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Nuestra Historia De Amor

Capitulo I Los Coen

Soy Alexandra París tengo 17 años, soy la hija menor de Carolina Leal de París, mi padre Lisandro París murió cuando cumplí 14 años, su muerte me dejó devastada, ya que él era mi mundo entero, pero la vida se encargó de quitarme lo que más queria.

Mi madre se hizo cargo del negocio familiar, ella solo vivía para trabajar olvidándose de que yo existía, bueno imagino que fue su manera de ocultar su dolor, cuando cumplí quince años mi madre me envió a un internado, ya que mi comportamiento no era el mejor y me expulsaron de la escuela, Carolina no aguanto la presión y pensó que era mejor deshacerse de mí, en el internado mi vida fue horrible al principio, las niñas que vivían ahí me hicieron la vida imposible, hasta que me defendí y me hice algo así como la manda más de ese internado, después de un año de estar ahí las niñas del lugar me tenían y hacían todo lo que yo les exigía.

He estado aquí encerrada por tres largos años, Carolina viene a visitarme a penas dos veces al año, pero hoy recibí la noticia de que mi madre me mandó a buscar, nadie me dice que está pasando y eso me hace hervir la sangre, con que derecho me saca de mi prisión para devolverme al infierno, realmente yo solo estaba esperando cumplir mis dieciocho años y desaparecer de la faz de la tierra, ah!, pero ahora a la señora se le da por ser madre, Alexandra estaba furiosa y no quería ir a ningún lado.

— Señorita Paris, llegaron por usted. — informo una de las docentes del instituto.

— Quién vino?. — pregunto Alexa sin expresión alguna en su rostro.

— No lo sé, solo sé que vinieron por usted!. — contesto la mujer de mala gana.

— Lo único bueno de salir de aquí, es que no les veré su horrible cara nunca más. — dijo con desdén Alexa.

— Gracias al cielo por eso. — comento la mujer enojada.

Alexandra se rio de la expresión que puso la docente, agarró su maleta y salió de aquella habitación, en el camino muchas de sus enemigas sonreían al verla partir, mientras que otras quedaban desamparadas ante la ausencia de su amiga, Alexa no era lo que los demás pensaban, ella simplemente formó una coraza para protegerse del mundo.

Al llegar a la salida se encontró con un extraño, el sujeto estaba parado al lado de un auto de lujo color negro.

— Señorita Paris, su mamá me envió por usted. — dijo el tipo con cara de póker.

— Ahora tiene chófer la señora, que novedad. — dijo Alexa con sarcasmo.

La joven subió al auto y el chófer puso en marcha el auto,el camino sería largo, Alexa se puso sus auriculares y empezó a escuchar musica a alto volumen, solo miraba por la ventana del auto como bajaban la montaña, desde esa altura se podía sentir como si tocaran las nubes, hacía tres años subió por aquella montaña sintiéndose infeliz y ahora que vuelve a bajar el mismo sentimiento la invade, la vida puede llegar a ser tan compleja, pensó la joven, tres horas después Alexa vio como aquel auto entraba en una casa enorme, la casa tenía un enorme jardín delantero, con una fuente en el centro, el auto rodeo la fuente y se detuvo frente a la puerta de la mansión, desde la ventanilla del auto Alexa vio a su mamá parada al lado de un sujeto, se veían muy íntimos, la confusión se adueñó de la joven que dudó por unos instantes en bajar del auto, mientras Alexa se perdía en sus pensamientos, el chófer del auto abrió la puerta para ella, Alexa seguía perdida en sus pensamientos cuando escucho la voz del chófer.

— Señorita hora de bajar del auto.

Alexa volteó a verlo extrañada y fue cuando se dio cuenta de que la puerta del auto estaba abierta, ella bajo lentamente del auto y vio a su alrededor, estaba sorprendida de ese lugar tan lujoso.

— Hija!, bienvenida. — saludo Carolina acercándose para abrazar a Alexa.

— Ahórrate la hipocresía, ahora dime qué hacemos en esta casa. — dijo Alexa sin expresión en su rostro.

— Siempre tan directa, espero y te comportes, esta es mi nueva vida y quiero que seas parte de ella. — susurro Carolina a su hija.

— No te pedí eso, querida madre, mejor me hubieras dejado encerrada en aquella prisión. — respondió Alexa en un susurro.

Carolina no quería que su nueva familia se enterará de los problemas de conducta de su hija, así que decidió ocultarlo y hacer como si nada pasará, pero al parecer ella cálculo mal las cosas, ya que Alexa no se prestaría para el juego de su mamá.

— Bienvenida Alexandra, tu mamá ha hablado mucho de ti. — dijo Marcos Coen la nueva pareja de Carolina.

— Gracias, señor, lamento no decir lo mismo, pero hasta el día de hoy no sabía nada de usted. — respondió Alexa siendo sincera.

— ja, ja, ja, obviamente mi hija está bromeando, no le hagas caso. — respondió nerviosa Carolina.

— Bueno, pasemos a la casa, vamos para que te muestren tu habitación. — dijo Marcos muy amablemente.

— Gracias, señor, pero no creo que me quedé por mucho tiempo. — acotó Alexa con una sonrisa.

La actitud de Alexa le pareció muy extraña a Marcos, él pensó que algo pasaba con esta chica, solo que no quería hacer un mal juicio de Alexa, ya que él realmente amaba a Carolina y bueno él también tenía un hijo y solo quería estar en paz y en familia.

Alexa fue llevada a su habitación y al entrar a la que sería su habitación quedó con la boca abierta, ya que la habitación estaba toda pintada en blanco con detalles en dorado, la cama era inmensa tipo princesa, el clóset también era enorme, aunque ella no tenía tanta ropa como para llenarlo.

— Te gusta tu habitación?. — pregunto Marcos con una gran sonrisa.

— Sí, está muy bonita, gracias, señor. — respondió Alexa con una sonrisa.

— Bueno, te dejamos para que te instales, te esperamos en el comedor a las doce en punto. — recalcó Carolina con media sonrisa.

Alexa puso los ojos en blanco y se lanzó a la cama, estaba algo intrigada por saber quién era ese sujeto y como era que había conocido a Carolina, después de explotar su habitación, salió al comedor, obviamente ya eran más demás doce, lo había hecho intencionalmente para molestar a su mamá, cuando se acercó al comedor saludo emotiva mente a los presentes, estaba Carolina, Marcos y un muchacho que llamó la atención de Alexa, el chico tenía un cabello negro al igual que sus ojos, su piel blanca y su muy buen cuerpo trabajado, provocaba tocarlo y apretar sus músculos, esa fue la primera vez que Alexa vio a Ethan Coen.

Capitulo II Primer día en la familia Coen

— Buenas tardes. — dijo Alexa despreocupada.

— Hola Alexa, bienvenida, por favor siéntate.— dijo Marcos con una sonrisa.

— Gracias, señor Coen, disculpe que llegue tarde. — respondió Alexa haciéndose inocente.

— Creo que fui clara cuando te dije a las doce en punto. — regaño Carolina.

— Déjala amor, seguramente se entretuvo con algo. — Marcos defendió a Alexa, dejándola sorprendida. — te presento a mi hijo, Ethan. — continuo Marcos señalando a Ethan.

— Hola. — contesto Ethan de mala gana.

— Hola!. — respondió Alexa de la misma forma.

— Espero se lleven bien y bien Alexa, me contó tu mamá que terminaste tus estudios, que te gustaría hacer ahora?. — pregunto Marcos enérgico.

— Si, ya terminé la secundaria y me gustaría estudiar medicina.

Carolina casi se ahoga con un trozo de carne al escuchar lo que su hija había dicho, ella sabía que Alexa no quería estudiar nada, ella solo quería entrar en una pandilla y acabar con la poca paciencia que ella tenía.

— Estás bien cariño. — pregunto Marcos preocupado.

— Si, solo se me fue algo no te preocupes. — respondió Carolina mirando a Alexandra.

Alexa vio a su madre y una sonrisa burlona se apareció en su boca, Ethan se dio cuenta de esto y entrecerró los ojos, le llamo la atención este gesto de la chica, además se fijó en que la mocosa no era del todo fea, la muchacha tenía el cabello dorado en ondas suaves que caía en una cola alta un poco más abajo de los hombros, sus rasgos eran finos como los de una muñeca, tenía unos grandes ojos marrones, era toda una obra de arte.

— Se te perdió una igual o que?. — dijo Alexa mirando a Ethan.

— Ya quisieras. — respondió el chico desviando la mirada.

Ethan era seis años mayor que Alexa, él iba a cumplir veintitrés, mientras que Alexandra cumpliría dieciocho años.

La reacción de Alexa llamo la atención de Marcos quien le pareció extraño la manera de hablar de la chica, lo otro que llamó su atención fue que la muchacha ni se inmutó cuando su mamá se estaba ahogando con la comida.

— Y bien mamá, cómo conociste a Marcos?. — pregunto Alexa casualmente, mientras llevaba un trozo de fruta a su boca.

— En el trabajo, tu mamá que es una excelente abogada nos ayudó a recuperar una fuerte cantidad de dinero que lo dábamos por perdido. — explico Marcos.

— Entonces mi madre es una heroína, quien lo diría. — respondió Alexa de forma sarcástica.

— Y dinos Alexa, por qué hasta ahora te conocemos. — pregunto Ethan fingiendo curiosidad.

— Por qué estuve enclaustrada por cuatro años de mi vida en un internado, que más bien parecía una cárcel. — respondió Alexa haciendo énfasis en la palabra cárcel.

— Entonces tu mamá no es tan buena abogada como dicen, digo para que estuvieras prisionera por tanto tiempo. — agrego Ethan sonriendo.

— Bueno, en eso sí difiero contigo, pues quien me encerró fue ella misma. — respondió Alexa mientras comía despreocupada.

— No creas en lo que está diciendo, en realidad mi hija siempre ha tenido mal carácter y llevarla al internado solo era para que ella aprendiera a comportarse. — explico Carolina algo apenada.

— Pero creo que no funcionó. — comento Ethan.

— Bueno, cambiemos el tema. — dijo Marcos viendo que el tema se estaba poniendo intenso.

El resto del almuerzo se llevó a cabo sin conversación alguna, Alexa comía sin preocuparse de su alrededor, mientras Ethan de vez en cuando la observaba curioso, a él le pareció interesante la joven y si actitud le llamaba la atención, pero tenía en cuenta que ella era la hija de su madrastra y que además era una niña, así que apartó la mirada y se centró en su comida, al terminar Marcos sugirió que Ethan llevará a Alexa a dar un paseo por la ciudad, cosa que al muchacho noble agradó mucho.

— No se preocupe señor Coen, yo puedo ir sola. — respondió Alexa incómoda.

— Ya escuchaste papá, la niña no necesita guardaespaldas. — agrego Ethan.

— Dije que la llevaras y es mi última palabra. — exigió Marcos a su hijo.

Ethan de mala gana llevó a Alexa en su auto, él estaba molesto, ya que ese día tenía planes ahora todo se fue a la basura por culpa de esa mocosa mal educada y grosera.

— Puedes dejarme en cualquier parte, no es necesario que estés conmigo todo el día. — dijo Alexa mirando por la ventanilla del auto.

— Y si te pasa algo la culpa sería mía. — respondió Ethan molesto.

— Ya soy lo suficientemente grande para cuidar de mí, no necesito niñera. — respondió Alexa volteando a verlo.

— Ja, ja, ja si claro ya eres grande. — se burló Ethan negando con la cabeza.

— Te dije que me dejaras aquí!. — la paciencia de Alexa había llegado a su fin, que se creía el imbécil de Ethan, acaso él sabe algo de mí, acaso él sabe que siempre he estado sola y que sola me he cuidado, pensó Alexa furiosa.

— Que no me vuelvas a decir niña, no soy una niña, entendiste!. — grito Alexa furiosa.

— Solo las personas inmaduras reaccionan así. — contesto Ethan despreocupado por lo que decía Alexa.

— O detienes el auto o me lanzo de él. — amenazó Alexa tratando de abrir la puerta dé.

— Siempre que voy con niños, coloco los pasadores a las puertas. — dijo Ethan sonriendo.

— Eres un imbécil, pero verás de lo que está niña es capaz. — contesto Alexa retando a Ethan.

— Muero por ver eso. — continuo Ethan sonriendo.

Alexandra no dijo nada más, simplemente se quedó en silencio mirando por la ventana, ella sabía que era hermosa y que podía enloquecer a cualquier hombre y este niño de papi no sería la excepción, ella lograría que Ethan se fijara en ella y así le enseñaría quien es una niña.

Llegaron al centro comercial y Ethan quitó los seguros para que Alexa pudiera bajar.

Una vez dentro del centro comercial Alexa empezó a caminar por los pasillos y Ethan solo la seguía, él estaba harto de solo ver así que decidió darle un ultimátum a la chica.

— ¿Acaso solo vas a ver, no piensas comprar nada?. — regaño Ethan.

— No veo nada que llame mi atención. — respondió Alexa tranquilamente.

Así siguieron por un tiempo más, hasta que una rubia se les acerco, la mujer al estar frente a Ethan le estampó un beso, que los dos quedaron sin aliento.

Capitulo III Su primer beso

Alexandra se sintió bastante incómoda ante la situación así que decidió dejarlos ahí solos y continuar su camino, cuando Ethan se percató de que la niña no estaba a su lado, él se preocupó, ya que si le pasaba algo a la joven seguramente su padre lo mataría.

— Lo siento Elena, debo buscar a alguien. — Ethan se disculpó y fue a buscar a Alexa.

Elena era una rubia alta, con buen cuerpo y muy hermosa, ella fue la novia de Ethan en el pasado, pero estos terminaron porque en ese momento cada quien se enfocó solo en sus estudios y Elena consiguió otra pareja, solo que ella se quedó en el pasado, en el hecho de que Ethan es su novio.

Mientras que Elena se quedaba ahí parada viendo cómo Ethan se iba, Alexa estaba en una tienda viendo ropa que llamó su atención, era el momento de empezar a seducir a su querido hermanastro, así que busco ropa que se ajustará a su cuerpo solo para llamar su atención.

Después de comprar lo que necesitaba salió de la tienda y a lo lejos vio a Ethan caminando como buscando algo "seguramente se le perdió la novia", pensó Alexa caminando al encuentro de Ethan.

— Dónde estabas?. — pregunto Ethan irritado.

— No es tu problema. — respondió Alexa de mala gana.

— Mira niñita no me hagas perder el tiempo, mejor vámonos a la casa. — respondió Ethan molesto.

— Vete tú si tanto te molesta estar conmigo, yo apenas estoy empezando a divertirme. — indico Alexa con una sonrisa.

La chica sabía que Ethan no podía dejarla sola, ya que fue una orden de su padre.

— Que te quede claro, no soy tu niñera, más vale que te apures o si no te dejo aquí y me largo con mis amigos. — dijo Ethan molesto.

— Sabes que?, vete al diablo, lárgate con tus amigos que yo sigo en lo mío y punto. — Alexa se dio la vuelta y se fue, dejando a Ethan con la palabra en la boca.

Ethan no la siguió, simplemente se dio la vuelta y regreso con Elena, el resto del día lo paso de mal humor, así que decidió irse a otro lado con la rubia. Por otro lado, Alexa siguió comprando, ella quería cambiar de look completamente, Alexa siempre vestía con pantalones anchos y rotos, además usaba sudaderas, no le gustaba que vieran su cuerpo y su cabello siempre iba recogido en un chongo alto, pero ahora que entraría a la universidad, no quería seguir viéndose tan desalineada.

Después de comprar todo lo necesario, Alexa pidió un taxi para irse a casa, cuando iba camino a la salida del centro comercial la joven choca con un muchacho, cayendo casi al suelo.

— Lo siento!. — dijo el joven sosteniendo a Alexa por la cintura.

— No te preocupes, fue mi culpa, no estaba prestando atención por donde andaba. — respondió Alexa.

Ethan estaba a unos pasos del incidente de Alexa con el desconocido y la sangre le empezó a hervir de rabia, "esa niña es una coqueta, pero ni piense que andará con Camilo, eso no se lo permitiré", pensó Ethan enfadado.

— Que está pasando aquí?. — dijo Ethan molesto, mirando fijamente a Alexa.

— Que te importa. — respondió Alexa alejándose de Camilo.

— Vámonos a la casa!. — dijo Ethan agarrando las compras que llevaba Alexa.

— Eres un bruto!. — grito Alexa cuando llegaron al estacionamiento.

Ethan estaba muy molesto, ni él sabía que le molestaba tanto, así que se acercó a Alexa como un león cazando a su presa y la acorralo contra el auto.

— Sí, soy un bruto y que, ahora ten claro que no te quiero cerca de Camilo. — ordeno Ethan muy cerca de la cara de Alexa.

— Estás muy cerca. — dijo Alexa algo nerviosa.

— Estás nerviosa?. — pregunto Ethan con una sonrisa pícara.

— No, solo que invaden mi espacio!. — aseguro Alexa incómoda.

— Tranquila niña, no eres de mi tipo. — respondió Ethan alejándose de Alexa.

— Eres un idiota!. — el grito de Alexa dejo casi sordo a Ethan quien no paraba de reír.

— Ja, ja, ja de verdad pensaste que te besaría?.— dijo Ethan casi sin respirar.

— Obvio y no, ni que quisieras podrías besarme, no tienes las agallas. — respondió Alexa despreocupada.

— Acaso no me crees capaz de darte un beso!, ya verás quién no tiene agallas.

Ethan tomó de la cintura a Alexa y le robo su primer beso, Alexa intento zafarse del agarre de Ethan, pero la fuerza de él era muy superior a la de ella.

Después de un tiempo de forcejeo Alexa siguió el beso que Ethan le estaba dando, el beso fue largo y delicado, Alexa nunca había sentido aquella sensación, no sabía ni como reaccionar ante las caricias de Ethan, cuando el muchacho empezó a querer tocar en otras partes, Alexa lo empujó con todas sus fuerzas haciendo que él se tambaleara hacia atrás.

— Mejor llévame a la casa. — dijo Alexa subiendo al auto.

Ethan se quedó ahí parado sin saber que pensar, es decir, que fue lo que sintió al besar a su nueva hermanastra, después de unos segundos Ethan subió al auto y lo puso en marcha, durante el camino ninguno de los dos dijo algo, ellos simplemente se quedaron en silencio.

Al llegar a la casa Alexa se fue directamente a su habitación, se encerró en esta dejándose caer en la cama y viendo el techo de su habitación empezó a recordar aquel beso, su primer beso, Alexa tocaba sus labios tratando de volver a sentir los labios de Ethan, decidió no seguir pensando en eso, así que se fue al baño se aseó y luego salió al comedor, cuando iba a medio camino, se encontró con Ethan quien la ignoro completamente, "qué le pasa al idiota este?", pensé Alexa más confundida que antes.

Al llegar al comedor Alexa saludo a su mamá y al que ahora era su padrastro, mientras que Ethan se sentó en silencio y solo se limitó a comer y de vez en cuando miraba a la chica frente a él con algo de curiosidad.

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