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#AMOR PROHIBIDO #En Brazos De La Tentación

Capitulo 1- Esposa en papeles

Flor acaricio su vestido amplio de seda adornado con perlas y diamantes en la falda. Un escote decorado con puntillas revelando la redondes de sus lunas. Parada al borde del gran ventanal del segundo piso de la habitación principal contemplaba el viento que movia las hojas de los árboles. El frio invierno se hizo presente. El calido amor que sentida por su esposo la abrigaba de las bajas temperaturas que se adueñaban de cada espacio.

En sus labios se dibujaba una Sonrisa recordando como conocio a Manuel con su barbilla bien delineada, ese porte elegante y esa perfecta figura. Las presentaciones en sociedad, las palabras correctas cruzadas con tanto respeto. Aún no creia el sueño que vivia.

Sentia nervios al no saber que esperar de esa primer noche juntos. Nunca se habian ni siquiera besado, ni rosado las manos. Compartieron un baile o dos en alguna reunion, pero sus guantes impedían el roce de su piel. La reservaron tanto para ese momento. La educaron para ser una excelente esposa. A ella le hubiera gustado estudiar, seguir una carrera. Pero eso no era posible, no para ella que era la proxima heredera.

Su hermana mayor renuncio a eso, decidio hacer su vida al enamorarse de uno que no tenia ni siquiera un apellido conocido. Siempre fue la oveja negra de la familia. Y su padre al no querer correr ningun riesgo con Flor se aseguro de enviarla a un internado, lejos de toda tentación, donde le enseñaban sobre el orden, la obediencia y el respeto.

Perdida en sus pensamientos escucha la puerta de la habitación abrirse de par en par y ve ingresar a Manuel que la miraba diferente, no tenia esa calidez que tuvo durante la boda. Cerro la puerta tras de si dirigiendose a ella serio.

-QUE TE QUEDE CLARO DE AHORA EN MAS... SOLO SERAS MI ESPOSA EN PAPELES... NO TE QUERIA... NUNCA TE QUISE. Ofusco molesto.

-¿Qué quieres decir?. Le pregunta con la voz cortada a punto de llorar.

-NUNCA DEBI CASARME CONTIGO... NO ERAS CON LA QUE QUERIA HACERLO... SIEMPRE QUISE A FRAN. Le revela con sangre en los ojos.

Flor sintio que le clavo un puñal en ese momento, todo ese tiempo fue engañada, creyó que era a ella a quien queria y ahora salia diciendole que prefiere a su hermana mayor.

-Y si era asi... ¿Por qué no lo dijiste antes? ¿ Por qué esperar despues de la boda?. Le pregunto.

-SOLO HICE LO QUE DEBIA HACER ... CASARME CON UNA VILLANUEVA... TU DOTE SALVARA EL NEGOCIO FAMILIAR... Y PORQUE ERES FERTIL... PERO DEBES SABER BIEN... NO TENGO INTENCIONES DE TOCARTE... PREFIERO UNA MUJER COMO FRAN EXPERIMENTADA... SABIAMOS QUE NUESTRAS FAMILIAS JAMAS ACEPTARIÁN NUESTRA UNION... TU SOLO RESULTASTE MUY CONVENIENTE... ASI COMO FIRMASTE EL CONTRATO POR TRES AÑOS... O EN SU DEFECTO TE MUERES ANTES... COMO DICE LA FRASE HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE... LE DARE SU LUGAR A FRAN Y TU TE ESFUMARAS. Declaro decidido Manuel.

"Desea mi muerte"

"Eso esta diciendo"

-Si es eso lo que quieres... Divorciémonos... No deseo morir... Y no quiero ser un estorbo en tu camino. Le dice mirandolo fijo.

-ACASO ERES IDIOTA... NO ESCUCHASTE... QUE FIRMASTE UN CONTRATO POR TRES AÑOS Y QUE AL CABO DEL MISMO NOS SEPARAMOS QUE ES EL TIEMPO ESTIPULADO PARA QUE SE CUMPLAN LOS OBJETIVOS... O A CASO NO LO LEISTE. Pregunto con los puños cerrados.

"Estaba feliz al creer que deseaba casarse conmigo que no lo lei, solo lo firme", penso Flor.

-Solo fui al creer en tu palabra... Todo este tiempo solo actuaste un papel. Le responde seria.

En eso el viento fuerte abre la ventana dejando que el frio ingrese a la habitación reavivando la llama de la chimenea. Flor que estaba parada cerca sintio el frio recorrer su cuerpo pero no se inhibe al estar en shock por enterarse que su actual esposo solo le mintió todo ese tiempo, al tener sentimientos hacia su hermana mayor.

-¿Qué sucede aqui?. Aparece el tio de Manuel ingresando a la habitación al escuchar la discusión de los recién casados. Era alto elegante de un porte misterioso abogado de profesión, aunque nadie lo vio ejercer, ni conocía que caso haya representado.

-Nada... No pasa nada. Le responde Manuel colocandose nuevamente en ese papel de dosil y amable.

"Que estupida fui"

"Crei en su palabra"

Pensaba Flor.

-Si es asi... Cumple con tu papel de esposo. Le dice palmeandole la espalda.

Le lanzo una mirada a Flor que permanecia inmovil cerca de la ventana iluminada por la luz de la luna.

-Eso sera luego... Tenemos el banquete. Le responde Manuel con una sonrisa fingida.

Flor suspiro pesadamente, hasta ese punto todo lo que sentia se opaco, ya no le hacia ilusión estar con él.

Se sacude la mala vibra y paso junto a él dirigiéndose al salon, Manuel se apresuro a colocarse a la par, la llevo del brazo para bajar las escaleras. Por lo visto estaba decidido a cumplir con su papel hasta el ultimo minuto.

Todos admiraban a la bella pareja que eran el vivo retrato de los muñequitos sobre el pastel.

Solo ellos sabian que no eran una pareja real, sino una creación de sus tutores al querer formar un sociedad que beneficie a ambas familias y le haga crecer su capital.

Flor bailo el vals en brazos de Manuel que la sabia llevar con delicados movimientos deslizándose por el salon. Los suspiros y admiración por parte de los presentes se hacian oir.

"Que hermosos se los ve"

"Crecen tan rapido"

"Desde que nacieron estaban destinados"

Flor sentia que toda esa ironia le daba vueltas el estómago, con tanta ilusion espero ese dia. Habia soñado el momento cada noche recostada en su almohada. Le habían llenado la cabeza haciendole creer lo hermoso que seria el matrimonio. Solo era una pantalla, una linda propaganda, su realidad seria otra, no seria el cuento de hadas con el que imagino, solo una cruel pesadilla.

Del otro lado del salon diviso a Fran que la miraba con esos enormes ojos cafe y una sonrisa plasmada en el rostro. Su hermana mayor de la cual sentia admiración, habra sido capaz de engañarla asi, se preguntaba, si tanta confianza le tenia porque no le dijo la verdad, ella le hubiera entendido.

En un instante la vio dirigirse a ellos y sintio que su corazón se le saldria del pecho.

-Permiteme Manuel... Ya la podrás disfrutar siempre. Le dijo con su sonrisa particular arrebatandola de los brazos de él.

-Por fin se te dio querida hermana... Se que haz soñado con este momento siempre... Que jugabas con tus muñecas a casarlas... Y me invitabas a que yo haga del novio en tus fantasias de juegos. Le murmuraba al oido en cada giro.

-Eso fue hace mucho. Le responde Flor en un susurro.

-Si... Pero ahora se a vuelto realidad... Te traje un pequeño regalo... Es solo para ti... Es el de papeles de arcoiris con un poni en la tarjeta... Abrelo antes de tu noche especial. Le dijo por último al ser reemplazada por su padre que reclamo bailar con la novia.

-Querida hija... Hazme sentir orgulloso. Le dijo el padre ni bien se aferro a su mano.

-Me case padre como quisiste. Le respondio fria, ese nuevo tono en ella lo sorprende, mas temprano ese dia la voz le temblaba de la emoción, ahora la sintio distinta.

-¿Te sucede algo pequeña?. Le pregunto mirandola directo.

-Tu te casaste asi con mi madre. Le consulto.

-Si... Asi fue... Y hemos sido muy felices juntos. Le respondio.

-¿Desde el principio o se te dio luego?. le pregunto.

-¿A que se debe que preguntes eso?. Le dijo su padre.

-Pura curiosidad... Ya sabes como soy. Le dijo fingiendo sonreir.

-Entiendo que estes nerviosa... Suele pasar. Fue su observación.

*

Flor pensaba en las palabras vacias de su padre " Son solo los nervios", ahora que lo pensaba mejor ella jamas vio a sus padres brindarse cariño, ni decirse palabras dulces, siempre se trataron de acuerdo a como todos lo esperaban, con respeto y elegancia.

¿Qué pasara detras de las puertas de su cuarto?

Nunca habia ingresado, no lo conocia, era un lugar al cual no podia entrar, sus reuniones y charlas siempre fueron en la sala o en el despacho de su padre.

La velada habia transcurrido, ella sentia el peso del cansancio del dia. Por lo que considero adecuado que era momento de retirarse. Su nana le habia dicho que si se cansaba solo debía anunciarlo a su esposo, que no debía tener miedo de hacerlo, ahora habia otra realidad entre ellos y era esa confianza de decirse las cosas. Se encamino en dirección donde Manuel conversaba con sus amigos. Sonrío cortes, antes de dirigir una palabra.

-Disculpen... Manuel me das un momento. Le dijo amable.

"Uuuu... Esta deseosa por un momento a solas", dijeron en coro los cuatro jovenes a su alrededor.

-No sean envidiosos... Ya les tocara. Les respondio Manuel con una sonrisa llevandola del brazo para hablar.

-Me quiero retirar. Le susurro al oido.

-Entiendo... Pues ve... Quiero quedarme un poco mas. Le dijo serio.

Ella sabia la razón por la que queria quedarse un poco mas y estaba a unos metros de ellos conversando con unas amigas. Flor vio como miro Manuel hacia la mesa donde estaba su hermana. Por mas que fue de soslayo ella lo noto.

-De acuerdo. Le respondio con una sonrisa, debía mantener el papel de una recien casada feliz. Se dirige a despedirse de sus padres que bebían riendo junto a sus suegros.

-Disculpen... Padre... Madre... Gracias por su presencia... Me retiro a descansar.Les dijo con una sonrisa.

-Preciosa... Me hace muy feliz verte asi. La saluda la madre brindándole un abrazo.

-Hija... Te deseo lo mejor. Le dijo su padre.

-Para nosotros es una nueva hija... Que la cuidaremos como se merece. Dijo el señor Marcos levantando su copa.

-Nos hace feliz que sea parte de los Cervantes. Agrego la señora Rosa.

-Es un placer formar parte de su familia. Les dijo Flor, era una frase que le hicieron repetir hasta el cansancio para que lo memorice.

Termino el saludo formal se encamino a su alcoba que de ahora en mas seria su jaula de oro. No tenia idea si Manuel iria con ella, si no lo hacia seria mejor, no soportaria ni verlo despues de lo grosero que se comporto al decirle esas palabras tan crueles.

Subio cada escalon como si trepara una montaña, sus pies le pesaban, las rodillas le flaqueaban, ese vestido que se lo coloco con tanta ilusión resultando algo tan bello y delicado, ahora era como una bolsa de piedras que la aplastaba contra el piso. Se aferro a la falda levantandola levemente para no pisar. Mantuvo su postura erguida y su barbilla arriba, no debía mostrar la derrota que sentia en su interior. Al fin y al cabo todo en su mundo era apariencia, ahora que lo pensaba con mas claridad. Solo era una joven tonta que se aferro a un sueño, que jamas se haria real.

Llego a la alcoba que estaba decorada con rosas y petalos que formaban un corazón en medio de la cama. Pequeñas velas cuadradas que llenaban de un aroma agradable al ambiente invitando a los amantes a disfrutar de ese momento tan especial. Paso a lado sin darle importancia metiéndose en el cambiador a quitarse ese pomposo vestido junto a los adornos que ataviaron su cabello que alzaron en un rodete a lo alto de su cabeza como para hacerla ver mas alta de lo que en verdad era. Su figura menuda con curvas pronunciadas le hacian buena candidata para dar a luz segun el medico que la reviso al tener caderas anchas, delantera voluptuosa. Ni que fuera una que seleccionaran para la reproducción. Se puso su camison largo de seda que compro junto a su madre y recordo lo colorada que se puso al imaginar que Manuel la veria con el puesto. Sobre el se coloco el salto de cama, calzo unas pantuflas de color beich con piel de cordero en el centro que le brindaba calor. Miro la cama suspirando pesado no tenia sueño. La fiesta seguia abajo, se ve que ni notaron su ausencia. Salio a recorrer el largo pasillo y asi conocer un poco mas ese que seria su nuevo hogar. Su larga cabellera ondulada en tono carmín se balanceaban en su espalda al andar. Llego a una puerta que vio entre abierta y relojeó en el interior. Al no ver a nadie se adentro encontrando un enorme librero que cubria toda una pared. Rozo con sus dedos la primer fila leyendo cada titulo hasta que uno llamo su atención. Era uno de leyes.

"Si Manuel no me quiere"

"Sera que me podre separar"

"Habra algo que me libere de ese contrato", penso al tomarlo.

Se sento en un sofa cerca del velador a hojear ese enorme libro. Deseaba saber si habia alguna ley que la apañe en esa situación, algo que le indique que hacer.

-¿No deberias estar en la fiesta?. Escucho una voz aspera y grave que le pregunto haciendo que se le cayera el libro de sus manos. Levanto la vista encontrándose del otro lado con el tio de Manuel.

-Me retire. Le respondio en un susurro.

-Eso lo veo... En todo caso... Deberia estar Manuel contigo. Le aseguro serio. Ella also el libro nuevamente para continuar su lectura.

-¿Por qué lees ese libro?. Le pregunto.

-Queria entender el contrato que firme. Le responde Flor, evitando decir que queria saber como separarse.

- ¿ Tienes el contrato contigo?. Le pregunto.

- Si. Le respondio saliendo apresurada a buscarlo en la mesa de luz donde lo dejo. Asi como encontro las hojas, regreso con él. El tio de Manuel la miro suspirando tomo las hojas que le pasaba y las leyo.

- Bien... # En dos meses debes quedar embarazada... # Cumplir con el papel de esposa... Bla, Bla... # Si no te quedas en cinta en menos de un año el contrato se anula... Por lo visto solo te casaron para dar un heredero... Especifica que sea varon... Como si eso se pudiera hacer... ¿ Quién armo esto?. Pregunto con ironia.

Flor elevo los hombros en señal de no saber y al segundo se repuso al recordar que debia responder con palabras y no gestos.

- No me lo dijeron. Le respondio. Él la miro de pies a cabezas.

- Es cierto que fuiste educada y reservada para este momento. Le consulto. Ella se cerro la bata sonrojada al sentir su mirada sobre su figura.

- ¿ Cuánto debe pasar para divorciarse?. Le pregunto Flor.

- Recien te casas y piensas en ello... Segun lo que lei del contrato... Tu esposo puede solicitarlo... Por tu parte debe durar tres años el tiempo estipulado para que los negocios prosperen... Y si no quedas embarazada en un año se anula el contrato. Le comenta y nota que ella suspira pesadamente.

- Permiso... Me retiro. Dijo con la voz cortada. Él la miro extrañado, esa joven que se caso con una sonrisa radiante, ahora tenia una sombra en la mirada que no lograba descifrar. Pero recordo la conversación que hubo en la reunion.

" La union entre las familias es imprescindible"

" No existe mejor sociedad que se casen"

Esas palabras recito su hermano ante los miembros de la familia.

Manuel mostro todo el tiempo una pose erguida y no noto ninguna emoción en su mirar, por lo visto él no estaba muy de acuerdo y se ve que le dejo en claro a su esposa antes de la fiesta.

(Flor Villanueva)

(Manuel Cervantes)

Capitulo 2- Gritos

La noche se le hizo larga, fria y solitaria en esa amplia cama. Varias veces se giro tratando de conciliar el sueño. Se acomodo del lado derecho que daba a la ventana contemplando la luna y las estrellas que una fina nube cubria de paso. No paso mucho hasta que se durmio y un extraño grito la desperto. Se incorporo con el corazón acelerado, miro a su costado y no vio a Manuel. Por lo visto con ella no dormiria. Se calzo las pantuflas y se puso el salto de cama para ir a ver si alguien necesitaba ayuda.

Como nunca ese pasillo estaba en penumbras y un extraño aire se sentia en toda la mansión que parecia abandonada.

"Escuche gritos, si eso, eran gritos"

"Se ve que fui la unica que escucho ese grito", penso al imaginar que todos dormian.

Camino despacio en dirección de donde provenian esos gritos. Llego al final del pasillo solo habia una puerta negra. Giro la perilla despacio notando que se abria encontrandose con una escalera que estaba apenas iluminada con una opaca luz amarilla. Dudo en poner el pie en el escalon, pero lo hizo y a medida que avanzaba era mas claro el sonido. Llego al final y vio a su suegro junto a Manuel que atajaban a una joven muy rubia que se retorcia y gritaba.

"Tranquila... Ya paso", le decia el señor Cervantes.

"¿Es necesario que le pongas eso?", le pregunto Manuel con una voz cortada.

"Lo es... Sabes que es asi", le respondio el señor Cervantes y Flor ve que le ponen una inyección y la joven se relaja.

"Ahora hay que acostarla", le indico el señor Cervantes.

"Debemos llevarla a un doctor", dice Manuel.

"Y que le diremos... Eh... Esto no se puede saber... Nadie debe saber... Que tienes una hermana enferma", le dice el señor Cervantes.

"Ella no esta enferma", le insiste Manuel.

"La desobediencia en esta casa es una enfermedad", le responde el señor Cervantes.

"Que tiene de malo que no halla querido casarse con ese viejo", le dice Manuel.

"Se hiba a escapar con su profesor de equitación... Sabes la vergüenza para nuestra familia que provocaría eso... Que una Cervantes se involucro con un plebeyo... Tú al menos saliste mejor... Asi que cumple con tu parte. Le dice serio su padre.

Flor se tapo la boca para no generar ni un sonido y salio corriendo de ahi, casi sus pies no tocaron los escalones, cerro la puerta tras de si despacio, su corazón se acelero al escuchar que se aproximaban, miro a todos lados y corrio a encerrarse en la biblioteca, suspiro pesado recargandose en la puerta.

-Aún sigues sin poder dormir. Escucho la voz del tio de Manuel, trago saliva tratando de recuperar el aliento.

-Venia a leer el libro. Se escuso señalando el libro de leyes.

-Ya veo. Le respondio indicandole que se siente.

A Flor le retumbaban sus oidos recordando lo que escucho. Tomo con sus manos temblorosas el libro, abrio una pagina suspirando.

-Sabes que creo... Que quieres estudiar... Y solo dijiste eso para cubrir tus verdaderas intenciones. Le dice serio mirandola fijo desde donde estaba sentado con un libro entre sus manos.

Al escucharlo Flor supo que era su oportunidad para seguir una carrera y que mejor que esa que le ayudaria a librarse de la situación en la que estaba.

-Tan obvia soy. Le respondio a modo de afirmación.

-Creiste que a esta hora no habia nadie y te metiste para continuar tu lectura. Le dice mirandola serio.

-No creo que solo deba ser esposa. Le responde.

-Me parece bien... Pero no lo digas en voz alta... Aqui no son bien vistas las mujeres que tienen una mente muy liberal... Guardare tu secreto... Si no comentas que me viste aqui. Le dice el tio de Manuel acomodandose en su lugar.

-¿Por qué?. Le pregunto con curiosidad Flor.

En eso se escucha nuevamente como un lamento a lo lejos.

-Escucho eso. Le pregunto Flor levantando la vista hacia arriba.

-¿Qué cosa?. Pregunto.

-Como un grito. Le dijo Flor.

-Es el viento. Le respondio él suspirando pesado.

-No me respondio ¿Por qué no quiere que diga que lo vi?. Le consulta Flor.

-Si quieres sobrevivir aqui... Aprende a no hacer preguntas. Le dijo serio.

-Solo es que...

-Te permito estar en mi biblioteca privada... Si quieres seguir aprendiendo... No hagas preguntas. Le recalco.

Flor suspiro, no sabia que era de él y por lo visto era su espacio, que ella invadio sin saber. Asi también tenia su padre su habitación para pasar sus momentos a solas, como él lo decia.

Se limito a leer y hacer de cuenta que él no estaba ahi. A medida que avanzaba en su lectura descubria cada vez mas cosas de las que ella era ajena. Por lo visto su familia creo sus propias leyes que le favorecían para su propio beneficio. Suspiro pesado al sentir que el cansancio se hacia presente, acomodo el libro en su lugar.

-Ya terminaste. Le consulto el hombre que no se movio de su sitio ni un centimetro y si lo hizo ella no lo noto al estar concentrada en su lectura.

-Por hoy... Me voy a descansar... Gracias por su amabilidad. Le dijo retirandose.

Regreso a su alcoba y se acomodo en su lugar cuando siente que ingresan, se incorpora a ver.

-Lamento despertarte... Solo llevo unas cosas. Le dijo Manuel y ella ve que es su pijama y unas mantas.

-No vas a dormir aqui. Le pregunto Flor.

-No... Esta es tu habitación de ahora en mas. Le dijo retirandose.

Flor suspiro pesado por lo visto ni la cama queria compartir.

*

*

*UN MES DESPUES

Flor desde que se caso no volvio a ver a Manuel, siempre estaba de viaje o trabajando, al parecer no se dignaba en aparecer o al menos ante ella.

Cumplio con su papel de esposa siempre le tenia preparado sus alimentos y su ropa que un sirviente se ocupaba en llevar para entregar a Manuel.

Cuando era media noche se encaminaba a la biblioteca que se encontraba en el mismo pasillo de su habitación a unas tres puertas adelante donde se sentaba a leer los libros de leyes cerca del calor que le brindaba la chimenea. Al tio de Manuel no lo vio por un par de semanas, se ve que también tenia sus ocupaciones como el resto de los de la familia. Ella probo esa puerta que le llevaba a esa habitación donde vio a la joven rubia, pero las veces que trato de abrir estaba con llave.

Temprano una mañana se le apareció la señora Rosa invitandola a ir a un club de damas donde hacian donaciones para los menos afortunados.

-Querida... Acompañame... Como mujer de sociedad debes asistir. Le dijo la señora que le miraba directo con esos ojos verdes y su cabellera rubia recogida en un rodete.

-De acuerdo... Tomo mi abrigo. Le respondio Flor.

-Ponte un vestido de etiqueta negro... Y usa guantes de cachemira. Le indico la señora mayor, Flor asintío.

Miro ese vestido, la verdad no le gustaba pero debia usarlo como buena chica obediente que era. Era suelto casi no se marcaba a su figura con un cuello alto y mangas largas, por lo visto no debia enseñar nada de piel, sacude su cabeza colocando sobre su figura ese vestido y se contemplo un segundo ante el espejo. Arreglo su cabello dejandolo suelto y adornando con un prendedor de perlas blancas que formaban una libelula del lado derecho. Tomo su cartera dirigiéndose donde la esperaba su suegra que la miro de pies a cabezas y por su expresión el atuendo era aceptable.

- Una mujer casada jamas debe enseñar de mas... Solo su esposo debe ser quien la contemple. Le dijo su suegra.

-Si señora. Le respondio Flor caminando a su lado.

-Limitate a hablar si te hablan. Le encargo.

-Si señora. Le respondio Flor.

*

Flor se sentia fuera de lugar entre esas mujeres que estaban sentadas al rededor de una mesa atosigandose de pastelillos deliciosos y chocolatada hablando de la pena que sentian por la gente que no tenia para abrigarse, ni comer en ese crudo invierno. Todas lucian radiantes con sus vestimentas que gritaba lujo a lo lejos, que eran de seda y decorados con perlas y diamantes. Sus maquillajes muy bien definidos y sus peinados delicadamente arreglados. Con todo lo que llevaban puesto podian alimentar a un ejercito penso Flor. Pero como le encargo su suegra solo se limito a escuchar y guardarse su opinion.

-Señoras le encargo a mi nuera... Voy a hablar con la presidenta. Anuncio la señora Rosa dejando a Flor.

Luego de hablar como buenas samaritanas, centraron su atención en la nueva integrante que era Flor, aprovechando que se fue la señora Rosa.

-Cuentanos Flor... ¿Es cierto que tu hermana se fugo con un artista sin nombre?. Le pregunto la señora Rich que era la mas osada de las seis mujeres en la mesa para las preguntas.

-No... ¿Quién se lo dijo?. Pregunto nerviosa apretando su falda.

-Escuchamos que por eso su padre decidio encerrarla en un internado para que no siga los pasos de su hermana mayor. Dijo otra muy pispireta.

-No es asi... Solo fui donde podia educarme como es debido. Les respondio.

- Cuentanos como es tu esposo en la cama. Le pidio otra.

-Perdon. Dijo colorada.

-El mio es salvaje como un animal... Vengo aqui para descansar de él... Y el tuyo dinos como es. Le insiste

- Permiso voy al tocador. Les respondio al sentir que el aire le faltaba ante esa preguntas tan indiscretas e intimas.

Camino elegante ante los ojos de las señoras que la miraban y al perderse de su vista corrio como queriendo escapar de ahi, con lagrimas en los ojos por la pena que sentia al ser blanco de su cotorreo, sin darse cuenta choco con un caballero alto.

-Lo siento. Se disculpo y al levantar la mirada se encontro con el tio de Manuel contemplo esos ojos color miel que la miraban fijo. La tomo del brazo llevandola a un despacho y cerro la puerta tras de si, le paso un pañuelo para que se seque las lagrimas y le ofrecio brandi.

-Bebe... Y luego dime que te puso asi. Le ordeno.

-No puedo. Le responde con la voz ahogada.

-Estas casada... Puedes hacerlo... Lo necesitas. Le dijo serio.

Flor recupero el aliento, sorbio un poco de esa bebida que le quemo, nunca habia tomado ninguna gota de bebidas alcoholicas, segun sus padres esa bebida solo era para los hombres.

-Ahora dime... ¿Qué te altero?.Le pregunto.

-Acompañe a la señora Rosa a su reunion de beneficiencia. Le contaba Flor y él la interrumpe.

-Te invadieron de preguntas puertas adentro de tu alcoba. Afirmo.

-Si... ¿Cómo lo sabe?. Le pregunto.

-Solo a eso se dedican... Ademas de criticar y chimorrear por todo... Y tu no supiste que decir al no tener nada con tu esposo. Le aseguro.

-Pues... Es cierto... Pero aunque... Lo tuviera... No diria nada... Es algo privado. Le responde colorada.

-No deberias juntarte con esas señoras... Eres distinta a ellas... Pueden llevarte por mal camino. Le aconseja.

-¿Qué se supone que haga?... No tengo amigos. Le dice Flor suspirando.

-Puedo ser uno... Y conmigo puedes aprender sobre leyes... Que sera mas fructifero que esas charlas que mantienen esas mujeres. Le dijo mirandola serio.

-¿Dónde fue que no lo vi?. Le pregunto al recordar que esos dias no estuvo.

-Tenia que atender unos negocios. Le respondio.

Flor sabia que cuando no querian decir nada, solo decian eso al conciderar que las mujeres al no saber de negocios no le molestarian con preguntas, era lo que su padre decia cuando su madre queria saber donde estuvo.

-¿ Qué tipo de negocios?. Le pregunto Flor, él la miro serio frunciendo el ceño.

-Te dije que cuanto menos preguntes mejor. Le dijo.

Flor suspiro y trato de incorporarse para irse sintiendo un fuerte mareo. Él se apresuro a atajarla al ver que se tambaleo. Ella sintio la calida mano de él tocando la suya y se retiro nerviosa, al igual que él carraspeo al darse cuenta que le toco la mano desnuda, escondiendo sus manos en su espalda.

-Te llevare a casa... Eso que apenas mojaste los labios. Le dijo.

-Nunca tome nada. Le respondio Flor atajando su cabeza con una mano.

-No te preocupes... Le dire que te sentiste mal. Le dice y ella niega.

-No... Eso dara pie a rumores... De un posible estado... Que no existe. Le dijo Flor al enderezarse tomando aire.

-De acuerdo... No diremos nada... Salvo que pregunten... Solo querias descansar. Le sugiere.

-Eso es mejor. Le responde Flor.

-Saldre primero a buscar el coche. Le avisa.

-De acuerdo. Le responde Flor.

Él salio del despacho serio como siempre y se cruzo con uno de los hombres con quien se reuniria.

-Señor Cervantes... Ya se retira... No compartira unos puros. Le dijo de paso.

-En otra ocasión. Le respondio con un gesto cortes despidiendose.

Al rato sale Flor encaminandose a la salida y diviso el coche del tio de Manuel se encamino en su dirección y subio acomodandose en el asiento de atras donde él estaba también sentado y ordeno a su chofer que los lleve.

-No has visto a Manuel estos dias. Le consulto.

-No. Le respondio Flor.

-Asi que no regreso de su viaje. Le dijo.

-No... Aun no. Le respondio Flor que en realidad no tenia idea que hacia de su vida. Él le observo sus gestos como ella acomodo su falda y su cartera sobre su regazo lucia un elegante vestido negro de terciopelo con falda acampanada, se ceñia en su cintura, por mas que tenia el cuello alto se apreciaba sus atributos al estar sentada. Él pestañeo disimulando al no querer ser obvio de mirar a la mujer de su sobrino, aunque no podia llamarla asi al no concretar en la alcoba con ella.

Su cabello largo ondulado color carmesín eran igual al color de sus ojos poblado de pestañas y labios en un tono suave finos y delicados.

-Gracias por traerme. Le dijo en un momento Flor al notar que llegaron.

-De nada. Le respondio con la voz grave.

Él se encamino a su despacho y ella a su alcoba a quitarse ese vestido que le pesaba y le daba calor. Se dio un baño en la tina sumergiendo su cuerpo y disfrutando del agua caliente. Su cabello lo ato para no mojarlo. Al salir su piel blanca relucia junto con el marmol del piso del baño. Se seco eligiendo un vestido de mangas largas y flores rosas pequeñas, calzo unas botas cortas de cordones y cubrió sus hombros con un shal de lanilla fina en tono rosa suave. Se dirigió a la cocina dejando lista la comida como para su esposo si es que venia como siempre lo hacia y ella llevaba su bocadillo a la biblioteca donde le gustaba encerrarse a leer.

-No acostumbras comer en el comedor. Escucho la voz grave del tio de Manuel.

-Estaria sola... Prefiero la compañia de libros... No la mirada de pena de los empleados. Le responde Flor.

-Asi que siempre comes sola. Le observa.

-Si... Aqui cada uno tiene sus cosas. Le responde Flor.

-Puedo acompañarte. Le consulto.

-Claro. Le responde invitandole lo que cocino, olvidando que debia traerle sus propios cubiertos. Él sonrio ante la frescura de su comportamiento que le acepto.

-Preparaste vos estos bocadillos. Le pregunto.

-Si. Le respondio Flor contemplando las galletas rellenas de crema, atun, aceitunas y tiras de carne de lengua de vaca.

-Estan muy ricas... La crema especialmente.

-Señor Cervantes su hermano lo solicita. Le anuncia un empleado.

Capitulo 3- Forjando los lazos familiares

-Gracias por los bocadillos. Le dijo el tio de Manuel retirándose ante el aviso del empleado.

-De nada. Le respondio Flor.

Él se encamino al despacho donde le guio el empleado, golpeo la puerta.

"Toc" "Toc"

-ADELANTE. Escucho que dijo desde el interior, por lo que paso.

-¿Para qué me llamaste Marcos?. Le consulto.

-Necesito de tu ayuda para que hables con Manuel y lo hagas entrar en razón de que debe estar con su esposa. Le anuncia mientras fumaba uno de sus puros mirando por la ventana.

-¿Cómo puedo hacer eso?. Le pregunta.

-Contigo tiene mas confianza... Se que duerme en una habitación aparte y busca la manera de estar siempre de viaje... Y no asiste a ningun evento con ella... En el circulo empiezan a correr rumores... Que no nos favorecen. Le asegura serio el padre de Manuel.

-No creo ser el indicado. Le aseguro su hermano.

-Si se llega a confirmar que no esta compartiendo el lecho matrimonial... Nunca habra un descendiente. Le dice serio apoyando los nudillos en su escritorio.

-Tanto te interesa que halla un descendiente. Le consulta y ve que suspira pesado.

-Bien sabes que de parte de... No podra ser. (Le dice evitando nombrar a su hija)... - Y los años me estan llegando encima... Debe haber uno que dirija el negocio familiar... Manuel no tiene pasta para ello... Y quiero tener un nieto a quien instruir, guiar de pequeño. Le asegura.

En eso ingresa Manuel luciendo un traje elegante con un sobretodo en un color negro y unos guantes negros que se los quito.

-Al fin llegas hijo... Debemos hablar. Le dice su padre.

-Padre... Tio Alberto. Los saluda.

-Dejemos las formalidades... Iremos al grano... Debes dormir con tu esposa. Le dice su padre.

-Me case como quisiste... Mas no me puedes pedir... Solo esperare a que el negocio crezca como fue estipulado. Le responde serio.

-Debes darme un heredero. Le insiste su padre.

-NO... NO LA QUIERO... NO PUEDO NI VERLA... NO ES CON LA QUE QUERIA CASARME... ME ENGAÑASTE. Le responde molesto.

-Jamas podria permitir que te cases con una por la que han pasado otras manos... Quiero asegurarme que el hijo que vayas a tener sea tuyo... Que no exista margen de duda. Le respondio serio.

-Vas a tener que esperar sentado... No voy a tener nada con esa que me elegiste como esposa. Le responde decidido.

Flor que habia escuchado decir a los empleados que el joven patron regreso, corrio a llevarle cafe para darle la bienvenida como toda buena esposa. Al aproximarse al despacho habia escuchado lo que dijo atras de la puerta antes de tocar.

Él le habia dicho que no la queria, pero escuchar que lo exprese asi ante su suegro fue un puñal que sintio atravesar su corazón.

Sus palabras eran crudas y frias hacia su persona, ¿Cómo podia odiarla?, ella no tenia la culpa, no podia creer que fue tan ingenua en creer en su encanto, se dejo engañar tan fácilmente con su actitud tan cordial y atenta, solo queria estar cerca de Fran.

Tenia la respiración agitada y los ojos rojos, al cruzar un empleado le entrego la charola con el cafe, alejandose de ahi. Si asi iban a ser las cosas para que esforzarse. No servia de nada su esfuerzo, no servia de nada todo lo que aprendió.

Se dirige al unico lugar donde podia esconderse y desahogarse sin ser juzgada. Se encerró en esa pequeña biblioteca iluminada apenas por la luz de la chimenea, era el unico calor que recibía en ese hogar. Hasta sus padres pareciera que la olvidaron. Solo fue un instrumento para su propio beneficio y se olvidaron de sus sentimientos.

Tomo el libro entre sus manos a leer, como buscando un parrafo que la consolara, mojo la pagina con las lagrimas que rodaban por su mejilla.

-Estas aqui... Sabias que tu esposo regreso. Escucho la vos del tio de Manuel y regreso el libro a su sitio.

-Y eso que... El dejo en claro que no quiere saber nada de mi... Al principio quise creer que fue por lo nervios del momento... Pero al escucharlo ahora... Quedo bien claro todo. Le respondio con la voz ahogada.

-Asi que lo escuchaste... Él cafe que llevo uno de los empleados... Lo habías llevado tu en un principio. Reflexiono él tio de Manuel que la observaba como ella permaneció quieta con la mirada fija en las brazas de la chimenea.

-Como me dijo una vez... No tengo alternativa... Esta en él pedir el divorcio y por lo que oi... No lo va a hacer... Va a esperar que se alcancen los objetivos. Le comenta Flor suspirando pesado.

-El tiempo vuela... En un abrir y cerrar de ojos... Todo abra terminado. Le dice a modo de consuelo.

Se le aproximo mirandola de espaldas debatiendo si consolarla o no. Ella se giro abrazándose por él, quien podia oir sus sollozos, apoyo su rostro en su pecho y sus brazos rodearon su cintura. Él quedo parado con los brazos a un lado por unos segundos hasta que decidio darle un abrazo de consuelo. Se la veia muy afligida y no habia quien lo hiciera. Sintio su calido cuerpo contra el suyo, los latidos de su corazón los sintio sobre su pecho y a sus oidos llego el sonido de su respiración entre cortada por su leve llanto al apoyar su rostro en su hombro. Él era considerado misterioso al ser siempre serio y callado, al nunca involucrarse en los sucesos que se producían en esa casa. Tenia una vida solitaria y retirada del resto de la familia desde que regreso de su vida en el extranjero. O simplemente nadie se tomo la molestia en querer entenderlo. Él al igual que Flor eran extraños en esa casa que tuvieron que ir a vivir ahi. Ella porque se caso con Manuel, pero nadie sabia la verdadera razón de que él regresara y tampoco parecia importarle a nadie. Ella por cosas del destino invadio su mundo, se metio como una mariposa que entra al cuarto cuando dejas una ventana abierta. Tenia esa frescura al dirigirse a él, que le agradaba y se daba cuenta que ella sobre la marcha se corregia en su comportamiento como si le llegara una luz de como debia ser su actitud, pero su manera de ser terminaba sobresaliendo, y eso le gustaba. Al igual que todos conocia los protocolos de como debia comportarse, y una de esos era no tocarla, pero ella necesitaba un consuelo en ese instante, no tenia a su hermana, ni a su nana que se la dieran, que eran las unicas que escuchaban su pena. Su madre le habia dicho que una mujer casada no tenia tiempo de llorar que solo debia atender las necesidades del marido. Pero nadie le explico como actuar en caso de que este no la quiera, en caso de que su amor no sea correspondido, porque ella creyó estar enamorada en un principio, creyó que él era el amor de su vida, pero desde que le dijo esas palabras tan crueles la misma noche que se casaron, le destrozaron el corazón y ahora mas que nunca le dolia al haber escuchado como él expreso a viva voz que no queria saber nada de ella, que no la queria y deseaba a otra mujer a su lado. Él tio de Manuel la abrazo un rato y sentir eso de algun modo logro calmar lo mal que se sentia en ese momento, no deseaba apartarse de ese calido abrazo, pero no debía permanecer tampoco ahi. Él suspiro pesado, al sentir su cuerpo tan proximo al de él, se retiro lentamente acariciando los brazos de Flor como brindandole un poco mas de calor, pero era la inercia de querer sentirla y se negaba a aceptar que le agradaba al ser algo prohibido. Sus miradas se cruzaron por unos segundos.

*

Flor trago grueso al contemplar los ojos del tio de Manuel eran claros y profundos como que le querian decir algo pero evitaba mencionar una sola palabra.

-Gracias. Le dijo en un susurro apartandose del todo.

-Debes ir... A ver a Manuel. Le dijo con la voz grave, como si esas palabras le molestaran pronunciar y solo deseaba que ella prefiera quedarse.

-Si... Es lo que debo hacer... Pero no quiero. Le respondio suspirando y él vio como inflo sus pechos al inhalar el aire y soltarlo lentamente, se giro cacheteandose mentalmente por atreverse a mirar de esa manera

"Es un idiota al no apreciar lo que tiene", penso Alberto carraspeando al tratar de conjugar las palabras para convencerla de que debía ir, pero antes que pueda decirle algo ella misma se giro despidiendose.

-Permiso... Perdon por ingresar sin pedirle. Le dijo.

-No es problema... Puedes venir las veces que quieras. Le respondio.

Flor deseaba salir de ahi, lo que sintio no podia permitirse.

"¿Sera que por ser el unico que me presta atención me hace sentir esto?"

Se preguntaba mentalmente Flor, tratando de contener sus emociones. Al salir al corredor en dirección a su cuarto se cruzo con Manuel.

-Preparate... Hay una fiesta... Debes asistir... La organizan mis padres... Es con antifaz. Le informo serio. Tener que hacer eso le molestaba pero debía guardar las apariencias y evitar los rumores que no eran beneficiosos.

-De acuerdo. Le respondio Flor conteniendo el aire, no soportaba tenerlo cerca pero debía aceptar al ser su esposo.

Se dirigio a su alcoba, pidiendo a una de las empleadas que le ayudara a seleccionar un vestido para la fiesta.

Eligio un vestido en un tono blanco brilloso con un escote en corazón bordeado con un delicado encaje, se coloco un corset con brillos que asemejaban formar alas, su falda amplia cubria sus pies, adorno su cabello suelto con una tiara con brillos y su antifaz en tono blanco con brillos de colores y un par de plumas pequeñas blancas a los lados. Sobresalto sus ojos con un maquillaje blanco y azul con brillos y apliques de estrellas, dio curvas a sus pestañas en un tono plateado en las puntas, sus labios pinto en un tono rosa y aplico brillos, sus mejillas dio color en un suave rosa, se coloco unos guantes largos blancos que llegaban hasta sus codos, calzo unas botitas plateadas a cordones con tacon que le daban altura. Al salir se encontro con Manuel que lucía un traje a medida en un tono azul y su antifaz del mismo color. La contemplo de pies a cabeza extendiendo su brazo para guiarla al gran salon. Al llegar se encontro que varios invitados ya estaban presentes, algunos tenian antifaz en forma del rostro de algun animal, personaje de algun cuento y ellos que simulaban ser principe y princesa.

Saludaron de manera cortes, él se reunio con los hombres y ella con las mujeres entre ellas estaba su madre y su hermana.

-Que gusto volverte a ver hija. Le dijo su madre con una sonrisa.

-Hermanita que tal es la vida de casada. Le pregunto la hermana con un tono agudo fingiendo una sonrisa que noto Flor el sarcasmo en su tono.

-Muy bien. Le respondio con una sonrisa y vio que Fran contrajo la cara.

-Que bueno que estas aqui... Quiero presentarte a algunas amigas. Le dijo la señora Rosa que queria dejar afirmado lo bien que se llevaba con su nuera y tirar a abajo cualquier afirmación que habia que se habia ido.

La llevo del brazo guiandola en dirección a un grupo de cuatro señoras muy elegantes en sus atuendos y se le notaba lo aburridas que estaban al cubrirse la mitad del rostro con sus abanicos para bostezar, pero sus miradas lagrimosas y entre abiertas las delataban.

-Chicas... Ella es Flor. La presento la señora Rosa.

-Es un placer. Les dijo Flor de manera cortes.

-Que adorable. Expreso una señora de cabellos colorados cortos adornados con una peineta de oro y plata que formaban una rosa.

-Ella es la señora Smith. La presento su suegra que se veia mayor que el resto.

-Solo dime Mina. Le pidio la señora.

- La señora Clapton. le indico la señora Rosa señalando a una de cabellos negros largos.

-Solo An. Le aclaro

-Ella es la señora Paterson. Le dijo señalando a una rubia de ojos marrones.

-Solo Lima. Le dijo con una sonrisa.

-Y ella es la señora Niss. Le dijo por ultimo señalando a una de cabellos castaños ondulados.

-Solo Elena. Le dijo a Flor que les sonrie con un gesto de cabeza a modo de saludo.

-Las dejo que me la cuiden... Debo recibir a mas invitados. Se disculpo la señora Rosa y Flor sentia que volvió a abandonarla en la boca del lobo, mantuvo una sonrisa cortes.

-Dinos Flor... Que tal te va en la alcoba... Es tan buen amante tu esposo como se rumorea. Le pregunto la señora Elena con una mirada inquisidora.

-Pues... No exiten palabras para describirlo. Le respondio Flor para no quedar en evidencia de que Manuel jamás la toco.

-Ja... Ja... Si que lo supiste responder. río nerviosa la señora An de solo imaginarlo.

-Eh oido que existe un punto donde te tocan y no necesitan quitarte nada para hacerte sentir que estan en el espacio. Murmura Lima.

"No saben hablar de otra cosa"

"Solo piensan en eso", penso Flor colorada, ella no experimento nada de eso.

Al sentirse abrumada por sus comentarios tan escandalosos que no eran dignos de una dama, decide irse con la escusa de siempre.

-Disculpen... Debo ir al tocador. Le dijo con una sonrisa alzando un lado de su falda para caminar.

-Necesitas compañia. Se ofreció la señora Mina.

-No gracias... Muy amable. Le respondio Flor al retirarse.

Camino dirigiendose hacia el tocador pero solo queria respirar un poco al alejarse de ellas. Al cruzar por un despacho escucho unas risitas de una joven.

-Jiji... Estas seguro de esto. Le pregunto y esa voz le resulto conocida.

-Si... Nadie nota nuestra ausencia. Escucho la voz de Manuel por lo que se aproximo a espiar con temor de estar haciendo algo malo, en su interior luchaba con lo que era y no era correcto.

Al poder divisar con quien estaba Manuel se dio cuenta que era Fran y las manos de él se aventuraban bajo su vestido.

-Dime si asi la has tocado. Le pregunto con un leve gemido.

-Solo a voz podria. Le respondio besandola.

Flor se tapo la boca por la sorpresa de la escena que se producia y su corazón se acelero, giro apresurada como escapando de esa realidad fue derecho a la mesa de bebidas tomando una copa de un vino espumante y lo bebio como agua para borrar esa imagen de su cabeza. Manuel la habia despreciado con palabras y ahora al estar con Fran.

No podia creer la osadia de su hermana de meterse con su esposo, podia elegir al que quisiera, pero estaba con Manuel.

-No deberias beber asi. Escucho una voz masculina, al girar se encontro con un hombre alto de traje negro y un antifaz negro.

-Alguien una vez me dijo que podia... Al estar casada. Le respondio Flor al reconocer esos ojos claros.

-Y donde esta su esposo... Debe iniciar el baile con usted.

-Forjando los lazos familiares... Al escabullirse con mi hermana. Le respondio al sentir que el alcohol le aflojo la lengua.

-Es una grave acusación. Le responde.

-Acompañeme si no me cree. Lo invito señalando para que la siga. Él suspiro pesado caminando a pasos sigilosos asegurandose que nadie los veia y antes de llegar a la puerta se escuchaban los sonidos de una pareja. Por lo que él la detiene llevandola de ahi.

-Luego saldare cuentas con él... No debe dañarse más. Le dijo al verla a los ojos.

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