edric. Nunca antes había estado en una situación así con un alfa, mi experiencia se limitaba a mujeres, donde siempre había mantenido una posición dominante, pero en la presencia de Edric me desarmaba, una mezcla de atracción y curiosidad que no podía ignorar. La habitación se sentía más pqueña con la tensión entre nosotros, el aire cargado de expectativa. Tragué saliva, mirando a Edric a los ojos, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

-Nunca he estado en una situación así.- Admití, mi voz apenas un susurro. -Con un alfa, quiero decir.-

Edric sonrió suavemente, inclinándose un poco más cerca.

-No hay presión, Jacob. Solo haz lo que te haga sentir cómodo.-

Asentí, pero mi mente estaba en un torbellino. Nunca había estado en una posición de sumisión, y la idea de ceder el control me asustaba y excitaba al mismo tiempo. Respiré hondo, tratando de calmar los nervios. El alcohol en mi sistema hacía que tdo se sintiera más confuso, y al mismo tiempo, más claro. Estaba muy ebrio, pero había una parte de mí que quería dejarse llevar, explorar esa nueva dinámica que nunca había considerado. Finalmente, me dejé caer contra el respaldo de la silla, cerrando los ojos antes de abrirlos de nuevo para mirar a Edric.

-Estoy muy ebrio.- Dije con una sonrisa tímida. -Pero creo que quiero seguir adelante con esto…-

Bruma del deseo

POV Jacob

Incapaz de resistirme, seguí el liderazgo de Edric y nos dirigimos a la cama. En un instante, nuestros labios estaban sellados en un beso apasionado, nuestras manos explorando el contorno del otro.

Con el calor de nuestro beso aún en nuestros labios, Edric comenzó a deshacerse de su camisa, revelando su torso definido que se escondía debajo. Edric pareció no poder contenerse y comenzó a desabrochar mi pantalón, exponiendo mi virilidad, sentía como me humedecía de deseo.

Su contacto fugaz y audaz me excitaba, haciéndome suspirar profundamente, anhelándolo. Deseosos de intimidad, ambos nos deshicimos de la totalidad de nuestras ropas. Ya totalmente desnudos, anhelaba lo que Edric podía darme.

Ambos nos dejamos caer en la cama, explorándonos, sintiéndonos y deseándonos. Suspiré al notar como al frotarse contra mí, nuestros cuerpos se tocaban por completo. Edric, guiado por el instinto, se movió en torno a la cama, tomándome en un movimiento suave y cuidadoso para comenzar a insertar lentamente sus dedos en mi cuerpo. La sensibilidad de mi cuerpo al contacto de los de Edric, me hicieron gemir por un dolor a la par de un incómodo placer. Al ver mi cara relajarse, el también se relajó, continuando con confianza.

Se detuvo un momento, rebuscando en su cajón lo que era un condón, y con aparente confianza, se puso entre mis piernas, levantando mis caderas, y comenzó a insertarse lentamente, moviéndose en un vaivén mientras exploraba mi interior.

Edric se inclinó hacia mí, susurrando entre jadeos y besos.

-¿Sabes Jacob? Es un malentendido común que se crea que los betas no tienen aroma de feromonas.- Dijo, su voz ronca pero suave, llenando el espacio íntimo entre nosotros.- Pero si te acercas y te concentras lo suficiente, puedes sentirlo.-

Ya inmerso en la experiencia, fruncí ligeramente el ceño, tratando de comprender las palabras de Edric mientras mi cuerpo se acostumbraba a tener su virilidad dentro de mí.

-¿De… de verdad?- Murmuré, mi respiración entrecortada por el placer.

Edric sonrió, sus labios rozando mi oreja.

-Sí, puede llegar a ser más placentero que el aroma de un omega, o al menos esa es mi opinión.- Con cada palabras, Edric movía sus manos con habilidad, explorando cada rincón de mi cuerpo, provocando sensaciones intensas que nunca había experimentado antes.

Yo, perdido en el alcohol y el placer, apenas podía procesar lo que acababa de escuchar. Mis sentidos embobados y mi mente nublada por la embriaguez y el deseo, me impedían comprender plenamente las palabras de Edric. Cada toque, cada caricia, me mantenía en un estado de euforia y entrega total.

Edric sentía mi piel contra la suya, balanceándose dentro y fuera de mí. Dominado por el deseo desenfrenado, empujó con más fuerza, mientras movía sus caderas hacia adelante y hacia atrás, embistiéndome con fuerza, haciéndome gritar por el placer, estaba descubriendo un lado de mí que nunca pensé que podía existir.

Nos sentíamos próximos al clímax, con su virilidad golpeando mi punto dulce. Gemía y me retorcía debajo de él, acercándonos al borde del orgasmo. Edric gruñe mientras se acerca al clímax. Me retorcía de placer debajo de Edric, mi cuerpo arqueándose mientras mi propia liberación se apoderaba de mí. Ondas de éxtasis recorren mi cuerpo mientras sentía un calor recorrer mi interior, ahí supe que ambos habíamos acabado.

Edric pareció sonreír con satisfacción al verme completamente agotado debajo de él después del intenso orgasmo.

-La noche apenas comienza, Jacob. Aún tenemos mucho mas por delante.- Acarició mi mejilla con ternura, aunque en sus ojos brilla un destello travieso. -Descansa un poco, pero prepárate, no pienso ser tan suave como ahora.-

Miré a Edric con ojos cansados, asumiendo mi destino que ni siquiera podía procesar del todo. Asentí tímidamente, preparándome para otra ronda.-

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