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El Demonio Que Se Enamoro Del Ángel

1 comienzo y primera vida

¿Por dónde debía empezar? ¿Quizás debería contarles como la conocí? ¿O todo lo que sentí por ella?.

No lo mejor es empezar presentándome, así después entienden por qué carajos estoy sentado bajo esta tormenta llorando.

Mi nombre es Erkan, soy un diablo, bah en realidad un príncipe diablo. Mi padre Satanás, tiene 7 mujeres y con cada una de ellas tuvo un hijo. Somos conocidos como los 7 pecados capitales, yo soy la Ira y mi madre, Melody, un antiguo Demonio perro. Así que como podrán imaginarse soy la mejor versión de cada uno de mis padres. Mi bestia es un perro negro, como la noche más oscura, y tengo la fuerza de mi padre y su habilidad para usar el fuego del infierno.

Tengo alrededor de unos 3000 años, aunque alcance la madurez a los 23, soy el gobernante del reino de la Ira. Dentro del infierno, tengo un cabello largo y negro, ojos rojos y dos cuernos de color rojo y negro. Poseo un cuerpo bien formado y cuando lo requiero, de mi espalda salen dos alas de plumas negras igual que mi cabello.

Hace un tiempo mi padre, me pidió que fuera a la superficie a acabar con un demonio que estaba causando problemas en varios poblados en Rusia, allí comenzó mi historia y es como se las relataré.

Rusia, 1910, poblado de Reef:

Debía disimular mi apariencia para no asustar a ningún humano, hacía tiempo que no subía a la superficie. Normalmente, lo hacía cuando tenía tareas aunque en realidad no mentiré, también lo hacía cuando debía saciar mis deseos carnales. Pues llega un momento que las mujeres demonios de mi reino no sirven para eso, y debo admitir que las humanas tienen otro toque especial. Pero bueno no andaré mucho con rodeos, llegué a los alrededores del pueblo, era de noche, pero una hermosa luna llena se podía ver en el cielo, sabía que debía esperar escondido a que aquel ser despreciable se presentará, así que use mi anillo mágico y escondí mis poderes, junto con todo aquello que demostraba que yo era un ser sobrenatural.

Pasaron una o dos horas, aún no sentía ninguna presencia acercarse adonde estaba, lo que si podía oír era la música de la aldea que comenzaba a sonar, al parecer tendría alguna especie de festival esta noche.

Luego de un rato más, comencé a sentir el olor a muerte acercarse a toda velocidad hacia el pueblo, por fin ese idiota se había acercado. Era obvio que no dejaría pasar la oportunidad de asustar a los humanos y alimentarse del miedo de estos. Tome la espada que llevaba en mi cintura y la desenvaine, lo esperaría listo para atacar y lo llevaría conmigo al infierno a recibir de la mismísima mano de mi padre, el castigo que se mereciera.

venía hacia mí a una velocidad increíblemente alta, pero al estar a pocos metros de distancia, cambió de rumbo. Maldición, quizás me había sentido, pero cuando miré hacia donde se estaba dirigiendo, mis ojos se abrieron como platos.

Era una hermosa luz blanca, que emanaba tanta paz, que se me revolvía el estómago. Pero la curiosidad me estaba ganando, tenía que saber que era aquello, ya que, jamás lo había visto en mi vida. Los demonios somos como los insectos, vamos derecho a la luz, por eso él se desvió y yo lo seguiría.

Una niña muy hermosa estaba escondida detrás de un árbol, ella era la causante de ese destello y sobre ella en una rama pude ver al demonio listo para atacarla. Solamente podía verla por detrás, tenía un simple vestido blanco y una larga cabellera rubia ondulada. Era un ser hermoso y cuando miré bien note esa aureola en su cabeza, ella era un ángel, un ser divino de los cielos. Me distraje admirando su belleza hipnotizante y no me di cuenta de que ese ser del infierno estaba listo sobre ella para atacarla.

Su grito me devolvió a la realidad, estaba tirada en el suelo, con ese ser encima de ella absorbiendo su vitalidad. Me lancé sin pensarlo y lo mate. Manchando su precioso vestido de color negro, enfunde mi espada y me di la vuelta para irme.

Gracias- sentí su voz tan dulce y relajada. Voltee a verla y se había parado nuevamente y se limpiaba de manera torpe las salpicaduras.

Eso no servirá, la sangre oscura de demonio, no puede quitarse con nada- le dije en tono frío.

Oh- vi que hizo un puchero, que niña tan pero tan hermosa.

¿qué hace un ángel en estos lados?- le pregunté acercándome de a poco, sabía por viejos escritos que la luz celestial podía lastimarnos mucho.

Yo vine por el festival, estoy entrenando para mi curso de Ángel Guardián y mis hermanos me permitieron bajar a conocer el mundo- me dijo volteando a ver el lugar de donde salía la música.

¿Es tu primera vez en la tierra?- le pregunté como idiota. Ella solo asintió con la cabeza -¿nadie te dijo que debes camuflar tu apariencia?-

Si lo sé, pero estaba tan emocionada porque es mi primera vez en bajar, que olvidé mi collar- me dijo volteando a verme.

¿Quieres ir a ver la fiesta?- ella asintió-toma esto- le dije entregándole una pulsera con una joya roja como mi anillo. Ella la tomó demasiado confiada, al parecer eran seres tan inocentes no que dudaban ni desconfiaba de nadie -¿que edad tienes?-

tengo 16 años y medio- me contesto con esa voz tan dulce que tenía. ahora entendía por que no desconfiaba, aparte de ser un angel, también era una niña.

Ni bien se puso la pulsera, su vestido cambió a una celeste y su aureola desapareció. Pero ella siguió siendo igual de hermosa, ahora podía ver bien sus facciones, unos ojos azules tan profundos como el mismo mar, sus mejillas apenas sonrojadas y su piel tan blanca que parecía porcelana. Vi como se sorprendía del cambio de su vestido y volvió a mirarme, no sé en que momento me enamore, pero si puedo comprender que ahora se me hará muy difícil volver a mi casa.

2

Ven, te acompañaré a la fiesta- dije extendiendo mi mano.

¿Quién eres?- me pregunto, por primera dudaba de seguirme.

Si prometes no salir corriendo, o en tu casa volando, te lo diré- le dije mostrándole una sonrisa, ella me miró y asintió.

Saque mi anillo de mi dedo y deje que mis cuernos, mis garras y mi aspecto cambiaran de nuevo.

Un demonio- dijo casi en un susurro que obviamente llegue a escuchar.

Soy un príncipe diablo, mi nombre es Erkan- ella tomó mi mano con una sonrisa, que para mí en ese momento fue raro, nadie jamás me había visto a los ojos y me había sonreído de esa manera, sin asustarse de mí.

Soy Galadriel, tienes unos ojos hermosos- me ruboricé, un cumplido. Ella me estaba dando un cumplido, más allá de los que mi madre me había dado, jamás había escuchado otro.

Gracias, tú también eres hermosa- le dije notando como sus mejillas se sonrojaban un poco más -tienes frío- le pregunte viendo que ella había soltado mi mano para sobarse el brazo.

No, es solo que jamás había estado cerca de un habitante del inframundo y todo lo que hemos escuchado de ustedes es malo- me dijo bajando la mirada. La tome del mentón y la obligue a verme a los ojos.

Las historias son dependiendo el bando que las cuenta, ahora vámonos o se terminara la fiesta- le dije tomando nuevamente de su mano y llevándola al pueblo donde se llevaba a cabo el festival.

El calor de su mano se sentía tan bien que cuando llegamos no quise soltarla. No me molestaba estar entre tantos humanos, no era la primera vez que lo hacía, pero ver como otros hombres la miraban hacía que algo en mí se despertara y no sabía bien que era.

Ella miraba todo como si nunca hubiese visto algo igual, bueno la realidad es que jamás había bajado, pero me sorprendió que arriba no espiaran estos lugares. La música sonaba muy bien y vi como se moría por bailar, así que la llevé al centro de la pista y le explique como eran los pasos, entendió muy bien y bailamos durante varias horas, comimos diversas comidas típicas del lugar y deje que probara aunque solo un poco la bebida que servían.

El amanecer estaba próximo a aparecer, así que me pidió volver al lugar donde nos habíamos encontrado. La llevé casi suplicando no llegar nunca, de verdad no quería despedirme de ella, sentía que por ahí no volvería a verla.

Llegamos al bosque donde la había rescatado del demonio, ella se quitó la pulsera y su aureola volvió al igual que su blanco vestido, esta vez sin ninguna mancha. Unas hermosas alas de plumas blancas aparecieron en su espalda, dejándola ver aún más hermosa.

Debo irme antes de que amanezca completamente- me dijo mirando el sol que empezaba a asomarse.

¿Te volveré a ver?- le pregunto con miedo a su respuesta.

Todas las noches de luna llena bajaré a conocer un poco más de estos pueblos- me dijo dándome la sonrisa más hermosa que podría haber visto.

Bien, entonces pequeña- le dije dándole un beso en su mano y acercando su cuerpo al mío -nos veremos el próximo mes- le di un abrazo de esos que se sienten como de despedida, pero si dejar de desear que esos 30 días pasarán volando. Extendí mis alas negras y me quité el anillo que me cubría, quería que ella viera todo de mí.

Eres hermoso- dijo admirando mis alas y mis ojos. Por lucifer, como se perdía en mi mirada al igual que yo en la suya. Iba a robarle un beso, pero creí que así solo la asustaría. Así que decidí esperar a que ella se elevará a los cielos, para abrir un portal a mi palacio y retirarme de ese lugar.

Veo que decidiste volver a tu casa- su voz me sobresalto. No esperaba que mi madre estuviese en mi reino, normalmente vive en los aposentos del castillo de mi padre.

¿qué haces aquí madre?- le dije sin mirarla.

Te vas a meter en un grave problema cachorro- me advirtió.

No sé dé que estás hablando- le dije mirándola fijamente a los ojos.

No puedes esconderle nada a la luna, realmente crees que siendo hija de ellos ¿Puedes mentirme a mí?- me dijo ya enojada.

No es de tu incumbencia lo que haga con mi vida- le dije ya molesto de que se metiera.

Los seres divinos y los oscuros no se mezclan, la condenarás y no podrás salvarla. Sus leyes son distintas a las nuestras, pero si crees que tu madre no debe meterse, así será cachorro, solo espero que sepas a lo que te enfrentas- me dijo y se fue, dejándome ahí parado estático. ¿A qué se refería con todo lo que me dijo? ¿Acaso la castigarían si supieran que estaba conmigo?

Me dispuse a empezar a hacer mi trabajo en el reino, que consistía en que todas las criaturas que allí habitaban se llevarán bien. Por suerte todo estaba tranquilo, alguna que otra disputa por tierras, pero nada que no pudiera manejar.

Le había pedido a mi sirviente que me trajera todos los libros y papiros que tuviesen información sobre los ángeles, pero todo lo que encontró yo ya lo sabía. Éramos enemigos naturales, la luz y las sombras, el bien y el mal. ¿Pero por qué yo sentía que todo esto que me pasaba estaba bien? ¿Acaso será que por ser tan buena consiguió enamorarme así?

Al final solamente había una cosa segura en mi cabeza, tenía que buscar en que pasar rápido los 30 días para la próxima luna llena, porque si no me volvería loco esperando a que llegase para verla. Nunca ningún ser se había metido tan profundo en mi corazón, calando en lo más hondo de este. Solamente esperaba que ella jamás tuviese que pagar por mi atrevimiento de enamorarme, quería mostrarle todo lo que no conocía sin necesidad de que ella sufriera. No puede estar más errado en ese pensamiento, al final terminamos sufriendo los dos.

3

Debo admitir que cualquier miedo que tuve sobre esta relación, fue desapareciendo a medida que nos fuimos encontrando. La primera luna, disfrutamos patinando sobre un lago congelado. Como los humanos no estaban despiertos a esas horas podíamos hacer muchas cosas en nuestras formas reales y verla con sus hermosas alas, bailando sobre el lago, fue algo que se podría considerar magnífico. La segunda le enseñé todos los poblados rusos desde el cielo, mientras jugábamos a las escondidas entre las nubes, pero lejos de la visión divina. Así pasamos varios meses disfrutando de nuestra compañía. Ella me hablaba de cosas relacionadas con ángeles y yo le contaba de mis tierras en el infierno. Era tan cálido estar cerca de ella, odiaba cada vez menos el tener que pasar tiempo con humanos cuando la llevaba a conocer algún pueblo o íbamos como una pareja real a los festivales.

Sin embargo, no notaba en ella ninguna clase de celos cuando otras mujeres se me acercaban, contrario a los que me pasaba a mí, que sentía hervir mi sangre cuando un hombre o algún joven quería sacarla a bailar.

Todo se fue al caño la décima noche, estábamos tan concentrados viendo una familia de ciervos en la nieve, que ninguno de los dos noto la presencia que estaba cerca de nosotros.

Galadriel- ella se paró de inmediato y volteo a ver asustada al dueño de esa voz. Yo tomé puesto delante de ella para protegerla.

Hermano Asrael ¿qué haces aquí?- pregunto temerosa.

¿Hermano?- le pregunté confundido mientras la miraba.

¿Creíste que padre no sabría de tus escapadas a escondidas? ¿Qué haces con ese demonio?- le pregunto furioso. El tipo frente a nosotros se notaba que era fuerte, usaba un pantalón blanco y dejaba a ver todo su musculoso cuerpo marcado, llevaba en su espalda un Carcaj con flechas doradas y un arco, en su cintura se podía ver una reluciente espada de plata.

Hermano por favor, él no es malo- decía casi con lágrimas en los ojos.

Aléjate de el ahora mismo y da gracias a nuestro padre que baje yo y no Gabriel- escuchaba como le gritaba.

No es necesario hablarle así, no ves que está asustada- le grite volviendo a ponerla detrás de mí, no me importaba que fuese su hermano, no dejaría que la molestará.

tú no te metas en esto demonio y aléjate de mi hermana- dijo sacando una flecha y apuntándome.

Hermano basta, no hagas esto por favor- le dijo ella saliendo de detrás mío y posicionándose adelante para cubrirme.

Nos vamos ahora- dijo bajando el arco y guardando todo. Extendió su mano a ella y antes de tomarla me miró con lágrimas en sus ojos.

Yo lo lamento mucho Erkan, espero volverte a ver- me dijo dándome una sonrisa que no le llegaba a sus ojos.

Princesa- le dije derrotado, sabía que nada podía hacer en ese momento más que verla marcharse.

ella tomó la mano de su hermano y desaparecieron, dejándome allí solo con mis pensamientos y mi dolor, por alguna razón sentía que no la volvería a ver.

volvi a mi palacio y me encerré como si fuese un niño en mi cuarto. tarde varios días en salir, y se ve que eso preocupo mucho a mi sirviente, que fue en búsqueda de mi madre para que me ayudara.

abre la puerta Erkan, debemos hablar- escuche el tono de su voz y la verdad no sé para que me pidió que abriera la puerta si ella en menos de lo que tardo en decir eso ya estaba dentro de mi cuarto.

¿que quieres?- le pregunté abatido desde mi cama.

¿vas a estar mucho más tiempo así por esa angelita?- me pregunto sentándose a mi lado.

no se que hacer madre, temo que la castiguen solo por haberme conocido y me siento un idiota, me enamore de un Angel aun sabiendo que no era posible lo nuestro y hace 4 días cuando su hermano bajo a buscarla yo no pude protegerla- ella me miró sorprendida, por primera vez me veía triste y a punto de llorar.

Mi pequeño cachorro- dijo poniendo su mano en mi cabeza -te avisé que esto podría pasar, pero te enamoraste y nada podemos hacer cuando el corazón se interpone-

Madre, no quiero que la lastimen por mi culpa- le dije mirándola a los ojos.

No le harán nada, Erkan, Dios cuida mucho de sus hijos y jamás los lástima, a lo sumo puede prohibirle bajar a la tierra por un tiempo- me dijo haciéndome caricias.

No la volveré a ver ¿verdad?- le pregunté.

No podría decirte eso con seguridad, pero si realmente la amas, debes esperar a que vuelva- me dijo y me abrazo dándome fuerzas para poder aguantar lo que viniese.

Pasaron más de 6 lunas, cada vez que volvía a mi castillo, mi madre estaba ahí para acompañarme. Se notaba en mi rostro que no la había visto y con el pasar del tiempo, perdía las esperanzas de volver a verla. Cada vez que bajaba, iba de pueblo en pueblo intentando encontrarla y siempre terminaba sin éxito sentado viendo el amanecer en alguna rama de un árbol. Suspirando por otros 30 días sin su sonrisa grabada en mi mente, aunque para ser sinceros jamás me olvidaría de ella, mucha razón tenía mi madre cuando me dijo que enamorarme de un ser celestial iba a ser mi condena y si realmente sentía que lo era.

Ya habían pasado más de 10 meses sin verla, aunque no perdía las esperanzas de encontrarla, lo cierto era que ir a la tierra y no verla me generaba un agujero en mi corazón que iba creciendo conforme pasaban el tiempo. Justo hoy también había un festival en el pueblo, me escondí atrás de un árbol, quería escuchar tranquilo la música, cuando de repente detrás de mí apareció una luz cegadora. Me giré impresionado por eso y allí la vi, estaba en compañía de dos hombres, a uno ya lo había conocido antes, pero el otro supuse que era su otro hermano Gabriel.

Erkan- dijo ella corriendo a abrazarme y obviamente le correspondí el abrazo enterrando mi cara en su cuello. Como había extrañado ese olor y esa paz.

Princesa- le dije en un susurro en su oído. El carraspeo de la garganta de los dos hombres que nos miraban fijamente hizo que nos separaremos.

No confío en ti diablo, pero mi hermana ha estado muy triste por no poder verte así que vinimos a escoltarla- dijo el mismo que la había separado de mí antes.

Asrael no le hables así- dijo ella medio molesta.

Galadriel, recuerda que estás aquí solamente porque así lo pedí yo- le dijo Gabriel haciendo que ella agachara la cabeza -cuando empiece a salir el sol volveremos por ti, no nos decepciones- le dijo y ambos se marcharon. Aunque antes de irse Asrael le dio un collar para esconder su esencia.

Bien, vámonos al festival- me dijo tomando mi mano y yo la seguí, porque si fuese por ella la seguiría hasta el mismísimo cielo.

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