NovelToon NovelToon

Arráncame La Vida

AHORA

...ARRÁNCAME LA VIDA es una historia original de IRWIN SAUDADE (Chico Literario)...

...Libro dos ...

...Instagram: @irwin_saudade...

...Facebook: Irwin Saudade...

...***...

...ARRÁNCAME LA VIDA...

...AHORA...

...Hazme el amor y suspira......

¿Cómo se debe continuar con la vida después de haber terminado con tu primer amor? ¿Qué debe sentir el corazón cuando hay un hueco que dejó la ausencia de tu novio?

Hace un año, aún estaba con él. ¡Tan rápido se fue el tiempo! ¿Que fecha es hoy? ¿Quien es él? ¿Por qué no estamos juntos?

Casualmente este es ese día en que el verano está por terminar. ¿Y donde está ese amor del que tanto disfrutamos en aquel momento? ¿Me tendrá colgando entre sus pensamientos? ¿Se acordará de lo mismo que yo? Mi corazón, canija bola sanguínea que late fuerte cuando pienso en sus manos tocando mi piel. ¡Todavía me estremezco!

—¿No vas a venir a comer? —Bruno me estaba llamando desde la fogata. Sus gritos me hacen darle mi atención por algunos segundos.

Mis compañeros de clase asaban salchichas y algunos comían hamburguesas. ¡La estaban pasando genial!

—¡Ahorita voy! —Grité.

Pero en realidad no tenía ganas de comer nada. No tenía apetito y mis neuronas estaban como bobas, pensando en el pasado. ¡En ese amor de verano y en los restos de un pasado hermoso! ¿Por que tuvimos que pactar alejarnos de forma cruel?

—¡Apúrate! Ya casi se acaban las hamburguesas.

¡Me daba lo mismo si se terminaban! No tenía hambre.

El sol estaba por coronarse en un bello atardecer, oscurecería como en una hora y en verdad que no podía dejar pasar esta oportunidad. Era como si un impulso necesario e incontrolable me estuviera obligando a querer hacer esto. ¡Corrí sin dudar! La brisa del mar era perfecta, el viento me hizo sonreír y el salado azul me acariciaba el cuerpo. ¡Esto era increíble! Me sumergí, abrí los ojos, me ardieron demasiado y lo submarino se veía perfecto. Un color azul dorado, peces nadando cerca de la orilla y uno que otro erizo navegando con la arena del fondo.

Sonreí. Me acordé de esa vez que estuvimos en el lago de Tequesquitengo, de aquel momento en que nos besamos por primera vez como novios. ¿Fuimos novios? ¿Y en donde estábamos ahora? ¿Se acordará de aquel beso? ¿Se acordará de todo lo que yo me acuerdo? Fue un bello atardecer, mi espalda estaba fría y sus brazos desnudos me calentaron de forma intensa.

Estar con él fue como aprender a querer ser más que un primer amor. ¡Con él fui la versión más cursi del mundo! Y ahora solo me quedaban los recuerdos de aquel amor.

¡Todo era diferente ahora! La única caricia que tenía en este momento era muy salada y mi versión actual se estaba deprimiendo mucho con toda la oleada de recuerdos que bombardeaban a mi mente.

El sonido del agua me hizo pensar en esa vez que corrimos bajo la lluvia. Los rayos del sol me calentaban imaginariamente, recordé la primera vez que estuvimos juntos de forma desnuda y de forma inocente. Dos chicos en pieles que escurrían de agua y caricias inocentes. ¡Besitos tiernos en el cuello! ¿Él se acordaría de mí? ¿Se le enchinara la piel así como a mí? Una parte mía, muy en el fondo tenía recuerdos inolvidables. Y es que podría decir que Anuel fue "mi primera vez" de muchas cosas. Con él aprendí a dar y ser amor. Que conocí una parte bonita de su personalidad y yo era amor al decidir no suicidarme.

Quise salir a la superficie y flotar "de a muertito" sobre el mar. El movimiento del agua me mecía de acá, para allá y neta que me gustaba esta sensación. ¿Nostalgia? ¿Felicidad? ¿Emoción? ¿Amor? Mis pensamientos eran una burbuja enorme que me permitían flotar en el rumbo de la juventud, todo bien, hasta que una ola gigante me hundió en el agua.

Comencé a nadar. Una corriente arrastró a un erizo, muchas conchas revoloteaban en la orilla y los últimos rayos de sol me pegaban en la cara. Vi sus piernas moverse en dirección mía. Comencé a salir del agua y allí estaba mi amigo.

—¡Ya nos vamos! El profesor dice que ya es hora de ir a La Crucecita.

—¡Esto es increíble!

Sus ojos examinaban cómo el agua escurría por mi pecho.

HAZME EL AMOR

—¡Tú eres el que se ve increíble! —Movió sus cejas de forma coqueta.

—¡No digas tonterías!

—¿Te gusta mucho el mar?

Sonreí.

—En realidad lo que me gusta es recordar.

Se sacó de onda.

—¿Recordar? ¿Que cosa?

Como idiota, no pude evitar sonreír de forma ñoña.

—El verano pasado. ¡Me puse a pensar en lo qué pasó durante ese tiempo!

Se saco mucho más de onda.

—¿Que pasó el verano pasado?

Estábamos caminando en dirección a nuestro grupo de compañeros. Sonreí de forma estúpida y es que neta que no podía evitarlo.

—Anuel —admití sin pena.

Todo cobró sentido en sus pensamientos, era obvio que Bruno ya sabía la historia completa sobre mi primer amor.

—¿Aún no lo puedes superar?

—No se trata de superarlo, o sea, es que solamente me acordé de él.

—¿Y él se acordará de ti?

Su pregunta caló muy hondo en mi interior. Como un cuchillo que se enterraba bien profundamente en mi corazón. ¿Y la sangre? Moriría desangrado si el dolor emocional fuese líquido vital.

—Importa lo que yo recuerde de él. Si Anuel se ha olvidado de mí, tarde o temprano tenia que suceder. ¡Ahora está casado!

Pronunciar la palabra "casado" me hizo sentir un sabor amargo en mi boca. ¿Amargo? El chocolate a veces también es amargo y lo disfrutamos con placer.

—Pues bueno. Deberías buscar a alguien más.

—No. Como que ahora mismo no me siento con ganas de tener una relación.

Negó suavemente meneando su cabeza.

—Supe que le gustas a Adrián.

—¿El de tercer grado?

Sonrió.

—Ese mero. ¡Está colgado de ti!

—¡Ora!

—¡Neta! Uno de mis contactos del tercer grado me lo dijo.

Casualmente, de forma coqueta, mis ojos se encontraron con los de Adrián en el momento en que nos acercamos a recoger nuestras cosas. ¡Sentí chistoso en la barriga!

—¡No digas tonterías! Ni siquiera hablamos —dije desviando la mirada a mi amigo.

—Pues tenlo por seguro que hablarán.

—Como sea. El punto es que así estoy bien. ¡Me gusta recordar!

—Te gusta sufrir —terminó de decir mi amigo.

Después de estar en la bahía de La Entrega, pasamos a visitar el faro y mi perspectiva sobre el mundo cambio por completo, porque todo parecía ser hermoso. ¡Fue como si mis sentimientos hubiesen cambiado de una forma única! Tomamos fotos, le envíe varias postales a Zuri, a Cesar y a Maricruz.

—¡Se ve bien chido! —Bruno estaba bien embobado con un velero que flotaba sobre el océano.

—¡Esto es increíble!

Fue en ese momento que me di cuenta de algo. Que ahora mismo mi corazón se había olvidado de todos los recuerdos que cargaba de él, me había olvidado de nosotros y del pasado. ¿Por qué? Somos el momento perfecto cuando nos olvidamos del dolor humano, de ese dolor emocional que cargamos con mucha fuerza cuando el primer amor ya no está. ¡Somos el instante perfecto cuando el mundo nos deja de doler!

Por la noche nos encontrábamos cenando en un bonito restaurante. ¡Este viaje era increíble! El director se había lucido mucho con este incentivo antes de empezar el año escolar. ¡Iniciaría mi segundo año de preparatoria!

—¡Deberíamos bailar! —Sugirió una chica de nuestra mesa.

—¿Al menos sabes bailar? —Le preguntó un chico a su lado.

Bebí un poco de refresco de toronja, el calor se sentía en el ambiente y los ventiladores estaban a toda potencia revoloteando un aire caliente.

—¡Dan baila súper bien! —Bruno no tuvo miedo de comprometerme en una situación innecesaria.

Le di un golpe en su rodilla, me tomó por sorpresa su cometario y todos se giraron a mirarme.

—¡Es cierto! Lo vimos bailar en la graduación del año pasado. ¡Es todo un master! —Dijo alguien por ahí con mucha seguridad.

—¡No yo no...!

Empezó a sonar La Macarena.

—¡Ándale! La Macarena está sonando. ¡Vamos a bailar! —Y ni siquiera pude negarme, su mano me sujeto de la muñeca y me arrastro hasta la pista.

Dejamos nuestros platos a medio comer y corrí a su lado hasta  llegar a la pista del baile, porque resulta que aunque nadie estaba bailando, nosotros improvisamos una pista de baile en medio de todas las mesas.  ¡Todo el mundo nos estaba mirando! Bruno se estaba riendo de mí, me sentía un poco nervioso. ¡Canijo!

Adrián fue el que me estaba sujetando de la muñeca, me soltó cuando estábamos en la pista y me miraba con mucha felicidad.

—¡Hola! —Parecía estar emocionado.

La música empezó a sonar marcando el movimiento del cuerpo. Todos en el restaurante nos dieron su atención y de cierto modo se sentía divertido estar en medio de este momento. ¿Mover el cuerpo? Sabes que me gusta bailar y hasta se perrear, pero pues aquí no. ¡No es el lugar!

—¿Te estás divirtiendo? —Adrián gritaba porque el ritmo de la música estaba a volumen fuerte.

—¡Sí! ¿Y tú?

—Esto se siente chido.

Nuestros demás compañeros se habían unido al baile y La Macarena era todo un éxito. Le dimos alegría a un momento caluroso y la gente sonreía al vernos bailar con mucha emoción.

—¿Como aprendiste a bailar?

Los ojos de Adrián desprendían un brillo muy peculiar.

—Pues es que...

La canción terminó, Bruno me tomo del brazo y me arrastro hasta nuestra mesa.

—¡Eso estuvo chido!

—La verdad si.

—Mueves bien el esqueleto. Deberías dar clases de baile.

Negué.

—La neta no me siento tan capaz —di un sorbo de refresco—. Ahora regreso, necesito ir al baño.

—Va.

Mientras caminaba en dirección al sanitario, sentía muchas miradas clavándose en mí y mis nervios hicieron que aumentara la velocidad en mis pasos.

Oriné un poco. Espere a que todo el líquido saliera de mi cuerpo. Me acerque al lavabo y abrí la llave. Terminé de enjuagarme. Seque mis manos con lentitud. Observe por algunos segundos mi reflejo en el espejo y me sentía bien. ¡Había pasado un buen verano!

—¡Buen baile! —Su voz me hizo darle mi atención.

Me giré para poder mirarle y... ¿de verdad era él? ¿Que estaba haciendo aquí? Una gran parte de mí no podía creer esto. Tragué un poco de saliva. Sus ojos estaban enfocados en los míos, mi respiración comenzó a agitarse y el sentimiento de esta tarde estaba presente en mi corazón. ¿Esto estaba pasando en la vida real?

Me acerqué a él de forma lenta, subí mi mano hasta su rostro y no me dio pena tocarlo de esa manera. Esta vez tenía una barba bien recortada y no se movió, quizá estaba esperando a que yo lo tocara y seguramente él disfrutaba de mí tacto. ¡Sentí una chispa cuando acaricie su mejilla!

—¿De verdad eres tú? —Pregunté muy impactado.

Su mano subió hasta mi mano y me cubrió, me apretó más a su mejilla. ¡Esto se sentía tan bien! Nuestros ojos estaban bien enfocados, era como si a través del tacto pudiéramos escuchar el intercambio de latidos. ¡Me sentía a punto de derretirme!

—¡Soy yo! ¿Te da gusto verme?

¡Me daba gusto en muchas cosas!

Hace un año la vida era tan diferente en muchos aspectos. Los deseos eran complicados y mi inseguridad emocional estaba a toda potencia.

Hace un año aprendí a abrirme ante el mundo, hice cosas chidas y la pase súper bien. Conocí a personas increíbles que me ayudaron a superar mi pasado y sí, también tuve mi primer amor.

¿A donde habían quedado los restos del año pasado?

...Hazme el amor y suspira, suspira fuerte mientras te digo al oído que me haces feliz, que me gusta estar para ti, que te amo. ...

...Hazme el amor de tu vida, lléname de emociones y latidos que lleven tu nombre. Porque me gusta mucho el poder sentir que te pertenezco. ...

...¡Que nos pertenecemos de forma mutua! ...

...Hazme el amor y suspira. ...

...Solo suspira cuando pronuncias mi nombre al regalarme las semillas de tu alma. Tú eres mi tierra buena donde florece lo mejor de mí. ...

...Hazme el amor de tus días y de toda la vida. Que la eternidad se queda corta cuando de forma única, no sé como explicar, que me haces sentir completo. ...

...Hazme lo que quieras: tócame, bésame, desármame y constrúyeme a la forma más bonita de poder amarte....

...Hazme el amor.....

......y suspira....

CUANDO NOS VEAMOS

...PRIMERA PARTE...

...“EL REGRESO DE…”...

...Tres dias después del viaje escolar en las vacaciones de verano....

¡De nuevo aquí! Era como si el tiempo hubiese pasado muy rápido.

La entrada estaba repleta de estudiantes y la emoción latía bien fuerte  en mi interior. Comencé a caminar, Maricruz estaba junto a Bruno platicando del viaje escolar y ambos parecían pasar una buena mañana.

—¡Hola! ¿Cómo están? —Les salude.

—¡Ya llegaste! —Maricruz estaba emocionada.

—¡Tarde! Como siempre —añadió Bruno.

—Faltan quince minutos para que empiecen las clases. Aún es temprano.

—¡Claro! No sé que tiene de malo que Dan hubiese llegado después de nosotros. ¡Al menos no llego tarde en su primer día de clases! —Maricruz me defendió.

Empezamos a caminar por el pasillo que conducía al patio principal y el viento matutino refrescaba de forma muy agradable.

—¿Y como estuvo el viaje a Ciudad de México? —Pregunté a Maricruz.

Esa había sido la razón principal por la que no pudo acompañarnos al viaje escolar.

—La pase muy bien. ¿Viste las fotos que te envié? La ciudad es muy diferente a donde vivimos, mis padres nos llevaron a muchos lugares turísticos y pues, fue bueno pasar tiempo en casa de mis abuelos. ¡Me siento como toda una chica de ciudad! Subí mis estándares por un tiempo. Y fui toda una cosmopolita.

Su última frase nos hizo reír. ¡Sube tus estándares! No lo olvides.

—¡Cálmate María de todos Los Ángeles! —Dije, haciendo referencia a la serie de María de todos Los Ángeles.

—¿Tus abuelos no son aburridos? —Preguntó Bruno.

—Ellos tienen más vida social que tú —respondió ella.

No pude evitar reírme.

—¡No te burles Dan! Yo soy muy chido y lo sabes. Además...

—¡Dan! —La voz del director Juan llamó nuestra atención.

El hombre vestía de forma muy cómoda. Un pantalón café, camisa blanca, mocasines negros y una corbata  de color vino.

—¡Buenos días profesor! —Saludamos.

—¡Buenos días chicos! Que bueno verlos. ¿Cómo están?

—¡Listos para iniciar el año! —Respondió Bruno.

—¡Excelente! Esa es la actitud.

—¿Usted cómo está? —Le preguntó Maricruz.

—Algo atareado y corriendo. ¡Tengo muchos preparativos por hacer en la escuela! Y por eso estoy con ustedes, Dan, necesito de tu ayuda —dijo el director.

Mis amigos me lanzaron miradas sorprendidas. ¿Que pasaría conmigo?  No era muy común que el director de la escuela me estuviera buscando y mucho menos ahora que iniciaba el curso.

—¿Que necesita? —Pregunté, me sentía un poco sacado de onda.

—¿Les importa si me robo a su amigo?

—¡Para nada! —Dijo Maricruz.

—Genial. Acaba de llegar un alumno nuevo y quiero que tú le des el recorrido por la escuela. ¡Ya sabes! Darle un tour por las instalaciones.

¿Un alumno nuevo? ¿Dar un tour? ¡Vaya forma de comenzar el año escolar.

—¿En que grado estará? —Bruno tenía curiosidad.

—Es de tercer grado. Luego Dan les platicara los detalles, tenemos que irnos, él está esperándote en mi oficina.

El primer día de clases comenzó de forma apresurada. Tuve que despedirme de mis amigos. ¡Qué cosas!

Jamás pensé que tendría que visitar la oficina del director el primer día. ¡No me sentía nervioso! Llevaba mi mochila en la espalda, esa típica mochila de estambre artesanal (el morral con el que mi padre suele llamarme hippie) y mi uniforme bien planchado.

—Se ve que él es un buen muchacho. Estará en el equipo de fútbol y al parecer toca la guitarra. Se acaba de transferir de una escuela que está en Ciudad de México.

—¿Como se llama él? —Pregunté.

Pero no hubo tiempo de escuchar la respuesta. El director abrió la puerta de su oficina, el chico estaba sentado en la silla frente al escritorio, tenía su celular en las manos y también vestía su uniforme bien acomodado. Me quedé como bobo mirando la espalda del chico nuevo y una extraña sensación comenzó a latir en mi corazón.

—Joven Félix. ¡Volví! —El director se sentó en su silla.

El chico guardó su celular en el bolsillo de su pantalón, alzó la cara para mirar al profesor.

—Genial. ¿Trajo a una chica linda para darme el recorrido? —Su tono de voz era profundo, intenso, fuerte. ¡Parecía ser un coqueto!

El director arrugo el entrecejo e irradió sorpresa por la seguridad con la que se expresaba el chico nuevo.

—En realidad traje a un chico, es lindo y será el encargado de mostrarle la escuela.

¿Chico lindo? ¿De verdad había dicho eso el director Juan? Me dio risa muy en mi interior y me ruborice un poco.

—¿Y donde está ese chico lindo? —Preguntó Félix.

—Detrás de ti.

Al instante, Félix se giró a mirarme, sus ojos se enfocaron en mis ojos, se puso de pie, era más alto que yo por mucho y su cuerpo era fornido. ¡Seguro que era un diez!

—¡Hola! Soy...

—Dan —interrumpió el chico nuevo.

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play