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Trampas Del Destino

el pacto impuesto

 

**Capítulo 1: El Pacto Impuesto**

El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, pintando el cielo con tonos de naranja y rojo mientras las sombras se alargaban sobre la ciudad. En el lujoso penthouse de un rascacielos en el corazón de la metrópolis, Eduardo Martínez, CEO de Martínez Enterprises, observaba el espectáculo desde la terraza, con una copa de whisky en la mano y una expresión impasible en su rostro.

Era una figura imponente, con una altura que superaba fácilmente los seis pies, y una presencia que dejaba claro que estaba acostumbrado a ser obedecido. Su cabello oscuro estaba peinado hacia atrás con precisión, y sus ojos grises brillaban con una determinación fría mientras observaba el bullicio de la ciudad a sus pies.

Detrás de él, en el interior del lujoso apartamento, el sonido de tacones resonaba en el suelo de mármol mientras una joven mujer entraba en la habitación. Era Camila, una mujer de belleza serena y porte elegante, con cabello castaño suelto y ojos color avellana llenos de curiosidad.

"Eduardo", llamó suavemente, acercándose a él con cautela. "¿Puedo hablar contigo?"

Eduardo se giró hacia ella, arqueando una ceja con indiferencia. "¿Qué sucede Camila?No tengo todo el día."

Camila se detuvo frente a él, sintiendo la frialdad de su mirada sobre ella. Respiró hondo, reuniendo su coraje antes de hablar. "Se acerca la fecha límite que acordaron nuestros padres para el compromiso. Creo que deberíamos hablar sobre lo que esto significa para ambos."

Una sombra fugaz cruzó el rostro de Eduardo antes de desaparecer detrás de su máscara impasible. "¿Por qué? Ya sabes lo que significa. Te casarás conmigo, como se esperaba desde el principio."

La expresión de Camila se endureció ante sus palabras, pero mantuvo la compostura. "Eduardo, entiendo que esto sea un acuerdo entre nuestras familias, pero eso no significa que no podamos intentar encontrar algún tipo de entendimiento mutuo."

Eduardo soltó una risa cortante, girándose para mirar de nuevo la ciudad. "Entendimiento mutuo. Eso es lo último que necesito en mi vida, Camila. Este matrimonio es solo un acuerdo de conveniencia, y espero que lo entiendas."

Internamente, Camila luchaba contra las lágrimas que amenazaban con emerger. Sabía que nunca podría ganarse el corazón de Eduardo, pero sí, había esperado que pudieran encontrar algún tipo de conexión. Ahora, cualquier esperanza de eso se desvanecía frente a ella.

Con una última mirada hacia Eduardo, Camila se dio la vuelta y salió de la terraza, sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros. Mientras cerraba la puerta detrás de ella, se prometió a sí misma que encontraría una manera de sobrevivir a este matrimonio impuesto, incluso si eso significaba dejar atrás cualquier sueño de amor y felicidad.

El sol se había hundido completamente en el horizonte, dejando a Eduardo solo en la terraza, con el eco de las palabras de Camila resonando en su mente. Por un momento, una sombra de duda cruzó su rostro, pero la reprimió rápidamente, endureciendo su corazón una vez más.

"No hay lugar para el amor en mi vida", murmuró para sí mismo, levantando la copa de whisky a sus labios. "Solo el poder y el control. Eso es todo lo que importa."

Y con eso, se sumió de nuevo en sus pensamientos, dejando que la oscuridad de la noche lo envolviera en su abrazo frío y solitario.

revelaciones oscurecida

 

**Capítulo 2: Revelaciones Oscurecidas**

El sol se alzaba en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos rosados y dorados mientras la ciudad despertaba lentamente a la vida. En el lujoso penthouse de Eduardo Martínez, el CEO se encontraba en su despacho, revisando informes financieros con expresión concentrada.

El sonido de la puerta que se abría lo sacó de sus pensamientos, y levantó la vista para ver a Camila entrar en la habitación. Estaba vestida con un elegante traje de negocios, con el cabello recogido en un moño pulido y una expresión seria en su rostro.

"Eduardo", dijo, cerrando la puerta detrás de ella. "Necesitamos hablar."

Eduardo la observó con curiosidad, preguntándose qué podría querer ahora. "¿Qué sucede, Camila? Estoy ocupado

Camila se acercó al escritorio con decisión y colocó un sobre frente a él. "Recibí esto esta mañana", explicó, señalando el sobre. "Es de mi abogado. Contiene información sobre los términos del acuerdo prenupcial que nuestros padres han preparado."

Eduardo frunció el ceño, tomando el sobre y abriéndolo con gesto impaciente. Mientras revisaba el contenido, una sombra de sorpresa cruzó su rostro.

"¿Un acuerdo prenupcial?" preguntó, levantando la mirada hacia Camila. "¿Qué tiene que ver eso con nosotros?"

Camila mantuvo la compostura, aunque su corazón latía con fuerza en su pecho. "Parece que nuestros padres quieren asegurarse de que todos los detalles de nuestro matrimonio estén claramente definidos. Incluyendo qué sucederá en caso de que decidamos divorciarnos."

Eduardo frunció el ceño, leyendo los términos del acuerdo con creciente incredulidad. "¿Así que esto es lo que realmente quieren? ¿Convertir nuestro matrimonio en poco más que un contrato de negocios?"

Camila asintió con tristeza. "Parece ser así. Pero no voy a dejar que eso suceda, Eduardo. No voy a dejar que nos conviertan en prisioneros de sus juegos de poder."

Eduardo la miró con una mezcla de admiración y sorpresa. Había subestimado a Camila, había asumido que ella aceptaría su destino sin luchar. Pero ahora, estaba claro que se había equivocado.

"Estoy de acuerdo", dijo finalmente, cerrando el sobre con determinación. "No permitiré que nuestros padres controlen nuestras vidas de esta manera. Vamos a enfrentarlos juntos, Camila. Como socios en esto, no como enemigos."

Camila asintió con gratitud, sintiendo una chispa de esperanza encenderse dentro de ella. Tal vez, solo tal vez, podrían encontrar una manera de superar las trampas del destino que habían sido tejidas a su alrededor.

Esa noche, después de una cena silenciosa pero cargada de significado, Eduardo y Camila se reunieron de nuevo en la terraza. Bajo el brillo de las estrellas, compartieron sus pensamientos y esperanzas para el futuro, encontrando consuelo y fuerza en la presencia del otro.

Juntos, se enfrentaron al futuro incierto que les esperaba, listos para desafiar las fuerzas que intentaban separarlos y encontrar la verdad que yacía oculta en las sombras.Esa noche, después de la cena. , Eduardo y Camila se encontraron de nuevo en la terraza. Bajo el brillo de las estrellas, compartieron sus pensamientos y esperanzas para el futuro, encontrando consuelo y fuerza en la presencia del otro.A medida que la noche se desvanecía en la madrugada, se dieron cuenta de que, juntos, podrían ser capaces de superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. Y con ese pensamiento reconfortante en sus corazones, se retiraron a descansar, listos para enfrentar lo que el nuevo día les deparaba.

Entre sombras y secretos

"Entre sombras y secretos "

Al día siguiente, Camila y Eduardo se sumergieron en una vorágine de reuniones y consultas legales. Decidieron contratar a un abogado neutral para revisar meticulosamente el acuerdo prenupcial, asegurándose de que reflejara verdaderamente sus deseos y protegiera sus intereses. Ambos estaban decididos a asegurar su libertad y compromiso mutuo, desafiando las expectativas impuestas por sus padres.

Mientras trabajaban en la revisión del acuerdo, una sensación de inquietud persistente atormentaba a Camila. Recordaba la perturbadora intrusión en su hogar la noche anterior y se preguntaba quién podría estar detrás de ella. Eduardo, por su parte, trató de tranquilizarla, pero también compartía su preocupación.

A medida que el sol ascendía sobre la ciudad al día siguiente, Camila y Eduardo se enfrentaban a una serie de desafíos que amenazaban con socavar sus esperanzas de libertad y amor verdadero.Después de una noche de reflexión, decidieron abordar directamente a sus padres con respecto al acuerdo prenupcial. Sin embargo, la reunión no fue tan simple como habían anticipado.En la lujosa sala de estar de la mansión Martínez, los padres de Eduardo y Camila los recibieron con una sonrisa artificial. La atmósfera estaba cargada de tensión cuando Camila, con determinación en los ojos, sacó el acuerdo prenupcial y lo colocó sobre la mesa."Queremos hablar sobre esto", dijo Camila con voz firme, mirando a sus padres directamente.Los padres intercambiaron miradas breves antes de que el padre de Eduardo, Federico, tomara la palabra con una expresión seria

Finalmente, tras horas de discusión, se llegó a un compromiso. Los términos del acuerdo prenupcial se revisarían con un abogado neutral para asegurar que reflejaran las verdaderas intenciones de Camila y Eduardo, protegiendo sus intereses sin sacrificar su libertad y compromiso mutuo.

Mientras se abrazaban en la terraza, un ruido repentino resonó desde el interior del apartamento, interrumpiendo su momento de intimidad. Eduardo se separó de Camila con expresión alerta, frunciendo el ceño mientras escuchaba atentamente.

"¿Qué fue eso?" preguntó Camila, su corazón latiendo con nerviosismo.

Eduardo se encogió de hombros, tratando de disimular su preocupación. "Probablemente solo el viento golpeando una ventana. No te preocupes por eso."

Pero a medida que se adentraban en el apartamento, la sensación de inquietud de Camila solo aumentaba. Había algo en el aire, una energía tensa y ominosa que parecía envolverlos mientras recorrían los pasillos oscuros.

Cuando llegaron al salón principal, la escena que se desplegaba ante ellos los dejó sin aliento. Los muebles estaban revueltos, los objetos tirados por el suelo en un caos desordenado. Alguien había entrado en el apartamento, y no había sido con buenas intenciones.

Eduardo se adelantó, examinando la habitación con expresión seria. "Alguien ha estado aquí", dijo con voz firme. "Tenemos que descubrir quién fue y qué querían."

Camila asintió, sintiendo el miedo crecer en su interior. Habían estado tan preocupados por su propia situación que no habían considerado la posibilidad de que alguien más estuviera conspirando en las sombras en su contra.

Juntos, comenzaron a revisar el apartamento en busca de pistas, examinando cada rincón en busca de indicios de la identidad de los intrusos. Pero cada vez que parecían acercarse a la verdad, esta se deslizaba entre sus dedos, escurriéndose en la oscuridad como humo.

Después de horas de búsqueda infructuosa, Eduardo y Camila se encontraron de nuevo en la terraza, exhaustos y desanimados. La noche había caído por completo, envolviendo el mundo en un manto de sombras, y aún no habían encontrado respuestas a sus preguntas.

"¿Qué hacemos ahora?" preguntó Camila, sintiendo la desesperación apoderarse de ella.

Eduardo la miró con determinación, tomando su mano en la suya con gesto reconfortante. "Seguiremos buscando", dijo con firmeza. "No dejaremos que nadie nos detenga en nuestra búsqueda de la verdad. Descubriremos quién está detrás de esto, y los enfrentaremos juntos."

Camila asintió, sintiendo una chispa de esperanza encenderse dentro de ella. Aunque el camino por delante sería difícil y lleno de peligros, sabía que mientras tuviera a Eduardo a su lado, podrían

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