En la sala del apartamento de Alonso, donde las sombras de la tarde se filtran a través de las cortinas entreabiertas, Alonso está de rodillas frente a su maleta semiabierta, doblando cuidadosamente su ropa mientras su mente bulle con pensamientos sobre el futuro incierto que le espera en el viñedo de su abuelo.
Leonardo, su mejor amigo desde la infancia, está sentado en el sofá cercano, observándolo con preocupación y comprensión en sus ojos. Sus manos jugueteaban nerviosamente con un vaso de whisky apenas tocado, su presencia era una muestra de su apoyo silencio en este momento tan difícil para Alonso.
- No puedo creer que todo haya terminado así, Leonardo. - dice Alonso dando un suspiro profundo - ¿Cómo pude perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos? Es como si mi suelo se desvaneciera debajo de mis pies.
- Lo se hermano - dijo Leonardo asintiendo con solemnidad - Pero, este no es el fin, tómalo como el principio de una nueva oportunidad. Tu abuelo siempre habló del viñedo como un refugio, un lugar donde las raíces son más fuertes que cualquier tormenta. Tal vez... Tal vez sea lo que necesitas en este momento.
Alonso levanta la mirada y mira a los ojos de su amigo, encontrando el consuelo en los ojos de su amigo.
- Espero que tengas razón, Leo. La verdad es que no tengo nada más que perder.
Alonso termina de organizar sus pertenencias. Leonardo permanece a su lado.
- Bien, ya que terminaste, te llevo al aeropuerto. - le dice Leonardo a Alonso, con semblante triste.
- Gracias hermano, por favor cuida de mi departamento. Tú y este lugar son lo único que me queda aquí.
- Tranquilo, Alonso, yo lo cuidaré. Y seguiré con la investigación de lo ocurrido. No me daré por vencido.
- Gracias de verdad, aunque creo que pierdes tu tiempo, he hecho todo lo posible, pero no he podido hacer nada.
Alonso tomó su equipaje, y los 2 amigos salieron del edificio, rumbo al aeropuerto.
Alonso Santoro
Leonardo Conti
...*****************...
El camino serpenteante a través de los viñedos, bordeado por hileras de uvas que se mecían suavemente con la brisa, finalmente conducía a la majestuosa casona que había Sido el hogar de la familia Santoro durante generaciones. El sol del atardecer pintaba el cielo con tonos cálidos y dorados, iluminaban la fachada cuando finalmente Alonso llegó.
Al bajar del auto, Alonso sintió una abrumadora oleada de emociones al contemplar la casona familiar. Antes de que pudiera recobrar el aliento, una figura familiar emergió de la puerta principal.
Era la Señora María, el ama de llaves de toda la vida y la que también había sido la nana y como una segunda madre para Alonso.
María, al verlo dejo escapar un suspiro de alegría y sorpresa, camino rápido para abrazar con cariño a su amado Alonso.
- ¡Mi niño!, Mira cómo has crecido. ¡Bienvenido a casa, querido! - le dijo María abrazándolo.
- ¡Nana María! - dijo Alonso, devolviéndole el abrazo - Es tan reconfortante verte de nuevo. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que estuve aquí.
- Sí, ha pasado mucho tiempo, Pero siempre te llevo en mi corazón. - le dijo con una tierna sonrisa - Y ahora que estás de vuelta, voy a hacer todo lo posible para que te sientas como en casa.
Alonso estaba lleno de nostalgia y gratitud. Tomo su equipaje y siguió a la Señora María hacia el interior de la casona, listo para comenzar este nuevo capítulo en su vida.
...**********************...
Mientras en el Viñedo de los De Luca, está toda la familia y amigos reunida, excepto Sofía.
- Emma, hace rato que empezó la comida para celebrar el cumpleaños de tu hermana y ella nada que llega - le dice Eduardo a su hija Emma con tono molesto.
- Papá, tranquilo. Tú sabes cómo es Sofía. Primero tiene que dejar los pendientes del viñedo listo y después lo demás.
Emma De Luca
- Si, usted sabe suegro, como es Sofía. - dijo Francesco.
- Sí, es mi culpa que sea así, tan voluntariosa, la críe para que se hiciera cargo de todo. Pero es obsesiva y obstinada.
Cuando termino de hablar el Señor Eduardo, se escuchó una voz detrás de ellos.
- Ya te he dicho en incontables veces que no llames suegro a mi papá, Francesco.
Todos voltean y era Sofía, que estaba llegando.
Sofía De Luca.
- ¡Sofía! Hija, hasta que llegas. - le dice su padre un ansioso.
- Tranquilo papá, ya estoy aquí, tenía que dejar todo listo en las bodegas.
- Bueno hermana, menos mal que llegaste. Anda ve y cámbiate. Que todos te esperan para celebrar tu cumpleaños.
- Si, Emma. Voy y dejo a Luna en las caballerizas y me voy a cambiar - dijo Sofía acariciando su caballo.
- Si quieres yo la llevo - le dijo Francesco a Sofía.
- No, gracias. Tú sabes que Luna es arisca con otras personas. - dijo y se dio la media vuelta y se fue a las caballerizas.
Sofía era una mujer sumamente hermosa, la hija mayor de Eduardo De Luca. Su madre murió dando a luz a Emma, y Eduardo nunca lo superó, así que no se volvió a casar. Así que educó a Sofía para que cuando llegara el momento fuera la cabeza de la familia. Y dirigiera todos los negocios.
Sofía tenía un gran corazón, era amable y empática, pero también tenía un carácter y un espíritu fuerte. Era como una potra indomable, todo lo contrario era Emma, su papá la crío como a una princesa, era dulce y tímida. Pero ella sentía la diferencia que había en el trato de su padre para cada una, no era que no le demostraba amor, era que ella se sentía menos delante de su hermana, lo que la llevaba a vivir en un mundo de fantasía, para olvidar esos sentimientos infundados, ya que su hermana la adora.
Ya Sofía estaba lista y se presentaba con su padre
- Bueno papá aquí estoy, lista para complacerte y celebrar mi cumpleaños. - dijo con una sonrisa.
- Bella como siempre mi hija. - la abrazo y caminaron hasta donde estaban todos reunidos.
- Buenas tardes, gracias a todos por estar aquí, y discúlpenme por la tardanza. - les dijo Sofía a todos los amigos reunidos.
Todos los presentes se acercaron para felicitar a Sofía, el ambiente era de algarabía.
Un poco lejos de la multitud estaban el señor Eduardo y el papá de Francesco, el señor Marco Rossi, platicando.
- Que gran celebración Eduardo, tienes la casa llena, Pero lo que no me gusta, es que muchos son pretendientes de Sofía - dijo el señor Marco mientras fumaba su habano - Cuánta competencia tiene mi hijo.
- Bueno, que te puedo decir Marco, Sofía nació bella como su madre.
- Bueno Eduardo, tú y yo ya habíamos hablado. Cuando nuestros hijos se hicieran mayores los casaríamos.
- Bueno Marco, yo he hablado con Sofía de eso y ella al final del cuento es la que decide con quien se casa y con quién no.
- Si, pero tú eres su papá, la cabeza de esta familia.
- Marco, entiende. Los tiempos han cambiado. Antes los padres decían te casas con este o con esta y te casabas sin protestar, hoy los tiempos son otros. Y Sofía se manda sola.
- Yo no opino igual Eduardo. Ella es mujer a final de cuentas. Lo que pasa en que tú a Sofía la criaste como si fuera tu primogénito, como ese hijo que no tuviste. Y mira como es Sofía, voluntariosa, y hace lo que quiere.
- Eso que dices no me gusta Marco. Yo críe a mis dos hijas iguales. Pero cada una es diferente - dijo el señor Eduardo con tono molesto.
- Bueno, está bien Eduardo, discúlpame, no quiero que te molestes conmigo - le dijo el señor Marco a su amigo - solo lo digo porque como papá quiero lo mejor para mi hijo, y yo he visto crecer a Sofía y sé que no hay mejor mujer para mi hijo.
- En eso tienes razón, Pero ya te dije, eso solo lo decide Sofía.
Terminaron de hablar del tema y se reunieron con los demás para terminar de celebrar.
La tarde fue muy amena y divertida, todos disfrutaron y celebraron.
Ya todos se despidieron, solo quedaban los Rossi.
- Bueno, nosotros nos retiramos, gracias por todo. - dijo el señor Marco y se retiró hacia su automóvil a esperar a su hijo.
- Sofía, ¿Qué vas a hacer mañana? - le pregunto Francesco.
- ¿Cómo para que será?
- Quisiera invitarte a almorzar en un nuevo restaurante que abrieron.
- Francesco, gracias Pero no. Ya deja de insistir. Entre tú y yo solo puede haber una amistad.
Se dio la vuelta y entro en la casona. Mientras dejaba solos a Emma y a Francesco.
El sol apenas comenzaba a pintar el cielo con tonos dorados cuando Sofía decidió escapar del calor sofocante del día y sumergirse en las frescas aguas del río que serpentea y divide el Viñedo De Luca del Viñedo Santoro.
Con paso decidido, se adentró en el bosque frondoso, disfrutando del susurro de las hojas y el canto de los pájaros.
Al mismo tiempo, Alonso, con una mezcla de emociones y curiosidad, salió a explorar los alrededores del viñedo, maravillándose con la belleza de la naturaleza que lo rodea. Nada que ver con el ruido y la contaminación de la ciudad de Nueva York.
Fue cuando al doblar el sendero, la visión de Sofía bañándose en el río detuvo en seco a Alonso. Su corazón dio un vuelco en el pecho, y sus ojos no podían creer lo que veían, una figura grácil y desnuda entre las aguas cristalinas, Alonso se quedó sin aliento, maravillado por su belleza natural.
Sofía, al percatarse de la presencia de Alonso, emergió del agua con elegancia felina, sus ojos chispeando con una mezcla de sorpresa y desconfianza. Sin titubear, se acercó a la orilla, se puso su camisa sin abotonar y tomo la pistola que había dejado cerca de sus pertenencias, manteniendo una distancia segura entre ellos.
- ¿Quién eres tú y que haces aquí? - le dijo con voz firme, mientras le apuntaba con el arma.
- Tranquila, tranquila. Lo siento, no quería incomodar. Soy Alonso - dijo levantando las manos en señal de paz - soy el dueño del viñedo Santoro, simplemente estaba explorando.
- Yo conozco al dueño del Viñedo Santoro y no eres tú. - dijo Sofía mientras quitaba el seguro de su arma y apuntaba a Alonso.
Así que movió el arma y disparo le dio a un árbol.
- ¡¡Santo Dios!! - grito Alonso - mientras se revisaba a ver si le había dado - al ver que estaba bien, tomo un largo respiro y le dijo con una sonrisa nerviosa - me alegra que tenga tan mala puntería.
- Al contrario - le dijo Sofía con una mirada llena de furia - yo le apunté al árbol, si le hubiese querido dar a usted, ya estuviera en las puertas del infierno.
- No lo creo - dijo nervioso Alonso.
- Ella volvió a levantar su arma y lo apunto. Mejor lárguese antes de que mi paciencia se agote y le juro que el próximo disparo no fallaré.
- Tranquila, tranquila, solo estaba explorando. No sabía que me encontraría a una Diosa aquí.
- Cuento hasta 5 y si no empieza a caminar, le juro que le meto un tiro.
- Ya me voy, ya me voy - dijo caminando hacia atrás con las manos arriba.
...*********************...
La atmósfera en la casona de la familia De Luca estaba cargada de tensión cuando Sofía regresó tras su encuentro con Alonso en el río. Con pasos llenos de furia, subió las escaleras hacia su habitación, sintiendo el peso de la incomodidad y la incertidumbre que la acompañaba, un torbellino de pensamientos bailaban en su interior.
Al entrar en su habitación, Sofía cerró la puerta con un suspiro, dejándose caer en la cama con un gesto de frustración. Su mente estaba llena de preguntas sin respuesta sobre el extraño encuentro con el desconocido en el río y sobre el impacto que había tenido en ella su presencia inesperada.
Mientras tanto, en la tranquilidad de su propia casa, Alonso se encontraba perdido en sus propios recuerdos. La imagen de Sofía emergiendo del agua, bañada por la luz dorada del amanecer, seguía grabada en su mente como una obra de arte impresionante.
Se recostó en su cama, dejando que sus pensamientos divagaran entre las aguas del río y los ojos penetrantes de Sofía. Había algo en ella que lo intrigada, algo más allá de su belleza física. Una chispa de curiosidad y deseo que lo hacía ansiar descubrir más sobre ella, incluso mientras luchaba con las complicaciones de su propio pasado.
Así, en habitaciones separadas, pero unidos por un encuentro fortuito, tanto Sofía como Alonso se sumergieron en un mar de pensamientos y emociones, cada uno con sus propios dilemas, mientras el día continuaba su marcha implacable.
...***************...
El viñedo Santoro, tenía una invitación a un evento de Cata de vinos, Alonso se sentía decidido a sumergirse de lleno en el mundo vinícola que ahora se convertiría en su nuevo hogar.
Así que termino de revisar unos documentos con el administrador que dirigía el viñedo desde que su abuelo había muerto. Subió a su habitación y se dispuso a prepararse para ir a ese evento.
Eligió un traje de 3 piezas, color azul, que le quedaba muy bien entallado y resaltaba su cuerpo bien trabajado, estos trajes eran sus favoritos, con una camisa blanca y corbata gris que resaltaban sus ojos verdes.
Llegó al lugar del evento, y estaba impregnado de un ambiente vibrante y animado., con mesas decoradas con elegancia y copas relucientes, esperando ser llenadas con los exquisitos vinos de la región. Alonso se mezcló entre la multitud de invitados, ansiosos por sumergirse en las degustaciones y las conversaciones con otros productores y amantes del vino.
Estaba platicando con un grupo de productores, presentándose con ellos. Cuando se acercó Francesco.
- Hola - le dijo con una sonrisa extendiendo le la mano - Francesco Rossi.
- Hola, Alonso Santoro - respondió el saludo con un apretón.
- Me habían dicho que el nieto de Santoro, estaba aquí, que había venido a tomar las riendas del viñedo. Bienvenido.
- Muchas gracias. - dijo con una sonrisa - Si, estoy aquí para eso. Apenas estoy llegando, tengo un largo camino por recorrer.
- Tranquilo, aquí todos nos apoyamos, y a tu abuelo lo teníamos en alta estima.
- Muchas gracias.
En ese momento en el que estaban hablando, entraba la familia De Luca. Alonso vio a Sofía y su corazón dio un vuelco como le había pasado en el río. Se veía hermosa. Tenía un conjunto claro y un top blanco que hacían resaltar su hermoso color de piel. Y resaltaba su bella figura. Estaba radiante y segura de si misma.
- Y ¿Quién es ella? - le pregunto Alonso a Francesco.
- Ella es Sofía De Luca, y los de atrás son su papá Don Eduardo De Luca y Emma, su hermana menor.
- Sofía - dijo Alonso mirándola detenidamente.
- A ella, no te le acerques. - le dijo Francesco.
- ¿Por qué? - le pregunto Alonso con curiosidad.
- Por qué ella va a ser mi esposa.
- Oh, entonces felicitaciones - le dijo Alonso, dándole unas palmadas en el hombro, para disimular la desilusión que sentía - es muy hermosa tu novia.
- Si, verdad... Vamos te la presento.
Caminaron hasta donde estaban los De Luca.
- Hola, buenas tardes, cómo están. - Saludo de mano a Don Eduardo - Hola Sofía y Emma. Quiero presentarles a Alonso, en nieto del señor Santoro, se va a hacer cargo del viñedo.
Sofía lo miro con indiferencia.
- Mucho gusto - dijo Don Eduardo. - Yo fui buen amigo de tu abuelo.
- Igualmente, un placer. Que agradable saber eso.
- Mucho gusto - dijo Emma con una sonrisa tímida.
- Un placer - le dijo Alonso dándole un beso en la mano.
Cuando fue a saludar y presentarse con Sofía ella con voz fría dijo.
- Ya nos conocimos.
- Ah, ¿si? Y ¿cómo fue que se conocieron? - pregunto Don Eduardo.
- Bueno yo estaba explorando y...
Lo interrumpió Sofía.
- Y nos cruzamos por el camino, pero no cruzamos palabras. ¿Verdad?
Alonso la miraba extraño y con curiosidad, pensando ¿Por qué no conto verdad?
- Si, así fue, como un accidente - termino de decir Alonso.
En ese momento, se le acercó uno de los organizadores del evento, para decirle a Sofía que ya estaba todo listo para los que iban a hacer la cata.
Ella asiento, y se fue detrás del señor.
- Bienvenida Señorita De Luca, es un placer tener a aquí. Le tenemos 6 diferentes tipos de vinos para que pueda identificarlos. Puede comenzar cuando desee.
Sofia se acercó a la mesa donde estaban las 6 copas. Tomo la primera copa, la levantó y observo viendo sus colores y matices, luego la balanceo para desprender los componentes aromáticos, se la acerco a la nariz para captar los aromas y bouquets. Para terminar tomando un sorbo para identificar los sabores y texturas.
- Este vino es limpio, fresco, con cuerpo ligero medio. Gama de sabores cítricos, pera verde, un toque de roble y este es un Chardone de Francia Gorgondin Charlie 2016.
Mientras hacia eso con las demás copas, Alonso quedaba más impresionado, no solo era bella, sino que era una experta en vinos e inteligente. Toda ella era perfecta para Alonso.
La tarde transcurrió agradablemente, Alonso conoció gente muy agradable e inteligente que le propusieron reunirse para hacer negocios.
En un momento, Alonso ve que Sofía camina hacia una terraza sola con una copa de vino en la mano. Él la sigue para poder disculparse por el suceso del río.
- Señorita Sofía, ¿Puedo hablar con usted? - le pregunto cauteloso Alonso.
Ella voltea y con expresión sería asiente.
- Sé que nuestro primer encuentro no fue el mejor, y quería disculparme por eso. También quería preguntarte por qué no le contaste a tu padre lo que ocurrió.
Ella lo miro fríamente a los ojos, tomo un sorbo de su copa y le respondió
- Porque el placer de matarte es solo mío.
Dio media sonrisa y se dio la vuelta para irse. Pero Alonso la tomo por la mano, y le dijo
- Empecemos de nuevo, dame una oportunidad, no soy la mala persona que piensas.
Ella lo miro de arriba abajo. Se soltó de su agarre sutilmente y le dijo.
- Ya el tiempo lo dirá. - Se dio la media vuelta y se fue.
Alonso se quedó un rato más ordenando sus ideas sobre Sofía. Se le acercó Francesco y Emma, y tuvieron una charla agradable. Emma no dejaba de ver a Alonso, estaba cautivada con su inteligencia, y su carisma.
El nuevo día se abría Alonso como un lienzo en blanco, listo para ser llenado con las experiencias y los desafíos que le esperaban en el viñedo de su familia. Desde el amanecer, se sumergió de lleno en los asuntos del viñedo, dedicando cada momento a absorber todo lo que podía sobre el arte de cultivar uvas y producir vinos de calidad. Él quería juntar todos esos conocimientos con los que el cómo empresario ya tenía y hacer crecer el viñedo y la marca Santoro.
Sin embargo, a pesar de su enfoque en las tareas del día, la imagen de Sofía seguía apareciendo en su mente de forma intermitente, como una melodía que se niega a desaparecer. Recordaba vividamente su encuentro en el río, el destello de sus ojos al enfrentarse con él, y la energía y seguridad cautivadora que irradiaba durante la cata de vino.
Se preguntaba que había detrás de la fachada de determinación y confianza.
A pesar de las dudas y las distracciones, Alonzo se esforzaba por mantenerse enfocado en su objetivo de aprender y crecer como viticultor. Pero en lo más profundo de su corazón, sabía que la presencia de Sofía había dejado una marca indeleble en su alma, y que su encuentro fortuito podría ser el comienzo de algo mucho más profundo y significativo.
En ese momento que Alonso navegaba por sus pensamientos, suena su celular, era Leonardo.
📱 Hola hermano, ¿Cómo has estado? - saluda Leonardo.
📱 Aunque no me lo creas, estoy muy bien - respondió Alonso con una sonrisa ya que recordaba a Sofía.
Alonso le contaba todo lo que había ocurrido desde que llegó, y de Sofía.
📱Caramba, Alonso. Pero empezaste muy bien jajajaja - se reía a carcajadas Leonardo.
📱Es que Leo, cuando la conozcas vas a ver qué no exagero, esa mujer es única.
📱Bueno hermano, lamento cambiar el tema, pero he avanzado con lo de la investigación sobre la estafa que te hicieron. He contratado al mejor Ciberforense, y está recopilando pruebas digitales.
📱 No sabes cómo te agradezco lo que haces por mi.
📱 No tienes nada que agradecer, eres mi hermano, bueno ya me tengo que ir. Te hablo luego.
📱 Adiós Leo, y nuevamente gracias.
Colgó y sintió como en su interior nacieron nuevas esperanzas.
Mientras tanto en la casona de los De Luca, Emma estaba en su cuarto, hablando con Beatriz, la mejor amiga de Sofía, que la esperaba a que llegara de atender los asuntos del viñedo.
- Es que Beatriz, es un hombre muy amable, super guapo, vestía muy bien, llevaba un traje que resaltaba su cuerpo, que se ve que hace ejercicio, de buenos modales. Es un hombre completamente distinto a los de aquí. - decía Emma con el rostro iluminado.
- Emma, te escucho y me doy cuenta de que estás muy entusiasmada con ese hombre. - le dijo curiosa Beatriz.
- ¡Si! Me cautivó. Creo que le voy a pedir a mi papá que lo invite a la casa.
- ¡¡¡Que!!! Te volviste loca, Don Eduardo solo invita a la casa a sus amigos, sabes lo celoso que es.
- Tampoco es para tanto, es una cortesía, además papá fue amigo de su abuelo. También puede serlo de Alonso.
En ese momento llego Sofía a la casa, y ellas iban bajando las escaleras, al escuchar a Sofía afuera, salieron a encontrarse con ella.
- ¡¡¡Sofi!!! - grito Beatriz acercándose para abrazarla.
- ¡¡¡Bet!!! ¿ Cuando llegaste de Nueva York? - le pregunto Sofía devolviéndole el abrazo.
- Anoche, y estaba mañana me vine a sorprenderte pero como siempre estabas trabajando.
- Pues si, ya me conoces. ¿Me esperaste mucho?
- No tanto, además estaba hablando con Emma, sobre el nuevo vecino, por lo que me dice, es un caballero y guapísimo.
- Por Dios Emma - dijo Sofía mirando a su hermana - si apenas hablaron un poco en la cata de vinos y ya es tu príncipe azul, creo que exageras hermanita.
Emma pone cara de puchero, y mira a Sofía .
- Hermana, es que tú casi ni hablaste con él.
- ¿Y para qué voy a hablar con él?
- Bueno hermana, la verdad es que si me gustó Alonso Santoro, desde que lo ví.
- Ay Emma, ya te pareces a los personajes de esas novelas románticas que lees.
- Si, pero me di cuenta en la cata de vinos, que él solo tiene ojos para ti. Aunque le buscaba conversación, el solo no me prestaba atención, estaba más concentrado en no perderte de vista. - dijo con tono triste mientras bajaba la cabeza.
- Hermanita, ¿Que voy a hacer contigo y ese mundo de fantasía en el que vives? tu y tu imaginación. - dijo Sofía para poner media sonrisa en su rostro.
- ¿De verdad no te llamo la atención ni un poco, amiga? - pregunto Beatriz con una sonrisa pícara.
En ese momento, llegó Alonso montado en un caballo y se encontró con las 3 mujeres platicando.
- Buenas tardes señoritas - saludo Alonso con una gran sonrisa, mientras bajaba de su caballo.
Las tres mujeres voltearon al escuchar esa voz. Emma al verlo dibujo una enorme sonrisa en su rostro, Beatriz también sonrió, pero Sofía mantenía una expresión sería y fria. Pero en su interior al verlo sobre ese caballo, sintió que su corazón salto dentro del pecho.
- ¿Qué hace aquí? - pregunto Sofía con tono de voz serio.
- Sofía por favor, no seas grocera - dijo Emma para luego voltear a ver a Alonso. - Que gusto que nos visite. ¿Que lo trae por acá?
- Don Eduardo me pidió que viniera a hablar con él. - respondió Alonso.
- Entiendo. ¡Ah!! Le presento a nuestra amiga Beatriz Román. - dijo Emma.
- Un placer señorita Beatriz - dijo Alonso, estrechando su mano.
- El placer es mío - respondió Beatriz con una sonrisa coqueta.
- Bueno, pase por favor Alonso, mi padre debe estar esperando.
- Gracias, al menos una de las hermanas De Luca es amable. - sonrió y entro a la casona., detrás de Emma.
Y detrás de ellos iban Sofía y Beatriz.
Entraron al despacho donde se encontraban Don Eduardo.
- Papá, te busca Alonso Santoro. - dijo Emma con una sonrisa.
- Alonso, bienvenido, gracias por venir a platicar conmigo.
- Gracias a usted por la invitación.
Le hizo una señal para qué se sentará.
Las mujeres también tomaron asiento, todos platicaban amenamente, menos Sofía que mantenía un semblante muy serio.
- Ayer, estuve hablando con el novio de su hija Sofía. Y me comentó que usted tiene una escuela para realizar vinos y ...
- ¡¡¡¡¡NOVIO!!!!! ¿QUIÈN LE DIJO QUE ES MI NOVIO? ¿QUIÈN TUVO EL ATREVIMIENTO? - dijo Sofía muy molesta.
Alonso se impresionó con la actitud de Sofía, se veía molesta.
- P... Pues Francesco Rossi. Él me dijo que era su novio y que se iban a casar. - dijo nervioso Alonso.
- Claro que no es mi novio, tampoco nos vamos a casar, todavía no ha nacido ese hombre. - dijo Sofía con tono de superioridad.
- Es verdad, Alonso - dijo Don Eduardo - Sofía no tiene novio, Pero Francesco siempre ha estado enamorado de ella, desde pequeños, y su padre y yo que más quisiéramos que se casarán, pero...
No termino de hablar cuando fue interrumpido por Sofía.
- Pero no, yo soy la única que decide que hacer con su vida. Se levanta y se va del despacho muy molesta. Fue a las caballerizas y monto a Luna, para ir a buscar a Francesco.
- Lamento causar esta molestia, no fue mi intención. - dijo Alonso muy apenado.
- Bueno la verdad, es que Sofía tiene una larga lista de pretendientes, pero no le da oportunidad a ninguno - comentó Beatriz.
- Bueno, si me disculpan debo retirarme, debo terminar unos asuntos del viñedo, gracias por su amabilidad y nuevamente disculpen. En otro momento volveré a visitarlos.
- Cuando desee - dijo amablemente Don Eduardo.
- Te acompaño a la salida - le dijo Emma coqueta.
Caminaron hasta la puerta principal.
- Gracias Emma, fuiste muy amable. - le dijo Alonso.
- Alonso, ¿le puedo preguntar algo personal?
- Si claro, dime.
- Tú... ¿Tienes novia, esposa? - pregunto Emma con algo de rubor en sus ojos.
- Novia... No, pero si estoy interesado en alguien.
Emma sintió un vacío en su corazón.
- Bueno, adiós Emma.
Subió a su caballo y se marcho. Iba con una gran sonrisa, ya que sabía que Sofía estaba soltera, y sin compromiso se había jurado conquistarla. Y se dijo para sí mismo, mientras montaba su caballo, que ese hombre que se casaría con ella, si había nacido y era él.
Sofía, llegó al Viñedo Rossi, y a la distancia vio a Francesco. Bajo del caballo. Y se dirige a dónde se encuentra.
- Francesco Rossi!!! - grito Sofía molesta.
El volteo y se percató de que Sofía está molesta.
- ¿Sofía qué ocurre?
- ¿Qué ocurre? ¿Qué ocurre?, se puede saber ¿Por qué andas diciendo que yo soy tu novia y que nos vamos a casar?
- Sofía, No te molestes, por favor. Yo te adoro. Mi corazón es tuyo, solo tuyo, estoy dispuesto a esperarte el tiempo que necesites. Tú estás aquí - dijo tocándose el pecho - aquí adentro.
- Si, lo sé. Pero yo no siento lo mismo por ti, yo te veo como mi gran amigo. Entiéndelo por favor.
- Sofía, yo estoy enamorado de ti desde que éramos niños. Por favor dame una oportunidad.
- Lo lamento, pero no puedo. Y por favor, no vuelvas a decir mentiras dónde me vea involucrada. Detesto que abusen de mi confianza.
Sofía se da la vuelta, y sube a su caballo. En dirección a su casa.
Download MangaToon APP on App Store and Google Play