Sinopsis

Desde la realidad Alterna, en un mundo paralelo, el fantasma del Sádico Rey Cipriano VI, se infiltra en la mente y cuerpo del joven Príncipe Fabio del Reino de Tox, a quien hará víctima de la Maldición del Trono, transformándolo en el más despiadado y cruel Asesino Serial en la historia del Reino y del mundo entero; y también, como el gran maestro de la mentira, la antropofagia, la pedofilia; y el más brutal practicante de un inimaginable Sadismo Extremo…

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Los monstruos son reales, los fantasmas también viven dentro de nosotros y, a veces, ellos ganan, por lo que el infierno deja de ser un lugar para convertirse en una persona.

LA AUTORA

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Prólogo

¿Qué sería de la vida sin el poder? ¿Qué sería de la gloria sin la ambición? Y, sobre todo, ¿qué sería del amor sin la traición?

Una difícil decisión entre lo correcto y lo incorrecto, pues como sabemos, la gloria podría acabar con la humildad de los pobres; la riqueza podría cegar el corazón de los valientes y el amor podría llevarte a una muerte tortuosa. Todo lo cual nos enseña que si tu siembra es positiva, su fruto será bueno; pero si es negativa, su fruto estará podrido, lo que nos hace recordar que, ante todo, por el fruto se conoce el árbol.

No podemos disfrazarnos de lobos siendo tiernos y dulces corderitos al igual que un lobo no puede simular ser un inocente corderito, pues, al final, todos sus instintos primitivos saldrán a flote con gran ferocidad destrozando todo a su paso.

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Introducción

El rey fue a la recámara del bebé y, al verlo dormir tan plácidamente, sintió molestia y morbosidad, así que tomándolo en sus brazos, lo cubrió con una parte de su capa de modo que nadie lo viera y salió del palacio sin avisar. Hacía ya dos noches que había trasladado una máquina de moler carne al interior del bosque y ya la había probado el mejor carnicero de la ciudad con un bistec de cordero y funcionaba a la perfección.

Así que una vez dentro del bosque y comprobando que nadie lo veía, se adentró en lo más profundo, mientras que un deseo sexual repulsivo surgió dentro de él y, entonces, sin reprimirse, desvistió a aquel infante recién nacido, que podía haber sido su hijo, y abusó de su inocencia e indefensión.

Desgarró brutalmente su interior causándole una muerte inmediata a causa de las fuertes estocadas. Después de haber quedado asquerosamente satisfecho, tomó el inerte cuerpecito y lo puso dentro de la máquina de moler carne, la cual puso a funcionar con sus manos, dando vueltas a la palanca mientras escuchaba los huesos crujir y romperse fuertemente. Se atascó cuando faltaba solo el cráneo, así que aplicó más fuerza y este cedió de inmediato dejando solo un montón de carne molida, la cual empaquetó y guardó después de limpiar la máquina de moler.

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Hola chicas ,les saluda C.C. Cassano-Bardot, en esta oportunidad quiero compartir con ustedes otra de mis novelas publicadas con Avant Editorial de España, me da mucha ilusión poder compartir por esta aplicación mis manuscritos y que ustedes puedan disfrutar de ellos y poder escaparse un ratico de la realidad, espero que les guste y disfruten de la trama...

un saludo muy grande les mando muchos besos y abrazos espero que se encuentren muy bien manténgase saludables y optimistas y nos vemos en el primer capítulo chicas, besitos...😘🥰😘😘😘🤗🤗🤗

CAPÍTULO 1

El Reino de TOX

En un tiempo muy lejano, en el mundo paralelo de una realidad alterna, existió el reino de Tox. Sus habitantes eran pobladores muy dotados en las artes y el comercio, además, tenían vínculos muy estrechos con los reinos vecinos y, de esta manera, fue durante años, décadas y siglos hasta la actualidad, pasando de rey a rey. Cada uno de ellos, dejó grandes aportes a su país. Sin embargo, cuando Cipriano VI ascendió al trono, comenzaron una serie de calamidades y actos extraños a infectar el reino, empezó por una caza de brujas y la violación masiva a aquellas mujeres que ejercían tal profesión, pues, por razones desconocidas, esa antigua y respetada profesión en Tox se transformó en una conducta muy mal vista ante la sociedad del reino.

Con el paso de los años, una poderosa hechicera los maldijo y luego su cuerpo fue encontrado sin vida en el trono del rey. Después, al correr del tiempo, empezaron leyendas que contaban que cuando el rey fue sepultado volaron cuervos por todo el cielo y que la luna se tiñó de rojo. Sin embargo, al seguir pasando los años, el reino tuvo altas y bajas debido al gobierno inestable de los siguientes reyes, cayendo algunos en la locura y otros quemándose vivos ellos mismos. Todo esto incrementó los rumores de que el alma del rey Cipriano VI vivía junto al trono e influía en la conciencia de los reyes actuales, susurrándoles cómo debían gobernar; siendo que en la mayoría de los casos los consejos parecían adecuados y traían buenos resultados al reino; pero a la larga terribles consecuencias salían a flote, trayendo hambrunas y enfermedades desconocidas a la época. Por ello, muchos jóvenes escapaban por los bosques a reinos cercanos, pero nunca lograron llegar, pues sus cuerpos desaparecían en la intensidad y espesor de la noche, ganándose dicha selva el nombre del bosque de las lágrimas perdidas…

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«¡Dios los mantenga a salvo de todo mal!».

Ciento treinta años después, el reino mantiene un flujo constante, apaciguado y más calmado. La guerra y la muerte es lo único que ha visitado al reino de Tox en este gobierno del rey William. La reina desapareció misteriosamente y muchos miembros del consejo de notables que gobernaban junto a la corona, afirman que el mismo rey se la comió porque veía en ella un enemigo potencial.

Su hijo, el príncipe heredero Fabio, está a cargo de las relaciones exteriores y comerciales con las costas Gregorianas y, por ello, el número de soldados en el ejército se ha incrementado fuertemente, manteniendo, de este modo, uno de los ejércitos más numerosos y mejor entrenados hasta entonces. Los bailes en sociedad son escasos, pues nadie desea dar en cortejo a sus hijas a un soldado que podría quizás nunca volver a casa; y los pocos que se atreven, sufren la desgracia del desamor mucho antes de siquiera probar la miel de un romance sólido.

«¡La pena embarga los corazones de las doncellas que entregan sus lágrimas con regocijo y devoción!».

Por todo esto, el rey decretó que toda viuda en plena juventud tenía que entregar su cuerpo a los soldados y, por ello, se fundó la Casa de las Lobas, un burdel donde mujeres de escasos recursos y damas jóvenes viudas entregaban su cuerpo al placer de los caballeros, que traían honor al reino al regresar de la guerra. Por lo tanto, este era un lugar muy popular entre los caballeros que venían a admirar a las jóvenes danzar en diminutos trajes y pintar los recuerdos de su alma en juventud en un lienzo. Es decir, ellas eran artistas que narraban historias durante el día y compartían hermosas poesías llenas de recuerdos nostálgicos, al igual que melodías con una agradable y suave voz como si del canto de una sirena fuera; pero de noche, tenían que mostrar su arte en privado a los soldados sedientos de placer y emoción.

«¡Ante todo, ser una loba significa ser una artista en cualquier campo!».

El rey William visitaba esta casa con regularidad, comentándose que, cuando el rey visitaba a las lobas, la casa cerraba por días enteros solo para poder complacer al viejo rey en su frustración. Al príncipe Fabio, esta acción le parecía repulsiva y le daba un asco profundo tener que tocar a una mujer que todos los soldados ya habían tocado, era simplemente repugnante para él. Prefería estar solo y ahogar sus más bajas pasiones frente a un espejo consigo mismo, disfrutando de su éxtasis como mejor creía que le convenía.

Pronto el rey enfermó y la cosecha de muchos agricultores comenzó a perderse misteriosamente y, sin más, el rey se encerró en la sala del trono. Hablaba consigo mismo, reía y lloraba, pedía piedad y perdón; pero ante todo lo hacía solo, pues había prohibido la entrada a dicha sala, incluso a su propio y único hijo, el príncipe Fabio. Así, los ventanales fueron cubiertos por una espesa manta oscura, no obstante, el llanto del rey se podía sentir haciendo vibrar las paredes. Por su parte, el príncipe Fabio, al enterarse de la locura de su padre, regresó de las fronteras donde se encontraba hasta el castillo, solo para ver como su padre agonizaba ante sus ojos, lo cual dibujó en su rostro una inmensa sonrisa de satisfacción; pues el rey William acababa de suicidarse en el trono tomando un poderoso veneno, por lo que los médicos de la corte nada pudieron hacer para ayudarlo ante tal tragedia.

Pronto en todo el reino se hizo presente la noticia de que el rey William había muerto por causas desconocidas, todo esto para cubrir que el propio rey había acabado con su vida. El ejército rindió honores al rey fallecido y comenzaron la preparación para la coronación del rey Fabio, sucesor al trono de Tox, quien de inmediato invitó a reyes cercanos para celebrar su ascenso al trono y organizar un gran baile donde jóvenes doncellas del reino de Tox podrían unirse en casamiento con caballeros de aquellos reinos. Pero algunos delegados enviados personalmente por aquellos reyes, le hicieron saber que en este momento de guerra y dolor no podían ir a rendirle honores y felicitarlo por su coronación como nuevo rey, por lo tanto, la idea del baile entre los reinos quedó desechada de manera inmediata.

Un acontecimiento extraño sucedió cuando el sumo pontífice estaba colocando la corona al príncipe Fabio, pues varios cuervos se acercaron a la catedral y una lluvia de meteoritos podía verse a plena luz del día. Muchos astrónomos de la época decían que los meteoritos representaban a los antiguos reyes, celebrando que había llegado al poder un rey sabio, tolerante y con visión de futuro positivo para el reino. Sin embargo, algunos bufones y comediantes hacían alusión a los tiempos de Cipriano VI, diciendo que él había sido elegido para continuar el linaje real y poderoso que aquel antiguo y poderoso rey había tenido.

No obstante, los ciudadanos y feligreses no contentos con estos comentarios decían que era una blasfemia y prácticamente una herejía, decir eso en un momento tan importante cómo era la coronación del Rey Fabio. De inmediato, el consejo que gobernaba junto al rey comenzó a sugerirle que debía desposar a alguna joven doncella para que el reino pudiera tener una reina que fuera sabia, que tuviera conocimientos en las artes y la literatura, que fuera buena en la economía y respetara las tradiciones de la memoria del reino. Así, el rey Fabio se comprometió asistir a bailes para de este modo encontrar una candidata perfecta para ser su reina, de modo que, cuando esta noticia corrió por todo el reino, las jóvenes casaderas, que no habían vuelto a aparecer en el tristemente famoso baile, comenzaron a aceptar las invitaciones porque querían, sobre todo, cazar al rey. Pero los pensamientos de Fabio eran diferentes, ya que a él, no le gustaba ninguna mujer del reino porque sabía que todas las mujeres compartían cuerpo, alma y mente con los soldados y esta situación las hacía desagradables ante sus ojos. Por lo tanto, él sabía perfectamente que la mujer digna de él sería aquella cuyo primer encuentro fuera algo ingenioso porque él no deseaba que cualquier mujer diera a luz a su primogénito, así tuviera que esperar muchos años en búsqueda de su reina. De manera que el rey Fabio confirmó que mientras eso sucediera, él dedicaría todos sus esfuerzos a trabajar de la mano con el pueblo para que el crecimiento del reino fuera dinámico y próspero y, por ende, trajera alegría y abundancia suficientes que permitieran al reino de Tox abrir y fomentar las relaciones necesarias para formar lazos sólidos, tanto con los reinos vecinos como con los reinos lejanos.

«¡Un reino que vería la luz de la esperanza!».

CAPÍTULO 2

Un magnífico baile

Una maravillosa mañana se anunció que el rey Fabio estaba enviando invitaciones a jóvenes casaderas y caballeros de la corte invitándolos a un baile en su honor. Rápidamente, todos los caballeros y jovencitas, emocionados, buscaban sus mejores ropas y trajes para ir a tan majestuoso evento, por lo que las familias invitadas estaban emocionadas y se podía sentir en el aire un cambio.

Fabio terminaba de cerrar algunos tratados que su padre había dejado pendientes y analizaba sutilmente a quienes lo rodeaban, examinándolos y escudriñando con la mirada si eran cogobernantes sensatos y necesarios o si, por el contrario, solo buscaban hacer notar el apellido de sus familias. De pronto escuchó dentro de su mente una voz que comenzó a decirle quienes eran aliados y quienes eran hipócritas, pero un poco alarmado Fabio creyó que su cerebro estaba un poco abarrotado y dio por terminada aquella reunión, procediendo a ir a su camarote para despojar un poco la mente y refrescar su cuerpo.

En medio del baño, mientras Fabio mantenía los ojos cerrados, las velas que alumbraban la habitación se apagaron y una sombra comenzó a caminar por el lugar, hablándole de lo interesante que era el pasado, lo común que era el presente y lo inexplicable que era el futuro. Fabio solo la ignoraba como si no existiera, pero aquella sombra no se rendía y continuaba indicando estrategias muy interesantes para cerrar algunos tratos, todo esto mantenía a Fabio un poco inquieto hasta que decidió preguntarle:

—¿Quién demonios eres?

Y la sombra solo desapareció y las velas se prendieron de inmediato como si eso nunca hubiera sucedido. Fabio sacudía su cabeza en negación y pensó que tantos años en la guerra y las fronteras le habían pasado factura en el cerebro y tenía un fallo mental.

Sin embargo, Fabio siguió como si nada pasara, salió de las aguas y fue hasta donde unas criadas arreglaban su traje. Estas últimas, al ver al rey en todo su esplendor, no pudieron evitar sonrojarse, pues el rey estaba bien dotado y cualquier mujer gozaría una y muchas noches entre sus fornidos brazos.

«¡Él tiene todo lo que una mujer necesita!».

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El baile comenzaba y sus invitados comenzaban a llenar el lugar, algunas lobas jóvenes venían a cantar y bailar para mostrar su gracia al nuevo rey y los miembros cogobernantes o la mayoría estaban como hipnotizados, pero el rey estaba pensando en otras cosas. Realmente no le estaba prestando atención al baile y, por ello, prefirió mantener conversaciones con algunos ricos comerciantes para convencerlos de enviar sus barcos a otros reinos que, a pesar de ser lejanos, siempre mantenían una buena relación con ellos y por eso no solo podrían ganar nuevos y confiables compradores, sino que ellos mismos podrían obtener nuevas mercancías y cosas por el estilo para traer y comercializar en Tox. En realidad, la propuesta era tentadora, pero algunos viejos comerciantes dudaban de la calidad de un producto extranjero al no conocerlo del todo.

Las jovencitas trataban de impresionar al rey, pero este lastimosamente no las miraba como ellas querían, sin embargo, indicó que el baile lo abriera una pareja al azar y, de este modo, los jóvenes caballeros invitaban a las doncellas a bailar. Algunas aceptaban y sonreían, otras simplemente rechazaban la oferta por querer de este modo impresionar al rey, pero Fabio no tenía ni la más mínima pizca de ganas de bailar y, menos, de cortejar señoritas que él mismo sabía que medio reino ya las había probado. Aun así, siguiendo los protocolos y formalidades, comenzó a saludar a algunas familias invitadas notando la presencia de uno de sus superiores del ejército, el conde Dorrien, quien estaba acompañado por su esposa y su hijastra, pues sus hijos, los gemelos Jack y Ted, estaban de visita en reinos cercanos en busca de su hermana Nix, la única mujer general del reino quien prestaba servicio en aquel lejano reino de Maya al ejército de la reina. De ella se decía que su golpe era fuerte y rápido, su belleza solo la reina y su familia la conocía, su forma explícita y dantesca de torturar era retorcida y su presencia era algo que todo el mundo podía notar por ser una poderosa mujer que luchaba entre hombres con la fiereza de un animal salvaje.

Fabio no dudó un segundo en comenzar a entablar conversación con el conde Dorrien, la cual se transformó en una charla divertida y amena, lo que llamo la atención de la esposa y la hijastra, quienes estaban sorprendidas por como el rey hablaba con Dorrien como si nada, pues el conde nunca les había comentado que conocía al príncipe Fabio, actual rey, y esto las llenaba de altas expectativas sobre un posible futuro matrimonio.

«¡Soñar con la grandeza nunca fue tan fácil!».

Dorrien y Fabio caminaban e intercambiaban palabras con otras familias y eso fue durante todo el baile, convirtiéndose Dorrien en el espantadoncellas de Fabio, lo cual al conde le hacía mucha gracia, pues le recordaba un poco a sus hijos gemelos negándose profundamente al matrimonio. Una vez concluido el baile, los invitados se fueron marchando, las lobas regresaron a su casa y el rey retornó directo al palacio pensando en lo molesto que esto le parecía cuando nuevamente escuchó esa voz misteriosa en su mente, burlándose e indicando que el conde sería un fuerte aliado en el futuro, pero su esposa no lo era. En algo tenía la razón su subconsciente diciéndole que el conde era sincero y más que un buen amigo, era un gran aliado, pero la voz no lo decía en el sentido de apoyo, la voz mantenía su propio plan.

Fabio estaba agotado y una vez tocó la cama, quedó inconsciente a causa del cansancio. De inmediato, la sombra volvió a aparecer y abriendo la boca de Fabio se adentró en su cuerpo, por lo que ahora era una realidad. El rey Cipriano VI había tomado el control de una parte del cuerpo de Fabio, pero iría colándose cada vez más en su interior hasta que ya no quedará bondad en el alma de aquel rey. Así, los cuervos se posaron en cada esquina del castillo, lo cual al amanecer fue una sorpresa para muchos, es decir, todos los que querían creer que nada cambiaría y todo seguiría igual, como hasta los momentos sucedía, por ello, todos estaban atentos a los movimientos del rey, pensando y analizando por qué se veía tan revitalizado. Y aunque esto pudiera no ser un problema, realmente era el primer factor que se mostró en antiguos reyes antes de caer en la locura y provocar guerras innecesarias que trajeron consigo enfermedades, muerte, tragedia y desolación, de manera que el consejo de ancianos estaba mucho más atento a todo lo que el rey hacía, todo lo que dijera y de la forma en que se comportaba. Todo ello estaba siendo analizado detallada y permanentemente.

Pronto esto llegó a oídos del sumo pontífice, quien de inmediato fue hasta el castillo con la intención de mantener una sana conversación con el nuevo rey y, de este modo, determinar si realmente se arrastraba desde reinados anteriores una maldición, sobre todo, sobre aquel que iba llegando a gobernar o sí solamente eran habladurías de la gente para crear un ambiente de intrigas y chismes prejuiciosos y desestabilizadores para el reino y la ciudadanía en general.

Una vez dentro del castillo, el rey Fabio lo recibió cálidamente ofreciéndole los mejores platillos y las mejores bebidas que tenían en el mismo, por lo que —después de almorzar y compartir una agradable sobremesa— ambos comenzaron a mantener una conversación más que todo espiritual en la que el sumo pontífice le preguntó a Fabio cómo se sentía internamente, a lo cual, este le contestó que internamente todavía se sentía en shock por la repentina muerte de su padre, ya que sabía, que siendo el heredero, él ascendería al trono, pero muchos años más tarde. Esto al sumo Pontífice, obviamente no le parecía extraño. De modo que seguidamente le preguntó si «había escuchado a alguien que le hablara» de repente o si había visto o percibido la sombra de una persona o algo por el estilo, a lo cual el rey simplemente le respondió que nada de eso había sucedido.

Luego Fabio dirigiéndose al sumo pontífice directamente le pidió una sana explicación sobre la razón que tenía para formularle ese tipo de preguntas.

—¿En realidad cree en las locuras y barbaridades que algunos chismosos y alborotadores dicen sobre el reino? Porque de ser así, permítame decirle, que está mal la forma en la que está pensando, ya que la economía y la gracia de un pueblo es el reflejo del tipo de gobernante que tiene. Si tienes un gobernante mediocre, no puedes aspirar que la economía sea fructífera y si tienes un gobernante sabio y justo, gobernarás de la mano de Dios en todo momento.

El sumo pontífice estaba de acuerdo con aquello que le estaba diciendo Fabio y por ello le contestó que la gracia de Dios es para aquellos que saben ganársela, la abundancia es para aquellos que trabajan por ella y la mediocridad es justamente para los mediocres que no puedan mirar más allá de sus narices. Por lo tanto, también estaba de acuerdo con Fabio, llegando así a la conclusión de que el nuevo rey estaba en todos sus sentidos perfectamente, por lo que podía descartarse cualquier habladuría relacionada con algún maleficio antiguo que tuviera repercusión en su presente.

«¡El diablo antes de ser diablo fue un ángel!».

Una vez que se marchó el sumo pontífice, Fabio sonrió de medio lado y dejó escapar un suspiro que valía más que mil palabras, tal parecía ser que Fabio estaba aprendiendo a engañar a sus subordinados sin siquiera haberse esforzado en hacerlo y esto únicamente podía deberse al alma de Cipriano VI que empezaba a trabajar dentro de la mente del nuevo rey.

Pronto comenzaron a entrar solicitudes del ejército, que requerían urgencia, pues se necesitaban fondos para financiar el puente que conectaría las costas gregorianas para movilizar el comercio y fortalecer la alianza entre ambas partes; pero Fabio sin dignarse a mirar esos documentos solo dijo que procedieran de inmediato a entregar todo lo que fuera referido al ejército y sus componentes.

Sin embargo, algunos ancianos del consejo no estaban de acuerdo, pues si sé financiaban los proyectos del ejército, sería a costa del desamparo de otros emprendimientos iniciados por varios de sus hijos, por lo que el flujo constante del dinero existente tendría una disminución importante en sus respectivas familias y esto era algo que ninguno de ellos quería aceptar.

No obstante, Fabio, destilando poder y fuerza, levantó las manos, las colocó en la mesa y con una mirada asesina dijo: «Aquí el que manda soy yo y mis órdenes están hechas para cumplirse».