NovelToon NovelToon

Novio Por Catálogo

1. La Cenicienta moderna y el novio de papel.

⚠️ Humor absurdo y fragmentos de contenido adulto explícito. No sigas si eres sensible.

Carrie Green se recostó sobre la mesa mientras su padre y hermano arrojaban una moneda al aire, decidiendo quien sería su acompañante en la fiesta de graduación. Curiosamente, la moneda cayó al suelo y rodó debajo de la mesa. Carrie la pisó con discreción, evitando que los hombres la encontraran. Decepcionados y pensando un nuevo método para resolver el problema, tomaron asiento frente a la chica.

—Iré yo —afirmó Edward.

—No, yo —rebatió Tom.

Carrie frunció el ceño, colocando los codos sobre la mesa.

—Papá, no te ofendas pero estas viejo —espetó haciendo una mueca de desagrado. Tom levantó las cejas indignado—, y Edward, estas pasado de moda. El tiempo en el que fuiste el chico más guapo de la preparatoria, pasó. Está enterrado, absolutamente nadie te recuerda.

Edward fulminó con la mirada a su hermana, alegando estar de moda entre las mujeres mayores de treinta años. Se incorporó y se marchó de la casa dando tremendo portazo. Tom por su parte, agarró despreocupado su portafolios, inventándole a su hija un proyecto de última hora en la universidad, cuando en realidad se dirigía a un bar porque quería verificar si de verdad las mujeres lo encontraban viejo.

Carrie bebió un sorbo de su chocolate caliente, moviendo su pie con impaciencia. No tenía cita para la fiesta de graduación y los mejores chicos de la escuela ya estaban reservados por sus mejores amigas. Hacía un mes tenía novio, sin embargo dejó a Paul por idiota. Ahora el sinvergüenza salía con su ex-mejor amiga, Grettel Dawson. Carrie prefirió ignorar la situación, al fin y al cabo, sus desavenencias con Grettel no iniciaron por culpa de Paul. Es más, ni siquiera recordaba por qué dejaron de hablarse.

Suspiró abriendo su laptop, faltaban pocos días para la fiesta y aún no conseguía un vestido que le tallara a la perfección. Cansada de recorrer el centro de la ciudad con sus amigas parloteando acerca de sus increíbles novios, decidió ingresar a la página web de algunas boutiques. En ocasiones como esas, es que extrañaba tanto a Grettel, ella seguramente le habría diseñado un vestido de ensueño.

El primer sitio que visitó no fue de su agrado, ingresó entonces a la página de la boutique "Yeh Shen", soltó una risita por lo gracioso del nombre, que hacía alusión a la cenicienta china.

—Veamos que tienes para mí —murmuró dando click en el enlace de vestidos de graduación.

Una serie de preciosas imágenes se desplegaron ante sus ojos, acompañadas de un molesto spam. Carrie gruñó tratando de cerrar el escurridizo anuncio, ella nunca se tomaba el tiempo de leer las molestas ventanas emergentes, pero esta en especial captó su atención. Al pasar el puntero encima de la ventana, se convertía en una varita mágica y dejaba una estela dorada a su paso.

A diferencia de otras propagandas de redes sociales o del típico juego Gardens scapes, esta anunciaba una curiosa agencia llamada "Novios Print". Carrie abrió los ojos impresionada y leyó con atención el aviso.

¿Está cansada de asistir a reuniones familiares y eventos sociales completamente sola? No espere más. ¡Novios Print es su solución! Modelos exclusivos y de edición limitada. ¡Adquiéralo ya! Restricciones aplican.

Si desea contratar nuestros servicios, de click aquí.

Guiada por la curiosidad, Carrie presionó el enlace. A partir de ahí, su vida sería otro cuento

1.2

Alicia Johnson tamborileaba los dedos sobre su escritorio, tarareando la música de fondo que resonaba en la habitación. Las épocas de graduaciones eran las mejores para el negocio, pero también las más difíciles de afrontar. En cuánto la única sucursal de Novios Print abría sus puertas, la pequeña oficina era abarrotada por mujeres ingenuas y desesperadas en busca de compañía masculina, en su mayoría adolescentes.

Claro, Novios Print se reservaba el derecho de admisión, por lo que no cualquier chica conseguía llenar el riguroso cuestionario, aprobarlo y obtener la dirección de la agencia.

Las puertas se abrieron, y Alicia se preparó para recibir a su primera clienta del día. Una pequeña chica rubia de brillantes ojos cafés, se sentó frente a ella, tímida y un tanto asustada. En un intento por tranquilizarla, Alicia sonrió amablemente colocando un libro blanco encima del escritorio.

—¿Cuál es la pregunta clave del cuestionario, querida? —Alicia preguntó estudiando meticulosamente a la joven.

Carrie soltó una risita nerviosa, presionando el bolso que descansaba en sus piernas.

—¿Crees en la magia? —respondió vacilante.

—¿Y qué respondiste?

Carrie tragó pesado.

—Sí —susurró desconfiada. ¡No sabía qué rayos hacía en ese lugar! ¿Qué tal si todo era una treta para estafarla o en el peor de los casos, secuestrarla?

—Entonces, no hay de qué preocuparse —murmuró Alicia acercándole el libro a Carrie—. Escoge uno.

Carrie frunció el ceño, escaneando con la mirada el misterioso objeto. Se aventuró a abrirlo en la tercera página y descubrió con asombro una serie de fotografías enmarcando fantásticos rostros masculinos. Cada fotografía contenía una pequeña descripción de la personalidad, aspectos e intereses del hombre, para que la mujer en cuestión buscara a alguien que fuese compatible con ella.

Carrie hojeó con interés el gran libro, dejando a su paso a los hombres mayores, y reparando en la sección de jóvenes, en la cual figuraban hombres de veinte a veinticinco años. Una vez seleccionado ese rango de edad, tuvo que escoger entre rubios, pelirrojos, cenizos, decidiéndose por los castaños. Por ironías de la vida, se interesó por el único chico que no sonreía para la fotografía. Mordiéndose el labio inferior, reparó en su descripción personal.

...Aidan Haynes....

Tiene la apariencia de un hombre de veintiún años. Serio, noble y reservado, son sus principales características. A simple vista, Aidan puede ser un sujeto frío y sin sentimientos aparentes, pero una vez que se le conoce es simpático y cariñoso. Le gusta leer, odia el frío y los sonidos estruendosos.

—Vaya, es un chico complicado —opinó Carrie acariciando en la fotografía su desordenado cabello castaño.

Alicia hizo una mueca.

—Es un buen chico, pero dudo que puedas pagarlo.

Carrie soltó una exclamación ofendida por el precio del sujeto.

Un día de ensueño con Aidan tiene el módico precio de $1,500.00

—Tenemos a Jared Lee, él cuesta solo quinientos dólares —ofreció Alicia mostrándole la fotografía de un hombre de ojos azules, cabellos oscuros y par de gafas.

—No me gusta —musitó Carrie haciendo un puchero, ella quería a Aidan, y lo compraría así tuviese que asaltar un banco o mejor dicho, a su hermano.

Revolvió su bolso en busca de su móvil. La mesada de los últimos tres meses de Carrie, solo alcanzaba para tener a Aidan por un día, pero si quería impresionar a sus amigas tenía que llevarlo al ensayo general del evento y a la noche de karaoke que tenían planeada, lo que hacían tres días completos incluyendo la fiesta.

Lloró y suplicó durante media hora al teléfono para que Edward accediera a prestarle el dinero, una vez alcanzado su objetivo, se limpió las lágrimas falsas que rodaban por sus mejillas, y miró a Alicia con una sonrisa triunfante.

—Me lo llevo —afirmó poniéndose de pie.

Alicia le devolvió la sonrisa imitándole, sacando la fotografía del libro.

—Acompáñame —indicó, guiándola al cuarto privado que se encontraba detrás de su escritorio.

Carrie esperaba encontrarse con Aidan en esa habitación, pero a cambio se topó con otro escritorio, un ordenador conectado a dos impresores, y un par de sillas. Alicia le invitó a tomar asiento de nuevo, revolviendo algunos documentos sobre la mesa.

—Antes de continuar, debes firmar este contrato.

Carrie agarró el documento que Alicia le extendió, que no era más que un acuerdo de confidencialidad, en el que se comprometía a no revelar la dirección de la agencia, y menos la procedencia del producto adquirido. Adjunto a eso, encontró otra página con sus datos y el número de serie de la fotografía de Aidan, sin embargo Alicia le notificó que ese espacio estaba exclusivamente reservado para la agencia. Carrie le devolvió el documento firmado a Alicia, y esperó expectante la aparición de Aidan.

—¿Cuántos días? —interrogó Alicia frente al ordenador.

—Tres —Carrie contestó sin titubear.

—Bien, ¿y el dinero?

Carrie esbozó una mueca desconfiada.

—Primero quiero ver a Aidan Haynes —exigió inclinándose sobre el escritorio. Un hombre tan bello, con facciones tan perfectas podía ser producto de arreglos con Photoshop.

—Primero el dinero —insistió Alicia.

Carrie se levantó refunfuñando de la silla, debía correr al banco más cercano para retirar el dinero que Edward supuestamente depositaría en su cuenta. Colocó su mano en el pomo de la puerta, lo giró y miró a Alicia por encima de su hombro.

—En seguida regreso —musitó—, ni se le ocurra vendérselo a alguien más.

1.3

La menor de la familia Green se dejó caer pesadamente en la silla, abanicándose el rostro con una mano mientas Alicia contabilizaba el efectivo. Al encontrar todo en regla, le extendió nuevamente el contrato a la chica, especificando que Aidan Haynes sería suyo por tres días completos a partir de la media noche de ese día.

—No puedo recibirlo a esa hora —protestó Carrie, sosteniendo un bolígrafo entre sus dedos.

—Tú solo firma —ordenó Alicia perdiendo la paciencia.

Carrie frunció los labios, dudando acerca del trato. No podía recibir a Aidan en casa estando su padre y hermano en el mismo lugar. Bueno, tal vez podría esconderlo en el sótano. Sí, definitivamente lo escondería ahí.

Alicia archivó el contrato en una carpeta, y le entregó la fotografía a Carrie.

—Es todo tuyo —suspiró, por fin la niña gruñoncita se marcharía.

Carrie tomó entre sus manos la fotografía de Aidan.

—¿Y qué rayos haré con esto? —gritó agitando el papel en el aire.

Alicia se masajeó la sien, se estaba cansando de dar el mismo discurso día con día. Hablaría con sus superiores para que la asignaran al área administrativa.

—Es tu novio, tú dijiste que crees en la magia, entonces espera por él.

Los ojos de Carrie comenzaron a escocer, ¡había sido estafada! ¡No iría a su graduación con un pedazo de papel!

Alicia se levantó y pasó un brazo por los hombros de la chica, ayudándole a incorporarse.

—El hechizo funciona de la siguiente manera —Alicia susurró con una armoniosa voz cantarina—: un minuto antes de la media noche, tienes que decirle a Aidan lo que deseas de él. También es importante que le cuentes algunas cosas de ti, para que cuando él sea real, ya te conozca un poco y no comiencen de cero. Cuando el reloj marque las doce en punto, debes besar la fotografía, y es así, cómo el hombre de tus sueños tomará vida.

—No te creo —masculló entre dientes la chica—. Quiero de vuelta mi dinero.

Alicia exhaló irritada, dirigiéndose a su ordenador.

—Te lo demostraré.

Carrie se cruzó de brazos, observando a Alicia imprimir la fotografía de un cachorro Golden Retriever.

La pelirroja estrelló la fotografía en el pecho de Carrie.

—Desea un perrito —ordenó retadoramente.

Carrie cerró los ojos, sosteniendo la fotografía contra su pecho.

—Deseo un perrito —farfulló, nerviosa por el enojo de la otra mujer.

Abrió los ojos percatándose de un peso entre sus brazos, el dichoso cachorro ahora de carne y hueso, la miró y le humedeció el rostro con su pequeña lengua pegajosa.

—Lo ves —decía Alicia admirando sus uñas—, por eso te preguntamos si creías en la magia. Las hadas madrinas no somos enanas, viejas y con alas como el mundo cree. Lo que sucede es que nos hemos modernizado, ya nada es gratis en la vida. Antes, creábamos carruajes con calabazas, blancos corceles con ratas, y lacayos con lagartijas; ahora, creamos novios con fotografías, ¿entiendes?

Carrie asintió con la cabeza. Ahora entendía porqué encontró el anuncio de la agencia en la boutique «Yeh Shen», todo comenzaba a tener sentido. ¡Aidan Haynes sería real dentro de unas horas! Y lo mejor de todo, que era completamente suyo.

—¡Un momento! —exclamó saliendo de su ensoñación.

—¿Y ahora qué? —sollozó Alicia.

—¿Quién me asegura que no existe otro Aidan Haynes? ¿Te imaginas la vergüenza que pasaré en mi graduación si alguien aparece con un modelo igual?

—Ah, no te preocupes —decía Alicia, haciendo un ademán desinteresado con la mano—. Es por eso que Aidan es tan caro, es un modelo exclusivo. Así que, nadie tendrá otro igual.

—¡Qué bien! —vociferó la rubia colocando al cachorro en el piso—. Prepararé la cena y luego pensaré en lo que le diré a Aidan.

Alicia la observó acercarse a la puerta dando brincos de alegría, esta vez, a Aidan le había tocado una niña un poco especial.

—Puedes llevarte al perrito, si quieres —gritó Alicia antes de que Carrie azotara la puerta.

—¡A mi hermano no le gustan los animales! —respondió desde afuera—. ¡Aunque tampoco le agradará Aidan!

Download MangaToon APP on App Store and Google Play

novel PDF download
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play