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DE OTRO MUNDO (VOL. 1)

Capítulo 1: Encuentro

" Me has convertido y transformado en alguien más; un ser como yo no necesitaba sentir estas emociones pero tú cambiaste mi entorno poco a poco. Gracias por todo este tiempo que estuviste a mi lado, te amo tanto que no quiero arrastrarte a un peligro inminente por eso es necesario dejarte ir... "

Un encuentro extraño e inesperado que surgió en medio de la nada y en una noche fría de fin de año.

Una alma rota, un corazón destrozado y vacío; Mey ha sufrido la traición de quien menos lo esperaba pero de pronto se recuperará de esa agonía dentro de su interior; ese ser, ese alguien tan enigmático y misterioso que se cruzara en su camino, dará un vuelco a su vida por completo.

El amor florecerá y brillará de nuevo en sus ojos verde esmeralda, esos ojos tan vacíos y muertos en vida.

Ese amor desconocido que se formará y de otro universo que se impregnara mutuamente.

- Quiero ser solo tuya y permanecer a tu lado. - desesperada\, decidida a todo\, a no importarle las consecuencias\, Mey dijo ante a ese ser imponente delante de ella.

- Innecesario\, humana. - espetó Lou\, sombrío con la mirada hacia ese cielo tan obscuro y sin señal de estrellas. Igual a esa noche...

Mey sentía un dolor en su corazón, esas palabras eran hirientes, esa indiferencia y dureza de esa voz tan grave y misteriosa. ¿Por qué había ocurrido esto, a pesar de estos meses que habían estado juntos? ¿Aquí termina toda mi ilusión, esa esperanza de volver a ser amada? ¿Es el final de nuestro amor? Pensó Mey sin dejar de ver a Lou. Solo fijaba su mirada hacia esa espalda tan ancha y bien formado.

Lou permanecía inmóvil, frío y sombrío sin verla a los ojos, solo dándole la espalda. Sabía que sus palabras eran dolorosas para ella, era la única manera para terminar todo esto a como diera lugar.

Estaba siendo lo más posible distante y duro con ella.

¿Cómo surgió esta situación?

¿Por qué tenían que tomar caminos distintos ahora?

Todo era un conflicto, ambos sabían que no pertenecían en el mismo universo, a pesar de las apariencias.

¿Mey se iba a rendir fácilmente para dejar a la persona que amaba más que a nada?

Nada la detendría, no importa los obstáculos que se presentarán, ella haría lo posible para retenerlo.

Esto apenas está por comenzar, un camino largo para ambos..

" Tal vez somos diferentes; este amor es mutuo, arriesgare mi vida por ti, ya he soportado mucho; por ti voy a donde sea aunque tú me lo impidas. Mi querido Lou no me subestimes, todavía no te mostrado mi verdadero yo..."

 

Mey se encontraba en el sofá, tranquila viendo la TV y dando un pequeño sorbo del licor puro y limpio que quemaba su garganta al tragar. Miraba un programa musical.

De pronto las luces empezaron a parpadear y desvío la mirada hacia el techo confundida y el televisor perdió la señal dejándola perpleja en un segundo..

¡¡Boom Boom Boom!!

Un estruendo golpe que retumbó cada parte de la casa.

Ese ensordecedor estallido la hizo dar un brinco, que por instinto se cubrió los oídos.

- ¿Q-Queé fue eso? - se exaltó y entró en pánico por el terrible susto de ese extraño estruendo.

Vivía en las afuera de la ciudad, en la zona montañosa donde algunas más personas habitan alrededor. Ella era la única que se encontraba más cerca del bosque. Los otros hogares estaban a unos metros 100 metros de distancia.

Aquel sonido la puso en alerta. Se escuchó cerca. Sólo a unos metros de su casa.

Se apresuró a levantarse, las luces habían dejado de parpadear.

¿Tal vez ha caído un helicóptero o avión?

Confundida, tomó el control remoto y apago el televisor.

Mey busco una linterna, tomo un gran abrigo afelpado y se lo colocó. El frío penetraba hasta los huesos.

Decidió salir afuera de la casa para dar un vistazo.

Estaba asustada pero si era cierto su suposion entonces debía actuar rápido, probablamente había gente herida y necesitaban hacer atendidas.

Era fin de año y lo celebraba sola en casa. También le paso por la mente que era pirotecnia o algo parecido pero ese sonido si que la había asustado y sobre todo porque la casa había temblando por tal estallido.

Abrió la puerta, el efecto del alcohol se había esfumado por completo por el susto.

- Brrr.. Qué friio.. - carraspeo sus dientes al sentir lo helado del clima.

Camino rígidamente hacia la parte trasera de su casa, prendió la linterna con movimientos brusco, enfocando hacia el frente.

Estaba obscuro y había neblina.

La curiosidad por saber que sucedió era más que su miedo.

Tan solo faltaban unos minutos para la media noche y que llegara el año nuevo. El año 2020.

<< Peor momento para recibir el año nuevo... >>, Mey sabía que no era buen momento para estar afuera buscando a lo desconocido. Y más porque estaba sola.

Se adentro hacia el espeso bosque, dando pasos lentos.

Era una escena extraña.

La neblina era escasa, se alcanzaba ver el pequeño camino estrecho que dirigía hacia montaña arriba. Movió la linterna hacia todas direcciones pero no había nada sobresaliente. Había caminado por varios minutos y se sintió perdida.

No escuchaba nada tan solo el chirrido de los grillos.

- Ah... ¿Qué estoy haciendo? - exhalaba lentamente\, el frío estaba haciendo de las suyas.

Continuó su pasos y se estaba arrepintiendo, quería regresar.

No encontraba nada... De pronto a lo lejos destello una luz fosforescente, esa luz que parpadeaba y que bajaba su luminosidad.

Entonces tenía una idea de aquellas luces provenían a lo mejor de ese estruendo.

Soltó un gran suspiro, sintió palpitar su corazón a gran velocidad.

¡Crash!

Entonces un fuerte golpe la hizo detenerse abruptamente, soltando la linterna hacia el suelo y que ese golpe solo se escucho a una corta distancia de ella.

- ¡Agh! que diablos.. - exclamó en pánico\, sintiendo un escalofrío por toda su columna vertebral.

Solo observaba la inmensa oscuridad y aquellas luces fosforescente habían desaparecido. Las manos le temblaban tanto como los pies.

Rápidamente se inclino para levantar la linterna que yacía a un lado de sus zapatos.

<>, el miedo se apodero de ella. Para su mala suerte la linterna se había roto y apenas daba un poco de luminosidad; las piernas le fallaron por completo.

Tenía curiosidad de lo que pasaba más allá de su vista.

No lo pensó dos veces y en marchó su pasos hacia lo desconocido con apenas la visibilidad de su linterna.

Que más podría asustarla a estas alturas.

Estaba en medio de la nada y sola. Ya no había marcha atrás, estaba a unos pasos de descubrir aquel fatal accidente.

He pasado por cosas peores. Ya no quiero ser esa chiquilla miedosa, la que se echaba a llorar por todo.

Suspiró y camino sin titubear. Sus pasos se aceleraron igual que el ritmo de su respiración.

Ni siquiera el frío ahora le traspasaba. Estaba decidida a enfrentar cualquier cosa. Por fin se acercaba y quedó inmóvil, estupefacta por lo que estaba observando.

- ¿Qué es esto..? - su corazón palpitaba descontrolada mente. Mey no sabía que hacer.

La escena era abrumadora, varios pedazos de metales estaban en el suelo. El humo era demasiado, instantáneamente Mey se cubrió la nariz haciendo una mueca por el desagradable olor.

No se movió ni un milímetro, la luz de la linterna apenas enfocaba todo esos escombros.

- Mmm... - ese gemido la sorprendió y que le erizo la piel en un segundo.

Débilmente, con la mano temblorosa lo direccionó hacia más enfrente caminando con pasos lentos.

- Aaah... - no podía ni respirar\, sus ojos se fijaron hacia el suelo\, donde "alguien" yacía ahí... tirado..

Capítulo 2: Un hombre misterio

Mey tenía la linterna dirigiéndose hacia esa persona.

Estaba perpleja.

Ese gemido la sobresalto. No podía identificar si era un hombre o mujer.

Estaba en su misma posicion sin desenfocar la linterna.

<<¿Qué hago? ¿Está herido? >>, ella se cuestionó al no saber que hacer.

Entonces otro pequeño gemido la hizo brincar. Ese gemido como un gruñido de dolor. Se alarmó y ahí estaba la respuesta, esa persona probablemente esta herida y necesitaba ayuda.

Mey se acerco lentamente hacia ese cuerpo que yacía sobre la helada tierra. Apenas se acerco lo suficientemente y atemorizada sin dejar de mover la linterna hacia el cuerpo; sus ojos color verde esmeralda se abrieron en grandes produjendo un temblor en su brazo derecho.

<> Mey no se movió más, al ver desnudo ese hombre.

No se equivocó, aunque la linterna estaba rota, fue lo suficiente para ver el físico y ese cuerpo que se mantenía en posición fetal. Aferrándose a sus rodillas. Con la cabeza agachada.

Se apeno y sus orejas se calentaron, ver ese hombre desnudo no del todo, la avergonzo. Se repitió en su mente que no era momento para estar tímida.

Tenía que ayudar a ese hombre. Estaba oscuro así que no fijo su vista directamente al hombre.

Se inclinó entre cerrando los ojos para verificar si él estaba inconscientemente.

- O-Oye, ¿estás bien? - murmuró en voz baja y temblorosa. No hubo respuesta alguna.

El hombre seguí sin moverse y Mey no podía escuchar nada de él.

El miedo se apoderó de ella.

Se pasmo.

No lo pensó demasiado. Lo que se le ocurrió fue tocarlo. Dejo a un lado la linterna, justo por sus pies. Dando apenas poca luminosidad hacia el cuerpo del hombre. Lejos de esas partes prohibidas.

Mey balanceo su mano para apenas tocar el brazo expuesto del hombre. Apenas sus dedos presionaron esa piel, se impacto por tal contacto. Dejándola aturdida por un segundo. Ese leve toque, que inyectó una electricidad hacia a ella.

La congeló. Por lo frío de esa piel. Como si estuviera tocando el hielo mismo.

Oh no.. No puede estar muerto, o ¿si?

Esa suposición la tenso más. El hombre estaba helado. Mey se bloqueo. No podía percibir la respiración de él. Eso la dejó más horrorizada.

- oh dios mío.. - musito, sin dejar de ver el cuerpo del hombre.

No podía procesar la situación. Salió del trance al ver un movimiento del hombre.

- Ahhh... - soltó él hombre misterioso. Mey dejó caer su trasero al suelo por escuchar ese diminuto sonido.

No se movió para nada. Apenas percibiendo los leves movimientos del hombre con la luz opacada de la linterna.

Él... Esta moviéndose, no está muerto.

Exhalo. Se sintió aliviada a ver que ese hombre no estaba muerto. Pero ahora estaba desconcertada por la forma que el hombre se estaba retorciendose.

<>, apretó los puños y se hinco a un lado de él.

Quedando a centímetros de ese hombre desconocido.

Se quito el abrigo afelpado y se lo colocó al hombre, solo cubriendo la mitad de su cuerpo. Sólo esa parte que Mey no deseaba ver.

El hombre dejó de hacer movimiento. Mey se percató enseguida y habló un poco más tranquila:

- Oyee, ¿me escuchas? - pauso y suspiró - ¿puedes levantarte?, ¿estás herido? Ah.. oye..- preguntó y se frustró al saber que este hombre no respondía.

¿Alcaso no puede oírme?

Se cuestionó tocando su sien. Quería regresar. El frío estaba traspasando su delgada sudadera. Y estar hincada le estaba causando molestia.

<> rogó en su pensamiento.

No tenía de otra que volver a tocar al hombre.

Trago saliva y con la mano derecho al aire dirigió sus dedos directo a la cabeza oculta del hombre.

Tocó con su dedo índice, volvió a repetir la acción.

Espero unos segundos y fue entonces...

Capítulo 3: Su desnudez

Fue entonces donde aquel hombre que yacía sobre el suelo helado, levantó su cabeza hacia ella.

Pero eso no fue el único movimiento que aturdio por completo a Mey.

- ¡...!

Se quedó en shock. Totalmente en desconectada de su mente. Las neuronas le dejaron de funcionar.

Ese hombre misterioso, dejó levantar su cuerpo de una manera impresionante. Dejando caer ese abrigo afelpado que cubría esa parte íntima. Esa parte que Mey no quería ver por nada del mundo.

Mey seguía con la vista hacia donde hace unos segundos yacía el cuerpo de ese hombre y que ahora no había nada.

Hincada y con la respiración agitada sintió su corazón latir demasiado fuerte tanto que sentía dolor en el pecho.

Se levantó, oh no, no puedo ver. Esta desnudo, completamente desnudo ante mí.

Mey divisó que su abrigo que estaba sobre el suelo y estiró el brazo para levantarlo. Tomó la linterna que también estaba a un lado de ella.

Trago saliva.

Estaba a punto de presenciar una escena vergonzosa. <>, se dio fuerzas.

Esa fuerza que la impulso levantarse.

Y tan pronto se puso de pie desvío su mirada al otro lado. Sin ver esa sombra que estaba a uan distancia corta.

El hombre estaba parado como estatua. Sin hacer ningún movimiento. Y sólo posar como una sombra oculta.

Mey no tenía idea que hacer en ese preciso momento. Nada le llegaba a la mente. Era una bochornosa escena para ella. Se sentía totalmente apenada.

Una chica de tan solo 22 años; presenciar un hombre desnudo, le nubló los sentidos tanto que sintió que en cualquier momento le fallaria la mente.

La desnudez la intimidaba más que cualquier beso o un toque de manos.

Soltó un gran suspiro para poder tranquilizarse mentalmente.

La confusión la rodeó a pesar de lo vergonzosa que se sentia.

Y eso se debía al hecho que el hombre sólo estuviera parado, allí, sin hacer nada más.

<>, Mey sabía perfectamente que todo la situación era muy extraño y porque sólo lo encontró a él.

Respiro hondo y profundo para hablar. Pero era imposible ante tal escena.

- umm... To-o-maa - sosteniendo el abrigo en dirección hacia él.

Con el brazo en el aire, esperando para que esté lo tomará. Dándole a entender que se cubriera.

<> se quejó profundamente.

Los segundos eran eternidad para ella.

Ahora no tenía idea del porque este hombre no tomaba el abrigo para cubrirse.

Se rindió. Bajo el brazo frustrada. Haciendo una leve mueca en ese rostro pálido.

- Oye, solo sígueme, ¿entiendes? - refuño con un tono irritante.

Este hombre la irritó al no tomar el abrigo. Decidió caminar primero para no tener que ver a ese hombre. Aunque estaba oscuro y la neblina estaba presente se limitaba a dirigir su mirada hacia él.

Con el cuerpo rígido avanzo unos pasos, y haciendo ruido por sus pisadas al caminar sobre todo ese escombro de metales.

Tenía muchas dudas al respecto del accidente pero pronto las resolvería.

Continuó y percibió que sus pisadas eran lo único que se escuchaban.

<> se desespero ante eso.

Se detuvo y soltó en un tono áspero :

- Vamos, sígueme. Te llevaré a un hospital para que te revisen. Así que muévete.

Nada. Absolutamente silencio.

Entonces escucho el crujir de los escombros.

<> negó con la cabeza ante la incómoda situación y continúo hacia adelante.

Sin mirar atrás y afocando por el estrecho camino dejando de lado todo ese escombro.

Supongo que debe estar herido pero no dicho nada. Que tipo más raro. ¿Alcaso no siente pena al estar desnudo frente a una mujer?

La afectada solo soy yo en este momento. Un hombre sin pudor..

Mey se lamentaba en silencio.

15 minutos después...

Caminaron en silencio todo el tiempo, Mey apresurada sus pasos. Para llegar justo a tiempo a la entrada y correr en busca de una manta.

Sabía que entrar y con la luz encendida reflejaría por completo a ese hombre. Dejaría mostrar todo de él. No iba a permitir esa situación.

Llegaron. Mey casi corrió hacia la puerta para abrirla.

Girando el picaporte en un dos por tres.

Entró y cuando disponía a dar un gran paso...

Una ráfaga de aire que le erizo la piel por completo.

Ese hombre entró antes que ella se diera cuenta...

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