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MATRIMONIO CON UN DESCONOCIDO

CAPÍTULO 01

CAPITULO 1

En Inglaterra, en el año 2002, en una empresa gubernamental , donde desarrollaban armamento para las fuerzas de espionaje.

Un famoso mercenario fue contratado, por el país de Francia, para robar los descubrimientos y asesinar al ingeniero que tenía los nuevos descubrimientos.

Estuvo en esa compañía por más de un mes, observando cada parte, a cada trabajador, él era un profesional y siempre buscaba a alguien dentro del lugar, para dejarle la responsabilidad, para que su contratista, no se viera afectado, hacía trabajos limpios y seguros.

Cuando terminó su investigación, seleccionó a un hombre, que era el encargado del sistema, un mujeriego, que había seducido a todas las mujeres de ese lugar.

Jugando con los sentimientos de más de una señorita y que tenía un hermoso departamento en medio de la ciudad, en el mejor lugar.

Parecía un típico soltero, solitario, sin familia, un hombre guapo, elegante, que cualquier mujer quisiera como esposo; esa era la apariencia que siempre daba.

Hizo el trabajo, mató al ingeniero encajando en el cuello el abrecartas del hombre al que haría culpable de su muerte, lo sentó en la taza de baño de la empresa, dejando encerrado el cuerpo.

Después robó la información e hizo una copia, audazmente puso el disco duro con toda la información que había robado, en el maletín del hombre, justo para la hora de salida.

Después de eso él lo seguía hasta ver como terminaba todo, tenía que estar seguro de que las cosas apuntaran a su víctima, pero esta vez cometió un grave error.

Al seguirlo el hombre no fue a su departamento, toma un camino diferente a lo habitual, fue hasta las colonias donde vivían las personas de clase media.

Llegó a una casa pequeña, cuando abrió la puerta, mira como un pequeño niño, corre a los brazos del hombre y se escucha como el pequeño le dice "papá, papá, llegaste".

El mercenario no podía creer lo que miraba.

El hombre tenía dos vidas, una donde era un soltero, que jugaba con el amor, y la otra vida era donde tenía una esposa, un hijo.

El mercenario se sentía asqueado por lo que miraba y pensaba que sí merecía la muerte, pero solo esperaba, que no se quedara esa noche con su familia, que regresara a su departamento, para que no se viera afectada su familia.

Pero sus súplicas fueron en vano, ese hombre se quedó con su familia y a la 1 am, cuatro hombres encapuchados del gobierno entraron a su casa, fingiendo un ataque de la mafia.

Voltearon a la casa, buscando el disco duro.

Cuando lo encontraron, verificaron que era la información, empezaron a torturarlo, mataron a su esposa enfrente de él, para sacarle la información de quién lo había contratado, pero por más tortura, él no sabía de qué se trataba.

Cuando ya lo tenían medio muerto, terminaron disparándole en la cabeza, el pequeño, no dejaba de llorar, mientras que uno de los hombres lo sostenía, tapándole los ojos, para que no viera.

Pero cuando todo terminó, el comandante le dio la orden de matarlo.

El soldado se quedó helado, no sabía cómo matar a un niño y eso era algo que no podía hacer.

Mira como todos sus compañeros salen dejándolo solo, para que lo matara y poder irse de ahí.

El soldado sacó su arma, le temblaba la mano, le pidió perdón y cerró los ojos al dispararle, no quiso voltear a ver dónde le había dado, simplemente dejó de escucharlo, pensó que estaba muerto, se dio media vuelta, salió de la casa, después todos se fueron.

El mercenario, al ver que todos se iban, entró a la casa, miró al hombre muerto, a la mujer muerta y pensó que el pequeño también había tenido el mismo destino.

Pero justo cuando se dio media vuelta para salir de ahí, escuchó cómo el pequeño empezó a llorar.

Al verlo bien, se dio cuenta de que su brazo estaba herido, de un rozón de bala.

Por un momento pensó en dar media vuelta y dejarlo, se decía mentalmente que no era su responsabilidad, pero en ese momento lo escucha que dice.

• ayude a mi mamá, ella está sangrando.

El mercenario sintió algo extraño, no entendía qué era, pero ver al pequeño pedir por su mamá, cuando tendría que estar llorando o pidiendo por él.

Sin poder evitarlo, lo levanta en sus brazos y

presiona unos puntos en su cuello para hacerlo dormir.

Se llevó al pequeño con él, lo curó del brazo y lo sacó del país, entregó la información al gobierno francés; después de ese día nadie volvió a saber de él.

El mercenario se fue con el pequeño al país de indonesia, a una de sus islas con menos habitantes, le cambió el nombre al pequeño y le puso el nombre Nain, le dejó su edad de 6 años.

Desde ese día lo empezó a entrenar, empezó a hacer un arma, hacer fuerte, le enseñó todo lo que él sabía, lo hizo un experto en artes marciales, en técnicas de lucha de cuerpo a cuerpo, de técnicas de lucha con armas blancas, desde las más conocidas hasta las más antiguas.

Le enseñó a usar el látigo, lo hizo experto en el manejo de las dagas, se convirtieron en su arma favorita, le enseñó el manejo de armas de fuego de todo tipo, desde el arma más conocida, hasta el arma olvidada, le mostró como hacer explosivos, desarmar bombas, hacer bombas

caseras.

Le enseñó sobre venenos de los que hacían los científicos, como los venenos de los animales; todo lo que él sabía se lo enseñó, haciendo que perfeccionara sus técnicas.

Cuando Nain cumplió 11 años, lo obligó a matar a su primera víctima, un niño de la isla que se había hecho amigo, para él las amistades, el cariño, el lazo de amor era una debilidad y eso se lo estaba metiendo muy bien al pequeño.

Después de ese día, el mercenario empezó a viajar con el pequeño, para que aprendiera nuevas cosas, aprendió de tecnología, no había un aparato tecnológico que él no conociera, hasta su historia.

Aprendió de arte, a conocer las piezas más valiosas del mundo, de joyas, a reconocer una joya auténtica, aprendió a comportarse, a reconocer las marcas del mundo, a conocer cada moneda del mundo, cada instrumento musical y a tocarlo.

Aprendió de vinos, aprendió modales, de etiqueta, aprendió del camuflaje, se hizo en un arma perfecta, con un conocimiento muy grande.

El mercenario le dio su primera misión a sus 15 años, fue en el país de África, donde tenía que matar a un ladrón estadounidense.

Tenía que quitarle un maletín con las piedras más hermosas y grandes encontradas.

Nain hizo un trabajo limpio y rápido, se disfrazó de un trabajador del hotel en África, después de que el ladrón obtuvo el maletín, se quedó una noche en

ese hotel.

Nain se hizo de la charola de comida, que él había ordenado, le puso un veneno imposible de detectar, que paraba el corazón como si fuera un ataque cardiaco, la llevó a su habitación y como si fuera un jovencito, inocente, entró.

Dejó la charola de la comida, se empezó a comportar como si fuera un joven curioso, queriendo quedar bien, queriendo ganar algo de dinero.

Nain hizo también su trabajo que el ladrón se sintió seguro y empezó a comer mientras le hacía preguntas de la ciudad, cuando terminó la comida, fue a su saco y sacó su cartera para darle una propina, pero en ese momento, el veneno empezó a hacer efecto.

Nain solo lo miró como moría frente a él, viéndolo a los ojos, viendo su dolor al morir y eso le gustó.

Una vez que el ladrón murió, tomó el maletín y salió del hotel como si nada, siempre cuidando que nadie lo viera o le pusiera atención.

Fue como si no hubiera estado ahí.

La otra parte de la misión era sacar los diamantes del país, de forma segura y sin que nadie se diera

cuenta.

Ese era el problema, encontrar la manera de salir del país con el maletín, tenía que pensar muy bien lo que tenía que hacer.

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...**Palabras del autor**...

Muchas gracias por el apoyo que me han dado y por los hermosos comentarios que han dejado en las novelas, en lo privado.

Les traigo esta nueva novela espero les guste y me sigan dejando sus comentarios, su apoyo.

si les gusta el capítulo dejen el megusta y su comentario.

Muchas gracias espero que les guste.

CAPÍTULO 2

Se fue directo al aeropuerto y empezó a observar a todos los pasajeros y el lugar; cuando miró que ahí estaba la hija de un embajador español, a punto de regresar a su país, junto con unas amigas.

Nain sabía que nadie se atrevía a tocar a las familias de los embajadores; astutamente, mira entrar a las jóvenes al baño y esperó a que salieran.

Cuando las miró salir, provocó un accidente, haciendo que la bebida que ella traía se derramara sobre él.

Aprovechando su belleza y su buen físico, terminó siendo invitado por ellas a volar en su avión, pasando la seguridad del aeropuerto sin que lo checaran.

Llegó a España sin ningún problema, se fue hacia los casilleros del aeropuerto, pagó por un mes y dejó el maletín.

Dio un nombre falso, siempre cuidó que las cámaras del aeropuerto no pudieran grabar su rostro; traía una cachucha y un cubrebocas, que le ayudaron a salir sin ningún problema, a no ser captado por las cámaras, dejar el maletín seguro.

Cuando estuvo fuera, le llamó por un teléfono público al que lo contrató, para que fuera por el maletín, le hizo llegar una llave, por medio de una paquetería.

La entrega se hizo segura, después solo regresó

con el mercenario y el tiempo pasó.

Empezó a tener más trabajos, empezó a matar gente sin piedad, hacerse de una fama de muerte, empezó a ser reconocido como la sombra negra de la muerte.

Nadie lo conocía, en ningún lugar dejó ver su rostro, si su trabajo era matar a alguien, al momento de matarlo dejaba que viera su rostro, esa era su satisfacción.

Hizo trabajos de todo, de manera eficiente; aprendió muy bien del mercenario. Tres años después, a la edad de 18 años, ya había logrado tener una fama, que ni siquiera el mercenario tenía.

Naín estaba en su cumpleaños número 19, cuando por accidente se enteró de la verdad; escuchó una conversación entre el mercenario y su amigo, donde escuchó cómo se había equivocado, cómo habían muerto sus padres, cómo decidió hacerse cargo de él.

Naín no lo soportó, se volvió loco con lo que escuchó y mató tanto al mercenario como al amigo, terminó con toda la gente que sabía de su existencia.

Desde ese día realmente se convirtió en una verdadera sombra negra de muerte, astuto, ágil e inteligente como una serpiente.

Se fue a vivir a París, Francia, donde hizo su encubierta; empezó a vivir como un huérfano, que había salido del orfanato, que se había quemado, que estaba en las afueras de la ciudad, lugar donde no había sobrevivido ningún trabajador.

Era su cuartada perfecta, fácil de sacar documentación falsa, se formó una identidad que nadie podía cuestionar.

Él rentó un pequeño departamento en una de las áreas más pobres de la ciudad, tomó un trabajo de repartidor de comida rápida, con la que aparentaba ser un joven normal, que buscaba sobrevivir, en ese mundo cruel.

Los trabajadores y jefes de su trabajo en el restaurante de comida rápida lo querían mucho, para todos era un joven alegre, dulce, que siempre los hacía sentir bien.

Para todos, él era un joven, que solo buscaba salir adelante, que estaba ahorrando para comprar su casa, guardar dinero para su futuro.

Naín siempre llegaba a las 6 a. m., trabajaba hasta las 3 pm y de ahí se iba a su casa. En ocasiones salía con sus compañeros de trabajo, iba a tomar con ellos y siempre fingía que se emborrachaba, para salir lo más pronto del lugar.

Pero tenía su otro trabajo como la sombra negra de la muerte, había ocasiones donde fingía estar enfermo para hacer sus trabajos, donde viajaba a muchas partes del mundo y terminaba haciendo lo que más le gustaba, ser un mercenario, que se vendía al mejor postor.

Naín se hizo de una enorme riqueza, que tenía en bancos donde no se ocupaba mucho y eran seguros, aunque también tenía dinero en bodegas, lugares, que él solo sabía, entre las que tenía, arte, joyas preciosas, información comprometedora de personalidades muy importantes en todo el mundo.

Él tenía un gran tesoro escondido, que nadie sabía; su vida la supo llevar bien hasta sus 23 años, que fue entonces cuando el destino decidió cambiar su vida.

Naín cumplía 23 años, sus compañeros de trabajo se ponían de acuerdo con él para salir a festejar; eran las 12:30 del día, cuando tuvo que salir a entregar un pedido y algo que agradeció, porque no encontraba la manera de negarse para no salir esa noche con sus compañeros.

Salió en la moto y por primera vez iba distraído; tenía que hacer esa noche un trabajo, justo a las 9 p.m., que era el momento adecuado para entrar al museo y robar una piedra preciosa llamada el corazón del hijo del faraón, que había llegado de Egipto.

Naín iba sumergido en sus pensamientos que no se fijaba en el camino, más de una vez estuvo a punto de chocar con los carros; pero ni eso lo hizo dejar de pensar en cómo salir de sus compañeros de trabajo.

Iba con algo de velocidad en la moto y nunca se fijó que el semáforo cambiaba de verde a amarillo y luego a rojo; justo en ese momento, una mujer con un hermoso vestido de novia cruzaba la calle corriendo.

Naín, cuando se dio cuenta, fue muy tarde, no pudo frenar la moto a tiempo y terminó arrollándola, dándole un fuerte golpe.

La moto se salió de control y terminó en el suelo, se levantó aturdido, la gente empezaba a rodearlos, cuando se dio cuenta que no lo miraban a él, sino a la hermosa joven que estaba a su lado, con su rostro ensangrentado.

Maldijo para sí mismo, se apresura a llegar a ella, tomó su pulso y mira que estaba viva; pensó en esperar la ambulancia, cuando escucha la voz de la joven que le dice antes de levantarse.

• Por favor, sácame de aquí, no dejes que me encuentre.

Naín sintió culpa y la tomó en sus brazos, levantó la moto, los dos subieron, se fue directo a un hospital; al llegar pidió un médico y rápido la atendieron después de unos minutos, el médico le dijo que estaba bien, solo eran golpes.

Por un momento pensó en darse media vuelta y dejarla; pero recordó sus palabras, eso lo hizo sentir algo de lástima.

Suspira profundamente y se acerca a la camilla donde estaba, mira como un practicante de medicina curaba su rostro.

Le ponía una gasa que le cubría media cara; mira cómo otro practicante de medicina curaba su pierna, esa parte fue incómoda.

Ver su vestido levantado, dejando ver su hermosa pierna, era algo tentador y excitante. Naín trata de ver a otro lado, cuando escucha a la joven que le dice.

• Tú eres el culpable de que esté toda deforme, ya pensaste cómo me vas a recompensar.

Naín se quedó sorprendido con lo que le decía e inseguro, nervioso, le dice.

• Señorita, yo le pido una disculpa, me siento culpable por lo que le pasó. Si está pidiendo una cirugía plástica, yo haré todo para pagarla.

La joven estaba llorando, lo miraba directamente a los ojos, parecía que su mundo entero se le venía encima, entre su llanto exclamo.

• Yo no puedo operarme, soy alérgica a la anestesia, eso no soluciona mi problema, mi sufrimiento; ahora no podré casarme, conocer a un chico guapo, todos los hombres me verán como un monstruo y todo por tu culpa.

Naín se sorprende con lo que escuchaba, la miraba

como si estuviera sufriendo, cómo salían sus lágrimas que parecían no tener fin; eso era algo que no podía soportar. Inseguro, tenso, le responde.

• Señorita, yo… ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo ayudarte? Solo dime, ¿qué quieres que haga? Haré lo que tú me pidas.

La joven hace un silencio, lo seguía mirando con dolor y para hacer ese momento más dramático, deja pasar unos segundos, para decirle.

• ¿Prometes hacer lo que te pida?

Naín sintió inseguridad, algo en su tono de voz era inquietante, pero esa tristeza en su mirada lo hacía dudar de que fuera una trampa, de manera titubeante, exclamó.

• Te doy mi palabra, yo…

Yo haré lo que me pidas.

La joven sonríe con malicia, deja de llorar, como si todo hubiera sido una actuación, con una imposición, dice.

• Te vas a casar conmigo y no puedes negarte, diste tu palabra, cumple si eres hombre.

Naín se le quedó mirando sin saber qué responder a lo que le pedía; por primera vez en su vida estaba congelado y en ese momento mira que empieza a llorar nuevamente haciendo escándalo, siendo muy ruidosa, llamando la atención de todos los trabajadores y pacientes que estaban en el lugar.

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Muchas gracias por el apoyo.

Si el capítulo les ha gustado dejen el megusta y su comentario.

CAPÍTULO 03

Él trataba de calmarla cuando escucha que alguien dijo.

• qué hombre tan malo, cómo puede hacer llorar a esa joven, que vergüenza.

Naín no soportaba ver como todos lo miraban, como si fuera el peor hombre del mundo, que había lastimado a una jovencita indefensa, eso no le gustaba, inseguro le dice.

• Por favor no llores, yo dije que haré lo que me pidas y eso voy a hacer; pero deja de llorar, para que podamos hablar.

La joven le sonríe, limpia sus lágrimas y le dice.

• vamos al registro civil, vamos a casarnos de una vez.

Naín no podía creer lo que escuchaba, era una tontería lo que esa jovencita le pedía, pero ya se lo había prometido, su palabra dada era su firma, era lo más valioso que tenía en su vida, indeciso, nervioso le dice.

• Espera, para hacer eso se ocupan los documentos, no solo podemos presentarnos y casarnos; además ni siquiera me has dicho tu nombre.

La joven le sonríe y con su voz dulce le dice.

• Me llamo María Eugenia, tengo 20 años y seré tu esposa; ahora vamos a tu casa, recogemos tus documentos y de ahí al registro civil.

Nain suspira profundamente, no sabía cómo reaccionar a lo que ella le decía, sentía que había caído en la tonta trampa de una joven loca y no sabía cómo salir de ese problema, tenía que hacerla cambiar de opinión, hacer que le regresara su palabra dada; él simplemente no podía aceptar algo así, no podía casarse y complicar su vida.

María Eugenia se le quedó mirando, esperando su respuesta, pero él solo miraba el suelo, sin responder nada, con la cara enrojecida, por lo molesto que estaba, porque se sentía acorralado por una jovencita.

Él pensó en decirle que cambiara su petición, pero en ese momento escucha la voz de uno de los médicos, que le dice.

• señorita, se puede ir a su casa, ya está bien, solo tiene que pasar a pagar a caja y se puede retirar.

María Eugenia con una gran sonrisa le dice.

• tienes que pagar para irnos a tu casa, vamos por tus documentos o vas a faltar a tu palabra, eres de esos hombres que no dan la cara.

Nain se tensó, no iba a dejar que nadie dudara de

su palabra, en ese momento su orgullo pudo más

que cualquier cosa y con su voz seria dice.

• Yo soy un hombre que cumple lo que promete, voy a pagar y regreso por ti, haremos lo que tú pidas; solo te pido que lo pienses bien.

Un matrimonio no es un juego.

María Eugenia con una firmeza le dice.

• Yo sé muy bien lo que te pido, solo me falta saber una cosa ¿Cómo te llamas?

Necesito saber el nombre de mi futuro esposo.

Nain suspira profundamente y resignadamente contesta.

• Me llamo Nain…

Ya regreso.

Nain va a pagar la cuenta, después de un rato regresa con su hoja de alta, la ayuda a levantarse y salen del hospital.

La ayuda a subir a la moto y se va directo a su departamento.

Ella le pide que la cargue, porque su pierna le dolía por la herida y había muchas escaleras para subir a su departamento.

Él sin nada de ganas la toma en sus brazos y empezó a subir las escaleras, iban en silencio.

María Eugenia no dejaba de ver su rostro, lo tenía muy cerca de ella, estaba encantada con lo que miraba, era un hombre muy guapo y su rostro era perfecto.

Pero lo que más le gustó fue la fuerza que tenía, que subió con ella todas esas escaleras hasta el 6 piso.

Nain entró a su pequeño departamento, dónde había una pequeña cocina, una mesa con dos sillas, una sala chica, dos puertas; él le indica que una es la puerta de la habitación y la otra puerta era un pequeño baño completo.

En el momento que él la dejó en el suelo, se empezó a mover por el pequeño departamento, se mete a su habitación y con su voz dulce le dice.

• Futuro esposo, dame un pantalón y una playera, necesito quitarme este estorboso vestido o prefieres que este solo con ropa interior.

Nain se sintió avergonzado con esas últimas palabras, no podía creer lo que le decía, era tan descarada, que lo hacía sentir tan incomodo.

Molesto sacó un pantalón suave y una playera, se los puso en la cama, después empezó a caminar a la puerta, darle espacio para que se cambiara; pero ella toma su brazo y con su voz pícara le dice.

• Futuro esposo, no te vayas, ayúdame a cambiarme.

Nain voltea a verla, sin querer mira el escote de su vestido, que dejaba ver su pecho algo grande, su hermoso cuello, sus brazos destapados; tragó saliva con fuerza, solo de imaginarse lo que le pedía, y esa petición era excitante, tentadora.

María Eugenia mira como su rostro se pone colorado, le sonríe y divertida empieza a decir.

• No pienses de más, solo quiero que bajes el cierre, yo no voy a poder; mira está en la espalda y tiene seguro.

Este vestido está hecho solo para que un hombre se lo quite a una mujer.

Nain tragó saliva con más fuerza al escuchar esas últimas palabras y sin decir nada se acercó a ella, se colocó en su espalda; su cabello tapaba su espalda y se miraba que ella no pensaba hacer nada, pensaba dejarlo solo.

Nain levantó su mano temblorosa, con algo de trabajo recoge su cabello, para descubrir su espalda, lo coloca en sus hombros.

Tuvo que suspirar muy fuerte para controlarse, entrecerró sus ojos y pensó "maldición que me pasa, por qué estoy temblando como un joven de 15 años, estoy loco, como si nunca hubiera hecho algo así, que absurdo, mis manos tiemblan solo por esta tontería; Nain contrólate, eres el asesino más despiadado del mundo y una jovencita te está haciendo temblar de esa manera te miras ridículo" estaba tan metido en sus pensamientos, que no sintió el tiempo que pasó hasta que la escuchó.

María Eugenia al ver que los minutos pasaban y él no se movía, solo se había quedado parado detrás de ella, con su voz divertida le dice.

• Nain, ¿te pasa algo? ¿Por qué no bajas el cierre?

Estar parada es cansado y ya pasaron 10 minutos, solo baja el cierre, no es algo tan difícil o ¿Sí?

Nain se puso tenso y con sus manos temblorosas empezó; le dio un poco de trabajo quitar el seguro del vestido, después de pelear un poco con el seguro, empezó a bajar el cierre y sin querer tocó más de una vez su piel.

Él pudo sentir su suavidad, esa pequeña espalda era hermosa, tan delicada, por primera vez en su vida, sintió el deseo de tocar un poco más, era como el terciopelo de la tela más fina del mundo.

Naín había estado con muchas mujeres, más que nada por trabajo, para conseguir sus objetivos, siempre fue con mujeres de dudosa reputación, pero esta vez, sentía que no era lo mismo, sentía que ella era algo especial y su cuerpo estaba reaccionando a su belleza a la inocencia que parecía tener.

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Muchas gracias por el apoyo ☺️

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