El cielo está gris, amenaza con tormentas y Freyja lo sabia, que todo su esfuerzo en sacar adelante a su hija siendo madre soltera era duro, aunque tiene una persona que le motiva a ser más fuerte, su pareja Edu con el que casi lleva un año.
— ¿Has escuchado el pronóstico de hoy?— Freyja se giró con suavidad al escuchar la voz de su amiga quién le sonreía de medio lado mientras llevaba en su diestra la correa de Reina.
— Lluvia y el cielo encapotado pero no mucho más, estoy algo saturada con las fincas.— Si lo estaba, llevaba semanas que solo se sobre exigía y que apenas probaba comida.
— Va a llegar el día en el que te desplomes por no cuidar de ti, te tengo dicho que comas a tus horas, se que tu hija es lo primero, pero si tú caes mala ¿ Quién cuidara de tu hija?— Fani no titubeó en decir lo que pensaba mientras la canina que tenía a su lado saludaba con efusividad a la morena.
— Estoy segura de que tendría un poco más de libertad si mi madre en lugar de ser tan egoísta y solo pensar en ella, se parase y me obligará a muchas cosas entre ellas a comer.— A lo que quería llegar Silvia con aquellas palabras esque deseaba un poco más de apoyo moral de su madre, si ella no negaba que su madre cuidaba de la niña en su ausencia mientras se buscaba las castañas del fuego para mantenerse en un país que no era fácil encontrar trabajo.
—Hagamos una cosa, yo esta tarde iré a tu casa, ayudare a tu madre con la niña y tú tómate una hora o dos de relajación— La idea de Fani no era mala, aunque no sabía si Jack estaría disponible esa tarde.
— Tomaré tu propuesta al pie de la letra, mi madre ha conseguido hacer aquello que hablamos, ya sabes el terreno para estar lejos de este pueblucho de mala muerte.— Ambas empezaron a reír, tener un sitio en el que vivir juntas no solo les proporcionaba ayudarse, también tener un sitio para los caninos de Fani.
La charla amistosa no duró mucho más de eso y Freyja terminó la última finca para llamar a Edu quién cogió el teléfono al primer tono.
—Hola nena, no esperaba una llamada a estas horas pero me alegra escucharte— El corazón de ella latía siempre a gran velocidad cuando lo escuchaba, lo veía o simplemente cuando compartía momentos con el.
— Mi madre y Fani estarán con la pequeña, había pensado que podríamos estar unas horas juntos antes de tu clase online.— Edu dejó escapar una suave risita al escuchar la voz dulce y aterciopelada de Freyja.
— Ahí Freyi, mi Freyi... Me encantaría decirte que no, pero no puedo negarme a estar contigo.— Le gustaba molestarla, pero en el fondo tras aquella máscara de chico guapo malo, su corazón solo le pertenecía a ella.
— ¿Entonces esta tarde a las siete paso por tu casa no?— Un silencio se escuchó por la línea de Edu quién al rato respondió.
— Yo te recojo mejor, quiero llevarte a un sitio. — Aquello sorprendió a Freyja, hacía varios meses que su relación había estado estancada y se había vuelto como un tempano de hielo.
Pero como dice un dicho, año nuevo, vida nueva, la relación había vuelto a ser prácticamente como era al principio o como decía su amiga Fani, la Barbie rubia y el Ken militar, las horas y los minutos pasaron lentos para Freyja que se moría de ganas por estar con Jack, se puso un vestido corto y ceñido de color crema, sus botines negros y se maquillo.
Edu: ¿Bajas ya? Hace cinco minutos que me dijiste que bajabas.
Freyja: Ya bajo, la niña me había perdido el delineador de cejas.
Edu: Nena no hace falta que te maquilles tanto, incluso sin el para mí eres preciosa.
Freyja: Va calla tonto, ya bajo...
La chica bajo y abrió la puerta del Mercedes blanco y sonrió entrando al asiento de copiloto, varios besos depósito en los labios de Jack mientras esté sonreía apoyando las manos en el volante, como era costumbre ajena Jack salió pisando fuerte el acelerador como era de costumbre, para que todos supieran que ella le pertenecía.
El Mercedes estacionó en el parking del mirador que tanto había mencionado Fani, Edu sentía que debía ser sincero con la persona con la que había aprendido muchas cosas y a la cual quería de corazón.
— Nunca pensé que me traerías aquí, ya que el plan se mencionaba mucho pero nunca se llevaba a cabo — Freyja miro sus tacones y luego a él como si fuera una niña pequeña emocionada por la sorpresa.
— Ahí momento para cada cosa y creo que es momento de hacer algunas cosas que no hemos hecho ¿no crees?— Aquella sonrisa pilla que solo Edu podía poner la hizo sentir que volaba.
Ambos salieron del coche caminando hasta lo más alto del mirador, la mirada de Edu se perdió en el horizonte mientras pensaba cómo decirle todo lo que quería decirle.
— ¿ Edu pasa algo? ¿ Estás bien?— La mano de Silvia acarició la espalda del chico.
— Lo estoy, pero no sé cómo estarás tú después de todo— Diestra tomo cintura ajena pegándola a él abruptamente.
Freyja dejo escapar un leve jadeo ante el tirón y miro a Jack con intensidad.
— Quiero que sepas que pase lo que pase, nada cambiará entre nosotros, lo prometo Freyi...— Freyja no entendió a que se refería.
La zurda de Edu subió a la mejilla izquierda de ella para dejar una leve caricia mientras se acercaba a ella y la besaba, lentamente y con todo el amor que sentía por ella.
— No entiendo porque haces esto de golpe, estabas tan frío en ocasiones... Que pensé que en algún momento me saldrías con que había otra.— El no pudo evitar reír.
— Freyja, tienes un concepto equivocado de mis palabras, he cometido muchos errores pero ya no lo hago, quizás no demuestro mucho lo que siento, pero se muy claro que quizás ahora quiero sentirme libre, pero a la vez no, porque la tranquilidad que tú me das no me la da nadie... No se, creo que eso no lo entiendes, quiero estar contigo, tener lo que tenemos, no ahí prisa para dar un paso en falso.— Hizo una pausa mientras la miraba con ternura — A veces correr y tomar decisiones efusivas nos hace sufrir y tomar decisiones incorrectas, eso no quiere decir que sienta que esto este mal... Confía en mí, Freyja te quiero a ti.—
Freyja se quedó callada, analizando cada palabra de Jack, su corazón latía con rapidez y estaba claro que nadie en su vida, la había hecho sentirse completa como solo se sentía con Edu.
— Voy a intentar comprender tus palabras, te daré tu espacio pero no te vayas de mi vida, porque también eres mi lugar seguro.— Otro beso, un poco más fogoso que el anterior, para demostrarle que la extrañaba.
Observaron el paisaje abrazados, se podía ver el pueblo y mucho más allá la capital, las luces bajo la oscura noche.
Edu abrió el coche y observo su teléfono, tenía varias llamadas del cuartel de Marines, aquello era sospechoso.
— Edu Lozano, se te requiere en el cuartel inmediatamente, venga con el uniforme convencional.— La voz de su superior temblaba, miro a Freyja quien tenía cara de sorpresa al escuchar aquello.
— En unos minutos estaré allí— Colgó la llamada y tocó la pierna de su pareja que parecía estar en shock— Freyja cariño, no te preocupes no creo que sea algo tan grave, seguro es una guardia fallida.
— No creo, pero igualmente ten algo por seguro, si es peligroso y no vuelves iré a buscarte, recuerda que somos una pareja y si te pasa algo, te iré a salvar...— Edu sonrió mientras restaba importancia al asunto.
— No digas eso Freyi, verás como no es una gran cosa.— Edu condujo a su casa, sin antes dejar a Freyja en la suya y cambiarse a su uniforme reglamentario.
Al llegar al cuartel su semblante cambio al ver a todos sus compañeros incluidos los recién retirados.
Freyja al llegar a su casa empezó a llorar desconsolada, no se imaginaba el que algo peligroso pasará, no, ella se rehusaba a perder a Edu.
— Mami no llores — balbuceo Africa mientras abrazaba a su madre.
— Mamá está bien Afri...— Susurro intentando contener las lágrimas.
— ¿Has notado los cortes de luz y las caídas telefónicas?— Comento Fani mientras miraba a Freyja y a su madre.
— No, la verdad... Estaba tan ocupada que se me olvido —
— Edu te ocupa siempre, cuando estás con el se te olvida que existe el mundo.— Su madre se encogió de hombros mientras asentía ante las palabras de la pelirroja.
— Un poco, pero hoy me ha dejado un poco rayada, no entiendo que quería decir con todo lo que dijo y ahora aún más me rayo, lo llamaron de urgencia al cuartel.— Fani frunció el ceño ante aquello y miro a otro lado, Freyja no era tonta y sabía exactamente qué su amiga ocultaba algo.— Dispara, sé que algo sabes...
— Claro que lo sé, mi tío que pertenece a la reserva también ha sido convocado... Tengo un mal presentimiento, recuerdas aquel día que estuvimos mirando sitios seguros bajo tierra y etc...— Fani miro con calma a Freyja, ella sabía que ambas estaban listas para cualquier cosa.—Es momento para llevar a la niña al bunker más seguro, tu madre se hará cargo de ella, dejare a Lobo, Oso y Reiner con ella... Reina vendrá con nosotras, tenemos que buscar víveres.— Freyja la interrumpió.
— Tengo que buscar a Edu, sé que ahí fuera debe estar pasándolo mal, sé que me necesita...El es alguien fuerte pero estoy segura de que me necesita— Fani se acercó y le palmeó el hombro y susurro en voz baja.
— Iremos a buscar al tonto de ojos bonitos no te preocupes, pero no lo grites a los cuatro vientos ya sabes que tu madre todavía no lo traga por los malos momentos que has pasado.— Sus demás amistades solían decir que eran como los pajaros inseparables, aunque ellas sabían que no era del todo cierto.
En algún punto de la vida tomarían diferentes rumbos, pero volverían a unirse como en los viejos tiempos, Bella tenía a la niña entre sus brazos mientras Fani había salido corriendo de la finca para tomar a sus cuatro perros y esperarles en la calle menos concurrida.
— ¿Bella te acuerdas de hacer el puente a un coche no? — La pregunta casi ofendió a la madre de Freyja que contesto de mala manera.
— Ha que te pego una ostia y luego hago que el coche arranqué— Freyja y Fani empezaron a reír mientras la última golpeaba con el codo la ventana del conductor de una furgoneta.
— Os diría de meternos en una de las casas tapiadas de mi calle pero no es tan seguro como pensé en el momento de decirlo, mejor el búnker, pero tendremos que salir periódicamente a abastecernos de víveres, munición para lo que sea necesario y hacer muchas cosas.— Al final el ver tantas películas de apocalipsis vendrían bien para sobrevivir, aunque la práctica era mucho más complicada que la teoría.
— Madre mía quien nos escuche pensaran que estamos locas porque todavía no ha explotado la noticia televisiva.— Bella interrumpió a su hija y colgó el teléfono a la misma vez que se escuchaba el motor de la furgoneta rugir.
— Mis compañeros vienen hacia aquí, tardan unos minutos, ellos traen más información y unos cuantos regalitos.— Freyja conocía bien a su madre, sabía que no estarían solas en aquel lugar, sus hermanos ya estaban avisados y también iban hacia el lugar acordado, la base militar de Marines.
—¿ Mami, Lulu también viene a jugar con Afri en el búnker?— Arantxa quien solo reía entre las lamidas de Reiner, Oso y Lobo balbuceó once palabras que descifró Freyja.
— Lulu pronto estará con nosotras, lo prometo Africa...— Freyja acarició la mejilla de su pequeña y se sentó junto a ella mientras la cabeza de Lobo se apoyaba en su muslo, intentando consolar solo lo que ellos notaban.— Gracias Lobo...
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