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Amor En La Mentira

Capitulo 1 - Recuerdos

Era una de esas noches en las que el clima estaba fresco, el pasar de las horas había desvanecido el calor del día logrando mejorar la temperatura nocturna, Camila estaba sentada en uno de los costosos sofás que se encontraban especialmente ubicados en la terraza de su departamento.

Tenia un cigarrillo en la mano y en la otra una copa de vino, se preguntaba una y otra vez como había sido tan ilusa, como no se había dado cuenta de las señales y porque no había querido creer cada una de las pruebas que el destino había colocado en su camino.

Ella siempre había sido bastante intuitiva y en ocasiones sus familiares y amigos le decían que parecía tener un sexto sentido para las cosas, ya que fácilmente podía prever circunstancias y sentimientos antes de que fueran evidentes para los demás y es que había vitos los pequeños cambios en Daniel, su entonces prometido, no pasaron desapercibidos para ella, aunque decidió no creer en ellos.

Fueron cosas tan pequeñas las que iniciaron sus sospechas y es que Daniel siempre fue un hombre tan detallista y especial con ella, a la vez que era extremadamente puntual y comenzó a llegar tarde a su trabajo en la empresa de su padre, con excusas que eran bastante válidas, pero ella podía ver un toque de ansiedad en sus ojos.

Además, estaban esos mensajes de texto que él revisaba de manera constante para luego voltear el teléfono y alejarlos de la vista de Camila, era como si escondiera algo y a pesar que ella siempre preguntaba él siempre respondía que su tiempo con ella era importante y no quería que un simple mensaje los molestara.

Después de cinco años de matrimonio veía todo con claridad y eso hacía que su corazón doliera en lo mas profundo de su ser, ella se había enamorado de él, pero no como en esas historias de amor en que los protagonistas se ven y sienten el flechazo en sus corazones, había sido Daniel quien había ganado su corazón poco a poco con detalles y dedicación.

Camila recordaba como en esos primeros días de universidad había conocido a Fabricio y el solo hecho de recordarlo aun le generaba una sonrisa tonta en sus labios, a pesar de todo aun su recuerdo le generaba un pequeño despertar en su corazón.

Ese chico era el típico nerd que hay en toda clase, super aplicado, pero bastante desaliñado, al igual que ella y es que parecía que los dos habían sido elaborados el uno para el otro, los dos era personas muy inteligentes que no se ocupaban mucho de forma de vestir.

Ella siempre tuvo una hermosa y larga cabellera castaña que cuando no estaba suelta, la recogía en un moño alto o en una clineja, lo que fuera más rápido de hacer en el momento, siempre usaba jeans gastados y franelas de las que se compran en cualquier lugar, no tenia idea de cuantas franelas tenia en ese momento y sus amados zapatos converse, los cuales tenia de todos los colores que alguien se pueda imaginar.

Mientras que Fabricio siempre lucia ropa de vestir, pero parecía a los nerds de las películas, en una ocasión le llegó a decir que era su mamá quien le compraba la ropa y el solo aceptaba lo que ella le diera, lo único que le importaba era estudiar para ganar una beca fuera del país.

Desde el primer momento en que se vieron fueron como un imán el uno con el otro, tan era así que Ana la mejor amiga de Camila se sentía incomoda al estar con ellos, pero eso fue solo por un semestre ya que al terminar Fabricio se tuvo que ir a Alemania ya que le había salido la tan esperada beca en una universidad en ese país.

Ellos nunca hablaron de sentimientos, pero ella sabía que sentía algo especial por èl y a pesar de la distancia continuaron en contacto, aunque poco a poco ese contacto fue disminuyendo hasta que llegó el momento en que no supo más de él o fue ella quien dejos de escribirle, Camila no supo exactamente que sucedió, de lo que si estaba segura era de que no había vuelto a pensar en él hasta ese momento de soledad.

Para no pensar en Fabricio ella había decidido estudiar otra carrera, eso la mantendría suficientemente ocupada para no estar pensando en romances y así lo hizo, ya había realizado el primer semestre de derecho mercantil y ahora comenzaría a estudiar también administración de empresas.

Al comenzar el semestre fue a inscribirse a la segunda carrera y ahí estaba él, Daniel Monasterios, a pesar de todo aun recordaba el día en que lo había visto por primera vez y es que parecía un actor de telenovela, era el tipo de hombre que ella nombraba como inalcanzable.

Alto, ojos azules, cabello negro perfectamente peinado, vestido a la moda, un aroma que deslumbra y una voz que hacia que cualquiera se enamorara al instante, pero a pesar de todo ella aun guardaba a Fabricio en su corazón y estaba segura de que un hombre tan perfecto como ese nunca se fijaría en una chica como ella.

Por un par de semestres fue así, ellos eran dos personas que estudiaban juntas, pero no tenían nada que ver el uno con el otro hasta que un día un profesor los obligó a hacer un proyecto juntos, los dos intentaron persuadir al profesor de colocarlos con otras personas, pero no hubo manera de cambiar la decisión.

Se reunieron un par de veces en la universidad y otro par de veces en la casa de él, en donde Camila conoció a los padres de Daniel y su padre la reconoció al instante, ella era hija de uno de los hombres más ricos del país, podía decirse que tenia un estatus superior al de ellos.

Después de eso él comenzó a saludarla y hasta la invitaba a comer con él y su grupo de amistades, en ocasiones la invitaba a su casa, pero ella siempre se negaba, sentía que había algo oculto en sus intenciones y eso hacia que no le tuviera confianza.

Capitulo 2 – llamada

Cerca de la universidad había un parque al cual Camila le gustaba ir, le gustaba sentarse en uno de los bancos y ver a las personas pasar, tenía como pasatiempo imaginar que era lo que le sucedía a cada uno o crearse conversaciones imaginarias, el lugar era tranquilo y le ayudaba en ocasiones a pensar en sus problemas.

Ese día se encontraba sentada en la grama, algo que casi nunca hacia y ese día era especial, había pasado un año desde que Fabricio se había ido a estudiar a Alemania y a pesar de que lo extrañaba terriblemente otros sentimientos habían comenzado a asomarse en su vida.

Ese día llevaba una hoja en blanco en sus manos, iba a escribir en ella cada una de las emociones que la envolvían, veía pasar a las personas y para ellos esa era una tarde cualquiera, pero para ella era un momento para tomar decisiones importantes.

Sus sentimientos se habían transformado en un rompecabezas y lo que parecía una tranquila escena de reflexión, era en realidad una tormenta interna que la consumía poco a poco, ya que sentía que su corazón se estaba dividiendo.

Por un lado, tenía sentimientos no concluidos por Fabricio con el que cada cierto tiempo tenía videollamadas, mensajes de "buenos días" y "buenas noches, así como correos, esa pequeña temporada que habían pasado juntos él había sido su apoyo incondicional, su cómplice de aventuras, su refugio seguro.

Sin embargo, la distancia era un enemigo silencioso que había comenzado a hacer mella en esa fortaleza que juntos habían construido, a eso se sumaba el hecho de que nunca le había dicho nada acerca de tener una relación, sus conversaciones habían sido siempre como amigos y nada más, por lo que sentía que se había hecho ilusiones sola.

Por otro lado, estaba Daniel, quien desde hacía algunos meses se había convertido en parte importante de su vida, a la vez que sería el heredero de una gran empresa, había comenzado a trabajar con su padre y se veía como una persona que buscaba consolidar su futuro.

A pesar de ser bastante guapo y en el exterior vanidoso y egoísta, ella había conocido a un hombre que transmitía confianza, que era bastante sencillo y con un carisma que lo hacía irresistible para muchas.

Con mucho esmero estaba conquistando su corazón, él sabía que ella sentía algo por su amigo, pero también conocía las presiones que enfrentaba por parte de su padre, un empresario que veía en el matrimonio la alianza perfecta para fortalecer su compañía, y Daniel era el candidato perfecto para llevar a cabo sus planes.

Aunque en esa relación no todo era color de rosa, Camila tenia un hermano mayor llamado German que no estaba de acuerdo con la relación entre ella y Daniel, este hermano tenía 15 años mas que ella y era demasiado protector, por lo que su oposición era un punto de inflexión para que ellos llegaran más allá.

Ella recordaba como Daniel fue enamorándola poco a poco, inicialmente comenzaron a estudiar juntos para los exámenes, él comenzó a buscarla para que le ayudara en algunas materias y fue dedicándole tiempo cada día, a la vez que su amiga Ana comenzó a salir con uno de sus amigos.

Así que de la nada comenzaron a llegarle flores enviadas sin motivo aparente, mensajes con poemas o con algún comentario que solo buscaban sacarle una sonrisa o simplemente estaba presente cuando ella más lo necesitaba.

No obstante, para Camila esas atenciones, si bien la hacían sentir especial, también la colocaban en una posición incómoda, ya que su corazón pertenecía a Fabricio, pero la constante cercanía de Daniel empezaba a crear grietas en su certeza originando que comenzara a sentirse especial para él y con él.

Daniel se había transformado en el aquí y el ahora, era una presencia constante que parecía solucionar todos los problemas con una facilidad abrumadora y de aquella chica que se escondía detrás de unos lentes y una ropa ancha ya casi no quedaba nada.

Ana, su mejor amiga y Daniel habían hecho que se diera cuenta de lo hermosa que era, por lo que fue probando con otros estilos de ropa y hasta se compró unos lentes de contacto, originando como resultado que el patito feo que era antes se había transformado en un hermoso cisne que había deslumbrado a todos.

Este cambio había hecho que la madre de Camila le tomara cierto cariño a Daniel, veía en él alguien que estaba cambiando a su hija y sentía que era para bien, a la vez que los padres de ambos ya sentían que sonaban campanas de matrimonio entre la joven pareja.

Cada día que pasaba Daniel se transformaba en esa estabilidad y seguridad que Camila necesitaba, a la vez que le hacía sentir que estaba dispuesto a todo con tal de tenerla a su lado, incluso si eso significaba apresurarse a un compromiso para satisfacer las exigencias de su padre.

Camila sabía que las decisiones tomadas bajo la presión de terceros no siempre eran las acertadas, sin embargo, la insistencia de Daniel y su padre hacía tambalear sus convicciones, a la vez que ese chico la hacia sentir sumamente especial y lentamente comenzó a olvidar ese amor lejano.

Los días pasaban y Fabricio se sumergía en los libros y en las responsabilidades de sus estudios, a la vez que Daniel tejía una red de sutilezas con el único propósito de ganar el corazón de Camila, así que ella decidió contarle a su amigo todo lo que estaba viviendo y la respuesta que obtuvo no era la que ella esperaba.

Fabricio con una gran sonrisa la felicitó por haber conseguido a alguien que la hiciera sentir tan bien y le deseó lo mejor del mundo en su nueva relación, le dijo que se alegraba mucho por ella y que era una persona que merecía ser feliz.

Esas palabras generaron sentimientos encontrados en ella, por un lado pensó que esos sentimientos e ilusiones se los estaba creando ella sola y sintió un poco de alivio, a la vez que se sintió un poco triste al darse cuenta de que Fabricio no la quería de la misma manera que ella.

Capitulo 3 - Conversaciòn Esperanzadora

Después de esa conversación Camila bajo la guardia ante Daniel, por lo que las pláticas, las risas espontáneas y la compatibilidad en sus personalidades fueron inclinando la balanza a favor de este, por lo que las promesas de amor parecían flotar en el aire, haciéndose cada vez más fluidas y constantes.

Mientras Camila observaba la caída de una hoja otoñal desde su banco en el parque, comprendía que el amor era una batalla entre lo que sentimos y lo que vivimos; entre el amor que se espera y el amor que se tiene al alcance de la mano.

Y así, entre pensamientos y suspiros, la hoja en blanco continuaba esperando palabras que no llegaban, como los besos de un amor que estaba demasiado lejos y que no era correspondido.

Esa misma tarde estaba Daniel entrando a la oficina de su padre y lo ve revisando algunos papeles, lo saluda como siempre y su padre le hace una seña de que se siente frente a él.

-Padre, necesitamos hablar sobre el futuro de la empresa – comenta Daniel serio

- Hijo siempre tengo tiempo para hablar del negocio ¿qué ocurre? – responde mientras lo ve por encima de sus lentes

-He estado pensando mucho en nuestras estrategias actuales y creo que... – no pudo terminar la frase porque su padre lo interrumpió

-¿Es esto acerca de tus ideas modernas otra vez? Daniel, la empresa ha prosperado durante años sin necesidad de esos cambios radicales que propones, ya hemos hablado varias veces de eso – el hombre mostraba fastidio al escuchar a su hijo y sabia por dónde iba la conversación

-He revisado los números y me he asesorado muy bien, si queremos que la empresa no sólo prospere, sino que lidere el mercado, necesitamos innovar, eso es lo que todas las empresas están haciendo para mantenerse – Daniel le insistía a su padre

-Te escucho, pero espero que esto no tenga nada que ver con tu reticencia a casarte con la hija del Señor Castillo, porque ese matrimonio le daría a la empresa el impulso que tanto necesita – el hombre sonreía al pensar en todos los planes que tenia

- Padre\, no puedes planear mi vida matrimonial como si fuera una fusión empresarial más\, yo no tengo sentimientos amorosos por Camila y lo que haga con mi vida no debería estar ligados al beneficio de la empresa – le reprochó

-Tu matrimonio con Camila traería consigo no sólo una consolidación de nuestra posición en el mercado, sino también un refuerzo en las relaciones comerciales, es la mejor decisión que he tomado en años y tu me darás la razón dentro de algunos años cuando te des cuenta de que tenía razón y estemos nadando en dinero

-Yo no amo a la hija del Señor Castillo, Camila es... ella es diferente y no es lo que yo busco en una mujer, además su hermano me odia y no lo disimula

-Camila tiene mucho que ofrecer, su familia tiene las conexiones que necesitamos y no te preocupes por su hermano, el no será una molestia, ya he hablado con su padre y él está feliz de que nuestras familias se unan

-Un matrimonio o se trata de conexiones, ¡se trata de amor! Y no es lo que yo siento por ella – Daniel comenzó a levantarle la voz

-En definitiva te hace falta entender cómo funciona el mundo, el matrimonio es una alianza estratégica, Daniel y mujeres hay muchas en el mundo, mientras Camila sea tu esposa y tu mejoras la posición de la empresa puedes tener a quien quieras en las sombras – estas palabras dejaron a Daniel en shock

-Puede que así haya sido en tu época, pero yo quiero construir mi vida con alguien que realmente ame, y al mismo tiempo quiero llevar la empresa hacia una dirección ética y sostenible – las palabras casi no le salían

-¿Y cómo sugieres que hagamos crecer la empresa con amor y sustentabilidad? ¿Debo esperar que los competidores se rindan ante tu idealismo? ¿O les regalo amor a los empleados para que trabajen cada día y con eso mantengan a sus familias? – era evidente el sarcasmo en sus palabras

-No se trata de idealismo, se trata de adaptarnos al pasar de los años en donde la sustentabilidad y la ética empresarial son clave en el mundo de hoy, podemos ser líderes de mercado y a la vez responsables sin tener que seguir con esta actuación que me está matando poco a poco

-Admiro la pasión con la que hablas, pero estas decisiones no pueden tomarse a la ligera y yo sé mejor que tu lo que nos conviene

- Lo sé\, por eso quiero que me des la oportunidad de demostrarte que mi camino puede ser beneficioso para todos y en cuanto a mi matrimonio\, quiero que sea por amor\, no por conveniencia – no quería ese matrimonio

-Muy bien, Daniel, te daré la oportunidad de presentar tu plan para la empresa y lo evaluaremos ante la junta directiva dentro de dos semanas, pero respecto a tu matrimonio, aún debemos hablar mucho más, tienes dos semanas para crear un plan que mejore las ganancias de la empresa y si logras convencer a los socios dejaré que te cases con quien quieras, si no, entonces esa misma noche le pides matrimonio a la niña Castillo

-Gracias, Padre, una oportunidad es todo lo que pido – Daniel estaba esperanzado y veía esa opción como la única esperanza para poder librarse de ese matrimonio

-No hagas que me arrepienta hijo y recuerda, las decisiones deben beneficiar no sólo tu corazón, sino también el legado familiar, así como a todos nuestros accionistas y serán ellos los que decidirán tu futuro – el padre de Daniel se levantó y fue hasta la puerta haciéndole entender que la conversación había terminado

-Entendido padre, sé que puedo hacer ambas cosas – Daniel estaba esperanzado y mil ideas corrían por su cerebro

Daniel sale de la oficina y mientras camina sus miles de pensamientos comienzan a aflorar y sabe que tiene una enorme responsabilidad que tiene por delante.

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