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Solo Soy Un Detective

Prólogo - La caída del criminal.

"La vida solo es una, por lo que hay que aprovecharla y hacer todo lo que tengamos a nuestro alcance, antes que el destino termine con ella" Eso es lo que dijo alguna vez una persona sabia, según él, la vida es tan frágil como impredecible. Un buen día estarías saliendo de tu casa para dirigirte a tu escuela o trabajo, y al siguiente estás de camino hacia el crematorio ya que ayer un camión te pasó por encima. Puede que haya otra vida después de la muerte, pero nunca sabremos eso hasta que estemos en nuestra recta final, cuando estemos a punto de pasar a mejor vida, a un paso de desaparecer de este mundo, y tristemente, no se podrá saber la respuesta ya que no hay vuelta atrás.

Charcos y pavimento, una combinación abundante en los ambientes urbanos cuando la lluvia se postra sobre estos lugares, y más en el barrio de Ikebukuro, dónde miles de personas caminan sacudiendo el exceso de agua en sus sombrillas, o incluso exprimiendo sus mojadas prendas; junto la brillante luna y las luces de los locales, se encuentra un paisaje ajetreado, pero aún así, tranquilo.

La noche transcurre con normalidad, y los charcos reflejan en la calle el paso de los vehículos. En el último piso de un rascacielos ubicado cerca del centro del barrio, un hombre mira por la gran ventana contemplando el paisaje, y a la vez, alguien desde otro edificio cercano lo observa.

—Lo tenemos, está en el Grill Tower —dijo el hombre mientras seguía observando.

Una persona del otro lado de la radio asiente y toma un teléfono, llama a un número, el cual tiene registrado como "Gran Agente"

—Todo tuyo Agente, no dejes que escape.

La persona del otro lado no dice nada y cuelga. En cuestión de segundos, las tranquilas calles se convierten en un patio de carreras para los coches de policía, que junto a grandes furgonetas con una cantidad absurda de personas armadas rodean por completo el rascacielos. Sobre los edificios cercanos se postran docenas de francotiradores, vigilando cada movimiento en cada ventana y por supuesto, en aquel hombre.

Un hombre de cabello azul, ojos violetas, camisa blanca con corbata y unos tirantes que se recargan sobre sus hombros y se abrochan a su pantalón baja de una patrulla y se acerca a la puerta principal del rascacielos, mira el edificio de principio a fin con seriedad, fijando al final su mirada en la ventana donde se encuentra el objetivo de la misión.

—Acabemos con esto, demonio.

El Agente mira a un oficial dándole una orden con tan solo mover su cabeza. Inmediatamente, hombres totalmente armados bajan de las furgonetas y rápidamente se postran detrás del principal encargado de la operación. Sin más, todos entran apuntando y asegurando el lugar. Para su sorpresa, el primer piso estaba vacío.

—Señor, el primer piso está despejado —dijo un oficial.

El Agente a cargo asiente y con su mano apunta hacia arriba indicando a dónde ir, rápidamente todos se mueven y suben las escaleras. Al llegar al segundo piso, se encuentran con otro lugar totalmente vacío.

—Este piso también está vacío, señor.

El Agente se detiene a pensar el significado que podría tener esto.

«Otro piso vacío, ¿Qué retorcida estrategia tienes en mente ahora? Maldito criminal»

—Señor, el escuadrón 4 aseguró el sótano, sin presencia de personal y tampoco bombas ocultas.

Entre el silencio del lugar, los altavoces de todo el edificio se encienden, poniendo a todos los presentes alerta. Segundos después, una voz resuena en todo el lugar.

—¡Muy buenas noches, invitados armados! En este momento se estarán preguntando porque no hay ni una alma en los primeros pisos. Bueno, la respuesta es muy simple, y es porque este lugar está abandonado, no hay nadie más que ustedes y yo. Por lo que entenderán lo que significa, no pierdan el tiempo y vengan a por mi. No sé preocupen, los ascensores no tienen bombas, así que usenlos sin problema. Los esperaré con las puertas abiertas, y sobretodo a ti, Agente.

Los altavoces se apagan y todo vuelve al silencio, el Agente chista la lengua y mira el ascensor. Con una voz firme y clara, le ordena a su hombres:

—¡4 Hombres conmigo, los demás agrúpense afuera, busquen alrededor alguna salida oculta que pueda usar ese maldito!

Inmediatamente todos los hombres a excepción de 4 salen y empiezan a buscar por las afueras. Los que quedaron dentro caminaron al ascensor y, aunque con desconfianza, subieron y pulsaron el último botón, donde se encontraría aquel hombre.

En la base de operaciones, ubicada muy lejos de la zona de la misión, un recluta mira por las cámaras de la ciudad como casi todas las fuerzas policiales del lugar se ubican en un solo lugar. Se pregunta porqué se necesita tanto para esta operación en especial, el líder nota de reojo su curiosidad.

—Te veo confundido, recluta, ¿Qué es lo que no entiendes? —preguntó el comandante con total serenidad.

—No es nada comandante... Es solo que me pregunto porqué se necesita tanto personal para esta operación —respondió el recluta.

—Si mal no recuerdo, acabas de entrar este día... ¿Cuál es tu nombre?

El principiante se pone firme y se presenta.

—¡Soy el agente Jonny Higins, del escuadrón 9!

—Ya veo, eres el aspirante a capitán del escuadrón 12 ¿verdad?

—Así es señor, sin embargo... Me ordenaron que me quedara aquí ya que es mi primer día y la operación se podría tornar peligrosa para un recién ingresado...

—Entiendo, fue la decisión correcta, tienes suerte.

—¿Porqué comandante? ¿Es tan peligroso lo que hay en ese rascacielos?

—Por supuesto, al fin y al cabo, estamos hablando del mayor criminal que ha existido.

—¿Mayor criminal? Entonces... Se refiere a...

—Si, aquel que es dueño del bajo mundo, y que ha destrozado la estructura de incontables naciones en muy poco tiempo. Empezó como un delincuente más hace 12 años, un pequeño grupo criminal, pero un año después empezó a poner el mundo de cabeza poco a poco, llegando a lo que es ahora. Actualmente, no hay ningún comercio clandestino que no esté en su poder.

El elevador llega a su destino y todos bajan rápidamente de el, justo en frente suyo se encuentra una gran puerta, del otro lado, está aquel que cazaban.

—El mayor criminal que ha existido...

El Agente abre la puerta de una patada y se encuentra con el hombre, mirando a través de la prominente pared de cristal detrás del escritorio de la sala. Los demás oficiales se ubican alrededor del individuo, apuntando sus armas a sus puntos vitales. Aún con todo eso, este les sigue dando la espalda, mostrando total tranquilidad.

—Despues de tanto tiempo, ha llegado tu fin, Alexis Mefhisto —dijo el Agente.

El hombre se da la vuelta y mira a todos aquellos que estaban en su despacho con una sonrisa, característica de él.

—¡Hola Seigi~! Cuánto tiempo sin verte, ¿Linda noche no?, ¿Cómo te encuentras?, ¿Ya conseguiste tu titulo de mejor agente? ¿O es que Satou te arrebato el título? —exclamó el criminal con un tono burlesco.

—Tan irritante como siempre, maldito payaso. Si Satou se hubiera quedado con el título, no estaría yo aquí. Las órdenes son claras: mandar al mejor agente para la captura del mayor criminal. No te resistas y solo acepta tu destino.

—Vaya ¡Felicidades! No esperaba menos de Seigi Masamune, el novato de 17 años que en su primera misión tuvo la capacidad de casi estropear uno de mis planes, y que desde ese tiempo estuvo decidido en hacerme la vida imposible en cada lugar que estaba. En esos fabulosos 3 años que llevaba haciendo lo que tenía en mente sin ninguna oposición, tú fuiste el primero que me hizo pensar un poco más para dejarte atrás. Aaahh que recuerdos, ¿Hace cuánto de eso? ¿9 años? Hombre, el tiempo pasa volando en verdad.

—Estás hablando mucho, ¿Intentas ganar tiempo, maldito?

—¿Ganar tiempo? Para nada, solo me puse a recordar el pasado, y acabo de recordar cuando crearon un nuevo rango solo para mí. Hace mucho que no escucho ese apodo... "Criminal Z" ¿Hace cuánto que me llaman así? ¿4 años, 5?

—¿A qué quieres llegar con todo esto?

—A nada hombre, solo estoy repasando mi información. Humm... Según recuerdo, poco antes de mi llegada a este pequeño mundo se empezó a usar un nuevo sistema de juicio, aprobado y utilizado en todas la partes de mundo: categorizar a los criminales por letras partiendo desde la C, siendo el rango más bajo, dado solo a robos y delitos de aficionados; siguiéndole el rango B, para crímenes de mayor escala, como asaltos más organizados y esas cosas; después el rango A, en está categoría ya estaban los desgraciados, tu sabes, terroristas, narcotraficantes, ese tipo de alimañas; luego el rango S, el segundo más alto en el sistema, dónde están los lunáticos anarquistas que podía destruir una nación, y creo que aquí ya no tenían permitido vivir, por ser tan desgraciados supongo; y por último el rango Z, en este rango solo estoy yo, que he puesto todo el mundo de cabeza, dios, diciéndolo así sueno increíble.

A la escena, encima del rascacielos se podía ver la llegada de algunos helicópteros, unos de la prensa, y otros seguramente con personal militar.

—Tal parece que los medios de comunicación ya llegaron para llevar el chisme a todo el mundo, aunque la verdad ya se estaban tardando, pero bueno, ¿Ni siquiera me darán derecho a un abogado? quiero ver si puedo bajar aunque sea un poco la condena que me darán.

—Haz cometido tantos crímenes que ni la pena perpetua bastaría para pagarlos. Una vez fuera serás llevado directamente a la silla eléctrica, aunque también tengo todo el derecho de rellenarte de plomo si tratas de huir, así que no ofrezcas resistencia y levanta las manos.

—Es una decisión bastante severa, aunque la verdad no me sorprende, al fin y al cabo, soy el mayor criminal que ha existido, no hay manera en la consideren dejarme vivo, pero no te preocupes, no pienso oponer resistencia, aún si lo hiciera, no podría huir muy lejos, estoy rodeado de helicópteros y vehículos de policía, ya no tengo adónde ir.

—Te veo bastante tranquilo sabiendo que son tus últimos momentos, y no solo ahora, sino desde hace dos años, aunque estuvimos destruyendo todos tus negocios, no hiciste absolutamente nada.

—Ahh cierto, mis negocios... Empezaron a desmantelar cada base ilegal que tenía por todo el mundo hace dos años, siendo sincero, me aburrí de estar como loco por todo el mundo, y encontré un mejor entretenimiento sin la necesidad de salir de casa. Los últimos dos años solo me la pasé viendo anime y leyendo manga, por supuesto, en páginas ilegales. ¡Jamás pensé que las series animadas fueran tan entretenidas y divertidas!, de hecho, ¡Te recomiendo un anime muy bueno! Trata de un adolescente que tiene la habilidad de anular cualquier acontecimiento paranormal con su mano derecha, la habilidad creo que se llama imagine break...

—Aún en tus últimos momentos, no dejas de decir estupideces, tu cinismo nunca dejó de sorprenderme, Alexis Mefhisto.

—¡Pero si no es broma!, en serio la recomiendo, está bastante entretenida. Bueno, aunque ahora que lo pienso a ti te quedaría mejor una série que haga que tú nivel de glucosa aumente ya que veo que no has recibido mucho amor en tu vida, Jeje...

—Mi vida amorosa está completamente bien, espera, ¡¿Que demonios te interesa?! ¡Ahhh!... bueno... Aunque debo decir que me alegra oír que los últimos dos años te portaste relativamente bien, te fuiste alejando de ese mundo oscuro y cruel, espero y estés arrepentido y que en tu otra vida vayas por el buen camino, y si allí nos volvemos a ver, desearía que seamos ami...

—De eso nunca, ni loco, ni en mis peores pesadillas —exclamó el criminal inmediatamente con un rostro de asco.

—Aún si hubiera otra vida después de esta, nunca sería tu amigo. Me desagradas, esa cara de "bueno desde nacimiento" que tienes nunca me da náuseas, sé de ti desde hace 9 años, y desde entonces no me agradas en lo absoluto.

—Eres un maldito... Trato de guiarte por el buen camino... ¿¡Y tú lo que haces es decirme que me odias!?

—No es que te odie, bueno, no tanto... Tu forma súper idealista de ver este mundo tan podrido choca con mi manera de ver la vida, lo digo en serio ¿Nunca deseaste matar a tu vecino por ser una patada en las bo....

El Agente levanta su arma y apunta directo al corazón del criminal.

—¡Ya basta de palabrería! Alexis Mefhisto, el único criminal Z, quedas sentenciado a muerte, camina lentamente hacia mi con las manos arriba.

—¡Espera un momento!, ¿Acaso crees que me dejaré entregar sabiendo que me van a fundir el cerebro en una silla? No no, eso ni loco.

—¡Dijiste hace unos momentos que no pondrías resistencia! ¡No me saques de quicio y ven hacia acá ahora!

—Fui el mayor criminal que haya existido en la historia, me niego acabar simplemente en una silla sin que nadie recuerde mi muerte. Hmm... ¡Ahhh! ¡Ya se que puedo hacer!

Alex sale hacia la alcoba de la habitación y contempla una vez más el paisaje mientras disfruta de la brisa nocturna del exterior. Apenas pone un pie fuera, las luces de los helicópteros lo iluminan. Tranquilamente, el hombre se acerca a la orilla, se sube y empieza a caminar por el borde de la alcoba. El Agente inmediatamente sale tras él.

—¿¡Que crees que haces!? ¡Baja de alli y ven aquí!

—Sabes, aproveché a lo máximo está maravillosa vida que me tocó, seguir el camino del crimen fué lo mejor que haya hecho —mira hacia arriba y observa todas las luces que lo iluminaban —a mi manera... Cambié el mundo. Pero todo lo bueno tiene que terminar algún día, y quiero que mi fin sea aquí mismo, y no en una maldita prisión de quinta.

—¡Deja de hablar, no me obligues a dispararte y acabar contigo!

—Jaja... Sé muy bien que no puedes hacer eso.

—¿Quieres comprobarlo? Responde el Agente, apuntando con firmeza su arma hacia el criminal.

—Estoy seguro que ninguna bala saldrá de tu pistola, por qué simplemente no puedes matarme. Para tí, la ley es la que juzga, aún con un bastardo como yo, prefieres no mancharte las manos. La verdad es que nunca entenderé ese ciego respeto en la justicia, aún al borde de la muerte, no juzgarás... Enserio, no te entiendo para nada.

—Esas tontas palabras no harán que te deje ir, más vale que vengas ahora sí no quieres que uno de nuestros francotiradores acabe contigo.

—Lo sé, pero mi intención no es bajar mi condena, además, no sé en qué manera puede disminuir una condena de muerte, supongo que me darán con menos voltios o algo así, aunque prefiero un disparo que una maldita silla.

Mientras camina por el borde de la alcoba, uno de los francotiradores dispara hacia un costado de Alex, era un disparo de advertencia, el siguiente tiro iría directamente hacia él.

—Vaya que se están esmerando en agarrarme con vida, pero como dije, no me voy a entregar. Es mejor que esto acabe ahora mismo.

El auricular táctico del Agente se enciende y recibe un mensaje del personal de abajo.

—Señor, de esa altura no hay manera en que sobreviva aún si ponemos un colchón debajo.

El Agente hace una mueca de frustración, Alex se detiene y echa un vistazo a la calle que se encontraba debajo de él. La altura era tan alta que los vehículos de policía se veían como pequeños puntos en la calle. Detrás suyo, el Agente le apunta firme, directo al corazón.

—Está es la última advertencia, baja de allí o sino tendremos que acabar contigo.

—Hablas demasiado, Seigi.

—¡Hablo en serio, baja o te mato aquí mismo!

Los dos hombres se miran fijamente con total seriedad, los ojos del agente mostraban total seguridad, si el criminal no bajaba de allí, acabaría con él en ese mismo instante. Después de unos segundos, Alex suspira.

—Aahh... Tal parece que aquí termina mi legado, fue una vida estupenda, en verdad. Antes de morir procederé a decir mis últimas palabras.

En ese momento, Alex procede a sacar un control remoto del bolso de su chaqueta, era el control de los altavoces del edificio, todas se encendieron para emitir las últimas palabras del criminal. Todos los helicópteros ponen total atención a lo que está pasando.

—Quiero que el mundo escuche mi último aliento fuerte y claro...

El criminal respira profundo y llena sus pulmones con aire fresco.

—¡JODETE, SEIGI MASAMUNE!

—¡Maldito desgraciado!

El criminal se deja caer al vacío, el Agente trata de alcanzarlo, pero no pudo lograrlo.

Alex empieza a caer, con total tranquilidad. Mientras caía, el hombre reflexiona.

«Ah, que bien me sienta la brisa nocturna del aire, espero ser recordado como la peor mancha del mundo. De no ser así... Este ciclo de mierda jamás terminará»

Alex tenía el suelo a pocos metros de su cara, ya podía sentir el pavimento en su rostro, pero eso nunca pasó, el nunca alcanzó a tocar el suelo, para rematar y como si de un chiste se tratase, ya era de día, y seguía con vida.

—... ¿Eh? ¿Ya es de día? Más importante que eso ¿¡Estoy vivo...!?

Fin del prólogo.

Prólogo 2 - La llegada al nuevo mundo.

Alex está confundido, desorientado, no tiene ni la menor idea de qué acababa de pasar. Hace un momento, estaba esperando estrellarse en el pavimento, pero en cambio, está parado en medio de una banqueta en plena luz del día, rodeado de un montón de gente. Casi pareciera que estuviera en medio de un festival o algo por el estilo.

«¿Qué demonios acaba de pasar? ¿Acaso este es mi purgatorio? No, si lo fuera, estaría ardiendo hasta los huesos...»

El criminal mira a su alrededor con una expresión confusa, intentando recordar el lugar.

«Esto es demasiado irreal, no siento dolor y este lugar es cálido, pareciera como si me hubiera transportado a alguna especie de paraíso, pero eso es imposible, solo basta ver un minuto atrás para darse cuenta»

Se queda pensando en cosas de su pasado, perdiéndose en el proceso de lo que lo rodeaba, pero después de unos segundos vuelve en sí.

«Okey suficiente, debo centrarme en lo que está pasando ahora, veamos...»

Una vez más, mira a su alrededor y examina su entorno con detalle.

«Probablemente esto sea esa cosa llamada ECM, leí por allí que estas cosas se manifiestan en tu lecho de muerte, aunque no recuerdo la razón. Mmm… ¿Remordimiento? ¿Frustración? ¿Me faltó algo por hacer? No sé, quizá solo sea por qué estoy a punto de morir... Si, es solo por eso»

Su concentración se pierde al dirigir su atención a la sensación de calidez que daba aquel sol brillante encima suyo.

—Aunque debo decir que esto se siente bastante real, incluso me siento más ligero de alguna manera, como si no me hubiera encerrado por dos años enteros...

«Espera, se supone que estas dichosas ECM pueden ser desde un pasillo con una luz hasta el fondo, o por otro lado, recuerdos de tu vida. Pero no recuerdo haber pasado por este lugar antes, de hecho, ni siquiera sé dónde me encontraría ahora mismo»

Por tercera vez, el criminal mira su entorno con la esperanza de que llegara algún recuerdo, pero no hubo resultados. Antes de que pudiera seguir analizando su situación, por accidente, una persona choca contra él con lo que parecía ser una especie de sombrilla, haciéndolo sentir un poco de dolor.

—¡Ah! ¡Lo siento señor! ¡Tengo mucha prisa, estoy llegando tarde al trabajo! —dice la persona que había chocado con él. Se veía muy apurada, parece que en serio llegaba tarde.

Alex muestra una mueca de descontento, pero antes de que procediera a decirle algunas cosas, la chica sale disparada como una bala, desapareciendo de su campo de visión.

—¡Espera! ¡Aún no he terminado contigo! Tch, se ha ido.

El hombre se soba el hombro por el pinchazo, y a la vez, entiende un poco más la situación.

—Bueno… por lo menos este encuentro me comprobó que esto no es un sueño o una ECM. Maldita mujer, ese pinchazo sí que dolió.

Mientras sigue sobando su hombro, se pregunta qué puede hacer ahora.

—¿Ahora que rayos hago? Mmmm…

Por alguna razón, su cerebro no quiso ayudar en ese momento y toma la decisión más acertada:

—... Meh, simplemente caminaré por esta calle para ver qué pistas obtengo.

Una vez dicho esto, se dispuso a explorar por el lugar. Llevaba casi 10 minutos caminando sin encontrar ninguna buena pista, lo único destacable que veía eran restaurantes con sirvientas con orejas y colas de animales.

«¿Acaso están celebrando el medio ambiente? veo a mucha gente con colas y orejas de animales. ¿O quizá estoy en alguna especie de barrio otaku? Eso explicaría por qué hay gente vestida así...»

El hombre recuerda un suceso que vivió en el país del sol naciente, por un momento se le sale una sonrisa malévola, pero recupera su compostura, suspira y vuelve al tema.

—Aunque debo decir que este barrio me recuerda mucho a las calles de San Francisco, estos pequeños locales y uno que otro edificio… Que recuerdos, hace mucho que no voy para allá, quizá vaya a darle una visita después, claro, después de salir de aquí, y si es que aún estoy vivo...

Mientras sigue caminando recuerda sus últimos momentos de vida. Teniendo en cuenta que todo apuntaba a qué había muerto, nace en su interior una sensación de preocupación, que segundos después desaparece.

—Bueno, preocuparme de mi estado actual no me dará ninguna pista, más vale que siga caminando.

Dicho esto, el criminal sigue su caminata. Pasan otros 15 minutos mirando de pies a cabeza todo lo que se le cruzaba, pero sin encontrar alguna pista fiable de su ubicación. Para colmo del hombre, la gente de alrededor no dejaba de mirarlo, como si estuvieran viendo algún animal extraño.

«Maldición, esto se está haciendo largo y aburrido, no dejo de ver gente vestida como animales y ellos tampoco dejan de mirarme»

La situación hizo que inconscientemente su rostro tomara una expresión de disgusto.

«¿Tanto les molesta que no vaya vestido como un perro?»

Su mirada se torna un poco más oscura, haciendo que aquellos que lo estaban mirando lo dejaran de hacer de inmediato.

—Tch, tanta gente me está sacando de quicio, será mejor que me vaya de aquí.

Después de alejarse un poco del aglomerado lugar, Alex se detiene en frente de un local y mira detalladamente y muy de cerca un letrero de un establecimiento, intentando identificar los garabatos.

«A pesar de que entendí claramente lo que aquella mujer dijo, estos letreros tienen letras que no entiendo, no se parecen a nada que haya visto antes... Genial, solo falta que ahora haya quedado idiota y no sepa leer, ya sería el colmo»

Mientras intentaba entender los letreros, una de las camareras se acerca y le habla.

—Buenas tardes señor, ¿Qué se le ofrece?

El hombre volverá a su costado y ve a una mujer con largas orejas de conejo y traje de sirvienta.

«Esta vestimenta... Ha de ser vergonzoso llevar algo así puesto»

—¿Desea pasar a nuestro restaurante, señor? —pregunta la camarera.

—Ah, no, ya me estaba yendo —contesta el hombre. «Como pensaba, puedo entender a las personas, esto es tan extraño»

Alex se aleja del establecimiento y sigue su caminata. El tiempo pasa y su mente se queda en blanco, pero pocos minutos después, se encuentra con un artista callejero. Este hombre estaba a punto de hacer un truco con lo que parecía ser un huevo y un recipiente de metal con agua.

—Jeeee… Hace tanto tiempo que no veía un espectáculo callejero —sonrie levemente —. Veamos qué es lo que tienes para entretenerme.

Con tranquilidad se acerca al artista para ver en primera fila el truco de magia.

—¡Contemplen el poder de mi habilidad!, ¡haré hervir este huevo dejando la yema por encima de la clara!

El artista grita cada tontería para atraer a la gente alrededor, lo cual surte efecto de manera increíble, haciendo que en pocos segundos se encuentre rodeado de un público. Mientras, el criminal se cuestiona lo entretenido del truco.

«Demonios, que aburrido sonó todo eso, ¿En serio atrajo tanta gente solo diciendo semejante porquería? Aparte, ¿Habilidad, dice? Vaya que la gente se siente especial por cualquier tontería...»

A pesar de sus pensamientos, se queda a observar el espectáculo. En el momento en que la cantidad de gente era considerable, el artista empieza a explicar su truco.

—Como podrán ver, es un huevo totalmente normal y corriente, pero mire detenidamente, meteré el huevo en este recipiente, ¡y lo calentaré perfectamente con el manejo de mi habilidad! —grita el artista mientras hacía movimientos extravagantes que atrajeron a más gente.

La expresión de aburrimiento e incredulidad de Alex se hace cada vez más notoria.

«Sigue jodiendo con lo de su habilidad ¡Haz el maldito truco de una vez! tengo muchas cosas que hacer ahora mismo»

El artista coloca sus manos abiertas en frente de aquel recipiente.

—¡Es hora del show! ¡Llamas, surjan y obedezcan mis órdenes!

De repente, las manos del artista se iluminan de un rojo vivo, para que después de ellas salir fuego, el cual impacta directo al recipiente, envolviéndolo en llamas. El artista no deja de gritar como si estuviera en un anime.

—¡¡¡AAAAAAAAHHHHHH!!! ¡¡¡Invierte tu interior!!!

La gente mira asombrada, pero el criminal se cubre la cara por la vergüenza ajena que siente. Después de mucho grito y movimientos innecesariamente extravagantes, el artista por fin se detiene.

—¡Y ahora, a ver el resultado! ¿Salió bien? ¿Salió mal? ¿Qué es lo que creen ustedes? ¡Ahora mismo lo comprobaremos!

El artista procede a abrir el huevo que, para la sorpresa de todos, si estaba invertido. Aunque la mirada de aburrimiento de Alex dice otra cosa, alrededor suyo surgen una gran cantidad de halagos.

—¡wow!

—¡Asombroso!

—¡Increíble!

—¡Enserio lo logró!

—¡Eres fabuloso!

—¡Qué gran manejo sobre su habilidad!

Ante esto, el artista no puede evitar inflar su pecho de orgullo.

—¡Por supuesto que soy increíble!, todo gracias al gran manejo de mis llamas, ¡he practicado desde chico para llegar hasta este punto!

El artista explota de soberbia con cada halago que recibe, y a la vez Alex explota de asco con cada halago que el artista recibe. Después de un tiempo, la gente empieza a irse no sin antes dejar una recompensa al artista; su estuche se llena por completo, hasta el punto de casi no poder cerrarlo. Alex procede a irse también del lugar, claramente, no da ningún centavo al artista.

—¡Que porquería de espectáculo! No había visto un show tan mediocre desde que aquel meeting político en ese país tercermundista, simplemente hirvió un huevo dándole vuelta a su interior ¡¿Qué tiene de especial eso?!…

Después de gritar y descargar un poco del desagrado que le provocó el espectáculo, suspira y recupera su compostura.

—Aunque creo que soy el único que pensó eso, llenaron a ese tipo de dinero y elogios que casi pareciera que no podría con ellos.

«Jamás había visto que a un mero artista callejero le dieran semejante propina, era casi lo que ganaría un empresario sobreexplotado por su empresa, ¿Tan raros son este tipo de espectáculos»

Alex vuelve a estar consciente de su entorno y nota que seguía siendo absurdamente observado por todos a su alrededor, aunque ese factor le deja de importar y lo ignora.

«Aunque bueno... me pregunto de dónde demonios consiguió que el fuego saliera de sus manos; no noté ningún tipo de tanque de gas debajo de su ropa o brazos ¿qué rayos habrá hecho?… Meh, no es que tenga mucha importancia, tampoco es como si pudiera ir y preguntarle, lo más seguro es que ya no esté allí»

—Al menos conseguí un poco de información de esta estupidez, tal parece que este lugar se comercia con un tipo de moneda que jamás había visto.

Saca su billetera y mira lo que tiene dentro, después, toma todo y lo tira en un cesto de basura que se cruza en su camino.

—Esto solo me traerá más problemas en el futuro. Quizá no tenga más opción que ir al departamento de policía, no.… Aún no sé dónde me encuentro, cabe la posibilidad de que aquí también me estén buscando para freírme el cerebro en esa maldita silla.

Mira a su alrededor buscando carteles de búsqueda como en el viejo oeste, pero no había nada, eso le alivia, pero a la vez le da un golpe directo a su orgullo como criminal.

No tuvo que pasar mucho tiempo hasta que se encontrara en frente de un callejón que se puede usar como atajo para pasar a la calle del otro lado. Justo por la entrada de este, hay un hombre con cara de pocos amigos, el cual llama la atención del criminal.

«Sueter con este sol, parado justo en medio de la entrada. Está claro que está tapando el paso por algo...»

Alex camina como si nada pasara y cuando pasa por en frente, echa un vistazo sin que el hombre se de cuenta. En el callejón, mira a una mujer que parece estar siendo acosada o asaltada por tres hombres: uno flaco, uno enano, y otro que parece un gorila por lo grande y fuerte que se ve..

«Vaya, pues nunca van a faltar patanes en esta basura de sociedad. Bueno, no es asunto mío»

Mientras se alejaba lentamente, le llega una idea a la cabeza.

«Espera, hasta ahora no he tenido la oportunidad de preguntarle a la gente, tal vez ayudándola pueda sacar un poco de información...»

Se detiene un momento mientras analiza la segante fuerza del sol que tenía encima. Duda un instante sobre hacerlo o no, pero al final se decide y da media vuelta hacia el callejón.

—Es esto o seguir caminando como idiota.

Apenas se acerca, el otro hombre se pone agresivo.

—¡Hey tu! ¿Adónde crees que vas?

«Con lo fuerte que está el sol, no podrán notar que les faltará un amigo»

—Perdón, olvidé algo dentro del callejón...

Mientras tanto, los hombres siguen molestando a la mujer.

—Oh vamos, no nos hagas el trabajo más difícil, solo danos lo que queremos y puede que salgas viva de esta —dice el delincuente flaco.

—Y ni siquiera se te ocurra intentar correr, afuera están esperando nuestros compañeros para atraparte y matarte en el momento —dice el delincuente enano con tono burlesco.

—¡No se las daré, váyanse y déjenme en paz o si no.…

—¿O si no qué? ¿Llamarás a las autoridades? ¡Ja! antes de que lleguen tú ya estarás muerta y nosotros ya no estaremos aquí —exclama el delincuente flaco con tono amenazante.

La chica empieza a temblar ligeramente por el miedo.

—¡Última oportunidad, estúpida! ¡Danos lo que buscamos o sufrirás por tu idiotez!

El delincuente flaco saca una navaja de su bolsillo, pero a pesar del miedo que siente, la mujer se mantiene firme en su respuesta.

—¡Prefiero estar muerta antes que decirles dónde está!

Mira con determinación a los ojos de aquel hombre, dejando claro que no va a decir nada.

—¡Entonces morirás aquí!

El delincuente flaco se acerca a la mujer para atacarla, pero a pocos metros de que pueda herirla, se escucha una voz a las espaldas de la chica.

—¡Parece que se están divirtiendo! ¿Me dejan unirme a la fiesta?

La luz de fuera solo deja ver la silueta del individuo. Al adentrarse un poco más, su rostro se hace visible para todos los presentes.

—¿Qué pasa, no hay espacio para más invitados?

El hombre mantiene una sonrisa relajada y soberbia. A comparación de lo que se ha enfrentado en el pasado, esto era como un paseo por el parque. Los delincuentes miraron detrás de la mujer y vieron directamente al hombre, parado con total tranquilidad.

—¿¡Eeehhh!? ¿Quién es este imbécil? ¡Largo de aquí! ¿O tantas ganas tienes de morir? —exclama el delincuente enano, con un tono amenazante.

—Vaya recibimiento, se nota que eres el más amigable de todos, al parecer es cierto eso que entre más pequeños más bastardos son.

—¿¡Que fue lo que dijiste!? ¡Vuélvelo a decir si es que tienes agallas!

—¿No se supone que Josfer estaba vigilando la entrada? ¿¡En dónde está ese imbécil!?

—¿Josfer? Ah, te refieres al encapuchado que estaba allá atrás, ahora mismo está tomando una pequeña siesta.

—¿Pero que....?

Alex se acerca poco a poco aprovechando el momento.

—Ese tipo tiene una manera de dormir muy extraña, puede llamar la atención de cualquiera...

Tranquilo e imponente, pasa por el lado de la mujer, para después ponerse en frente de ella.

—Incluso la de la policía.

Las palabras y la sonrisa confiada de Alex logran hacer que los delincuentes se pongan alerta.

—Maldito, ¿¡Te atreves a entrometerte!?

El delincuente flaco apunta su navaja hacia Alex, pero aún así, este no se ve afectado en lo absoluto y mantiene su mirada soberbia.

«Perfecto, están tensos, cayeron directos en la trampa. La verdad es que dejé oculto al idiota de la entrada para no llamar la atención de nadie. Al fin y al cabo, que venga la poli es un problema para mí»

—Vaya que eres idiota, ¿Después de todo esto aún dudas de eso? Por cierto, bonita navaja, lagartija desnutrida.

—Eres un... ¡Dime otra cosa y te mataré!

—Por eso no te preocupes, tengo otras mil maneras para ofenderlos, pero la mayoría de ellas la censura no me dejaría decirlas; además, no hay tiempo para eso, así que dense la vuelta... Y huyan como los lamentables y estúpidos animales que son.

Con esta última ofensa, el delincuente flaco pierde toda la paciencia y se llena de furia.

—Maldito… ¡TE ARREPENTIRÁS DE HABER DICHO ESTO!

El grito alerta a la gente que pasa por el lugar, que proceden a llamar a la policía.

«Mierda, gritó muy fuerte»

—¡Te rebanaré el estómago para que se salgan tus entrañas! —grita el delincuente arremetiendo contra Alex, con la navaja lista en la mano para cortarlo.

—¡Espera!, ¡No lo hagas! —grita la chica, estirando su mano con la ilusa esperanza de detenerlo.

—¡¡¡MUEREEEEEEE!!!

Aunque la mayoría de la vida criminal de Alex se basó en escapar de las autoridades para evitar conflictos, era un asesino experimentado, y sumado con conocimientos que un viejo compañero le dejó, lo convierten en un gran combatiente del cuerpo a cuerpo; desde saber la ubicación de los puntos vitales y blandos del cuerpo, hasta el conocimiento de defensa ante armas punzo cortantes.

—Joder, que lento.

Alex esquiva el corte vertical del delincuente con un simple paso hacia atrás, y responde a la agresión con un codazo en la nariz de su oponente, haciendo que sangrara.

—¡Uuuhhh!¡Maldito!,¿¡Cómo te atreves!? ¡¡¡MUEREEEEEE!!!

Antes de que pueda arremeter de nuevo, recibe otro golpe en el estómago como respuesta. Alex lo toma de la camisa y lo levanta.

—Vaya que eres débil, amigo.

Alex le da tres golpes más en el rostro, el último de ellos lo deja fuera de combate. Lo deja caer sin más y dirige su mirada a los otros delincuentes con una sonrisa soberbia y sádica.

—Guhh… ¡maldito! ¡Ya verás, pagarás muy caro por lo que hicis…!

Antes de que el delincuente enano pueda terminar la frase, Alex se abalanza contra él tomándolo por sorpresa, haciendo que este quiera esquivar el ataque, pero en vez de eso creando una apertura, hecho que aprovecha su ágil contrincante para propinarle un rodillazo en el estómago, levantándolo unos centímetros del piso. Cuando aún sigue flotando lo golpea por la espalda dirección al suelo chocando fuertemente contra este, dejándolo inconsciente en el acto.

Alex no se detiene y rápidamente va por el delincuente más grande y fuerte de los tres. Un completo gorila: casi tres cabezas más que él y dos veces más robusto. Aún con una clara desventaja física, arremete para golpearlo. Opta por dar una patada directa al rostro del delincuente que, para su suerte, atrapa y estruja su pierna.

—Tch, maldita sea.

Intenta zafar su pie, pero el gran hombre lo arroja con fuerza hacia una pared. Al momento del impacto, en el cuerpo de Alex brotan unas marcas que parecían raíces de un arbol, como si sus venas estuvieran justo después de su piel. El hombre cae sobre unos recipientes, las marcas se disipan y se pierde entre los contenedores. La mujer contempla el suceso con temor por su salvador, preocupada por su bienestar.

—Señor...

—¡Jajaja! ¿Qué pasa? ¿Eso es todo? Hasta hace un momento presumías de una gran agilidad ¡Pero ahora no puedes ni hablar! Vaya desperdicio de tiempo, lidiar con un idiota que se cree héroe no era parte del plan.

«Oh no... Él no tenía nada que ver, y aún así, intentó protegerme»

El delincuente mira a dirección de la chica y se acerca lentamente a ella.

—Volvamos a lo que estábamos haciendo, ya no tengo mucho tiempo antes de que lleguen los perros del gobierno, así que dime dónde está si es que quieres vivir.

«Si lo distraigo un poco... Podré ganar tiempo...»

Se posiciona frente a la chica, la toma del cuello y la levanta.

«¡Debo... Resistir, no... Tengas miedo!»

—Guh… Ya te lo dije antes... ¡Prefiero morir antes que decirte!

La mirada de la chica solo demostraba determinación, el miedo que sentía antes desapareció por completo.

—Bueno… entonces muere.

El gran hombre abalanza su puño hacia atrás para propinar un buen golpe, pero poco antes de hacerlo, una botella vacía sale disparada desde los recipientes dándole en la cabeza, lo que detiene su ataque.

—No soy para nada un héroe, solo un idiota que le gusta meter su nariz en lo que no le incumbe.

Alex sale de entre los recipientes sacudiéndose todo el polvo de impacto. El delincuente suelta a la mujer dejándola caer al suelo tosiendo. Voltea a la dirección del hombre, furioso.

—¿Eh? ¿Aún sigues vivo, maldito?

—Por supuesto que si, ese lanzamiento tan patético no me hizo sentir dolor.

—No mientas, estoy seguro que ahora mismo está sufriendo de dolor pero lo disimulas para no parecer un debilucho.

—Oh amigo, te aseguro que eso no me hizo nada.

Mientras camina tranquilamente hacia el gran hombre, estira sus brazos y estruja sus puños.

—Debo agradecerte, tu lanzamiento hizo que se termine de caer el óxido que llevaba encima, ahora si puedo pelear en serio.

—¿Aún después de eso te atreves a levantarte, enaltecerte y hacer bromas? ¡Te arrepentirás de haberte topado conmigo!

«Que extraño... ¿Porqué apenas me dolió ese lanzamiento...?»

El gorila arremete contra Alex, el cual procede a esquivar todos y cada uno de sus golpes.

—Por lo grande de tu cuerpo, es fácil predecir tus ataques. Lentos pero poderosos, bastante fáciles de evadir —dice Alex con el fin de enfadar al delincuente para que siguiera atacando.

El hombresote no deja de tirar golpes que su oponente esquiva con facilidad. Los ataques son tan fuertes como para romper un hueso como mantequilla, pero Alex no se ve preocupado por ello. Después de unos segundos de solo esquivar, el delincuente se termina de enfadar.

—¡Deja de moverte y lucha como un hombre, maldita cucaracha!

—Debido a tu estúpido cuerpo de gorila, es casi imposible darte un golpe que te cause algún tipo de dolor, pero si esperas lo suficiente, de repente verás una maravillosa apertura frente a tus ojos...

Se acerca peligrosamente al delincuente, este al no saber cuál era el plan que tiene en manos, simplemente decide lanzar un golpe con todas sus fuerzas directo al rostro de Alex. Este momento se vuelve una apuesta arriesgada: si lo esquivaba perdía tiempo, pero si lo recibía él salía perdiendo.

«No hay otra opción, tendré que repeler el ataque... con mi mano»

Ignorante del resultado, Alex mueve su brazo justo antes del impacto, y así como en el lanzamiento, este apenas lo siente. En ese mismo instante la marca de antes se hace presente en su brazo. Repele el ataque de su enemigo con éxito, creando una nueva y perfecta apertura.

—Jaque mate, perra.

Con su mano abierta, golpea en la garganta del delincuente, un punto vital del cuerpo. Si se ataca con fuerza, se puede cortar la respiración de la persona, haciendo que se asfixie y muera en el acto. Alex sabe esto y contiene su fuerza lo suficiente como para solo dejarlo sin oxígeno el suficiente tiempo para dejarlo inconsciente, pues si lo mataba, la mujer que estaba presente tendría miedo de él.

El hombre cae de rodillas al faltarle el oxígeno. Se agarra el cuello por instinto, mientras Alex se acerca a él. La vista del delincuente se nublaba poco a poco, hasta solo poder distinguir la silueta de aquel que tenía en frente y escuchar su voz.

—Es hora de la siesta, bastardo.

Después de eso, el grandulón pierde la consciencia y cae al suelo.

—Vaya vaya, no tenía pensado tener que pelear hoy y menos en esta situación, pero que se le va hacer.

Alex se mira el brazo, recordando lo que pasó hace un instante.

«Ese golpe era muy potente, no hay duda de eso... Pero no lo sentí, y no solo eso... ¿Qué mierda fue esa marca...?»

—En serio, vaya día de mie...

Antes de que siguiera hablando e hiciera un comentario de mal gusto, recuerda que una damisela estaba presente, tirada en el piso, mirándolo detenidamente, como si fuera una princesa contemplando a su valiente fontanero.

«... ¿Qué rayos se hace ahora?

Fin del capítulo 2

Prólogo 3 - La doncella en apuros.

Ante el hombre, la mujer se encuentra tirada en el suelo. Mirando a su salvador con sus ojos verdes y penetrantes, y aunque un gran sombrero de playa cubría su cabeza, su largo pelo castaño se hace notar por detrás de ella. Junto a su blusa verde oscuro y su falda negra y frondosa, creaban la apariencia de una mujer delicada, pero sencilla.

«¿Qué rayos se hace ahora? Nunca me vi en la necesidad de meter mi nariz en estas cosas solo para salvar a una cualquiera»

La mirada de la mujer se vuelve más penetrante, se había ensimismado en la silueta del hombre. De alguna manera, su mirada de admiración incomoda a Alex, que aún pensaba en qué hacer ante su irreal situación.

«Tch, no deja de mirarme... vamos Alex, piensa en una respuesta ingeniosa»

En un instante su actitud cambia a una digna de un príncipe encantador de los que tanto le asqueaban.

—Vaya, no tenía pensado tener que pelear hoy y menos en esta situación, pero qué se le va hacer

«Solo me queda actuar como ese idiota, aunque será lo más humillante que haré en mi vida...»

—Pero no importa, al fin y al cabo...

Alex mira directamente a la mujer antes de acabar la frase.

—No podía dejar sola a una linda señorita cuando veo que se encuentra en problemas.

Alex sonríe amablemente, lo que hace que la chica sonroje y mire hacia otro lado.

«Jeje, una sonrisa y palabras dulces y ya está resuelto, que simple es tranquilizar a una mujer»

El hombre camina con total tranquilidad hacia la mujer, que aún seguía evitando cruzar miradas por la pena.

—¿Te encuentras bien? ¿Esos hombres no te hicieron daño?

Con una sonrisa en su rostro, acerca su mano hacia la mujer para ayudarla a levantarse. Pero ella se levanta sola tan rápido como un rayo, aún ruborizada.

—¿Eh? ¿Yo? ¡Y-yo estoy bien, no se preocupe, no alcanzaron a golpearme!

Ese nerviosismo que la chica siente se convierte en preocupación apenas nota un raspón en el brazo de su salvador.

—Pero ¿Usted se encuentra bien? Quiero decir, fue lanzado hacia esa pared. Creo que eso tuvo que ser doloroso.

Los ojos de la mujer, verdes como una esmeralda, mostraban clara preocupación por el hombre.

—No te preocupes, esos imbe- Ejem, esos hombres no fueron un problema —. «Casi se me olvida que estoy actuando, debo de concentrarme...»

—¿Está seguro? ¿No se siente mal?

—Duele un poco, ñero este dolor no se compara con la satisfacción de saber que no te encuentras herida —. «Vaya basura de palabras están saliendo de mi boca, ser un príncipe no es muy fácil después de todo, siento que se me quema la lengua con cada cursilería que digo»

Aunque Alex piensa que se ve patético, la mujer hace lo contrario, ya que las últimas palabras la dejaron roja como un tomate, poniéndola mucho más ansiosa que antes ante su presencia.

—Y-ya veo… me alegra, jeje… G-gracias por ayudarme, este…

La mujer se queda sin nada que decir y solo se tambalea de un lado al otro, con una sonrisa apenada y totalmente ruborizada.

—Me llamo Alexis, Alexis Mefhisto, puedes llamarme Alex.

—K-karin, me llamo Karin, Karin Nekota.

—Ya veo, un gusto, Karin.

Por la simple sonrisa de Alex, Karin se vuelve a sonrojar, pero está vez recupera la compostura rápidamente.

—Un gusto igualmente, Alex.

Después de la presentación cliché, los dos quedan en silencio.

«... ¿Esto es todo no? Tal vez deberías empezar a sacarle un poco de información, no por nada salve su vida»

—Entonces… ¿Por qué esos hombres querían lastimarla?

El ambiente meloso que había en el lugar se desvanece por completo. La mujer aserena sus emociones y procede a responder las preguntas de su salvador.

—Querían llevársela, le dije que se escondiera por aquí antes de que ellos nos alcanzaran.

Karin mira a su alrededor como si buscara algo o alguien.

«¿Que se escondiera, dijo?»

Cuando Alex estaba por preguntar a quién le dijo que se escondiera, una fuerte ráfaga que se adentra en el callejón y levanta el sombrero de Karin, dejando al descubierto… Unas orejas de gato que, inevitablemente, llaman la atención del hombre.

—¿... Qué es eso que llevas en la cabeza? —pregunta Alex sin dejar de ver las orejas de Karin.

—¿Qué? ¿Esto? Jaja, qué preguntas haces, claramente son mis orejas —contesta la mujer mientras mueve intencionalmente sus orejas y sonríe.

—¿Orejas?… ¿y son reales?

La atención del hombre se pierde cada vez más con cada contoneo que esas orejas de pelaje castaño hacen.

—Pero qué dices, claro que son reales, solo mira cómo se mueven, ah, y por supuesto, también tengo una cola, aunque la mantengo oculta ya que es fácil que alguien la agarre o la pise.

La mujer saca su cola y también la empieza a menear al ritmo de sus orejas. Pocos segundos después mira al hombre para encontrar una expresión incomprensible en su rostro. Reflejaba una combinación de confusión e impacto, a la vez que mostraban algo más. Karin lo observa y se extraña por su reacción.

—¿Acaso nunca habías visto a una mujer gato? —pregunta la mujer, con una curiosidad ingenua.

—¿Mujer gato? eh… no, nunca había visto alguien así...

Perdido en sus sensaciones, Alex se acerca a Karin y extiende su mano a dirección de sus orejas muy lentamente.

«Esto de ser una broma, es imposible que esto esté pasando...»

La mujer se queda quieta expectante a lo que hace el hombre.

—¿Alex?

«Que esto sea posible es simplemente... repugnante»

Antes estaba a punto de tomar las orejas de Karin, pero en ese momento alguien sale detrás de un gran contenedor que se encontraba justo al lado de él. La mano de Alex se detiene en seco y mira a su costado, encontrándose con una pequeña niña también con orejas de gato y un cabello corto castaño con dos pequeñas coletas que salían de su cabello. Llevaba una camisa holgada de cuello de tortuga, una falda beige, unas zapatillas negras y calcetas blancas con volantes.

—¿Hermana? ¿Eres tú?

La niña se acerca con temor, y al ver la mirada de Alex se detiene por un momento. El hombre nota el temor de la niña, lo que lo hace alejar su mano de su hermana casi por reflejo.

—Sí, soy yo, Nana, ven aquí, ellos ya no te harán daño.

Karin se acerca a la niña para tranquilizarla, y cuando está cerca de ella, esta se abalanza a sus brazos para abrazarla.

—¡Hermana! ¿Estás bien, no te hicieron nada malo?

—No, me encuentro a salvo gracias a este hombre, los detuvo para que no me hicieran daño —dijo Karin sonriéndole a su hermana. Aunque al inicio tuvo temor de Alex, este sentimiento se cambia por gratitud y asombro por saber que es una "buena persona".

—¿¡Enserio!? ¡Que alegría, gracias por salvar a mi hermana!

La niña se posiciona casi al instante frente a Alex con emoción y dando brincos. Al estar tan cerca, nota que sus orejas son totalmente auténticas, ya no podía haber duda.

«Mas orejas de animal... Entonces esto no es un chiste...»

—¡Oye, Nana! ¿Qué te he dicho de llegar así con desconocidos? —exclama la mujer, sus palabras sonaban claramente como un regaño.

—Ah, lo siento... —responde la niña agachando sus orejas.

«Ya veo, no hay.... No hay cómo volver»

—Por dios contigo, anda, preséntate.

«Este mundo... No es el mío»

El ánimo de la niña cambia inmediatamente, volviendo a una actitud alegre.

—Está bien, ¡Hola!

A pesar de lo que ocurrió hace poco, la niña mantiene una gran energía. Sin embargo, la mente del criminal está difuminada, perdida. Intentando encontrar la aceptación ante la nueva realidad en la que está.

—¿Pasa algo Alex? Tienes mala cara...

Escuchar la voz de la mujer hizo que su mente volviera.

—¿Ah? No, todo está perfecto, solo me perdí en mis pensamientos, eh.... ¿Q-qué decías pequeña?

—Deja repito mi presentación entonces, ejem... ¡Hola! llamo Nana, Nana Nekota, ¡mucho gusto!, Karin es mi hermana mayor ¡Y la quiero mucho!

—Jaja, ya veo, un gusto, Nana, yo me llamo Alexis Mefhisto, es un gusto.

Alex se agacha para estar a la altura de la pequeña Nana y le intenta enseñar una sonrisa, aunque a fuerzas podía salir. La niña se voltea a un lado y abraza a su hermana con fuerza y cariño.

—¡Muchas gracias por haber protegido a mi hermana! Es todo lo que tengo, no sé que haría sin ella.

—No hay de que, tenía que hacerlo a fin de cuentas —. «La única familia que le queda, ¿Entonces solo se tienen la una a la otra?»

—¿Tenías que hacerlo? ¿Eres policía? —pregunta la niña con curiosidad. En ese mismo momento, Alex recuerda que tenía que actuar como príncipe para poder sacar información.

—Ah, no, más bien soy algo así como un justiciero del pueblo, jajaja —. «Aunque en realidad soy todo lo contrario...»

—¿Enserio? ¡Increíble! Entonces, muchas gracias por ayudar a mi hermana, señor justiciero. A veces puede ser muy torpe, además se pone como un tomate con cualquier halago que reciba ¡Pero es muy amorosa y amable! —dijo Nana haciendo gestos como si estuviera presentando un tesoro. Ante esto, Karin no puede evitar ponerse roja de la pena.

—¡Oye, Nana! ¡C-con las gracias era más que suficiente!

La niña ignora por completo los comentarios de su hermana y sigue presumiendo sus cualidades de manera inocente.

—¿Qué opinas de mi hermana? ¿A qué es linda? ¡No hay nadie más linda y amable que mi hermana!

Con cada comentario de Nana, Karin se ponía más y más roja.

—¡Oye! ¡no hagas esas preguntas a la gente!

Aún mantenimiento su papel de príncipe, Alex le sigue el juego a la pequeña Nana.

—Bueno, ahora que lo dices, tu hermana es muy linda aún con su edad.

—¡No soy vieja, solo tengo 23 años! Aún tengo mucha vida por delante —contesta Karin inflando el pecho con orgullo, pero aún ruborizada.

—Solo bromeaba, quería comprobar si era cierto que te sonrojabas con cualquier halago.

La mujer casi se pone roja de nuevo, pero logra evitarlo esta vez.

—E-entiendo que solo era broma, pero no había necesidad de decirme vieja, por un momento pensé que ya se me veían arrugas...

—Ya veo, entonces disculpe a este viejo y pobre hombre, señorita.

—Está bien, las acepto, pero tú tampoco estás viejo, te ves joven aún.

—Qué dices, si yo ya tengo mi edad.

—¿Enserio? Para mí te ves, no... Podría jurar que te ves de unos 24 0 25 años, no te ves para nada viejo.

Alex piensa un poco en lo que la mujer dijo. Para su suerte, había un espejo en el que pudo verse, y tal como decía, su rostro se veía un poco más cuidado.

«Lo que faltaba, ahora mi rostro también es otro. Ahora entiendo porque mi cuerpo se sentía menos pesado»

—¿Alex, pasa algo?

—No es nada, solo me di cuenta que tengo la cara un poco sucia, quizá por haber sido arrojado por allá.

—Tienes razón, creo que aquí cerca hay un baño público con lavamanos, podemos ir allí.

—Perfecto, entonces, salgamos de aquí.

Alex trata de poner una sonrisa, pero su mente se estaba quedando sin cabida para seguir fingiendo.

—¡Esperen! Tengo que ir por el comandante rana, lo dejé escondido en aquel lugar.

Nana se dirige hacia donde escondió a su muñeco, separándose de su hermana.

—¡Espera, Nana, No vayas tu sola!

La niña se acerca a un lado de un recipiente, donde el comandante rana está oculto. En el momento en que lo recoge y se da la vuelta, el primer delincuente que Alex había derribado recupera la consciencia, precediendo inmediatamente a atacar a Nana con su navaja.

— ¡Por lo menos me llevaré unos de tus ojos, maldita mocosa!

—¡Nanaaaa!

Antes de que el cuchillo tocara el rostro de la niña, Alex interpuso su mano. Su mano habría sido lastimada gravemente, de no ser porque, por alguna razón, el cuchillo rebota en la palma de Alex, dejando al descubierto una vez más las extrañas marcas de antes.

—Te hubieras quedado en el piso, maldita escoria.

Mira al delincuente con la irritación y estrés que llevaba rato guardando, e inmediatamente lo golpea justo en el estómago sin preocuparse ni un poco en la fuerza de su ataque. Las marcas cambian a la mano con la que lo golpea y brillan de un rojo vivo. Algunas costillas del delincuente se rompen como si de galletas se tratase, y después sale volando unos tres metros de donde fue el impacto. En el suelo, el maleante empieza a escupir sangre, y las marcas en la mano de Alex se difuminan por completo.

—Tch, que molestos son, ya no se levanten más si es que no quieren que les rompa otra cosa.

Alex mira con desprecio a todos los delincuentes. Aunque fue un poco exagerado, el golpe le sirvió para liberar el estrés acumulado por todo lo que había pasado ese día. El criminal se voltea ver a Nana, ya con un expresión más tranquila.

—¿Te encuentras bien, Nana?

Nana mira la mano de Alex y al ver que no estaba herida, decidió sonreír.

—¡Sí! Gracias por salvarme, Alex.

—Ya veo, entonces me alegro.

A pesar de que todo era un teatro para conseguir información, Alex siente un alivio genuino por que la pequeña no haya sido herida. En ese momento, Karin se acerca enfocando su atención en la mano de Alex.

—¿Cómo hiciste eso?

—¿Eh? ¿Qué cosa?

—Hace un momento, paraste el cuchillo con tu mano, pero no te atravesó, en cambio rebotó como si tu mano fuera una pared, por no mencionar que le salieron marcas…

— Ah, eso... La verdad es que ni yo sé qué hice.

—¿Acaso no fue tu habilidad?

—¿Mi habilidad...?

—Ya sabes, la característica única con la que nacemos la mayoría de especies. Por ejemplo, yo puedo mirar más lejos que las demás personas. Seguramente te has topado con una hoy.

Alex recuerda su encuentro con el artista callejero y entiende de lo que habla Karin.

«Je, ahora sé de qué habilidad hablaba ese tipo, por lo menos ahora ya sé algo» —Ya veo, entonces creo que sí fue mi habilidad.

—¿Crees? ¿No sabías cuál era tu habilidad? La mayoría aprende a usarla a una corta edad...

La confusión de Karin aumentaba por cada respuesta de Alex. El hombre se percata que la mujer gato lo miraba raro, lo que lo pone alerta.

«Veo que mi situación no es habitual, debo evitar que indague más»

—S-supongo que nunca tuve necesidad de usarla, ajaja…

«Piensa rápido en como desviar su atención, ¡rápido!»

Su cerebro estaba teniendo problemas para funcionar después de tanta información, otorgándole estrategias estúpidas al hombre.

—Ya que estamos en el tema, ¿Cuál es tu habilidad, Nana?

—¿Te estás burlando de mí? No sabré cuál es mi habilidad hasta que cumpla 10 años —contesta la niña.

—Ya veo, ya veo, lo siento, no me mires así —. «Maldición, que mala jugada hice, ahora debe de estar más intrigada»

De repente y para alivio o desgracia del hombre, se escucha una voz proviniendo desde fuera del callejón. Era la agencia de policía.

—¡Alto allí, no se te ocurra moverte! —grita una voz femenina de fuera del callejón. Cuando se logra ver a quién pertenece la voz, se puede apreciar a una mujer en una vestimenta característica de una oficina, aunque un toque ligero de libertad y un cabello negro amarrado en una cola de caballo.

«Mierda, llegaron antes de lo que esperaba, pensaba largarme antes de que llegaran, pero me entretuve más de la cuenta»

El hombre pone a trabajar su cabeza para encontrar una manera de escapar.

—No te preocupes, no me moveré —se levanta y pone sus manos en su cabeza—, Haz lo que tengas que hacer, oficial.

—Eso es lo que haré —contesta la agente mientras camina hacia Alex.

«Bueno, quizá antes de que llegue a la agencia pueda encontrar una manera de escapar, por el momento, me comportaré como buen ciudadano»

El hombre baja las manos para ofrecérselas a la agente y le ponga las esposas, pero para su sorpresa, las palabras del la mujer no iban dirigidas hacia él, sino para uno de los delincuentes que tenía pensado moverse.

—… ¿Eh?¿No vas a arrestarme?

—¿Por qué lo haría? Usted no hizo nada malo. Aunque bueno, si tendrá que venir a testificar, espero no tenga algún inconveniente.

—Osea... ¿No me vas a llevar preso?

—¿Eh? ¿Porqué tendría que hacerlo?

—No sé, ¿Quizá porque le rompí las costillas a ese flacuho de allí?

—Pero fue para proteger a la niña ¿No?, entonces eso cuenta como legítima defensa, así que no se mortifique por sus actos, señor héroe —dijo la agente en tono burlesco.

«¿¡Héroe!? ¿Qué cree que dice está tonta? ¡Claramente no soy un héroe!, espera ¡Ese no es el punto!»

—¡Oiga! ¿¡Acaso no sabe que es de mala educación llamar tonta a las personas que no conoce!?

Alex se confunde de manera increíble.

«¿Eh? ¿Cómo sabe que le dije tonta? ¿Acaso pensé en voz alta? ¿O quizás esta chica puede…»

Antes de que terminara la frase en su mente, es interrumpido por la agente.

—Justo como cree, puedo leer y ver la mente de los demás como si fuera la mía, así que tenga cuidado con lo que piensa cuando esté cerca de mí —contesta la agente mientras arresta a los delincuentes con una mueca de enojo.

—Así que dices poder leer y ver lo que pienso, ¿Eh?

El hombre se mantiene escéptico.

— No lo digo, puedo hacerlo.

—……….

—¿¡Q-qué cochinadas estás pensando!? ¡No pienses esas cosas cerca de mí! —grita la agente sonrojada.

—Asi que si puedes hacerlo, je...

—¡Ya se lo había dicho! Por dios, vaya héroe más extraño.

—Ya te lo dije, no soy ningún héroe, solo un idiota que metió su nariz en los asuntos de otros… espera un momento…

Alex mira fijamente a la agente y se da cuenta que es la misma persona que chocó con él esa mañana.

—¿No eres tú la chica que me picó el hombro con la sombrilla está mañana?

La agente lo mira detalladamente y recuerda el accidente.

—¿Eh? ¿Eras tú? ¡No pensaba volvería a verte! Lo siento por haber chocado contigo, pero es que iba con prisa...

—Se notaba, no pude ni decir algo cuando tú ya ni estabas allí.

—Como sea, ahora vayamos a la agencia para que puedan hacer su testimonio. Señorita, jovencita, acompañenme.

—Está bien, señorita agente, anda, vamos Nana.

—Espera hermana, deja recojo al comandante rana.

La niña recoge su muñeco y se pone al lado de su hermana.

Todos iban hacia fuera del callejón, casi a salir, Karin se detiene para ir al lado de Alex.

—Por cierto Alex, ¿Qué es lo que ibas a hacer?

—¿Eh? ¿Cuándo?

—Justo antes de que Nana saliera de su escondite, cuando te mencioné lo de mis orejas, te acercaste a mí, quisiera saber que ibas a hacer.

—Aaaaahhh, te refieres a eso.

El hombre detiene a la mujer gato, haciendo que ella lo mirara.

—¿Alex?

Sin dejar su papel de príncipe encantador, el hombre procede a levantar su mano a dirección de la cabeza de Karin, y acaricia su cabello junto con sus orejas de gato, con una falsa pero ingeniosa sonrisa.

—Simplemente quería acariciar tus orejas, me parecieron muy lindas... eso es lo que quería hacer.

«Esto es lo que pensarás que quería hacer, al fin y al cabo... Lo que en realidad iba a hacer... Te habría aterrado»

La sonrisa de Alex hizo que Karin se pusiera roja y ansiosa, casi expulsando humo de su cabeza.

—Y-ya veo ¡P-pero no soy ninguna niña, no necesito que me acaricien la cabeza!

Aunque ella decía eso, le gustó tanto que su cola empezó a contonearse de un lado al otro.

—Ya veo, entonces salgamos, joven adulta.

—Y allí vas a burlarte de mí, por dios.

La mujer hace un puchero, dándole gracia al hombre.

—Lo siento, es imposible no hacerlo, eres muy linda cuando te sonrojas —responde Alex usando las mismas palabras que vio en un manga Shoujo que leyó hace mucho.

Cómo era de esperarse, la mujer se pone roja, desvía la mirada hacia otro lado y sigue caminando al lado de Alex. Finalmente salen de aquel callejón, se suben al vehículo de la policía y parten hacia la agencia. Después de muchos inconvenientes, el problema por fin se resuelve... Por lo menos, por el momento.

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