Como mujer siempre, pero siempre debemos tener presentes que somos primero y después los demás, jamás nos hagamos menos por nadie, ni siquiera por el amor de nuestra vida, créanme, pasa factura y muy costosa.
No sabia que podía ser tan agotador amar de la forma en que aún lo amo, suena masoquista, pero es la realidad, creo que a todos nos ha pasado, amamos, damos todo, esa persona se convierte en el amor de nuestra vida y al final, no es el indicado.
Aunque nos demos cuenta de ello con tiempo, el amor es quién no permite irnos, al menos en mi caso, no sé el de las demás, pero siempre he creído en el amor y que él puede cambiarnos, pero realmente no funciona así en todos y ya me di cuenta de ello, muchos piensan primero en sus placeres sin importarles si lastiman o no a los demás.
Sé que necesito ir con una terapeuta, pero no deseo ir, mi estabilidad emocional depende de un hilo, pero aún resiste y tengo fe en mi para sanar sin ayuda de un profesional.
Conservo su número, sus mensajes, sus fotos y, algunas noches lo siento a mi lado, olfateo su exquisito aroma, pero al despertar compruebo de que solo podre tenerlo nuevamente en mis sueños, porque ahora mismo no estoy dispuesta a perder lo que he construido en estos años, ya perdí mucho en el pasado, como mi estabilidad emocional que ahora mismo estoy tratando de que sea más estable que inestable.
Yo dejaría que él regresara a mi vida si comienzo a ser yo su prioridad y no su segunda opción, si por una vez en su vida es valiente y deja de lado la cobardía, si es un hombre maduro y centrado, entonces podríamos intentarlo.
En el pasado estuve dispuesta a todo, incluso casi vendo mi departamento para ir a vivir con él y gracias a Dios no lo hice.
La vida puede ser una completa mierda, pero si te das cuenta a tiempo te salvas a ti de muchas más desgracias.
Ver a mi pequeña niña me da la fuerza necesaria para salir adelante, muchas veces escuché que cuando eres madre la prioridad son los hijos y es así, pero ese concepto yo lo he transformado, yo soy la primera prioridad para mi, porque mi hija depende de mi y si yo estoy bien, ella estara doblemente bien.
—Grecia, han llegado los pedidos— me informa una de las chicas que trabaja para mí.
Tengo una pequeña tienda donde vendo todo tipo de productos para el cuidado facial y del cabello tanto para hombres como para mujeres, comencé desde mi casa, hoy en día puedo decir que progresé más de lo que me imaginaba.
Mi vida es una historia para contar, no había considerado la vida tan buena hasta que tuve a Grace, por cosas de la vida el hombre que amo tanto ya no está conmigo, pero me dejo algo, a mi hija y se que si algun día sabe de su existencia tal vez se alegre o tal vez me odie, todo depende de como este en ese momento.
Ver a mi pequeña hija es verlo a él, recuerdo la vez que dejó crecer su cabello, aún así se veía muy guapo.
Solo tengo eso, recuerdos y los sueños.
Y ni se imaginan el dolor tan inmenso que siento al no tenerlo conmigo, pero también fue mi decisión, tomamos decisiones que pasan factura y creo que jamás dejan de doler.
Cierro la puerta del negocio y me giro, jadeo al tropezar con un cuerpo bastante duro, al alzar la vista quedó totalmente paralizada.
¡No puede ser!.
Termino mi rutina de ejercicios y regreso a mi departamento, mi hija aún duerme, me despido de la chica que la cuida mientras voy al gimnasio y entro a la ducha.
Suspiró agotada, apenas tengo unos pocos meses entrenando, después de que di a luz a Grace me dediqué a trabajar y a ella, ahora es momento de ponerme a trabajar en mí.
Nunca me descuide, pero por obvias razones no podía ir al gimnasio.
—¡Hola mi amor!— saludo a mi pequeña bebé de 3 añitos que viene frotado sus ojos medio dormida.
—Tete— pide haciendo pucheros y la tomo en mis brazos llenándola de besos.
Desde que Grace nació mis días son los mejores, obviamente al principio fue un poco difícil, pero me adapte muy rápido y es que tenía que hacerlo, no tenía otra opción más que aceptar mi nueva realidad.
Mi familia me dio la espalda cuando supieron de mi embarazo y yo realmente decidí no buscarlos, me abandonaron cuando más los necesite, entonces ahora que estoy bien siento que no los necesito o es la idea que he creado durante años.
Ahora mi única familia es mi hija, Cecilia, Juan Carlos, Esther y Jules, amigos que jamás me han abandonado.
Arreglo todo en casa y salimos Grace y yo para mi trabajo, aseguro a mi hija en su silla de seguridad y subo en la parte del conductor y acomodo el retrovisor, la veo a ella y es lo importante.
He llorado tanto en esta vida que me extraña no haberme secado ya, no tengan relaciones disfuncionales y mucho menos tóxicas, la marca que les deja y el desorden emocional es increíble; Cuando crees contar con las personas más importantes de tu vida y te dan la espalda es mucho más traumático.
—Acabamos de abrir, pensábamos que no venías— comenta Jules.
—Tengo que venir Jules, además, Grace quería venir a trabajar con Mamá— le digo señalando a mi retoño.
Se saludan tiernamente y entro a mi diminuta oficina, dejo mis pertenencias y salgo a visualizar que todo esté en orden así como lo dejé ayer; He querido estudiar un poco sobre la cosmetología, pero necesito el tiempo que aún no tengo, solo he leído y por lo menos tengo un conocimiento base.
—Chicas hoy llegará mercancía— anuncio— nuevos productos y encargué lo que ya estaba agotado— digo.
Todas asienten y yo regreso a mi lugar, no soy buena en otra cosa que en esto que hago, mis amigos dicen que cantó lindo y que debería de estar haciendo eso, pero ser artista es algo que no me atrae.
La realidad es que cantaba de una forma libre cuando él y yo salíamos a divertirnos, llámenme masoquista, pero nosotros éramos como un puto huracán sin fin, pero era porque yo quería estar y supongo que él también, no me daba lo suficiente, sin embargo, yo quería darle la oportunidad de que si veía el amor en mí hacia él podría cambiar, ¡que equivocada estaba!.
Duele tanto extrañarlo y más cuando Grace es su copia, su nariz, sus labios, sus ojos, tiene absolutamente todo de él y es lo que me recuerda que mi amor por él no ha muerto y creo que jamás morirá.
Antes de él tuve mis relaciones, aventuras y viví una vida como cualquier chica que desea comerse el mundo hasta que lo conocí, conectamos en seguida y ya saben, polos opuestos se atraen.
~
El día ha sido productivo, muchas ventas y mucho que hacer, me gusta, porque mantengo la mente ocupada.
—Grecia, han llegado los pedidos— me informa una de las chicas que trabaja para mí y Jules quien es mi amiga y mi socia, tiene un 20% de todo acá.
—Gracias— sonrió y salgo de la pequeña oficina.
—Son más cajas que antes— frunce el ceño Jules.
—Hay productos nuevos— le recuerdo y ella asiente—Falta poco para cerrar, iremos acomodando todo y nos iremos a la misma hora de siempre chicas— les aclaro.
Todas asienten y comienzan a trabajar, mientras yo me encargaré de que todos los productos que hoy han llegado estén en sistema listo para la venta.
—¿La niñera podrá cuidarte hoy a Grace?— pregunta Jules.
—Solo debo llamarla, ¿por qué?— pregunto alzando mi ceja derecha de forma interrogante.
—Para ir a tomar algo y a ver si te consigues un hombre que te folle— se queja y yo pongo los ojos en blanco.
—Lo de ir por unos tragos está bien, pero ir a buscar un pene no gracias— le digo.
—No seas amargada Grecia— chilla—desde que ese imbécil te hizo a Grace no follaste con nadie más, ¿tan bueno es en la cama?— pregunta con curiosidad.
—Jules, cuando te enamores me entenderás, porque cuando se está enamorada de verdad no le entregas tu cuerpo a cualquiera, solo a esa persona— le aclaro—No me he muerto por no follar en tres años, he pasado la prueba— me carcajeo.
—Oye, no es gracioso— dice evitando reírse—De verdad Grecia, debes continuar con tu vida, conocer a otro hombre que de verdad te valore— aconseja.
—Yo nunca he dejado de continuar con mi vida, me estoy dedicando a mí, a mi hija, al negocio, en progresar— le aclaro—que no tenga un novio o no me haya casado no quiere decir que esté estancada— sonrío.
—Tienes razón, pero Grace en cualquier momento necesitará la figura física de un padre— me recuerda y yo la observo pensativa.
Aunque sé que yo solita puedo sacarla adelante, muy en fondo ella va a necesitar a su papá y aunque me cueste tendré que buscarlo y decirle la verdad, si quiere ser parte de la vida de nuestra hija tendrá que hacerlo de la mejor manera posible, si no, ya me las arreglaré.
—Sé que en eso tienes razón y cuando me sienta preparada le haré saber que tiene una hija— le digo—aunque tengo miedo de que me odie Jules— chillo horrorizada.
—Hay dos opciones, la primera es que si puede odiarte y la segunda es que no, podría escuchar tus razones y entenderte— frunce el ceño—Pero conociéndolo me inclino más a la primera opción— niega.
— Ya veré qué hacer, mientras todo seguirá como hasta ahora— suspiro.
Mi amiga asiente y continúa con lo suyo, juro por Dios que de solo pensar en el odio desmedido que me tendrá por haberle ocultado mi embarazo hace que quiera vomitar.
Le digo a la niñera para que cuide a Grace por la noche, eso de ir por un trago me gusta, tengo tiempo que no sé qué es salir a un bar, siempre tomo en casa donde pueda estar al pendiente de mi hija, pero es hora de salir de esas cuatro paredes.
—Yo cierro, vayan tranquilas— les digo—Jules, te paso buscando— le informo.
—Vale, con cuidado— pide y asiento.
Grace está dormida en el asiento del auto, mientras yo termino de apagar todo, estoy un poco cansada, pero ya no me echaré para atrás, igual saldré con Jules a despejar mi mente o juro que me volveré loca.
Termino de cerrar la puerta de la tienda y me doy vuelta para caminar hasta el auto, pero alguien impide que me vaya
—Pero quien...
Quedó completamente muda al ver el rostro que jamás pensé volver a ver, esos ojos que me siguen desquiciando de amor, esos labios que me besaron por mucho tiempo y que solo en sueños puedo volver a tocar, ese hombre que he amado durante tanto tiempo.
Liam.
—¿Qué haces aquí?— pregunto luego de reponerme de la sorpresa.
—Vine por ti—dice.
—¿Cómo me encontraste?— pregunto ignorando todos los sentimientos encontrados que tengo.
—Grecia, seguimos en la misma ciudad, encontrarte no fue tan difícil— dice siendo más que obvio y suspiro, se me olvida el poder y todo el dinero que tiene este hombre.
Mi cuerpo tiembla, mi corazón está a punto de salirse de su lugar y espero que no note lo nerviosa que estoy.
Observo mi auto disimuladamente y Grace sigue dormida, es una suerte y ruego que no se de cuenta, no estoy preparada para decirle que tenemos una hija.
—¿Que quieres Liam? Tengo que irme— le digo impaciente.
—Quiero hablar contigo— dice, lleva su típico traje de trabajo, las luces de la noche lo iluminan y lo hacen ver más hermoso de lo que es.
—Ahorita no puedo— le digo tajante.
—Grecia, por favor— súplica y trago saliva con fuerza, jamás había escuchado súplica en su voz.
—Te lo digo de verdad, hoy no puedo — le aseguro más nerviosa que nunca, no quiero que Grace se despierte o que él la vea.
—¿Mañana?— pregunta ansioso.
—Está bien, te llamaré— asiento con rapidez— debo irme— le digo y camino rápidamente hasta el auto.
¡Madre de Dios! Mi corazón va a mil por segundo, está un poco más rellenito a mi parecer, pero sigue estando tan guapo, han pasado tres años y estoy temblando como una gelatina, si me quedaba unos segundos más frente a él desfallecería, ha sido demasiado para mí, tengo muchas emociones encontradas.
—Dios— susurro colocando mi frente en el volante del auto.
Esto es una señal clara de que debo ir a tomar con Jules y olvidar un poco los sentimientos y la sensación que me causo tenerlo tan cerca, mi piel revivió en solo microsegundos cada uno de sus toques, de sus besos, de sus caricias, ¡de todo!, fue una mini serie de lo que me hizo o me sigue haciendo sentir.
Él me hizo vivir como nadie lo había hecho y hoy, después de mucho tiempo, tenerlo tan cerca me ha generado un millar de emociones inexplicables.
Sé que ha pasado mucho tiempo y tenía que haberlo superado y olvidado, pero es difícil cuando mi hija es la viva imagen de él, cuando nos separamos porque yo lo decidí por el embarazo y se lo oculté, él no estaba de acuerdo con nuestra ruptura, pero cuando me oculté y deje de contestar sus llamadas él dejó de insistir.
Pasaron tantas cosas, él me decepcionó tanto, me ignoro, me hizo menos, que ya en ese punto a veces es inevitable no sufrir, pero también hubo momentos únicos y hermosos que creo que eso es lo único que mantiene mi amor intacto hacia él.
Quiero desesperadamente huir con mi hija, no quiero que sepa de ella, pero en esta vida nada puede estar oculto mucho tiempo, porque quiera o no, él es su padre y creo que después de tantos años tuvo que haber puesto los pies en la tierra y madurar.
—Cualquier cosa me llamas— le digo a Brigitte, la niñera.
—No te preocupes, diviértete— me dice y nos despedimos.
Asiento y salgo rápido de casa, voy super tarde, Jules debe estar enojadísima; Mañana puedo darme el lujo de no ir a trabajar y llevar a mi hija a divertirse un rato, he querido llevarla a Disney, pero tengo un poco de miedo ir sola con ella a ese lugar donde van tantas personas.
—¡Joder!—exclamo a no ver el semáforo en rojo y frenar de golpe.
Estoy distraída y no hace falta decir la razón, Jules y yo lo mencionamos y apareció, esto de verdad tiene que ser una maldita casualidad.
No voy a negar lo obvio, sigue siendo un hombre muy guapo que llama la atención de cualquier mujer y todo este tiempo de solo imaginarlo con alguna mujer sentía muchísimos celos y repulsión, sin embargo, no podía hacer absolutamente nada.
—¿Por qué llegas tan tarde?— pregunta una Jules sofocada.
—Me he encontrado a Liam en frente de la tienda— confieso y su rostro palidece—Oh no, no vio a Grace, créeme que no estuviera aquí— afirmó obvia.
—Vas a tener que hablar con él— dice y yo asiento.
—Quede en llamarlo, quiere hablar conmigo, pero no le di oportunidad, estaba tan nerviosa y preocupada de que viese a Grace en el auto que dije que no podía, era lo mejor— le digo—Muy en el fondo sabía que este día llegaría— acepto derrotada.
—Yo siento que se desatará una guerra— susurra—Y no precisamente por Grace, si no, una guerra de deseo—afirma—ustedes volverán al deseo—sonríe.
¿Realmente volveremos al deseo? Tengo que averiguarlo, porque prefiero eso a tener que soportar su odio hacia mí por haberle ocultado mi embarazo.
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